Porras, RaúL. Sociología del Desarrollo

April 6, 2018 | Author: Anonymous | Category: Education
Report this link


Description

1. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Compilador Universidad Nacional Federico Villarreal Facultad de Ciencias Sociales Sección Post Grado Segunda Especialidad en Gesti{on del Bienestar Social Materiales de Estudio 1 2. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Contenido I. El estudio del hombre 3 II. La génesis de la idea de desarrollo 20 III. Las teorías del desarrollo 58 IV. El desarrollo peruano 132 V. ¿Por qué no crecemos? 158 2 Materiales de Estudio 3. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Capítulo I: El estudio del hombre Introducción En épocas de crisis y fracaso de paradigmas teóricos y de modelos de desarrollo, constantemente se vuelve la mirada hacia el hombre, como el componente principal del progreso de las naciones. Los teóricos han demostrado que los factores económicos no son los únicos y más importantes agentes del desarrollo, considerándose actualmente, la naturaleza humana y las capacidades del hombre, aunque a algunos les resulte difícil aceptarlo. En la República de Platón, el hombre aparece como un ser que tiene tres vertientes o partes: El deseo, la razón y el espíritu. El deseo es irracional, porque busca el placer y la satisfacción. Mediante la razón el hombre llega a conocer, estando preparado para amar, que para Platón, el amor es la forma suprema de conocer. Y entre ambos elementos se encuentra el espíritu, por un lado lo identifica con el coraje, el que hace que el hombre sea arrojado y por el otro lado, el instinto, el cual nos lleva a acatar lo justo y a indignarnos de lo injusto. En lo primero se parece al deseo y en lo segundo a la razón. Por tanto, el ciudadano de la República se concibe como poseedor de un alma, la cual contiene razón, ánimo y apetito. Maquiavelo piensa que el hombre ha sido y será siempre el mismo. No decae como argumentan los clásicos, pero tampoco mejora. Las pasiones humanas son inalterables. Considera que esta inalterable naturaleza humana no es ni buena ni mala. Los vicios y las virtudes están repartidos en forma desigual según los individuos. Los vicios, sostiene Maquiavelo, son parte de la naturaleza humana y a los cuales se debe la organización política. La rapacidad de los hombres no les permitiría convivir sin la coerción externa de la organización política y bajo esta ley, las cosas no están en equilibrio porque los hombres son insaciables y se aferran ciegamente a sus posesiones. Al hombre le es más fácil olvidar la muerte de su padre, que la pérdida de su matrimonio, sentencia Maquiavelo. Hobbes señala que son dos los postulados de la naturaleza humana que mueven al hombre en su vida personal y colectiva: el apetito personal y la auto conservación. El primer elemento, razona Hobbes, a diferencia de los animales, el hombre dotado de razón puede proyectar ese deseo hacia el futuro y extenderlo a todas aquellas cosas que satisfagan su imaginación y el principio de auto Materiales de Estudio 3 4. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle conservación, el hombre busca conservar la vida y alcanzar la felicidad. El ser humano hará cualquier cosa por conseguir ambos, pero que para Hobbes no son finitos, sino inalcanzables, por ser el hombre un ser insaciable. El deseo de poder lo arrastra a arriesgar su propia vida e incluso a olvidar su instinto de auto conservación, por ser la felicidad causa de esta frecuente calamidad, consiste en querer ser siempre mas que los demás. A principios del siglo XVIII, Juan Donoso Cortés, enemigo del socialismo, rescata sin mucho éxito, la teoría de la innata maldad del hombre a causa del pecado. Por su parte Balmes, otro enemigo del socialismo, por desconocer la verdadera naturaleza humana y sus fundamentos teológicos. Considera que la única comunidad ideal posible es la que se basa en los principios morales del cristianismo. Anarquista como Godwin piensan que el hombre es innatamente bueno y es la sociedad corrompida por el estado la que lo corrompe, pero que pude superarse progresivamente este circulo vicioso en el que se ve envuelto, mediante la difusión de la razón. Afirma que cuando una nación comprende la necesidad de cambio en su gobierno, mejoran sus instituciones, lo cual a su vez perfecciona la opinión pública y fomenta la las posibilidades de nueva expansión de la razón, lo que a su vez lleva a nuevas reformas, las que inician un nuevo proceso; que a decir de Godwin, “el mejoramiento de los individuos y el mejoramiento de las instituciones políticas están destinados a reproducirse mutuamente. Fe en el progreso, confianza en la innata bondad del hombre y hostilidad frente al estado son los tres elementos básicos del desarrollo de las sociedades. El concepto marxista del hombre socialista, se desarrolló en el terreno de la utopía. Lejos de ofrecer una descripción completa del hombre del futuro, el marxismo dedicó su análisis al hombre en el capitalismo, un ser explotado y enajenado, sin probabilidades de mejorar sus condiciones de vida. El concepto de desarrollo trasciende el ámbito económico, social, político y cultural y desde hace algunos años se viene trabajando la dimensión humana del desarrollo y retomando incluso la vieja doctrina de la innata maldad del hombre, acompañada de la fe y de los valores y actitudes. A continuación se presentan algunos aportes de diversas vertientes sobre el problema del hombre: las concepciones mas representativas, la esencia del hombre y el hombre en el análisis sociológico, con el propósito de comprender a cabalidad las teorías y los modelos de desarrollo, que tienen como defecto ignorar o considerar al hombre como un elemento mas del desarrollo. 1. CONCEPCIONES DEL HOMBRE 1 Los diversos humanismos no hacen sino enfatizar el supremo valor de la persona humana tal como ese valor se desprende de las respectivas concepciones sobre el hombre subyacente a ellas. Para hablar en concreto de los diferentes humanismos, hay que referirse a los varios conceptos del hombre aparecidos en la historia. Estos son algunos, con amplia vigencia en este siglo: 1.1. La idea cristiana del hombre El cristianismo concibe al hombre como creado por Dios y a imagen suya, y llamado a una salvación definitiva que afectará también al cuerpo humano. La vida toda constituye un don divino. El hombre es un ser libre capaz de virtud y de pecado, pero imposible objeto del perdón de Dios. La plenitud del hombre consiste, por un lado, en la fe religiosa y, por otro, en la fraternidad con los demás. En la perspectiva cristiana todas las cosas y situaciones tienen un sentido revelador y a la postre salvador, incluso el sufrimiento y la muerte. No ha creado Dios al hombre para que muera del todo, sino para que viva, pese a la muerte. 1 ARMERO, C. (1982) Filosofía. Madrid: Editorial Santillana. 4 Materiales de Estudio 5. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV 1.2. El concepto socialista-marxista. El hombre se crea a sí mismo mediante el trabajo: ésta es la intuición primera de Marx. Ocurre, sin embargo, que en la sociedad capitalista al trabajo está no sólo socialmente dividido, sino explotado por el capital y además alienado. De ahí que en ésta sociedad el hombre esté también dividida y enajenada. El concepto opuesto al de hombre alienado es el de hombre total, hombre en quien se ha superado todo desgarramiento gracias a una serie de reconciliaciones: del varón con la mujer, de la industria y la tecnología con la naturaleza, del trabajo material con el intelectual. El principal desgarramiento, sin embargo, es el de la división de clases sociales. El socialismo marxista se propone como un humanismo, al propugnar una organización social del trabajo que permita a los hombres satisfacer sus necesidades sin recurrir a la explotación de unos grupos humanos por otros y con un mínimo de trabajo penoso y de sacrificio. 1.3. El concepto existencialista Ha sido principalmente Jean-Paúl Sartre quien ha presentado el existencialismo como un humanismo. El concepto sartriano del hombre es el de un ser en proyecto cuya estructura fundamental es la intención. Los valores no preexisten al hombre, sino al revés: es el libre proyecto del hombre el que constituye los valores en cuanto valores. Ese proyecto, además, es plenamente creador o de invención. No hay signos o señales en el mundo que sirvan de orientación o de marco de referencia para la elección del hombre. Ni siquiera cabe hablar de naturaleza humana como de algo fijo y definido, sino solamente de condición humana en medio de la cual se desarrolla, de modo onníomodamente libre, la existencia del hombre. Por eso, tampoco hay moral universal. La moral es como el arte: hay que crearla y cada cual tiene su estilo. El proyecto o pasión fundamental del hombre es asemejarse a la divinidad. Pero como para Sartre no hay Dios, tal aspiración es radicalmente una aspiración frustrada; el hombre es una pasión inútil, un proyecto en vano. 2. EL HOMBRE EN EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO2 2.1. El concepto filosófico de persona En la filosofía antigua y en la escolástica. La noción de persona comenzó a ser elaborada por el pensamiento cristiano, y no directamente en relación al hombre sino a la divinidad. Fue en las controversias teológicas de los siglos IV y V donde se precisó dicha noción con el resultado del dogma de la trinidad de personas divinas -Padre, Hijo y Espíritu Santo-, en la unidad de naturaleza de Dios y del dogma de Cristo como una persona en dos naturalezas, la divina y la humana. La definición clásica de persona procede de Boecio (+524), un filósofo cristiano, y sirvió de referencia a casi todos los pensadores medievales: "Persona es la sustancia individual de naturaleza racional"- Los escolásticos destacaron que la persona es la realidad de un ser inteligente completo en sí mismo, y por tanto consistente en su propio ser e independiente. En la filosofía moderna. Los filósofos de la época moderna y contemporánea han añadido nuevos rasgos a la caracterización de la persona humana: su libertad e independencia respecto al mecanismo determinista de la naturaleza; su valor de fin en sí misma; su relación al derecho, a la responsabilidad, a la moralidad; su calidad de foco o centro de diversas facultades y actividades del hombre. La filosofía racionalista de los siglos 2 Ibid. Materiales de Estudio 5 6. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle XVII y XVIII mantuvo la tradición escolástica y de Boecio, de poner en primer plano su índole racional. Así, según Leibniz, "la palabra persona lleva consigo la idea de una ser pensante e inteligente, capaz de razón y de reflexión". Recientemente, en cambio, suele insistirse en los aspectos emocionales y volitivos de la persona tanto o más que en los racionales. Otros conceptos afines. Aparte de la noción de persona, el pensamiento filosófico ha acudido a otros conceptos para tratar de comprender al hombre. Los conceptos de "sujeto" y de "yo" han servido, en teoría del conocimiento, para representar al hombre en cuanto conocedor de la realidad. El sujeto-hombre cognoscente se contrapone al objeto-mundo conocido; lo subjetivo se contrasta -en oposición y a la vez en relación- con lo objetivo. El "yo" se contrapone a todo lo que no es él; sea "el otro" o lo otro en general (Sartre), sea globalmente el "no-yo" (Fichte), sea el "tú" y el "ello" (Buber) El concepto de individuo es también cercano al de persona. Generalmente suele decirse que "individuo" recoge los aspectos de incomunicabilidad y de limitación que distinguen a cada ser humano de todos los demás, mientras la "persona" envuelve una dimensión social, de positiva relación a los otros en actitudes como solidaridad, disponibilidad, entrega, simpatía, etcétera. 2.2. Los humanismos El pensamiento antropocéntrico. De los tres grandes temas de la reflexión filosófica -el mundo, el hombre, el ser- algunos filósofos han dado absoluta primacía precisamente al hombre o a la persona humana. Esta primacía da lugar a una forma de pensamiento filosófico que puede caracterizarse como antropocéntrica y antropológica, frente a las formas cosmológica y ontológica de filosofar, que toman como tema y clave fundamental respectivamente al mundo y al ser. Las principales manifestaciones del antropocentrismo filosófico son las filosofías personalistas y humanistas. 2.2.1. El humanismo clásico y el moderno. El nombre de "humanistas" empezó a aplicarse a los maestros en las ciencias llamadas "Humanidades". Luego se entendió por "humanismo" la tendencia a destacar la importancia del estudio de las lenguas y de los autores clásicos. En particular, se aplicó esa designación al movimiento literario comenzado en Italia a fines del siglo XIV y extendido luego por Europa en los dos siglos siguientes. Así entendido, el humanismo forma parte del Renacimiento. Agrupa a autores de muy diversas ideas (Erasmo de Rotterdam, Luís Vives, Nicolás de Cusa, Montaigne), pero que tuvieron en común el interés por la dignidad del hombre y por la recuperación para su tiempo del patrimonio literario y filosófico de los clásicos y romanos. En la época actual se ha hablado de humanismo en un sentido distinto: para calificar ciertas tendencias filosóficas y de pensamiento, antiguas o modernas, que destacan el valor del hombre en cuanto hombre y proponen algún ideal o modelo de realización del ser humano. En este sentido el humanismo no es una creación moderna, ni tampoco renacentista; es una constante del pensamiento humano, si bien una constante en continuo antagonismo con formas de pensamiento y de acción deshumanizadoras o sencillamente no antropocéntricas. La preocupación por el hombre es ya visible tanto en Sócrates como en sus oponentes los sofistas. La cultura grecorromana quiso ser ya un humanismo, aunque no llegó a constituirse más que como humanismo de unos pocos, de la pequeña minoría de notables a quienes el trabajo de una multitud de esclavos permitía el disfrute de la contemplación filosófica y estética. 6 Materiales de Estudio 7. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Frente a ese humanismo aristocrático de la antigüedad, el humanismo actual se propone como democrático y para todos. Su horizonte de referencia es el valor absoluto y la plena realización no de unos pocos varones ilustres, sino de todos los hombres. 2.2.2. Bases del humanismo. Hay modelos muy varios, e incluso incompatibles, de humanismo. Los modelos cristianos, existencialista y marxista parecen irreductibles entre sí y muy difíciles de compaginar. Existe también un humanismo científico o de la ciencia, directamente inspirado en la práctica de la investigación científica. Se ha hablado, asimismo, de "humanismo integral" con el ánimo de superar cualquier concepto partidista o unilateral del hombre y de recoger todos los aspectos de lo humano. Las divergencias entre los humanismos, sin embargo, no destruyen el hecho de una profunda convergencia de base común. Esa base común se deja resumir en tres principios fundamentales que pueden formularse en sendas sentencias acuñadas ya desde la antigüedad: a) "El hombre es la medida de todas las cosas" (Protágoras) Se refleja aquí el aspecto metodológico de toda filosofía humanista. Puesto que somos hombres, sólo podemos filosofar o reflexionar a lo humano, con un enfoque humano, proporcionando o relacionando a nuestra medida de hombres aquellas realidades o representaciones más ajenas a nosotros, tanto lo subhumano como lo sobrehumano, tanto lo infinitesimalmente pequeño cuanto lo indefinidamente inmenso. b) "No considero extraño a mí nada de lo humano" (Terencio) El humanismo es una voluntad de reconocimiento de todas las manifestaciones humanas. Todo lo que hacen o piensan otros hombres pertenece en algún modo a mi mundo y me afecta en cuanto hombre. Al pensamiento humanista le es así consustancial cierto ecumenismo filosófico que pone la comunidad de naturaleza humana por delante de las diferencias de cultura y de creencias. Es éste un principio de convergencia en medio de los humanismos discrepantes. c) "No proponer al hombre más que lo humano es traicionar al hombre" (Aristóteles) Se enuncia ahí una cierta aspiración de trascendencia, luego concentrada en modo diverso por las diferentes tradiciones humanistas. Los humanismos religiosos localizan esa trascendencia en Dios. Los humanismos laicos la sitúan generalmente en el porvenir: en la futura sociedad sin clases (socialismo) o en el hombre superior, que sucederá al hombre actual como éste sucedió a los antropoides (Nietzche) En todo caso, los humanismos proponen al hombre algo que excede lo humanamente dado ya y que supera el actual estado de la humanidad. Es común también a todos los humanismos la exigencia el anuncio de un "hombre nuevo" y una "nueva humanidad" 2.3. El pensamiento no humanista La filosofía y el pensamiento centrados en el hombre o en la persona humana no son más que una de sus posibles formas, no la única. Aunque hayan prevalecido en Occidente durante la época moderna, ha habido épocas enteras en la historia del pensamiento, incluso del occidental, escasamente interesadas en la reflexión sobre el hombre o no primordialmente centradas en esa reflexión. Así ocurre en gran parte de la filosofía griega, esencialmente cosmocéntrica, volcada por entero en el mundo y en el movimiento; en la filosofía escolástica medieval, intensamente teocéntrica y subordinada al pensamiento teológico; y, ya en nuestro siglo, en las corrientes empiristas, positivistas y lógicas, nacidas hacia 1920 en el llamado "círculo de Viena", y luego dominantes en la filosofía universitaria de los países anglosajones. Todas éstas son ya formas no antropológicas y no humanistas Materiales de Estudio 7 8. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle de pensamiento. En la actualidad, además, hay una reacción intencionada contra el modelo humanista y antropocéntrico de filosofía. Esa reacción se produce en distintos sentidos a partir de principios diferentes: Al existencialismo humanista de Sartre se ha opuesto de manera expresa y terminante Martín Heidegger, desde otro planteamiento de una filosofía de la existencia. Según él, lo que caracteriza al humanismo filosófico es la pretensión de que la esencia del hombre es esencial para la verdad del ser. Ahora bien, la realidad es exactamente al contrario: hay que pensar y comprender al hombre a partir de la verdad del ser. Proclamarse antihumanista, sin embargo -puntualiza Heidegger-, no equivale a estar a favor de lo inhumano; es abrirse la posibilidad de pensar al hombre en otras direcciones. En la perspectiva Heideggeriana eso procede en el horizonte de una ontología o reflexión radical sobre el ser en cuanto diferente de los concretos entes existentes. Pero su advertencia de que la oposición a un pensamiento humanista y antropocéntrico no entraña, ni mucho menos, oposición al hombre o a lo humano vale también para las posiciones mencionadas a continuación. Hoy en día, el pensamiento científico y también el pensamiento filosófico más influido por la ciencia, no suele ser antropocéntrico o humanista. En el ámbito de influencia de las Ciencias Físicas de la naturaleza se acostumbra a resaltar la significancia del hombre en el cosmos: la pequeñez del espacio humano frente al desmesurado espacio cósmico y la fugacidad de la entera historia de la humanidad dentro del tiempo sin límites del devenir universal. Muchos pensadores consideran demasiado presuntuoso al humanismo y a todo pensamiento antropocéntrico que se empeña en girar alrededor de este simio efímeramente logrado y de este átomo irrisorio en la inmensidad del cosmos que -a su modo de ver- es el hombre. Es un punto de vista que plantea graves cuestiones acerca del sentido de la vida del hombre sobre la Tierra y que en todo caso puede actuar de sano correctivo frente a especulaciones filosóficas exclusivamente basadas en una visión localista del mundo y de la realidad, como si el hombre fuera su centro y su clave. En el campo de influencia de las Ciencias Sociales y Humanas se hace la crítica al humanismo en nombre de otros supuestos. El hombre como tal -se arguye- no existe. Sólo existen los hombres concretos, los grupos humanos determinados: las clases sociales, las formaciones socio-económicas, las comunidades idiomáticas, las épocas históricas, las culturas. Esos grupos humanos, localizados en el espacio y en el tiempo, pueden ser objeto de un saber; pero el hombre, en cuanto tal, o la supuesta esencia suya, representa una vana abstracción inexistente que no puede ser objeto de conocimiento, sino de ideología. Las posiciones más contundentes en una tal negativa al humanismo en cuanto filosofía o ideología del hombre esencial corresponden a autores habitualmente catalogados bajo el nombre de estructuralistas. Entre ellos, Michel Focuault destaca que la figura del hombre como objeto del saber y de la filosofía occidental es un invento de fecha relativamente reciente, de finales del siglo XVIII, y cuya pérdida de vigencia se presiente próxima. En término parecidos, Claude Lévi-Strauss afirma que el objeto de las Ciencias Humanas no es construir al hombre, sino disolverlo, es decir, diseccionarlo analíticamente. Finalmente, Louis Althausser, combinando tesis del marxismo y del estructuralismo, se opone con dureza a los que hablan de un humanismo marxista, asegurando que han comprendido mal a Marx, y rechaza la ideología humanista por incapaz de articular un saber real de lo que son los hombres históricos en las condiciones socioeconómicas concretas. 8 Materiales de Estudio 9. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Para la adecuada valoración de todas estas formas de pensamiento, conviene insistir en que su propósito y su final resultado no es des-humanizar al hombre, pero sí des- mitificarlo. Cumplen, además, la positiva función crítica de llamar la atención sobre el peligro de querer disimular los huecos de nuestro saber sobre el hombre con meras etiquetas de palabras a las que se pretende hacer pasar por conceptos filosóficos. La confrontación entre el pensamiento humanista y el no humanista reproduce, a otro nivel y en otro momento histórico de la conciencia filosófica, más ilustrada ahora por los hallazgos de la ciencia, el viejo pleito contencioso en torno al materialismo. El recorrido a través de muy varios modos de reflexión sobre el hombre nos reconduce así el planteamiento inicial de donde arrancaba toda esa reflexión. Pero después del recorrido, ese planteamiento no es ya el mismo; lo reencontramos enriquecido y esclarecido por la larga historia de la reflexión radical o filosófica con la que los hombres se han aplicado a meditar acerca de su propio ser y condición humana. 3. LA ESENCIA DEL HOMBRE3 Los biólogos y antropólogos se han ocupado en responder a la pregunta sobre el origen del hombre como especie, vale decir, sobre la incógnita de su aparición sobre la tierra. Los psicólogos se han encargado de encontrar las diferencias psíquicas existentes entre el hombre como animal superior y las demás especies inferiores, o dicho de otra manera, en la distribución diferencial de las funciones psíquicas en la escala anima, como una de sus tantas tareas. Pero la explicación biológica y la psíquicas no son suficientes para responder a la pregunta trascendental sobre cuál es la esencia del hombre, considerado como el centro y origen del llamado mundo histórico social. El planteamiento trascendental sobre la esencia del hombre debe responder a la pregunta ¿cuál es el sentido del hombre y su destino? Pero una interpretación trascendente, en principio, no admite ni una comprobación ni una refutación científicamente válida, porque sobrepasa los límites de toda experiencia. De ahí que haya sido la Antropología Filosófica la que haya tomado a su cargo la tarea de formular una interpretación metafísica respecto del hombre, en su aspecto trascendental. A continuación examinaremos las principales respuestas que la Antropología Filosófica ha ensayado para comprender la esencia del homo sapiens. 3.1. La tesis de Aristóteles Aristóteles, filósofo griego nacido en Estagirita, que vivió del 384 al 322 A.C. y que ha influido poderosamente en el pensamiento filosófico durante mucho tiempo, muy especialmente en la filosofía de Santo Tomás, define la esencia del hombre por la razón. El hombre es uno de los muchos seres que pueblan el universo y que al igual que los demás posee el principio vital de los organismos vivos: el alma. Para Aristóteles, el alma de las plantas es simplemente su fuerza nutritiva y reproductora; el de los animales, además de dichas fuerzas, es su poder sensitivo y locomotor, pero en el hombre es, sobre todo, su capacidad de razonar y de pensar. 3 MEJÍA, J (1990) Introducción a las Ciencias Sociales. Lima: Ediciones UNFV Materiales de Estudio 9 10. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Por consiguiente, el ser humano, según Aristóteles, posee el privilegio, del que no participan los demás seres vivos, de compartir la inteligencia divina, en alguna medida. Ahora bien, para el filósofo griego, parte del poder racional del alma humana es pasivo, está unido a la memoria y muere con el cuerpo a que ella está ligado y que la sustenta. Pero existe una razón activa, un puro poder del pensamiento que es independiente de la memoria y que no resulta afectada ni destruida por la desaparición del cuerpo. Esta razón activa es un elemento universal que se distingue del individuo que yace en el hombre y, a su muerte, le sobrevive. Por lo tanto, este tipo de razón no es la personalidad con sus transitorios efectos y deseos y que desaparece con la muerte del ser humano individual, sino es el alma en su forma más abstracta e impersonal, el pensamiento puro despojado de toda realidad, tal como Aristóteles concibe a Dios que es actividad pura, no contaminada con la acción. De ahí que la finalidad o destino del hombre en el mundo sea realizar sus naturales, vale decir su pensamiento. De consiguiente al hombre se le puede definir por su pensamiento, por su poder de raciocinio, por su razón. La esencia del hombre es la ratio. Es evidente que la actividad pensante del hombre no puede alcanzar la pureza, grandeza y plenitud con que piensa Dios, de ahí que su pensar tenga que ser siempre limitado e imperfecto. De todo lo dicho se desprende que para Aristóteles la esencia trascendental del hombre hay que buscarla en la razón, en su racionalidad, potencia anímica jamás comparable con las facultades psíquicas de los animales inferiores o de cualquier otro ser viviente. Gracias a la razón el hombre se ha colocado en el vértice del mundo y ha logrado rescatarlo para sí. Sólo Dios que, según Aristóteles es absolutamente perfecto, que es actividad tan pura que no actúa jamás, puede contemplar la esencia de las cosas con plenitud puesto que siendo él mismo la esencia de ellas, su contemplación resulta de contemplarse a sí mismo. En cambio, el hombre, que no es Dios, pero que participa de algunas de sus cualidades, entre ellas el pensamiento, tiene que ser definido por su racionalidad. El hombre es un ser racional y ésa sería su esencia trascendental. 3.2. La tesis de Manuel Kant Manuel Kant, nacido en Königsberg, Prusia (1724-1804) planteó el problema de la esencia del hombre desde el punto de vista ético. Dicho de otro modo: para Kant la racionalidad humana posee un alcance mucho mayor que el concebido por Aristóteles, y que le confiere su máxima dignidad, cual es el de ajustar sus actos al principio del deber, aunque se oponga a sus instintos, pasiones, sentimientos o intereses. En esto consistiría la trascendencia sustancial del hombre, al elevarse de la vida animal cuando orienta sus actos por una realidad superior a su propia existencia. Para Kant la religión no puede fundamentarse en la ciencia, sino en la moral. Debemos hallar una ética universal y necesaria, absoluta, categórica e imperativa. Ahora bien, la realidad más sorprendente en el hombre es precisamente su sentido moral, su sentimiento de culpa frente a la tentación, ante la cual puede sucumbir pero jamás anular la necesidad de expiación. Lo que guía la conducta del hombre y orienta su toma de decisiones frente a alternativas de carácter ético es el imperativo categórico, o mandato incondicional de 10 Materiales de Estudio 11. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV nuestra conciencia que hemos de "obrar como si la máxima de nuestra acción debería convertir, por nuestra voluntad, en ley universal de la naturaleza". Sabemos por vivo e inmediato sentimiento, es decir, aparte de todo razonamiento, que debemos evitar una conducta que, de ser adoptado por todos los hombres, de convertirse por lo tanto en ley universal, hiciera imposible la vida social. Por ejemplo, la necesidad de eludir un compromiso mediante una mentira no significa que se tenga la voluntad de que la mentira se convierta en ley universal, porque de ser así ya no se podría adquirir compromiso alguno. La adecuación de nuestra conducta a un imperativo categórico, es decir, nuestro sentido de la ética frente a un conflicto de valores para adoptar una decisión libremente concebida, nuestra capacidad de distinguir lo bueno de lo malo, lo moral de lo inmoral y, sobre todo, nuestro sometimiento a una ley de universalidad ética creada por nosotros mismos, es lo que nos diferencia de los animales inferiores y lo que para Kant, hace que el homo racionales adquiera su propia dignidad y esencia trascendental, convirtiéndose en homo morales. 3.3. La Tesis De Federico Nietzche Federico Nietzsche, filósofo nacido en Röcken, Prusia (1844-1900), elaboró una filosofía que de alguna manera se basó en una extrapolación de la teoría de Darwin. Si la vida es una permanente lucha por la existencia en la que sobreviven los mejor dotados, la fuerza tiene que ser la virtud suprema y la debilidad el máximo pecado. Lo bueno es lo que sobrevive, lo que gana, lo malo es lo que cede, lo que pierde. La supervivencia del hombre, en definitiva, y el instrumento para lograrlo, sería lo que tipificaría la esencia moral del hombre. Pero de una especie superior de hombre, de aquél que está predestinado a la supervivencia y a la superación de la selección que inexorablemente hace la naturaleza y la sociedad de los escasamente dotados. Quien representa la esencia trascendental del hombre, según Nietzsche, es el superhombre. El Superhombre aparece en el momento en que mueren los Dioses. Nietzsche creó un personaje imaginario que habla por él: Zaratustra. Cuenta que a la edad de 30 años descendió de la montaña para predicar que Dios había muerto, así como murieron todos los dioses antiguos, de risa, cuando uno de ellos dijo la frase más impía que jamás se haya pronunciado: "no hay más que un solo Dios". A la muerte de Dios sobreviene la etapa del Superhombre. Lo que hay de grande en el hombre es el ser un puente y no una meta; lo que puede armarse en el hombre es el ser una transición y una destrucción, pero como el Superhombre aún no ha nacido, nosotros sólo podemos ser sus precursores. En su obra Más allá del bien y del mal, publicada en 1886, intentó bosquejar la moral del Superhombre. Existe, afirma, una moral de señores y otra de rebaño. La primera es la forma aceptada por la antigüedad clásica, especialmente la romana, en donde la virtud era significa virilidad, valor, audacia, braveza. La segunda, proveniente del Asia y en especial de los judíos de la época en que estuvieron políticamente dominados por otras naciones, es una moral de sumisión, de humanidad y desamparo. La moral del rebaño reemplaza la fuerza y el apego al peligro, como signos de virtud, por el amor a la seguridad y a la paz. De este modo, la virilidad es sustituida por la astucia, la severidad por la piedad, el orgullo y el honor por la expiación de la conciencia y, en general, la aristocracia por la mediocridad. Materiales de Estudio 11 12. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle La moral del Superhombre se apoya en una secreta voluntad de poder, que sería la clave para comprender la esencia del hombre como producto de la selección natural. Sólo los fuertes, los destructores, los que rompen los valores en pedazos, son los verdaderos creadores del bien y del mal. De esta manera Nietzsche pretende haber hallado una explicación metafísica del héroe que representaría la imagen del triunfador en la lucha por la vida, en el proceso de la evolución histórica y, en definitiva, sería la "voluntad de poderío" la verdadera esencia trascendental del ser humano. 3.4. La tesis de Max Scheller Max Scheller, filósofo alemán, nacido en Munich (1874-1928), ha dado una respuesta totalmente diferente a la formulada por Nietzsche, y hasta cierto punto se le considera como su opositor doctrinario por su extraordinaria defensa de la moral cristiana, que no debe confundirse con la moral burguesa que se basa en el resentimiento. La idea cristiana de la abnegación, dice Scheller, no tiene ningún carácter nivelador, pues tiende a poner de relieve y a aumentar el valor propio de quien abdica, a valorizar su individualidad concreta y su originalidad absoluta. Su idea del hombre se encuentra expuesta en su libro El puesto del hombre en el Cosmos. Sostiene que la esencia del hombre, y lo que podría llamarse su puesto singular, está muy por encima de su inteligencia facultad de elegir. El principio que hace del hombre un hombre, es ajeno a todo lo que es vida en el más amplio sentido del vocablo, ya sea en el psiquismo interno o en lo vital externo. Lo que hace hombre a un hombre es un principio que se opone a toda la vida en general, un principio que, como tal, no puede reducirse a la "evolución natural de la vida", sino que, si ha de ser reducido a algo, ha de serlo al fundamento supremo de las cosas, que es el espíritu. Para Scheller la persona es el centro activo en que el espíritu se manifiesta dentro de las esferas del ser finito. La propiedad esencial de un ser espiritual es su independencia, libertad o autonomía esencial frente a la presión de lo orgánico y a la inteligencia impulsiva, propia de éste. Semejante ser espiritual ya no está vinculado a sus impulsos ni al mundo circundante, como lo está el animal que depende del mundo y actúa en y para el mundo que lo rodea, sino que puede elevarlo a la dignidad de objeto y aprehender la manera de ser de esos objetos. Pero el acto fundamental del espíritu es lo que Scheller denomina la "Ideación", que va mucho más allá de la simple inteligencia práctica. Un problema de inteligencia sería, por ejemplo, buscar la forma de eliminar el dolor que sentimos en un brazo, pero la búsqueda de la realidad esencial es preguntarse por el dolor mismo, prescindiendo de que lo sienta aquí y ahora. Ideación es, por lo tanto, la acción de comprender las formas esenciales del universo y la facultad de separar la existencia de la esencia. Lo esencial en el hombre no es que tenga saber, sino que tenga esencia a priori, es decir, que sea capaz de adquirirla. Ahora bien, el mecanismo mediante el cual se produce la Ideación es el acto de desrealización o sea la anulación ficticia del carácter de realidad. Ningún acto perceptivo nos puede indicar la esencia de las cosas. Ellos sólo nos muestran su manera de ser. De consiguiente, tenemos que valernos de otro procedimiento para llegar a esas esencias. El animal vive totalmente en lo concreto y en la realidad, de la cual no puede desprenderse. En cambio el hombre posee la capacidad de negar esa realidad y mediante esa negación se prescinde momentáneamente del coeficiente existencial (contingente) para alcanzar su esencia. Este es el acto que define más propiamente al espíritu humano. 12 Materiales de Estudio 13. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Veamos algunos casos: a) Sólo el hombre posee la noción de las categorías de cosa y sustancia. Los animales superiores no parecen poseerla plenamente. b) El hombre tiene de antemano un espacio único. El animal, en cambio, carece de un verdadero espacio universal que persista como fondo estable, independiente de los movimientos de traslación que verifica. c) El hombre posee las formas vacías de espacio y de tiempo. El animal no puede aislar las formas vacías de espacio y tiempo, despreciándolas de las cosas contenidas en ellas, como tampoco puede aislar el número abstracto separándolo del número concreto que reside en las cosas mismas. En resumen, el hombre en cuanto persona, es el único que puede elevarse por encima de si mismo, y partiendo de un centro situado por decirlo así, allende el mundo tempo- espacial, convertir todas las cosas, y entre ellas a sí mismo, en objetos de su conocimiento. Este centro no puede ser parte de este mundo y sólo puede ser el fundamento supremo del ser mismo. El espíritu, para terminar, es el único ser incapaz de ser objeto porque es actualidad pura. El centro del espíritu es la persona, que no debe confundirse con lo psíquico, y en ella sólo podemos recogernos, concentrarnos, pero no objetivarla. Hay que tener en cuenta que para Scheller las ideas no existen antes, ni en, ni después de las cosas, sino con las cosas y son engendradas en el acto de la Ideación, facultad y cualidad del espíritu que anida en nuestra persona. Por consiguiente, en el hombre existen dos fuerzas: una los impulsos vitales, poderosas fuentes de energías, pero que son ciegos para las ideas y valores; otra, el espíritu que, careciendo de poder, sólo proporciona a los impulsos vitales las ideas que le orienten en su rumbo. La esencia del hombre, en consecuencia, reside en su espiritualidad, que le ha permitido elevarse por encima del reino animal, concebir ideas abstractas respecto de las cosas concretas e intuir las formas esenciales de la estructura del universo. 