BAXANDALL, MICHAELPINTURA Y VIDA COTIDIANA EN EL RENACIMIENTO LAS CONDICIONES DEL COMERCIO Un cuadro del Siglo XV es el depósito de una relación social. El hombre que pedía el cuadro, pagaba por él y encontraba un uso para él (patrón o cliente). La mejor pintura del siglo XV fue hecha sobre la base de un encargo. El dinero es muy importante en la historia del arte. Actúa en la pintura no sólo en cuanto a un cliente que desea gastar dinero en una obra, sino en cuanto a los detalles de cómo lo entrega. S XV Relación Social: PINTOR $ por obra / $ por detalle (ACUERDOS ESCRITOS PPALES OBLIGACIONES CONTRACTUALES DE AMBAS PARTES) CLIENTE (patrón) Motivos según Rucellai (placer porque) Poseen lo que es bueno Sirven: a Dios al honor de la ciudad a la conmemoración de mi mismo Gastan bien el dinero Goce de mirar buenos cuadros. Para Rucellai, que había hecho dinero por medio de préstamos gastar dinero en cosas públicas, tales como iglesias y obras de arte, era una necesaria virtud y un placer, una retribución prevista a la sociedad, algo que se situaba entre una donación caritativa y el pago de impuestos o de contribuciones a la iglesia. Un cuadro tenía la ventaja de ser barato. En el siglo XV la pintura era todavía demasiado importante para dejarla relegada a los pintores. Ahora compramos cuadros ya hechos, pero en ese momento, era época de encargos. Entre ambas partes se firmaban acuerdos escritos sobre las principales obligaciones contractuales. Este contrato contiene tres temas principales: 1) Especifica lo que el pintor habrá de pintar. 2) Es explícito en cuanto* a cómo y cuándo el cliente habrá de pagar y cuando el pintor habrá de entregar. *Si pintor y cliente no se ponían de acuerdo sobre la suma final, pintores profesionales podían actuar como árbitros, pero habitualmente las cosas no llegaban a ese punto. 3) Insiste en que el pintor use una buena calidad de colores, especialmente oro y ultramarino (después del oro y de la plata, el ultramarino era el color más caro y difícil que usaba el pintor). 4) Garantía. (a veces con un límite de 10 años). Luego, hubo una preocupación decreciente por los pigmentos preciosos que es muy coherente con los cuadros, tal como vemos ahora. Parece que los clientes se mostraban menos ansiosos que antes por ostentar la pura opulencia del material ante el público. Mientras el consumo de oro y ultramarino se hacía menos importante en los contratos, su sitio era cubierto por referencias a un consumo igualmente conspicuo de otra cosa: habilidad. (DICOTOMIA ENTRE MATERIAL Y DESTREZA) En ese sentido, Aberti, en su tratado sobre la pintura, pide al pintor que represente objetos dorados no con el oro mismo, sino con una diestra aplicación de pigmentos amarillos y blancos. La misma distinción estaba en la base del costo de un cuadro y en verdad de toda manufactura). También había una gran diferencia relativa, en toda manufactura, entre el valor del tiempo del maestro y el de los asistentes dentro de cada taller de trabajo. Hacia mediados de siglo, el alto costo de la habilidad pictórica era un hecho bien conocido. LA PERCEPCIÓN DE LA HABILIDAD Es muy difícil categorizar. La dificultad está en que sería excéntrico fijar en el papel una reacción verbal a los estímulos complejos y no verbales que los cuadros suelen provocar. Existe una dificultad verbal, porque los conceptos de viril, dulce, aire, puedan tener distintos matices para él que para nosotros: pero existe asimismo la dificultad de que él veía los cuadros en forma diferente a la nuestra. BAXANDALL, MICHAEL EL OJO DE LA ÉPOCA PERCEPCIÓN RELATIVA CEREBRO INTERPRETACION POR MECANISMOS NATOS (Difieren de una persona a la otra) EXPERIENCIA (Estilo cognoscitivo)* *Capacidad interpretativa que cada uno posea, categorías, dibujos básicos y costumbres de inferencia y analogía. VARIABLES a) METODOS DE INFERENCIA CULTURALMENTE RELATIVAS b) CONVENCIONES REPRESENTATIVAS Que la mente convoca para interpretar. (Símbolos) c) EXPERIENCIA (Surgida del ambiente) a) MÉTODOS DE INFERENCIA El cuadro responde a los tipos de habilidad interpretativa, los esquemas, las categorías, inferencias y analogías que la mente le aporte. La capacidad de un hombre para distinguir cierta clase de forma o de relación de formas habrá de tener consecuencias para la atención que preste a un cuadro. Buena parte de lo que llamamos “gusto” está en eso, en el acuerdo entre las discriminaciones que exige un cuadro y las habilidades para discrimina que posea el espectador. b) CONVENCIONES REPRESENTATIVAS Una convención de ondas lineales sobre la superficie del agua: esta relacionada con lo que vemos. Curso del río y su dinámica. También hay convenciones más diagramáticos, abstractas y conceptualizadas. c) EXPERIENCIA La gente del Renacimiento se colocaba con entusiasmo delante de un cuadro, por la suposición de que la gente culta debía ser capaz de formular apreciaciones sobre el interés de los cuadros. El espectador del Renacimiento era un hombre presionado por contar con palabras que fueran adecuadas al interés del objeto. En nuestra propia cultura existe un tipo de persona superculta que, aunque no sea pintor, ha aprendido un vasto registro de categorías especializadas para el interés pictórico, un conjunto de palabras y de conceptos específicos para la calidad de las pinturas. En el Siglo XV existía gente semejante, pero poseía relativamente pocos conceptos especiales. ¿Cuál es la función religiosa de los cuadros religiosos? 1) Instrucción a la gente simple 2) Activación de la memoria 3) Excitación de la devoción* * La idolatría era una preocupación constante de la teología; se comprende perfectamente que las personas simples pudieran fácilmente confundir la imagen de la divinidad o de la santidad con la divinidad y la santidad mismas, y entonces adorarlas. Debe culparse a los pintores cuando pintan cosas contrarias a nuestra fe. San Antonio consideraba que la pintura de su época debía cumplir con las tres funciones que la Iglesia atribuía a la pintura: que la mayoría de los cuadros eran: a) claros b) atractivos y memorables c) registros vívidos de historias sagradas. HISTORIA La mente pública no era una tabla rasa en la que pudieran imprimirse las representaciones de un pintor respecto a un asunto o una persona; era una institución activa de visualización interior con la cual debía convivir cada pintor. En este sentido, la experiencia del Siglo XV sobre un cuadro no era la del cuadro que ahora vemos, sino la de un casamiento entre ese cuadro y la previa actividad de visualización del espectador sobre el mismo tema. Los mejores cuadros expresan a menudo su cultura no directa sino complementariamente, porque están pensados precisamente como complementos para servir las necesidades públicas: el público no precisa lo que ya tiene. EL CUERPO Y SU LENGUAJE La unidad efectiva de los relatos era la figura humana. El carácter individual de la figura dependía menos de su fisonomía que de la forma en que se movía. La figura de Cristo quedaba menos librada que otras a la imaginación