El shock de lo real. En la aventura artística de occidente se pueden reconocer dos tendencias opuestas. Una dirigida a la celebración de la apariencia, que considera como tarea del arte alejarnos de la realidad y librarnos de su peso. Por el contrario la otra tendencia está orientada hacia la experiencia de la realidad, atribuyéndole al arte la tarea de proporcionar una percepción más fuerte e intensa de la realidad.