Davidson - La Aparicion de La Sexualidad-OCR

June 23, 2018 | Author: Dante Cima | Category: Michel Foucault, Psychoanalysis, Epistemology, Translations, Science
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Mí libro no contiene so- luciones a los proble- mas, y sus irritaciones son más dificiles de ali- viar que las producidas por los juicios morales discordantes acerca de la sexualidad: me gustan las irritaciones pro- vocadas por la fricción epistemológica. Se puede estar a favor o en contra de la perver- sión, la cuestión me importa poco en este contexto; el objetivo de mi critica epistemo- lógica es el empleo mismo de los conceptos de sexualidad-perversión. Con todo, la irrita- ción no basta. Debe dar lugar al trabajo crí- tico del}pensamiento sobre sí mismo, un tra- bajo sobre nuestros límites que nos permita pensar de forma diferente. Como dijo una vez Antoni Tapies, hay que provocar un mo- vimiento «que irrita y, a la vez, puede hacer reflexionar mucho a todos los "bienpensa- dos" que se creen en posesión de la ver- dad».Y, si somos afortunados, no será un efecto menor de este trabajo esa fricción que nos permitirá establecer «una relación nueva y extraña» con nosotros mismos. ARNOLD I. DAVíDSON ISBN 84-933332-3-9 9 IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII 88 4}93 33 3 23 2 N OTA. DEL T R A D U C T O R Siguiendo el afán de precisión conceptual que mues- tra Arnold L Davidson en estos ensayos, se ha puesto el mayor cuidado en la localización de las fuentes y el uso de las traducciones. Siempre que ha sido posible se han utilizado las traducciones existentes al castellano o se ha acudido a las ediciones originales cuando se citaban tex- tos en terceras lenguas no traducidos al castellano. En lo referente a las obras de Michel Foucault, se ha seguido el criterio general de citar la traducción publica- da; en alguna contada ocasión, se ha retocado el texto para ajustarlo al original y al comentario de Davidson. Kn el caso de los textos publicados por Foucault en vida al margen de sus libros y recopilados póstumamente en los cuatro volúmenes de Di@ er écrie, el criterio más coheren- te, dada la diversidad de las traducciones, ha parecido el de traducir directamente de los textos franceses, como hace Davidson en sus últimos ensayos. El traductor está en deuda con el doctor Manuel Cab- lea (Barcelona) por su ayuda con la texminología médica y psicoanalítica del ensayo 3, así como por el asesora- miento en temas relacionados con la histeria del arte, y con el profesor José Villa Flores (Universidad de IHinois, Chicago) por su ayuda en la localización y obtención de la traducción castellana de un texto de Carlo Cinzburg comentado por Davidson. J UAN C A S R I E L L Ó P E Z C U XX La uparicioyd ds la rejhqdalidad conceptos y, en especial, por el concepto de la sexualidad y, en primer lugar, irritante para los otros historiadores y de manera que nuestra forma de casamiento sobre no. filósofos comprometidos con otras historias de la sexuali- sotros mism c soidsnt e som os n u estra sexua- dad y habituados a ellas. Sin embargo, el efecto propues- MaW». to debería incitar una irritación más general, ese tipo de óQómo escribir, pues, una historia de una forma de irritaci6n producido por un extrañamiento de nosotros pensamiento y expe 'encia que es tan obvia q@e parece mismos, como resultado del cual ya no sabemos éha- natural e inevitablet Casi cualquier historia de Éa sexuali- dad es una historia de nuestras ideas -juzgadas más o problemas, y sus trritaciones son más dificiles de aHviar menos verdaderas- acerca de la sexualidad, una historia que las producidas por los juicios morales discordantes de nuestras instituciones - c o n sid eradas más o menos re- acerca de la sexualidad: me gu s tan l as irri t a cio n es pr o v o - cadas por la fricci6n epistemológica. Se puede estar a fa- sexualidad f u er a u n a b s o l u t o , un a con stante, exterior al vor o en contra de la perversi6n s la cuestión me importa t tem o , c o i l a h i s t o r i a e l a s e x u 'dad exi 'era e poco en este contexto; el objetivo de mi críuca eyistemo- lógica es el empleo mismo de los conceptos de sexuali- sl cuH p u ed e p i v o tar n c a tr e hi storia. Ahora bien, iy s l a '= dad-perversi6n. Con todo, la irritación no basta. D +e dar propn sexu ad f u emjustoncn si unahiato s dala sexua- Éu«ar ttl>xahajttctfttco del~ ensannento sobre si ruismo. lidad introdujera la discontinuidad en nuestro mismo ser u n trabajo sobre nuestros lhnites que nos psronta pmn n y desgarrara la tranquilizadora estabilidad de una necesi- de forma diferente. Como dijo una vez Antoni Tápies, hay dad supuestamente eterna'Éu éCuál sería el efecto de este que provocar un movimiento «queirritay, a la vez. puede hacer refiexionar mucho a todoslos "bienpensados" que rica de la sexualidad P se creen en posesión de la verdad».s Y, si somos afortuna- ~a r a e scÉÉÉíír la historia de una forma de pensamiento. dos, no será un efecto menor de este trabajo esa fricción de un estilo de razonar, hay que recurrir a una perspecti- que nos permitirá establecer «una relación nueva y extra- va y unos procedimientos analíticos que no son típicos de ña» con nosotros mismos.s los histori gp g ~ eJcjs ~ jo s. L o que he llamado en este libro e p i stemología histórica» es un intento de po- Florencia, 2 de j ulio de 2003 ner en prácttca esta pe y estos procedimientos en relaci6n con nuestra experiencia de la sexualidad. El efec- to pretendido es soltarnos de esa experiencia, despe- garnos de ellad un modo e corroa su obviedad, en palabras de Foucault, permitirnos el « e sprenderse de sí mismo». No cabe duda de que este intento será irritante 3. Antoni TiÉpies, «El arte japonés y el culto de la «intperfécción»n, en 2. Me hago eco aquí de las observacionesde Foucault. «¹etssche, la Fnhr dklayea trad. Aurora Gmds, Madrid, Ave del Parfdsch2001, p. 138. généalogie, Phistoire», en Diry sr eénh 1 1954-1975 Véase en especial 4. Micbel Foucault, «Préfaceijl ~t oir e de lasezuaiité"», cn Xjisy sr la sección S de ese ensayo. séyirf Q 19yón19SS,París, Callijjuard. 2001. p. H03. por más que no e dt a s tamindn ia descripciánda un pro emtu eattst s~ e e rien 'a spta nene tjúa convenirse en ptoblemktica.. no podemos pensamosni pensar nuestra identidad psicológica más fundamental 1 . moldeada por un conjunto especí6co de 1. '@j~ iiataS~det S . ~ : > t.-'4k . como observó Michel Foucault. J9$4-JNS Patia. une queatiou du pouvoirta. en las circunstancias apropiadas. Y el «triunfo» de ias ciencias itumsnras radic~arecisamenteeen gq~ tan el pape1 de la sexualidad en la formación de nuestra • gg ial '':4 t p erson a su usar parivilegüadq en el t corazóñ de nues- t tavtZa s u ' . encareci a contar nuestros deseos.. en e ~ r el er m i smo»-. nuestra identidad obligatoria. no cabe duda de que se trata de algo evidente.. r tórico f i losófico. P RÓ L O G O A LA EDICIÓN ESP A Ñ O L A . t t l ~du tio+ sd~ 9 'Sap a que tette~ m y „ que descolgarnos yara qu e pierda su QNí 'transparcncia y se convierta en un. o eso es lo que nos han dicho una y otra vez. p. en ese estrato profundo y en ocasiones secreto de nuestros deseos que pone de mani6esto el tipo de individuo que somos. «Somos nuestra sexualidad~. 1531.' no resulta me- nos importante en términos históricos que esa individua- lidad está. stFolie.objeto de análisis lna- . Dio dpkHe J. WéiHgL" el efecto y el instrumento del poder -«somos individua4- sados. t-. a la persona ade- cuada.Nof uesóloen el sigio xixcuándosenos ddudí "ecuatSe~te. Callimar4 2001.dat Íi. . NC . Michel Foucauit.'4 da nes somos en realidad. En cierto sentido. si quedamos revelarnos a nosotros mismos quié- '. sin pensar en nuestra sexualidad. En otro sentido. es a . en el momento adecua- do. Si. nuestra in vidualidad. . El sexo y laaparición de la sexualidad 65 3. .. 