personal, porque el siglo XV tenía la fortuna de creer que poseía una relación ocular sobre su aparición. Leonardo Da Vinci desconfiaba de la fisonomía y la consideraba una ciencia falsa, restringía la observación del pintor a las marcas que una pasión pretérita hubiera podido dejar en el rostro. No hay diccionarios sobre el lenguaje renacentista del gesto, aunque hay fuentes que ofrecen sugerencias sobre el significado de un gesto. Es posible que la misma gente de la época pudiera equivocar el sentido de un gesto o un movimiento. MANERAS DE AGRUPAR LAS FIGURAS | influencia del teatro y la danza Una figura desempeñaba su parte en los relatos por medio de su interacción con otras figuras, por medio de los grupos y actitudes que el pintor utilizaba para sugerir relaciones y acciones. El pintor trabajaba con sutilezas: sabía que su público estaba preparado para reconocer, con pocos datos suyos, que una figura del cuadro era Cristo, que otra era Juan Bautista y que Juan estaba bautizando a Cristo. La versión pictórica de esta expresividad era mucho más discreta, pero aún el pintor más notoriamente reticente en estas materias se apoyaba en la disposición del espectador a leer relaciones entre grupos. Se involucra al espectador, cuando una de las figuras está mirando en forma insistente, sea directamente hacia nosotros o hacia poco más arriba o al costado de nuestras cabezas. De esta manera somos invitados a participar en el conjunto de figuras que asisten al hecho. Una actividad del siglo XV, bastante similar a los agrupamientos de los pintores, es la danza (bassa danza). La danza de pasos lentos que se hizo popular en Italia durante la primera mitad del siglo. La sensibilidad que representa la danza suponía una competencia pública para interpretar agrupamientos de figuras. La manera en que el tratamiento pictórico de las agrupaciones de figuras emparentaba con todo ello se ve generalmente mejor en la pintura de temas neoclásicos y mitológicos que en la religiosa. EL VALOR DE LOS COLORES Los colores eran interpretados como simbólicos. A cada color se le adjudicaba un significado: por ejemplo: blanco – pureza, rojo – fuego, verde – agua, entre otros. El énfasis aportado por un pigmento valioso no era algo que los pintores dejaran de lado cuando, tanto ellos como sus clientes empezaron a mostrar reservas frente a la actitud de derrochar grandes cantidades de tales pigmentos. VOLÚMENES Para casi todas las personas de clase media, las habilidades matemáticas de la escuela secundaria eran la culminación de su formación y equipamiento intelectual. Se trataba de matemática comercial, adaptada a las necesidades de los comerciantes. Los mecanismos que Piero o cualquier pintor ponían en práctica para analizar las formas que pintaban eran las mismas que Piero o cualquier persona del comercio utilizaba para estimar cantidades. Y es muy real la conexión entre cálculo y pintura. Para el hombre de comercio, casi todo era reductible a cifras geométricas existentes bajo las irregularidades de la superficie. Este hábito del análisis es muy cercano al análisis de apariencias que hace el pintor. INTERVALOS Y PROPORCIONES Estudio de la proporción. Regla de tres. La regla de tres era la forma en que el Renacimiento trataba los problemas de la proporción. Por medio de la práctica diaria, la gente del siglo XV se hizo diestra en reducir las más diversas clases de información a una fórmula de proporción geométrica. La elaboración teórica de las proporciones de un cuerpo humano era un asunto bastante sencillo, en cuanto a su nivel matemático, en comparación con aquello a que estaban acostumbrados los comerciantes. Escala armónica pitagórica El riesgo es aquí el de la exageración: sería absurdo sostener que toda esta gente del comercio andaba buscando series armónicas en los cuadros. Esas personas no sabían más matemáticas que nosotros; casi todos ellos sabían menos que nosotros. Pero conocían en forma absoluta su zona especializada, la utilizaban en asuntos importantes con más frecuencia que nosotros. EL OJO MORAL Es posible que las calidades pictóricas que nos parecen teológicamente neutrales (la proporción, la perspectiva, el color, la variedad) no lo fueran. Un imponderable lo constituye el ojo moral y el espiritual capaz de interpretar varios tipos de interés visual en términos morales y espirituales. Hay dos clases de literatura religiosa que nos dan pistas, sobre cómo eso podía enriquecer la percepción de los cuadros. 1) Una es un tipo de libro o sermón sobre la cualidad sensible del paraíso, y la otra es un texto en el que las propiedades de la percepción visual normal son explícitamente moralizadas. En la primera, la visión es el más importante de los sentidos, y son grandes los deleites que le esperan en el cielo. La mayor belleza reside en tres características: luz más intensa, color más nítido y mejor proporción; la mayor precisión de la vista incluye una capacidad superior para hacer distingos entre una forma o color y otra forma o color, y en la capacidad de penetrar tanto la distancia como los objetos intermedios. Un objeto intermedio no impide la visión de lo bendito. La distancia y la interposición de una pared no perjudican la visión. Lo más cerca de que podría llegar la experiencia mortal sería a través de una estricta convención de perspectiva. 2) En el segundo tipo de texto se discuten algunos aspectos de nuestra percepción normal de mortales. El principio básico de la perspectiva lineal que utilizaban es de hecho muy simple: la visión sigue líneas rectas, y las líneas paralelas hacia cualquier dirección parecen encontrarse en el infinito, en un solo punto de convergencia. ROBERT DARNTON LOS FILÓSOFOS PODAN EL ARBOL DEL CONOCIMIENTO Toda actividad humana se realiza dentro de fronteras determinadas por esquemas de clasificación. Los filósofos habían reordenado la manera de pensar a partir de Aristóteles. Impulso a hacer diagramas. CHAMBERS, DIDEROT Y D´ALEMBERT Árbol del conocimiento: Metáfora que comunicaba la idea de que el conocimiento se desarrollaba en un todo orgánico. Para la comprensión racional y plena de la realización de una enciclopedia, había que formar un árbol genealógico de todas las ciencias y todas las artes, en el que se mostrara el origen de cada rama del conocimiento y las conexiones que cada una tiene con las otras y con su tronco común. CHAMBERS Escribió un diccionario de la A a la Z y una enciclopedia que abarcaría todo el círculo del conocimiento. Como Bacon, Diderot y D´Alembert empezaron con la historia, la rama del conocimiento derivada de la memoria; y como él, la dividieron en 4 subramas: eclesiástica, civil, literaria y natural. Pero las proporciones de sus esquemas diferían completamente de las de él. Para ellos la historia eclesiástica era una rama menor, en cambio para Bacon tenía un rico conjunto de subdivisiones. El lugar de la historia natural en los dos árboles es exactamente el inverso. El progreso natural de la mente humana consiste en pasar de los individuos a las especies, de