1NOTA DEL REDUCCIONISTA En este trabajo, usted encontrará lo que a mí me parece interesante de resumir, no al autor. Por eso, todo resumen no siempre es bueno. Pero, sería peor si, ni siquiera así, se conociese el libro. Jorge Alcoba Arias Se ha tomado como base el cover de Librería Editorial Juventud, grabado en Empresa Editora “Urquizo S.A.” Bolivia. 1.990. (Foto tomada del blog: “Cumbia boliviana”). 2 “Cristo aymara”, obra de Cecilio Guzmán de Rojas 3 4 LOS PRECURSORES 5 E l Virrey personificaba en Chuquisaca, el divino poder del Monarca, mismo que se mantuvo hasta el 25.05.1825. En todo este tiempo, él gozó de un dominio inmenso. Al menos, mientras pudo conservar intacto el acatamiento de las gentes, amedrentadas por el mito de la autoridad e imbuidas de sentimientos de inferioridad y terror. Las exclamaciones de que se “acabe el Perú”, muestra el anhelo por liquidar el gobierno virreinal de Lima sobre la nación autónoma del collasuyo. De poner fin a la era de coloniaje y también, el comienzo de un nuevo proceso histórico. Melchor Pérez de Olguín: Entrada del Virrey Morcillo en Potosí 6 En general la ideación revolucionaria de Charcas ni obedece a estímulos de libros extranjeros ni fue fruto de la universidad ni de los letrados, ya que la inmensa mayoría de éstos tenía anuladas todas las ideas revolucionarias. Fue obra de los nativos, que la comprendieron y animaron y de los libelos distribuidos, cuya voz llegaba hasta las masas, creando conciencia colectiva. Por su lado los ricos chuquisaqueños apoyaron el alzamiento, porque detestaban el ateísmo jacobino y el imperialismo napoleónico. Según Carlos Montenegro, esto nunca ocurrió En La Paz, la Revolución de Julio tuvo dos flaquezas: La defección de los patricios y la entrega, por parte del pueblo, de la autoridad revolucionaria a los criollos. Funesto error que privó a la masa insurrecta de la fuerza ejecutiva. Por último, Casimiro Olañeta anduvo por La Paz, haciendo cola en el séquito del Gral. Sucre. 7 8 PARÉNTESIS 9 E n la epopeya de los quince años por la Independencia, se distinguieron ciento dos caudillos, de los que nueve sobrevivieron hasta 1.825. Por eso, cuando llegaron los héroes, las ciudades estaban vacías de grandes varones. En esta etapa el indio estuvo ausente de la vida civil. En realidad, aquél que podía salvarse de la matanza, regresaba al agro. Sólo el señorío, colonial y enriquecido, permaneció intacto, lo que favoreció la causa realista, pues se hizo cargo, en estos quince años, de la cosa pública. Las rebeliones en el Virreynato del Perú 10 En términos generales el esquema social de los primeros días republicanos es el siguiente: 1. La masa india, sujeta a servidumbre económica y personal, que seguía igual que en el coloniaje. 2. La clase popular india mestiza: Seguía igual que antes, viviendo en las poblaciones urbanas. 3. El último escalón de las castas y en el ápice, una aristocracia de descendiente de los conquistadores y nobles. Grandes hacendados, a los cuales se sumaron la plutocracia minera y comercial. Don Simón Bolívar, Simón, caraqueño americano, correteando a los chapetones y a sus aliados nativos. No se puede negar que la fundación de la República consumó una defraudación al espíritu americano y al anhelo popular de independencia. En ese momento quedó planteado el conflicto de la dirección. Sus alternativas han estimulado o detenido, el proceso histórico de la nación. Esta es ciertamente, la casusa que influye sobre los destinos bolivianos. Pues bien, su primera consecuencia, fue la diferenciación neta en tres grupos sociales que recién 11 ahora cuajan y que serán los que actuarán con propia energía, en nuestra historia: 1. El grupo civil militar de raíz nacional y tradición revolucionaria. 2. El grupo civil de origen español y tradición colonial (los poseedores de riqueza). 