147 5. Sobre epistemología y arqueología: de Canguilhem a Foucault 281 Apendíoe Foucault. Foucault y el análisis de los conceptos. . . Cómo hacer la historia del psicoanálisis: una lecturade Trarensayospara una teoría senil de Freud lll 4.. . psicoanálisis y placer 301 'Notas. . . . . . . . . . 13 1. 3l l Créditos 345 fndice onomástico 347 . La epistemología de las pruebas distorsionadas: problemas en torno a la historiogra6a de Carlo Ginzburg 211 7. . . fNDICE ~l ogo a laedicion esp añola 7 ll Nota del ttacfuctor . . Ciérrense los cadáveres 25 2. El horror a los monstruos . . . Estilos de razonar: de la historia del arte a la epistemología de la ciencia 6. . L A APARIC I 6 N D E L A S E X U A L I D A D & ólogo . . 261 8. una puerta que con frecuencia se oculta a los historiadores de la ciencia y a los historiadores culturales de la sexua- Mad. Puesto que e n sayo-conferenci ha sido mi medio natu- ral de expresi n. e resisu o el impulso de hacer que este libro vaya en coñtra de la naturaleza. lo característico de al- gunas afirmaciones centrales de mi interpretación históri- ca depende de la posici6n metodológica desarrollada. Estoy convencido de que existe una relación íntima entre mi perspectiva filos6fica y mis interpretaciones históricas. No he in- tentado atenuar su tono oral. PRÓLOGO Los ensayos reunidos en este libro han sido escritos de forma más o menos independiente a lo largo de los años. de modo que la divisi6n de este libro en dos partes diferen- ciadas (ensayos 1-4 y ensayos 5-8) es artificial. y en muchos casos en un ensayo se desarro- llan en extenso razonamientos insinuados en otros. En realidad. por más que no sea arbitraria. Todos eGos nacieron como conferencias y están marcados por las ocasiones de su presentación. pretenden apoyarse mutuamente. El aparato metodo16gico des- crito en la segunda parte de este libro permite una aproxi- maci6n muy particular a la historia de la sexuahdad. y sin el enfoque específico de la epistemología hist6rica no veo cómo habría sido posible el énfasis en lo hist6rico que aquí se ha articulado. Para conseguir hacer visible y justificable esta cla- se de historia de la sexualidad era necesario captar la especificidad y las virtudes de lo que he denominado . ni tampoco he suprimido al- gunas repeticiones n ensayos relacionados. Si bien estos ensa- yos pueden leerse de forma separada. creo que sólo ahora. estruct ur ada t ant o p o r l o s c o nceptos científicos lo Foucault discute el conjunto perversión-herencia-dege- como por los juicios morales. en la segunda). incompatibles. Apenas le preocupa la estructu- En cada una de las partes del libro hay un ensayo que. el capítulo 4 de la monstruos» desplazo la atenci6n desde la historia del ra. sin ser enteramente acerca de psicoana is s . a si independiente de ellos.s El objetivo de Foucault es distinguir en- cusiones breves pero cruciales relativas a la psiquiatría y tre psicoanálisis y psiquiatría. incluso en este contexto. ra conceptual o la estructura de las prácticas discursivas a primera vista. d e modo más específico. Nuestra experiencia de la normativi. Sin embargo. desde nd punto de janteexposici6n.s A continuación procede a discu- son o llo co on la actitud en apariencia muy di. en un caso especifico. Al principio del capítu- dad. historia de las relaciones de poder puestas de manifiesto to dológica. nes y las de Fou&ult. En La voluntad'ck saber. estamos capacitados para escribir seme. del que dice que constituyó el «sólido n u cl eo dimensi6n. tir lo que llama la «singular posición del p sicoanálisis» ferente de Foucault hacia él. Los intereses arqueológicos los monstruos» en la primera parte y aLa epistemología han cedido su posición privilegiada a los genealógicos. deseo señalar un pasaje de La t oluntad ck conceptos y el razonamiento científico. saber que complica la interpretación que es posible hacer sión de que el tipo de historia de las emociones esbozado de Foucault y que también debería ayudar a especificar en «El horror a los monstruos~ es un intento de llenar un mejor una fuente de las diferencias entre mis afirmacio- vacío en la ambición general de la primera parte. el valor de inuckm de las afirmaciones metodo16gi. de nuevas tecnologías del sexo» en el siglo xix y que ya Una segunda cuestión planteada por los ensayos de la representó una importante transformación de los méto- primera parte de este ' r o se refiere a mis afirmaciones dos practicados por el cristianismo.' de las pruebas distorsionadas~. En «El horror a los Como observó el propio Canguilhem. sis efectuó una «rupturap~ con respecto al «gran sistema de . aunque sus guilhem en que aún no disponemos de una explicaci6n observaciones resultarán ininteligibles para el lector del convincente y detallada de la relación de Foucault con el texto inglés. de la confesión de la carne cristiana. por la voluntad de saber. Si los pri. Coincido con Georges Can. donde parece ' ta. con la pu. parte IV de La voluntad de caber contiene un importante zonamiento científico sobre lo normal y lo patológico pasaje en el que Foucault establece una distinción entre hasta la relación entre exposición científica y valoración el psicoanálisis y la psiquiatría médica del siglo xI x t al moral y teológica. debe situarse en más de una neración. parece alejado de los demás («El horror a peculiares del psicoanálisis. en el fondo. ( dla position singuliere de la psychanalyse» ). La apccrición ck k decccccdidad A oetet epts~temo o~aeststdtteeg Ademis. me da la impre. a saber. normatividad y sus desviaciones. «extraña posición de la psiquiatríap («the strange position blicación de Die et ééntr y su recopilación de muchas dis. insistir en la continuidad del psicoanálisis con las técnicas cas que realizo se ve directamente apoyado por el conte. el abanico de psicoanálisis y en el inodo en que éste encaja con la larga beneficiosque pueden derivarse de em perspectiva me. y afirmar que el psicoanáli- el psicoanálisis. indicando al mismo tiempo que comprender la constituci6n de nuestra experiencia de la nuestros enfoques no son. en el espacio de meros tres ensayos trazan sobre todo la historia de los este pr61ogo. Foucault se centra nido de los ensayos históricos. como se había ido desarrollando. de hecho. of psychiatry»). puesto que la traducción hace referencia a la psicoanálisis y. las interpretaciones his. principalmente en los efectos de poder producidos por el tóricas muestran. como si estuviera atrapado gicos de Foucault. zerdadera. entre mi admiración por la obra de Ginzburg y gías políticas existentes. se- gún Fou yult. una de las cuales institucionales del problema.proporciona una inicialmente percibida.seria que forman partedel régimen d biopoder Sin embargo. piense . y no creo que la distin- mí. la prueba y las pre- der. sx n-herencia-degeneracion y que la refutación por parte onm c~ to a e i r a aonar e oa o e p!tuioam n o uc i u t t taana de Freud de dicha noción. análisis marca. cionadas con el problema de las condiciones zk validk tenso I ri me r o.El argumento del tercer ensayo. puesto que no tar reconciliar la epistemología histórica con las dases de era ésa la dimensi6n de análisis que le interesaba en La afirmaciones historiográficas realizadas por Ginzburg. Gis pregunrtas sobre la evidencia. 