las especies a los géneros, de los géneros estrechamente relacionados a los relacionados lejanamente, y en crear una ciencia en cada etapa. D´Alembert explicó que todo el conocimiento se derivaba de las sensaciones y la reflexión. La ideación empezaba con el zumbido de las sensaciones, y no con una búsqueda introspectiva de ideas innatas: Siento, luego existo. Del conocimiento del yo, avanzó el conocimiento de los objetos externos, a la sensación de placer y de dolor, y de ahí a las ideas morales. Este viraje lo hizo regresar al principio: al hombre en estado natural. Los hombres presociales vivían como salvajes sometidos a la ley del más fuerte. Pero su experiencia de la opresión despertó su sentido moral y los impulsó a organizarse en sociedades para proteger sus derechos legítimos. Una vez comprometidos con la vida social, empezaron a cuestionar la fuente de su moral recién adquirida. Esta no podía provenir del mundo físico, por lo que debía provenir de algún principio espiritual que estaba dentro de nosotros, que nos había obligado a reflexionar en la justicia y la injusticia. Finalmente llegaron a un concepto de Dios. D´Alembert afirmó que el nacimiento del pensamiento ético obligó al hombre a examinar la sustancia de su pensamiento o alma, y de inmediato reconoció que no tenía nada en común con su cuerpo. Indujo el dualismo de Descartes; y después, con un leve salto, dedujo el Dios de Descartes. D´Alembert empezó con la lógica porque la consideró de primera importancia, hasta que llegó al árbol enciclopédico. Esto le dio un panorama de todas las cosas, porque era el emblema de la totalidad del conocimiento en el orden enciclopédico y en el orden genealógico. Esta versión del pasado les otorgó a los filósofos un papel heroico. Lucharon solos, por las generaciones futuras que les otorgarían el reconocimiento que sus contemporáneos les habían negado. A pesar de sus tensiones e inconsistencias, las partes del Discours pleliminaire se entrelazaron para realizar una sola estrategia. Esto logró destronar a la vieja reina de las ciencias y poner en su lugar a la filosofía. ECO LA INVENCION DEL TELESCOPIO Renacimiento. Tres siglos después de que habían sido descubiertas las lentes, el telescopio aparece como la consecuencia lógica de una serie de descubrimientos más antiguos. Se impone en esta época como el símbolo de una revolución filosófica, científica y técnica. Se impone en esta época como el símbolo de una revolución filosófica, científica y técnica. Una victoria del método experimental. (Sólo con Galileo el anteojo se convertirá en símbolo e instrumento de una ciencia estricta). S XVI: Se comienzan a efectuar competencias de cálculos y ecuaciones matemáticas. Ideando el número, la humanidad había encontrado la posibilidad de comparar entre sí entidades distintas, prescindiendo de su individualidad y cualidad, reduciéndolas a pura cantidad; con la concepción del algoritmo y de la expresión matemática simbólica, el estudioso podía prescindir hasta de referencias cuantitativas, considerando entretanto una serie de realizaciones lógicas entre esencias matemáticas convencionales; y sólo aplicando los descubrimientos del álgebra, la física posterior llegará a describir, a través de fórmulas rigurosas, las leyes generales que rigen la vida de la naturaleza. Los algoritmos algebraicos son formas universales con que el científico reemplaza, en casos concretos, cantidades definidas, para descubrir que una vez más la naturaleza funciona según leyes fijas. La proporción rige las cosas de la naturaleza y la creación artística. Así, la ciencia moderna pasó pronto de la geometría especulativa a una geometría descriptiva; y finalmente el gran descubrimiento cartesiano de la geometría analítica, en la que los fenómenos geométricos, curvas y superficies, son representados por ecuaciones algebraicas y viceversa. La invención debe ser conducida ante todo sobre las bases de la observación directa. Se le otorga un valor muy importante a la Experiencia. (El Renacimiento había desarrollado una serie de investigaciones matemáticas que por un lado influyeron en las artes figurativas, y que por el otro contribuyeron al ajuste de aquellos instrumentos racionales que debían servir a los hombres de ciencia experimentales). S XIII: Santo Tomas “Todas las cosas se mueven porque son movidas por algo”, partiendo del movimiento a su causa se llegará poco a poco a la causa primera de todo movimiento; esta causa primera será Dios, motor supremo de todas las cosas. Este era un razonamiento filosófico abstracto, lleno de inteligencia y muy útil para razonar sobre Dios o sobre primeras causas: pero aún no servía para explicar las leyes que rigen el movimiento de los objetos. Físicos medievales se preguntaron por que una piedra lanzada con la mano recorre cierto camino y luego cae a la tierra. Elaboraron la teoría del ímpetus, con la cual trataban de explicar por qué un cuerpo lanzado hacia arriba (como una bala de cañón) resistía la fuerza de gravedad durante cierto trecho y luego, al cesar el impulso inicial, caía al suelo. Pero la explicación medieval suponía que mientras duraba el ímpetus no actuaba la fuerza de gravedad, y que esta entraba en acción solo cuando el ímpetus se había agotado. Tartaglia, en cambio, había intuido que la fuerza comunicada al cuerpo y la fuerza de gravedad se componen imprimiendo al proyectil un “movimiento parabólico”. Más tarde Galileo llegará a describir este fenómeno según métodos geométricos; y representando la impulsión imprimida a la bala con una flecha dirigida según la línea de proyección, y la fuerza de gravedad que actúa sobre ella como una flecha vertical, elaborará el famoso “paralelogramo de las fuerzas” del que resulta la trayectoria parabólica del proyectil, rigurosamente determinada; la observación experimental se une al razonamiento matemático y se constituye en una ley. Ha nacido la ciencia moderna. LAS EXPERIENCIAS DE GALILEO Toda la obra de Galileo Galilei se desenvuelve bajo el signo de esta búsqueda de la experiencia. Aristóteles era una especie de tabú inviolable; contradecirlo era considerado una blasfemia. Por un lado estaban los libros de Aristóteles y de los otros sabios de la Antigüedad; por otro, el gran libro de la naturaleza escrito, como pensaba Galileo, en caracteres matemáticos, abierto para el control de la experiencia. Galileo había tomado una invención ajena, perfeccionándola. Pero en este punto él intuyó la posibilidad de sus lentes frente a una disputa que agitaba a los científicos de la época y los dividía ásperamente. Una disputa en la que se debía decidir la elección entre la vieja y la nueva visión del mundo: el problema de la posición de la Tierra en el universo. Se insinuó a principios de la época moderna, la duda de que la Tierra no fuera el centro del universo. La imagen geocéntrica reflejaba la concepción medieval del mundo, reproducía, en su jerarquía de esferas incorruptibles, estrellas fijas, planetas y globo terrestre, sometido al azar en el nacimiento y la