"De lo que nos fuimos dando cuenta -explica el psicoanalista- es que al colocarse una máscara se producen transformaciones muy interesantes". Y, más todavía, surgen aspectos sumamente significativos de la persona. Es como si con la máscara dijéramos 'no soy yo'. Algo similar a lo que sucede con los niños cuando juegan a ser un personaje de cuento o un valiente superhéroe. "Ahora, esa cosa tan inocente que dice: 'no soy yo, es otro', define la condición humana. Porque uno está en relación al otro", explica Buchbinder.