4 Sean cuales sean las criticas que uno le en lahistoriografia d a r l o Gínzbur l an t ea preguntas acerca del uso de las prue as que mnguna epistemología haga en relación con esas tecnologías decimonónicas que emprendieron la medicalizaci6n del sexo. más o menos absolutista y la otra completamente rela- ' tivista. dentro de un espacio conceptual arti- mejante razonamiento y. de hecho. cho sucintamente. ~ erveratonnterencia-degeneración como punto de ruptu- ra entre psicoanálisis y psiquiatría. de la epistemología hist6rica. es que la noción psiquiátricade~s- txnto sexu s un c o mponente básico del sistema perver. en esta cuestión se observa sin ambi. entre condiciones e v e z y condxcxoíies 8e posibilj. como incluso en ese nivel de análisis. sino también en el plano de las prácticas discursivas tensiones de verdad del ensayo sobre Ginzburg están re- per se. Aunque Foucault.' ayudéis crucial jara. constituy6 desde la perspectiva de algo jazz' z z e cómo un enunciado se o n v ie~e en~can x- parecido al análisis arqueológico de Foucault lo que ca. hist6rica puede permitirse pasar por alto. entre dos concepciones irreconciliables de la evidencia. ción absolutista/relativista marque un hito de importancia t us psicoanalítico. una «ruptura» con respecto a las tecnolo. algunos. no s>~ cr e sa por la es ecificidad del marco concep. En realidad. t~ bria considerar como una revolución en un estilo de razo. centrado cular pueden ser bastante objetivas. Porque ese mismo sis. en l as del poder -por decirlo en los términos más burdos posibles. Foucault no realiza esta afirmación. aliviar 4 tensión una discontinuidad fundamental entre psiquiatría y psi- coanálisis no sólo en el plano de las tecnologías del po. Coxxsidero e l a distinción relevante aquí. la güedades su énfasis en las dimensiones políticas e prueba histórica e incluso de la verdad. Es posible que lisis el que «se opuso rigurosamente a los efectos políticos se perciba cierta tensión inicial entre este ensayo y los e institucionales del sistema perversión-herencia-dege. tinguir entre esos dos niveles de condiciones para inten- nar. l o s x lazx. La apanciopz do la scrualidad &dio egen la d eracióng. deja espacio más que culado por un estilo de razonar -que permitirá una am- suficiente para su articulación y defensa pliagama de enunciados que pueden ser verdaderos o En la segunda parte de este volumena mi ensayo «La falsos. No siento ningún conflicto insuperable.s De modo coherente con los intereses genealó. resulta not ue ]a ixstéma definitiva en lo que otros han convertido casi en una bata- Ha maniquea. que escribo desde la perspectiva de la tradición francesa neración». Di- voluntaddo saber. no sólo política sino también están relacionadas con el r o blema de las copzdioionaz dk conceptualmente. preparado en ex.pe ro no dice nada incompatible con se.las condiciones de validez de un enunciado parti- epistemología de las pruebas distorsionadas». fue el psicoaná.- tema de perversión-herencia-degeneración representa dad. a diferencia de la continua invocación a Foucault.~ Las re nt a s s obre la v e rdad. y si tuviera que decir cómo que los estilos de razonar y los espacios conceptuales aso. s' cene as l ción meramente ideológica. De hist6rica que he avanzado no veo nada que se oponga. Algunos ensayos contienen agra..empapada en las promesas y las amenazas de la sexua- dos en «La epistemología de las pruebas distorsionadas». este libro habrá conseguido uno de sus ob. del todo inapropiada la etiqueta «construcción socialg Si en ocasiones da la sensación de situarse entre diver. el modo de determinar si la afirmación de que alguien padecía una perversion sexual era cierta. Considero que la idea de que hay que mantener la y condiciones de posibilidad. ejemplo. supongo que diría algo como lo que sigue. ®g lggnr u gg . fruto me despilf arro de energía. unas~ciencia deeasla sexualidad en el siglo xsx porque empe- e ~ ss .• he utilizado la epistemología histórica en dicha aproxima- ciados pueden -por más que de forma relativamente' ción -dejando de lado las cuestiones acerca de las prue- rara.l bas-.sobre. Las con:f diciones de validez para un enunciado particular pueden í Si me viera obligado a resumir mi aproximación a la ser objetivas. los escritos y las críticas de colegas ajenos a ella. independientes de los cambios políticos e. de malas obras.que'híjo posibÍe. derar como una práctica más tradicional de la historia. las motiva- categorías de enunciados verdaderos y falsos.padecer una transformación radical. como si dad. un punto de vista que no deja de sorprenderme por extrario y que es contrario a cuanto oí decir a Foucault.ine"vita aíli que-ños reláeie~es c(e fuerza. Foucault rechazó Las deudas contraídas durante la redacción de esta obra son considerables. No nació sea combatir el punto de vista de que la verdad es una no. en este modo. de conocimiento y.1 historia de la sexualidad -dejando de lado las cuestiones ideo16gicos. lidad. •e como descripción de mi obra. en especial. había den. como cabría lidad» está vinculada a la aparición de nuevas estructuras por consiguiente esperar. eia. esa supuesta dicotomía in. Por esta razón encuentro neu' y a los conceptos empleados en él. Siempre emprendo mi trabajo desde la Es cierto que muchos parecen creer que el uso de la filosofiae pero sin duda este libro se ha visto mejorado por obra de Foucault exige el rechazo de lo que cabría consi.y una cantidad aún más enorme de divisiones demasiado burdas e inapropiadas. y. basada en intereses pohticos zaramos ayreoc~uarnoé por nuestra verdadera sexuali- específicos y reducible a las relaciones de poder. 'le distinción como la realizada entre condiciones de validez jetivos. mis exposiciones históricas ape. mclgso„. a un nuevo estilo de razo- nas contienen historia social. por los historiadores. incluso cuando uno mantiene a otro nivel í del horror y los monstruos. Kn la versión de la epistemología preocupáramos por nuestra verdadera sexualidad. Cuando se Heva a cabo una sas disciplinas. La epistemología hist6rica intenta mostrar c6mo Ni los estilos de razonar ni los espacios conceptuales son esta nueva forma de experiencia que llamamos «sexua- simples expresiones de intereses sociales. ciones Rlosóficas de su obra coexistían con un interés vi- tro de esas nuevas condiciones de posibilidad criterios tal por la escritura de la historia tal como la practicaban acordados -así como un amplio consenso. Algunos historiadores han rechazado a Foucault. pureza de las disciplinas académicas ha producido un enor- salvable acaba por percibirse como mal establecida. Cinzburg de. nuestra existenci se convirtió en una sexgstepg- última instancia a los tipos de razonamientos desarrolla.18 L>r apanciónde la sexualidad que„aunque el estilo psiquiátrico de razonar creó nuevas la obra de algunos historiadores. sin embargo. sino que fue la aparici6n de uná ciencia de la sexua- la prueba hist6rica fuera una expresión superficial de las l~iZád la. Peter Ga. Frangois Delaporte y Sandra Laugier por los años de fruc- mas a la redacción de este libro. han discu. Universidad de Princeton. Berlín. Extensas porciones de este libro se realizaron fuera chos años de discusi6n sobre los temas de este libro. las interminables conversa- t igaci6n. De modo más reciente. Lisboa. Lorrai. para las Humanidades de la Universidad de Michigan y al diflcilmente habría sido capaz de llevar a cabo este traba- Wissenschaftskolieg de Berlín las becas que me han ayu. si bien mi obra se lison fue en cierto sentido mi primer colega de verdad halla muy alejada de la suya. Por fortuna. han tenido sobre esta obra en la que es posible trabajar de verdad. E l p e r sonal i n v estigador d e l a D i v i sión d e ciones telef6nicas con Jim Conant sobre cualquier tema Historia de la National Library of Medicine me propor. mis colegas del Depar. Romanische Buchhandlung de chell y Joel Snyder. De no ser por el apoyo temprano de Ian Hac- manidades de la Universidad de Stanford. una influencia que me resulta muy dificil calcular. Compagnie de París. Son de Chicago: París. y la ayuda recibida tanto de él como de sus escritos. cho dePierre Hadot. es casi imposible indicar su profundidad o su ex- ciplinales entre la filosofla y la historia de la ciencia. ya veinte arios los que llevo beneflciándome del consejo Bío de Janeiro. Estoy en deuda con la Uni. pero no hay mejor momento que David Halperiny David Wellbery han desempeflado éste para reconocer algunas de mis deudas no saldadas papeles importantes en el desarrollo inicial de algunas de con lugaresy personas. ne Daston y Peter Galison han desempeñado un papel aunque su influencia queda a menudo explícita en estas importante a la hora de ayudarme a saltar los límites dis. tein. naria librería del