3. La masa indo mestiza, avecindada en los centros urbanos y 4. (La población india que no hacia parte activa de este cuadro social). Por lo tanto el caudal de nuestra historia política se nutre del sentimiento colectivo de libertad del primer grupo, en contra del segundo, aunque en ese entonces entumecido. Esta es la causa prima que explica los hechos que, sin estos antecedentes y consecuencias, podrían parecer creaciones dislocadas y dementes. Su accionar se dio a través del motín, que no es el producto de la ambición personal de los caudillos, pues existe un ansia de poder que les mueve, del que ni siquiera se habla. ¿Cómo podrían explicar que la soldadesca y el populacho los acompañan? El motín tiene contenido histórico, filosófico y un valor, que son los que permiten explicar las circunstancias. Su intervención es tenaz y constante, pues conserva una médula: Su raigambre en la sustancia política social y étnica del país. Si hubo proliferación del motín, es porque hubo un antagonismo incurable no resuelto por la Guerra de la Independencia. Y brotaba, porque de por medio estaba la Constitución que se la mantenía a ultranza. 12 Bolivianos en ejercicio de su derecho al “motín”, en plena Avenida Mariscal Santa Cruz El motín fue una de las formas de expresión de la lucha de las dos tendencias - la colonial y la nacional - desde la fundación de Bolivia. Al mostrarse ambas partes como bandos expresaban, con seguridad, un antagonismo entre sistemas de vida y no entre intereses inmediatos: La una divergente, nativa, autonomista y la otra foránea, de dominio. Si bien ambas colaboraron para expulsar a los españoles, después sus finalidades fueron distintas. La nacional buscaba la libertad para la nación, procurando darle soberanía. La otra, para cumplir sus intereses de casta, gozar de los privilegios y mantener el régimen colonial. La maquinaria histórico-social de Bolivia se mueve obedeciendo al impulso de esta controversia. Todas las influencias culturales, políticas y económicas proyectadas sobre Bolivia no alcanzaron a transformar esta estructura de choque: Sólo las han coloreado por encima. Son dos energías históricas divergentes, dos aspiraciones existenciales, dos sentimientos de participación colectiva, dos caracteres e impulsos psíquicos hereditarios, distintos. 13 Joven alteño esforzándose por encajar en alguna esquina de la clasificación de Don Carlos En este proceso laberintico del conflicto, la masa popular se orientó por su intuición. Así vislumbró los reales objetivos de la lucha. Sin embargo, para lograr confundirla, los historiadores suplantaron la realidad, incluso la naturaleza del viejo tiempo, por otra aparente. Lo hicieron de tres maneras: Falsificaron la verdad del pasado; falsifican el juicio histórico en el presente; y falsifican la conducta colectiva en el futuro. Así logran condenar al pasado, juzgándolo a través de las ideas, los prejuicios y las costumbres de hoy en día. Este procedimiento pueril, ha hecho horrible el panorama histórico de Bolivia. Han generado una visión que se enquista en el cuerpo de la historia, como deformación. Han elaborado un cuerpo de vicios y taras, que se imputan, porque sí, al instinto de nuestro días (tal el caso de Pedro Domingo Murillo). 14 EPOPEYA 15 L o primero que hace la nueva República, es crear el mito de la ley, mientras la voz de la nación es virtualmente ahogada en la Asamblea Constituyente. Tampoco tenía cabida en la prensa. Por su lado, las masas indias acudían a los caminos por los que recorría Bolívar para honrarle por haberles devuelto la tierra. Los trabajadores estaban agradecidos: Todos ellos, bolivianos o extranjeros, que sirviesen como peón en la explotación o beneficio de metales, habían quedado eximidos de toda contribución, tanto personal como industrial. Por lo demás, la prensa no intervino en la discusión sobre cultos. Don Simón chequeando a las damiselas del ex virreynato 16 Hubieron tres meses de enfrentamiento entre los vitalicios, partidarios de Sucre y los realistas, de Olañeta. Éste publicó atrocidades en contra de Bolívar y Sucre. Hasta que se produjo el primer motín de nuestra historia, conducido por el realista Casimiro Olañeta, para despojarle a Sucre del poder. La conciencia colectiva boliviana, los repudió a ambos, no aceptaba ni el anti nacionalismo español y peruanista de los realistas ni el colombianismo de los amigos de Sucre. Hasta que el 01.01.1.829, Bolivia se quedó sin gobierno, surgiendo de esta catástrofe, la presidencia de Santa Cruz, misma que representaba la síntesis de una contradicción, donde Sucre era la tesis y Blanco la antítesis. El pueblo recordaba en él, al mestizo e hijo de la tierra. La clase indígena, de Bolivia y Perú, vieron en él a un descendiente directo de sus antiguos reyes y su figura pasó a identificarse con el sentimiento nacional. Con este gobierno la patria alcanzó grandeza en el Continente, se multiplican las riquezas y fue la primera nación que dictó sus códigos de leyes. Fueron diez años con un ejército disciplinado, que confirmó el aforismo bolivariano: “Mientras conservemos el buen estado del ejercito, seremos invencibles”. 