Se describe una nueva estación de grabados rupestres localizada en el interior de la Necrópolis de Arteara, en el Barranco de Fataga. El hallazgo no tiene precedente en las Islas Canarias, pues es la primera vez que se descubren manifestaciones rupestres asociadas a un contexto funerario. Los grabados representan figuraciones humanas, inscripciones líbicas-bereberes y otros motivos geométricos.