mundo está a menos de doscientos me- . Florencia. Laie de Barcelona. úferos debates. Las tensión. páginas. cordura y cion6 una ayuda crucial. peñado un singular papel en el desarrollo de mi obra. Stanley Cavell ha desem- Los historiadores de la ciencia Mario Biagioli. la Universidad de California en tamento de Filosofía y el Comité sobre los Fundamentos Davis y la Universidad de Chicago. necesidades investigadoras. un placer intelectual inagotable. grandes librerías del mundo como sustituto de las biblio- jo editorial y el extraordinario equipo de Cntk a/Inpc&y han tecas de investigaci6n. al instituto king. estas ideas. la vida coti. estoy agradecido a Mar proporcionado una combinaci6n de estímulo intelectual y zocco y La Libreria Francese de Florencia. Por ello. imaginableme han proporcionado continuidad. Tom Mit. la En Ia Universidad de Chicago. Du- versidad de Chicago por su continuado apoyo a mi inves. Los estudiantes de la Universidad de Stanford. rante los últimos cinco años. y me alegro de haber podido revivir versaciones han continuado sin interrupción desde esa en estas páginas sus tempranos ensayos sobre Wittgens- época. Berlín. he sacado un enorme prove- cuando empecé a darclases en Stanford. Agradezco alCentro para las Hu. y a menudo los dos juntos.20 decimientos específico. Hace muchos años empecé a utilizar las intelectual de Dan Brudney. jo. Sin y ContraCapa de Río de Janeiro por satisfacer &exentes mis conversaciones diarias con Tom Mítchell. Entre mis colegas franceses quiero destacar a conversaciones con ellos han contribuido de muchas for. y nuestras con. Por otra parte. así como los públicos Conceptuales de la Ciencia han creado esa rara atm6sfera de decenas de universidades. años han sido una inagotable fuente de inspiración. Livraria de Portugal de Lisboa tido conmigo sobre prácticamente todas las materias. Mis compaheros del conse. Los debates con Hilary Putnam a lo largo de muchos dado a continuar este trabajo. Barcelona. Estoy especial. mente agradecido a Dan Brudney y Jan Goldstein por mu. la más extraordi- diana habría sido mucho menos soportable. La Procure y divérsión sin la cual creo que ya no podría pasar. y a Michel Foucault. . por todas las razones concebibles y a quien sólo puedo repetir las palabras de Vergílio Ferreim eO voca- bulário do amor é restrito e repetitivo. y sin la hospitalidad y la generosi. Mas é deste silencio que nasce todo o vocabulário do mundo~. Pasé las partes más felices de la elaboración de este li- bro en Travalle italia) . y estoy profunda- mente agradecido al Seminary Cooperative Sookstore. tros de mi apartamento en Chicago. LR Rp8X1ClOQ dad de Arno16a y Renata Biagioh esa felicidad habría sido para mí inimaginable. así como a sugerente Jact Cella. de la sexua1idad Mis padres me han mantenido su apoyo incluso &en- . te a idiosincrasias e inconvenientes no siempre fáciles de sobrellevar.Y no puedo dejar de mencionar los a5os de apoyo intelectual y moral. de Lindsay Waters.por responder a innumera- bles preguntas. porque a sua mel- hor expressao é o silencio. así como la persistencia. cu- yos escritos. conversaciones y aliento fueron los primeros que me hicieronpensar hace muchos anos que podría te- ner algo que decir. Este libro está dedicado a dos personas: a Biane Brentari. debo en parte la existencia de este hbro a los amigos que insistieron repetidas veces para que lo redac- tara. Puesto que mi deseo de escribir libros se ve casi siem- pre aplastado por mi infinito interés ante la lectura de B- bros ajenos. no vinculándose anada. aciones como las de Bouillaud en su PkiVarophie mé. dicale determinarían el destino de la medicina: Si haylrtun s~ axioma a en me a. la víscera gástrica.s La historia de esta hermosa conquista está llena de sorpresas e ironías y sus pormenores todavía tienen que contarse. los pulmones. e s eses afirmación de qugno existe enfermedad sin sede. Sin embargo. Ciérrense los cadáveres En El nac&nienmdk la clíeinr. o su localisa- ció e e s una las más hermosas conquistas de la medicina moderna. podemos resumir el optimista y revolucionario entusiasmo de los anatomopatólogos con las palabras de Bichat: Se habrán tomado notas de la ma5sna a la noche du- rante veinte a5os junto al lecho de los enfermos acerca de lss afecciones del corasón. i se admite la opinión contrárina. o&ecerán un conjunto de íeuóme- . Michel Foucault rastrea la aparición y los e c t os de Ia conunci6n de la anatomía paaQ>gpc~ala mergicina c nica. seria menester admitir tambikn que existen fun- ciones sin órganos. y subiera a%a i mp~ ~ de fa ' rimera como fundamento ' ara la descripción y cla- s cacih de ias enfeggeda ed' A pnncipics deÍ ügló ssx. La de- termmación de la sede de Ias enfermedades. y todo ello sólo aparecerá como confusión de síntomas que. lo que es un palpable absurdo. una interpretaci6n diferente de aquello de lo que se con- porque con estedeclive Hegó la proliferación de nuevos siderabaque eran enfermedades. La historia de la aparición en el siglo x' de lá~si. i n sistió nica.pn: dos etapas expBmttvas compartutn úñ compronuso con ei .es. versiones eran anormalidades del ins~ t ~ al . Sin embargo. se prendida. cada etapacomo caracterizada por un modo o forma de dades. por lo tan- des fueron descritas como algun tipo de desviación fun. La anato- con m o a n uestra actu e p istemología del yo. por quiatría occidental se produce justamente durante la épo. to.~ nuestras concepciones de nosotros mismos.d ria determinan algunas de n u estras nociones actuales na e a s grandes rupturas de la historia de la psi. La aparición ck la senculidad Cidnsnss iss cedérrsrss nos incoherentes. su autonomía de la neurología y la patología cerebral. En esteensayo me centraré en las enfermedades de así F u e «la r a n r u t u r a e n l a perversión sexual e intentaré mostrar cómo se entrelaza historia de la medicina occidental data precisamente BP la historia de esta categoría nosológica con la decadencia mom énto en quela~ex eriencia dinica se convierte en ia de la anatomía patológica. explicación diferente. acerca de la enfermedad mental (como muestra. dependientes cada una de ellas de ca en la psiquiatría no es sólo la historia del dedive. En la prim era etapa.también de sus enfermedades. y más tarde también en la teoría. en el caso de la perversión sexual. Ábranse algunos cacíáveresi enseguida ee rascomo enfermedades signi6caba crear toda una nueva verá desaparecer la oscuridad que la observación por sí sola eépecie de individuos énfermos'y'alterar de modo radica1 no había logrado disipar. los efectos de esta historia han ayudado a determinar~ + " quiatría mo disciplina médica autónoma -y. en términos estaba frente a una anormalidad o desviación funcional de neurofisiolotiia y neuroanatomia dei cerebro. el 3&nuul cfiagnckcico y sstmtsstico de la Asocia- ca en que la mirada anatomoclínica se halla en contin~ ción Psiquiátrica Americana). han específico. en parte. la historia de ese declive. dichas enfermeda. la gra. y que la tercera etapa supone una yas consecuencias siguen marcándonos hoy.fnnciontdes. con los avances del conocimiento. C o m o ' oc u r h o estoV mía pato16gica no podía servir a la psiqmatría como teoría explicativa de los llamados trastornos o enfermedades mentales ni como fundamento para la clasi6cación y des- cripción de dichas enfermedades. Los resultados de esta histo- m~mr a a~atomocKucay . se la perversión sexual y la histeri a. nuevas categorías destac6 la clase de las ggkzg~4a4m Estas ruptura decisiva con respecto a las otras dos. por ejemplo. Aunque la esperanza de consider6que la perversi6n sexual era una enfermedad que estas enfermedades funcionales sucumbieran ante la de los ér~ oy r e p r o d uctivos o sexuales.a pesar de reconocei enía pracüca clínica que lasper- que no hubiera indicio alguno para ello.acabaría por ser com- cional. sexual en tres etapas. en la práctica clí. Quizá sea mejor pensar tipos de enfermedades y de las categorías de las enferme. la