La historia del peregrinaje entre el Sinaí y el Gólgota es, en realidad, la historia de un viaje del mandato a la invitación del temor al amor. Esta peregrinación no ha ocurrido una vez, sino muchas. Hasta cierto punto es un viaje que todos hemos de hacer. El recorrido entre estos dos montes no es fácil. Incluso nuestro intento por comprenderlo suscita preguntas difíciles como: ¿Por qué parece que el Dios del antiguo Testamento es distinto al Dios del Nuevo Testamento? ¿Por qué el Sinaí es tan diferente al Gólgota?