3.5. La tesis de Ernest Cassirer Ernest Cassier, filósofo alemán, nacido en Breslau (1874-1945), ha planeado el problema de la esencia del hombre desde otro punto de vista. Siguiendo a los biólogos, afirma que cada organismo, hasta el más ínfimo, se halla adaptado a su ambiente y coordinado con él. Gracias a su estructura anatómica posee un determinado sistema "receptor" y un determinado sistema "efector". El organismo no podría sobrevivir sin la cooperación y equilibrio de estos dos sistemas. Ahora bien, el hombre ha descubierto un nuevo método para adaptarse a su medio ambiente. Entre los sistemas receptor y efector, que se encuentran en todos los animales, hallamos en el hombre, como un eslabón intermedio, lo que Cassier denomina el sistema "simbólico". Esta nueva dimensión transforma la totalidad de la vida humana, de suerte que, comparando con los demás animales, el hombre no sólo vive una realidad más amplia sino, por decirlo así, en una nueva dimensión de la realidad. El hombre ya no vive en un puro universo físico sino en un universo simbólico. El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen parte de este universo, forman los diversos Materiales de Estudio 13 14. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle hilos que teje la red simbólica, la urdiembre complicada de la especie humana. Por lo tanto, piensa Cassirer que la definición del hombre como ser racional debe ser sustituida por la de ser simbólico. Para sustentar su tesis, Cassirer parte del análisis del lenguaje, en el cual distingue dos niveles: el emotivo y el teórico. En el mundo animal podemos encontrar abundantes analogías y paralelos con el lenguaje emotivo, sin embargo le falta un elemento que es característico e indispensable de todo lenguaje humano: no encontramos signos que posean una referencia objetiva o sentido. La diferencia entre el lenguaje de proposiciones y el lenguaje emotivo representa la verdadera frontera entre el mundo animal y el humano. No existe ninguna prueba concluyente de que ningún animal diera jamás este paso decisivo de lo subjetivo a lo objetivo, del lenguaje efectivo al lenguaje proposicional. De otro lado, el animal posee una imaginación y una inteligencia práctica, mientras que sólo el hombre ha desarrollado una nueva fórmula: una inteligencia y una imaginación simbólicas. Además, el pensamiento relacional depende del pensamiento simbólico. El mero percatarse de las relaciones no puede considerarse como un rasgo especifico de la conciencia humana, pero en el hombre se ha desarrollado la capacidad de aislar relaciones, para considerarlas en su sentido abstracto, y para captar ese sentido no depende ya de datos sensoriales concretos. La geometría representa el ejemplo clásico de este viraje en la vida intelectual del hombre. Sin el paso preliminar del lenguaje humano no podría haber sido posible esta conquista. Del mismo modo, la idea que tiene el hombre del espacio es también simbólica. Los animales de las especies más inferiores poseen un espacio orgánico, aprendido por la experiencia individual. Animales recién nacidos parecen tener un sentido neto y preciso de la distancia y la dirección espaciales, pero no se encuentran guiados por ningún proceso ideacional sino por simples impulsos corporales. En los animales superiores existe el espacio perceptivo, que se construye con elementos de las diferentes especies de experiencias: sensible, óptica, tactil, acústica y kinestésica. Pero sólo el hombre tiene idea del espacio simbólico. Mediante un proceso mental complejo se llega a la idea del espacio abstracto, la misma que abrió paso al hombre hacia otro campo del conocimiento y hacia una dirección enteramente nueva en la vida cultural. El espacio abstracto no encuentra su contrapartida ni su fundación en ninguna realidad física o psicológica; los puntos y líneas de que se vale no son objetos sino simples símbolos de relaciones abstractas. La adquisición del espacio como abstracción fue producto de la evolución del género humano, desde el pensamiento primitivo hasta la época babilónica en que apareció el concepto del orden cósmico. De ahí que la cultura babilónica haya sido considerada como el inicio de toda vida cultural. La astrología babilónica, en su conjunto, era una interpretación mítica del universo, y el espacio, por decirlo así, fue transportado de la tierra al cielo, pero más tarde la astronomía sucede a la astrología y el espacio geométrico ocupa el lugar del espacio mítico y mágico. El tiempo, para el hombre, también tiene carácter simbólico. El organismo jamás está localizado en un instante singular. En su vida, los tres modos del tiempo: pasado, presente y futuro, forman un todo que no puede ser desgregado en elementos individuales. Algunos afisiólogos, dice Cassier, que la memoria tiene que ser considerada como una función general de toda materia orgánica. Pero toda memoria tiene que ordenar sus experiencias 14 Materiales de Estudio 15. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV anteriores localizándolas y refiriéndolas a puntos diferentes del tiempo. Ahora bien, dicha localización no es posible si al tiempo no se lo concibe como un esquema general, como un orden serial que abarca todos los acontecimientos singulares. La memoria simbólica es aquel proceso en el cual el hombre no sólo repite su experiencia pasada sino que la reconstruye. No basta memorar datos de nuestra experiencia anterior sino que tenemos que recordarlos, organizarlos, sintetizarlos, juntarlos en un foco de pensamiento. De esta manera se relaciona el presente con el pasado. Pero en nuestra concepción del tiempo el futuro constituye un elemento indispensable, y la referencia al futuro es captada por nuestra conciencia antes que la referencia al pasado. Vivimos más en nuestras ansiedades y esperanzas por el futuro en nuestros recuerdos del pasado o en nuestras experiencias presentes. Todo proceso orgánico tiene que incluir, en su descripción, esta referencia al futuro (tele). Pero en el ser humano la conciencia del futuro experimenta el mismo cambio característico del sentido que hemos observado en lo que respecta al pasado. El futuro no es sólo una imagen sino que se convierte en un "ideal". Este es el futuro simbólico del hombre que corresponde a su pasado también simbólico y guarda estricta analogía con él. Podemos llamarlo futuro profético porque el poder simbólico del hombre se atreve más allá de los límites de su existencia finita. Tal es el caso de los profetas religiosos. Por último, el intelecto humano necesita de símbolos, y para el pensamiento simbólico se requiere distinguir entre cosas actuales y cosas posibles. Un símbolo no posee existencia real sino sólo un sentido. En el pensamiento del hombre primitivo resulta muy difícil distinguir entre las dos esferas del ser y del sentido, pues se hallan constantemente confundidas: un símbolo es considerado como si estuviere dotado de poderes mágicos o físicos. Pero en el proceso ulterior de la cultura se siente claramente la diferencia entre cosas y símbolos. La tarea superior del conocimiento humano requiere siempre de un elemento teórico, es decir, de un elemento simbólico. La mejor comprobación de esto la encontramos en la historia de la matemática, que no es una teoría de las cosas sino una teoría de los símbolos. De ahí que el lenguaje, la religión, la ciencia, el arte y, en general, todas las formas de la cultura, sean un universo simbólico construido por el hombre que le permite comprender e interpretar, articular y organizar, sintetizar y universalizar su experiencia humana. 4. EL HOMBRE EN EL ANÁLISIS SOCIOLÓGICO4 Es inevitable que cada sociólogo tenga un concepto de la naturaleza del hombre, y es sumamente probable que ese concepto influya en su forma de abordar la investigación social. Sin embargo, prevalece en la Sociología una aguda resistencia a intentar el análisis de los fenómenos sociales de un modo que tome francamente en consideración los factores psicológicos de la vida social. Los que adoptan esta posición lo hacen, por supuesto, respaldados por una autoridad de peso, ya que fue propósito explícito de Durkheim, en la primera gran obra moderna de Sociología, demostrar que los índices de suicidio no pueden explicarse por medio de la Psicología individual. 4 INKELES (1980) ¿Qué es la sociología? México: Editorial EUDEBA Materiales de Estudio 15 16. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Según él mismo la definió en Suicide, su tarea era "determinar de modo directo las causas del suicidio... Haciendo caso omiso del individuo como tal, de sus motivaciones y de sus ideas". Y todavía después de pasar revista a la teoría psicológica y a otras sobre el suicidio, declaró: Totalmente distintos son los resultados que obtenemos cuando nos olvidamos del individuo y buscamos las causas de la actitud suicida en cada sociedad, en la naturaleza de las sociedades mismas... Las proporciones adquiridas por el suicidio sólo pueden explicarse sociológicamente. Durkheim pugnaba por contener las aguas de un verdadero mar de psicologismo, para hacer ver bajo la superficie las sólidas, rocas de los factores sociales y crear conciencia de las características sociales explícitas y peculiares de las situaciones motivadoras del suicidio. Si se consideran las dificultades a que se enfrentaba, quizá haya de admitirse que el único camino que tenía libre era el de insistir en atribuirlo exclusivamente a los factores sociales. Aunque la posición de Durkheim era admisible en su tiempo, representa un riesgo para la Sociología de hoy. En la actualidad parece indudable que un adecuado análisis sociológico de muchos problemas, si no imposible, resultará muy limitado, a menos que se recurra francamente a la teoría y a los datos de la psicología. Naturalmente, puede alegarse que, en la práctica, son pocos los análisis sociológicos que se realizan sin aplicar, implícitamente, por lo menos, una teoría sobre la naturaleza de la personalidad humana. Al hacer explícita esta teoría y aportar datos psicológicos en forma sistemática al campo de los problemas sociológicos, no podemos errar, sino que ampliaremos los alcances y la propiedad del análisis sociológico. El que estudia una estructura social trata de explicar los efectos que produce en la acción social un determinado conjunto de instituciones. Con tal fin, ha de apreciar debidamente la significación de dichas instituciones para la personalidad humana, o sus efectos sobre ésta. Todos los ordenamientos institucionales se realizan en último término mediante la acción individual. Las consecuencias de cualquier ordenamiento institucional dependen, por lo tanto, al menos en parte, de los efectos que ejerzan en la personalidad humana, en su más amplio sentido. El sistema de personalidad se vuelve, pues, una de las principales variables interferentes en cualquier evaluación de los efectos de un aspecto de la estructura social sobre otro. Más aún: puesto que las posiciones sociales son ocupadas por individuos cuyas cualidades psíquicas pueden variar, es probable que la calidad de la representación de los papeles sociales varíe grandemente, según las necesidades de la persona y las disposiciones de quienes ocupan tales posiciones. Los estudios sobre la naturaleza humana y la sociedad enfocan generalmente su atención a temas ya estudiados por los griegos: ¿Cuál es la naturaleza esencial del hombre: es bueno o malo, socialmente responsable, o egoísta y egocéntrico? ¿Cuánto de lo que se manifiesta en el hombre es innato y cuánto un producto del ambiente? ¿Cuáles son, si las hay, las cualidades o elementos generales que integran la personalidad humana? ¿Cómo se combinan los rasgos comunes a los hombres para formar el carácter distintivo que sólo hallamos en ciertos hombres? ¿En qué lugares y bajo qué circunstancias aparecen y hasta llegan a predominar esos tipos diferentes? Puesto que los sociólogos toman a la sociedad como objeto principal de su investigación y casi todos dejan a la Psicología el estudio del individuo, no hallamos entre ellos tanta variedad de modelos del hombre como de la sociedad. Aunque casi todos los 16 Materiales de Estudio 17. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV sociólogos definen explícitamente su modelo de sociedad, su idea del hombre suele estar sólo implícita. No obstante, este concepto implícito ejerce una influencia no menos grande en sus trabajos. El concepto que tienen del hombre la mayoría de los sociólogos se comprende mejor si apreciamos el contraste entre ese concepto y otras ideas con las que a menudo se le confronta. Entre los humanistas, la noción más difundida sobre el hombre recalca el carácter único de éste, su diversidad, sus cambios constantes de humor y de opinión, observados ya por Montaigne cuando dijo que el hombre es un sujeto maravilloso, vano, voluble e inestable, del que es difícil formarse un juicio certero e invariable. Contrariamente, la mayoría de los sociólogos acentúan la regularidad de la conducta del hombre, la repetición de ciertos actos sociales apropiados, y los resultados en cuanto a metodicidad y previsibilidad de la vida social que de ahí se derivan. El sociólogo, así ve en el hombre a un ser de costumbres sociales. Si el hombre fuese verdaderamente como muchos humanistas lo pintan, arguyen los sociólogos, no podría existir ninguna de nuestras instituciones familiares ni ciertamente ninguna vida social organizada. Si bien el psicoanálisis no hace hincapié en la condición mudable, evanescente, del hombre, apenas menciona el impulso social como la tendencia más generalmente manifiesta en la conducta humana. Antes ve al hombre dominado por impulsos biológicos muy arraigados, por voraces apetitos instintivos, que exigen satisfacción constante. Este concepto coloca al hombre en contra de la sociedad. Lo considera sólo como un animal de frenos débiles, cuya naturaleza fundamental primitiva puede en cualquier momento provocar una conducta socialmente perturbadora, Freud resumió estas ideas en una carta al doctor Van Eeden, donde dice: El psicoanálisis ha llegado a la conclusión... de que los impulsos primitivos, salvajes y malvados de la humanidad no han desaparecido en el individuo, sino que siguen existiendo, aunque en forma reprimida, en los subconsciente, y esperando la ocasión de manifestarse. Nos ha enseñado, además, que nuestro intelecto es un elemento débil y subalterno, juguete e instrumento de nuestros impulsos y emociones; que todos nosotros nos vemos obligados a obrar de manera atinada o estúpida, según lo ordenen nuestra disposición y nuestras resistencias internas. Podemos señalar un tercer concepto del hombre, el concepto llamado a veces de Hobbes, según el cual no es la fuerza del instinto sexual, sino los impulsos sociales de tipo auto-centralizado, lo que domina al hombre. Trata éste de asegurarse, para él o para su grupo, tanta riqueza, poder y prestigio como pueda, y no se preocupa por nadie, salvo cuando así lo requieren las apetencias personales que lo mueven. La imagen del mundo que así se forma está dominada por la fuerza y el fraude; un mundo donde todo hombre es enemigo de los demás. En este cuadro, sólo el poder del Estado puede impedir la guerra de uno contra todos y de todos contra uno. Estas tres concepciones apenas representan el principio de toda una extensa fila de imágenes del hombre trazadas por la filosofía política occidental solamente, no digamos la del mundo, pero bastarán a nuestro propósito de ofrecer unas opiniones representativas como fondo donde examinar los elementos de las más predominantes concepciones sociológicas del hombre. Materiales de Estudio 17 18. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle En oposición a la imagen del hombre instintivo e irracional, los sociólogos presentan la del hombre social, un ser cuyos instintos animales son domados y transformados por el proceso de la socialización. Puede ser que haya habido niños salvajes criados por animales. Pero si hemos de creer lo que de ellos se ha dicho, parecían más animales que humanos, y raras veces sobrevivieron en el medio civilizado más de unos cuantos años. La mayoría de los sociólogos sostienen que el hombre tal como lo encontramos en todas partes, hasta en las tribus más primitivas, superó su original naturaleza animal en el curso de un largo proceso de aprendizaje social. Este proceso dirige sus impulsos biológicos por canales socialmente aceptables, y hasta suele transformar las energías instintivas en impulsos sociales de índole elevada y altruista. Pocos son los sociólogos que niegan la existencia de elementos irracionales en el hombre. Incluso hay algunos, como Pareto, que han dado al problema de lo irracional en la conducta del hombre lugar preferente en su esquema de análisis. Sin embargo, en general, no sienten que esa irracionalidad humana sea tan grande obstáculo a la vida social como muchos imaginan. Ponen de manifiesto la capacidad de la sociedad para impedir que esa irracionalidad se manifieste, o para establecer sanciones que controlen sus efectos. Resaltan el esfuerzo persistente del hombre por alcanzar las metas sociales e individuales que su cultura y su época le señalan como más convenientes. En este sentido, la mayor parte de los actos humanos son "racionales", y desde el punto de vista sociológico, si no lo fueran los hombres difícilmente podrían sobrevivir en la naturaleza. Ciertamente, no podrían confiar en las acciones de los demás, y la vida social sería casi imposible. Y puesto que los hombres dependen unos de otros para su existencia, la vida humana misma desaparecería. En oposición a la imagen de Hobbes del hombre aislado, exageradamente egocéntrico e individualizado en extremo, los sociólogos suelen ver al hombre, sobre todo, en función de sus impulsos sociales. Destacan su deseo y su necesidad de relación y compañerismo, su dependencia de otros para obtener cooperación y ayuda, su interés en ampliar sus limitados recursos personales y su fuerza mediante la acción en grupo. En la imagen sociológica usual, el hombre valora a los demás y trata de relacionarse como ellos. Se le ve comprometido a adaptarse recíprocamente y acomodarse para alcanzar no sólo sus metas individuales y particulares, sino también las colectivas y públicas que ha interiorizado y hecho suyas. Sobresalen, pues, en la concepción sociológica del hombre, ciertos elementos, de los que podemos anotar tres: La naturaleza original del hombre, considerada neutra, ni buena ni mala. Es más bien un potencial de desarrollo, y la medida en que tal potencial de desarrollo se realiza depende del tiempo y de la sociedad en que el hombre ha nacido, y del lugar que en ella ocupe. Si no enteramente como tabula rasa, la moderna Sociología considera al hombre materia moldeable, a la que puede dársele cualquier contenido. La socialización, el proceso por el que aprendemos la cultura propia al mismo tiempo que maduramos y vamos saliendo de la dependencia en que nos hallamos durante la niñez, lleva a la interiorización de los valores y metas de la sociedad. El individuo llega a querer hacer lo que según la sociedad que lo rodea debe hacer. Visto interiormente, el hombre aparece, así como fundamentalmente moral, acatando y satisfaciendo las exigencias que la sociedad le formula. En su vida exterior, en sus relaciones con los demás se considera al hombre como ente social. Encerrado en una red de relaciones sociales, dependiendo de la cooperación y el auxilio de los demás, deseoso de ganarse su buena voluntad y aprobación, responde a las 18 Materiales de Estudio 19. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV presiones externas que de nuevo lo impelen a obrar de acuerdo con las reglas propias de la sociedad de su tiempo y lugar. Estos tres elementos, que integran la imagen sociológica típica del hombre, han sido calificados por Dennis Wrong como el concepto súper sociabilizado del hombre. Si buscamos la relación de este concepto con las teorías de la filosofía política occidental, habremos de reconocer que se parece mucho a la imagen del hombre trazada en el pensamiento de la Ilustración, en los escritos de Locke y Rousseau, de Montesquieu y también de John Stuart Mill. Tiene muy poco en común, y hasta puede afirmarse, en término generales, que está en contradicción, con la idea del hombre expuesta por Maquiavelo, Hobbes, Hume y Kant. Está también, sin duda, mucho más en consonancia con el enfoque estructural- funcional, sobre todo con el modelo de equilibrio, que con el modelo de conflicto. No estamos tratando aquí de juzgar sobre la exactitud o conveniencia de la imagen, sino de señalar las consecuencias que de ella se derivan. Dada la noción de la naturaleza humana que exponen, es de esperar que los sociólogos rechacen la idea de que las diferencias entre naciones o culturas son causadas, en gran parte, por diferencias innatas de los pueblos de los distintos países. Es más probable que se fijen en las diferencias de los niveles de cultura material y en las formas de organización económica, política y social, para explicar la conducta de las distintas naciones. En el estudio de las diferencias que se advierten en el seno de cualquier población, los sociólogos seguramente se situarán en contra de los que explican el crimen, la delincuencia juvenil, el suicidio, etc., en razón de diferencias innatas entre los individuos o los grupos. En vez de eso, los sociólogos se proponen explicar estos fenómenos como productos de ordenamientos sociales que obran con mayor o menor fuerza sobre ciertos individuos según las distintas posiciones que ocupen en lo que se refiere a la estructura social. Debido a que rebajan la importancia de las tendencias innatas del hombre hacia el mal, las explicaciones que ofrecen de fenómenos como el homicidio en masa, la guerra, los motines, los procedimientos inquisitoriales, los campos de concentración, etcétera, resultan débiles si se comparan con las que suministran otras disciplinas, como la Psicología o la Historia. Finalmente, su concepción de la naturaleza humana lleva a los sociólogos a creer que para cambiar al hombre tenemos que cambiar antes las condiciones sociales, en vez de proceder a la inversa. Al mismo tiempo, se manifiestan muy indecisos respecto a la viabilidad de las reformas que prometen condiciones utópicas, en las que el hombre se verá al fin totalmente libre y ya no sujeto a restricción social alguna. Adoptan más bien una posición intermedia. Sin embargo, al tiempo que sostienen que los impulsos antisociales y egocéntricos del hombre pueden ser reprimidos o encauzados para servir al bien público, reconocen que en ese proceso el hombre tiene inevitablemente que admitir algunas restricciones de importancia a la libre expresión de sus impulsos. A pesar de esas restricciones, alegan los sociólogos, a fin de cuentas, la vida social deja al hombre en mucha más libertad para desenvolverse y autoexpresarse que la que podría tener en cualquier estado no sociabilizado de naturaleza que pueda imaginarse. Materiales de Estudio 19 20. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Capítulo II: La génesis y evolución de la idea de desarrollo: Un único significado bajo muchos “rostros” 1. DESARROLLO EVENTOS Y ETAPAS5 1.1. Etapas:  Siglos XVIII y XIX, el término desarrollo se asocia a la biología. Se asimila a Evolución.  A lo largo del siglo XIX, a consecuencia de la revolución industrial, de las nuevas condiciones de trabajo y de un clima social emergente en materia de movimientos obreros, derechos humanos, se afirman una serie de aspiraciones a la justicia social, al derecho de participación política, a la consolidación de los derechos económico- sociales y culturales, como vías pacíficas para construir una sociedad más justa y solidaria.  Se van a insinuar modelos de desarrollo que se debatirán entre los protagonismos del mercado y los poderes del Estado.  A mediados del siglo XX, la idea de desarrollo impregna a multitud de líneas de pensamiento y disciplinas. Se asocia desarrollo a la mejora de la calidad de vida, ya sea referida al crecimiento económico o a la prosperidad social, a los Estados o a las Comunidades Locales. Se empiezan a construir indicadores cuantitativos –renta per cápita- o cualitativos –estimación de la felicidad de las personas- Se populariza la palabra y se aplica a la Sociología, la Sicología. 5 Definiciones extraídas del libro de Mª de la O Barroso González, titulado “Planificación Estratégica e Instrumentos de Desarrollo Local”, Servicio de publicaciones de la Diputación de Huelva, 2000 20 Materiales de Estudio 21. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV  Tras la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo se convierte en el eje central en torno al cuál se orientan las políticas nacionales y regionales, las declaraciones internacionales y muchos programas de acción cooperante. Con Harry Truman y su discurso presidencial sobre el estado de la Unión, el 20 de enero de 1949 donde se da comienzo a la retórica desarrollista apoyada en “la fe ilimitada en el progreso el aumento de la producción y la introducción de tecnologías modernas más eficientes” Este desarrollo se convirtió en un mero crecimiento económico que elevó la renta per cápita en áreas económicamente subdesarrolladas. “Nuestro tema es el crecimiento no la distribución” –Lewis, 1947-. Este modelo que se mantiene vigente hasta los años setenta se manifiesta a través de cuatro características: a) Crecimiento económico, no necesariamente distribución de la riqueza. b) Urbanización, desprecio y minusvalorización del mundo rural. De ahí el despoblamiento de las zonas rurales, la emigración hacia las grandes ciudades y la creación de cinturones de miseria a su alrededor. c) Énfasis en los Estados Nación que contemplan el desarrollo como algo lineal e irreversible, que beneficiará a la larga a todos los países y a todos los grupos sociales. d) Falta de conciencia acerca de los límites del crecimiento y de los problemas medioambientales. Comienza a hablarse de Desarrollo Comunitario desde Naciones Unidas.  A finales de los sesenta se estanca la idea de desarrollo unida a la crisis del modelo liberal de crecimiento y se quedan al descubierto los problemas de desbordamiento demográfico y de equidad social. Esta crisis se viene a agravar con la subida del petróleo de 1973 que actuará de detonante para introducir nuevos elementos conceptuales y estratégicos de cara a las políticas de desarrollo. Naciones Unidas comenzó con un nuevo enfoque denominado desarrollo participativo, este enfoque aspiraba a la integración sectorial y espacial o regional. Aunque fracasó sentó las bases de muchas de las ideas que iban a animar el debate en torno al desarrollo en años posteriores.  En la segunda década de los setenta se empieza a “imaginar” otro desarrollo, dirigido al logro de la satisfacción de las necesidades básicas de las personas y de los pueblos. Un desarrollo al que se concibe como la dinamización de una sociedad en su propio ser. Un desarrollo que comienza a calificarse de social: un instrumento de liberación del individuo para hacer de ellos agentes activos, responsables y críticos en la edificación de la cultura y de la sociedad. Hombre y comunidad en la que se integran es el eje central. Esta concepción se pierde y en la primera década de los ochenta se produce una vuelta atrás que se traduce en un estancamiento y retroceso del bienestar de una gran parte de la humanidad.  A finales de los ochenta se provoca un cambio promovido, en gran parte, desde Agencias Internacionales que dirige la atención a cuatro aspectos fundamentales para el desarrollo: a) Desarrollo sostenible a escala humana, es decir ha de contemplar la distribución. b) Industrialización flexible e importancia de las microempresas. c) Descentralización administrativa, traspasando a las poblaciones locales, funciones del Estado. d) Énfasis en la participación de la gente. Materiales de Estudio 21 22. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle  Desarrollo sostenible en los noventa. Unido al boom tecnológico se comienza a hablar de globalización, se regionaliza el mundo en torno a tres ejes: Europa, Japón y EE.UU., aumento de la brecha Norte-Sur. A raíz de aquí se establecen dos líneas fundamentales el Norte se dispone a Redesarrollar aquello que había hecho mal y el Sur decide desmantelar lo que el proceso de ajuste de los ochenta les había dejado como legado el Norte (Residuos nucleares, plantas manufactureras obsoletas o contaminantes...) Es la época de las Grandes conferencias: La Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro en junio del 92; la de Beijing sobre Mujer en 1995 junto a la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en Copenhague, en marzo de 1995; en estas conferencias se reivindica “una nueva ética en la relación del hombre con la naturaleza, y la necesidad de estilos de vida más cercanos a ésta”. 1.2. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, celebrada en Copenhague en 1995: a) “Todos pueden aumentar su capacidad y las oportunidades pueden ampliarse para las generaciones presentes y futuras, asumiendo con ello el universalismo en el reconocimiento de las reivindicaciones vitales” b) El desarrollo se sostiene en base a tres objetivos:  Promoción de políticas económicas sólidas, que tengan como finalidad un crecimiento con capacidad para satisfacer más eficazmente las necesidades humanas, la mejora de la justicia y la cohesión social, así como el respeto a la dignidad humana.  Se plantea el logro del bienestar común como un fin en si mismo, potenciando una distribución equitativa de los ingresos y un mayor acceso a los recursos mediante la equidad e igualdad de oportunidades para todos, reconociendo especialmente el esfuerzo que debe realizarse con los grupos más desfavorecidos y vulnerables. Se contempla la promoción de mecanismos de participación para todos, fortaleciendo los sistemas democráticos, las libertades fundamentales y la sociedad civil, así como el papel fundamental que desempeña el acceso a la información, en el logro de una plena  implicación en los procesos comunitarios de toma de decisiones. Todo esto demanda una participación popular en la toma de decisiones que deberán adoptarse a partir de escalas locales, desde abajo hacia arriba, desde lo micro a lo macro, desde las escalas humanas a las escalas institucionales. Una pequeña reflexión: Parece ser que el desarrollo por si mismo, apenas aporta un significado que es el inherente a la descripción de un proceso que se traduce en la realización de un conjunto de potencialidades, hacia un estado más completo y mejor. De ahí que el desarrollo precise hoy en día de apellidos o adjetivos que lo perfilen respecto a colectivos o realidades concretas, de ahí: social, comunitario, local, global, sustentable, económico, cultural, tecnológico, personal...La palabra desarrollo me lleva a pensar en la utopía, pero sobre todo en la esperanza. 2. LA IDEA DE DESARROLLO6 La génesis de la idea de desarrollo se remonta a la Grecia antigua, pasa por una 6 José de Souza Silva (2004). Desarrollo y Dominación Hacia la descolonización del pensamiento subordinado al conocimiento autorizado por el más fuerte. San José. Costa Rica: Instituto Internacional de Investigación para Políticas Alimentares (IFPRI) 22 Materiales de Estudio 23. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV reinterpretación Cristiana y otra transformación durante la Ilustración. En el discurso público de los dominadores la idea de desarrollo es articulada bajo una analogía evolucionista que implica la existencia de fases, etapas, en fin, estados de desarrollo. Bajo la influencia de etiquetas que construyen y visibilizan su nueva identidad (“bárbaro”, “primitivo”, etc.), el más débil es presionado a imitar al más fuerte para alcanzar su “estado superior” de civilización. En Metafísica, Aristóteles definió a la ciencia como la teoría de la naturaleza, como sinónimo de crecimiento en el sentido evolucionista de la teoría del ciclo de vida, que transfiere para la sociedad la lógica biológica: en la realidad todo nace, crece, decae y muere. En City of God, San Agustín reconcilió la filosofía de la historia con la teología Cristiana, una analogía del ciclo de vida para la historia de la humanidad. En su idea de la salvación como un plan de Dios, el mundo había sido creado, había crecido y había desarrollado, pero estaba decayendo y llegaría a su final. Bernard Le Bovier de Fontenelle fue decisivo para la victoria de los Modernos sobre los Antiguos, pues la analogía evolucionista les aseguraba un estado de desarrollo intelectual superior al de los filósofos que vivieron durante la “infancia” del pensamiento humano. Fue al final del siglo XVIII, con la consolidación de la ciencia moderna durante la Revolución Industrial, que la idea de desarrollo dejó la pureza de la naturaleza y dispensó la bendición de Dios para asumir el rostro técnico de un progreso racional, ilimitado y “bueno para todos”. Ahora la analogía evolucionista ya no se refería a la teoría del ciclo de vida, con nacimiento, crecimiento, declinación y muerte, sino a la posibilidad de un desarrollo—progreso o crecimiento material—gradual, lineal e ilimitado. La analogía biológica fue usada como marco heurístico para explicar cómo las sociedades se desarrollan y para justificar la forma de intervención que hace posible ser “desarrollado”. Por ejemplo, Justus Moser, el conservador que creó la historia social, usó la palabra Entwicklung para hacer alusión al gradual proceso de desarrollo social. Esta metáfora ganó un poder colonizador violento cuando los políticos pasaron a usarla con fines de dominación. Sin embargo, este cambio de significado al final del siglo XVIII no ocurrió sin oposición, como la de Rousseau, Hume y Ferguson que, a su vez, encontraron oposición en Buffón y Condorcet. Buffon creía que, en el mundo de clima templado, el hombre blanco se vuelve más perfecto y que, por ser más civilizados, los europeos son responsables por el mundo en evolución. Ya Condorcet dividió la historia en diez fases, la última de las cuales permitiría la abolición de la desigualdad entre naciones, el progreso de la igualdad dentro de cada nación y la real perfección de la humanidad. Todo dependía de la asistencia—ayuda—de los “civilizados” a los “primitivos”. Nacía en el corazón de occidente la idea de que el desarrollo de las sociedades, del conocimiento y de la riqueza responde a un principio natural con su fuente independiente de dinamismo. Dios ha muerto, y el hombre lo reemplaza. En el libro de Adam Smith, Un Estudio sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones, el progreso de la opulencia es presentado como el orden natural de las cosas impuesto por una necesidad derivada de la inclinación natural del hombre. Bajo esta visión, el orden de las cosas—progreso, crecimiento económico—no puede parar. El desarrollo no es una opción sino una finalidad—y fatalidad—de la historia. Para consolidar las premisas que perfeccionaban el colonialismo imperial, ganó legitimidad en el siglo XIX el Darwinismo Social, que se estableció con Herbert Spencer, no con Charles Darwin. Actores con los más diferentes intereses adoptaron el evolucionismo social de diferentes formas y para distintos usos. Aún cuando sus Materiales de Estudio 23 24. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle perspectivas estaban en conflicto, todos asumieron en común la existencia de fases o etapas inevitables del “desarrollo” de la humanidad. Pero Charles Darwin había hablado de selección natural y no de evolución biológica. Antes de Darwin, Herbert Spencer había presentado su teoría de la complejidad creciente donde su evolucionismo social se volvió una filosofía de la historia. Pero la legitimidad ganada por el evolucionismo social de Spencer ocurrió más tarde, principalmente por su semejanza semántica con el Darwinismo (de ahí, Darwinismo Social). Al nivel teórico, el evolucionismo social reconcilió la diversidad de las sociedades existentes con el conjunto total de la raza humana, mientras al nivel político legitimó la nueva ola de colonización al final del siglo XIX. La palabra desarrollo asumió uso común a partir del siglo XIX cargada de tantas connotaciones que su verdadero significado nunca pudo ser claramente comprendido. En 1860, la Encyclopedia of All Systems of Teaching and Education publicada en Alemania registraba que el concepto de desarrollo se aplicaba a casi todo lo que el hombre tiene y conoce. Uno hablaba tanto del desarrollo de la Constitución de Atenas como (al inicio del siglo XX) del desarrollo urbano. Con los impactos negativos del colonialismo imperial, el gobierno Británico innovó en el uso del concepto cuando transformó su Ley del Desarrollo de las Colonias en la Ley del Desarrollo y del Bienestar de las Colonias, para disfrazar las injusticias creadas por su dominación. La cultura del cinismo se manifestaba a través del cambio de nombre de una Ley, que en su sustancia no había cambiado absolutamente nada. La apariencia continuaba prevaleciendo sobre la esencia. Después de la Segunda Guerra Mundial, la idea de desarrollo pasó por la más singular, profunda y virulenta metamorfosis de toda su tormentosa pero exitosa historia. El 20 de enero de 1949 constituye el punto de partida para comprender dicha transformación y sus consecuencias. En el “punto cuatro” de su discurso (público) inaugural, el Presidente Harry Truman propuso: Nosotros debemos iniciar un nuevo y osado programa para hacer disponible los beneficios de nuestros avances científicos y de nuestro progreso industrial para la mejoría y el crecimiento de las áreas subdesarrolladas (Harry Truman, citado por Rist 1997:71; subrayado nuestro) Este discurso dividió a la humanidad en sociedades “desarrolladas” y “subdesarrolladas”. Bajo estas nuevas etiquetas, que construyen y visibilizan su nueva identidad, los “subdesarrollados”— el más débil—deben ahora emular a los “desarrollados”—el más fuerte—, de la misma manera que los “primitivos” fueron presionados a imitar a los “civilizados”. Truman era el Presidente de la más nueva potencia hegemónica. Su discurso tenía el poder del “discurso del poder”. La emergencia del término “subdesarrollado” en el contexto político de la posguerra, al inicio de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, creó un nuevo significado para la idea de desarrollo. En The History of Development, Gilbert Rist concluye que el sustantivo “subdesarrollo” fue una innovación terminológica que alteró los significados previos de la palabra “desarrollo” al relacionarlo en una nueva manera al “subdesarrollo”. La palabra “desarrollo” fue usada antes asociada con la dimensión socioeconómica. Marx la usó; Lenin escribió El Desarrollo del Capitalismo en Rusia en 1899; Schumpeter publicó su Teoría del Desarrollo Económico en 1911; Rosenstein y Rodan propusieron El Desarrollo Internacional de las Áreas Rezagadas en 1944; y la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó resoluciones aplicando el término, como La Asistencia Técnica 24 Materiales de Estudio 25. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV para el Desarrollo Económico. Estos ejemplos asumen en común que el “desarrollo” es un fenómeno intransitivo que simplemente ocurre; nada puede ser hecho para cambiar la realidad. El discurso de Truman cambió radicalmente este uso. La emergencia del término “subdesarrollo” propone la idea de cambio en la dirección de un estado final de “desarrollo”, y la posibilidad de realizar dicho cambio. Ya no es una cuestión de “cosas en desarrollo”: es posible desarrollar una comunidad, un municipio, un país, un continente entero. El desarrollo asumía un significado transitivo—una acción realizada por un agente sobre otro—, mientras “subdesarrollo” se volvió un estado de cosas que ocurre naturalmente, sin ninguna causa aparente. Por eso, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otros actores actúan como “agentes internacionales” de los “cambios nacionales”, para inducir un cierto patrón de “desarrollo”. El patrón que conviene al más fuerte. El término “subdesarrollado” alteró la forma de ver al mundo y a nosotros mismos. Hasta la fecha, las relaciones Norte-Sur fueron articuladas alrededor de una dicotomía constituida de opuestos: civilizado vs. primitivo, colonizador vs. colonizado. La dicotomía “desarrollado-subdesarrollado” respetaba la Carta de los Derechos Humanos y la globalización del sistema de Estados. Antes, colonizadores y colonizados pertenecían a universos opuestos donde la confrontación era inevitable. Ahora, “desarrollados” y “subdesarrollados” integrarían una única familia de naciones (no por accidente, Naciones “Unidas”), con la diferencia que muchos se ubicaban más atrás en la corrida hacia la perfección que les haría ingresar al club de los “desarrollados”. Para alcanzar a los “desarrollados” se necesita “desarrollo”. Ser “subdesarrollado” no es el opuesto de ser “desarrollado” sino su etapa embrionaria. La aceleración del crecimiento económico es la forma de cerrar la brecha entre “desarrollados” y “subdesarrollados”. Las “leyes naturales del desarrollo” permiten que lo que le pasó a Europa en los siglos XVIII y XIX sea replicado en el resto del mundo. Después de Truman, la idea de la existencia de etapas desarrollo ganó más legitimidad, como si los “desarrollados” no continuaran “desarrollándose”, a la espera de los rezagados. Ledo engaño. Bajo la premisa del desarrollo como sinónimo de crecimiento económico, el más fuerte se aleja del más débil que intenta emularlo. El mimetismo político—la capacidad para incorporar los “colores”, “olores”, “sabores”, “sonidos”, “significados”, etc., del contexto, para confundirse con él, incluso para ser aceptado como si fuera parte de él—es la habilidad propia del camaleón político. Es la habilidad más desarrollada en los que dependen de la hipocresía organizada para avanzar sus “agendas”. El mimetismo político es imprescindible para la sostenibilidad de la hipocresía organizada. Sin embargo, esta práctica necesita ser facilitada por un significado de referencia alrededor del cual todo el esfuerzo creativo de la imitación es desarrollado. Para el “desarrollo”, el significado seleccionado por el sistema capitalista fue crecimiento económico, por la racionalidad expansionista del sistema. Independiente de los varios adjetivos y rostros asumidos, principalmente en los últimos cincuenta años, en última instancia, “desarrollo” nunca dejó de significar crecimiento económico, como propuso W. Arthur Lewis en 1944 en The Theory of Economic Growth, y que las Naciones Unidas incorporaron en 1947. El “desarrollo” tampoco dejó de ser percibido como una sucesión de fases previamente conocidas, cuya legitimidad fue reforzada en 1960. En The Stages of Economic Growth: a Non-Communist Manifesto, Walter Rostow identificó las sociedades en cinco etapas de desarrollo: (i) sociedades Materiales de Estudio 25 26. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle tradicionales, (ii) con las precondiciones para el “despegue”, (iii) donde el “despegue” ya ocurrió, (iv) que habiendo “despegado” caminan hacia la madurez del desarrollo, y (v) que alcanzaron la última fase caracterizada por un alto consumo de masa. Bajo esta lógica evolucionista, el “desarrollo” continúa su camino hacia una catástrofe anunciada. La rutina ha sido acomodar adjetivos a la palabra “desarrollo”, sin osar cuestionar su naturaleza: apenas le adicionan nuevos “accesorios” para satisfacer a los críticos. Bajo críticas desde los años 1960, por los movimientos socioculturales, los líderes de la hipocresía organizada fueron rápidos en su mimetismo político, usando los nuevos apellidos del desarrollo propuestos por sus críticos: desarrollo “participativo”, “otro” desarrollo, desarrollo “integrado”, desarrollo “endógeno”, “eco”- desarrollo, “re”- desarrollo y, a partir de 1992, desarrollo “sostenible”. Eso ocurrió bajo estrategias exclusivas para el crecimiento económico. Pocos perciben que el problema no son los “adjetivos” del desarrollo sino el “desarrollo” mismo. Eso es tan obvio que el desarrollo “sostenible” definido por la Comisión Brundtland apenas refuerza y legitima el crecimiento económico sin límites. En vez de reconocer límites al crecimiento, el informe sugiere el fin de los límites: La humanidad cuenta con la habilidad para hacer sostenible el desarrollo — asegurar que el mismo atienda a las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de futuras generaciones por atender sus propias necesidades. El concepto de desarrollo sostenible implica límites — no límites absolutos sino limitaciones impuestas por el estado actual de la tecnología y de la organización social sobre los recursos naturales…Pero tecnología y organización social pueden ser manejadas y mejoradas para abrir espacio para una nueva era de crecimiento económico. La Comisión cree que la pobreza generalizada ya no es inevitable…el desarrollo sostenible implica atender las necesidades básicas de todos y extender a todos la oportunidad para lograr sus aspiraciones de una vida mejor. Un mundo donde la pobreza es endémica será siempre susceptible a catástrofes ecológicas y de otros tipos (Informe de la Comisión Brundtland; citado por Rist 1997:181; subrayado nuestro) Así, los expertos en hipocresía organizada trasforman desarrollo participativo en crecimiento económico con participación, otro desarrollo en otro crecimiento económico, desarrollo endógeno en crecimiento económico endógeno, etc. Hasta el desarrollo sostenible ha sido traducido como crecimiento económico que se sostiene por muchas y muchas generaciones. Por eso, la Comisión Brundtland lo que hizo fue legitimar la meta capitalista permanente alrededor del significado que (re)organiza todo lo demás: crecimiento económico. El objetivo del sistema capitalista es apenas acumular, y su racionalidad es su expansión incesante, a cualquier costo. Por eso, todo lo que De Souza Silva, José 18/08/2004 “Desarrollo” y Dominación limita esta expansión, impidiendo una acumulación cuantitativa creciente, es percibido como “barrera”, como las reivindicaciones alrededor de lo humano, lo social, lo ecológico, lo ético, etc. El Informe Brundtland no habla de las reglas de la distribución justa de la información, riqueza y poder vinculadas a las reglas de la producción. No reconoce tampoco las relaciones asimétricas de poder institucionalizadas sino que las legitima cuando culpa a los pobres—las víctimas—por los desastres que asolan a la humanidad y al planeta, reduciendo la pobreza a una endemia cuya ocurrencia es “algo natural” que merece atención especial— ayuda—. Eso por la amenaza—el miedo—que la pobreza representa para los “desarrollados”, y no por las condiciones inhumanas— injustas—para los “subdesarrollados”, que emanan del mismo proceso de “desarrollo”. Todo se mueve como si hubiera un único tren del desarrollo—el tren del crecimiento económico—que es la 26 Materiales de Estudio 27. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV única fuente de vida, el inicio y el fin de la existencia. Lo que nos resta es solamente luchar para que permitan la entrada de mujeres y de otras minorías en el tren, que sea posible llevar representantes de la flora y de la fauna en el tren, que se respeten los derechos humanos dentro del tren, que los indígenas puedan acceder al tren, que haya justicia étnica y equidad de género dentro del tren, etc. Pero no se puede cuestionar para donde va el tren, aun cuando éste se está dirigiendo en una velocidad vertiginosa hacia un abismo donde todos perecerán. Al inicio del siglo XXI, los cantos de sirena nos mantienen rehenes a la “idea de desarrollo” como cortina de humo para la acumulación material y simbólica del sistema económico de la civilización occidental. Somos rehenes de la civilización del tener, no del ser. Los cantos de sirena son: crecer, crecer y crecer, exportar, exportar y exportar, privatizar, privatizar y privatizar, acumular, acumular y acumular. Su canto no incluye el verbo distribuir, asumiendo que el crecimiento económico es sinónimo de bienestar. Hasta líderes supuestamente progresistas (por su pasado intelectual y/o político), como Fernando Henrique Cardoso en Brasil y Tony Blair en Reino Unido, se rindieron y capitularon ante los cantos de sirena. Ellos impulsaron la Tercera Vía hacia el cambio neoliberal apoyado por el Estado para que su dimensión pública sea subvertida por el discurso “del mercado” para promover los intereses particulares del más fuerte. 3. EL CONCEPTO DEL DESARROLLO7 "Fue en el día 20 de enero de 1949 que el Presidente Harry Truman, en su discurso inaugural delante del congreso, llamando la atención de su audiencia para las condiciones en los países más pobres, por primera vez definió a estas zonas como subdesarrolladas. De súbito un concepto aparentemente indeleble se estableció, apretando la inmensurable diversidad del Sur en una única categoría – los subdesarrollados. La creación de este nuevo termino por Truman no fue un accidente sino la expresión exacta de una visión de mundo: para el todos los pueblos del mundo caminaban en la misma pista, unos rápido, otros despacio, pero todos en la misma dirección, con los países del norte, particularmente los EUA, por delante." (Sachs, 28) "Una imagen que las sociedades de mercado del Norte paulatinamente habían adquirido de si mismas fue, así, proyectada sobre el resto del mundo: el grado de civilización de una sociedad está indicado por su nivel de producción." (Sachs, 28) "El imperativo de Truman para desarrollarse significó que las sociedades del tercer mundo ya no eran vistas como distintas e incomparables posibilidades de vida humana, sino que eran clasificadas en una única y progresiva pista, consideradas más o menos avanzadas según los criterios de las naciones industrializadas del occidente." (Sachs, 4) "Los líderes de las nuevas naciones - de Nehru a Nkrumah, de Nasser a Sukarno - aceptaron la imagen que el Norte tenía del Sur, y la internalizaron como su autoimagen." (Sachs, 5) "El Banco Mundial envió la primera de sus incontables misiones en julio de 1949. Al volver de Colombia, los 14 expertos escribieron: 'esfuerzos parciales y esporádicos no son capaces de cambiar el cuadro general. Sólo por un ataque generalizado por todo el país en 7 Sachs, Wolfgang; Planet Dialectics - Explorations in Environment Development; Londres: Zed Books, 1999. Materiales de Estudio 27 28. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle la educación, salud, viviendas, alimentación y productividad el circulo vicioso de la pobreza, ignorancia, salud y baja productividad podrá ser definitivamente superado.'" (Sachs, 6) "La 'pobreza' a escala mundial fue descubierta después de la segunda guerra mundial. Antes de 1940 no se trataba de una cuestión. En uno de los primeros informes del Banco Mundial, datado en 1948-49, la 'naturaleza del problema' fue delimitada: Según la agencia de estadísticas de las Naciones Unidas, la renta per capita de los EUA en 1947 era de más de US $ 1400 (...) Sin embargo, para más de la mitad de la población del mundo, la renta media era menos - y en algunos casos mucho menor – que US $ 100. La magnitud de la discrepancia demuestra no sólo la necesidad urgente de aumentar el nivel de vida en los países subdesarrollados, sino las enormes posibilidades de hacerlo." (Sachs, 8) "Tan pronto la escala de renta se estableció, se impuso orden en un globo confuso: mundos horizontalmente tan distintos como los pueblos Zapotecas de México, los Tuaregs del norte de África o los Rajasthanis de India podían ser clasificados juntos, mientras que una comparación vertical con los países 'ricos' exigía relegarlos a una posición de inferioridad casi incalculable. De esta forma la 'pobreza' fue empleada para definir pueblos completos no por lo que eran y deseaban ser, sino por lo que no tenían y tendrían que convertirse. El menosprecio económico sustituyó, así, la soberbia colonial." (Sachs, 9) "Además, este cambio conceptual justificaba la intervención: dondequiera que la renta baja fuera el problema, la única respuesta posible era el 'desarrollo económico'. No se hacia mención a la idea de que la pobreza pudiera ser la consecuencia de la opresión, exigiendo la liberación, o de que una cultura de suficiencia pudiera ser esencial para la supervivencia a largo término o, aún menos, que una cultura pudiera dirigir sus energías para esferas distintas a la económica." (Sachs, 9) "La frugalidad es el distintivo de las culturas libres de la necesidad de acumulación. En ellas, las necesidades de cada día son ganadas sobretodo por una producción de subsistencia, siendo apenas una pequeña parte adquirida en el mercado. A nuestros ojos, las personas tienen pocas posesiones - una cabaña, unos potes y una ropa de domingo - y el dinero juega un rol secundario. Sin embargo, cada cual tiene acceso a los campos, ríos y bosques, mientras que el parentesco y la comunidad aseguran servicios que, en otras partes, tienen que ser pagados en metálico. Aunque estén en la 'franja de renta baja', nadie sufre de hambre. Además importantes excedentes son frecuentemente gastados en joyas, fiestas o construcciones grandiosas. En un pueblo mexicano tradicional, por ejemplo, la acumulación privada lleva al ostracismo social: el prestigio se consigue justamente al gastar, incluso pequeñas rentas, en obras buenas para la comunidad. Aquí vemos una forma de vida que reconoce y cultiva un estado de suficiencia. Esta se convierte en rebajadora 'pobreza' sólo cuando es presionada por una sociedad de acumulación." (Sachs, 11) "Desde el punto de vista de la economía (...) las personas son vistas como viviendo en un estado permanente de escasez, ya que siempre tienen menos de lo que desearían. La más noble tarea de la política es, por lo tanto, crear las condiciones para el bienestar material y eso, a su vez, requiere reorganizar la sociedad de un conjunto de economías locales de subsistencia en una economía de ámbito nacional. (...) Desde esta perspectiva la economía ensombrece toda otra realidad. Las leyes de la economía dominan a la sociedad y no las reglas sociales a la economía. Esta es la razón por la cual, siempre que un estratega del desarrollo mira a un país, ve en él no una sociedad que tiene una economía, sino una sociedad que es una economía. Aceptar esta conquista de la sociedad por la economía como 28 Materiales de Estudio 29. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV un hecho consumado, es una herencia histórica de la Europa del siglo XIX se ha extendido al resto del mundo en los últimos 40 años." (Sachs, 17) "Tradiciones de suficiencia fueron puestas de lado, relaciones de intercambio local disueltas, formas de propiedad colectiva y economías de subsistencia eliminadas. Por mucho tiempo el objetivo básico de la política internacional de promoción del desarrollo fue el crear sociedades de trabajadores asalariados y consumidores por todas partes. Los expertos escudriñaron los países para identificar los 'obstáculos al desarrollo' (...). No había coste demasiado elevado ni sacrificio demasiado grande en el empeño de convertir las sociedades en economías políticas eficientes." (Sachs, 19-20) "Mirando a un grupo de indígenas Mayas que trabajan sus campos (...) y viendo el suelo árido, las herramientas primitivas y cultivos dispersos, uno puede con facilidad llegar a la conclusión de que nada en el mundo es más importante para ellos que aumentar la productividad. Algunas soluciones pueden ser encontradas fácilmente: mejor rotación de cultivos, mejores semillas, pequeñas máquinas, privatización y todo lo que recomiende el libro de recetas del planeamiento. Todo esto no está necesariamente equivocado, pero el punto de vista económico es notoriamente ciego a los colores: reconoce las relaciones coste-beneficio con extrema claridad, pero tiene dificultad en reconocer otras dimensiones de la realidad. Por ejemplo, los economistas tienen dificultad en reconocer que la tierra confiere identidad a 3 www.observatoriodeuda.org los Mayas ya que representa el puente a sus antepasados. (...) La visión de los Mayas es incompatible con la de los economistas: para ellos, tierra y trabajo no son simples factores de producción esperando a ser combinados de manera óptima. Para ponerlo en la forma de una paradoja: no todo lo que parece una actividad económica es necesariamente una parte de la lógica económica." (Sachs, 17-18) "Existen dos principios completamente distintos que pueden moldear la autoimagen de una sociedad. O bien predomina una relación persona-persona (sujetosujeto), o bien una relación persona-objeto (sujeto-objeto). En el primer caso las cosas son valoradas según su significado con respecto a vecinos o familiares, antepasados o dioses. En el segundo lo son según lo que contribuyen para la acumulación y posesión de bienes. (...) Animados por la experiencia de sociedades que pusieron todas sus energías físicas y mentales en la multiplicación de cosas, los estrategas del desarrollo examinaron el mundo y - sorpresa - descubrieron una falta clamorosa de cosas útiles dondequiera que miraban. Sin embargo, lo que era de importancia primordial en muchas aldeas y comunidades - la red de relaciones con los vecinos, ancestrales y dioses - más o menos se disolvía en el aire bajo su mirada. La imagen popular del tercer mundo era una de desposeídos luchando desesperadamente por la supervivencia. Lo que fuera que pudiera constituir su fuerza, su honor y esperanzas quedaba fuera del campo de visión." (Sachs, 12) "Hasta los días actuales, los políticos del desarrollo han visto la 'pobreza' como el problema y el 'crecimiento' como la solución. No han admitido todavía que han estado trabajando con un concepto de pobreza formado por la experiencia de las sociedades mercantiles del norte. Con el menos afortunado de los homo economicus en vista, ellos estimularon crecimiento y muchas veces fomentaron la destitución al arruinar múltiples culturas de la frugalidad. La cultura del crecimiento sólo puede ser construida sobra las ruinas de la frugalidad, de forma que la destitución y la dependencia con relación a mercancías son su precio. (...) Materiales de Estudio 29 30. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle La destitución predomina tan pronto la frugalidad es destituida de sus fundamentos. Junto con los lazos comunitarios, la tierra, los bosques y el agua son los más importantes prerequisitos para la subsistencia sin dinero. Tan pronto son tomados o destruidos, la destitución acecha. Una y otra vez, campesinos, nómadas y tribus cayeron en la miseria al ser expulsados de sus tierras, praderas y bosques. De hecho, la primera política estatal con relación a la pobreza, en la Europa del siglo XVI, fue una respuesta a la aparición repentina de mendigos y vagabundos en consecuencia de los cercamientos. (...) La escasez es el fruto de la modernización de la pobreza. Afecta sobretodo a grupos urbanos atrapados en la economía monetaria como trabajadores y consumidores, cuyo poder de compra es tan bajo que caen por la vía lateral. No sólo su realidad los hace vulnerables a las fluctuaciones del mercado, sino que viven en una realidad en que el dinero asume una importancia creciente. La capacidad de lograr algo por sus propias fuerzas se desvanece gradualmente, a la vez que sus deseos, alimentados por vislumbres de la alta sociedad, van hacia el infinito. (...) ¿No es ya hora, pasados 40 años, de sacar una conclusión obvia? Aquel que quiera eliminar la pobreza tendrá que construir sobre la suficiencia. Un empleo cuidadoso del crecimiento es la manera más importante de luchar contra la pobreza." (Sachs, 12-13) 4. ROSTOW: LAS CINCO ETAPAS DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO: RESUMEN8 Es posible resumir las sociedades, en sus dimensiones económicas, dentro de una de estas cinco categorías: la sociedad tradicional, las condiciones previas para el impulso inicial, el impulso inicial, la marcha hacia la madurez y la era del gran consumo en masa. La sociedad tradicional Primero consideremos la sociedad tradicional. Sociedad tradicional es aquella cuya estructura se desarrolla dentro de una serie limitada de funciones de producción, basadas en la ciencia, la técnica y una actitud prenewtoniana en relación con el mundo físico. Empleamos en este caso a Newton como un símbolo de esa fase de la historia en que los hombres llegaron a creer que el mundo exterior estaba sometido a unas pocas leyes conocibles, y que sistemáticamente era susceptible de una manipulación productiva. Sin embargo este concepto de la sociedad tradicional, no es, en modo alguno, estático; y no elimina la posibilidad de incrementos en la producción. Puede ser ampliada la superficie de tierra cultivable; pueden ser introducidas en el comercio, la industria y la agricultura, algunas innovaciones técnicas ad hoc, a menudo muy productivas; puede aumentarse la productividad, por ejemplo con el mejoramiento de obras de irrigación o con el descubrimiento y difusión de un nuevo tipo de cultivo. Pero el hecho fundamental relacionado con la sociedad tradicional era que existía un tope al nivel de la producción obtenible per cápita. Este límite provenía del hecho de que no eran asequibles las posibilidades científicas y técnicas modernas o que no se podían aplicar en forma regular y sistemática. Tanto en el pasado remoto como en las épocas recientes la historia de las sociedades tradicionales fue así un relato de cambios incesantes. Por ejemplo, entre ellas y dentro de ellas, fluctuaba la extensión y el volumen del comercio de cuerdo con el grado que alcanzaban las turbulencias policiales y sociales, la eficacia del gobierno central o el 8 W. W. Rostov (1959) Las etapas del crecimiento económico. México: FCE 30 Materiales de Estudio 31. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV mantenimiento de los caminos. La población –y, dentro de los límites, el nivel de vida- aumentaría y disminuiría no sólo con la sucesión de las cosechas, sino con la incidencia de las guerras y de las epidemias. Se desarrollaron diversos grados de producción; pero a semejanza de la agricultura, el nivel de la productividad limitado por lo inaccesible de la ciencia moderna, de sus aplicaciones y del marco intelectual. Hablando en términos generales, como consecuencia de la limitación de la productividad, estas sociedades tenían que dedicar una gran parte de sus recursos a la agricultura; y del sistema agrícola dimanaba una estructura jerárquica social, con un margen relativamente estrecho –aunque existente- para su movilidad vertical. Los nexos familiares y de clan desempeñaban un papel importante en la organización social. El sistema de valores de estas sociedades estaba ligado por lo general, a lo que pudiera llamarse un fatalismo a largo plazo; es decir, el supuesto de que las posibilidades abiertas para los nietos serían poco más o menos las mismas que había tenido el abuelo. Mas este fatalismo a largo plazo de ningún modo excluía la opción a corto plazo de que, dentro de un margen considerable, fuese posible y legítimo que una persona luchara por mejorar su condición de vida. En las aldeas chinas, por ejemplo, existía una lucha interminable por adquirir o retener las tierras, lo que hacía que la tierra rara vez perteneciera a la misma familia durante más de un siglo. Aunque en las sociedades tradicionales existía con frecuencia –en una u otra forma- una autoridad política central, que superaba a la de provincias relativamente autosuficientes, el centro de gravedad del poder político se encontraba, en las provincias, en manos de los que poseían o controlaban la tierra. El terrateniente mantenía una influencia variable, aunque comúnmente profunda, sobre el gobierno político central existente, apoyado por su séquito de servidores civiles y soldados, imbuido de actitudes que trascendían la provincia y controlado por intereses que también la sobrepasaban. Así, pues, con la frase “sociedad tradicional” agrupamos históricamente a todo el mundo prenewtoniano; las dinastías en China; la civilización del Mesoriente y el Mediterráneo; el mundo de la Europa medieval. Y agregamos a éstos las sociedades posnewtonianas que, durante algún tiempo, permanecieron inactivas sin ser movidas por la nueva capacidad humana de manejar regularmente su circunstancia para su propio beneficio económico. Incluir dentro de una sola categoría a tales sociedades infinitamente variadas y mutables, basándonos en la limitada productividad de sus técnicas económicas es, en verdad, decir bien poca cosa. Pero, después de todo, estamos simplemente despejando el camino con el objetillo de entra de lleno en le tema de este libro, es decir, el de las sociedades postradicionales, en las que se alteraron las diversas características primordiales de toda sociedad tradicional de manera que les permitiera un crecimiento regular; sus política, su estructura social y, en cierto grado, sus valores, así como su economía. Condiciones previas para el impulso inicial La segunda etapa de crecimiento abarca las sociedades que se hallan en proceso de transición, es decir, el periodo en que se desarrollan las condiciones previas para el impulso inicial; pues requiere tiempo transformar una sociedad tradicional de manera que puede explotar los frutos de la ciencia moderna, defenderse de los rendimientos decrecientes y gozar de los beneficios y opciones debidos al progreso a ritmo de interés compuesto. Materiales de Estudio 31 32. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle En un principio, las condiciones previas par el impulso inicial se desarrollaron claramente, en la Europa occidental de fines del siglo XVIII, a medida que las inferioridades de la ciencia moderna comenzaban a traducirse en nuevas funciones de producción, en la agricultura y en la industria, en un nuevo marco dinámico que prevenía de la expansión lateral de los mercados mundiales y de la competencia internacional entre unos y otros. Pero toda la quietud anterior al resquebrajamiento de la Edad Media fue apropiada a la creación a las condiciones previas para el impulso inicial en Europa occidental. De todos modos los estados que al componían, Inglaterra, favorecida por la geografía, los recursos naturales, las posibilidades comerciales y la estructura política y social, fue la primera en desarrollar plenamente tales condiciones previas para el impulso inicial. Sin embargo, la historia moderna vio surgir en la forma más general esta etapa de las condiciones previas como consecuencia de una incursión externa de sociedades adelantadas más que de manera endógena. Estas inversiones –en sentido literal o figurado- sacudieron la sociedad tradicional y comenzaron o aceleraron su desintegración; pero pusieron también en marcha ideas y sentimientos que iniciaron el proceso que construiría, partiendo de la antigua cultura, una nueva alternativa de la sociedad tradicional. No sólo se propagó la idea de que era posible el progreso económico, también que éste era una condición necesaria para la consecución de otros objetivos igualmente convenientes: la dignidad nacional, la ganancia personal, el bienestar general o un medio mejor de vida para la juventud. La educación, al menos APRA algunos, se hace más extensa y se adapta a las necesidades de la actividad económica moderna. Se forman nuevos tipos de hombres de empresa –en la economía privada, en el gobierno, en ambos- dispuestos a movilizar ahorros y a correr riesgos en busca de utilidades o de modernización. Aparecen bancos y otras instituciones para el manejo del capital. Aumentan las inversiones, principalmente en el transporte, las comunicaciones y en las materias primas de interés económico para otras naciones. Se expansiona el campo de acción del comercio interno y externo. Y surgen, aquí y allá, empresas manufactureras modernas que utilizan los nuevos métodos. Pero toda esta actividad camina a ritmo lento en una sociedad y una economía que se encuentra todavía caracterizada, principalmente por métodos tradicionales de baja productividad, por una estructura y valores sociales anticuados y por instituciones políticas de base regional formadas a su tenor. En muchos casos actuales, por ejemplo, persiste la sociedad tradicional al lado de las actividades económicas modernas, guiada con fines económicos limitados por una potencia colonial o semicolonial. Aunque el periodo de transición –entre la sociedad tradicional y el impulso inicial- fue testigo de grandes cambios en la propia economía y en el equilibrio de los valores sociales, el rasgo decisivo fue por lo general de índole política. Desde un punto de vista político, la constitución de una Estado nacional centralizado y efectivo –fundado en coaliciones influidas por un nuevo nacionalismo opuesto a los intereses tradicionales sobre tierras regionales, a la potencia colonial o ambos- constituyó un aspecto decisivo del periodo de las condiciones previas; y casi universalmente, fue condición necesaria para el impulso inicial. Existen muchas cosas más que es preciso decir acerca del periodo de las condiciones previas, pero pensamos tratarlas en el capítulo m en el que se examina la anatomía de la transición de una sociedad tradicional a una moderna. 32 Materiales de Estudio 33. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV El impulso inicial Hemos llegado ahora a la gran línea divisoria en la vida de las sociedades modernas: la tercera etapa, o sea, el impulso inicial. Esta fase es el intervalo en el que, por fin, se superan todos los viejos obstáculos y resistencias contrarios a un crecimiento permanente. Las fuerzas tendientes al progreso económico, que producían brotes y llegan a dominar la sociedad. El crecimiento llega a ser su condición normal. El interés compuesto se transforma, por decirlo así, en parte integrante de sus hábitos y de su estructura institucional En la Gran Bretaña y en aquellas partes del mundo bien dotadas por la naturaleza que fueron pobladas, principalmente, por Inglaterra (Los Estados Unidos, el Canadá, etc.), el estímulo inmediato de la fase inicial fue esencialmente (aunque no en su totalidad) de índole tecnológica. En caso más general, el impulso inicial tuvo que esperar la formación de capital social fijo y una oleada de desarrollo tecnológico en la agricultura y la industria, así como la aparición en el poder público de un grupo preparado para considerar la modernización de la economía como asunto trascendental y de gran categoría política. Durante el impulso inicial la tasa efectiva de ahorro e inversión puede aumentar, por ejemplo, del 5% del ingreso nacional al 10% o más; aunque, cuando se necesitó una fuerte inversión de capital social fijo para crear las condiciones técnicas previas al impulso inicial la tasa de inversión en el periodo de condiciones previas pudo ser mayor del 5% como, por ejemplo, en el Canadá antes del laño de 1890 y en la Argentina antes de 1914. En tales casos la importación de capital constituyó comúnmente una gran proporción de la inversión total durante el periodo de las condiciones previas y, algunas veces, aun en el curso del propio impulso inicial, como en Rusia y el Canadá en la época de sus bonanzas ferroviarias anteriores a 1914. Durante el impulso inicial nuevas industrias se expandieron con rapidez produciendo utilidades, de las cuales, una gran proporción se reinvierte en nuevas plantas; y estas nuevas industrias estimaban, a sui vez a través de la necesidad cada día mayor cantidad de obreros fabriles, de servicios en su ayuda y de más productos manufacturados, una mayor expansión en zonas urbanas y en otras plantas industriales modernas. El proceso de total de expansión del sector moderno produce un incremento del ingreso de los que realizan ahorros en gran proporción y los ponen a disposición de los encargados de activar dicho ahorro, se multiplica esta nueva clase de empresarios y orienta las grandes corrientes de inversión hacia el sector privado., la economía hace uso de recursos naturales y métodos de producción que hasta entonces no habían sido explotados. En la agricultura y en la industria se difunden nuevas técnicas a medida que se comercializan la agricultura y crece el número de agricultores preparados a adoptar los nuevos métodos y los cambios profundaos que ocasionan en el medio de la vida. Los cambios revolucionarios en la productividad agrícola constituyen una condición fundamental para un exitoso impulso inicial, pues la modernización de una sociedad aumenta, en forma radical, su lista de productos agrícolas, la estructura económica básica y la estructura social y política de la sociedad se transforma –en una o dos décadas- de tal manera que, en lo sucesivo, puede sostenerse con regularidad, un ritmo fijo de crecimiento. Como se indica en el capítulo IV podemos situar el impulso inicial de Inglaterra. En las dos décadas posteriores a 1783; el de Francia por los Estado Unidos a varios decenios antes de 1866; el de Alemania, en el tercer cuarto siglo XIX; el de Japón en los últimos Materiales de Estudio 33 34. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle veintiocho años del siglo XIX; el de Rusia y el Canadá en el cuarto de siglo, poco más o menos, anterior a 1914; en tanto que la India y China, en forma completamente diferente, no lo han conseguido sino en 1950. La marcha hacia la madurez Después del impulso inicial sigue un largo intervalo de progreso sostenido aunque fluctúa a medida que la economía, en crecimiento normal, pugna por hacer extensiva la tecnología moderna al frente toral de su actividad económica. De un 10 a un 20% del ingreso nacional se invierte continuamente, lo que permite que la producción sobrepase, por lo común, al aumento de la población. A medida que mejora la técnica cambia interesantemente la estructura de la economía, se acelera el desarrollo de nuevas industrias y se nivelan las más antiguas. La economía del país encuentra su sitio dentro de la economía internacional; bienes que antaño se importaban se producen ahora en el país; se fabrican nuevas mercancías par ala exportación. De acuerdo con las necesidades de la eficiente producción moderna la sociedad fija las condiciones que desea, equilibrando los valores e instituciones nuevos con los más antiguos o modificando éstos de tal manera que mantengan el proceso de crecimiento y no que lo retardan. Unos setenta años después de comenzar el impulso inicial (digamos, unos cuarenta años después del fin de esta etapa) se ha alcanzado generalmente lo que pude denominarse madurez. La economía, concentrada durante el impulso inicial alrededor de un complejo industrial y tecnológico relativamente limitado, ha ampliado su radio de acción hacia procedimientos más refinados y, desde el punto de vista técnico y con frecuencia, más complicados: por ejemplo, puede haber un cambio de enfoque de las industrias del carbón, del hierro y de la ingeniería pesada de la fase ferroviaria a las industrias de herramientas, productos químicos y equipo eléctrico. Esta, por ejemplo, fue la transición por la que pasaron Alemania, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos a fines del siglo XIX, o poco tiempo después. Pero otros modelos sectoriales se han seguido también entre el impulso inicial y la madurez, que se analizarán en el capítulo V. En su aspecto formal podemos definir la madurez con la etapa en la cual la economía demuestra su capacidad para desplazar las primeras industrias que propiciaron su capacidad para desplazar las primeras industrias que propiciaron su impulso inicial, y absorber y aplicar, efectivamente, sobre un amplísimo conjunto de sus recursos –o a su totalidad- los frutos más adelantados de la tecnología considerada entonces como moderna. En esta etapa la economía pone de manifiesto la adquisición de la suficiente habilidad técnica y de empresa para fabricar aquello que necesite, aunque no todo lo producible en el mercado mundial, pudiera ser que carezcan (como, por ejemplo, la Suecia y la Suiza contemporáneas) de las materias primas o de otras condiciones de sustitución que se requieren para producir económicamente un tipo dado de rendimiento, pero su dependencia es más bien asunto de selección económica o de prioridad política que de necesidad técnica o institucional, Desde un punto de vista histórico, parecen necesarios algo así como unos sesenta años para encaminar a una sociedad desde el principio del impulso inicial hasta la madurez. La explicación analítica de un intervalo de esa naturaleza puede apoyarse en la poderosa aritmética del interés compuesto aplicada al monto de capital, en combinación con las consecuencias, de mayor alcance, debidas al poder de una sociedad de absorber la tecnología moderna de tres generaciones sucesivas que viven bajo un régimen en el que el crecimiento constituye su estado normal. Pero es obvio que no se justifica ningún 34 Materiales de Estudio 35. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV dogmatismo acerca de la longitud exacta del intervalo que transcurre desde el impulso inicial hasta la madurez. La era del alto consumo en masa Llegamos ahora a la era del gran consumo en masa, en la cual, a su debido tiempo, los sectores principales se mueven hacia los bienes y servicios de consumo: fase de la que los norteamericanos comienzan a salir, cuyas satisfacciones no inequívocas empiezan a probar, con toda energía, Europa occidental y el Japón, y con la que la sociedad soviética se encuentra empeñada en inquieto coqueteo. A medida que las sociedades fueron alcanzando la madurez en el siglo XX sucedieron dos cosas: el ingreso real per copiar aumentó a tal punto que un gran número de personas alcanzaron un nivel superior de consumo que sobrepasó a los productos básicos: habitación, vestido y sustento, y cambió la proporción de la población urbana en relación con la población total y más tarde también la proporción de la población empleada en oficinas o en labores fabriles calificadas –conocedora y ávida de adquirir los beneficios de consumo de una economía madura. Como complemento de estos cambios, la sociedad dejó de aceptar la extensión adicional de la tecnología moderada considerándola como objetivo supeditado. En esta etapa de la posmadurez, por ejemplo, las sociedades occidentales, a través del proceso político, han optado por asignar grandes recursos para el bienestar y la seguridad sociales. El surgimiento del Estado benefactor constituye la manifestación de una sociedad que se desplaza más allá de la madurez técnica; pero es también en esta etapa cuando los recursos tienden, cada vez más, a ser dirigidos hacia la producción de bienes duraderos de consumo y la difusión de servicios en gran escala, siempre que predomine la soberanía de los consumidores. Gradualmente se fue propagando el uso de la máquina de coser, de la bicicleta y, posteriormente, de los diversos artefactos eléctricos para su uso doméstico. No obstante, desde un punto de vista histórico, el elemento decisivo ha sido la barata producción en masa del automóvil con sus efectos completamente revolucionarios, tanto sociales como económicos, sobre la vida y perspectiva de la sociedad. El punto culminante para los Estados Unidos fue, tal vez, la implantación de la banda sin fin de montaje por Henry Ford en los años de 1913 a 1914; pero fue en el decenio de de 1920 y, de nuevo en la década de la posguerra, 1946 a 1956, cuando esta etapa de crecimiento fue virtualmente obligada a llegar a sus conclusión lógica. Europa occidental y el Japón parecen haber entrado de lleno en esta fase de sus economías totalmente inesperado en los primeros años de la posguerra. En el aspecto técnico, la Unión Soviética se encuentra preparada para esta etapa y tiene todos los visos de que sus ciudadanos la esperan con ansiedad; pero si se llega a iniciar, los dirigentes comunistas tendrán que encarar difíciles problemas sociales y políticos de adaptación. Más allá del consumo Es imposible predecir que hasta qué grado pueda llegarse más allá, salvo quizá cuando observamos el hecho de que en la última década los norteamericanos, por lo menos, han producido como si, tras un momento crítico, la utilidad marginal relativa decreciente se hubiera fraguado en los bienes duraderos de consumo; y han optado, de manera marginal, por familias más numerosas –actitud acorde con el modelo de la dinámica de Buddenbrook-. Se han comportado como si, por haber nacido bajo un sistema que les Materiales de Estudio 35 36. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle proporcionó seguridad económica y alto consumo en masa, concedieran valor inferior a la obtención de aumentos adicionales al ingreso real y convencional, como opuesto a las ventajas y valores que respeta una familia numerosa, pero aun en esta aventura que se hace general es un poco prematuro crear, fundándose en un solo caso, una nueva etapa de crecimiento basada en bebés, como siguiente paso a la época de los bienes duraderos de consumo: como lo expresarían los economistas, la elasticidad ingreso de la demanda de los bebés de sociedad a sociedad puede variar considerablemente. Pero lo cierto es que las implicaciones del auge de la natalidad junto con el déficit, no del todo inconexo, del capital social fijo dominarán probablemente la economía norteamericana durante la próxima década por encima de la mayor difusión de los bienes duraderos de consumo. He aquí, pues, en forma más impresionante que analítica, las etapas de crecimiento que pueden destacarse una vez que una sociedad tradicional inicia su modernización: el periodo de transición, en el cual se crean las condiciones previas para el impulso inicial, en respuesta, generalmente, a la intrusión de una potencia extranjera, coincidiendo con ciertas fuerzas nacionales que contribuyen a la modernización; el propio impulso inicial; la marcha hacia la madurez que, por lo general, abarca aproximadamente la vida de dos generaciones más; y luego, por último, se el aumento del ingreso ha logrado igualar la difusión de la maestría técnica (lo que, como veremos, no es necesario de inmediato), las desviación de la economía en plena madurez hacia el abastecimiento de bienes y servicios duraderos de consumo (así como el Estado benefactor) para su creciente población urbana –y, posteriormente, a la suburbana-. Queda, aparte de esto el problema de si se producirá o no un estancamiento espiritual secular y, si es así, cómo podrá defenderse el hombre de éste: tema que se considera en el capitulo VI. En los cuatro capítulos siguientes examinaremos con más detenimiento y vigor las condiciones previas, el impulso inicial, la marcha hacia la madurez y los procesos que han conducido hacia la época del autoconsumo en masa, pero aun en esta introducción debemos darle claridad a una característica del sistema. Una teoría dinámica de la producción Esta etapa no es sólo descriptiva. No representan, simplemente, una forma de generalizar ciertas observaciones de los hechos relacionados con la secuela del desarrollo de las sociedades modernas. Poseen continuidad y lógica internas y tienen un fundamento analítico, arraigado en una teoría dinámica de la producción. La teoría clásica de la producción se formula de acuerdo con supuestos esencialmente estáticos que congelan –o permiten únicamente un solo cambio- en las variables más adecuadas para el proceso del crecimiento económico. A medida que los economistas modernos han tratado de fusionar la teoría clásica de la producción con el análisis keynesiano del ingreso, han ido introduciendo las variables dinámicas: población, tecnología, espíritu de empresa, etcétera. Pero se han inclinado por hacerlo tan rígida y general que sus modelos no pueden captar los fenómenos esenciales del crecimiento tal como se le aparecen a un historiador de la economía. Tenemos necesidad de una teoría dinámica de la producción que aísle no sólo la distribución del ingreso entre el consumo, el ahorro y la inversión (y el equilibrio de la producción entre consumidores y bienes de capital), sino que se concentre, directamente y con algún detalle, en la composición de la inversión y en desarrollos propios de sectores particulares de la economía. El tema siguiente tiene por base dicha teoría flexible y desintegrada de la producción. 36 Materiales de Estudio 37. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Cuando se amplían los límites convencionales de la teoría de la producción es posible definir las posiciones teóricas del equilibrio para la producción, la inversión y el consumo un todo y para cada sector de la economía. Dentro del marco fijado por las fuerzas que determinan el nivel de producción, en el lado de la demanda, las posiciones sectoriales óptimas son establecidas por los niveles de ingreso y población y por la naturaleza de los gustos; en el lado de la oferta, por el estado de la tecnología y la calidad del espíritu de empresa, tal como ésta determina la proporción de las innovaciones disponibles por la técnica y lucrativas en potencia, que encuentran realmente incorporadas a los bienes capitales. En suma, se debe presentar una hipótesis empírica que es en extremo significativa: que la desaceleración constituye la trayectoria normal óptima de un sector debido ala variedad de factores que operan en ella, desde la oferta y la demanda. Los equilibrios resultantes de la aplicación d estos criterios forman un conjunto de trayectorias sectoriales, de las que, como primeros derivados, surge una serie de modelos óptimos de inversión. Naturalmente, los modelos históricos de inversión no fueron una réplica exacta de estos ejemplares óptimos. Sufrieron una distorsión como consecuencia de las imperfecciones en el proceso de la inversión privada, de las políticas seguidas por los gobiernos y del impacto producido por las guerras. En forma transitoria, las guerras alteraron las finalidades lucrativas de la inversión al crear demandas arbitrarias y cambiar las condiciones de la oferta, destruyeron capital y, ocasionalmente, aceleraron el desarrollo de una nueva tecnología adecuada a la economía de paz, modificando la estructuración social y política por medios conducentes al crecimiento de tiempos de paz. De estas desviaciones de los modelos óptimos, que ocurren en la realidad, resulta la sucesión histórica de los cielos económicos y de los periodos de tendencias; y, conjuntamente con el impacto de las guerras, tales fluctuaciones producen trayectorias históricas de crecimiento que difieren de las señaladas por los modelos óptimos calculados con anterioridad. Con todo, la historia económica de las sociedades en crecimiento adquiere parte de su forma imperfecta del esfuerzo que hacen tales sociedades a fin de aproximarse a las trayectorias sectoriales óptimas. En cualquier periodo, la tasa de crecimiento de los sectores variará considerablemente; y en las etapas iniciales de su evolución es posible aislar empíricamente ciertos sectores principales, cuyo rápido ritmo de expansión desempeña, directa e indirectamente, un papel fundamental en el mantenimiento del impulso integral de la economía. Es conveniente, conciertos propósitos, caracterizar a una economía en términos de sus sectores principales; y cierta parte de la base técnica de las etapas de crecimiento estriba en la sucesión cambiante de estos mismos sectores. Que en el principio de su vida los sectores tengan tendencia a una rápida fase de crecimiento es, en esencia, lo que hace posible y útil considerar la historia económica como una sucesión de etapas y no, simplemente, como un todo uniforme y continuo, dentro del que la naturaleza jamás avanza a saltos. Sin embargo, las etapas de crecimiento requieren igualmente que se tomen en cuenta las elasticidades de la demanda y que se amplié este conocido concepto, ya que estas fases de rápido crecimiento en los sectores provienen de la discontinuidad de las funciones de producción y de las grandes elasticidades-precio o elasticidades-ingreso de la demanda. Los Materiales de Estudio 37 38. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle sectores principales se determinan por el curso cambiante de la tecnología y la cambiante disposición de los hombres de empresa para aceptar las innovaciones disponibles y, en parte, por aquellos tipos de demanda que han dado muestra de gran elasticidad en relación con el precio, el ingreso o con ambos. Sin embargo, la demanda de recursos es resultado de las exigencias impuestas pro las decisiones sociales y por las decisiones sociales y por las políticas de los gobiernos –estén de acordes o no con el sistema democrático- y no sólo por las apetencias y opciones particulares. Es necesario, por lo tanto, observar las selecciones hechas por las sociedades al disponer de sus recursos en condiciones que superen a los procedimientos convencionales del mercado. Es preciso considerar las funciones de su bienestar, en el sentido más incluyendo en ellas los procesos no económicos que las determinaron. Por ejemplo, el curso que sigan los índices de natalidad representa una forma de selección del bienestar realizada por las sociedades a medida que cambia el ingreso. Las curvas en la gráfica del movimiento de población reflejan (además de los índices cambiantes de mortalidad) la manera como se calculó el tamaño de la familia en las distintas etapas. A partir del descenso normal (aunque no universal) de los índices de natalidad, durante el impulso inicial, o poco después, a medida que se afianza la urbanización y el progreso se convierte en una posibilidad a la vista, al aumento reciente, los norteamericanos (y otros pueblos de sociedades caracterizadas por su alto consumo en masa) parecen buscar, dentro de familias mas numerosas, otros valores aparte de los que les pueda brindar la seguridad económica y un extenso abastecimiento de servicios y bienes duraderos de consumo. Existen, asimismo, otras decisiones que han ido adoptando las sociedades a medida que las opciones que se les ofrecen han sido alteradas por el proceso evolutivo del crecimiento económico. Estas amplias decisiones colectivas, determinadas por muchos factores que están fuera del mercado –con profundas raíces en la historia, la cultura y el proceso activo de la política- han actuado a la recíproca con la dinámica de la demanda de mercado, la tecnología y el espíritu de empresa, aceptando los riesgos para determinar el contenido específico de las etapas de desarrollo de cada sociedad. ¿Cómo debería reaccionar la sociedad tradicional, por ejemplo, ante la intromisión de una potencia mas adelantada? ¿Con cohesión, prontitud y energía, como los japoneses? ¿Haciendo de la debilidad una virtud, a semejanza de los oprimidos irlandeses del siglo XVIII? ¿O alterando lentamente y de mala gana la sociedad tradicional, como los chinos? ¿Cuándo se ha alcanzado el nivel nación independiente moderna? ¿Cómo debe disponerse de las energías nacionales? ¿Deben emplearse para la agresión exterior, para corregir viejos errores o para explotar posibilidades recientemente creadas o advertidas, con el fin de aumentar el poder nacional? ¿Para completar y perfeccionar la victoria política del nuevo gobierno nacional sobre los viejos intereses regionales? ¿Para modernizar la economía? Una vez que, con el impulso inicial, se pone en marcha el crecimiento, ¿hasta que punto deben reducirse las necesidades de difusión de la tecnología moderna y elevarse hasta el máximo la tasa de desarrollo por el deseo de incrementar el consumo per cápita y el bienestar? 38 Materiales de Estudio 39. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Cuando se ha logrado la madurez tecnológica y la nación tiene bajo su control un gran aparato industrial moderno y diferenciado, ¿a que fines debe destinarlo y en que proporciones? ¿Al aumento del seguro social, a través del estado benefactor? ¿A expandir el alto consumo en masa de servicios y bienes duraderos de consumo? ¿Al crecimiento del nivel y el poderío de la nación en el escenario mundial? ¿O a aumentar la ociosidad? Entonces aparece el problema de lo que vendrá después, del cual la historia únicamente nos ofrece fragmentos: ¿Qué habrá de hacerse cuando pierda su atractivo el incremento del propio ingreso real? ¿Aumentar la natalidad, llegar al hastío, descansar tres días cada fin de semana, ir a la luna o crear nuevos límites internos a la ambición humana en sustitución de los imperativos de la escasez? Por ello al estudiar los vastos contornos de cada una de las etapas del crecimiento no examinamos simplemente la estructura sectorial de las economías, a medida que se transformaron, ajustándose al crecimiento, y crecieron; estamos también analizando una serie de opciones estratégicas adoptadas por varias sociedades en la relación con la forma de disponer de sus recursos, las cuales incluyen, y sobrepasan, las elasticidades-ingreso y las elasticidades-precio de la demanda. 5. DESARROLLO SOCIAL Y BIENESTAR Amartya Sen9 El aporte central de Sen a la Teoría del Desarrollo tiene que ver con cómo mira Sen el bienestar, es decir, con las cuestiones acerca de qué es el bienestar y quién es el sujeto del bienestar. Respondiendo a estas preguntas, Sen redescubre que el sujeto del bienestar es el ser humano y que el bienestar es el cómo este ser humano se encuentra. Este punto, que parece obvio, le conduce de forma inmediata al cuestionamiento de la forma de entender, concebir y, por ende, medir el bienestar que ha venido manejando la Teoría del Desarrollo. Este enfoque le permite a Sen pasar de preocuparse por los medios que tiene una persona, y que supuestamente son un indicador de su bienestar, a preocuparse por los fines que consigue dicha persona. De hecho, y como veremos más adelante, no sólo de los fines que consigue sino de todos aquellos que está en disposición de conseguir independientemente de que al final, y bajo su propia voluntad – a la que Sen llama agencia-, los realice o no. Las implicaciones de este enfoque se manifiestan en la superación del tradicional concepto utilitarista del bienestar, el paso a un concepto centrado en las posibles realizaciones del individuo y la entrada del paradigma de que la consecución del desarrollo se fundamenta en el ensanchamiento de las libertades del individuo de manera que le permitan llevar la vida que éste considere digna vivir. La crítica fundamental al bienestarismo, y concretamente al utilitarismo como una de sus manifestaciones específicas, se basa en: a) la errónea identificación de bienestar con utilidad en las tres principales interpretaciones: elección, felicidad y satisfacción del deseo, b) la consideración de que la ordenación por suma es trivial y no deja de lado la cuestión de la desigualdad y c) la incapacidad de incorporar las diferencias de partida y de agencia entre las personas. 9 Fran Equiza Amartya Sen y sus aportes a la teoría del desarrollo. Cataluña: Instituto Internacional de Gobernabilidad. www.iigov.org Materiales de Estudio 39 40. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle La identificación de bienestar como elección, además de que ésta pueda no representarse de forma binaria o pueda no ser transitiva, plantea el problema fundamental de que la conducta de elección incorpora muchos más elementos que la mera búsqueda y satisfacción del bienestar. En cuanto a la felicidad, plantea dos problemas. El primero hace referencia a que la felicidad es básicamente un estado mental que no tiene en cuenta otros aspectos. El segundo se manifiesta en la limitación de otros estados mentales como consecuencia de interpretar la felicidad como uno de ellos y la valoración subjetiva que ello implica. Respecto a la satisfacción del deseo presenta el problema de la valoración (¿valoro porque deseo o deseo porque valoro?) pero, aún así, los deseos pueden, en virtud de la capacidad de agencia, ir contra el bienestar de una persona, por lo que sumado éste a la representación de deseo tanto como potencia como en cuanto acto, además de la contingencia de los mismos, dificulta su utilización objetiva. El ordenamiento por suma es la pauta básica en el utilitarismo además de ser considerado como algo inevitable. Sin embargo, la representación numérica se concreta en la maximización de la esperanza matemática, en condiciones de equiprobabilidad de ser cualquier individuo, valores que representan la elección bajo incertidumbre. Estos valores no tienen por qué coincidir con ningún concepto de bienestar. Además de que representan presuntamente la absoluta racionalidad, sin que en la ordenación haya podido estar presente el concepto de igualdad. Por último, analicemos la incapacidad de incorporar diferencias subjetivas. Dos personas con la misma cantidad de bienes pueden conseguir realizaciones muy distintas en función de peculiaridades personales. Estas diferencias de partida pueden provenir de deficiencias físicas, diferencias biológicas u orígenes sociales dispares y representan posibilidades de bienestar significativamente variables, variación que ha de ser recogida en virtud de que interpreta estas peculiaridades, hecho que no contempla el utilitarismo. Así pues, Sen plantea que la característica fundamental del bienestar es la capacidad de conseguir realizaciones valiosas y define el conjunto de capacidades como el conjunto de vectores de realización a su alcance; es decir, la evaluación no se basa en analizar el conjunto de realizaciones alcanzado sino en analizar el conjunto de realizaciones alcanzable, dado que la calidad de vida que lleva una persona no se mide por un estándar sino por la capacidad de esa persona de elegir dicho modo de vida. De esta manera, Sen identifica los siguientes elementos: a) el conjunto de bienes que posee una persona xi, b) la función, no necesariamente lineal, que convierte los bienes en características aplicables c(·), c) la función de uso personal o la pauta en la que el individuo puede generar realizaciones a partir de las características fi(·), d) el conjunto de realizaciones Fi y e) el bienestar en función de las realizaciones obtenidas hi(·). Las capacidades de un individuo vienen delimitadas por dos conjuntos. El primero se refiere al conjunto de características que el individuo obtiene de los bienes que posee. El segundo viene definido por el conjunto de realizaciones que puede obtener a partir de dichos bienes. Esta distinción es crítica en el análisis de Sen, puesto que el bienestar de un individuo vendrá dado por la intersección de ambos espacios; es decir, tan sólo podrá realizar (o mejor, tan sólo tendrá capacidad para) las “funcionalidades” que le estén dadas per se y por su entorno sobre los bienes de los que goza. Formalizando lo expuesto: 40 Materiales de Estudio 41. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Vector de características de bienes: bi=fi(c(xi)) Bienestar obtenido: ui=hi(fi(c(xi)) Vector de capacidades: Qi(Xi)=[bi| bi=fi(c(xi)), para algunos fi(·)    Fi y para algunos xi  Xi] De esta manera, observamos que de una alta acumulación de bienes y sus características, si no existen las funciones que las transforman en realizaciones, no se obtiene un alto grado de bienestar o, a la inversa, una alta capacidad de funciones personales sin bienes sobre las que aplicarlas producen similares resultados. Es decir, para dos personas con la misma dotación de bienes inicial, pero una de ellas con una discapacidad física de la que la otra carece, obtendremos realizaciones bien distintas por las pautas que cada individuo podrá aplicar sobre sus bienes. Esto nos lleva a la fijación de las políticas para el desarrollo humano. No es suficiente con ampliar el primer conjunto de la función: los bienes. Es necesario, igualmente, aumentar las condiciones que convierten dicho conjunto de bienes en capacidades de realización. Gran parte de las políticas de desarrollo han ido encaminadas hacia el primer subconjunto. Sin embargo, el reto se establece en el diseño de políticas orientadas a la persona que permitan las realizaciones mencionadas y es este segundo conjunto de políticas el que no sólo incide sobre aspectos de capital humano sino, sobre todo, en aspectos institucionales y de capital social. Las condiciones de transformación de un individuo de un conjunto de bienes determinado en capacidades de realización tienen una limitación personal, que podríamos llamar “condiciones individuales”, y otra limitación de carácter comunitario o social. El conjunto de instituciones, formales e informales, que condicionan, coartan, impulsan, incentivan o promueven la conversión de las características de los bienes en capacidades es virtualmente el todo de la sociedad. Desde pautas familiares, que condicionan el orden de la alimentación y las raciones así como la prevalencia en la educación, hasta instituciones como los mercados que definen quién y en qué condiciones se puede actuar, pasando por costumbres sociales que establecen la vergüenza en una determinada forma de vestir o la forma de constituir matrimonios. De todo ello se desprende que la nueva acción para el desarrollo ha de superar la provisión de bienes y competencias individuales y estar orientada hacia la provisión de entornos institucionales que, en lugar de coartar el posible desarrollo y conversión de dichos bienes en capacidades, garanticen la ampliación del espacio de libertades de los individuos. Desarrollo a escala humana10 .....Como yo he tenido la suerte de nunca haber dejado de ser completamente niño, de lo cual me alegro, me di cuenta de que debía tratar de revitalizar 10 Extracto de una conferencia de Max-Neff, economista chileno, Premio Nóbel Alternativo de Economía en 1983. Materiales de Estudio 41 42. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle ese componente de mi personalidad porque es esa capacidad de ser niño, la que le permite a una persona incrementar a niveles increíbles su capacidad de percibir profundamente lo que le rodea. Redescubrí algo que yo siempre había sabido , aún en aquel entonces cuando no solo practicaba la niñez sino además la poseía físicamente, que si bien es cierto que vivimos en un mundo en el cual hay que ver para creer, también existe un mundo tanto o mas importante que ese, en el que hay que creer para poder ver. Esa es una sabiduría que tiene el niño. El niño ve cosas en las que cree, porque tiene la capacidad de creer y las deja de ver cuando crece, cuando lo socializamos y cuando empezamos a enseñarle todo porque estamos convencidos que por ser niño no sabe nada. El proceso de socialización, y eso lo redescubrí como producto de esa crisis, es un proceso de absoluta castración, es un proceso terrible, mas traumático que el proceso de nacer y salir de un lugar abrigado, tibio, cómodo a un mundo lleno de ruido, frío y agresión. Ese algo en el proceso de socialización que es mucho mas fuerte que el shock que se tiene cuando se nace, es el momento en nos cercenan absolutamente lo que como niños pensábamos que era nuestro derecho inalienable de vivir simultáneamente en varios mundos paralelos y en varias realidades paralelas.. Nos matan la magia, nos matan nuestra capacidad de soñar; nos matan nuestra capacidad de ser en distintos mundos, en distintas realidades, para reducirnos a una sola realidad prefabricada, fría, eficiente, estrictamente racional. Yo tuve la suerte de poder revitalizar esa parte mía y sigo hasta el día de hoy viviendo simultáneamente en mundos paralelos. Yo creo en la existencia de los gnomos y en los mundos mágicos. Por creer he tenido evidencias de su existencia. Los gnomos me ayudan, me hablan al oído y me dan buenas ideas. Somos buenos amigos. Claro que no los puedo ver en el momento en que yo quiera, no son fácilmente accesibles, hay que hacer méritos. A veces se enojan conmigo y me hacen zancadillas, pero siempre con un cierto cariño. Me he dado cuenta que al creer en esos mundos paralelos, en la posibilidad de vivir simultáneamente en ellos, uno es mucho más capaz de volver a convivir con sus congéneres, con los seres humanos, los suyos. En ese proceso uno aprende también otras cosas. Aprende por ejemplo, que el ser humano no es el centro de todas las cosas sino que es parte de todas las cosas y que no solo la vida humana es sagrada sino que toda forma de vida es sagrada. Uno aprende que en ese proceso de vivir, sus contribuciones, si uno tiene capacidad de contribuir, solo serán fecundas si esa posibilidad de hacerlo va envuelta en una gran cantidad de afecto, de cariño por los demás. Una economía, en consecuencia, que se preocupa por el bienestar, debe ser una economía que no tenga vergüenza, por ejemplo, de hablar como componente fundamental de su disciplina, de los sentimientos. Muchos economistas dirán que esto no es científico. Claro que no lo es, pero creo que incluso los economistas son capaces de enamorarse y al hacerlo se dan cuenta que a pesar de no ser científico, es algo importante con capacidad de transformarnos a nosotros mismo. No lo pueden medir, pero lo pueden sentir. Esto es lo que la economía tiene que rescatar. Los seres humanos no actúan en el mundo económico, guiados por una mera racionalidad, actúan también por pasión, por miedo, por superstición, por creencias, por una cantidad de impulsos que los inducen a actuar de la forma en que actúan; de tal manera entonces, que un economista que realmente se preocupe por tratar de desentrañar el mundo económico debe entender que el esfuerzo 42 Materiales de Estudio 43. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV importante debe orientarse a ser capaz de interpretar, de percibir, de evaluar ese mundo, mas que tratar de medirlo con extrema precisión, de cuantificarlo, como ha sucedido con esa extraña obsesión que ha influido en la economía en los últimos 100 años o algo más, al querer ser ciencia exacta, como si eso le diera mayor status. Hemos llegado a una curiosa caricatura. Hoy son muchos los economistas que en vez de conformarse con estar más o menos acertados, prefieren equivocarse con alta precisión. Gracioso, pero también trágico. Las discusiones se hacen estériles y resultan agotadoras. Vean ustedes, por ejemplo, un tipo clásico de discusión. La semana pasada en Caracas, de donde llegamos hace 3 días, el Banco Central de Reserva de Venezuela había anunciado un crecimiento de 5.2% y durante toda la semana que estuvimos allá, la discusión consistió en si realmente era un 5.2% o un 3.5% o un 3.9% o si realmente había habido crecimiento y cómo lo habían calculado, etc. Y eso no era una discusión de economistas, era una discusión de la gente común. En situaciones como ésta, todos se olvidan de la posibilidad de hacer preguntas realmente trascendentes. Si alguien me dice a mi como ciudadano, que el PBI ha crecido un 5.2%, m reacción fecunda, no la bizantina de discutir el porcentaje, sería la de preguntar, por ejemplo, a costa de que fue ese crecimiento. Que me expliquen eso, que me contesten eso, porque, evidentemente, nosotros podemos crecer económicamente a costa de empobrecernos, a costa de permanecer iguales y en algunos casos excepcionales, muy excepcionales, a costa de aumentar nuestra riqueza nacional. Yo puedo provocar una alta tasa de crecimiento económico como consecuencia de depredar de la manera más rápida y eficiente posible un recurso natural; mi producto crece, pero el resultado final es un mayor empobrecimiento. Del mismo modo si un país súbitamente padece una gran epidemia, la gente se enferma, muchos se enferman, el producto crece por aumento del consumo de drogas y servicios hospitalarios. Ahora ¿es ese el crecimiento que queremos? Indudablemente, hay un componente cuantitativo, pero la economía no puede reducirse a lo cuantitativo. La obligación de una ciudadanía es plantear las preguntas cualitativas, que son las que definen la calidad de ese desarrollo, no la cantidad. El hechizo de indicadores agregados, en el fondo, poco o más que indicar, desconciertan. Son algo que debiera desmitificarse en el mundo de la economía. No digo que todos esos indicadores sean absolutamente malos, pero cuando son los indicadores dominantes si pueden serlo. Un indicador como el PBI, de tanta importancia, como para ser incluso capaz de generar desequilibrios serios en un proceso político o en la estabilidad de un gobierno, es un tipo de indicador que inclusos nos ha hecho tanto daño que nos ha inducido a aumentar nuestros complejos de inferioridad. Son indicadores como el ingreso per-cápita los que nos permiten dividir al mundo en segmentos de distinta categoría: primer mundo, segundo mundo, tercer mundo, ahora, cuarto mundo y tal vez pronto alguien detectará un quinto mundo. ¿Qué quiere decir esto? Que realmente todos estamos aceptando que lo mas importante en nuestro mundo actual es aquello que se puede medir, y nada mas fácil de medir que el ingreso; de tal modo, que desarrollo es incremento del ingreso, inflación es incremento excesivo del ingreso, bienestar es aumento del ingreso y desempleo es ingreso no generado. Todo puede reducirse a ingreso. Pero sucede, por ejemplo, que para que quien esté desempleado, el desempleo es más que eso, es más que ingreso. Ingreso no generado es frustración, es ruptura familiar, es angustia, es pérdida de la estima, es sensación de soledad, es sensación de abandono, es en si un Materiales de Estudio 43 44. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle proceso de destrucción y, lo que es peor, de autodestrucción cuando éste es prolongado en duración y en intensidad. ¿Hasta cuando entonces, se debe insistir con este tipo de indicadores? ¿Hasta cuando insistir que desarrollo es, de alguna manera mecanicista, el producto o la consecuencia de ciertas tasas de crecimiento? No busquemos mas profundizar el diagnóstico, veamos una alternativa. Los economistas descalzos damos una alternativa que llamamos Desarrollo a Escala Humana. Es una concepción que parte de un postulado básico y por ser un postulado no admite discusión, lo pueden rechazar de plano o aceptarlo y si lo aceptan, aquellos que lo hagan me pueden acompañar en el camino de las deducciones. El postulado básico del desarrollo a escala humana sostiene que el desarrollo tiene que ver con personas y no con objetos, nada más. Ahora si el desarrollo tiene que ver con personas y no con objetos, ¿como puedo yo determinar cuando un proceso de desarrollo es mejor que otro? Hemos visto que en el enfoque convencional, ortodoxo, tradicional, tenemos ciertos indicadores como el PBI y otros, que caricaturizando un poco, aunque no mucho, son indicadores del crecimiento cuantitativo de los objetos, de los artefactos, de las cosas que no nos sirve para lo nuestro. Lo que necesitamos es un indicador del crecimiento cualitativo de las personas. Miremos entonces porque es mejor aquel proceso de desarrollo en que se incrementa más la calidad de vida de las personas y de que depende esa calidad de vida. Nosotros sostenemos que la calidad de vida está determinada por las posibilidades reales que las personas tienen de satisfacer o actualizar adecuadamente sus necesidades humanas fundamentales. Bien, podrán inquirir ustedes, ¿cuáles son esas necesidades y quienes determinan cuáles son? Antes de responder esta pregunta es necesaria una pequeña disquisición epistemológica. Cuando se discute sobre necesidades humanas, en general el discurso tiende a revelar la creencia o el supuesto dominante, de que las necesidades tienden a ser infinitas, cambian permanentemente a través de tiempo, de la historia, de los contextos, de las circunstancias, de una cultura u otra, etc. Bueno, nosotros pensamos que si esto realmente fuese así, si las necesidades estuviesen realmente cambiando siempre y fuesen distintas en todos los contextos y a través del tiempo, las necesidades humanas serían una noción, que tanto por razones epistemológicas como metodológicas, no serviría para nuestro trabajo, porque significaría que cada caso que estudiáramos sería un caso único y especial en la ciencia. No podemos funcionar exclusivamente con casos únicos, sino que una de las funciones de la ciencia es buscar aquellos elementos o situaciones que tienen una posibilidad de generalización. Nosotros pensamos que ese supuesto del cambio de necesidades se debe básicamente a un error conceptual, que consiste en que no se distingue específica y explícitamente la diferencia sustantiva que hay entre lo que son, por una parte, necesidades humanas propiamente tales y lo que por la otra son satisfactores de esas necesidades humanas. Es decir, aquello a lo cual recurrimos para satisfacernos; así entonces cuando se supone que hoy día en este mundo actual un TV. es una necesidad, un automóvil es una necesidad, no lo son. Un TV., un automóvil, en el mejor de los casos pueden ser satisfactores de necesidades que hay que identificar. 44 Materiales de Estudio 45. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV A continuación planteamos los siguientes postulados adicionales del desarrollo a escala humana: las necesidades humanas fundamentales son pocas, finitas y las mismas para todas las culturas, en cualquier periodo de la historia, en cualquier contexto o circunstancia. Lo que cambia no son las necesidades fundamentales sino los satisfactores, es decir, aquello a lo que recurrimos para satisfacerlas. Dicho esto, nosotros proponemos que las necesidades humanas fundamentales pueden clasificarse de acuerdo a dos criterios:  Criterio ontológico o existencial, en que distinguimos las necesidades de ser, tener, hacer y estar, entendido dentro de un sistema de coordenadas espacio temporales, es decir, es el estar en un tiempo y en un lugar.  Criterio axiológico o de valores. Se distinguen 9 necesidades humanas fundamentales. Estas son las necesidades de subsistencia, protección, afecto, participación, identidad, entendimiento, ocio, creación y libertad. Pensamos que estas son necesidades humanas fundamentales porque difícilmente se pueden concebir seres humanos o agregados sociales en que las personas puedan vivir bien privadas de alguna de ellas. Pensamos además que son invariables aunque no en un sentido absoluto. Pueden modificarse con el ritmo de la evolución del ser humano. Creemos, en ese sentido, que el “homo habilis” evidentemente existía, se protegió, evidentemente hacia el amor, evidentemente tenía que entender su entorno, evidentemente se organizaba en grupo, practicaba el ocio. De manera que tal vez en la versión más primitiva del “homo sapiens”, es probable que sólo las necesidades de libertad e identidad, aún no estuvieran muy claras y que ellas hayan nacido un poco mas tarde en el proceso evolutivo. Tenemos además otros fundamentos para justificar haber escogido estas 9 necesidades fundamentales, sustentadas en la neurofisiología, el estudio del cerebro. Nosotros pensamos que estas necesidades humanas, concebidas tanto existencial u ontológicamente como axiológica o valorativamente, conforman un sistema en el sentido que todas ellas interactúan entere sí, no se pueden superar. No existe, y esto lo sostenemos con mucha convicción, no existe un ordenamiento jerárquico entre ellas, en el sentido de que para surgir la necesidad B previamente debo haber satisfecho la necesidad A y así sucesivamente, como se plantea en alguna de las teorías de necesidades, como por ejemplo, la de Maslow; teorías que hicieron grandes aportes pero pensamos en ese aspecto no corresponden a lo que es realmente aceptable. Si somos capaces de organizar nuestra sociedad de tal manera que se oriente específica y explícitamente hacia la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, se pueden dar procesos en que varias de ellas pueden ser satisfechas simultáneamente. Esto es lo que nosotros identificamos como procesos de generación de satisfactores sinérgicos, entendiendo por sinergia la capacidad potenciadora de poder satisfacer varias necesidades simultáneamente. Este enfoque de las necesidades nos permite replantear una serie de ellas, entre éstas el concepto de pobreza. En desarrollo a escala humana ya no hablamos de pobreza sino de pobrezas y la planificación quiere decir que cualquiera de estas nuevas necesidades humanas no satisfechas, es una pobreza humana. No es un juego semántico, es mucho más que eso, más profundo. Lo que observamos es nuestro mundo actual, si observamos con visión humanizadora, es que esas pobrezas general patologías. Nos enfermamos cuando las necesidades no satisfechas rebozan límites de magnitud y duración. Lo que es peor, y más observable en el mundo de hoy, es que lo que está ocurriendo por insatisfacción profunda Materiales de Estudio 45 46. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle de varias necesidades en diferentes lugares, es el surgimiento creciente de enfermedades psicosociales o, si quieren ustedes, el surgimiento de patologías. Sectores enteros y sociedades enteras que se enferman tan sublimalmente que creen que siguen siendo sociedades normales, que todo lo que ocurre es normal, en la inconciencia de que pueden estar enfermas profundamente. El mundo que estamos viviendo y observando, es un mundo crecientemente enfermo. La violencia en esta ciudad y en este país y en esta sociedad, al igual que en otras donde se dan casos similares, es producto de una enfermedad profunda y esas enfermedades profundas se originan en insatisfacciones profundas del sistema de necesidades antes enunciadas. Lo que ocurre es que como los científicos sociales, tanto economistas como sociólogos y antropólogos, no hemos empezado aún a estudiar con el sentido de responsabilidad necesario, que es lo que realmente ocurre cuando se priva a una sociedad de su identidad, o a la gente de su libertad en forma masiva, o de su derecho a ser creativa, o de su derecho a participar, o a su necesidad de sentirse protegida, etc. Podemos observar algo profundamente preocupante: el hecho de que todos los sistemas que hoy día conocemos, a su manera precisan de inhibir a los miembros de su sociedad en una o más necesidades fundamentales como condición para la supervivencia y desarrollo de su sistema. ¿Cuáles son las necesidades? Analicen ustedes que necesita inhibir un capitalismo consumista o un socialismo real como condición de permanencia? Es una realidad y no nos podemos engañar; es el desafío profundo que lleva a una pregunta: ¿cómo debería ser un sistema económico, social y político para que las gentes, que son sus miembros, puedan satisfacer adecuadamente sus necesidades y además ese sistema tenga capacidad de sobrevivir y desarrollarse? ¿Es posible? ¿Es una utopía absoluta? ¿Somos capaces de realizarlo o estamos condenados a vivir perpetuamente cercenando nuestras capacidades fundamentales y enfermándonos cada vez más, al grado de estar en un mundo al borde del suicidio colectivo? Tenemos la capacidad de destruirnos totalmente a nosotros mismos, no solo de una manera, sino de muchas, no solo por un holocausto atómico, sino por otros procesos que ya se han desatado y son mucho mas graves que este. ¿Qué hacer para corregir esto? Nosotros proponemos muchas cosas que en el fondo no son más que el redescubrimiento del sentido común o el replanteamiento de lo obvio, que por obvio está tan olvidado frente a la convergencia de tantas crisis que genera la crisis global de hoy en día. Planteamos la necesidad de un desarrollo, que ahora se oriente, explícitamente, como primera condición a la satisfacción de las necesidades fundamentales de las personas. Como segunda condición a generar mayores y creciente nivel de auto dependencia comenzando a niveles locales, para luego pasar a las regionales y terminar en las nacionales. Tercero, como proceso capaz de articular de manera más orgánica las relaciones de lo que nosotros identificamos como la trilogía de la supervivencia; es decir, las relaciones entre ser humano, naturaleza y tecnología. Esto implica la articulación mas armónica y orgánica entre estado y sociedad civil, entre crecimiento personal y crecimiento social y entre planificación y autonomía. Satisfacción de necesidades humanas, mayores niveles de auto dependencia y articulaciones orgánicas son los 3 pilares fundamentales del desarrollo a escala humana. En cuanto a pilares, necesitan sustentarse sobre un cimiento fuerte y el único que hemos sido capaces de concebir hasta ahora es aquel capaz de generar y privilegiar instancias y espacios donde la participación y el protagonismo de las personas sea real. Esos espacios e instancias 46 Materiales de Estudio 47. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV de participación real son solo posibles , y aquí se completa el círculo, cuando se da la escala humana, es decir, la escala donde la persona vuelve a tener identidad , vuelve a ser persona, vuelve a tener rostro, vuelve a tener nombre, vuelve a tener características conocidas o reconocibles y deja de ser simplemente una abstracción estadística. Esta escala humana es por definición una escala que nunca puede ser gigantesca. No es posible la participación en ningún sistema de gran tamaño, cualquier sistema gigantesco que quiera convertirse o transformarse en sistema participativo debe subdividirse en espacios a escala humana, donde la persona vuelva a ser, sea capaz de hacer, y además asuma su responsabilidad por lo que hace, cosa que se pierde en el gigantismo. Estos son los principios sustentadores del desarrollo a escala humana, evidentemente a estas alturas y en una presentación apretada que no debía pasar mas allá de una hora que en este momento se acaba de completar, será natural que ustedes perciban una serie de vacíos de la propuesta de desarrollo a escala humana, sino que son vacíos de mi presentación, acortada por el poco tiempo disponible. Quiero, sin embargo, al terminar la exposición, subrayar que el camino para acercarnos a la realización de un tipo de desarrollo, donde la persona vuelva a ser persona pero donde no esté encima de todo lo demás, sino que sea parte conciente que se integra con los demás de una manera responsable y con capacidad de asumir su responsabilidad, radica fundamental y principalmente en la capacidad de despertarse y organizarse que tenga la sociedad civil. Como miembro cualquiera de nosotros de la sociedad civil podemos decir: que puedo hacer yo, como lo hago, cual es la técnica. Esta es una pregunta recurrente. Tal vez en todo nuestro recorrido como grupo dedicado a ofrecer a América Latina esta propuesta, es ésta la pregunta que mas se nos ha hecho: ¿cómo hacer las cosas? Confieso que producto de la experiencia, de las vivencias, de los múltiples golpes y frustraciones y también de los entusiasmos y alegrías y de mucha reflexión hemos llegado a una sola respuesta, con la cual no queremos decir que no haya otra, pero nuestra imaginación no nos ha dado para mas. Es la siguiente: darse cuenta que nada cambia sino cambio yo, siendo yo cualquier yo. La cosa comienza conmigo. Con esto rescatamos el valor incalculable que puede tener en algún momento el testimonio personal, mi testimonio personal, mi experiencia personal, mi conducta personal. Puede que ella no provoque nada y yo me vaya de este mundo solo con mi coherencia, pero de repente puede que si promueva algo, si desencadene algo. Lo único que puedo estar seguro es que si yo no cambio no puedo exigir cambio. No obstante si yo cambio, puede que las cosas no cambien, pero hay más probabilidad de cambio. El valor del testimonio personales una propiedad tan nuestra que no podemos culpar a nadie ni a nada de no ser capaces de darlo o de no ser coherente, esa es solo responsabilidad de cada uno. Hacer de cada yo, lo es hacer de cada tú y de cada nosotros, porque obviamente no hay yo sin tú y no hay yo-tú sin nosotros. El mundo tiene ejemplos, tenemos que aprenderlos, han ocurrido muchas veces, de cómo procesos trascendentales parten del testimonio personal de algún oscuro, oscurísimo personaje de algún rincón del globo. Fue por ahí por 1880 que un oscuro, oscurísimo personaje por allá en Sudáfrica, de color también, decidió cambiar él y ser congruente y coherente consigo mismo y desencadenó con el correr de los años producto de su testimonio personal, del personaje desconocido, oscuro, en un lugar inhóspito, uno de los procesos mas extraordinarios que registra nuestro siglo. Mahatma Gandhi no tenía nada para hacer lo que hizo, no era ni poderoso, ni político, ni era masón, ni era rotario, ni era león, ni era nada; era un pobre y triste abogadito que decidió ser coherente. Estos son ejemplos de lo que puede desencadenar el testimonio personal y esa es la fuerza que radica en la sociedad civil, donde los que la componen, o por lo menos un porcentaje de los que la Materiales de Estudio 47 48. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle componen, se decide y tiene la valentía de ser coherente consigo mismo y sumir la ruta del testimonio personal. 6. LA TERCERA VÍA11 La Tercera Vía es un camino de renovación y éxito para la moderna democracia social. No se trata únicamente de un compromiso entre la izquierda y la derecha. Persigue adoptar los valores esenciales del centro y de centro-izquierda y aplicarlos a un mundo de cambios económicos y sociales, libre del peso de una ideología obsoleta. El reto al que hemos de hacer frente es formidable: la globalidad de los mercados, la persistencia de la pobreza y de la marginación social, una delincuencia en aumento, el desmoronamiento de la familia, el papel cambiante de la mujer, la revolución tecnológica y del mundo del trabajo, la hostilidad de la sociedad hacia la política y las demandas de una reforma democrática más profunda, y un amplio abanico de asuntos medioambientales y de seguridad que reclaman una acción internacional. Los ciudadanos buscan un rumbo. Quieren saber cómo adaptarse y prosperar, cómo generar estabilidad y seguridad en este mundo de cambios. Abrazan los tradicionales valores de centro-izquierda, de solidaridad, justicia social, responsabilidad y oportunidades. Pero son conscientes de que debemos ir, de forma decidida, más allá de los modos de pensamiento superados. Más allá de una izquierda tradicional, preocupada por el control del Estado, las elevadas cargas impositivas y los intereses de los productores; y de una nueva derecha librecambista, que postula que un individualismo de miras estrechas y la fe en la libertad de los mercados son la respuesta a todos los problemas. La Tercera Vía supone una nueva línea dentro del centro-izquierda. La izquierda del siglo XX ha estado dominada por dos corrientes: una izquierda fundamentalista, que veía el control del Estado como un fin en sí mismo, y una izquierda más moderada, que aceptaba esa dirección básica, pero estaba a favor del compromiso. La Tercera Vía es una reevaluación seria, que extrae su vitalidad de unir las dos grandes corrientes de pensamiento del centro-izquierda -el socialismo democrático y el liberalismo-, cuyo divorcio durante este siglo contribuyó tan claramente a debilitar la política de signo progresista a lo largo y ancho de Occidente. La antigua izquierda y la renovada derecha han adoptado, y continúan adoptando, distintas formas en Europa. No existe un modelo único de Tercera Vía, pero los partidos progresistas europeos comparten valores comunes y todos nos estamos adaptando para responder a los retos. Durante sus muchos años en la oposición, el Partido Laborista británico fue percibido - si bien injustamente- como el partido del gran gobierno, de las nacionalizaciones, contrario al espíritu de empresa, suave con la delincuencia, despreocupado de las cuestiones que rodean la vida de las familias, estrangulado por los grupos de presión y favorable a una fiscalidad más gravosa y a un mayor gasto en todos los ámbitos. También se nos consideraba malos gestores de los servicios públicos, sometidos como estábamos a los intereses de los sindicatos y de los productores y escasamente preocupados por la variedad y la calidad. La derecha fue capaz de hacer de la privatización y de la libertad de mercados panaceas universales. 11 Tony Blair Primer Ministro británico. El Nacional, domingo 4 de octubre de 1998 48 Materiales de Estudio 49. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Se creó una falsa oposición entre derechos y responsabilidades, entre compasión y ambición, entre los sectores público y privado, entre una economía de empresa y la lucha contra la pobreza y la marginación. El nuevo Partido Laborista ha buscado avanzar y aplicar sus valores de un modo diferente. Nuestra tarea se encuentra en una fase inicial y vamos aprendiendo a medida que avanzamos. Pero el neolaborismo, en el Gobierno, está poniendo en práctica la Tercera Vía. En el terreno económico, nuestro enfoque no encaja ni en el laisser-faire ni en la intromisión estatal. La función del Gobierno es favorecer la estabilidad macroeconómica, desarrollar políticas fiscales y de bienestar que fomenten la independencia -no la dependencia-, dotar a los ciudadanos de los elementos necesarios para poder trabajar, merced a una mejora de la educación y de las infraestructuras, y apoyar a la empresa, especialmente a las industrias del futuro, basadas en el conocimiento. Y nos enorgullece el sabernos respaldados por los empresarios y también por los sindicatos. La educación es una prioridad absoluta. Una mejora de la calidad educativa representa la clave para aumentar la competitividad internacional y conseguir una sociedad no excluyente en el futuro. Se está efectuando una inversión sustancial para impulsar una radical reforma en los centros de enseñanza, encuadrada por la fijación de objetivos y la intervención decidida en aquellas escuelas marcadas por el fracaso escolar. Con ello se aspira a que todos los ciudadanos del futuro posean las capacidades y conocimientos básicos que necesitan para obtener un empleo, y para que la gran mayoría alcance mayores y mejores niveles de formación. En lo que respecta a las políticas de protección social y de empleo, la Tercera Vía supone la reforma de la seguridad social, para transformarla en un camino hacia el empleo siempre que sea posible. Y fomenta unas condiciones justas en el mundo laboral, al tiempo que hace que trabajar compense el reducir la fiscalidad y las penalizaciones que desincentivan el trabajo y la creación de empleo. La Tercera Vía persigue la consolidación de un nuevo equilibrio entre derechos y deberes, no sólo en la esfera del sistema de protección social, sino también desde un tratamiento más riguroso de la delincuencia juvenil, y un énfasis mucho mayor en los deberes de los padres. Y se está fraguando un nuevo enfoque de las ayudas a la familia, que permita responder a las necesidades de los hijos y ayudar a las familias -en particular a las más vulnerables- a compaginar el trabajo y la vida familiar de manera más adecuada. La Tercera Vía se traduce en una renovación democrática y una restitución de la fe en la política. El neolaborismo ha emprendido un proceso de transferencia de autonomía dentro del Reino Unido. Irlanda del Norte ya cuenta con una asamblea electa, el año próximo se celebrarán las primeras elecciones al nuevo Parlamento escocés y a la asamblea de Gales; junto con la elección del nuevo alcalde de Londres, éstos son sólo algunos de los muchos pasos que se están dando para renovar el gobierno local. Para esta nueva era hemos de reinventar, igualmente, el concepto mismo de Gobierno. Los gobiernos, en el discurrir de esta centuria, han contado con los instrumentos adecuados para regular el flujo monetario, conceder ayudas sociales, construir viviendas o, incluso, embarcarse en guerras y llevar al hombre hasta la Luna. Ahora, han de adquirir nuevas capacidades, a saber: la capacidad de trabajar en conjunción con el sector privado y Materiales de Estudio 49 50. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle con el voluntario, de compartir la responsabilidad, de responder a una sociedad mucho más exigente, y de cooperar de nuevos modos a escala internacional. En el ámbito internacional, la sustitución de las viejas certidumbres de la guerra fría por las más desazonadoras amenazas de la delincuencia organizada, el terrorismo, los estupefacientes y la degradación del medio ambiente, exige formas flexibles de colaboración internacional. Abogamos por la cooperación sin denigrar del patriotismo. El neolaborismo está a favor de una Europa descentralizada y fuerte, ampliada hacia el este y capaz de dar respuesta a los problemas transfronterizos de manera eficaz, pero recurriendo a la integración únicamente en aquellos casos en que sea preciso. Esto es la Tercera Vía. Una nueva alianza entre el progreso y la justicia, un nuevo fundamento de sustentación que alcanza a aquellos que compartían nuestros valores, pero dudaban de nuestra capacidad para materializarlos. Con valor, podemos admirar nuestra historia sin vivir anclados en ella, y construir dinámicas sociedades de democracia social para el siglo XXI. 7. OTROS CONCEPTOS EN TORNO AL DESARROLLO12  “La idea de interdisciplinariedad, de globalidad, de tener en cuenta todos los aspectos de la realidad entendida como algo complejo, dinámico e interconectado cobraba sentido e importancia. Ya no se puede hablar de crecimiento económico (...), se hace necesario hablar de desarrollo económico integral. (...) necesidad de contar con los actores locales para que realmente tuviera sentido y viabilidad la actuación a favor del desarrollo de la zona. (...) La idea de la participación es otra de las enseñanzas claras de los errores cometidos en otras épocas...”  Principios de siglo: Teorías relacionadas con el desarrollo igualitario y generacional. Intento de dar respuesta a la localización industrial mediante la cuantificación de los condicionantes directos y teniendo en cuenta datos no cuantificables tales como la mano de obra, la operatividad, la técnica. Weber, Losch y Walter Isard.  El enfoque de las necesidades básicas (aquellas imprescindibles para la vida humana: alimentación, salud, educación, participación...) Se trata de reducir la pobreza satisfaciendo las necesidades de los individuos y no del país iniciándose un incremento de la productividad y de las nuevas tecnologías. Esto llevó a algunos países a reducir el pago de impuestos para los inversores extranjeros que se implantaran en el país. Los pequeños empresarios fueron muy perjudicados, esto unido al aumento de la población y a la reducción de los cultivos agrícolas hace que la pobreza de los más pobres llegue a alcanzar límites máximos. Para evitar el subdesarrollo se decidió por parte del Banco Mundial una distribución más igualitaria de los ingresos, poniendo los medios adecuados al segmento más pobre.  Desarrollo Rural Integrado: consiste esencialmente en potenciar esquemas desarrollo en el ámbito rural y tiene como objetivo la mejora del nivel de vida de la población del área implicada. Para ello se estimula el establecimiento de esquemas de actividad económica de base territorial con un fuerte componente de decisión local, moviendo a 12 Definiciones extraídas del libro de Mª de la O Barroso González, titulado “Planificación Estratégica e Instrumentos de Desarrollo Local”, Servicio de publicaciones de la Diputación de Huelva, 2000 50 Materiales de Estudio 51. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV la población a la consecución de su bienestar mediante la máxima utilización de sus recursos propios, humanos y materiales.  Ecodesarrollo: Según Sachs “El Ecodesarrollo es un desarrollo socialmente deseable, económicamente viable y ecológicamente prudente”, donde las estrategias de desarrollo han sido ecológicamente blindadas, incorporadas al desarrollo futuro de igual forma que el uso eficiente de los recursos o el aprovisionamiento de las necesidades humanas. No se centra en la producción como variable esencial en el desarrollo económico: comunidades locales y ecosistema local de desarrollo caminan hacia un equilibrio en términos ecológicos y sociales.  Desarrollo sostenible: según el Informe Brundtland (1987) es “el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” Exige, por tanto un continuo cambio, esfuerzo de adaptación, donde la satisfacción de las necesidades sociales, la explotación de los recursos naturales y el progreso científico-tecnológico se hacen compatibles sin comprometer el futuro. Implica la cooperación internacional y por tanto supone un enfoque eminentemente macroeconómico.  Etnodesarrollo: Articulación de valores étnicos y culturales de cada comunidad dentro de las bases para el éxito de la estrategia de desarrollo.  Desarrollo Endógeno: Añade a la estrategia de desarrollo la dimensión territorial. El desconocimiento del territorio puede generar grandes dificultades en la implantación de políticas de desarrollo La consolidación de este enfoque requiere la participación combinada de la población local, los empresarios privados y el sector político- administrativo en la creación de un entorno favorable para la promoción de sus propias capacidades. 8. EL DESARROLLO SOSTENIBLE Introducción El concepto de “desarrollo sostenible” surge en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en junio de 1972. La definición más conocida surgió en 1987 en el Informe de la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo titulado “Nuestro Futuro Común”, vulgarmente conocido como “Informe Brundtland”. Según este informe: “Desarrollo sostenible es aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones venideras para satisfacer sus necesidades futuras”. De esta definición podemos extraer 2 ideas fundamentales: el concepto de “necesidades”, la disparidad de situaciones entre sociedades ricas y pobres, y la necesidad de atender prioritariamente la posición de estas últimas Y la idea de las contradicciones generadas por los patrones del desarrollo vigente – la articulación de la tecnología y la organización social – con relación a una evolución sostenible de los seres vivos en el Planeta capaz de satisfacer las necesidades de las generaciones futuras. La Conferencia de Naciones Unidas celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992, tal y como explica RAMÓN MARTÍN MATEO, supuso la consagración mundial de la trascendencia del enfoque aquí considerado, el clímax de la integración e interacción del ambiente y el desarrollo, par de conceptos que constituyen el lema que rubrica esta Reunión. El V Programa de Acción Medioambiental de la Comunidad, para el período 1993- 2000, fue presentado bajo la rúbrica “hacia la sostenibilidad”. El primer objetivo de este Materiales de Estudio 51 52. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle programa es el de conseguir un desarrollo económico y social continuado en el tiempo que no perjudique el medio ambiente. Desde esta perspectiva está en perfecta concordancia con el informe de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (“Nuestro futuro común”) y con las conclusiones de la Cumbre mundial de Río de Janeiro celebrada en 1992. El desarrollo sostenible es “un proceso de liberación individual y social que tiene como objetivo satisfacer las necesidades humanas, empezando por las básicas, y aumentar el bienestar y la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras” (según pone de manifiesto Jiménez Herrero). Esta conceptualización integra variables como la educación, la sanidad, las relaciones sociales, el ocio o la protección de la belleza natural, junto a la producción y el consumo, pero implica además que la satisfacción de las necesidades de la generación presente se realice sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades (Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo, 1987). Su logro queda asentado en tres pilares relacionados entre sí: crecimiento económico, equidad social y protección y mejora del medio ambiente. El desarrollo sostenible es una forma de desarrollo que procura la protección y mejoramiento de la calidad de vida en ciudades o zonas urbanas. Su premisa es el reconocimiento de la importancia de la prosperidad económica e industrial, en un sano desarrollo del medio ambiente y de la equidad. ¿Por qué aplicarlo? Por que en las zonas urbanas conviven hoy una dinámica y diversificada actividad económica e industrial, una población en constante crecimiento y un entorno natural, en algunas zonas más rico que en otras. Todo ello hace necesario un plan ordenado para el buen desarrollo de cada uno de estos elementos, sin perjudicar a los demás. Concepto de Desarrollo sostenible.13 En el año 1987 el World Conservation Strategy utiliza por primera vez el concepto de Desarrollo Sostenible que con posterioridad también se menciona en el celebre Informe Brudland del año 1984, realizado por una serie de expertos de temas medioambientales. El término en cuestión hace referencia a un crecimiento económico susceptible de satisfacer necesidades de nuestras sociedades en términos de bienestar, acorto, medio y largo plazo. Por otra parte establece la hipótesis que el desarrollo debe responder a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras. La garantía de un equilibrio del medio ambiente en materia de recursos y de la actividad económica son objetivos fundamentales del Desarrollo Sostenible que tiene en la rigidez en la aplicación de las normas y la transformación de los modelos de desarrollo dos de los obstáculos que impiden que se cumplan ambos objetivos. Él termino no tiene una definición única, debido esencialmente a la exactitud en la definición. En la actualidad la temática del desarrollo se mueven múltiples formas y definiciones(Desarrollo endógeno, local, sostenible, a escala humana) que hacen muy diferentes los objetivos a alcanzar por los diversos agentes sociales lo que algunos teóricos plantean que el desarrollo sostenible consistiría en sostener los recursos naturales(Carpenter, 1991), sostener los niveles de consumo( Redclift, 1987) o lograr la 13 Etxezarreta. Profesora del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. 52 Materiales de Estudio 53. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV sostenibilidad de todos los recursos: Capital humano, capital físico y recursos ambientales(Bojo, 1990). El desarrollo sostenible expresa dos ideas muy claras: el uso racional de los recursos naturales y la protección del ecosistema mundial en las figuras de los ciudadanos (respeto al medio, cambio de hábitos), ciencia (conocimientos y soluciones) y poderes públicos (legislación y cooperación con otros países). El concepto tiene un gran atractivo para los medios de comunicación y en el conjunto de la sociedad, ya que es una idea muy generalizada en todos los grupos de opinión, y el hecho de tener tintes solidarios ("no destrozar el planeta para las generaciones futuras") ha sobredimensionado este concepto que se ha añadido a la maquina del marketing. El Desarrollo Sostenible esta articulado en función de 3 variables: a) Gestión de recursos (conservación y calidad de los suelos, control y calidad del aire). b) Gestión de la movilidad (ordenación física, gestión del tráfico) c) Producción y servicios (gestión de residuos industriales, contabilidad ecológica) La importancia del concepto en lo que se refiere a su significado y la aplicación por los diferentes agentes de la sociedad que el V programa de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) que abarcaba desde el año 1993 hasta el 2000 enunciaba un titulo bastante claro de la orientación de las políticas medioambientales a desarrollar en los próximos años en el ámbito europeo; "Hacia un desarrollo sostenible". 9. DESARROLLO: ENTRE LOS VIEJOS Y LOS NUEVOS PARADIGMAS14 DESARROLLO Evolución progresiva de una economía hacia mejores niveles de vida. (Definición de la Real Academia Española). El concepto de desarrollo como tal, ha tenido una construcción relativamente reciente. Se genera en el marco de los llamados Estados de bienestar, que emergen con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, en el marco de la posguerra. Hasta antes del surgimiento de ese paradigma el enfoque dominante, y que más tarde estilizaría el economista Simon Kuznets, es que el crecimiento económico bastaba para disminuir la desigualdad. LA TESIS DEL DESARROLLO COMO PRODUCTO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO Según el planteamiento de Kuznets, en los tramos iniciales del crecimiento económico de los países, cuando la renta per cápita es baja y cuando comienza a crecer, dicha trayectoria va acompañada de un aumento de la desigualdad. Sin embargo, en una parte de esa senda de crecimiento económico, la desigualdad se estanca –no crece más- y en la medida que ese crecimiento económico continúa, dicha desigualdad -que había venido aumentando- disminuye. En consecuencia, según este planteamiento –conocido como el de la U invertida de Kuznets- la idea-fuerza es que el crecimiento económico basta para reducir la desigualdad y que ésta acompaña, necesariamente, los tramos iniciales del crecimiento económico. Este 14 Julio Gamero. Director de DESCO Materiales de Estudio 53 54. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle planteamiento, que abonaría el enfoque del «chorreo» o trickle down, ha marcado mucho el contenido y la formulación de las teorías económicas de crecimiento económico en los años 60. Planteamientos como el de Rostow, por ejemplo buscaban «la receta» para llegar a ese punto de inflexión (cuando la desigualdad se estanca para disminuir) a partir del cual el crecimiento económico ya no produce más desigualdad, sino por el contrario produce menos desigualdad, es decir produce desarrollo. EL BIENESTAR El paradigma dominante de entonces, y que en forma más estilizada volvería en los noventa, entendía o circunscribía la medición del bienestar al indicador de renta per cápita o P.B.I. per cápita, lo cual dejaba el logro de este bienestar en manos del crecimiento económico y, en consecuencia, en la esfera de la política económica. En el marco del nuevo paradigma emergente de la posguerra, del Estado de bienestar (Welfare State), el bienestar –estar bien- empieza a ser entendido de una forma más compleja. Ya no se concibe, tan sólo, como resultante del crecimiento económico, de la evolución del P.B.I per cápita. Ahora, ese crecimiento económico deberá ser acompañado de políticas redistributivas y ambas –la política económica y política social- son las que, en conjunto, producen ese bienestar. La medición y visibilidad del bienestar tendrá, en consecuencia, diferentes indicadores en contraste con la unidimensionalidad del paradigma anterior. Ya no cumplirá dicho rol el P.B.I. per cápita, en exclusividad. Se le incorporan, a partir de entonces, indicadores como el de pobreza, desigualdad, capital humano y más recientemente los índices de desarrollo humano. Lo importante es que, en este nuevo paradigma -del Estado de bienestar- las políticas económicas tienen que compartir con las políticas sociales, con la acción redistributiva de parte del Estado, el logro del bienestar. DEL BIENESTAR AL «CONSENSO» DE WASHINGTON Las políticas económicas y sociales del bienestar se caracterizaron, entre otros elementos, por los siguientes. Las políticas económicas eran sectoriales, es decir había una presencia importante del Estado en la orientación de las actividades económicas sectoriales. Por su lado, las políticas sociales se concebían bajo el principio de la universalidad, es decir para todos. Aunque en muchos países de la región este planteamiento estaría lejos de cumplirse. En América Latina, la adopción del paradigma del Estado de bienestar no fue necesariamente acompañado del mantenimiento de los equilibrios económicos fundamentales, como es el caso del equilibrio fiscal, por ejemplo. Muchas de las políticas expansivas acabaron generando un desorden económico y crisis recurrentes, que al final se expresaron en los procesos de hiperinflación que acompañaron a países como Argentina, Bolivia, Brasil y Perú. Frente al desorden económico, de inestabilidad social y de crisis de gobernabilidad, el país dominante, en este caso los Estados Unidos, impondría un paradigma alternativo que buscaba «ordenar» las economías de la región. Desde la economía y el mercado se pretendía «ordenar», igualmente, la política y la sociedad. 54 Materiales de Estudio 55. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Estos planteamientos dieron forma a lo que en su momento se llamó el «Consenso» de Washington. Consenso que, por lo demás, no lo fue tal, ya que sus recomendaciones fueron producto de la interacción de círculos académicos conservadores norteamericanos en coalición con el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado. Este cambio de paradigma marcó un giro sustantivo en la política: de una centralidad de la acción estatal hacia una centralidad del mercado. Y de seguirse los denominados diez mandamientos de dicho «Consenso», se estaría cerrando el ciclo de la inestabilidad económica, generándose un mayor crecimiento y prosperidad bajo el paradigma del mercado, en este caso. En el marco del citado «Consenso» y en tanto se dejaba al mercado la acción ordenadora de la economía, reestructurando el aparato productivo, la política económica no podía ser sectorial, como en el paradigma anterior. Si continuara con tal característica, significaría la interferencia de un agente externo, en este caso del Estado, que estaría alterando las rentabilidades relativas y la asignación de recursos, cosa que el mercado «neutralmente» puede hacer. Es por ello que de las políticas económicas sectoriales se transita, en el marco de este nuevo paradigma, a lo que se denomina políticas económicas generales, universales, que no discriminan artificialmente en pro o en contra de un determinado sector. LOS LÍMITES DE LAS NUEVAS POLÍTICAS SOCIALES: LA PERSISTENCIA DE LA POBREZA Una situación inversa aconteció con las políticas sociales. Bajo el paradigma del Estado de bienestar, las políticas sociales no podían ser sino universales, es decir para todos. Aunque en muchos casos sólo lo fueran en el discurso, como ya se ha señalado. En el paradigma del «Consenso» de Washington, las políticas sociales no van a ser universales. Van a ser políticas sociales de corte selectivo, focalizado, buscando concentrar los recursos del Estado en los denominados grupos vulnerables, grupos en situación de riesgo, es decir, la población localizada bajo la línea de pobreza o de pobreza extrema. Con ello, también, el discurso de la lucha contra la pobreza reemplazará la preocupación por el desarrollo y la desigualdad social. Este planteamiento, el de la selectividad de las políticas sociales, supone en un sentido una suerte de discriminación, ya que sólo unos, en este caso los menos favorecidos, serían el objeto de esta política social. Ya se trataría de una política para todos, y en varios casos esta nueva orientación aparece con un sentido meramente compensatorio ante la desigualdad y el desequilibrio de la esfera social, que produjo el ajuste estructural de nuestras economías. Transcurridos más de diez años del dominio de este nuevo paradigma, que en muchos casos tuvo pretensión de ser el pensamiento único, se aprecia no obstante que el panorama en la región no ha cambiado sustantivamente en términos de la población bajo la línea de pobreza. En nuestro caso, por ejemplo, continuamos con más del 50% de la población en esas condiciones, lo cual induciría a reflexionar en torno a la inelasticidad de la pobreza frente al modelo económico de turno en estas últimas cuatro décadas. Dicho paradigma, el del Consenso, hoy en día aún no ha sido sustituido por otro. Sin embargo hay un conjunto de planteamientos que buscan enfrentar los problemas de Materiales de Estudio 55 56. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle equidad, que bajo el marco del anterior paradigma quedaron subordinados al tema de la eficiencia. Estos nuevos planteamientos que aún no constituyen un nuevo paradigma, ponen de relieve aspectos tales como: las políticas económicas sectoriales, el desarrollo humano, políticas sociales incluyentes, la institucionalidad, la presencia de un Estado con fuerte capacidad de regulación o de políticas públicas que hagan suyo el enfoque de derechos en su concepción, diseño y aplicación. LA FILOSOFÍA DEL DESARROLLO (RAWLS Y SEN) En este proceso de cambios de paradigma -del Estado de bienestar al «Consenso» de Washington, y en el cuestionamiento de este último a partir de nuevos planteamientos- han emergido, por decirlo así, dos enfoques, dos concepciones, dos filosofías que están detrás de las políticas más tangibles. En el marco del «Consenso» de Washington tomó mucha influencia el planteamiento de John Rawls, la teoría de la justicia distributiva, que es la filosofía de las políticas sociales focalizadas. Frente a este enfoque aparecerá el del desarrollo humano, del desarrollo de capacidades cuyo exponente es Amartya Sen. Bajo estos últimos conceptos se configuró la medición del índice del desarrollo humano que anualmente publicita el PNUD. ¿CUÁLES SON LOS PUNTOS MÁS RELEVANTES DE AMBOS CONCEPTOS? En el caso de la justicia distributiva podemos encontrar cuatro elementos muy importantes. El primero es que todo concepto de desigualdad no es rechazado, es decir hay una desigualdad aceptable y hay una desigualdad no aceptable. Segundo, es el tema de la lotería del nacimiento. Tercero, es la comprensión de la equidad como igualdad de de oportunidades y no como igualdad de resultados. Y en cuarto lugar están las denominadas políticas focalizadas. Estos cuatro elementos están articulados bajo el planteamiento de la desigualdad aceptable. Si aquellos elementos que no se derivan del esfuerzo personal de la persona (género, raza, la procedencia del hogar) son los elementos que explican la desigualdad, entonces la desigualdad no es aceptable. Pero si la desigualdad es producto del esfuerzo de las personas, controlando las otras dimensiones, entonces esa desigualdad sí es aceptable. Esto supone que la acción del Estado se justifica para compensar aquellos elementos que no dependen del esfuerzo propio, particular del ser humano, como es el caso de la denominada lotería del nacimiento. Esta significa que, mientras uno escoge a sus amigos o a su cónyuge, uno no escoge ni el lugar ni el tiempo donde nace, ni en qué hogar. Consecuentemente, por razones de nacimiento hay personas que tendrían un punto de partida superior al de otras, la mayoría. En tal caso, la acción del Estado se justifica bajo el principio de la equidad concebida como igualdad de oportunidades. Todas las personas deben tener una misma línea de partida. El Estado debe intervenir para que todas las personas tengan igual acceso a la salud, a la nutrición, a la educación; para que el punto de partida (en la niñez) sea igual. Pero después dependerá del esfuerzo de cada uno la posición final que llegue a alcanzar en su trayectoria de vida. Si ha habido igualdad de oportunidades al comienzo y, posteriormente, en atención al esfuerzo propio de cada una de las personas, se configura 56 Materiales de Estudio 57. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV una situación de desigualdad de ingresos, esa desigualdad es aceptable porque ha tenido su origen en el esfuerzo propio de las personas. Amartya Sen tendrá un razonamiento en otra dirección. Para él la concepción de desarrollo se asume como un proceso de expansión en las libertades fundamentales, señalando que el desarrollo exige la eliminación de las principales fuentes de privación de libertad, como puede ser la pobreza, la discriminación religiosa, el género, las pocas libertades públicas o políticas. En este último caso, por ejemplo, señala que las libertades políticas y sociales no contribuyen al desarrollo sino que son parte constitutiva de él. Así señala que las libertades no son el fin principal del desarrollo, sino que se encuentran entre sus principales medios; es decir, a partir de las libertades es que se consigue y se genera desarrollo. Igualmente, nos dice que el proceso de desarrollo económico se debe concebir como la expansión de las capacidades de la gente, y se entiende como un proceso de emancipación de la obligada necesidad de vivir menos o ser menos. Pone un énfasis singular en establecer una distinción muy importante entre lo que son medios y fines. El crecimiento económico es sólo un medio, no es el fin. Es un medio para lograr el desarrollo. Otro concepto igualmente importante en su enfoque es el tema de la libertad de escoger, y esa libertad resulta clave. En la medida que las personas tengan más opciones, es decir, puedan escoger más, serán más libres y al ser más libres habrá más desarrollo. Es muy distinto, por ejemplo, una persona que no come porque hace dieta a una persona que no come, simplemente, porque no tiene otra opción. Estos dos planteamientos, el de Rawls -la teoría de la justicia distributiva- y el de Sen -el desarrollo entendido como capacidades, como expansión de las libertades-, son los grandes enfoques que ponen en tensión la construcción de un nuevo paradigma y que desde la filosofía pueda visibilizarse en políticas públicas muy concretas. 10. 0000 11. 00 Materiales de Estudio 57 58. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Capítulo III: Las teorías del desarrollo 1. GENERALIDADES PRESENTACIÓN15 Desde los años cincuenta, dos grandes teorías han dominado la escena académica sobre el subdesarrollo latinoamericano: la Teoría de la Modernización y, posteriormente, la Teoría de la Dependencia. Estos son sus principales conceptos. El intento de explicar el subdesarrollo latinoamericano tiene larga data. El escritor angloamericano William H. Prescott (1796-1859), por ejemplo, hablaba de una leyenda negra que atribuía nuestro subdesarrollo al brutal colonialismo impuesto por los españoles luego de su llegada al Nuevo Mundo. Otra explicación, muy popular entre las clases dominantes del siglo XIX, aseguraba con argumentos racistas, que la falta de progreso se debía a la presencia de masas de indígenas, de africanos y de mestizos consideradas inferiores e incapaces de aprender. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial se dio inicio en occidente a una toma de conciencia mucho más profunda sobre la problemática del subdesarrollo en el Tercer Mundo. Tres factores han sido fundamentales: ante todo, el proceso de abandono de las últimas colonias europeas; la revolución tecnológica que hizo al mundo más interdependiente; y por último, la bipolarización de la política mundial con el inicio de la Guerra Fría. De esa manera, explicaciones como la de Prescott o la de los criollos oligarcas, han dado paso a teorías más complejas y sofisticadas. Desde los años cincuenta, dos grandes teorías han dominado la escena académica sobre el subdesarrollo latinoamericano: la Teoría de la Modernización y, posteriormente, la Teoría de la Dependencia. Ésta última surgió como crítica a la primera. 15 Ignacio de Ferrari 58 Materiales de Estudio 59. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV a) Teoría de la Modernización La Teoría de la Modernización está basada en dos ideas sobre el cambio social desarrolladas por los padres de la sociología del siglo XIX: por un lado, la dicotomía weberiana tradición-modernidad y por el otro, la teoría de la evolución desarrollada por Auguste Comte (1798-1857). Según ésta, la sociedad moderna, caracterizada por la industrialización y la ciencia, es la culminación de una serie de etapas del desarrollo humano. Las sociedades subdesarrolladas de Latinoamérica se encuentran, según Comte, en la fase tradicional. Según el sociólogo norteamericano Talcott Parsons, en la sociedad tradicional priman los valores asociados con comunidades pequeñas y locales. Por contraste, la sociedad moderna es más grande y compleja y se caracteriza por su mayor movilidad social. Además, la sociedad moderna remplaza las formas de autoridad jerárquica y personalistas propias de la sociedad tradicional por instituciones políticas con bases de autoridad racionales, legales e impersonales. Si bien el mundo occidental se había modernizado gracias a cambios culturales e institucionales endógenos, el desarrollo en el resto del mundo debía producirse, de acuerdo con el politólogo Daniel Lerner, por mecanismos de difusión exógenos, es decir el progreso debía difundirse desde occidente hacia los demás países. Éstos debían adoptar la tecnología y las instituciones occidentales. La cura pasaba por el contagio de los valores occidentales. Siguiendo la línea de pensamiento de Weber, para Seymor Martín Lipset las disparidades entre el desarrollo de América del Norte y sus vecinos del sur se debía fundamentalmente a la diferencia en los sistemas de valores. La falta de una ética emprendedora, que él la atribuía al feudalismo español, era clave para explicar nuestro subdesarrollo. Al igual que Lerner, Lipset consideraba que éste podía ser superado con la implementación de un sistema de educación occidental. A pesar de su claridad, la Teoría de la Modernización no tardó en ganarse críticos. Se dijo que uno de los errores yacía en su carácter evolutivo y en la asunción de que todas las sociedades pasarían de manera linear de un estado tradicional a uno moderno. También se criticó la idea de que las formas occidentales pudiesen ser replicadas mecánicamente en cualquier parte del mundo. Los críticos insistieron en que, en todo caso, serían factores endógenos y no exógenos los que estimularían un cambio de valores en Latinoamérica. Muchos de estos críticos eran parte de una escuela llamada Dependencia. b) La Teoría de la Dependencia El desarrollo del subdesarrollo• es la forma en la que el economista André Gunder Frank describía la evolución latinoamericana desde la llegada de los españoles al Nuevo Mundo. Para explicar el subdesarrollo latinoamericano, los teóricos de la Dependencia se concentraron en la relación entre la región latinoamericana y la economía mundial, a la que consideraban dividida entre un centro• desarrollado y una periferia• caracterizada por el atraso. Este atraso había empezado con la llegada de los españoles, cuando inició su integración al mundo capitalista. El subdesarrollo pues, se encontraba en las contradicciones mismas del capitalismo. La influencia del marxismo era clara. Materiales de Estudio 59 60. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Theotonio dos Santos, un importante representante de esta corriente, definía la dependencia como una situación en la cual las economías de ciertos países estaban condicionadas al desarrollo y expansión de otras economías. La relación de interdependencia entre dos o más economías, decía, asume la forma de dependencia cuando algunos países (los dominantes) pueden expandirse de manera independiente, mientras que otros (los dependientes) lo pueden hacer sólo como reflejo de la expansión de los primeros. Mientras la periferia exportaba materia prima, el centro manufacturaba los productos que luego le vendía a la periferia. De esa manera, el centro le extraía su valor agregado. Además, la fluctuación en el mercado de materias primas era mayor y el precio de los productos finales también, lo que era perjudicial para los países subdesarrollados. Las relaciones de clase, tan importantes dentro de la ideología marxista no eran parte del análisis de los dependentistas. Para Frank, la única salida posible a esa situación de postración pasaba por el eliminar los lazos con el capitalismo. Bajo la influencia de la Revolución Cubana, Frank proponía una revolución en la que se produjera una alianza entre la clase trabajadora y el campesinado. Otros teóricos más moderados proponían, en vez, un reordenamiento de la economía mundial que creara condiciones más justas en el comercio internacional. En el caso de la Dependencia, las críticas tampoco se hicieron esperar. Se dijo que la teoría era circular, es decir, se es subdesarrollado porque se es dependiente y se es dependiente porque se es subdesarrollado. Otros vieron en el análisis del capitalismo conceptos errados, ya que entendieron que con la llegada de los españoles más que establecerse un sistema capitalista se había establecido uno feudal. La crítica marxista se centró en el hecho de que no se le hubiese dado la importancia debida a las relaciones de clase para explicar las contradicciones de las sociedades latinoamericanas. c) La validez de las grandes teorías La importancia de la Teoría de la Modernización y de la Dependencia radica, sobre todo, en que desarrollaron conceptos que no habían sido tratados antes en el campo académico latinoamericano. Sin embargo, ninguna de las dos teorías es capaz de explicar plenamente nuestro subdesarrollo puesto que, además de presentar importantes omisiones, hacen en algunos aspectos un análisis equivocado de la realidad que buscan explicar. Tras las críticas que se le hicieron a la Dependencia, se empezó a hablar del final de las grandes teorías. En ese sentido, el avance de las políticas liberales impulsadas por los organismos internacionales durante los años ochenta y noventa jugó un papel importante. El reordenamiento de la economía mundial nunca tuvo lugar y los teóricos de la Dependencia parecieron pasar a sus cuarteles de invierno. d) Otras teorías Teoría de los sistemas Mundiales La nueva forma del capitalismo en el mundo, especialmente en la década de 1960, fue un elemento central del cual surgió la teoría de los sistemas mundiales. Al comienzo de la década de los sesentas, los países del Tercer Mundo desarrollaron nuevas condiciones sobre las cuales intentaron elevar sus estándares de vida y mejorar sus condiciones sociales. Estas nuevas condiciones estaban relacionadas con el hecho de que los sistemas internaciones financieros y de intercambio tenían cada vez menos influencia. Básicamente estas nuevas 60 Materiales de Estudio 61. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV circunstancias económicas internacionales hicieron posible que un nuevo grupo de investigadores radicales bajo el liderazgo de Immanuel Wallestein llegaran a la conclusión de que habían nuevas actividades en la economía capitalista mundial que no podían ser explicadas dentro de los confines de la teoría de la dependencia. Estos nuevos rasgos se caracterizaron principalmente por los siguientes aspectos: a. Asia oriental (Japón, Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong, y Singapur) continuaron experimentando una alta tasa de crecimiento económico. Se hizo cada vez más difícil de caracterizar este milagro económico como un "imperialismo manufacturero"; b. Hubo una crisis muy difundida dentro de los estados socialistas que incluyó la división chino-soviética, el fracaso de la Revolución Cultural, estancamiento económico de los estados socialistas, y la apertura gradual de los estados socialistas a las inversiones capitalistas. Esta crisis fue un signo que marcaría un proceso de caída de muchos puntos de la agenda del marxismo revolucionario; c. Hubo una crisis en el capitalismo estadounidense que incluyó la guerra de Vietnam, el abandono del patrón oro/dólar, la crisis de Watergate, las alzas del precio del petróleo en 1973 y en 1979, la combinación de estancamiento e inflación al final de la década de 1970, así como el surgimiento del sentimiento de proteccionismo, el déficit fiscal sin precedentes, y el ensanchamiento de la brecha comercial en la década de 1980; todo ello constituían señales del deterioro de la hegemonía americana en la economía mundial capitalista. Estos elementos crearon las condiciones para el surgimiento de la teoría de los sistemas mundiales. Esta escuela tuvo su origen en el Centro de Estudios de economía, Sistemas Históricos, y Civilización en la Universidad Estatal de Nueva York en Bringhamton. Aunque la escuela de los sistemas mundiales se originó en el área de sociología su impacto se ha extendido a la antropología, la historia, las ciencias políticas, y la planificación urbana. I. Wallerstein es considerado uno de pensadores más importantes de este campo teórico. Al principio de su carrera estudio los problemas de desarrollo que enfrentaban los países africanos recién independizados tomando en cuenta las nuevas condiciones económicas y políticas mundiales de la década de los sesentas. Wallerstein y sus seguidores reconocieron que hay condiciones mundiales que operan como fuerzas determinantes especialmente para países pequeños y subdesarrollados, y que el nivel de análisis de estado –nación ya no es la categoría adecuada para estudiar las condiciones de desarrollo, particularmente en regiones del Tercer Mundo. Los factores que tuvieron mayor impacto en el desarrollo interno de países pequeños fueron el nuevo sistema de comunicaciones mundiales, los nuevos mecanismos de comercio mundial, el sistema financiero internacional, y la transferencia de conocimientos y vínculos militares. Estos factores han creado su propia dinámica a niveles internacionales, al mismo tiempo que estos elementos interactúan con los aspectos internos de cada país. Los principales supuestos de la teoría de los sistemas mundiales establecen que: a) hay un fuerte nexo entre las ciencias sociales, especialmente entre la sociología y las disciplinas económicas y políticas. Esta escuela reconoce que generalmente se le da una mayor atención al desarrollo individual de cada una de estas disciplinas que a la interacción entre ellas, y cómo éstas interacciones afectan en términos reales las condiciones nacionales de una sociedad dada; b) en vez de dirigir el análisis a cada una de las variables, es necesario estudiar la realidad de los sistemas sociales; c) es necesario reconocer el nuevo carácter del sistema capitalista. Por ejemplo, desde la perspectiva de la economía política el enfoque se basa en las condiciones del sistema capitalista durante la revolución industrial en el Reino Materiales de Estudio 61 62. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Unido. Hubo evidencia concreta para apoyar la libre competencia, patrones más productivos dentro del sector industrial, y de amplios grupos de poblaciones que proveían mano de obra a las fábricas recién establecidas. Esta no es la situación hoy en día, especialmente cuando consideramos el importante papel económico de las corporaciones transnacionales, el clima político internacional, la interdependencia que afecta a los gobiernos de los países pobres, y el papel de las inversiones especulativas. Para la escuela de los sistemas mundiales, las teorías tradicionales del desarrollo no explican completamente las condiciones actuales. Esta crítica del sistema capitalista ha estado presente desde su nacimiento. Bajo las condiciones internacionales actuales, hay aspectos específicos de monopolio de capital, sus medios de transacción, y sus operaciones en concreto a nivel mundial que han afectado considerablemente las relaciones entre los países. Las principales diferencias entre la aproximación de los sistemas mundiales y los estudios de dependencia son: a) la unidad de análisis de la teoría de la dependencia es al nivel de la nación-estado, para teoría de los sistemas mundiales es el mundo mismo con sus diferentes esferas de acción como unidades referenciales; b) respecto a metodología, la escuela de la dependencia da por sentado que el modelo histórico-estructural es el del auge y la caída de los estados naciones, el enfoque de los sistemas mundiales mantiene la dinámica histórica de los sistemas mundiales dentro de sus ciclos rítmicos y tendencias; c) la estructura teórica de la teoría de la dependencia es bimodal, se concentra en el centro y la periferia; de acuerdo con la teoría de los sistemas mundiales la estructura es trimodal, consiste del centro, la semi-periferia y la periferia; d) en cuanto a la dirección del desarrollo, la escuela de la dependencia considera que este proceso es perjudicial generalmente; sin embargo, según la teoría de los sistemas mundiales, hay posibilidades de movilidad hacia arriba o hacia abajo dentro de la economía mundial; e) el enfoque de la teoría de la dependencia se centra en la periferia; mientras que los teóricos de los sistemas mundiales se centran en la periferia así como también en el centro y en la semi-periferia. Dadas las características anteriormente nombradas, la teoría de los sistemas mundiales indica que la unidad de análisis central son los sistemas sociales, los cuales pueden ser estudiados en el ámbito interno o externo de un país. En este último caso el sistema social afecta diversas naciones y generalmente influye sobre una región entera. Los sistemas mundiales más frecuentemente estudiados desde esta perspectiva teórica son los sistemas relacionados con la investigación, aplicación y transferencia de tecnología básica y productiva; los mecanismos financieros y las operaciones de comercio. En cuanto a los recursos financieros, esta teoría del desarrollo distingue entre inversión productiva e inversión especulativa. Las inversiones productivas son recursos financieros que refuerzan la producción manufacturera de un país en particular, mientras que las inversiones especulativas son más volátiles ya que generalmente generan ganancias rápidas en los mercados bursátiles, pero no le proveen al país una base sustentable que le permita alcanzar crecimiento a largo plazo. Cuando la teoría de los sistemas mundiales considera mecanismos de comercio, distingue entre transacciones directas, que son las que tienen un impacto mayor, más significativo e inmediato sobre un país; y aquellas operaciones que son transacciones comerciales indirectas. Entre estas últimas se tienen contratos de comercio futuro, además de especulaciones de costos de transporte, precios de combustibles, y predicciones de cosechas futuras cuando dependen de condiciones climáticas para obtener su productividad y rendimiento. 62 Materiales de Estudio 63. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Teoría de la Globalización La teoría de la globalización surge del mecanismo global que presenta una mayor integración con énfasis particular en la esfera de las transacciones económicas. En este sentido esta perspectiva es parecida al enfoque de los sistemas mundiales. Sin embargo, una de las características fundamentales de la teoría de la globalización es que se centra y enfatiza aspectos culturales y económicos así como de comunicación a escala mundial. Esta escuela argumenta que los principales elementos modernos para interpretar los procesos de desarrollo son los vínculos culturales entre los países, además de los vínculos económicos, financieros y políticos. En esta comunicación cultural, uno de los factores más importantes es la creciente flexibilidad de la tecnología para conectar a la gente alrededor del mundo. Los principales aspectos de la globalización son los siguientes:  Reconoce que los sistemas de comunicaciones globales ganan cada vez más importancia, y a través de este proceso los países interactúan más frecuentemente y con mayor flexibilidad, no sólo a nivel gubernamental sino también a nivel de la población;  Aunque los principales sistemas de comunicación operan dentro de países más desarrollados, estos mecanismos también se extienden a los países menos desarrollados. Este hecho incrementa la posibilidad de que grupos marginales en países pobres se puedan comunicar e interactuar dentro de un contexto global utilizando tecnología novedosa;  Los sistemas de comunicación modernos implican modificaciones estructurales importantes en los patrones económicos, sociales y culturales de los países. Referente a la actividad económica estos nuevos avances tecnológicos son cada vez más accesibles para las pequeñas empresas locales. Esta situación ha creado un ambiente distinto para realizar transacciones económicas, utilizar recursos productivos, intercambiar productos, y aprovecharse de los "mecanismos monetarios virtuales". Desde una perspectiva cultural, los nuevos productos de comunicación unifican patrones de intercambio alrededor del mundo, por los menos en términos de transacciones económicas conforme a condiciones actuales;  Estos nuevos patrones de comunicación están afectando el nuevo concepto de minorías dentro de un país en particular. Aunque estas minorías no están completamente integradas en el nuevo sistema mundial de comunicación, las empresas grandes y las élites políticas de cada país son parte de esta interacción alrededor del mundo. Al final, las empresas y las élites políticas continúan siendo quienes toman las decisiones en los países en desarrollo;  Los elementos culturales dictarán la forma de las estructuras sociales y económicas en cada país. Las condiciones sociales son el resultado de los factores culturales y económicos dominantes de cada país. Los principales supuestos que se extraen de la teoría de la globalización se resumen en tres puntos fundamentales. Primero, los factores culturales son los aspectos determinantes de las sociedades. Segundo, bajo las condiciones mundiales actuales no es importante utilizar a las naciones-estados como unidad de análisis ya que la comunicación global y los vínculos internacionales están haciendo a esta categoría menos útil. A medida de que haya una mayor estandarización de los avances tecnológicos una mayor cantidad de sectores sociales podrán conectarse con otros grupos alrededor del mundo. Esta situación incluye a los grupos dominantes y no dominantes de cada país La teoría de la globalización coincide con algunos elementos de la teoría de la modernización. Un aspecto en que ambas teorías coinciden es que la dirección principal del Materiales de Estudio 63 64. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle desarrollo debería ser aquella que emprendan los EE. UU. y Europa. Estas escuelas afirman que los principales patrones de comunicación y las herramientas para lograr mejores estándares de vida se originaron en las regiones desarrolladas. En este punto es importante destacar la diferencia entre la perspectiva de la modernización la de la globalización. El primero sigue una posición más normativa, ya que trata de resolver el asunto del desarrollo; el segundo refuerza su carácter como una perspectiva "positiva" más que una posición normativa. Con base en las anteriores similitudes, es posible afirmar que ambas teorías – modernización y globalización- coinciden en el carácter básicamente etnocéntrico de sus planteamientos. Ambas posiciones enfatizan el hecho de que el camino hacia el desarrollo se origina y debe ser seguido en términos de los modelos de los Estados Unidos y Europa. Los defensores de la globalización argumentan que esta circunstancia es una realidad en términos de la influencia que se deriva de las redes de comunicación y de la difusión de los valores de países más desarrollados. Es más, la influencia se vería también reflejada en el campo ideológico y económico. En lo ideológico, varios autores no ocultaron su notable entusiasmo a raíz de la caída de los sistemas socialistas soviéticos a fines de la década de los ochentas. Las teorías de la globalización enfatizan que los factores culturales son los principales determinantes que afectan las condiciones económicas, sociales y políticas de los países lo que es similar a la "escuela social exhaustiva" o de "sociología comprehensiva" de las teorías de Max Weber. Con base en esto, el sistema de valores, creencias, y el patrón de identidad de los grupos de índole dominante (o hegemónica) y de alternativo (o subordinado) dentro de una sociedad son los elementos más importantes para explicar las características de un país en términos económicos y sociales. Para la posición de la globalización esta declaración de la teoría de Weber se debe aplicar a las condiciones mundiales actuales, especialmente en términos de la difusión y transferencia de valores culturales a través de sistemas de comunicación, los que están afectando cada vez más los grupos sociales en todos los países. La teoría de la globalización y de los sistemas mundiales toman una perspectiva global al determinar sus unidades de análisis en función de sistemas y subsistemas globales, más que utilizar estrictamente el enfoque de naciones-estado como lo hacen la teoría de la modernización y de la dependencia. La teoría de los sistemas mundiales y la de la globalización difieren en que la primera contiene ciertos elementos neo-marxistas, mientras que la segunda tiene sus bases teóricas en el movimiento social estructural-funcionalista. Por consiguiente el enfoque de la globalización tiende más hacia una transición gradual que a una transformación revolucionaria. La teoría de la globalización y la de los sistemas mundiales toman en cuenta los cambios económicos en la estructura y las relaciones mundiales más recientes que han ocurrido en los últimos años, principalmente los siguientes:  Especialmente luego de marzo de 1973, los gobiernos de los países más desarrollados comenzaron a funcionar con mecanismos de tipo de cambio más flexibles. Esta situación permitió acelerar la tasa de movimiento de capital entre los centros financieros, bancos internacionales y mercados de valores del mundo;  Desde mediados de los setentas, las transacciones comerciales comenzaron a basar sus especulaciones en el valor futuro de sus productos, lo que ha sido reforzado por el uso más flexible de la tecnología, computadoras y sistemas de comunicación modernos; 64 Materiales de Estudio 65. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV  La revolución de las computadoras a lo largo de la década de los ochentas hizo posible realizar cálculos y transacciones más rápidas relacionadas con valores del tipo de cambio y de las inversiones, lo cual fue reforzado por el uso del facsímile;  Durante la década de los noventas el desafío más grande de deriva del uso del "Internet" o la red, el cual ha permitido una comunicación más rápida y expansiva. El "Internet" ha incrementado cada vez las condiciones de revitalizar el carácter de "Economía virtual" en diversos mercados específicos. Bajo las condiciones actuales los principales aspectos que estudia el enfoque de la globalización son los siguientes:  conceptos, definiciones y evidencia empírica relacionados con las variables culturales y su cambio en el ámbito regional, nacional y global;  maneras específica de adaptar la "sociología comprehensiva" y "expansiva" a la atmósfera actual de "aldea global";  interacciones entre los diferentes niveles de poder entre países, y desde ciertos sistemas sociales que funcionan en alrededor del mundo;  determinación de los mecanismos y procesos mediante los cuales los patrones de comunicación afectan las minorías dentro de cada sociedad;  el concepto de autonomía del estado enfrentado a la flexibilidad creciente de herramientas de comunicación y vínculos económicos que están haciendo obsoleta la efectividad previa de las decisiones económicas nacionales; y  cómo está afectando la integración económica y social a los acuerdos regionales y multilaterales.- 2. UNA GRÁFICA DE LA TEORÍA DEL DESARROLLO16 2.1. Nociones de las que se nutre la idea del desarrollo El pensamiento sobre desarrollo, y la historia de las luchas sociales que le ha acompañado, ha transcurrido mediada por un sistema de contradicciones entre sujetos y objetos, en el marco de acciones que transitan en los límites de diversos “estilos de desarrollo” fluctuando entre la disparidad y el antagonismo. A partir de lo planteado esta parte del ensayo pretende incursionar en las siguientes interrogantes: ¿Cómo se ha modificado la teoría de desarrollo? ¿Cuáles han sido las áreas de consensos y conflictos? Según estas interrogantes se sigue la idea de que el concepto clásico de crecimiento económico, como sinónimo de desarrollo, ha estado en un constante proceso de reedición. 2.1.1. Sobre el objeto de estudio de la teoría del desarrollo Según el planteamiento anterior el concepto de desarrollo y la realidad que lo ha identificado ha estado sujeto a una permanente evolución histórica. En ello han influido múltiples factores, siendo notable, desde el conocimiento de los hechos que se han pretendido representar, hasta los intereses con los cuales se tiende a percibir el panorama 16 Gonzáles Arencibia, Mario (2006) Una gráfica de la teoría del desarrollo. Del crecimiento al desarrollo humano sostenible. La Habana: Departamento de Marxismo. En www.eumed.net/libros/2006/mga-des/ Materiales de Estudio 65 66. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle social. Esta noción como término siempre ha estado presente en el pensamiento humano para designar el grado de evolución, o progreso del organismo social. En su noción económica el objeto de estudio de la teoría del desarrollo, desde una perspectiva macroeconómica, indaga sobre las causas y el mecanismo continuado de la evolución de los indicadores económicos y sus repercusiones en las relaciones sociales de producción, y por lo tanto, en la forma en que se produce, distribuye y emplea el resultado del trabajo. Esta labor explicativa se proyecta en diferentes planos. En el ángulo de las abstracciones científicas, implica el desmembramiento del engranaje de funcionamiento del proceso, lo cual, exige la construcción de modelos o proyectos que simplifiquen la realidad.17 Desde el plano histórico, comprende el estudio crítico de los hechos de las categorías definidas por el análisis abstracto, para lo cual es de particular importancia, el proceso de evaluación de ese modelo frente a una realidad histórica. Esta revisión podría indicar las limitaciones derivadas del nivel de abstracción en que fue elaborado el modelo, permitiendo plantear las modificaciones pertinentes para conferirle validez desde el punto de vistas de determinada realidad.18 De acuerdo con los aspectos planteados en la teoría que explica el desarrollo también se podrá encontrar una Economía Política del Desarrollo. 2.1.2. Antecedentes de la idea del desarrollo Como concepción estratégica que indica la necesidad de alternativas para el desenvolvimiento de las relaciones sociales y de las fuerzas productivas, el enfoque moderno sobre el desarrollo se remonta en la crisis de 1929. El mismo cobró especial impulso a partir de la situación generada por la Segunda Guerra Mundial.19 Esta problemática colocó en el plano del pensamiento académico una discusión sobre el desarrollo existente que se tradujo en nuevas reformulaciones teóricas. El campo de acción que definió esta polémica se ubicó prioritariamente en la disciplina económica Esta parte de la investigación, tiene la intención de dejar un esbozo acerca de los orígenes de los que se nutre el término desarrollo. Se ha considerado importante apuntar algunas notas que dejen claro que la idea del desarrollo como proceso, constituye un fenómeno de nítida dimensión histórica. Es a estos efectos, que en los párrafos que siguen a continuación, se realiza una síntesis de las principales fuentes teóricas de las que se ha nutrido la teoría del desarrollo moderno (utilizamos el término de Blomström y Hettne), por la cual se comprende aquella polémica que nace ligada a la teoría del crecimiento a partir de la década del 50´. Muchos de los aspectos que se debaten en las discusiones actuales de la teoría moderna del desarrollo se encuentran en la escuela clásica y neoclásica. Por lo cual, resulta pertinente avanzar en la 17 Celso Furtado. Teoría y Política del Desarrollo Económico. Siglo XXI. Editores, S.A., México Primera Edición en Español 1968 pp.9-58 18 Ibidem p. 9. 19 Orlando Caputo y Roberto Pizarro. Dependencia y relaciones internacionales. Editorial Universitaria Centroamericana, Segunda Edición. Educa, San José, Costa Rica 1982 p. 31. 66 Materiales de Estudio 67. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV explicación de estos fundamentos sin dejar de mencionar los importantes aportes de estas escuelas. En su vertiente económica la explicación de la teoría del desarrollo se identifica con el enfoque del pensamiento que se clasifica en tres corrientes fundamentales: clásico, neoclásico y keynesiano. En su primera variante algunos de sus representantes más significativos son: Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, John Stuart Mill, y Carlos Marx. De estos autores se podría advertir, que aunque no dirigieron sus esfuerzos a conceptualizar el término desarrollo, si proporcionaron un sistema categorial que permite operar con las políticas para definir el desarrollo. Básicamente los economistas de la primera mitad del siglo XIX estudiaron la acumulación, no para explicar el desarrollo, sino para justificar la creación de riqueza, la distribución del ingreso y en el caso de Marx para explicar la ley que rige el movimiento del sistema capitalista y las desigualdades sociales que genera al interior de países. Adam Smith (1776) proporcionó una profunda discusión sobre las causas que contribuyen al crecimiento de la riqueza, observando el lugar de la productividad en su relación con la división del trabajo y con el tamaño del mercado. Es importante destacar en este autor que el uso que realiza de la expresión “riqueza de las naciones”20 subraya el reconocimiento de la nacionalidad como el más importante marco en que se definen los intereses económicos. En este marco el Estado-nación alcanzaba un carácter preeminente sobre cualquier forma de organización social, a diferencia de lo que ocurre en las condiciones actuales con un proceso de desarrollo marcado por un profundo proceso de globalización. Para Smith la acumulación de riquezas depende de la expansión del mercado y de su capacidad para autoacrecentarse. Adam Smith comprendió que el acrecentamiento del capital dependía en grado sumo de la productividad del trabajo y esta a su vez estaba sujeta a los niveles de especialización del trabajo dentro de las empresas capitalistas. Por su parte, Thomas Malthus (1798) con su obra Ensayo sobre el principio de la población, es reconocido por el tratamiento que le da a los problemas del crecimiento de la población. Con un fundamento ideológico explica el “principio de población” y de la “ley de los rendimientos decrecientes”, apuntando hacia la teoría de los salarios y de la renta de la tierra. En cambio, David Ricardo (1817) en su obra “Principios de Economía Política y Tributación” ofrece un análisis de la distribución de la producción entre las diversas clases sociales, tomando como supuesto básico, que el problema primordial de la Economía Política es la determinación de las leyes que rigen la distribución. Para Ricardo la creación de riquezas está asociada a la eficiencia con que se utilicen los recursos de una nación con relación al resto del mundo, sus postulados van más allá de la frontera nacional. 20 Adam Smith. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nation (Edic. de Edwin Cannan) Capitulos I y III. Materiales de Estudio 67 68. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle En este marco Ricardo maneja el supuesto de la especialización en el mercado mundial, como parte de su fundamento en la creación de riquezas, su postulado es participar con aquellas producciones que ofrecen menores costos y mayores ventajas relativas. Para Ricardo el desarrollo del capital industrial es determinante en estos nexos. John Stuart Mill con su obra Principios de Economía Política (1895) se incorpora a la polémica antes planteada formulando la “teoría general del progreso económico”. Su pregunta trata sobre ¿qué papel desempeña el progreso técnico dentro del proceso económico? Con ello aparece la primera expresión del concepto de progreso económico como antecedente más inmediato de la idea de desarrollo, exponiendo como progreso aquellos cambios que van sujetos a introducción de nuevas tecnologías. Para Mill ese progreso retarda el advenimiento del estado estacionario. Los aportes de Carlos Marx (1848-1871) relacionados con una conceptualización de la teoría del desarrollo están basados en su concepción materialista de la historia. Con ello coloca la atención, en el análisis del proceso de producción, a partir del vínculo entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, el cual define el modo de producción y de hecho la estructura económica de la sociedad. Siendo este el factor determinante, Marx lo utiliza como punto de partida en sus estudios sobre el desarrollo histórico, recordemos sus palabras cuando plantea que lo que distingue a una época de otra no es lo que se produce sino, como y con que instrumentos de trabajo se produce. Debe quedar claro que Marx, observó además como factor importante, las variaciones que se producen en la superestructura como resultado de los cambios en la base económica de la sociedad, aspecto que es de particular importancia en la evaluación del desarrollo en sus distintas acepciones. Marx no solo limitó sus análisis a factores netamente nacionales, concebía la necesidad del desarrollo de la división del trabajo al interior de las naciones como un momento importante para generar recursos para la nación en su nexo con los factores externos. En el contexto del marxismo, durante la última parte del siglo XIX fue relevante la obra de Lenin El desarrollo del capitalismo en Rusia (1896-1899), quien comparte la idea de Marx, sobre el papel histórico progresista del capitalismo asociado al desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social y la socialización de este. Con su análisis Lenin muestra el grado de desarrollo del capitalismo en Rusia. En otras de sus obras, deja claro que aún cuando el capitalismo se desarrolla, no ejerce un efecto parejo en todas las economías y regiones. Esta formulación le permitió elaborar la ley del desarrollo económico y político desigual. De Marx a Lenin el acento se desplaza de la creciente diferencia entre clases, a la creciente diferencia entre la renta per capita de los países capitalista desarrollados y los atrasados. 2.1.3. Escuela neoclásica En el caso de la escuela neoclásica, esta enfoca su atención hacia las relaciones estáticas y microeconómicas. Toman como preocupación fundamental, la forma en que el mercado 68 Materiales de Estudio 69. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV podía asignar en forma óptima los recursos en la sociedad. Su variante más actualizada está en la política neoliberal. Esta corriente de pensamiento concebía el comercio exterior como un “motor de crecimiento” automático. Estaban a favor del libre cambio, identificándose en este aspecto con Adam Smith. Su argumento central, esta basado en la teoría de los costos comparados, según la cual, un país puede elevar su nivel de consumo por encima de lo que hubiera sido posible en un estado de autarquía, especializándose en la producción y venta hacia el exterior, de mercancías que relativa o comparativamente tengan costos más bajos de producción. Otro de sus supuestos es que el desarrollo en una parte del mundo daría lugar al desarrollo de las demás partes, mediante el efecto de “difusión”. Entre sus representantes más destacados están Eli Heckscher (1919) y Bertil Ohlin (1933), quienes explican porque un país puede producir mercancías más baratas que otros.21 Visión keynesiana Un auge importante en estos estudios, lo ocupa John Maynard Keynes, siendo relevante su obra Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero publicada en 1936. Este autor realizó su estudio a partir de la influencia de la crisis económica mundial de 1929, momentos en que el pensamiento convencional estaba sujeto a la polémica de dos corrientes, por un lado la escuela neoclásica representada por Walras, defendiendo la idea del equilibrio que podía alcanzar el sistema capitalista. De otra parte, con un perfil macroeconómico se asocian a la idea de que el ciclo económico, toma cuerpo en la investigación del papel estimulante de las inversiones, las innovaciones y el uso del capital.22 La contribución de Keynes significó el retorno a los problemas macroeconómicos como clave principal de la economía. Los supuestos de Keynes destacan que en épocas de depresión y alto empleo en los países industrializados, el problema era emplear los factores de producción. Planteando que la demanda agregada y sus componentes (consumo e inversión) tenían una importancia estratégica. Keynes parte del criterio, de que un incremento en el gasto, que a su vez, incrementase la demanda agregada, conduciría eventualmente a un incremento de la actividad económica, y a un descenso del desempleo. El interés de este autor es la estabilización a corto plazo. 2.1.4. El llamado desarrollísmo En el ámbito de los países subdesarrollados, durante la década del 30´, aparece con fuerza el llamado desarrollísmo, pensamiento que pretende explicar la perspectiva evolutiva de estos países, colocando la atención en América Latina. Este pensamiento se nutre de una parte del enfoque keynesiano sobre las relaciones económicas internacionales y sus efectos en el crecimiento económico, y de otra parte, de la teoría ortodoxa del comercio internacional. Esta última teoría nace en los centros dominantes del mundo capitalista, y estudia el Sistema Mundial como si este fuera homogéneo en tiempo y lugar, sin tomar en consideración la diversidad de situaciones realmente existentes entre los distintos países que conforman ese sistema. Esta perspectiva teórica adquiere vigor, ante la crisis que muestra el 21 Ver: Magnus Blomstrom y Bjorn Hettne. La teoría del desarrollo en transición. Fondo de Cultura Económica. México, 1990 pp. 26-28. 22 Para un estudio detallado de esto ver Benito Besada Ramos. Estudio Crítico de la teoría general de Keynes. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1981, pág. 5-6. Materiales de Estudio 69 70. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle comercio exterior latinoamericano (“desarrollo hacia fuera”), asumiendo un lugar central en el debate, el punto sobre el “desarrollo hacia adentro” y la “industrialización sustitutiva de importaciones”.23 En este marco gana peso la representación institucional del desarrollísmo ejemplificado en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), esencialmente notable en los años cincuenta. Con ello se sustenta la concepción sobre el proceso de industrialización, basado en un modelo de “desarrollo hacia adentro” como el motor del desarrollo. Por tanto, en esta visión el comercio exterior se convierte en una variable complementaria sin perder su carácter necesario. Se reconoció así, la importancia de este como fuente de divisas y de acceso a una base tecnológica, que implica importar maquinarias y equipos desde los países desarrollados. Otro de los supuestos teóricos que subyace en la teoría desarrollísta, es sobre los efectos del capital extranjero en el crecimiento del producto y en la balanza de pagos de las economías a las cuales se dirige. Con ello pretende superar a la teoría ortodoxa del comercio internacional, en cuanto, esta entiende los movimientos de capital sólo como factor tendiente a ajustar los eventuales desequilibrios de comercio entre países. En función de esta conceptualización, la concepción desarrollísta presenta un modelo en el cual el crecimiento depende directamente de la cuantía de la inversión y de la productividad marginal del capital. El capital extranjero aparece así, - para esta concepción- como factor básicamente positivo al crear posibilidades de financiar el desarrollo económico mediante el aumento de la tasa de crecimiento. No obstante, habría que anotar que en este pensamiento, también está presente la idea de que el capital también puede llegar a convertirse en un elemento desequilibrador que puede limitar el esperado “desarrollo autónomo”. En este sentido señalan puntos esenciales que permitirían obviar las dificultades derivadas del capital extranjero.24 2.1.5. El “gran impulso” (“big push”) y la alta teoría del desarrollo Hacia la década del 40´, se fue consolidando el pensamiento convencional sobre el desarrollo que comienza con la teoría del “gran impulso” (“big push”), la que plantea a la inversión de capital como el instrumento principal del desarrollo, cuyo representante es Rosentein-Rodan (1943). Ello originó más tarde la consolidación de la escuela denominada, como la “alta teoría del desarrollo”25. 23 En la década del 30´, después de la crisis existía una infraestructura que posibilitaba el desarrollo industrial nacional que se frustró en el período de la post-guerra, producto de la penetración de capital extranjero en América Latina. Surge así, un pensamiento desarrollísta nacional y, en algunos casos anti- imperialista, que no llega a constituirse en un pensamiento coherente y que conduce a la estructuración de algunos movimientos políticos nacionalistas como el APRA en Perú, el Peronismo en Argentina, el Varguismo en Brasil. Ver: Orlando Caputo y Roberto Pizarro op. cit. pp. 264-265. 24 Ver: Orlando Caputo y Roberto Pizarro op. cit. pp 39-49. 25 Este calificativo enmarca un período de 15 años (1943-1958) incluyendo los siguientes autores: Rosenstein Rodan, P.(1943).“Problems of Industrialization of Eastern and South-Eastern Europe”. Economic Journal.June September; Schumpeter, (1951). The Theory of Economic Development. Harvard University Press New York;-Gunnar Myrdal. (1953). The Political Element in Development of Economic Theory. Londres; Lewiss, W.A. (1954). “Economic Development with Unlimited Supplies of Labor”.The Manchester School. May; Seitovsky, T. (1954). “Two Concepts of External Economies”. Journal of 70 Materiales de Estudio 71. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV A Grosso modo, se puede indicar que la “alta teoría del desarrollo”, tiene como planteamiento central lo referido a la complementariedad estratégica, como principio esencial del desarrollo, basada en que las externalidades surgen de una relación circular. Toman como supuesto, que la decisión de invertir en la producción a gran escala depende del mercado, y el volumen de este depende de la decisión de invertir. La comprensión sobre las economías de escala es otro de los supuestos claves de esta teoría que presenta un carácter progresivo, a partir de la afirmación de que la producción ha de tener una escala grande, y el supuesto de que la mano de obra, esencialmente se pueda obtener de lo que en el sistema categorial marxista se denomina ejército industrial de reserva.26 Durante la década del 50´, los teóricos del desarrollo criticando la situación de los países subdesarrollados, planteaban la idea de que existía gran capacidad ociosa, al no utilizarse ni adecuada, ni plenamente sus recursos disponibles. Esta concepción fue influenciada por el pensamiento keynesiano, indican que sólo una acción deliberada del Estado podía transformar esta situación. La contribución de Lewis (1954) sobre el crecimiento con oferta ilimitada de mano de obra, y el aporte de Singer (1950)27 que destacaba la posibilidad de industrializar los países mediante la transferencia del factor trabajo desde la agricultura a la industria, son representativos de una tendencia que colocó la atención en el recurso mano de obra.28 Este elemento estuvo presente también en el trabajo de Prebisch (1950) y CEPAL (1951), así como, en las contribuciones de Mandelbaum (1945), Rosenstein-Rodan (1944, 1945), y Nurkse (1953), quienes postulaban que la ausencia de un mercado interno obedecía al desempleo de los factores productivos disponibles. Según esta concepción el capital es el recurso escaso, pero este se generaría a la manera keynesiana, con el propio empleo de los factores ociosos. En este sentido plantean la necesidad de captar recursos del sector exportador con una capacidad de acumulación de excedentes mediante la intervención del Estado, según este enfoque esto proporcionaría un amplio programa de inversiones: un big push, como lo definió Rosenstein-Rodan, un crecimiento equilibrado como lo calificó Nurkse (1953). 29 Political Economy. April.; Fleming, J.M. (1955). “External Economies and the Doctrine of Balanced Growth”. Economic Journal. June.; Lewis, W.A. (1955). “ The Theory of Economic Growth London. Allew and Unwin; Nelson, R. (1956). “A Theory of The Low Level Equilibrium Trap in Underdeveloped Economies”. American Economic Review. May; Myrdal, G (1957). Economic Theory and Under- developed Regions.London:Duckworth; Leibenstein, H. (1957).Economic Backwardness and Economic Growth. New York. Wiley; Hirschman, A. (1958).The Strategy of Economic Development. New Haven. Conn: Yale University Press. Ver: Paul Krugman. “The Fall and Rise of Development Economics”. En Internet Web.mit.edu/krugman7www7dishpan.html .mayo de 1999 pp. 14 26 Paul Krugman. Desarrollo, Geografía y Teoría Económica. Antoni Bosch editor, S.A. Barcelona 1995, p. 24-30. 27 Hans Singer. The distribution of gain Between Investing and Borrowing Countries. American Economic Review No. 40 1950 pp. 472-499. 28 Ver: Osvaldo Sunkel. Del desarrollo hacia adentro al desarrollo desde dentro. En: Material Docente de Doctorado de Economía Internacional, (Editora Miriam Etxezarreta), con el patrocinio de la Cooperación española, La Habana enero 1999.pp. 195-196. 29 CEPAL Propagación del progreso técnico a la América Latina y problemas que plantea. Estudio Económico de América Latina 1949, Santiago de Chile 1951. K. Mandelbaum. The industrialization of backward Areas, Basil Blackewell, Oxford 1945. R. Nurse. Patterns of Trade and development, Basil Materiales de Estudio 71 72. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle 2.1.6. Aportes de Prebisch y otros autores Muy connotadas durante la década del 50 fueron las ideas de Prebisch y Hans Singer, quienes de manera simultánea e independientemente, formularon la tesis que plasmaba la existencia de una tendencia hacia el deterioro de los términos de intercambio para los países subdesarrollados que exportaban productos primarios e importaban productos manufacturados, razonamiento que tuvo particular incidencia en el trabajo de la CEPAL (1950) debido a la labor desarrollada por Prebisch en esta institución. Este argumento puso en vigor la necesidad de una política de industrialización sostenida para los países subdesarrollados, concretándose en algunos países del área de América Latina. Prebisch al examinar el sistema de relaciones económicas internacionales que afectaba a las economías subdesarrolladas, utilizó el término centro-periferia, el cual ha sido ampliamente empleado por la teoría de la dependencia y el Sistema Mundial. Para enfrentar los desajustes ocasionados por la economía internacional, Prebisch planteó la idea de un modelo de industrialización sustitutivo de importaciones, estimulado por una moderada y selectiva política proteccionista que permitiera contrarrestar el deterioro de los términos de intercambio.30 El efecto de la propuesta de Prebisch, fue que la política de industrialización sustitutiva de importaciones (ISI) se transformó en el Leitmotif que penetró el pensamiento del desarrollo económico de los años 50s´ y 60s´. En este marco se pueden distinguir diferentes estrategias de Industrialización Sustitutiva de Importaciones (ISI). En una primera etapa fue relevante la orientación de una estrategia ISI, que implicó hacia adentro una forma de crecimiento balanceado sin una estructura planificada, lo que fue criticado por autores como Nurske (1959)31 influenciado con la idea de Rosenstein-Rodan (1943) quienes abogaban por un Estado activo en el proceso del desarrollo. En un extremo opuesto fueron típicos los modelos de economías cerradas propuestos por la URSS y la India (Malanobis 1953).32 En esta línea también fue significativa la teoría del crecimiento del famoso modelo Harrod-Domar, al mostrar como un país podría crecer sobre la base de la acumulación de capital propio. Lo típico en estas variantes fue que las modificaciones propuestas se dirigieron a dar prioridad a la industria pesada y al desarrollo de proyectos que empujaron a reforzar planes “óptimos” a través de inversiones privilegiadas por los mecanismos de intervención estatal. El modelo creado por Evsey Domar (1957) y Roy Harrod (1948) destaca aspectos de largo plazo a diferencia de Keynes. Ellos muestran la estrecha relación entre la tasa de Blackwell, Oxford 1953 y Problems of Capital Formation in Underdeveloped Countries, Oxford University Press, New York 1953. Citados por Osvaldo Sunkel. Op. cit. 30 Ver: Raúl Prebisch. Commercial Policy in the underdevelopment countries. En american Economic Review No. 49 1959 y de 1964 Una nueva política comercial para el desarrollo. México City Fondo de Cultura Económica. 31 Ragnar Nurske. Patters of trade and development. Stockolm: Almquist and Wiksell citado por Gary Gereffi. The international economy and economic development. En: Neil J. Samuelser and Richard Swedberg (edits), The Hanbook of Economic sociology. Princenton, NJ. Princenton University 1994 p. 211. 32 Ver: G. A. Fel´man. A soviet model of growth. En Essays in the Theory of Economic Growth, editado by Eusey Domar. New york, Oxford University Press 1957 pp. 223-261. Prasantac Mahalonobis. Some Observations on the process of growth of National Income sankya No. 12 pp. 307-12. Citado por Gary Gereffi ibidem p. 211. 72 Materiales de Estudio 73. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV crecimiento de la economía y el nivel de ahorro e inversión. Este modelo se constituyó más tarde en la base de la teoría del crecimiento, en la cual la inversión y el ahorro son considerados como la fuerza central del crecimiento. La segunda variante ISI fue orientada al mercado, bajo el supuesto de estar protegido a través de tarifas y por medio de inversiones y planes regulados (Haberler 1959).33 Una tercera opción de ISI es la llamada “anárquica” seguida por la mayoría del pensamiento latinoamericano y denominada como la estrategia de Hirschman basada en “importaciones y crecimiento”. Denominada ISI “anárquica” por Hirschman (1968) debido a la gran influencia que tuvieron en el, las convulsiones políticas y la enorme masa de desempleo de los años 30s. Hirschman es contrario, al reduccionismo económico que colocaba el énfasis en políticas basadas en detener la inflación o elevar la tasa de cambio como formas para disolver los problemas del desarrollo, considerando esto política, económica y socialmente como aspectos contraproducentes en el largo plazo. En oposición al pensamiento convencional, Hirschman colocó su atención en la idea de un “crecimiento balanceado” como el gran impulso para lograr la industrialización, indica que los países subdesarrollados podrían mermar los desajustes estructurales expresados en crecimientos desbalanceados identificando sus ventajas. Su método fue investigar las “racionalidades escondidas” (hidden rationalities) observando entre ellas las reservas laborales, ahorros y otros recursos, dando prioridad a la inversión industrial y a las políticas que potenciaran fuertes vínculos intersectoriales (1977). Hirschman quiso demostrar que la industrialización en las áreas menos desarrolladas requería de políticas e ideologías nuevas con un carácter continuo, con lo que se opone a la tesis de Walt Whitman. Rostow (1960) (1971) quien sostenía el razonamiento de que el desarrollo constituía una sucesión de diferentes etapas, haciéndose famosas sus 5 etapas. Según este punto de vista, el desarrollo de los países subdesarrollados, debía darse como un ciclo imitativo, atravesando por aquellas fases que habían recorrido los países desarrollados. Esta concepción también indica que los instrumentos para el manejo de políticas económicas referidas al crecimiento de la producción, son suficientes para que un país pueda acceder al desarrollo económico,34 aspecto que fue ampliamente criticado por su concepción Eurocentrista del desarrollo. También fue significativa en este contexto la teoría del comercio de Heckscher-Ohlin, basada en la idea de que los países subdesarrollados maximizarían su producto nacional, si concentraban sus actividades en el uso intensivo de fuerza de trabajo y de recursos naturales. Presentan además, a la ISI como el camino del desarrollo económico, a través de la adquisición de ventajas comparativas en los bienes que importa. Sin embargo, el problema de la persistencia de las desigualdades en el tercer mundo no fue reducido por el modelo ISI. Gunnar Myrdal fue uno de los pocos economistas que concibió la tarea de combatir las desigualdades y elevar el consumo como una condición para el crecimiento de los países 33 Goltfried Haberler. International Trade and Economic Development. National Bank of Egypt Lectures Cairo: National Egypt 1959. 34 Ver: Walt Whitman Rostow The Stage of Economic Growth A Non-Communist Manifiesto. Cambrige University Press. 1960. pp. 17-35. Materiales de Estudio 73 74. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle subdesarrollados, para ello invocó el principio de “causación circular y acumulativa”, permeado de sus trabajos sobre An American Dilemma (1944), Economic Theory and the Underdevelopment Regions (1957) y Asian Drama (1968). Para comprender las razones que afectaban a los países subdesarrollados, Myrdal emplea el neologismo de “backwash affect”, el cual indicaba los factores que contribuían a aumentar las desigualdades y con el término “spread effect” asocia los factores que promueven la prosperidad de flujos de países ricos a pobres. Argumentando que los “spread effect” fueron pocos resistentes para reducir los efectos de la economía internacional, por la ausencia de modificaciones en la estructura institucional de los países subdesarrollados. Por ello la propuesta de solución que hace, es la de combinar las reformas institucionales para combatir la corrupción que penetró el “soft states” con políticas de industrialización encaminadas a crear una mayor seguridad mundial (“welfare World”).35 En el marco señalado fue significativo el modelo planteado por Robert Solow (1956) con su famoso artículo “A contribution to the theory of economic growth”.36 Solow presenta un modelo de crecimiento a partir de una serie de presupuestos que permitían darle al comportamiento de la economía una formulación expresada en una función Cobb Douglas clásica del tipo: Y = F(K,L) = K L1-. Siendo K el factor capital y L fuerza laboral con  representando la diferencia proporcional de su participación en el producto. El modelo asume que 0< < 1, por lo que la función tenía rendimientos constantes de escala, es decir, si se doblaba el peso de los factores, el producto se duplicaba a su vez. Solow construye este modelo a partir de dos ecuaciones principales: una función de producción y una ecuación de acumulación de capital, y simplifica el modelo explicando el peso y evolución del factor trabajo (L) y el factor capital (K). Como las firmas del modelo pagan por L un salario w, y por K una inversión r, contratarán capital y trabajo hasta que sus productos marginales sean iguales a sus precios: w = F/L = (1-) Y/L y r = F/K =  Y/K, siendo F la función de maximización. La función de relación entre ambos factores toma entonces, considerando que el peso de cada factor en la función de producción expresa y = Y/L y k = K/L, la forma y = k. La función de acumulación del capital es a su vez expresada de la forma dK/dt = sY – K siendo, sY el ahorro total de la economía ( s es la tasa de ahorro) y dK la depreciación fija del capital (  la tasa de depreciación). La ecuación de acumulación del modelo en términos per cápita queda de la forma siguiente: dk/dt = sy - (n+d)k, siendo n la tasa de crecimiento de la población. La dinámica de la economía se deriva del diagrama de Solow, el cual se explica a través del comportamiento de la cantidad de inversión per capita en la economía, sy = sk , y de la 35 Ver: Gunnar Mirdal. An american dilemma: the negro problem and modern democracy. New York Harper 1944; Asian drama: An Inquiry into the poverty of nation 3 vols. New York Pantheon 1968; International inequality and foreign aid in retrospect. In pioneers development, edited by Gerald M Meier and Dudley Seer. New York: Oxford University Press 1984. Citado por Gary Gereffi op. cit. p. 212. 36 Ver: Rober Solow. A Contribution to the Theory Economic Growth. Quaterly Journal of Economics 70 february (1956).pp. 65-94 y Technical Change and the Aggregate Production Function. Review of Economics and Statistics 39 august 1957 pp. 312-20. Citados en: Charles I. Jones. Introdution to economic Growth. W.W. Norton & Company Inc. New York London 1998 Cap. 2.pp. 18-40. 74 Materiales de Estudio 75. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV cantidad de nueva inversión (n+d)k para mantener la k constante, teniendo en cuenta el aumento de la población n. Para generar crecimientos per capita sostenidos, el modelo de Solow introduce una variable exógena, esta variable, denominada A, e identificada con el progreso tecnológico, se añade a la función de producción, así A, unida al factor trabajo, permite incrementar la productividad cuando el nivel de la tecnología es alto. Solow asume este presupuesto como un progreso tecnológico de carácter exógeno; según planteamiento de Charles I. Jones, es como una especie de “bendición caída del cielo” (“manna from heaven”).37 El resultado es que la función de producción se expresa entonces: Y = F(K,AL) = K (AL)1-. De modo que las dos curvas del diagrama sy = sk y (n+d)k quedarían de la forma sy ( siendo y= Y/AL) y (n+g+d)k (siendo k = K/AL). La ecuación de acumulación sería entonces dk/dt = sy- (n+g+d)k. Eludiendo la argumentación matemática del esquema básico, el resultado que tenemos es que Solow explica los ingresos per cápita (que son en su modelo las diferencias entre los niveles de desarrollo), por variaciones en las tasas de inversión y de crecimiento poblacional (son los principales coeficientes del modelo) y al incluir al progreso tecnológico como una variable exógena, concibe las disparidades del crecimiento en el largo plazo, a partir de las diferencias en los niveles de la tecnología.38 Un aspecto en común que tienen la mayoría de los representantes de la teoría del desarrollo de la década del 50´, es que coinciden con la idea de que el desarrollo, es como un “circulo virtuoso”, conducido por economías externas. Toman como supuesto, que la modernización engendra modernización. Este punto de vista, considera que la causa del subdesarrollo radica en que estos países no pudieron rebasar el llamado “circulo virtuoso”, permaneciendo estancados. Esta concepción se convirtió en una consideración importante para argumentar la intervención gubernamental, como forma de romper la trampa del subdesarrollo. Hacia 1958, la “alta teoría del desarrollo” manejaba como conceptos centrales la idea de que las economías de escala a nivel de la empresa individual, se traducían en rendimientos crecientes a nivel de agregado por la vía de las externalidades.39 2.2. Idea del desarrollo: su connotación en las relaciones económicas internacionales En esta parte del ensayo se presenta un análisis acerca de la trascendencia que tuvo la idea del desarrollo en las relaciones económicas internacionales, observándose la interrelación de los factores externos e internos de su dimensión.40 2.2.1. Concepto de subdesarrollo: su vínculo con la alta teoría del desarrollo 37 Charles I. Jones op. cit.. p. 33. 38 Charles I. Jones. Op. cit. p. 39. 39 Paul Krugman. Ibidem p. 18. 40 Es esencial en esta parte del ensayo destacar lo siguiente: el hecho de que la idea del desarrollo da lugar a nuevas categorías como la de subdesarrollo. Que aunque nace como palabra en 1949, el autor de este trabajo parte del criterio de que este es un concepto que evoluciona aparejado a la propia práctica del desarrollo de las relaciones capitalistas de producción que es propia de la fase imperialista y que se distingue en lo particular de la categoría atraso, lo cual tiene su base en la estructura socio-económica. Materiales de Estudio 75 76. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle Los supuestos41 de la llamada “alta teoría del desarrollo” tienden a ganar mayor connotación, a partir del calificativo por Harry Truman del concepto “subdesarrollo”, empleado oficialmente por primera vez, en su discurso inaugural de toma de posesión en enero de 1949, comprometiéndose frente a la Cámara del gobierno de Estados Unidos a contribuir al “mejoramiento y crecimiento” de lo que califica como “áreas subdesarrolladas”.42 El uso de este concepto contribuyó al despliegue de una nueva concepción mundial en torno a la categoría desarrollo, bajo la visión convencional de la existencia de 3 o 4 “mundos”43 De esta manera, la idea del “desarrollo” se convierte en un concepto pivote de las relaciones económicas internacionales, después de la Segunda Guerra Mundial, particularmente durante las décadas de los años 50 y 60. Ello giró en torno al plan de reconstrucción posbélica y a los problemas políticos y económicos que implicaba la existencia de las antiguas colonias, en medio de la inminente confrontación ideológica capitalismo-socialismo. Por otra parte, la concepción del desarrollo fue influenciada también, por las complejas contradicciones entre países subdesarrollados y países capitalistas desarrollados, las cuales se despliegan en dos líneas básicas. En el caso de los países capitalistas desarrollados, se tienden a reforzar las políticas económicas para preservar en su ámbito las relaciones de subordinación con respecto a los países subdesarrollados, a través de la ampliación y reforzamiento de los más variados métodos de explotación neocolonial. 2.2.2. Acontecimientos de Bretton Woods y los nuevos proyectos globalizadores Así entre 1948 y 1973,44 la teoría del desarrollo estuvo marcada por los acontecimientos de Bretton Woods y la construcción de nuevos proyectos globalizadores creados en los marcos de las Naciones Unidas, sus agencias e instituciones asociadas. En particular, en 1948 se forma la Organización para la Cooperación Económica Europea, la que se transforma en 1961 en la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD); el Banco Mundial junto a la Corporación Financiera Internacional (1956); la Asociación de Desarrollo Internacional (1960); la Asamblea General (Resolución 1240/XII octubre 1958). En 1965 se forma el Programa de Asistencia Técnica de Naciones Unidas para el Desarrollo, Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio (GATT) (1947).45 En estos marcos uno de los puntos de miras fundamentales de estas instituciones fueron los países subdesarrollados. 41 A inicios de la década del 40´, Rosenstein-Rodan (1943) uno de los precursores de la “alta teoría del desarrollo”, argumenta el efecto multiplicador de la inversión cuando es acompañada de inversiones similares en otros sectores. Para ello parte del criterio de la existencia de economías de escala, a partir de la afirmación de que la producción ha de tener una escala grande y el supuesto de que los trabajadores se puedan obtener elásticamente del desempleo o del mal pagado trabajo agrícola. 42 John F. Jones. From Globe to Village: Understanding Local Social Development. En: Social Development Issues Vol. 20 No. 1. University at Carbondale. USA. 1998 p. 2. Podría verse el discurso de Truman en: Gilbert Rist. The History of development. From Western Origins to Global faith. Zed Books, London & New York 1997 pp. 71-72. 43 Sachs, W. (1992). Development:A guide to the Ruins. New Internacionalist, 232. Citado por Laksiri Jayasuriya. “After the Copenhagen Summit: Taking Social Development. Seriously”. En: Social Development Issues University at Carbondale. Vol 19 No. 2/3, USA, 1997 p. 170. 44 Laksiri Jayasuriya. “After the Copenhaguen Summit: Taking Social Development Seriouslys” op. cit. p. 170. 45 Ver: Gilbert Rist. The History of Development op. cit. pp.89-92. 76 Materiales de Estudio 77. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV En la visión del sur46 se configura un tono de confrontación con respecto a los países desarrollados, el cual coloca la atención en que la “ayuda para el desarrollo” concedida por estos países, es el resultado de un compromiso adquirido por las antiguas metrópolis, con los territorios sometidos a la explotación colonial. La concepción de los países subdesarrollados, considera que el desarrollo es un derecho de los pueblos, no una meta a alcanzar, destaca además, que los obstáculos a las acciones emprendidas para lograr el desarrollo constituían un legado del colonialismo47 El problema del subdesarrollo para la teoría del desarrollo económico, colocó su atención en la problemática de la reducción de la pobreza, concebido como el “incremento de la capacidad productiva y el aumento del ingreso per cápita”.48 Por lo tanto, la formación de capital a través de ahorro y los incentivos, tomaron una etapa central, y de hecho, las desigualdades fueron justificadas, sobre la base del criterio de que estas son la única ruta para lograr mayores ahorros por medio de incentivos financieros de empresarios. Ello se justificó sobre la base de que en el largo plazo las desigualdades serían rectificadas por medio de trickle-down49 del crecimiento y la formación de vínculos50 “hacia delante” y “hacia atrás”.51 A) Hipótesis de Kuznets y planteamientos de Singer El punto de vista convencional sobre la rectificación de las desigualdades sobre la base del crecimiento es un derivado de las observaciones de Kuznets en forma de “U” invertida, (se conoce como la curva de Kuznets). A mediados de los 50 Kuznets planteó la hipótesis de que en las fases iniciales del crecimiento la distribución del ingreso sería menos equitativa y sólo más tarde se haría más equitativa. Su argumento de “U” invertida, toma como supuesto la reducción tendencial de la desigualdad en la distribución del ingreso entre el sector industrial y el agrícola; y por el paso de la población del sector rural al industrial. De ello se infiere la incompatibilidad entre crecimiento y equidad, dado que esta teoría coloca las políticas sociales en un segundo plano, 46 Los términos “Norte” y “Sur” no constituyen denominaciones geográficas, sino, geopolíticas. Se sitúan para reflejar la división política existente entre países capitalistas desarrollados (“Norte”) y países subdesarrollados (“Sur”). 