más breve. Lo que es más importante. @eclivg. puesto que inaugura un estilo de razonar completamente nuevo so- ~n c~ p Tg s u y o sRas e empío~ss s o b resaliexg~g a n bre la perversión. una revitalización y revisión de las nosologías cu. Todos somos pervertidos en poten . La segunda eta- anatomía patológica se conservó hasta mucho después de pa. ejemplo. en que la psico6siología del instinto sexual -y. Estas dei instinto sexuaL ~dmidr desvtatdonea. Resulta práctico dividir la historia de la perversión dual y casi anónima desaparición de la anatomía patológi. de mo8o modo en que nos cate o '68"hü mos. ducción clínica.en hasta tal punto que muchos de los psiquiatras responsa- Vacf cer~eral y las pexversiones como enfermedadesgug- bles en mayor medida de nuestra actual concepción de las "s p@ras. tuw s ~ ~ se p u n t o en q ucr„se. Las te- veces incluso en el mismo artículo. no en el pleno más lleneraí de la ble absurdo era ya una realidad. la infiuencia de ia anatomía pa- a verse y srsmme en el tológica siguió enmascarando el hecho de que ese palpa- plano de la psícoloííís. de la responsabilidad legal y moral de Sertrand sobre ningttno de ellos sabría a ciencia cierta lo que significaba sus acciones. Así. mujeres. plicaci6n. si nos7iiamos en las descripciones de non perversiones estuvieron muy ligados a la hegemonía de la qüiénes ga n por estos segundo y tercer modos de ex- patología cerebral. Así pues. ambas se superponen ferme- funcionales reducibles en t u n a mstincia a uná. el nuevo estilo de razonar. convenido en llama erversión'-es probable que el pri- nales del sigo ux se hubieran formado como neueó~lo os + mer artículo en frances=. El hecho de En uno de sus primeros artículos sobre lo que hemos que la mayoría de los grandes psiquiatras europeos de fi. De hecho. Habría sido como admitir Funcim consideró las perversiones como desviacionesíui~ciona- nes sin 6rganos. De modo que. Sin embargo. a ron una parte reconocida de la experiencia dínica. Q y sea tínitinto sexu enfermedades funcion e . las disciplina académica. es posible orías sobre la neuropatología del cerebro no tenían tra- distinguirlas. 1870 Michéa se preocupa especialmente por la cuestión ción a las ciencias neurológicas. acusado de violar cádaveres de su disciplina madre. descripción y dasificación de las perversiones. sino que formaban parte de un espacio De modo más específico. aunque por razones ana. las declaracio- anatomía patológica El estilo de razonar psiquiátrico apa- nes de esos anatomistas del cerebro apenas afectaron la reció de Forma clara y definitiva en esta tercera etapa. eTdoctor Michéa trata el caso significaba que rendían al menos un homeniié teórico a del sargento Sertrand. las enfermedades funcionales fue- tres formas de explicación se mezclaron con frecuencia. era Jes puras del instinto sexual. esta división estructural tripartita no el momento mismo de la aparición de la psiquiatría como coincide de modo preciso con la cronología histórica. aunque podemos y debe- encuentran separadas por una línea divisoria que pueda mos distinguir entre las e r versiones como desviaciones datarse con exactitud. y hacerlo contribuye a nuestra comprensión. lo cuaL como nos recuerda Bouillard. Durante este periodo. con la fisí +oogía La mayor parte de las categorías de enfermedades psiquiátricas. La ver- líticas e historiográficas debamos sepazm cuidadosamente dadera ruptura. en lo que se refiere al relato hist6.áí Aunque como en todos los debates anteriores a ciones biográficas las que inducían a una constante apela. su artículo destaca porque examina de pa- concebir enfermedades como la perversi6n en términos sada la clasificación de lo que denomina «les déviations . en - Wermeááales funcíonaleá éran enféimedades d algo no tre dos marcos conceptuales: en uno se alineaba con la de un órganos sino de un instinto' neurolo~ y e n el otro. En reahdad. vemos que son prácticamente idénticas. no eran sólo considera. Sin embargo. La tercera etapa puramente funcionales. induidas las perversiones. Casi desde Por supuesto. se vieron arrastradas en esa batalla por el tipo de ciencia que debía ser la psiquiatría. no reBucibles a la p ceróórrr a s peyversíonesasaron p atrioa un palpable absurdo. tiene que m- estas dos últimas etapas.jntro ' ron juntos el rico no cabe encontrar pn%8iVBfbmtan nítida Entre l870 y 1904 la sicíuiatría s edó atrapada en.28 La nparieión A la s yyápd dálidml estilo de razonar anatomopatológico. la segunda y tercera etapas no se conceptusl casi inútil. Michéa conduye: les. lidad y el herma&oditismo en los 6rdenes inferiores de la tros propósitos. ~ C griega». C un mayor o un menor desarrollo. si.' El artículo de Midiéa es importante porque constituir una base anatómica más apropiada que un úte. era responsable también de desviaciones mas.alque dedica. un ciones mentales o flsicas se vean interferidas por l a profesor de anatomía y fisiología que acababa de descri. éxito. sobre todo. La aparición de la scnurlicfaci Ciérreiva lar urdúeene maladives de l'appétit vénérien~. laenfermedad supuestamente padecida por Sertrand. Franlr. y los diversos tipos de hermafroditismo son xeversiones C más o menos completas al tipo ancestral. para no reducirlas a simples efectos de otros nan subraya en 1888 los hechos biológicos de la bisexua- procesos morbosos previos. el mayor espacio.el útepo. el amor a un individuo del propio 4 gNa sexo. cuando no orgánicas. la atracci6n por un objeto inanimado. Escribiendo en inglés.» C bir con gran detalle la localización y anatomía del «útero masculinox fel utrículo prostático]. en el caso de que las manifesta.» consta un caso anterior de atracción por los cadáveres humanos. El útero. como loexpresa más adelante: descripción de 'Weber del útero masculino ya había sido Ose C utilizada con éxito por Akermann para explicar el caso de Es posible que nazcan hombres con genitales externos un hermafrodita. C' torno.'s Combinándolos con el hecho de que el embrión lo de Nichéa es su comentario y explicación del clamor humano no está onynalmente diferenciado. vida. enfermedad oel defecto congénito. ese órgano femenino casi siempre c g/g nomanía destructiva sino de alguna desviación del apeti- to venéreo. les. el amor griego. quizá podría jusuficarse C.) Tras sostener que el amor griego debía consi- ( La bisexualidad original de los antepasados e la rasa puesta de manifiesto en los rudimentarios órganos femeni- e~ derarse una desviaci6n enfermiza del apetito venéreo. masculino puede tener Vn aio más tarde en el Nadícul and S~c a l k e porer. m entos d e e st a c l ase fu eron c r u ciales a l a h o r a d e Aunque extraordinaria en algunos de sus detalles. entie esos hechos y las tendencias femeninas que caracteri- cionesen cuatro tipos. con mucho. Sin embargo. C sostiene que Sertrand no sufría de vampirismo ni de mo. C ®5 culinas. y nada pocHa H%I hnmaaos. para nues.~ Si esos hechos anatómicos. se llegara a descubrir que. nos del varón no dejará de ocasionar reversiones funciona- Michéa se pregunta qué podría explicar ese extraflo tras. por ello. C. zan a Ia mayoría de individuos atraídos por el amor gri ego mero. J.se verifican. C. Míchéa seflala que la O. Los animales inferiores son bisexua- C. Lydston amplía las observaciones e hipótesis de entonces el establecimiento de una relación de cauealichd Klernan: . seguro. efEestialismo.