UNLP FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN FÍSICA PROFESORADO EN EDUCACIÓN FÍSICA TEORÍA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA 1 MONOGRAFIA FINAL TEMA: EL CUERPO Y LA BELLEZA, ¿CONSTRUCCIONES SOCIALES? INTRODUCCION A menudo se establece el debate entre quienes consideran al cuerpo como una construcción social y quienes defienden la postura del cuerpo como herencia biológica, lo que da lugar a dualismos y conclusiones guiadas según las diferentes teorías previas que conciban los autores; es por eso que hablar de cuerpo, implica establecer el campo en el que se va a desarrollar la explicación, para llegar a una conclusión coherente. ¿El organismo es un componente del cuerpo? ¿Son dos cosas totalmente diferentes? Si así lo fuera ¿existe una independiente de la otra? ¿Un cuerpo es producto de un organismo o viceversa? Son varias de las preguntas que surgen si nos ponemos a pensar sobre el cuerpo y el organismo, la construcción social o la herencia biológica; preguntas que no pueden ser respondidas sin previamente hacer un viaje por las diversas hipótesis surgidas anteriormente. Las distintas concepciones de cuerpo y la belleza, siempre están condicionadas por distintos factores y es preciso citar a lo largo del desarrollo de este trabajo la función que ejerce el estado, la medicina o el sistema que se imponga para fomentar el consumo, sobre la sociedad, de forma tal que estos determinan finalmente que es lo que debe ser aceptado como bello o que tipo de cuerpo debe uno construir para triunfar. 2 DESARROLLO El cuerpo, la belleza, son términos difíciles para dar una definición acabada ya que siempre están ligados a la teoría y a la subjetividad. O bien todo discurso sobre el cuerpo humano nunca puede ser neutro, ya que hablar del cuerpo obliga a aclarar mas o menos uno u otro aspecto a la vez prometeico y dinámico de su poder mitico, del alma y de su anhelante deseo de goce; y ese otro aspecto trágico y lastimoso de su temporalidad, de su fragilidad, de su deterioro y precariedad; por lo tanto, toda reflexión sobre el cuerpo es ética y metafísica: proclama un valor, indica una cierta conducta y determina la realidad de nuestra condición humana1. En esta lógica es que, siguiendo un enfoque constructivista, se plantea el dualismo entre el cuerpo y organismo. El cuerpo es construido diferente del organismo (basado en la hipótesis psicoanalítica de la realidad – como aquello que es construido por la mente humana – y lo real, como aquello que esta por fuera del constructo de la mente humana y existe por fuera de ella siendo la referencia, incognoscible, de las construcción de la realidad): se nace con un organismo (lo real, orgánico e incognoscible) y el cuerpo seria secundario, es precisamente aquello que se construye; el hombre al reconocer, apropiarse y transformar, el organismo, en constitución cultural es que se produce el cuerpo. Aquí es que aparece el rol fundamental de la capacidad del hombre de significar mediante el lenguaje, de darle sentido al mundo que lo rodea a través de nombrar las cosas. La incorporación del cuerpo a la cultura le exige a su vez incorporar a si mismo la cultura; dando lugar a un cuerpo social (conformado dentro de los parámetros y normas de cada cultura), habiendo partido de un cuerpo individual2 . Este cuerpo social no es libremente adoptado por los cuerpos individuales, ya que siempre esta presente la acción, de lo que José Ignacio Barbero Gonzales, llama “sistema capitalista”, el cuerpo de las personas aparece siempre sujeto por un conjunto de practicas, saberes y normas que le dan forma, y al hacerlo, recrean y glorifican unas determinadas creencias y valores. En este contexto se establece la imagen corporal como activo que condiciona el éxito o fracaso, como agente comercial/relacional de primera magnitud, es decir, en todos los aspectos de la vida, desde la posibilidad de obtener un empleo hasta la oportunidad de conseguir una novia. De esta manera, los nuevos indicadores del capital físico pasan a ser las apariencias externas, significando el valor (físico y moral) de una persona, y la proximidad con los modelos prefectos (que no son mas que una estrategia comercial del cuerpo que se vende, forjado 1 2 Bernard Michel. “El cuerpo”. Biblioteca de técnicas y lenguajes corporales. Crisorio, Ricardo Luís. Año 1998. “Constructivismo, cuerpo y lenguaje”. Publicado en la revista “Educación Física y Ciencia” [con referato]. 