17 Gracias a las maquinaciones golpistas de Don Andrés, se fundó una universidad con su nombre. Pero apareció Velasco, el instrumento de la reacción oligárquica, que se dedicó a conspirar contra el “indio jetón alzado contra sus señores”. Pero un otro motín, el de José Ballivián (que resistió la invasión de Gamarra en Ingavi), restauró en el poder el interés nacional. Este gobierno trascendió los intereses de clase y vigorizó el Estado, pero no pudo contener la labor de zapa de la oligarquía, que lo tildó de pro-crucista para derrocarlo. Fueron ambos gobiernos - los de Santa Cruz y Ballivián semejantes en su actitud patriótica. Pero, ni a las masas indígenas ni a los seguidores de ambos líderes, les interesó contener la subversión. La atonía se explica, en parte, por los errores del periodismo. 18 Don Adolfo, gordito y rozagante Fue en estas circunstancias que la capa letrada, se enfermó de fiebre por la cultura extranjera. Si bien en la época de la independencia había una cautelosa ayuda británica, a la fecha, era evidente que tanto la inglesa como la francesa habían fracaso. Por esta razón decidieron ahora inmiscuirse por la vía de la cultura. Esta influencia hizo que los americanos se interesaran en su sabiduría, buscando capacitarse para gobernar a la europea, sobre sus mestizos y pueblos inorganizados. En el trance, se mostraron más sagaces los ingleses que los galos, pues mientras éstos aportaban sus frases abstractas, aquéllos apuntaron a los contenidos constitucionales. Pero ni unos ni otros ofrecían una noción que se adecuase a nuestra naturaleza. Para ambos, América era un continente salvaje, por lo que nos enviaron, intactas, sus doctrinas de uso casero. Esto causó un gran trastorno en la conciencia de criollos y mestizos. Por esta vía, llegaron a 19 Bolivia nuestras libertades, no como derechos de los bolivianos sino como los del hombre. Nuestros realistas (partidarios de Olañeta), mostraron así su incapacidad. Llegaron incluso a equiparar, en sus libros, a Andrés de Santa Cruz con Napoleón, olvidándose que él era un producto nativo. La posterior llegada de los emigrados políticos argentinos fortaleció aún más esta situación, volviéndonos cohibidos en la libertad de expresar el autentico pensamiento boliviano. Esta conversión profunda de la clase culta, lejos del interés público, fue una evasión de la realidad pero, además, mostró su desagrado por lo de adentro. Una fuga que también se generalizó en las masas populares, lo que explica porque dejaron perecer a los dos grandes caudillos: No comprendían que ambos defendían los intereses nacionales ni que cimentaban la bolivianidad sobre el colonialismo. Este desinterés provocó que los mandos fuesen copados por latifundistas, mercaderes y doctores. Vendo, vendo minerales bolivianos de buena calidad, adecuados para monedas, trofeos, coronas y otras linduras. 20 Por su lado, los herederos de fortunas y señoríos coloniales, luego de regresar de la Argentina, empezaron a montar un modelo de gobierno al estilo europeo. Los viejos oligarcas debían ahora contender con hombres de su propia casta, si deseaban reproducir el modelo anterior a Santa Cruz. Sin embargo, no se olvide que ambas opciones políticas el aparato de mando realista e hispánico y el constitucional franco inglés - habían fracasado a la hora de resolver la primera contradicción. De ella había salido airosa la nación. Con los gobiernos de Santa Cruz y Ballivián, ella se había hecho real. Fue entonces cuando Bolivia se definió como entidad geográfica y política autónoma, con su propio régimen, al margen de