®Sobre la base de esa aplicación con femeninos y viceversa. la C~ proporcionar las bases para aislar las enfermedades de la forma deexplicación de Michéa no es tan singular como sexualidad como entidades nosológicas diferenciadas habría cabido esperar. Michéa afirma que en los archivos judiciales s61o un cprincipio de atavismox . el aspecto más interesante del breve artícu. cüarto. y. ro masculino. algún tipo de monomanía erótica Los argu- enfermo. a%I y. tercero. la atraccion pR cadáveres N ada más natural que esperar que esas tendencias fe- meninas tuviermi alguna base anatómica. (Be pone exphcar las perversiones sexuales de acuerdo con hecho. Kiernan pro. G. Kier.de acuerdo con su frecuencia: pri. Clasifica dichas desvia. Su explicación se basa en la obra de %eber. o detenido.. para despreciadas. el moralista debería resultar satisfactoria la idea de que una portamiento masculino y los órganos femeninos. consternación de los anatomopatólogoe. Su actitud que- renciación sexual. Lydston persiste en las explica. o deberían tener. de individuos caracterizados por una sexualidad pervertida i ortamiento tenían una base organica y o q u e las ma- ' estacioües 'del *comporchixiTento en"cuestión eran enfer- ha sido considerado a la luz de su responsabilidad. la conclusión es Este estilo simple d4 anatomía patofPgj~ca retendía ras.. explicar induso los actos más singulares. La anatomía ~se induciendo ia eaplicacidn suprema. H ideal punto de vista del moralista. y. comentados en la bibliograíia médica decimonónica re- esas otras perversiones eran tan raras en comparación con gistran de modo explícito la anatomía de los órganos el instinto sexual contrario que podían ser teóricamente reproductivos de esos desgraciados pacientes. Y. control vohtivo. examinado a la luz de la re. nin- trear las anormalidades del comportamiénto de los per. suele ser una aberración Ssics. otros en tanto que átomos de la estructura social poder atri- éioües. un lgdtggt pauaugra» truiría sobre una base segura Lo que nunca quedó daro fue cómo ese ideal explicativo del hertna&oditismo físico La mayoría de los casos de mstinto sexual contrario daría cuenta de las demás perversiones. Puesto del médico cienBñco a estudiarlo. normales. sexualidad. El tema se ha tratado hasta fecha reciente sólo desde el ciones anatomopatológicas de las perversiones. Sin embargo. sin gran problema. que tienen. moral más que como eknppgtzp ck gdpg ckfecm pgdpgagl~coy ce gpdnl No medades de la sexuahdad. Si se investigaba la anatomía anormales más que leprosos morales [. de los órganos sexuales se halle asociado a la Los médicos encontraron gran consuelo en este bru- / perversión sexua4 y cuanto más se aproxiiaa el individuo al tal fisicalismo e insistieron en el poder de su ciencia para ¡ tipo de desarroHo fetal existente antes del inicio de la dife. casi siempre 1a misma: órganos genitales. la ciencia del comportamiento se cons. el desgraciado conjunto e era natural suponer que todos tr a s t ornos del com.'g presentó originalmente como una conferencia clínica en el Colegio de Médicos y Cirujanos de Chicago. con lo cual se es- pervertido sexuaL Sin embargo. más marcada es la aberración de la da exPresada con claridad Por Lydstons cuyo artículo se '~. el tema es mucho menos desconcertante. Ywowra' eh modó' ülguno' casual que la inmensa buir la degradaci6n de esos pobres desgraciados a una cau- míyoría de loe casos clínicamente constatados de perver sa ñsica. más que a una depravaci6n deliberada sobre la sión fueran casos de cinetinto sexual contrario» u homo. claro y epistemológicamente satisfactorio. a un gran proporción de los pervertidos sexuales son Ssicsmente comportamiento femenino. Los órganos masculinos Hevaban a un com. guna malformación ílsica de los órganos reproductivos. parecia inevitable que los cabe duda deque es mucho menos humillante para nos- propios órganos sexuales fueran las sedes de Íü perver. En absolutodebe sorprender que eldesarroUo defectuoso.] el pervertido sexual Ig5 de los órganos. Incluso para sexualidad. desde la escasa disposición 'éxplicativo aquí ee el del hermafroditísmo 6sico. • ssss P"' . cuarenta años después de Michéa. La a 'ci6n dr le sendnliádgá Ciknvuc lar endáiueper A1 hombre y la mujer sanos les cuesta comprender vertidos hasta alguna Qagrante deformidad (o deficien- cómo pueden proporcionar gratiñcación las prácticas del cia3 fisica de los órganos reproductivos. al menys-al-principio. El si- Ya eea el mayor desarroHo del utero masculino o el guiente es un pasaje sinóptico: p desarrollo faHido de Ia diferenciación sexual. tablecería entre órganos y funciones un vínculo causal versión de tipo. ieg En la segunda edición de su influyente libro Die Pa. rea>no. Este burdo nivel de la ciencia anatómica nos torácicos antes de los tiempos de Laennec. Refiriéndose a enfermedades de la sexualidad casi cesaria e invariablemente enfermar donde hay locuras La veinte años más tarde.» Y reconoce con &anquezs. En lugar de ~" gg resultó ser. el cerebelo.iy~ ceso mórbido hasta un centro de las funciones genitales. comentando el tex.i ' W" yg ®g . aárma: ce enelestudio de ls enfermedad mental C Los hechos ásiológícos y patológicos nos muestran que Ls excitación genésica. tante de Is localísacíón o la extensión de un auténtico pro- dad mental unaacción mórbida de/se órgano.~- El primer paso hacia el conocimiento de los síntomas micos del cerebro que se encuentran en su fundamento- [de la demencia] es su localización: La qué órgano penene.ausen " " les i o nes anatomopato. resul- cemos íuadamentahnente $ en-todhs los casos. es el resultada C ese órgano sólo puede ser+ cerebro> por lo tanto.aunque en muchas enferme. ~ gg perversiones. Debe atenerse a los fenómenos ex- gg retirarse. con algo común y característico en los síntomas de forma C gg completamente independiente de su base anatómica. de una exaltacibn especia( fisiológica o patológica. ta francés de las aberraciones.» C.dónde se encuentra ese centros Kn el cbr- Menos de diez páginas más adelante. un destacado cronis- respuesta a estas preguntas es preliminar a cualquier avan.angt~ a p a tolggi ~ nía q u e apenas puede dar una sede aproximada y sobre cuyo modo de origen lo ignora todo. i. física o psíquica. resulta. al principio de su ca- A lemania y fundador de la Anlü e ~ P~ unHe cauf Nn pítulo sobre las formas de enfermedad. debe enfrentarse muy a menudo con síntomas de los que w /g' lógicas de los 6rganos sexuales». Cierrerm ks cedéocrm ~pcEtgg *: . un espacio explicativo inútil. ~ El hermafroditismo fisico no podía explicar la homose. titular de la primera cátedra de psiquiatría de mitida». que «una ws ' ven&ankh~ em p e zaba con la siguiente aármaiióni ciasiácación de las enfermedades mentales ds aeuank con ea naamrieza-esto es.' Para sobrevivir a esta a sombrosa afixmacihnJa. en el momento actual. La patología cerebral se encuentra todavía hoy en gran xualidad en mayor medida que cualquiera de las otras medida en la misma situación que la patología de los órga. Y ensegiuda encontré en el cerebro el lugar ternos y establecer los grupos de enfermedades de acuerdo donde refugiarse. Sobre este punto confesamos nuestra ignorancia y re- Griesinger continúa: petimos con Esquiroh no sabemos nada. mental. Julien Chevalier había llegado a la sorprendente conclu- proceder en cada caso a partir de los cambios en la estructu- ra delórgano y lograr deducir de modo preciso la produc- 4 ee sión correcta al escribir de la «inversión sexual' en 1885: ción de los síntomas a partir de los cambios en el tejido. en este ámbito. ® Griesinger admite que. Sin embargo.so cen los síntomas de la enfermedad' hQné órgano debe ne. imposible».de enferme. dades de demencia el cambio anatómico del cerebro «no rhelogk cuuf Therapie der psyehisehen Xrankheiten [Patolo. Paul Moreau. ls médulas estado del conocimiento de la anatomía del cerebro. de acuerdo con los cambios an'a. gg <cSe caracteriza p~ l á . %'ilhehn mía patológica su basé ásiológica es universalmente ad- Griesinger. puede demostrarsetodavía de forma ocular por la anato- gía y terapia de las enfermedades psíquicas]. los síntomas mentales asociados con ellos. quier prueba obtenida tenía que situarse dentro del mar bre las que basar una predicci6n optimista acerca del po. de la no podían ponerse de manifiesto en la autopsia». además. Afirmar de der exphcativo de las ciencias del cerebro. sino que no entraba en el ámbito de seguro para una dasiñcación de este tipo es el que brinda la lo verdadero y lo falso. co establecido de la anatomía patológica. no parece que