muerte, la jerarquía de los entes, que veía Dios, motor inmóvil. El universo tolomeico era concéntrico, cerrado y limitado. Ahora, entre humanismo y Renacimiento se hacen sentir plenamente los fermentos ya germinados en el medioevo a través de las luchas por la libertad comunal en Italia, y la afirmación de monarquías nacionales en Francia, Inglaterra y España. La unidad imperial se disuelve, la Reforma protestante pone en crisis la unidad religiosa, las nuevas filosofías fijan su atención sobre el hombre y su naturaleza. REVOLUCION COPERNICANA Como se sabe, consistió en sostener que el Sol está inmóvil en el centro del sistema mientras los distintos planetas, incluyendo la Tierra, giran a su alrededor. Pero la concepción de Copérnico, no estaba desligada aún de las sugestiones pitagóricas del movimiento planetario circular. La hipótesis copernicana se regía por 4 supuestos fundamentales: - El universo es finito, esférico y limitado. - El centro del universo es el Sol y no la Tierra. - La Tierra se mueve por rotación, revolución y recorrido de los equinoccios. Fue KEPLER quien afirmó, por fin, que las órbitas planetarias son elípticas. A la construcción de KEPLER faltaba sólo el control final, la garantía de la experiencia directa, y ahí se ubica el aporte de GALILEO. EL TELESCOPIO Y EL METODO El cielo es sometido al control de la máquina. Galileo descubre: - Que la vía láctea no es una franja luminosa compacta, sino un gran conglomerado de estrellas. - Que la Luna no es un cuerpo perfecto y puro, sino que tiene montañas y llanuras. - Que en torno a Júpiter giran 4 satélites. - Que los planetas no brillan con luz propia, sino reflejada. - Que el sol está cubierto por manchas de naturaleza incierta que no son cuerpos extraños que pasan sobre él (solo son irregularidades de la superficie). - Que el sol rota sobre si mismo. - Principio de relatividad clásica. La vieja cultura estaba reaccionando, muchos hombres de iglesia estaban preocupados porque las nuevas ideas perturbaban la estructura teológica que ya habían puesto en discusión la Reforma Protestante. No comprendieron a fondo el principio del método que Galileo, sincero creyente, había formulado: que la verdad de las Sagradas escrituras se ocupa de los problemas sobrenaturales y morales de los que no se interesa la ciencia. Amonestado, pero estimulado por la simpatía de muchas personalidades eclesiásticas, creyó poder continuar, con alguna prudencia, sosteniendo sus ideas y, en 1632, escribió el “diálogo de los dos grandes sistemas del mundo”, en el que pone en boca de dos personajes ficticios los argumentos ya de los copernicanos, ya de los tolomeicos, en una disputa en la que él se mantiene aparentemente como cronista neutral. Perfeccionó sus estudios sobre péndulo. Se había iniciado una nueva era de la ciencia. En el centro de esta nueva situación de la cultura, hemos encontrado un instrumento: el telescopio y su consecuencia directa: el microscopio. De estos dos instrumentos nace una nueva época de la investigación señalada por el espíritu del método de Galileo, que funda el carácter abierto y progresivo del saber humano, la renuncia a hacer de las ciencias un sistema terminado, la invitación en cambio a entenderlo como un método en desarrollo continuo, una ampliación sucesiva de horizontes, una discusión y revisión de las hipótesis. LOWE TEMPORALIDAD La experiencia del tiempo vivido es distinta y más fundamental que la medición mecánica del tiempo por el reloj. Esta última es impersonal y objetiva, mientras q el tiempo vivido es personal, además de depender del mundo circundante con el cual vive el sujeto. NUEVAS EXPERIENCIAS DEL TIEMPO El reloj mecánico fue inventado en la segunda mitad del S XIII y el reloj de péndulo a mediados del SXVII. Se volvieron una necesidad, nueva importancia del tiempo objetivo considerando los nuevos ritmos de vida en la sociedad burguesa. URBANIZACION Y EL TIEMPO Cada vez más personas vivían en un medio urbano. Las actividades crecientemente especializadas y diversificadas de los poblados y las ciudades no podían depender del ciclo natural de día y noche, debían ser más exactamente coordinadas por el tiempo del reloj. LA MECANIZACIÓN Y EL TIEMPO En la fábrica, el trabajo se rutinizó, se estandarizó y fue dividido en una serie de movimientos simplificados en el tiempo. RITMO ORGANICO (ANTES) VS. RITMO MECANICO (FABRICA). LA RACIONALIZACION Y EL TIEMPO El sistema de Taylor disecaba el proceso laboral en sus más simples movimientos mecánicos, para lograr EFICIENCIA en el uso de la mano de obra y la tecnología. EL TRANSPORTE Y EL TIEMPO Conexión entre tiempo de viaje y distancia. Se hizo indispensable un horario para poder coordinar las innumerables llegadas y partidas. LA COMUNICACIÓN Y EL TIEMPO La comunicación por medios tipográficos aumentó durante este período. La fabricación de papel se volvió menos costosa. Aumentó la alfabetización, y la lectura se volvió un pasatiempo más popular. Los periódicos ejercieron sobre el lector un efecto perceptual diferente que el libro impreso. Los periódicos redujeron el tiempo a lo instantáneo y lo sensacional. El presente se volvió más diverso y complejo. LA VISUALIZACION Y EL TIEMPO La revolución fotográfica hizo que la comunicación se orientara más hacia lo visual. La experiencia burguesa del presente fuese mucho más mecánica, discontinua y externa que antes. DISTANCIAS DEL PASADO Cuando la experiencia del presente se volvió más mecánica y externa, el pasado pareció más distante. Por lo tanto, se hicieron nuevos esfuerzos para recobrarlo. CONCIENCIA DE LA TRADICIÓN Los habitantes de la sociedad burguesa, habiendo experimentado la discontinuidad entre el presente y el pasado, enfocaron la tradición desde fuera como un “otro” romántico. TEMPORALIZACION DE LA NOSTALGIA La novela histórica integraba el tiempo externo de un medio histórico con el tiempo interno de las emociones de sus protagonistas. EXTENSION DEL PAISAJE TEMPORAL El interés en el pasado extendió el panorama histórico de la sociedad burguesa. El S XX se interesó especialmente en la Edad Media. A la gente le fascinó la literatura, el folclore y la religión medievales LA DESESPACIALIZACION DE LA HISTORIOGRAFIA Con la expansión del panorama histórico, el tiempo poseyó ahora una profundidad y una diversidad de la que antes había carecido. El Renacimiento ya había descubierto el concepto de anacronismo, es decir, que cada época poseía su propia coherencia e integridad. EXPECTATIVAS DE MEJORA MATERIAL En la segunda mitad del S XIX, la tecnología y la producción industrial habían alterado el paisaje urbano y las expectativas de quienes vivían dentro de él. Para entonces, la escena urbana, fuera de los barrios bajos, empezó a mejorar. Las innovaciones y muchas otras, dieron a las clases superiores y medias un sentido de mejora y bienestar materiales. Sin embargo, los pobres, siguieron al margen de las nuevas perspectivas. Surge la propaganda y el apetito por compra de bienes materiales. Surgió el ideal de “comodidad” para