todo ligamen con norma social anterior y sin anuencia de teorías o sistemas políticos ajenos. Por ello, para retomar el poder, la clase colonial cambió su tendencia conservadora. Se volvió revolucionaria, liberal y tiranicida, en sus dos versiones afrancesada y jacobina o ainglesada y cromweliana. En efecto, mientras los liberales europeístas abogaban por abolir la esclavitud en el parlamento, los ex monárquicos consideraban inadmisible tal intento, por el mal ejemplo que se daba. 21 Si quieres oler el hedor francés visita la Ciudad de Sucre. Así surgió la nueva clase directora, con su teoría políticoeconómica francesa y burguesa del siglo XIX. Dispuesta a sujetar a un pueblo de aborígenes americanos, al imperio de las leyes de Europa. Pero el hecho de adoptar una estructura ajena de libertad, invalida la libertad y la soberanía propias del país que la adopta. Evidentemente, la capa letrada, había renunciado a su propio destino y esta renuncia de los doctos, dejó a la bolivianidad literalmente decapitada. Desde entonces, sus potencias existenciales inconcientes empezaron a manifestarse en convulsiones y sacudidas inciertas. Esta reacción de defensa se personificó en Belzu. 22 DRAMA 23 24 Y se produce la primera intervención directa de la clase popular en la vida pública. No de la chusma, porque la chusma no lleva encarnada la bolivianidad autentica. A ver: ¿En cuál pueblo de nuestra tierra y en qué momento de la historia, la chusma como chusma, pudo sostener a un régimen político frente a las fuerzas armadas? El motín de Belzu puso en contacto la revolución con esta nueva fuerza social permitiéndole expresar su emancipación psicológica, su liberación del dominio espiritual del coloniaje. Luego de las elecciones, Córdova le sucede en el poder, pero el pueblo ya había comprendido, guiado por su propio instinto de defensa, que pueblo y nación comparten un mismo destino y que había que realizarlo. Don José María Linares, más serio que gato fumando 25 Después toma el poder Linares, hombre que cargaba en su espíritu el colonialismo agónico de España y el liberalismo europeo. Una contradicción que lo aniquilaría. Una antítesis dura, como la urdiembre del drama. Su programa era moralizar, de manera terrible deshumanizada y metafísica. Se volvió enemigo de los intereses creados, desconoció privilegios patronales y coloniales, pero sin perseguir a la gente. Su obra buscaba emancipar la nacionalidad, anhelaba exaltar al país por la moral, como Santa Cruz. Para Linares, una turba o club de extranjeros, explotaba nuestra agonizante riqueza. Pero, y a pesar de ello, la clase alta no apoyó al dictador. Con él habría podido expandir su vida orgánica. El problema radicaba en que la clase colonial vivía espiritualmente lejos de Bolivia, apegada a la cultura extranjera. Pero no sólo era ella. También estaba la clase media a la que anuló, inclusive en sus instintos elementales de existencia. Un balance de la época, muestra que la clase intelectual del país no proveyó una sola figura como las otras que brillaban en el resto de América: De pensamientos creadores de naciones. Ni un solo constructor de la estructura espiritual de la patria. El proceso histórico posterior, prueba el elevado precio que el pueblo y el porvenir pagaron por estas veleidades culturales de los hombres leídos de aquel tiempo. 26 Las Fuerzas Armadas festejando un aniversario más de alguna matanza o masacre (atrás el Loreto). Aparecen los “rojos”, un partido del que usufructuaron muchos políticos y dictadores. El “rojismo” presumía de su influencia, no sólo sobre Yáñez, sino también sobre Melgarejo y Daza. Todos ellos militaron en sus filas, unas veces para acercarse como corifeos a los gobiernos y otras a los jóvenes jefes del partido, como devotos constitucionales. Pero el caso del Coronel Placido Yáñez es especial. Un rojo fanático y que, sin embargo, mostró desprecio por la “chusma boliviana” cuando cometió la masacre conocida como las Matanzas de Yáñez. Treinta días después de aquel horrible crimen, la plebe reasumió tumultuariamente la soberanía nacional. Fue la segunda vez que la clase popular se levantaba furiosa. En el gobierno de Melgarejo, se dictó un