3 por la clase dominante, que se reactualiza constantemente – un cuerpo joven, perfecto, lleno de vida- y orientan al consumo de las dietas, gimnasios, ropas determinadas, etc.), otorga valores mayores3. Bajo esta lógica la creación y universalización del ideal de belleza, constituye uno de los grandes éxitos de la ingeniería consumista. Para legitimar estos mecanismos de control, el sistema capitalista recurre a conceptos de una esfera socialmente aceptada y privilegiada, como es la medicina. Esta actúa como practica pedagógica (apuntala un sistema de representación del cuerpo que es compatible con la marcha de la economía, con el orden y los valores de la clase dominante) e instala al cuerpo como objeto de consumo, basado en dichos ideales de belleza como “cultura física” y generando “vergüenza del cuerpo y de clase” a quienes no viven bajo este modelo4; o bien, la medicina, actúa como ciencia política, que se introduce en la sociedad instalando conceptos y relaciones, (como el ejercicio físico y la salud), para provocar un autocontrol en la sociedad, y a nivel individual, tan naturalizado que resulta casi imperceptible5. Por otra parte, podemos decir que, los cuerpos se experimentan menos que la imagen que de el proyecta el contorno social, y es claro que esta imagen está estrechamente ligada al lugar que el individuo ocupa en la sociedad y en la jerarquía de clases. De esta manera, los ricos y los pobres no tienen el mismo cuerpo, y cada clase social produce una “cultura somática” especifica, basada en las conductas físicas y desarrollando un conjunto de normas que rigen la relación entre el individuo y su cuerpo. En este sentido, es claro, que cuanto más elevada es una clase social, mayor es el interés que se le presta al cuerpo. Las clases populares mantienen una relación más bien instrumental con su cuerpo, pensando no tanto en al forma sino en la fuerza. Las clases altas, por el contario, mantienen una relación de interés y cuidado por la forma (ya que el cuerpo es signo de status que marca el lugar del individuo en la jerarquía de clases, y como se menciono anteriormente es un factor fundamental en las probabilidades de éxito o fracaso). Se puede ver claramente la diferencia en la relación corporal o el uso del cuerpo, que emplean los individuos de diferentes clases sociales, en su trato con las enfermedades; es decir, las clases superiores suelen prevenirse (precisamente porque los individuos están atentos a su cuerpo y los síntomas), mientras que en las clases populares, la enfermedad, se experimenta como una fatalidad ya que no pudieron descifrarse los síntomas a tiempo y llamar al medico constituye el ultimo recurso, al cual se apela cuando el individuo no puede trabajar mas y siente sus fuerzas agotadas. En esta lógica es que el cuerpo de las clases 3 Barbero González José Ignacio. “La cultura de consumo, el cuerpo y la educación física”. Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal. Facultad de Educación. Universidad de Valladolid. 4 Denis Daniel. “El cuerpo enseñado”. Biblioteca de técnicas y lenguajes corporales. Ediciones Paidos Barcelona – Buenos Aires. 5 Pedraz Miguel Vicente. “Poder y cuerpo”. Año 1997. Publicado en la revista “Educación Física y Ciencia” [con referato] del Departamento de Educación Física de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. 4 populares es meramente una herramienta de trabajo, indispensable para sobrevivir y para producir6. Es preciso aclarar que aquella imagen del cuerpo que se proyecta, es decir, esa representación del verdadero cuerpo, en casos es también tomada como representación de la personalidad del individuo. En tiempos feudales, los escudos, yelmos e insignias de familia constituían el carácter de la persona, el status social y la noción de “honor” de la persona. Con el tiempo, el concepto jerárquico de honor por herencia fue reemplazado de forma gradual por la noción del caballero como producto de la educación; o sea que el status era adquirido con la cultura de una educación privada, los meritos y los logros, de esta manera se reemplaza el contenido de honor en la personalidad por la dignidad7. Si analizamos nuestro tema central, desde un enfoque más biológico, es decir, mas relacionado a una visión evolucionista; podemos partir de las diferencias entre el hombre y los animales, planteando en primer lugar la particularidad que tiene el ser humano de completar su desarrollo aún después de separarse del seno materno, es decir que tanto el desarrollo del organismo humano como el proceso por el cual se llega a ser hombre se producen en interrelación con el ambiente. Aquí interviene una segunda capacidad humana, que es la particular relación del mismo con el ambiente. Gracias a la inespecificidad y el grado menos desarrollado y carente de dirección de sus impulsos (en contraposición al alto desarrollo de los impulsos de los demás animales, que condicionan