justificar todas las compras innecesarias. DEL MILENIO AL PROGRESO En la escatología cristiana, el milenio era el fin de los tiempos, cuando todas las cosas se detendrían y se establecería el reinado de Dios en la Tierra. En cambio, la idea de progreso planteaba cambios en el tiempo. El progreso como idea gradual dependía del esfuerzo humano. El cambio del milenio al progreso implicó la transformación de un mundo religioso tradicional en un mundo burgués moderno,un cambio fundamental en la experiencia del tiempo. DE LA UTOPIA A LA EUCRONIA La nueva utopía temporal trascendió la limitación espacial de su predecesora, para proyectar un desarrollo de la actualidad al futuro. La transformación de utopía espacial a eucronía fue un cambio de enfoque NOVELA CIENTIFICA Y FUTURO AMBIVALENTE La imaginación científica captó al público lector (Julio Verne). Alimentó la imaginación intelectual de los lectores, pero olvidó su sensibilidad emocional. LA MEJORA DE LA MUERTE Hasta el concepto de muerte sufrió una transformación. La muerte ocasionó toda una etiqueta de costumbres y luto. El dolor de quienes quedaban atrás expresaba un sentido de que la muerte ahora era la barrera última que ya no era posible salvar. PROCESO TEMPORAL Y DINAMICA INMANENTE Siendo ahora el presente más mecánico en su ritmo la realidad se ha vuelto un proceso temporal. Todas las cosas necesitaban un tiempo para desarrollarse. El nuevo orden epistémico era el DESARROLLO EN EL TIEMPO. LA EVOLUCION DE LAS ESPECIES En los S XVII y XVIII, la ciencia de la historia natural había clasificado a las especies y los géneros por sus características idénticas o diferentes. El conocimiento resultante era de un orden taxonómico, no se plantearon preguntas acerca de gradación y conexión entre especies y géneros. Antes los hombres de ciencia habían explicado cambios geológicos como resultantes del CATASTROFISMO. En 1785 James Hutton propuso que los cambios eran graduales, resultantes de varios agentes mecánicos, a través de una inmensa extensión de tiempo. Surge así el principio de la teoría del UNIFORMITARISMO. Luego la teoría de Charles Lyell consolidó la teoría del uniformitarismo. Fue más empírico y comprensivo y propuso una variedad mucho mayor de agentes mecánicos de los cambios geológicos. El concepto de estructura hizo posible la nueva ciencia de la biología como estudio de la vida orgánica. En cambio antes se creía que las especies eran fijas y discontinuas, y que sus cambios eran catastróficos. La paleontología de Cuvier enfocó la función coherente, dinámica de cada organismo. Para él la función orgánica era la base de una anatomía comparada. La vida residía dentro del organismo. Sin embargo, ninguno logró extender el uniformitarismo geológico a la nueva ciencia biológica. Quedó reservado a Darwin en su teoría de la biología evolutiva, combinar el principio geológico del uniformitarismo con el estudio de las especies orgánicas. Los darvinianos explicaron el desarrollo en función de tres causas inmanentes: - EVOLUCIÓN - VARIACION (cambios en la estructura o disposición de los genes) - SELECCIÓN NATURAL (reducción de la frecuencia de aquellas variantes a las que en cada sucesiva generación les ocurre estar menos adaptadas) Los tres conceptos unidos, constituyeron la dinámica inmanente que explicara la evolución de las especies. LAS ÉPOCAS DE LA VIDA HUMANA Paralelo a la evolución de las especies orgánicas, el tiempo de una vida en la sociedad burguesa, especialmente el tiempo de vida burgués, consistía en épocas diferentes, distinguibles. Percibía a la niñez como una edad distinta entre la infancia y la edad adulta. La familia era la institucionalización de un espacio privado, emocional, como salvaguardia contra la nueva racionalización y objetivación de la vida económica. La juventud separaba la niñez de la edad adulta. El hombre ya había dejado la familia para meterse de aprendiz, servidor, o estudiante en otra parte, pero aún no se casaba ni había fundado una familia independiente. Se trataba también de un paso intermedio entre la familia y la sociedad. LA EVOLUCION DE LA SOCIEDAD El hombre de los siglos XVII y XVIII había experimentado la sociedad estamental como una jerarquía vertical. Tenía mayor familiaridad con todas las categorías y órdenes de personas de su propia comunidad que con las de su propia índole en lugares lejanos. La sociedad estamental era un orden en el espacio, que no se desarrollaba en el tiempo; y toda la caída de semejante orden necesitaba una “revolución”, es decir, una restauración. Las revoluciones industrial y política de finales del siglo XVII quebrantaron la fe en una jerarquía estable y especializada. Los habitantes de la sociedad burguesa la experimentaron como completamente inestable, obviamente cambiante y a veces hasta en conflicto. En la sociedad burguesa, tanto el orden en el espacio (estática social), como el cambio a través del tiempo (dinámica social) requirieron explicaciones conscientes. La evolución flotaba ya en el aire, y la realidad se convirtió en un desarrollo en el tiempo. Comte y Spencer vieron a la sociedad como un sistema racional alojado en dos compartimentos separados de tiempo y espacio. La sociedad en el espacio era una estructura funcional. La misma sociedad también era una dinámica social, en el sentido de que necesariamente pasaba por las etapas de un desarrollo evolutivo en el tiempo. LA RACIONALIDAD Y LA DINÁMICA TEMPORAL La sociedad burguesa atribuyó gran importancia a la razón objetiva. La razón arquimédica planteaba una masa cuantificable en un espacio y un tiempo objetivos, no la intersubjetividad de la vida consciente y encarnada. Al subrayar lo visual, lo no reflexivo, esta razón capacitó a la burguesía a triunfar sobre la orientación “irracional” de valores de las otras clases. El desarrollo en el tiempo agrandó esta objetivación, de un orden estrictamente espacial a un continuo temporal. Para los románticos, el mundo era radicalmente inmanente y natural. El idealismo hegeliano, a diferencia del idealismo platónico, era una filosofía íntegramente mundana. Buscaba la reconciliación de la idea y de la realidad. La idea era eterna (pero eternidad no como negación del tiempo). En contraste con el idealismo hegeliano, Marx fincó la dinámica social en fuerzas materialistas históricas. La crítica marxista del objetivo desarrollo en el tiempo empezó con el concepto de enajenación. La enajenación definió la interacción necesaria entre el ser humano y el mundo. En lugar de una razón objetiva, Marx planteó una conciencia teórica crítica de la totalidad, que podía ser la base para que la praxis revolucionaria superara la enajenación. En oposición al objetivo desarrollo en el tiempo, Marx planteó una dialéctica de lo subjetivo y lo objetivo, conciencia y estructura, crítica y praxis. Niestzsche también rechazó el objetivo del desarrollo en el tiempo. “La vida no es una adaptación de circunstancias internas a externas, sino voluntad de poder que, laborando desde dentro, incorpora y somete más y más