decreto para la venta de tierras de origen que mostró la presencia de intereses ocultos detrás del régimen. El decreto podía 27 entenderse como un acto de protección a la propiedad de los indios pero, como no se lo hizo conocer, permitió que éstos perdiesen sus tierras y que el Estado luego las vendiese. Por esta época, la prensa pasó de la servidumbre al gobierno, a la de los intereses antinacionales, interesados en invertir para “civilizar” a Bolivia (1.868). Siempre me he preguntado si Don Mariano Melgarejo se hacía arreglar la barba y los mostachos en la Calle Santa Cruz. A la caída de Melgarejo asume el poder el General Morales, quien intentó disputarle a las inversiones extranjeras, el dominio sobre las riquezas nativas, pues no creía ni en su virtud civilizadora ni en sus privilegios de clase. Él deseaba la soberanía económica de Bolivia y auspiciaba el aprovechamiento exclusivamente boliviano de ellas. 28 La situación se puso tensa, cuando la firma minera Arteche de Aullagas, decidió no pagar sus patentes al Estado. Melgarejo le había nombrado a su dueño, Subprefecto de Chayanta y otorgado, además, el grado de coronel y un préstamo de 40,000 pesos, que ahora no quería pagar. Al final, el gobierno no pudo obligarle pues era defendido a ultranza, por un grupo de jurisconsultos y por el periodismo sumiso de aquella época. Por último, Arteche alegó que, en su calidad de coronel del Ejército Boliviano, tenía derecho a ejercer la coerción armada. La cosa es que el hombre recurrió al legislativo, alzándose en contra de las determinaciones de la justicia a las que luego venció. Esta fue la primera derrota del Estado. Por oponerse a esta transacción, Morales también fue derrotado. La cuestión Artecehe dejó en claro que la minería era dueña de un poder institucional mayor al del Estado y que la lucha entre la nación y el dinero de los particulares había adquirido una nueva modalidad. 29 ¡No les digo!: Los barberos de entonces sí que eran barberos. (En la foto don Agustín Morales). En efecto, para legitimar sus posesiones, la clase privilegiada había elaborado un régimen constitucional, con el fin de fundar un imperio absolutista sobre la ley. Para la misma, la pasividad de los gobiernos debía presidir las tareas legislativas. De esta manera se podría lograr el final supremo: Anular el Estado. Esta importada legislación, con espíritu y letra ajenos, anuló a los dos siguientes presidentes, Frías y Ballivián, honrados miembros de la clase privilegiada, a los que sólo les interesaba teorizar sobre las doctrinas extranjeras, sin llegar a comprender la problemática de la hora. Llegado el momento, no pudieron sortear las limitaciones del régimen constitucional, considerado como un tema “tabú”. Al coloniaje le interesaba sacar adelante sus intereses coloniales y capitalistas, ese era su norte. Buscaba tener deprimido al pueblo colono y reducir a lo mínimo la capacidad económica de los trabajadores. Por eso concentraba sus presiones sobre la nacionalidad. Por su 30 lado, el pueblo aún no había podido crear su propia estructura jurídica. Siempre los mejores adelantos tecnológicos, en la medida de lo posible, serán para los bolvianitos: No porque se lo merezcan sino porque conviene. En esas circunstancias Daza fue presidente. Su gobierno marcó el reinicio de la inexorable fuerza propulsora de la nacionalidad, por cumplir su destino colectivo. Justamente, la guerra con Chile marcaba una crisis en ambos países: Chile quería ser Chile mientras que Bolivia, bajo la tuición suicida del espíritu colonial, tendía a no ser Bolivia. Por eso nuestro país había debilitado su dominio sobre sus riquezas nativas del Litoral, al enajenarlas en concesiones. Con ello renunció a su soberanía. Chile se había preparado para la guerra y Bolivia para la derrota. La pulsión histórica arrastró a Bolivia a la guerra. Una coyuntura que descoyuntó la nacionalidad, atenazada por su estructura jurídico-política. Sin embargo, el cuerpo condenado a tullirse, en su desesperación, readquirió su dinámica propia frente al riesgo exterior. Ese el sentido de la inmolación de Abaroa. Ella condensa la historia patria que no aceptaba la enajenación. Con su 31 muerte, perpetuó la presencia boliviana sobre el territorio perdido. Este sacrificio es lo histórico, que anhela sobrevivir. Esta defensa quiero dedicarla a mi querida hijita. 