admisión de su inutilidad teórica y cúnicaV Una hip6tesis valiera prueba alguna contra la proposici6n de que las ingenua es que a finales del siglo xtjt.. por un lado. los cambios necesarios en la estructura del cere- sabían que con el paulatino progreso del conocimiento bro eran «tan sutiles que con los instrumentos corrientes científico no tardaría en seta teórica y dínicamente. ros o falsos. to que se creía que había diferentes enfermedades de la ma dificultad para establecer una correlación entre los sexualidad. sin lugar exphcació n de las enfermedades mentales. La hegemorúa de la a 'a cexebral fue cuarenta y cinco años porque nos presentan un problema consecuenciatanto de una complicada red de condiciones importante: /cómo debemos entender esta obsesión por epistémicas y conceptuales como de la evidencia empírica la anatomía del cerebro asociada como está a la constante En realidad. para esos primeros psiquiatras. No me cabe duda de que Griesinger y sus descendientes habrían respondido El principio necesario en d conocimiento de lss enfer. Una explicación que no intentara anatomía patológica. no todos los enunciados constituían un candi- ción entre los síntomas mentales de la enfermedad y los dato posible a la categoría de verdad o falsedad. formaba parte de la teología más que de la cieuciass Pues- terísticas distintivas evidentes y.ss explicarse por defectos en los órganos reproductivos. por otro. [. en la séptima edición de su manual de psiquia. los cambios íjjsicos del córtex de la psiquiatría s6lo ciertos tipos de enunciados acerca de y. cente para las autopsias que no demostraban las lesiones gía cerebral quizá no era todavía util en la dasificación y patol6gicas que habrían constituido esa prueba. cualquier explicación de otro tipo por la experiencia en medicina interna. sus propias res- medades mentales es una deñnici6n precisa de Ios distintos puestas dedaradasno constituyen un índice preciso de las procesos patológicos. Por desgracia. Has. Emil ~in anua a esta hipótesis porque cree a pie juntijjas ios Kraepelin. En ese momento de la historia bemos qxpnocer. el único órgano susceptible de proporcionar una explicación He reproducido estas afirmaciones„separadas por era el cerebro. existían buenas pruebas so. las explicaciones de los estados m6rbidos tenían cho.y puesto que esas enfermedades no podían procesos niórbidos mentales y Ssieos. el fundamento más no es que fuera falsa. He llamado modo explícito que las perversiones sexuales u otras en- . la anatomía cerebral empezaba a resul. cerebral. Siempre se encontraba una explicación convin- tar íructífera Según esta interpretacións aunque la patolo.] A juzgar que referirse a órganos. esos médicos ' a dudas.ss Cual- mayor importancia Por tanto. de he. En la solución de este problema de. como indica esta hipótesis. tras los trabajos de peiversiones sexuales tenían un origen en la enfermedad Paul Broca y otros. más de veinticinco años después. las causas de todo el proceso patol6gico. insiste: constituyen la historia completa. existe una extre. por lo menos localizar anatómicamente la enfermedad tales presentan hasta la fecha muy pocas lesiones con carac. las enfermedades men. las enfermedades mentales podían calificarse de verdade- ta que no sepamos esto no podremos comprender la rela. Ciéírsppss ks aufápjsrer Y de nuevo.ss Sin embargo. circunstancias históricas.sq En con- procesos Risicos m6rbidos que subyacen a ellos ni. enunciados de esos neuropsiquiatras y considera que tría.. creto. como l ) espinales. algo más allá de la mera falsedad. A nosotros deberían interesar teriores (erotomanía). los resultados de sus investigaciones sobre la es. Esta convicci6n a priori es la e c rea el marco para la trucción anatómica y el desarrollo fisiológico de nuestro neuro st 'a a. Interesado según él. do psic61ogo clínico y colaborador ocasional de J. 2) cerebroespinales pos- por la desviación delictiva. DESVIACI ÓN CO N R E S P E C T O AL T I PO N O R persona que intent6 una clasificació de las perversiones MAL.ss Charcot. Le apnncién de hr seeualiduo' Ciensnse ku cudiíoervs fermedades mentales eran funcionalmente autónomas de1 nos menos sus pruebas que su estilo de exphcación y su Cerebro habría sido pasar de la verdad básica al palpable marco epistémieo. contró poca extravagancia en sus resultados. que mantiene con el de1ito la misma relación detalle. constitucional f«eigen 'che»] es un individuo lastrado nedikt. CIE. primo.» Las perversiones debían entenderse. No sé cuántas investigaciones se realizaron con cere- mentales de la H i s t o ria Natural del Delito~. ta. Magnan dividi6 las perversiones en Hoy la idea de que los dehncuentes son una variedad cuatro tipos. En una presentación ante la Sociedad Médico- Psico16gica en 1885.-M. Dada la tes razas: ladrones habituales. A L M E N O S E N T R E L h s RA K AS CULTI V A DAS. Sea habría constituido la herramienta explicativa y diagnósti- cual sea el interés de los detalles de las presentaciones.s~ ciente de ese marco: El dominio epistemológico de la anatomía patologica sobre la psiquiatría quizá quede ilustrado con el libro Es obvio que lss observaciones aquí reunidas son el re- Anaromisehe Sradien an Ferbreeher-@@himen [Estudios sultado de ls convicción a r i o r i de que el delincuente anat6micos con cerebros de delincuentes] de Moriz Be. En realidad. asesinos. condusión es sorprendente: Con todo. la única TAN UN A .nos parece extravagante. El propio Benedikt era a veces cons- absurdo. elasificaci6n de las perversiones. el tipo de investigación anat6mica de Benedikt de su párroco a instancias de éste y muchos otros. menos astra o que el delincuente. un falsificador de concepción teórica exphcita de la perversión común en biQetes. con extraordinario [abelsstetes»]. sentimos. t6micacontribuyera a reducir la confusión que rodeaba a cos. el idiota.De acuerdo con la creencia de que pensamos. no existieran esas disecciones que lo contrario. su ca ideal. Sin embargo. esas aberraciones. pe r v e rt t o sex u n o e s un m v l uo cerebro. y su tructura anatomiea de los cerebros de veintidós delin. Y L O S D E L I N C U E N T E S T I E N E N QU E S E R V I S T O S sobre una base anatómica fue Paul~Ma ~an.ss Examina bros depervertidos.ss En él Benedikt r epr o d uce. he afirmado que la anatomía patológica no inQuyó de modo sustancial en la descripción elínica y la LO S C E R E B R O S DE LO S D E I I N C U E N T E S P R E S E N . y partiendo del marco de la te-riores (ninfomanía y satiriasis). Benedikt espera que sus disecciones de cere. 3) cerebroespinales anatomía patológica. con su estado encefslopáticoP' cuentes. Por insatisfaetoria que fuera en . debido a sus cerebros atípi. que mantienen su pariente más cercano. con la esperanza de que su clasif i c ació ana- antropológica de su especie. deseamos y actuamos en función de la cons. el epiléptico o el idio- bros de delincuentes suministren «las piedras funda. pero debería sorprendernos más que los cerebros de 'versos tipos de e c u entes de diferen. Benedikt en. eneontr6 las «pruebas~ necesarias anteriores (instinto sexual contrario) y 4) cerebrales an- para la condusi6n lógica.un hombre que mató al marido de la concubina la época. un distingui- CO M O UN A VA R I E D A D AN T R O P O L Ó C IC A D E SU E S P E . el epiléptico. Falxet. sino que insiste (como Magnan) en vagas. sus puntos de vista eran bastante comunes y su obra seguía una larga línea de predecesores. Y el pr opio Ri - chard von Krafit-Ebing. /~ en sisten obstinadamente todo tratamiento hasta que se eli- Carl Westphal.porque. El suyo fue el último esfuerzo por mantener viva la conceptual para clasificar ciertos fen6menos como per- anatomía patológica v ersiones o enfermedades del instinto. afirma que el instinto sexual es una función del Su explicaci6n de por qué las diferentes perversiones es. que la anatomía patológica fuera tan útil como intentar descubrir en ciertas partes del cerebro la sede de siempre se había