En este mundo de aparente impunidad, lo real es que nadie termina saliéndose con la suya. Todo cuanto –ya en detrimento ajeno o propio- imaginamos, pensamos, sentimos, deseamos, hicimos, o bien dejamos de hacer, tarde o temprano nos alcanzará. Así, desde la intimidad abisal, brota el plácido sueño de la luz, generando un impulso, un profundo latido que sin permiso alguno ni mediar palabra nos lleva y nos trae a su antojo, hasta que –y sólo hasta el momento mismo en que- finalmente aprendemos.
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Report "Templo de Amor - Abraham González Lara (2014)"