32 COMEDIA 33 C on malicia se dice que Daza traicionó al país por cholo. Pero: ¿Acaso una raza o una clase poseen anomalías temperamentales? Daza no podía traicionar por cholo, pues justamente la cholada combatió contra Chile. Traicionó porque consideraba que lo extranjero era equivalente de cultura y elevación espiritual y estaba dispuesto a consumar una política colonialista. El fue el autor de que nos quedemos sin “ceviche boliviano” Un golpe de audacia lo elevó al poder, donde fue fortalecido por los grandes intereses ligados a las riquezas del Litoral y por el parlamento. Aquellos precisaban que los gobernantes les aprobasen concesiones en el Litoral para 34 legalizar sus usos coloniales, atentos siempre a su espíritu ansioso por enajenar el patrimonio público. Y lo lograron. El único que podía parar todo esto era el pueblo, pero Daza había limitado los fueros populares para así poder dictar aquellas leyes que uniesen la política liberal con la práctica capitalista (Marietegui). Para él, los rendimientos del salitre y de la actividad minera, eran los embriones de una burguesía boliviana; el primer accionar del capital comercial y bancario, en las funciones reproductivas de nuestra economía; el tránsito del feudalismo económico hacia una economía capitalista. Pero los contratos no aseguraban a Bolivia, que los capitalistas extranjeros fuesen a acatar la soberanía boliviana y justo por eso sobrevino la Guerra. Mientras Daza celebraba fiestas, cholos, indios y blancos, ofrendaban la vida por la patria. Recién, mes y medio más tarde, Bolivia pudo armar un ejército de diez mil voluntarios, pero sin armamento. Al final el país fue desposeído hasta del sentimiento de sí mismo y el pueblo perdió la intuición de su destino. La Batalla del Alto de la Alianza cambió el carácter de la hegemonía clasista de los colonialistas. Del poder basado en los réditos del trabajo humano servil, se pasó al de las utilidades del salitre y de los minerales como nuevo capital financiero reproductivo que, además, ya se nutría del trabajo feudal. 35 Batalla del Alto de la Alianza donde los bolivianos fuimos derrotados limpiamente. (Portada del disco de los artistas chilenos los “Cuatro cuartos”: “Adiós al séptimo de línea”). En este sentido, Daza no podría representar la bolvianidad sino la antibolivianidad. Fue él, el que logró el ingreso de los grandes intereses económicos particulares al estado. Luego de la Guerra, la clase oligárquica presionó hasta lograr que el interés económico pase de ser un hecho a un derecho. Sobre esta base se cambiaron la Constitución y los códigos, para proteger a los ricos y sus riquezas. Esta esencia antinacional, convirtió a las empresas mineras nacionales en compañías inglesas o suizas y las riquezas naturales de Bolivia quedaron incorporadas al dominio extranjero. Desde ese momento, las lejanas metrópolis pudieron aprovechar los rendimientos de sus posesiones ultramarinas con una condición: Mantener a nivel local, el aparato de la autoridad. 36 ¿No se los dije?: Lo mejor de la tecnología para llevarse nuestras riquezas. En la foto, la vieja planta metalúrgica “Playa Blanca” (Huanchaca) 1.892-1.907. Más tarde, llegaron los ferrocarriles al país lo que, si bien tecnificó la vida colonial, también aceleró el ritmo extractor de las materias primas del país. No vaya a pensarse que este arribo fue una industrialización de la minería boliviana: No: Fue su desnacionalización y transferencia a otros estados. Fue la negación de la soberanía económica del país y la servidumbre voluntaria al poder de los intereses extra nacionales. Locomotora del “Ferrocarril Arica Bolivia”, usada para transportar minerales de plata al exterior. 