su relación con el ambiente, delimitándolo geográficamente, haciendo que vivan en mundos cerrados, cuyas estructuras están determinadas por su capital biológico), el ser humano ha adaptado y aplicado su constitución interna a cualquier tipo de ambiente y a una amplia gama de actividades, que varían y se diversifican constantemente. Sin embargo, este ambiente en e que se desarrolla el hombre no es solo natural, sino que también esta dado por un orden social y cultural especifico, mediatizado para el, por los otros significantes a cuyo cargo se halla. Así es como no hay naturaleza humana biológicamente establecida, sino tan solo unas constantes antropológicas (por ejemplo la apertura al mundo y la plasticidad de la estructura de los instintos) que simplemente delimitan y permiten las formaciones socioculturales. Es decir que el hombre construye su propia naturaleza, su condición de humanidad, desde la cultura. En esta lógica, los presupuestos genéticos se dan al nacer, pero el yo humano como identidad reconocible esta determinado por los procesos sociales que atraviesa. A partir de la relación de estas dos variables, el organismo y el yo humano, se plantea un dualismo (similar al planteado anteriormente de cuerpo y organismo) entre la idea de “ser un cuerpo” y “tener un cuerpo”. El ser humano es un cuerpo como idea biológica, al igual que cualquier organismo animal; pero a su vez tiene un cuerpo, es decir, se 6 7 Denis Daniel. Ob. Op. Cit Pág.4 Turner, B. Año 1984. “El cuerpo y la sociedad”. Fondo de Cultura Económica, México. 5 experimenta a si mismo, como entidad no idéntica a su cuerpo sino que por el contrario, tiene un cuerpo a su disposición; cuerpo que construye a través del intercambio con la cultura8. Ahora bien si nos enfocamos un poco mas en lo que hace al ámbito deportivo, la construcción social de los usos y valores del cuerpo, hace visibles las pertenencias, diferencias y relaciones sociales de sexo; y las categorizaciones de masculinidad y femineidad confunden la naturaleza y crean desorden en la cultura. De esta manera, si bien cada sexo tiene como objetivo la busca del máximo rendimiento, la relación con el cuerpo y su capital es diferente; porque de por si es desigual la distribución de hombres y mujeres en los deportes y disciplinas. En esta lógica es que los hombres se asocian a la musculatura, el vigor, la fuerza mientras que las mujeres aparecen vinculadas a prácticas estéticas, las apariencias, la gracia y la belleza9. Analizando el concepto de belleza como construcción social, podemos dirigir nuestra búsqueda de una explicación hacia infinitos terrenos, ya que es un concepto que tiene sus puertas abiertas a una gran cantidad de interpretaciones. Si bien se puede definir como “propiedad de las cosas que nos hacen amarlas, infundiéndonos un deleite espiritual10”, o se le atribuyen sinónimos como atractivo, hermosura, lindeza, preciosidad; la belleza tiene una doble cara: por un lado la percepción particular de la belleza, a nivel individuo, varia constantemente, es decir que para dos individuos una misma persona o una misma cosa puede ser bella o no, o puede ser muy hermosa o no tanto, lo cual da la pauta de que siempre que se habla de algo bello se hace referencia a una mera interpretación personal. Pero hablar de que algo es bello o no, a su vez da muestras de la influencia del aparato consumista en la sociedad, que nos dice qué es lo bello, nos define qué es belleza y nos establece modelos corporales a los cuales nos gustaría parecernos, a través de patrones culturales (televisión, revistas, desfiles, cine, etc.) que impregnan todo el tejido social11. De esta manera, esa subjetividad que da lugar a las múltiples interpretaciones de los individuos acerca de la belleza de algo, siempre esta condicionada u orientada hacia un estereotipo de belleza que es preestablecido, haciendo que la gran parte de las interpretaciones individuales coincidan en algún punto con el modelo impuesto. En este sentido, que anteriormente nombramos, la universalización de los cánones de belleza constituyo uno de los éxitos mas obvios de quienes manejan a la sociedad consumista; esta universalización dio lugar a que los valores físicos y morales de los individuos, estén ligados a las apariencias externas y dependan de la lejanía o proximidad de los modelos perfectos, y esto 8 9 Berger y Luckman. “La construcción social de la realidad”. Louveau Catherine. “Cuerpos dominados, cuerpos en ruptura”. Jean-Marc Lachaud, Olivier Neveux (Dir.). Ediciones Nueva Visión Buenos Aires. 