47 Graciela Chailloux Laffita, Rosa López Oceguera, Silvio Baró. Globalización y conflicto Cuba- EEUU p. 32. 48 H. Chenery, & T.N. Srinivasan. Handbook of Development Economics. Amsterdam: North Holland 1988 p XI. 49 El término”trickle down” en teoría económica se usa para designar el llamado “efecto derrame, arrastre o goteo” el cual esta dado en un contexto en que se establecen vínculos entre productores y consumidores. 50 Laksiri Jayasuriya Op. Cit p. 171. 51 La idea de los vínculos “hacia adelante y hacia atrás” fue introducida por Hirschman, (1958) en su trabajo The Strategy of Economic Development. New Haven. Conn: Yale University Press. La definición de vínculos hacia atrás de Hirschman tiene como presupuesto las externalidades vinculadas al mercado y a las economías de escala. Un vínculo hacia atrás es aquel en una empresa crea un vínculo cuando su demanda permite que la industria que la provee se establezca a por lo menos una escala económica mínima. La fuerza de estos vínculos se mide por su nivel de empuje a otras industrias por encima del umbral de la rentabilidad. Los vínculos hacia delante implican una interacción entre escala y tamaño del mercado; en este caso, involucra la habilidad de una industria para reducir los costes de utilización de su producto por parte de sus clientes potenciales y así, empujarlos por encima de la rentabilidad. Ver: Paul Krugman.Desarrollo, Geografía y Teoría Económica op. cit pp. 21-23. Materiales de Estudio 77 78. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle al dejar por sentado el hecho de crecer primero, y que luego se progresaría en términos de equidad de forma automática. Autores como Singer, tomando en consideración los aspectos relacionados con las experiencias teóricas y prácticas sobre el desarrollo antes esbozados, señalan que este pensamiento tuvo sus años dorados en sus primeros 25 años, y que el mismo, fue altamente influenciado por los acuerdos de Bretton Woods y los presupuestos teóricos vinculados a la teoría económica de Keynes.52 B) Visión cuantitativa del desarrollo: su connotación En este contexto histórico y particularmente, durante la década del 50 y el 60 la conceptualización sobre el desarrollo, comprendía el mismo, en términos cuantitativos; caracterizándolo como la capacidad de una economía nacional, cuya condición económica inicial ha sido estática durante largo tiempo, para generar y sostener un aumento anual de su producto nacional bruto a tasas de 5 o 7 por ciento.53 Tal vez, se hizo caso omiso a la definición de Francois Perroux (1965), que aunque se identifica con el lado cuantitivista del desarrollo, expresa algo interesante que incluye lo social, al definir el desarrollo como “la combinación de cambios mentales y sociales de una población que la capacitan para hacer crecer el desarrollo”.54 Es importante anotar que durante el 1er decenio para el desarrollo (década del 60´) anunciado por Naciones Unidas, la teorización del desarrollo que se sigue, coloca su atención principalmente en la acumulación de capital físico debido a sus fuertes vínculos con la teoría del crecimiento. De acuerdo con lo anterior, los objetivos económicos y de desarrollo social de la política económica fueron medidos a partir del empleo de la tasa de crecimiento del PNB/per cápita. Es decir, el desarrollo se tiende a medir por la capacidad de un país para aumentar su producción a una tasa mayor que la del crecimiento de su población. Lo que es lo mismo que indicar, el argumento, de cuantos bienes y servicios reales están a disposición del ciudadano medio para el consumo y la inversión. Se consideró también, como indicador del desarrollo aquellas modificaciones que incluyeran variaciones en los agregados del PIB, donde lo representativo consistía en que la participación de la agricultura en la generación del PIB, fuera menor que las industrias manufactureras y de servicios, y en el ángulo del empleo, este como tendencia se concentrara más en el sector industrial. En el esquema antes planteado se asumía que el sector industrial presenta rendimientos crecientes a escala, subyaciendo el criterio de que la inversión, es proporcional al crecimiento de la producción. Por lo tanto, las estrategias de desarrollo se concentraron esencialmente en el crecimiento, en una rápida industrialización urbana, a menudo a expensas del desarrollo rural y de la agricultura. 52 Hans W. Singer. Lesson of post-war development experience. 1945-1988 (Discussion Pape r No. 260). Sussex, UK. Institute for Development Studies 1989 p. 12. 53 Ver: Michael P. Todaro. Economía para un mundo en desarrollo: Introducción a los principios y políticas para el desarrollo. Fondo de Cultura Económica. México 1987 p. 166 54 Francois Perroux. Léconomie du xxeme siécle. Segunda Edición, paris 1965 p. 155, Citado por Furtado Op. Cit. p. 95. 78 Materiales de Estudio 79. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV 2.2.3. Fallas de las medidas del desarrollo: efecto “trickle down” Las fallas de estas medidas del desarrollo antes esbozadas estaban subyacentes en las consideraciones teóricas y prácticas, las cuales dejaban al libre juego los efectos sociales del desarrollo, al dejar implícita la idea de que los efectos benéficos del mismo en lo social, como la mejora del estándar de vida fluirían con mayor crecimiento económico. En otras palabras la expectativa se basaba en un efecto “trickle down” de mejora en el bienestar material que llevaría a cambios medibles en aspectos del desarrollo social, tales como: mejora en los niveles de alfabetización, tasa de mortalidad y salud. Estos resultados socialmente deseables fueron considerados como un sub-producto del crecimiento y no como preocupaciones fundamentales del desarrollo. Durante la llamada década del desarrollo (años 60s) un gran número de países subdesarrollados lograron las metas de crecimiento global fijadas por las Naciones Unidas. En cambio, los niveles de vida de la población, permanecían invariables. Se puede situar como ejemplo, el caso de América Latina donde a principios de la década del 70´, un 40% de los hogares vivía en situación de pobreza absoluta, determinada por la imposibilidad de adquirir la canasta mínima de bienes y servicios para satisfacer sus necesidades básicas, y que casi la mitad de ellos vivía en condiciones de indigencia puesto que su ingreso no alcanzaba ni aun, para adquirir los alimentos que le proporcionaría una dieta mínima adecuada. Hacia 1970, año de expansión capitalista en América Latina y en los países del capitalismo desarrollado, existían 110 millones de pobres en y, de ellos 54 millones podían considerarse indigentes.55 2.2.4. Crisis del desarrollísmo en América Latina: su reflejo en el entorno internacional Como reflejo de lo planteado, en el periodo 1960-1970 tiene lugar la “crisis del desarrollísmo” en América Latina, debido entre muchas cosas al deterioro de las relaciones económicas externas de América Latina. En el plano de funcionamiento económico interno, en la primera mitad de la década del 60´ hubo un deterioro de los ritmos de crecimiento, -que en los años posteriores se vio transitoriamente atenuado por el masivo ingreso de créditos externos-. También pasan a ser un argumento de la “crisis del desarrollísmo”, los desequilibrios intersectoriales e intrasectoriales existentes, en condiciones de una base industrial insuficiente. El efecto fundamental fue que la industrialización estuvo lejos de constituirse en un motor del desarrollo. Tales experiencias, estaban indicando la existencia de dificultades en la definición del desarrollo. Ello fue apuntado por un número creciente de académicos56 y responsables de 55 CEPAL: América Latina en el umbral de los años 80´. Santiago de Chile 1979 p. 85 y 98. 56 Entre los trabajos más influyentes de la época en el plano académico se destaca el estudio del Seers, quien coloca la interrogante sobre que estaba sucediendo en el ámbito internacional y cuestionando el sentido del desarrollo existente hasta ese momento. Ver: Dudley Seers. “The meaning of development”.In: Eleventh World Conference of the Society for Internacional Development. Nueva Delhi. 1969 p. 3-15 Materiales de Estudio 79 80. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle políticas públicas, los cuales, abogaban por un “destronamiento del producto nacional bruto” como medida única del desarrollo.57 2.2.5. Decenio del desarrollo: década del 60´ La designación por Naciones Unidas de la década del 60 como el decenio del desarrollo, estuvo asociado a la confrontación de las posiciones entre los países desarrollados y subdesarrollados, recogiéndose como “frutos” al menos en el ámbito de la conformación de esfuerzos institucionales, la transformación de la Cooperación Económica Europea en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo. También en este decenio se creó en 1964 la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). El reconocimiento por parte de los países subdesarrollados de que los conocimientos creados, constituía una forma específica de dominio económico por parte de los países capitalistas desarrollados, contribuyó a que estos países buscaran mecanismos que permitieran una “postura unificada en el plano político”. El resultado de ello fue la formación del Grupo de los 77 (G77) y la Fundación de Países No Alineados (NOAL), institucionalizándose lo que se ha de llamar un enfoque “tercermundista” en la política global.58 2.2.6. II decenio para el desarrollo Los años 70 denominados como la segunda década de Naciones Unidas para el desarrollo, comenzaron con la crisis petrolera de 1973 y la ruptura del Sistema Financiero Internacional de Bretton Woods. Estos acontecimientos colocaron al sistema mundial ante una de las peores crisis económica y social de su historia,59 con lo que se hace más evidente la “crisis de la ideología del desarrollo”,60 que estuvo montado sobre los rieles de indicadores puramente cuantitativos, siendo particularmente palpable en el incremento de la pobreza, el desempleo, y en la declinación de los niveles de productividad en las diferentes ramas de la economía, con particular énfasis en la agricultura. Las prácticas de políticas económicas y los análisis de diversos autores corroboran que la reducción de los niveles de desigualdad, no se logra de manera automática a medida que aumenta el ingreso según el patrón de Kuznets en los años 30s-60s. 57 Michael P. Todaro. Economía para un mundo en desarrollo: Introducción a los principios y políticas para el desarrollo. Op. cit. p. 167. Para ver un balance entre viejos y nuevos conceptos de desarrollo, consultar Barbara Ingham. The meaning of development: Interactions between “new” and “old” ideas. En: World development, Vol. 21 No. 11, London 1993 pp. 1803-1821. 58 Boutros Boutros-Ghali “A New Departure on Development” in Foreign Policy, No 98. Spring 1995 p. 44. Citado por Graciela Chailloux Laffita, Rosa López Oceguera y Silvio Baró. Globalización y conflicto Cuba –EEUU. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1997 pp.33. 59 Ver: Fidel Castro Ruz. La crisis económica y social del mundo. Sus repercusiones en países subdesarrollados. Sus perspectivas sombrías y la necesidad de luchas si queremos sobrevivir. Informe a al VII Cumbre de los Países No Alineados. Oficina de Publicaciones del Congreso de Estados, La Habana. 1983 pp 238. 60 Ver: Colin Leys. The crisis in development theory. En: New Political Economy Vol. 1 No. 1, Oxfordshire, UK march 1996 pp. 41-56. 80 Materiales de Estudio 81. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV Desde los años 70´, en los países desarrollados no se ha verificado la hipótesis de Kuznets; para los países desarrollados el crecimiento de la desigualdad afectó los patrones anteriores, con lo que se sustituye la curva en forma de “U” invertida por una calificada como “curva estilo serpiente”. Ello dejó como huella que en los marcos de la aplicación de políticas, no puede asumirse el automatismo de que un crecimiento en el ingreso per cápita promedio alivia la desigualdad y la pobreza, de lo que se deduce el desempeño de políticas de corte social adecuados. De acuerdo con la tesis antes planteada, el enfoque alternativo del desarrollo en los años 70´, estuvo dirigido en diferentes direcciones, destacándose la concepción de paliar las desigualdades sociales, a través de la generación de empleos y una mejor distribución del ingreso. Ello fue un foco de atención en las sesiones especiales de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el Desarrollo. Uno de los resultados de esta asamblea fue el llamado a la creación de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), enunciado en la Cumbre de Argel en 1973.61 También fueron relevantes las “acciones” promovidas por el Banco Mundial inspirada en la idea de palear las necesidades básicas a través de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (1976) y el Informe Brandt (1980) con su programa para la supervivencia recogido en inglés bajo el nombre “North-South: A program for Survival”.62 El enfoque alternativo del desarrollo en la década del 70’, no solo fue relevante por el reconocimiento de los problemas relacionados con la distribución del ingreso, sino además, por el llamado desde sus distintas posiciones a tomar en consideración los problemas ecológicos que afectan a la humanidad. En este marco fueron significativos los Informes del Club de Roma referente a “Los límites del crecimiento” (1972), “La humanidad en la encrucijada” (1975), “Reshaping the International Order” (1976), y de otra parte, la Conferencia de Estocolmo (Suecia 1972) sobre Medio Ambiente. 2.3. Reformulación teórica del desarrollo Las preocupaciones sobre el desarrollo durante la década del 70, dieron lugar a que tanto en el marco institucional como académico, se produjeran múltiples declaraciones de como debería ser el desarrollo. Bajo el criterio de que las “necesidades básicas”63 son un elemento que deben tomar en consideración los esfuerzos del desarrollo, Robert Mc Namara- (1971) el entonces director del Banco Mundial, argumentaba que “el desarrollo debía estar lejos de ser expresado simplemente en 61 Ver: Silvio Baró Herrera. El Nuevo Orden Económico Internacional. Antecedentes, Problemas y Perspectivas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1980 pp. 400. 62 W. Brandt. North-South: A Program for Survival (The Brandt Report). London 1980. 63 Estas incluyen los requerimientos mínimos para el consumo privado de la familia: una alimentación adecuada, viviendas y vestido, así como equipos domésticos y muebles. Incluyen además, los servicios esenciales suministrados por y para la comunidad en su conjunto, como agua potable, salubridad, transporte público e instalaciones sanitarias. Para un análisis de la teoría de las necesidades básicas como concepción del desarrollo Ver: Silvio Baró Herrera. El Nuevo Orden Económico Internacional. Antecedentes, problemas actuales y perspectivas. Op. cit pp. 339-342. Materiales de Estudio 81 82. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle términos de crecimientos, enfatizando en la necesidad de una mejor distribución del ingreso, y en el mejoramiento de la calidad de vida, como medidas importantes de desarrollo”.64 Este enfoque del planeamiento y la política del desarrollo, es un indicador de la filosofía de “crecimiento con equidad” el cual, fue influenciado por los escritos de Seers (1969), Singer (1970) y particularmente los trabajos de Gunnar Myrdal (1968, 1970).65 Este último autor emite la noción de un desarrollo integrado, el cual, a su juicio requiere de un gran énfasis en el cambio estructural y en las bases de la distribución relativas al planeamiento económico. Este modo de pensamiento fue significativo también en dos escuelas de pensamiento: la “teoría de la modernización”66, la cual estaba sujeta a la filosofía de las “necesidades básicas” y la “teoría de la dependencia”, quienes desafiaron los puntos unilaterales de la concepción del desarrollo. 2.3.1. Teoría de la modernización En lo concerniente a la “teoría de la modernización”67 esta tiene como supuestos básicos, la solución de los problemas del hombre, garantizando un estándar de vida aceptable y progresivamente alto, establecer el vínculo entre el individuo y el colectivo. Concibiendo a este último, como un prerrequisito fundamental para la transformación; de lo que se deriva la concepción de crear estructuras sociales para enfrentar los cambios. Es decir, significa asumir un complejo proceso de transformaciones interdependientes, con la finalidad de promover una alta movilidad y participación del individuo.68 Autores como Bert Hoselitz (1960), aplicaron las variables de Talcott Parson referidas al particularismo-universalismo, atribución-realización y difusión-especificidad, a los problemas del desarrollo y del subdesarrollo. Según Hoselitz, la sociedad alcanzaría el desarrollo o modernización, cuando el particularismo, la atribución, y la difusión fueran reemplazados por el universalismo, la realización y la especificidad. En realidad la idea de la modenización equivalía a occidentalización. Obstáculos de índole ideológica, motivacionales e institucionales fueron echando por tierra el concepto 2.3.2. Teoría de la dependencia La “teoría de la dependencia”69 debate como elemento fundamental la contradicción desarrollo-subdesarrollo. Sus representantes han resaltado distintos momentos de esta contradicción, en ello es destacado el postulado de Paul Baran (1962)70 quien es contrario a 64 Robert McNamara. Address to the Board of Governors of the World Bank. Septiembre 27 1971 p. 18. 65 Gunnar Myrdal. Asian drama: An inquiry into the poverty of nations. Harmondsworth: Penguin. 1968. Y The challenge of world poverty. London: Allen & Unwin 1970. 66 Ver: S.C. Dube. Modernization and Development. The search for alternative paradigms. The United Nations University, Tokio. Zed Books Ltd. London an New Jersey 1988 pp. 144. 67 Este concepto aparece esporádicamente desde finales de la década del 50´, intensificándose en la década del 60´y ya hacia los años 70´emerge en las Ciencias Sociales como un paradigma alternativo. S.C. Dube op. cit. p. 16. 68 La principal figura de la modernización fue Durkheim, para el la divión social del trabajo es la fuerza motivadora de las sociedades modernas. S.C. Dube op. cit. pp. 17-34. Ver además para una crítica del concepto Barbara Ingham. The meaning of development: Interactions between “new” and “old” ideas. En: World Development Vol. 21 No. 11 London 1993 pp. 1807-1808. 69 Un excelente análisis de la teoría de la dependencia puede encontrarse en Magnus BlomstrÖm y BjÖrn Hettne. Teoría del desarrollo en transición. Fondo de Cultura Económica, México 1990. 70 Paul Baran. The Political Economy of Growth. Monthly Review Press. New York 1962 pp. 7-12. 82 Materiales de Estudio 83. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV la tesis de que el desarrollo es transportado del centro a la periferia, destaca que el subdesarrollo de la periferia, es el resultado del desarrollo del centro, por lo que se podría plantear que el subdesarrollo forma parte de la naturaleza expansiva de las naciones desarrolladas, consolidándose particularmente en condiciones de subordinación a las potencias imperialistas. En el marco teórico de la dependencia también ha jugado un papel importante André Frank Gunder, quien fue uno de los primeros estudiosos de una teoría alternativa de desarrollo en América Latina. Siguiendo a Baran insistió en que el uso del excedente económico es causante del desarrollo del subdesarrollo. En esta línea de pensamiento es destacado el punto de vista de Teotonio Dos Santos (1969) al plantear que el subdesarrollo esta lejos de constituir un estado de atraso anterior al capitalismo, enfatizando en que esto es una consecuencia del desarrollo del capitalismo, que crea una situación de dependencia condicionada por un grupo de países, surgiere además, que la misma se crea bajo el estatus de la división internacional del trabajo y otras formas de interdependencia.71 Sin embargo, tal punto de vista no debería considerarse de manera absoluta debido a que determinados países subdesarrollados como los del Sudeste Asiático lograron acceder a condiciones ventajosas en la División Internacional del Trabajo, en lo que fue relevante el papel desempeñado por el Estado (developmental state o Estado desarrollísta), caracterizado como un Estado fuerte, centralizado, vertical, autoritario y represivo, frecuentemente influido por el control militar, también es reconocido como un Estado interventor, inductor, concertador, mediador, proteccionista, paternalista y benefactor, lo cual ha atravesado por diferentes etapas72 En su primera etapa, la intervención del Estado se caracteriza por promover una rápida acumulación de capital, progreso industrial por la vía de la sustitución de importaciones, así como, el desarrollo del mercado interno, o desarrollo hacia adentro. A través de este proceso el Estado inicia actividades económicas industriales en sectores seleccionados, y una vez productivos, los traspasa al capital privado. En una segunda etapa, el Estado promueve las estrategias de desarrollo orientadas hacia fuera con el objetivo de conducir a un mejor desempeño económico, en términos de exportaciones, crecimiento económico y empleo, superando las estrategias de desarrollo orientadas hacia adentro. Para lograr esto, el Estado estimula a sus empresarios hacia actividades exportadoras vía franquicias y facilidades tributario-administrativas y también vía subvención de precios en el mercado interno. La tercera etapa consiste en impulsar decididamente las exportaciones más intensivas en tecnología y trabajo especializado, concentrándose en una gama de productos de más alto valor agregado, lo que no sólo incrementa su competitividad en el exterior, sino que en el interior estas nuevas industrias de exportación ya no constituyen enclaves de exportación 71 Teotonio Dos Santos. The Crisis of Development Theory and the Problem Dependence in Latin America. Siglo XXI Vol. 21 1969 pp. 2-3 72 Ver:Gary Gereffi and Stephanie Fonda. Regional paths of developmemnt. Annu. Rev. Sociological No. 18 p. 424-425. y David Levi-Faur. The developmental state: Israel, South Korea and Taiwan compared. En: Studies Comparative International Development. No. 1 Vol. 33 (Spring) Pennsylvania 1998 pp. 65- 93. Materiales de Estudio 83 84. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle como la primera etapa, sino que promueven elevados niveles de integración con una base industrial local mucho más desarrollada. Lo típico de los países asiáticos, dentro de todo esto es haber creado una estructura dual, flexible, que promueve tanto el desarrollo hacia adentro, como las exportaciones alternándolas o combinándolas, según las condiciones prevalecientes en el mercado regional o mundial. Por consiguiente, la experiencia asiática obliga a revalorar el papel del Estado en la vida económica frente a la retórica neoliberal que proclama su ineficacia y propugna por su desaparición. A través de una concepción pragmática de aplicación de “multimodelos”; los países asiáticos lograron exhibir altos ritmos de crecimiento económico y de desarrollo social 73 El nivel de intervención estatal en los casos más notables (todos ellos menos Hong Kong) es alto, siendo capaces de combinar la propiedad estatal con la política de liberalización comercial, lo cual es muestra evidente de que la crítica de derecha al control del Estado es más bien absurda. Hans W. Singer (1970)74 al explicar la relación desarrollo-subdesarrollo, señala que esta es una especie de gancho en la que los países más ricos crecen más rápido sobre la base de tecnologías intensivas en capital, y el mejoramiento de los indicadores de mortalidad, salud. Mientras que en los países pobres- explica Singer- existe una explosión demográfica, el riesgo de altos niveles de desempleo, falta de un personal calificado para el desarrollo tecnológico etc. 2.3.3. Idea del otro desarrollo A mediados de la década del 70’, apareció un documento de particular relevancia, el cual, plantea la idea del “otro desarrollo” (1975). 75 Esta perspectiva de futuro sugería un desarrollo necesariamente orientado, con énfasis en los factores internos, sobre bases propias, ecológicamente sano, y basado en transformaciones estructurales. Esta concepción, sugiere tomar en consideración las necesidades humanas, colocando primariamente a aquellos que han sido explotados y privados de sus derechos. Por otra parte, la idea sobre el “otro desarrollo” reconoce la importancia de la equidad, la libertad de expresión, así como, el desarrollo de la capacidad de convicción y creatividad. Según esta perspectiva, cada sociedad es libre de operar de acuerdo con sus valores y cultura, articulando su propia visión del futuro. Propugna sobre esta base la idea de que no deben de existir modelos universales, y de que, una sociedad tiene que confiar en sus 73 Ver: Colin Leys. The crisis in ´Development Theory´. Op cit. p. 49. Gary gereffi. Rethinking development theory. Insihts from East Asia and Latin America. En: Comparative National developmet: society and Economy in the New Global Order. Chapel hill: University of north Carolina Press, ( Editores A. Douglas Kincaid and Alejandro Portes) 1994 pp. 26-53. 74 Hans W. Singer . Dualism Re-visited: A New Approach to the Problems of Dual Society in Developing Countries.Journal of Development Studies. Vol. 7 No. 1 octuber 1970. Citado por S.C. Dube op. cit. p 44. 75 Este documento aparece en sincronía con la Séptima Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas bajo el siguiente título en inglés What Now: Another Development. The 1975 Day Hammars kjôld. Report on Development and International Cooperation. 84 Materiales de Estudio 85. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV fortalezas. Esta postura sugiere además, colocar en el centro del desarrollo el uso racional de la biosfera, respetando los ecosistemas locales. En una dimensión que interrelaciona lo local y lo global, -la concepción del “otro desarrollo”- destaca la necesidad de transformaciones estructurales que tomen en consideración desde la pequeña comunidad hasta los vínculos humanos de carácter global, sugiriendo que ello involucre la participación de los diferentes mecanismos de decisión. Otro punto que plantea como importante en el desarrollo, es la capacidad de autogobierno, al indicar que este debería contar con fortalezas para la acción. El efecto es que se amplía así la concepción del desarrollo, que implica mucho más que crecimiento, ya que no se refiere al dinamismo de los principales agregados económicos, sino a su estructura y proyección política y social. Según esto autores como Marshall Wolfe (1976), definen el desarrollo como “procesos de crecimiento y de cambio relacionados sistemáticamente entre sí, que expresan una aspiración por una sociedad mejor”76 2.3.4. Estilos de desarrollo Siguiendo el planteamiento anterior, se destacan autores como Aníbal Pinto 1976, manejando la idea de “estilos de desarrollo” como categoría de análisis, para designar las relaciones capitalistas, socialistas y las consiguientes estructuras de países desarrollados y subdesarrollados. Definiendo “estilo” como la opción política, social y económica adoptada dentro de un sistema y estructura determinados. 77 En lo económico, Aníbal Pinto define el “estilo de desarrollo” como “la manera en que dentro de un determinado sistema se organizan y asignan los recursos humanos y materiales con el objeto de resolver los interrogantes sobre que, para quienes y como producir los bienes y servicios”.78 En el ámbito teórico analizado se encuentran definiciones que sintetizan lo planteado, cuando en el punto de vista de la CEPAL hacia finales de los 70´, se plantea que “el desarrollo debe ser concebido como un proceso integral caracterizado por la consecución de metas económicas y sociales que aseguren la participación efectiva de la población en el proceso de desarrollo y en sus beneficios, para lo cual se hace necesario realizar cambios estructurales profundos en dicho ámbito como prerrequisito para el proceso de desarrollo integral a que se aspira”.79 En esta línea de pensamiento, se coloca como algo esencial la necesidad de desplegar esfuerzos para el desarrollo de cambios cualitativos y estructurales de las estructuras tradicionales que limitan el progreso social y el desarrollo económico. También son cuestionadas las estructuras subyacentes que determinan esos fenómenos, refiriéndose al 76 Marshall Wolfe. El desarrollo esquivo: exploraciones en la política social y la realidad sociopolítica, México D.F. Fondo de Cultura Económica, 1976 pp. 23 y ss. 77 Aníbal Pinto. Notas sobre estilos de desarrollo en América Latina. Revista de la CEPAL No. 1. Santiago de Chile primer semestre de 1976. Publicación de las Naciones Unidas, s76.II G.2 pp. 97 y ss. 78 Ibidem p. 104. 79 CEPAL. Evolución de la ciudad de la Paz. E/CEPAL/1083/Rev. 1. 1979 p. 211. Materiales de Estudio 85 86. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle desarrollo y relaciones con los países imperialistas a partir del dominio de las relaciones capitalistas y el poder político de las oligarquías monopolistas.80 2.3.5. Balance de un paradigma su efecto en el decenio de los 80s Al hacer el balance de la evolución sobre la construcción de un “paradigma” de desarrollo en los años 70, habría que reconocer, que este escenario enfrentó desafíos que colocaron a la economía mundial en una situación de crisis y recesión, en la que fueron involucrado la mayoría de los países en desarrollo, con lo que el pensamiento dominante de la “economía neoclásica” sobre el desarrollo se vio sometido a un fuerte retroceso. El resultado de los desajustes generados por esta crisis económica y de pensamiento fue que el decenio del 80 comienza con una situación de crisis del Sistema Capitalista. Ello se hizo evidente en los desequilibrios financieros y comerciales, los cuales, afectaron con particular fuerza a los países subdesarrollados, como consecuencia de esto se hace latente la llamada “crisis de la deuda externa“. Por consiguiente, uno de los rasgos que tipifica parte de la década del 80´, es la aguda polémica “Norte-Sur” para hacerle frente a los problemas de la deuda externa. En esta lucha fueron significativos los esfuerzos del pensamiento cubano, a través de la figura de académicos y del Presidente Fidel Castro Ruz81, sugiriendo importantes propuestas para enfrentar los problemas relacionados con la deuda. Por otra parte, los años 80, comienzan a ser caracterizados por la importación de paquetes de medidas económicas dirigidas a la estabilización, la liberación del comercio, la regulación y el ajuste asociado con cambios estructurales. En ello fueron muy activas las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial coincidentes en la propuesta de “ajuste estructural”. La finalidad de estas medidas era recuperar el capital que se encontraba en los países subdesarrollados en formas de deudas. Estas propuestas tienden a marcar una nueva fase en la promoción del “desarrollo” de estrategias consistentes en políticas monetarias, desde la economía de los países capitalistas desarrollados, que responden al discurso de la ideología neoliberal. Este programa de ajuste estructural estuvo dirigido a estabilizar los desajustes existentes entre la demanda domestica agregada y la disponibilidad de recursos. Es decir, la finalidad era establecer una posición de equilibrio en el balance de pagos, y paliar la inflación con una alta tasa de crecimiento estable y el mejoramiento del consumo per cápita. Sin embargo, en términos sociales tales políticas de ajuste significaron retrocesos debidos al gran peso que ocuparon en su contenido las medidas dirigidas a recortar los gastos sociales en el presupuesto estatal. Esto tuvo particular significación para la población de las economías subdesarrolladas. Hacia fines de los 80´ la polémica en torno al desarrollo, gira alrededor de reexaminar los efectos económicos y sociales que resultaron de la acogida por parte de los países subdesarrollados, de las políticas de ajuste antes mencionadas. De esta manera comienzan a ser modificadas estas políticas, y son sujetas a estimular crecimientos más elevados, con la 80 Osvaldo Martínez. Tercer Mundo y Economía Mundial. Selección de trabajos. Editora Política , La Habana 1983 p. 46. 81 La literatura económica de la década del ochenta en Cuba es reflejo de ello. Un estudio sobre ello se podría encontrar en Libro la Crisis Económica y Social de los países subdesarrollados. 86 Materiales de Estudio 87. Segunda Especialidad en Gestión del Bienestar Social Sección Post Grado FCCSS-UNFV particularidad, de que esta fase del pensamiento sobre el desarrollo va colocando como centro los aspectos sociales. 2.3.6. Idea sobre la “human face” o cara humana del desarrollo En este ámbito se promueven variaciones que se sintetizan en la fraseología de “ajuste con crecimiento y equidad”, se coloca así el énfasis en la idea sobre la “human face” o cara humana del desarrollo.82 Esta alternativa de pensamiento evidencia la búsqueda de un crecimiento resistente a la ideología neoliberal, que tiende a colocar la atención en el “desarrollo social”, el cual resalta los aspectos vinculados a la calidad de la vida y las necesidades humanas. Una definición suficientemente crítica de lo que debería ser el desarrollo y que se contrapone al enfoque neoliberal, en esta época es posible encontrarla en Michel P. Todaro, al destacar que el “desarrollo debe concebirse como un proceso multidimensional que implica cambios de las estructuras, las actitudes y las instituciones, al igual que la aceleración del crecimiento económico, la reducción de la desigualdad y la erradicación de la pobreza”.83 Todaro sugiere además, que el desarrollo debe representar toda la gama de cambios mediante los cuales todo un sistema social, atento a las diversas necesidades básicas y los deseos de individuos y grupos sociales integrantes de ese sistema, se aleje de una condición de vida percibida generalmente como poco satisfactoria y se aproxime a una situación o condición de vida considerada “mejor” en sentido material y espiritual. Esta concepción deja claro que el desarrollo debe tener metas colectivas e individuales, y que debe fundamentarse en la nación, ser sistémico, endógeno y abierto, sin que ello signifique deterioro social. 2.4. Nueva teoría del crecimiento Hasta aquí se han colocado los principales supuestos que han caracterizado la idea del desarrollo, sin embargo cabe preguntar si ello significó el abandono total de la teoría del crecimiento. Al realizar el balance sobre la reformulación de la teoría del crecimiento, es importante indicar que esta no ha sido desechada en el tiempo. A pesar de la enorme polémica que causaron sus insuficiencias ha continuado siendo básica para explicar las tasas de crecimiento de un país, así como, las causas de las diferencias entre las tasas de crecimiento y rentas per cápita de los distintos países. Según esto es posible distinguir nítidamente dos períodos en el recorrido de esta teoría, el primero ubicado en los años 50 y en los 60´ y el segundo, a finales de los ochenta y en los noventa. En el primer periodo las investigaciones dieron a una polémica en torno la teoría del crecimiento, entre sus representantes fue destacado el modelo de Robert Solow (antes estudiado). Los estudios más recientes se conocen con la denominación de teoría del crecimiento endógeno, sus primeros aportes se debieron a los trabajos de Paul Romer, con su trabajo Increasing Returns and Long-Run Growth. En Journal of Political Economy octubre 82 G. Cornia, et al. Ajustment with a human face. Clarendon: Oxford University Press 1988. Citado por Laksiri Jayasuriya. Op. cit 173. 83 Michael P. Todaro op. cit p. 168. Materiales de Estudio 87 88. Sociología del Desarrollo Raúl E. Porras Lavalle 1986 y de Robert Lucas con el título en inglés “On the mechanics of economic development”. En: Journal of Monetary Economics, July 1988. 2.4.1. De Solow a Romer: una relación de continuidad Del modelo de Solow, parte la nueva teoría del desarrollo iniciada por Romer (1986), la explicación de este autor añade 3 presupuestos que son básicos en su teoría: a) asume que las utilidades sociales de la inversión son mayores que las privadas debido a las externalidades (tecnológicas); b) presupone que si el capital se define más ampliamente, su peso dentro de la producción es mucho mayor que medido tradicionalmente; c) y presenta la idea del progreso técnico como el resultado endógeno de I+D orientado a la comercialización.84 Partiendo de estos supuestos Romer, elabora un modelo con una función de producción de bienes y otra para ideas: Y = K(ALy)1- . Describiendo como el capital K y el trabajo L, se combinan para producir Y, usando el stock de ideas A,85 en este marco plantea la existencia de rendimientos crecientes de escala debido a la acción dinamizadora con que actúa el conocimiento (A). Asume el criterio de que el comportamiento de A se explica solo por la tasa en que los trabajadores N producen nuevas ideas, planteando la siguiente ecuación  = LA (siendo  esta tasa) deduciendo de ella que los rendimientos serian siempre crecientes, añaden además, dos variables referidas al proceso de Investigación y Desarrollo (I+D), la cuales se refieren a la tasa de invenciones en que otros se adelantaron, o se trabaja simultáneamente , con  < 1 y la tasa en que se utiliza el stock de conocimiento para lograr nuevas mejoras tecnológicas , con  0 y 0


Comments

Copyright © 2024 UPDOCS Inc.