37 Pero aquí viene lo curioso, toda esta oligarquía, mitad minera mitad feudal, al margen de la transformación producida, quería seguir prosperando bajo el alero de las nuevas instituciones liberales: Craso error. Podía haber sido un gran cambio, pero la capa dominadora sólo modificó su función clasista más no su posición social. Esto consolidó el espíritu colonial, como fuerza motriz de la historia boliviana. Entonces apareció ese afán por vivir en el país, pero a la manera de lo extranjero, tal la característica psicológica del colonialismo. Por último, ayudó la ausencia de un ejército, la propensión social a la conservación de la paz interna y, por último, el hecho que la guerra y la derrota fuesen parte de la evolución oligárquica, terminó por desencantar a la bolivianidad. La etapa de la comedia asignó al pueblo el rol de espectador y a la oligarquía el de marioneta. La vida nacional se empezó a determinar desde afuera y todo se volvió artificio y retórica. La gente empezó a desconfiar de cualquier intento por modificar el orden vigente y se prefirió aceptar la supremacía de la gente con dinero. La prensa colaboró con este proceso, proyectando y creando opinión colectiva. Cholos bolivianos en pose parisina, muy de moda en la época 38 El colonialismo no consiste en adoptar el liberalismo, sino en acatarlo ciegamente. Se pensaba que la ciencia y la técnica permitirían al hombre crearlo todo y que a la humanidad le quedaba el contemplar. Si bien el industrialismo europeo fue la causa de grandes conmociones políticas y sociales, en Bolivia el industrialismo fue oratoria y origen de tres grandes mitos: La libertad, el sufragio y la ley. Con ellos hicieron creer a los bolivianos que los gobiernos trabajaban a favor de la nación. Hasta que llegó el momento en que el dinero internacional asumió la conducción del Estado, apareciendo “gestores administrativos” y “consejeros”, tanto en las empresas capitalistas como en los altos cargos públicos. Semejante abuso por parte del espíritu colonial, logró suprimir la nacionalidad, el sentimiento nacional. En efecto, aprovechando el fraccionamiento material del territorio esencia de la conexión afectiva del pueblo - se quiso también quebrar los vínculos emocionales que cohesionaban la nacionalidad. Paceños haciendo lo indecible para parecerse a Londres o París. 39 Bolivia empezó a representar el rol asignado por un poder desconocido, inicialmente ideológico y después servil. De dependencia económica y de dependencia vital. El lema era servir al plutócrata y el periodismo colaboró en crear un sentimiento de inferioridad del pueblo ante sus explotadores. El imperialismo capitalista lesionó a las clases pensantes, dándoles una mentalidad artificiosa y postiza. No hubo una orientación independiente, pues faltó el libro, la conferencia o una universidad autónoma. En medio de una nación en falencia, aparecieron millonarios con rentas mucho mayores a ella. Y el juicio colectivo se dejó llevar por la prosperidad, que la prensa monopolizada por el capitalismo, ayudó a entenderla como una aversión al pasado. En este ambiente triunfó la revolución federal. Civilización es el dominio y aprovechamiento de las riquezas y las fuerzas naturales y no el ropaje o las lenguas de Europa. Por su lado, cultura es el órgano espiritual con valores propios, que aún no han sido alcanzados por la nación, siquiera mínimamente. 40 NOVELA 41 L uego del colapso del Chaco, del espejo ensangrentado de la suerte de Bolivia, podemos decir que había vuelto el sentimiento bolivianista. Cada soldado se había convertido en una partícula del ansia afirmativa de Bolivia, de una revolución autonomista. Esta conciencia redescubrió la imagen verdadera, la imagen autóctona. Soldados cholos construyendo su identidad a punta de bala. (El cuerpo de oficiales no, pues siempre se encontraban en la retaguardia, festejando las derrotas). Este retorno a la realidad, acabó con la comedia y se transformó en novela, animada por la exaltación depuradora que busca ennoblecer la vida. Evidentemente, las tendencias rebeldes del alma popular contemporánea, son señales vitales. Se recobró el sentido nacional, para alcanzar las metas que antes parecían inalcanzables. Ganó su primera batalla, cuando aparecieron los periódicos opuestos al imperio de los grandes consorcios económicos. Este es uno de los aspectos, propio de la novela y de la historia. 42 Los bolivianos y bolivianas no estamos muy seguros de quienes somos. Diego Trefs: “Lamento Boliviano. 43 44