10 Diccionario Karten. Karten Editora S.A. 11 Barbero González José Ignacio. Ob. Op. Cit. Pág.4 6 a su vez se transmite e interna en la sociedad, estableciendo como primordial la buena figura, como aseguradora de mas poder, como pasaporte hacia todo lo bueno de la vida12. CONCLUSION 12 Barbero Gonzáles José Ignacio. Ob. Op. Cit. Pág.4 7 Luego de este paseo por los aportes de distintos autores, expondré lo que yo considero como cuerpo, tomando lo que crea conveniente de cada uno. Es verdad que cada individuo nace con un organismo, una constitución biológica, los presupuestos genéticos que heredamos de nuestros padres; pero el organismo en si, en ciencias sociales, resulta incognoscible (a lo mejor las ciencias medicas en su mesa de disección pueden dar explicaciones sobre el organismo, pero la ciencias sociales experimentan el cuerpo que representa a ese organismo). El cuerpo se construye, lo construye uno y a su vez la sociedad, esta interacción hace que el individuo se experimente a si mismo y se moldee, es decir, que le de forma a ese organismo que hereda, para satisfacer o alcanzar lo que la sociedad considera como un cuerpo exitoso. En esta lógica es que un mismo organismo puede tener mas de un cuerpo, es decir, que la representación que de este genera la sociedad varia según el ámbito en que se desenvuelva y de acuerdo a las condiciones dadas en el ambiente (considerando a este como lo nombran Berger y Luckman, un ambiente natural, social y cultural), de forma tal que por ejemplo una persona puede ser muy correcta en su trabajo en una oficina, con un cuerpo como se requiere esbelto, perfumado, bien vestido, perfecto, con todas los requisitos para triunfar en esa esfera; y a su vez ese mismo individuo lo podemos encontrar en un estadio de fútbol, dentro del sector de la barra brava, sin mas que un pantalón, y unas zapatillas, gritando e insultando, y allí también esta representando un cuerpo acorde al ambiente, un cuerpo que tiene posibilidades de ser aceptado en ese ámbito y de triunfar; pero el organismo sigue siendo el mismo, el individuo es el mismo pero la representación que de el se genera da lugar a un “doble cuerpo”. Es verdad también, que la construcción de los cuerpos está delimitada y orientada por la medicina y la ingeniería consumista, que funcionan como aval y promotor de los modelos de cuerpos. En este sentido es que se inserta la idea de triunfar del ejemplo anterior. El triunfo esta dado por la proximidad a los modelos de cuerpos que se establecen en cada ámbito, no es el mismo modelo (incluyendo desde la forma de vestirse hasta el trabajo muscular que tenga el cuerpo)que se requiere para trabajar de seguridad en un boliche o para ser aceptado en una barra brava que el necesario para ejercer como gerente de ventas de alguna empresa; y esto esta preestablecido en la sociedad de forma tan naturalizada, que quien quiera triunfar en determinado emprendimiento, sea el que sea, debe, no solo perfeccionar su inteligencia o habilidades que se requieren, sino también moldear su cuerpo para no desentonar en dicho entorno. En cuanto a la belleza, no tengo mucho más que aportar, considero que la sociedad construye un ideal de belleza, también representado en modelos y difundido por patrones 8 sociales, como la televisión o las revistas; pero ese ideal de belleza esta sujeto a la subjetividad del individuo, ya que como se menciono anteriormente, una misma cosa puede parecerle bella ante los ojos de determinada persona y no así ante la visión de otra. Aunque también confirmo la idea de que existe siempre un factor común, es decir, que es imposible escapar por completo a esa delimitación que hace la sociedad sobre los ideales de belleza. 9 BIBLIOGRAFIA • Barbero González José Ignacio. “La cultura de consumo, el cuerpo y la educación física”. Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal. Facultad de Educación. Universidad de Valladolid. • • • • • • • Berger y Luckman. “La construcción social de la realidad”. Bernard Michel. “El cuerpo”. Biblioteca de técnicas y lenguajes corporales. Crisorio, Ricardo Luís. Año 1998. “Constructivismo, cuerpo y lenguaje”. Publicado en la revista “Educación Física y Ciencia” [con referato]. Denis Daniel. “El cuerpo enseñado”. Biblioteca de técnicas y lenguajes corporales. Ediciones Paidos Barcelona – Buenos Aires. Diccionario Karten. Karten Editora S.A. Louveau Catherine. “Cuerpos dominados, cuerpos en ruptura”. Jean-Marc Lachaud, Olivier Neveux (Dir.). Ediciones Nueva Visión Buenos Aires. Pedraz Miguel Vicente. “Poder y cuerpo”. Año 1997. Publicado en la revista “Educación Física y Ciencia” [con referato] del Departamento de Educación Física de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. • Turner, B. Año 1984. “El cuerpo y la sociedad”. Fondo de Cultura Económica, México. 10