de lo que está fuera. Sin embargo, más allá de la voluntad de poder, la intimación de inmanencia absoluta culminó en la profecía Nietzscheana del Eterno Retorno: Este mundo: un monstruo de energía, sin principio, sin fin;…un mar de fuerzas que corren y chocan, cambiando eternamente, retornando eternamente…eterna autodestrucción, eterna autocreación… LOWE ESPACIALIDAD La espacialidad como espacio vivido, orientado hacia el hombre, es una extensión horizontal perceptual. Es personal y privada e intersubjetiva. La sociedad aporta ciertos símbolos e instituciones para organizar la orientación espacial, dentro de la cual son posibles entonces las conexiones perceptuales. EL NUEVO ESPACIO DE LA ECONOMIA POLITICA La sociedad estamental en los siglos XVII y XVIII no contó con una ciencia de la economía política. En cambio, analizó la riqueza dentro de un espacio no dinámico mucho más restringido, de circulación e intercambio. Se podían intercambiar bienes cultivados y manufacturados, unos por otros o contra dinero. Por lo tanto, además de su utilidad, adquirían un valor de cambio en relación mutua. La circulación y el cambio de bienes generaban riqueza. El dinero no poseía ningún valor intrínseco, sino que era una representación de la riqueza que había en circulación. El sistema presuponía una economía agraria con manufacturas limitadas, donde la producción no había reemplazado a la circulación. El Estado podía facilitar la circulación de la riqueza, por medio de la política fisiocrática de fomentar la agricultura, o mediante la política mercantilista de promover las exportaciones sobre las importaciones. Para Adam Smith, la economía política era una investigación sobre la naturaleza y las causas de la Riqueza de las naciones. La riqueza de una nación era una proporción entre lo que producían sus trabajadores y lo que consumía la población. La proporción dependía de la habilidad y el juicio con que se aplicaba el trabajo de la nación, así como de la proporción entre quienes estaban empleados en trabajos útiles y los que se dedicaban a labores no útiles. Costo de producción = Salario (pagado al trabajador + Ganancia de Capitalista (a cambio del uso de los bienes de capital) Valor de cambio (producto de la granja) = Salario + Gcia. Campesino + Renta Esta asignación y este uso dependían del funcionamiento de un mercado sin trabas, en que todos los artículos competían abiertamente. Smith supuso que cantidades iguales de trabajo deben el todo tiempo y lugar ser de igual valor para el trabajador. David Ricardo, criticó a Smith por basar el valor de cambio en el costo de la mano de obra en la producción; en cambio, Ricardo insistió en que era la cantidad relativa de mano de obra en la producción, no su costo, la que determinaba el valor relativo de un artículo en el mercado. El resultado fue un sistema mucho más riguroso y cuantificable que el de Adam Smith. Ricardo limitó su sistema a la producción y el cambio. No se tomaban en cuenta la oferta y la demanda. John Stuart Mill criticó el sistema matemático de Ricardo, volviendo al sistema de Adam Smith. Mill colocó la economía política dentro de un marco histórico. Según Mill, no era enteramente espacial. Las leyes de producción podían asemejarse a las leyes físicas de la naturaleza, pero las de distribución en que se basaba el valor de cambio dependían de consideraciones institucionales, psicológicas e ideológicas y, por lo tanto, variaban en el tiempo. Empezó de acuerdo con Ricardo en que el valor de cambio dependía de la cantidad de trabajo requerido para la producción de un artículo, pero condicionó esto diciendo que también dependía del salario y la ganancia. Mill modificó sutilmente toda la base del valor de cambio, pasándola de las leyes de producción a las leyes de oferta y demanda. No obstante, la tímida revisión de Mill no derrocó las teorías de Smith y Ricardo. Entre 1870 y 1914, Alfred Marshall, con la teoría de la oferta y la demanda, desplazó a la de la producción y el cambio. La economía política se limitó al análisis de la producción y el cambio, y la utilidad marginal al de la oferta y la demanda. Ambas teorías suponían la psicología de la racionalidad económica. La economía política y su sucesora, la utilidad marginal, fueron las ideologías del capitalismo industrial. Quedó reservado a Marx emprender la crítica más radical de la limitada racionalidad de la economía política. Marx criticó a la economía política por limitarse a expresar las fórmulas abstractas generales del proceso material de producción, sin exponer la enajenación humana subyacente en la producción. El objeto de la mano de obra se enfrentaba al obrero como algo “ajeno”. LA AUTORIZACION DEL ESPACIO POLITICO El espacio político en la sociedad estamental de los siglos XVII y XVIII fue una jerarquía formalizada, fundada sobre las prerrogativas especiales otorgadas por Dios y por el nacimiento, no reductibles a la razón objetiva. La crítica de tal espacio por el derecho natural reemplazó la tradición de las prerrogativas especiales por una teoría del contrato social: no había espacio político en el estado de naturaleza, pero en la sociedad civil el contrato social autorizaba tal espacio político, dentro del cual eran posibles entonces el discurso constitucional y el intercambio político. El fundamento del espacio político por el contrato social, sin embargo, no era un hecho en el tiempo, sino una necesidad lógica. La intención de la lógica del contrato social era criticar el espacio tradicional, prerracional del ancien regime. La revolución industrial subvirtió la jerarquía social sobre la que se basaba el antiguo espacio político. Transformó la experiencia de la sociedad, de una jerarquía vertical a una de estratificación horizontal de clases. Robespierre tenía un enorme sentido de la discontinuidad en el tiempo. Para él, el mundo había cambiado drásticamente, y estaba obligado a seguir cambiando. Por ello la historia no enseñaba nada, aunque pudiésemos aprender lecciones de ejemplos tomados de otros lugares. Edmund Burke, concibió el espacio político, en cambio, como una cadena continua en el tiempo, dentro de la cual la acción y la interacción de intereses opuestos y en conflicto a través de las generaciones provocaban la armonía del universo. Si la historia enseñó algo a Burke, fue que las miserias humanas eran provocadas por apetitos desordenados como el orgullo, la ambición, la avaricia, la lujuria, la sed de venganza, la sedición, la hipocresía y el celo desenfrenado. La sabiduría política, por consiguiente, debe tomar en cuenta el continuo espacio-temporal. Para Mill, el espacio político no podía fundarse en un contrato racional y abstracto. Había que depender del apoyo voluntario del pueblo. Por consiguiente, la forma de un gobierno estaba en relación con un pueblo en particular, y de esa manera había que enfocarla. Mill, que siempre fue un racionalista consciente y empírico, trató de promover el progreso. Tocqueville extendió el análisis del espacio político para incluir a la sociedad