Para un habitante de la ciudad de San Salvador de finales de los 70, la radio era una expresión que no podía tener otro sentido que el disfrute en la escucha de radionovelas, de la música favorita, o de las trasmisiones de fútbol y otros deportes. Además esa radio traía voces muy especiales que se sentían amigas porque estaban todos los días a la misma hora en nuestras casas para contarnos el estado del tiempo, los avisos de familiares distantes y las noticias de la provincia y del país. Hoy en cambio la mención de la palabra radio mueve a pensar en diferentes modalidades, experiencias, propósitos y formas organizacionales. Precisamente una de ellas, que además tiene fuerte y reiterada presencia en las calles de nuestras ciudades, pero al mismo tiempo todavía no ha ingresado plenamente en el mundo académico, es la radio abierta. Según las caracteriza inicialmente la autora, las radios abiertas tienen como elemento común, la utilización del espacio público, las plazas céntricas y barriales, la peatonal de la ciudad y algunas veredas significativas para la aglomeración de los habitantes (…) y agrega, “esto genera una visibilidad social difícil de ignorar”. Esta modalidad de expresión radiofónica no podría concebirse ni siquiera en la imaginación de los oyentes y menos aún en la de los radiodifusores de hace treinta años atrás Hoy el interés por las radios abiertas, desde los ámbitos universitarios, se centra en los procesos comunicacionales y educativos que ellas gestan. Lo importante en esta práctica radial está en las instancias de relación. De una relación en movimiento ya que proponen, participación, diálogo, reflexión, apropiación de lo público y un uso social de los medios de amplificación sonora de manera liberadora. A las radios abiertas no les interesa parecerse a las radios comerciales, tienen otros fines, otra mirada de la comunicación, otras participaciones y otros protagonistas. Hacia ellos dirige la mirada la autora del trabajo. Durante la realización de la investigación que da origen a este libro, se observaron numerosas actividades –desarrolladas durante los años 2011 y 2012- constatando que son diversos los sectores sociales que eligen realizar esta práctica radiofónica con diferentes objetivos. Organizaciones sociales, grupos de ambientalistas; partidos políticos; protectoras de animales; instituciones educativas y religiosas; medios de comunicación comunitarios; vecinos autoconvocados; estudiantes universitarios; sindicatos; y hasta entidades gubernamentales, deciden tomar el espacio público con algún tipo de equipamiento sonoro con el fin de expresar, informar, exigir, denunciar, proponer, o visibilizar alguna problemática. De todos ellos este libro analiza cuatro experiencias de radio abierta y para su desarrollo investigativo, la autora empleó a mi entender con muy buen criterio, la entrevista cualitativa enfocada. Sobre ella afirma Jesús Galindo Cáceres “(...) deja hablar al sujeto en la reconstrucción de su mirada sobre sí mismo o su experiencia, favoreciendo así la expansión narrativa capaz de mostrar intensamente el espesor y la densidad de las vivencias sociales que pueblan su estructura de relaciones”. La investigación que es la base de esta publicación empleó 35 fuentes bibliográficas, pero lo que deseo destacar es que dos tercios de ellas tienen la particularidad de ser una selección de autores latinoamericanos, incluyendo a argentinos del NOA y de nuestra propia provincia y que además fueron editados en el siglo XXI. Personalmente creo que el principal agente de transformación es la capacidad del ser humano de movilizar su sensibilidad, imaginación, voluntad y talento intelectual en un esfuerzo que se extiende desde el desarrollo personal al desarrollo social, y que genera así una conciencia integradora que va desde lo individual a lo colectivo, transformando recursos internos de la persona en catalizadores de la energía social transformadora.
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Report "Radio Abierta. Aproximación teórica sobre la práctica radial en el espacio público (Romina Argote)"