Poemas fruteros renzo huerta

April 28, 2018 | Author: Anonymous | Category: Documents
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POEMAS FRUTEROS Sobre cavilaciones y lejanías. DIPLODOCO DIPLODOCO “Ser poeta, hace algún tiempo, era algo divertido” Alexis Díaz Pimiento A mis mujeres. RENZO HUERTA PALHUA ESTE POEMARIO OCUPÓ EL TERCER PUESTO EN EL CONCURSO CELIT POESÍA 2014, ORGANIZADO POR LA EAP DE LITERATURA DE LA UNMSM Resultados publicados el 04 de noviembre de 2014 en la Fb Page: Celit San Marcos, siendo jurados el Poeta Carlos López Degregori el Poeta Óscar Limache y el Mg. Eduardo Lino. FRONTERA Come back, lúdica entre gases y narices (nunca precaria) expectoraste códigos de otras fronteras, casi militar y atragantada de mar allí estás -siempre estás- sin poder pronunciar que yo soy el gallinazo metálico extendiendo las axilas hacia ti --amanzanada verdad-- que soy un pasaporte de papel crepé y que me confunden a diario con un aeroplano sobre el techo en sombra, peregrino motor del nunca fue --enaceitado— y allí estás atragantada en el mar sin poder pronunciar que fui el dinosaurio aparecido en tu almohada de niña y que me negué a cualquier conjetura que me extinga, que para ti soy del color de una manzana mordida y oxidada y que soy una mala palabra en tu ventana y recién lo admito. Soy siempre listo y colapsante para el despegue y el engaño, caracola. FOTOGRAMA ¿Algún paraje de las niñas cuando mueren? No acoto la carencia de nitrógeno en el pulmón izquierdo, uno de los dos siempre el más inmenso ni la condolencia en el hombro del abrigo ni el pequeño preguntando a donde fue el que nunca fue peregrino ¿Algún jirón? Tanteo reja morada y rozo el pulgar en el número impar de la casa buscas a la gente debajo de la cama, rasco la memoria de la caspa y las fosas de tu cara no hacen ni sístole del no respiro. Fotograma Al azar repalpo en el melocotón del día, cruzo pasos a desnivel siguiendo huella de la camioneta que te lleva y creo en tu movimiento prematuro, en la ausencia retardada. ¿Lote sin durazno? dicen que es placa-manzana como lo tuyo favorito, seguro de alguna embajada en la frontera tan cercana. Y eres aérea pero sin puerto, sin la bota metálica del motor que es esperada por un pez espada condensado de agua. Quizás tus medias se cambian por ahí ¿Algún paraje de las niñas cuando mueren? Sepia fotograma matrimonial propuesta observa Untada tu manzana encefálica en mi húmero hueso saborea el fluido de la hecatombe ocular se tienta tu ojo en la arena y piensas que el cielo es una chirimoya abierta cavilación absurda abierta chirimoya sostenida en un plato sopero atrofiado de alcohol y de sal y la pepa es gallina sin zo y tu mano respuesta remedo de figuras superpuestas todas siempre dispuestas a bailar (sin carroña ni naranja lactosa) la frutera pieza nupcial. III Piedra de playa miraflorina, avenida Berlín. La única forma que conocía de llegar a su casa antes de impregnarme de Campiña era por un paseo que algunos dicen que es de la república en minúscula. Nos bombardeaban con rinocerontes y rock de los 80’s; los oficinistas perdían identidad mientras comían mandarina y ella llevaba medias la primera vez que besé su pie. Éramos brazos universitarios en concierto, el “poco a poco” sin el “otra vez”; fuimos las coca colas de los marxistas que nunca leyeron a Marx; tu mamá queriendo que la digan vieja sin diminutivos; tu papá ausente, casi muerto, mostrando la manzana desafiante: no habla, el micro con las luces apagadas, nuestro amor social no intelectual, éramos un auto hermético atorado en el tráfico con la música a todo volumen, fuimos el taxista sudoroso de las axilas de plátano abombado y menos; el hermetismo intentado, duraznos de Barranco, transeúntes saludando, rencores de las seis de la tarde. TRASPASE SALIVAL EN LA FRUTA ANATÓMICA Cebra monolineal del no cuerpo, muela de juicio, pepa de durazno atorada, atiende y abre el párpado ceroso: juego al azar en sombra ( no jazz) y palpo la raya que divide tu comisura dual tan brutal y leporina de la falsa lamación. ( como el mono que chupa el naranjo podrido y finge el disfrute) Papila curvilínea y lo informo (bipolaridad de lo blando) sin paradoja Tiendo tu ropa-pantalonetas de cereza- y a resistir pero me ahogo del cambio interactivo. Boca achirimoyada no verde sí blanca (cruda afirmación de la tercera molaridad, no de juicio) ahuesada bailante en el diafragma atorturada. No tengo miedo ( ni de fruta anatómica) Siempre fuiste: bicálido animal . V Los abuelos en la casa son la imagen inversa del pequeño gritando en otros códigos el primario balbuceo. Han tirado el colchón en la sala y el foco es pera gigante, existe la tendencia de que los ambientes se confundan, los muebles se pueblan de colchas, cáscaras, mantas y carteras, las mayólicas se abrigan con esponjas de animales. Juegan en la cama sin tarima encima de las telas, los abuelos de la casa. El televisor aporta la música de fondo con plátanos hablando, imágenes gruesas y casi toscas de lo nunca imaginario, la relación de 47 años de los abuelos se reinventa sobre la cama, curiosamente como antes sin el ornitorrinco comiendo la frambuesa, se reinventa, con el nieto trocito de cuerpo de por medio, como antes, sin sexo. PARIDA i. Respiro primario, toronjita entumecida entre dos extremidades arrinconada escupes de lo amniótico la bocanada artesanal bulto placentero por placenta rompiente del hueso maternal, aguarda un poco más ii. Mamá papaya puja que puja y el papá menudo asunto lagrimal VII Suena Lunes por la madrugada de Los Abuelos de la Nada. No hubo poema uno. Todo era el olor a champú que usaba en un colegio internado mixto, el saxo que se escuchaba en la ducha contigua, el cuarto de tres camas, las toallas sucias compartidas, la bañada a medio cuerpo, las nubes tragándose entre ellas y yo comiendo el viento con cuchara, el cuarto a oscuras después de la tirada de pera y viene; las sombras del baño y los cepillos esparcidos con la espuma del jabón, el alcohol que sabe a desodorante y las voces amigas llamando, nuestro comunismo a medias, la señito de limpieza cómplice tirando las llaves de los cuartos, las cámaras que nunca funcionaron y la zurra, el encuentro, la voz de la nariz más rica del colegio exigiendo que la lleven lejos de una vez, esta fue una cárcel que sabe a fruta al igual que la duda de dónde está lo lejos. Eso es- egoístamente mío. POSTDATA: Estoy extendido en el techo comiendo fruta. Los tendales vacíos, me gustaría decir que es de madrugada pero el sueño no me deja no cumplí la promesa; no obstante, ten en cuenta que sigo lavando tus calzones, aunque tú ya te hayas muerto.


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