civil. Tocqueville reconoció que la libertad que él siempre había acariciado sólo era posible en una comunidad en que fueran poderosos los nexos de la familia, la casta, la clase y la fraternidad artesanal. El nuevo principio de igualdad y democracia presuponía una nivelación de todas las ideas, sentimientos, ética y costumbres en la sociedad. El análisis político de Tocqueville abarcaba tanto la extensión espacial como la continuidad temporal. Robespierre, Mill y Tocqueville se enfrentaron a los problemas de la profundidad social y la continuidad temporal en el nuevo espacio político. Marx invirtió la relación de Hegel entre la sociedad civil y Estado político. En teoría, podía parecer que la sociedad civil era una etapa que condujera al Estado nacional; pero en realidad, la primera era la presuposición de este último, y ser miembro de la sociedad civil tenía prioridad sobre ser un ciudadano en el Estado. El desarrollo, según Marx, siempre ocurría a nivel real y no al nivel teórico. Marx seleccionó al proletariado como negación de la sociedad civil. Desde dentro de la sociedad civil, el proletariado sería la fuerza inmanente que trascendiera el status quo. La dialéctica marxista de la lucha de clases socavó la limitada racionalidad del espacio político de la sociedad burguesa. LA PLANIFICACION Y EL ESPACIO URBANO Durante el Renacimiento, la perspectiva visual fundada en la proporción matemática se limitó básicamente a la simetría y proporción de edificios y piazzas. En la sociedad estamental, la monarquía y la Iglesia utilizaron la perspectiva visual para producir la impresión de monumentalidad y poder ilimitado en sus palacios, iglesias y jardines. La ciudad preindustrial cambió gradualmente, a lo largo del tiempo. En la sociedad burguesa, la industrialización y la urbanización transformaron el paisaje urbano tan radicalmente que provocaron respuestas nuevas y conscientes a los problemas de la extensión espacial y la profundidad social en el espacio urbano. La respuesta en verdad original fue la de comunidades enteramente nuevas, establecidas por unos cuantos fabricantes paternalistas o por socialistas utópicos fuera de centros urbanos ya existentes. Los dos tipos de comunidades fueron respuestas esporádicas y sumamente individualistas al efecto de la revolución industrial, y nunca condujeron a un desarrollo sostenido. Sin embargo, son dignas de notarse como intentos conscientes por instalar pequeñas comunidades integrales aparte de los centros industriales urbanos. Tomaron en cuenta las necesidades y actividades de los habitantes de estas comunidades. Cada comunidad estaba funcionalmente dividida (zonas de alojamiento, y de trabajo, zonas de recreo). Estas comunidades planeadas y estandarizadas fueron una opción frente a los congestionados y caóticos centros urbanos. Y sin embargo, al estar apartadas de estos, atestiguaron la dificultad de mejorar el existente avance urbano. En lo centros urbanos en expansión, los reformadores agitaron en pro fe mejor sanidad, desagüe y transporte y a la larga lo lograron. El proyecto de Garnier de 1901 a 1904, fue el primer ejemplo de planificación industrial, urbana, que tomaba en cuenta todos los factores económicos y demográficos, así como la más avanzada tecnología en concreto reforzado y electricidad. Geddes en su obra (Ciudades en evolución 1909-1910) colocaba la planificación de ciudades en un marco total espacio temporal. Incluía al geógrafo, al experto en higiene, al sociólogo y estudiaba el pasado y el futuro de una ciudad. El presente era para él una transición de la ciudad paleotécnica a la neotécnica. El orden neotécnico del futuro ofrecía a Geddes la perspectiva de un equilibrio entre humanidad y medio natural, entre belleza y utilidad, entre rural y urbano. Para lograr tal equilibrio, la planificación de ciudades había de ser global. Cada ciudad poseía su propia historia de vida. Con objeto de captar esa personalidad cívica, el plano de la ciudad neotécnica había de tomar en cuenta factores tandiversos como situación, topografía y ventajas naturales, medios de comunicación, industrias, manufactura, comercio y población, así como condiciones del pasado y del futuro. La tradición de la perspectiva visual en la planificación de ciudades tan sólo trató de conservar el gusto y el valor de las clases superiores. Al llegar el siglo XX, la planificación urbana por fin trascendió la perspectiva visual. LA FAMILIA Y EL ESPACIO PRIVADO La familia ocupa un lugar distinto del lugar del parentesco; el primero es de intimidad, mientras que el segundo es una solidaridad comunal. En la sociedad estamental la burguesía, al participar más en actividades comerciales racionales, empezó a subrayar la intimidad de la familia como espacio compensatorio. La casa tenía ahora habitaciones privadas, especiales, con distintos propósitos, y no habitaciones generales para todos los fines. El control de la natalidad se convirtió en el método de limitación de la familia. La sociedad burguesa consolidó la intimidad de la familia. Promovió la separación del lugar de trabajo y el hogar. En la segunda mutad del siglo XIX, la familia burguesa vivió el mito de l amovilidad social por medio del consumo ostensible. El hincapié en la intimidad de la familia en la sociedad burguesa produjo dos fenómenos: - Un estilo particular en la decoración de interiores - Un ideal victoriano de femineidad. Pero ni el sentimiento ni la femineidad fueron completos; cada uno tenía una bifurcación burguesa, la otra cara de la moneda de los conceptos igualmente deformados de razón y masculinidad. Ejemplo de literatura: Cada sexo tenía aquello que faltaba al otro y lo complementaba. El hombre era activo y progresista; era el hacedor, el creador. La mujer, por su parte ordenaba y disponía; su gran función era elogiar y apreciar. Mary Wollstonecraft (en Reivindicación de los derechos de la mujer, 1792), se concentró en la educación igual para la mujer, pero indirectamente analizó la cuestión de la familia. Aunque aceptando la necesidad de la familia como institución, pensó que esta había sido deformada por la educación separada y desigual para el hombre y la mujer. El hombre y la mujer igualmente educados en común con respecto a sus derechos y deberes, se volverían mejor pareja, mejores padres. Según Desraismes, sólo una igualdad de derechos para hombre y mujer podría poner fin a esta contradicción. Ambos creyeron que si la mujer era tratada igualitariamente en el espacio público, la familia se corregiría a sí misma en el espacio privado. La crítica feminista aportó poco a la solución del problema de la familia burguesa. Una excepción notable fue Charlotte Perkins. Criticó el confinamiento de la mujer al espacio privado doméstico, que la restringía así a una vida de hipersensibilidad, placer y consumo. La crítica utópica de la familia surgió de una perspectiva que intentaba trascender la sociedad burguesa. Por tanto, fue más radical en su rechazo de la separación de los espacios público y privado en la sociedad burguesa. Thompson criticó la economía política no sólo por fomentar la competencia individualista, sino también por excluir y esclavizar a una mitad de la especie humana; a saver, las mujeres. Thompson atacó la familia como hogar del marido pero prisión de la esposa. En lugar del sistema burgés de economía política, Thompson propuso un sistema de asociación, de trabajo por medio de cooperación mutua. Hombre y mujer estarían a la par. Charles Fourier atacó las instituciones de la sociedad burguesa durante toda su vida. En lugar de una sociedad de comercio competitivo y familia privada, Fourier pensaba en un orden de falanges que permitiría a los hombres y mujeres de distintos caracteres, pasiones instintos y gustos, mezclarse libremente, tanto en el trabajo como en el placer. Creía que la fidelidad iba contra la naturaleza humana, y que la restricción del matrimonio monógamo conducía a la infidelidad y al engaño. La crítica utópica de la familia planteó un espacio integral que todo lo abarcaba, fundado en la cooperación racional o en la armonización de las pasiones y las necesidades humanas. La nueva organización espacial reemplazaría la separación burguesa de los espacios público y privado. Engels, colocó el desarrollo de la familia dentro del marco de una antropología evolutiva. Desde el salvajismo hasta la civilización, la familia evolucionaba, desde el matrimonio en grupo hasta la monogamia, pasando por el apareamiento. Goldman, propuso la verdadera emancipación de la mujer. El matrimonio, según ella, era básicamente un acuerdo económico. Amor y matrimonio eran contradictorios. Tanto Engels como Emma Goldman vieron la familia burguesa como cautiva de la estructura económica, y ambos valoraron el amor sexual. LA NOVELA Y EL ESPACIO TIPOGRÁFICO La narrativa, en la novela burguesa, era una estructura (de tres niveles) de conciencia perspectiva: - en el nivel básico: el narrador, en primera persona, cuyo punto de vista, subjetivo u omnisciente, daba coherencia al relato. - en el segundo nivel: los personajes con sus perspectivas en conflicto, que nacen y cambian según van viviendo el desarrollo de la trama - y en el tercer nivel: el horizonte del mundo de la ficción, con sus instituciones, valores y perspectivas. Ninguno de los tres niveles coincidía. En cambio, su estructura jerárquica capacitaba a la novela burguesa a presentar un desarrollo concatenado, significativo, que a menudo no se encontraba en el mundo real de la vida cotidiana. Richardson en sus cartas instantáneas, aún no había logrado separar el mundo de ficción de la visión de la heroína, puesto que ella era a la vez narradora y personaje principal. Así no había más que una perspectiva prevaleciente Richardson empleó cierto número de escritores de cartas, para abrir las dimensiones de las subjetividades en conflicto. Sin embargo, no logró alcanzar la distinción entre las perspectivas de los personajes y el punto de vista del narrador. Laurence Sterne señaló la complejidad de la narrativa y se anticipó a la ulterior estructura jerárquica de perspectivas en muchos niveles. Generaba una disociación de las perspectivas de narrador, personaje, autor y hasta lector. A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, en la sociedad burguesa, la novela había logrado estructurar la relación jerárquica entre el narrador, los personajes y el mundo de la ficción, para presentar el tema de los personajes en conflicto con su mundo. En las novelas de Jean Auten se podía tener una certidumbre precisa y absoluta del juicio del narrador con respecto a ese mundo ficticio. Tanto Balzac como Dickens consideraron la sociedad burguesa como abrumadora e inescapable. Balzac retrataba dos mil o tres mil tipos de personajes, con sus pasiones, atrapados en la vida cotidiana. Dickens, vio un cisma entre el ser humano como huérfano y la sociedad urbana industrial. Era un mundo hostil y confuso que reducía los seres humanos a estereotipos. Se ha acusado a ambos autores de crear personajes fijos y unidimensionales; pero resulta mas apropiado decir que mostraron la reducción de la subjetividad por las fuerzas materiales de la sociedad burguesa. Flaubert presentó una serie paralela de crisis privadas y políticas, que no conducían a ninguna parte. El fracaso es el destino de estos personajes pero no fue un destino externamente impuesto, sino fue debido a una brecha perceptual entre la conciencia subjetiva de los personajes y la realidad de su mundo. La novela moderna del siglo XX abandonó la estructura jerárquica de perspectiva en múltiples niveles para explorar otros panoramas y sensibilidades. LA PINTURA Y EL ESPACIO VISUAL La pintura burguesa presupuso una estructura jerárquica de tres niveles de conexión visual. - En el primer nivel, la convención de perspectiva visual fundada en la proporción matemática daba la ilusión de profundidad tridimensional a la tela, bidimensional. - En el segundo nivel, la imagen pictórica, construida por color y línea, luz y sombra, ocupaba la espacialidad tridimensional abierta por la perspectiva visual. En conjunto, la perspectiva visual y la imagen pictórica daban al espectador la ilusión de una representación realista. Sin embargo, el significado o la iconografía de la imagen dependía de: - un tercer nivel de valores referenciales compartidos por el pintor y el espectador. La pintura burguesa corrió paralela a la novela burguesa. Tanto el neoclasicismo como el romanticismo se enfrentaron al problema de resimbolizar las imágenes pictóricas. Vieron la necesidad de reinvertir la imagen pictórica con un nivel extra de significado iconográfico. William Blake también estaba preocupado por el problema de la iconografía. Blake subrayó la importancia de la línea sobre el color. Con líneas claras y tensas trazó figuras no sustanciales, radiantes de energía. A mediados del siglo XIX, el interés en el marco iconográfico de la imagen pictórica desapareció cuando Constable y Turner, los paisajistas ingleses, apelaron directamente a la naturaleza. Estos pintores creían que la imagen debía derivarse de la naturaleza, en lugar de estar cargada de un significado clásico, romántico o visionario. Aunque despojada de referencia iconográfica, la imagen naturalista o realista seguía teniendo un objeto o tema definido, a saber, la naturaleza. La importancia de los impresionistas y los postimpresionistas estuvo en su preocupación por el calor y la luz en la presentación de la imagen pictórica. Cambiaron el enfoque, de la función representativa de la imagen, a la presentación de la imagen misma. La teoría de que los objetos no poseían colores inherentes, sino que bajo distintas luces y sombras reflejaban colores cambiantes. La imagen resultaba del juego del color y luz sobre el ojo. De ahí lo radiante de la imagen impresionista. Por último, la estructura jerárquica del espacio visual en la pintura burguesa quedó destruida. Esta desestructuración del espacio visual hizo posible el cubismo de Picasso y Braque y de todas las otras pinturas modernas que los seguirían.