aFirmado. a lo sumo. descripción perversión que subyacía al pensamiento cúnico era la de compartida por todos los trabajos clínicos importantes una enfermedad funcional de ese instinto. una infiuencia mínima exclusiva de ese instinto.Krafit-Ebing no apoxta nada que ayude a detexmi- la importancia del carácter hereditario de las perversio.ss De hecho. De hecho.40 La aparición ck la seyayalidad' Ciemense los ~ es última in stancia. Cxiesingerhabía dicho que «no hay nada incoherente en puesto. los instintos sexuales». nar el fundamento anatómico del instinto sexual o que in- nes.aunque admite que aún no se ha demos- taban clasificadas de ese modo era muy superficiaL y sus trado que ninguna región definida del córtex sea la sede clasificaciones tenían. aparte de estas observaciones bastante sificación anatómica. Uno de los re- xu o la er ve r s ión es e xaminar a i d e a de m s tin o conocimientos más explícitos de la importancia de esa sexual. suponiendo. Sin semejante como resultadode una percepci6n o una evidencia autén- ticas. al menos la clasificaci6n de Magñañ un instinto sexual se les escapara de las manos. d e M. no anatómicos. s u a n a t o m ía El mejor modo de comprender la obsesi6n del siglo patológica no es más que pura apariencia. incluso en ma. El propio apuntaba en la dirección correcta. las sobre la perversi6ns aparece en el libro Des dxyxomahes de perversiones sexuales eran pre ' te la clase de en. gar clasificaciones anatómicas más complejas. Aunque ladasificaci n e Magnan fue adoptada por duzca a creer que era realmente posible encontrar lesio- algunos psiquiatras &ancesess no tuvo gran repercusión. P. nomenciona su supuesta da.sd nes cerebrales claras asociadas a las enfermedades de ese Su dasificación nunca se impuso y nadie ofreció en su lu. Es decir. esos dos centros tienen que estar juntos en el sexual contrario (cinversion du sens génital» ) y por su c6rtex. o r supues. De todos modos. puesto que exis- en la presentaci6n de casos. como e dicho. mina la enfermedad genital concomitante (y causal)~ s' tación de Magnan de 1885. entendía el ins- t into s exual d e e s t e m o d o f u n c i o n al. Sin embargo. El intento de Magnan surgió más de una necesidad teórica que es en términos funcionales. Legrain. acepta las observaciones de Mackenzie vinculaci6n de esa pexversión con la degeneración. insulto. como mostraré. iniciada por iiias nasales y de que hay afecciones de ia naria que re. en ese de que los masturbadores son propensos a las hemorra- sentido. sezxsalis. comentando la presen. la concepción realde la descripción funcional del instinto sexual. Magnan era más conocido te una estrecha relación entre el sentido olfativo y el ins- entre sus colegas por su extensa descripción del instinto tinto sexual. linsxinessessuel esenyaricuhe" sionsdu sens genxsal fermedades que afectaban al ' stinto sexu . por su.sii Especula que.ss Y Kra6t-Ebings en Psyehoyathia nos de Magnan esa clasificaci6n era más nominal que real. los anatomopatólogos no dese an que la noci6n de . c6rtexcerebral. publicado 18 9 6 : to. ese instinto es independiente e a propia estructura que su sentido genital tenía funciones especiales. y Charcot. en un libro que influy6 en la primera unidas. tes de las funciones atendidas por los otros 6rganos. vación y el de a sexualidad. y del mismo modo Q I ser e vt a. ese sexto senti- I trumento al servicio de la funci6n general de la nutrición. patológica ofrecidas por él y o t ros. las perversiones se convierten en una vo que los datos dínicos obligaban a aceptar como algo dase natural de enfermedad. nos decía que buscáramos sus enfermedades en to. resulta claro que la. Legrain explicita algo de como la de Moreau resultaba esencial para aislar las en- lo que en 1896 nadie habría dudado. Robley Dunglison: «exvenion: una de las cuatro modifi- Una comprensión funcional del instinto permitía ais ar un caciones de lafunción en la enfermedad. siendo las otras conjunto de trastornos o enfermedades que eran pertur. si6n se produjo e 842 n la o b r a 3EedicalLe r i c on e quiátricos. del instinto sexual. Su caracterización como sexto sentido la autoconservaci6n y la sexualidad «pueden reducirse. Fueran cuales fuesen las palabras de la anat:omía que n o u o n de un sentido geni p u e de parecer ridícu. diferen- de los órganos genitales externos. insiste en que la vida anor- do genital es sólo el instmto sexu d i s frazado con pala. al igual que con los otros sentidos. tener una visi6n aguda o ser capaz de discriminar to sexual se comparó a menudo con el instinto de auto. que.era conocido con el nombre de ersonuhdad. aunque los instintos de bras diferentes.ss do podía estar psíquicamente perturbado sin que estuvie- ra dañado e l c o r r e cto d e sarroll o d e o t r a s f u n c i o n es Al reconocer la supeditaci6n de los órganos genitales mentales. sostu. la disminución y la abolición». El CbfordEnghsh Dictionury informa de que el primer d as partes y en ninguna. &bucli dér PsychicuHe PVlanual de psiquia- expresió se n r g e nira om o t r a d u cci6n de nuestro~ains.~ Una demostraci6n a la función del instinto sexual. y tos al servicio de una funci6n.~' La no- baciones de las funciones especiales del instinto. que podía uno volversesordo.~s El instin- ciego... resu ta mu us c arle una o . y sin esa caracterización no absolutamente demostrado la existencia psíquica de un hay realmente espacio conceptual para ese tipo de enfer- s exto sentido. que él denominó el sentido e ss Aun. tres el aumento. Este «en to ar tes nin g u n a» uso médico moderno ' glés del concepto de e r ver- tenía a veces un nom bre más común en los de ates psi. daras. En cuanto se ofrece una caracterización funcional edici6n de la Psychopathia seréis de KraíR-Ebing. como el estómago es un lns. que son s6lo lnsÍxumen. tener un oído anormal- ne y . entre otros.j Por o Q j bién ese sexto sentido podía verse disminuido. aumenta- do o pervertido.Lo que Moreau esperaba demostrar era tanto.en ons a. Y al afi rmar que la fermedades de la sexualidad como entidades nosológicas sede del instinto sexual estaba en todas partes y en nin. conserv~óu cional. 6 mente sensible o ser capaz de oír sólo ciertos tonos. tam- za na concreta e o rga- n>amo us e e e staento a s a rtesy en nin n [. . 42 Lu ar i ción de hr seruulidad' Cikrwse hv cecfueew 1 instinto sexus u n f en6meno fisioló 'co en todo W sólo una parte del espectro cromático. Del mismo modo que se podía ser incrementarse o manifestarse con perversión>. Paul ciones de perversi6n y funci6n están inextricablemente Moreau (de Tours). medad. la caracterización de Moreau fue adoptada por dínícos Krafit-Ebing entendía el instinto sexual de un modo fun- franceses posteriores. s una necesidad de orden ge. resenta mstmtos nuevos. afectivas o intelectuales. fue una analogía útil. tría -Ebin m ues t r a inequívoco en su afirmación txnto sexu » st e l co n + a re Semcalnnpgndungde Carl de que a vt a r es e nta dos instintos l a autoc o n ser- estph s e c o nvir ti6 en inoersiun ab ser i cal El senfi. guna. quiátrica.. surgen en la con- Ebing empieza comentando las anomalías de los apetitos. comunes. Sin embargo. Todos mani6estan el mismo tipo de expresión perversa. tal como mexo que existe una función natural del instinto sexual y las entendemos.~ Tanto en su fermedad puestoque no parecen tener rasgos esenciales Lehrbuch dar Pgrckiarris como en Pzychoputhcessxaalu. las enfermedades de la perversion. to de la nauualeza -es decir. pues las otras formas esto el punto de vista de Krafft-Ebing es representanvo: de perversión exigen un tratamiento separado (que oíre- . bría pensar que cuestiones tan trascendentales como és» Ya he indicado que la mayor parte de los iníormes clí- tas fueron objeto de un amplio debate durante el auge nicos de perversiones del siglo xxx fueron casos del llama- decimonónico dela perversión. el nos son alteraciones o enfermedades del instinto sexuaL mismo tipo básico de desviación funcional. sadismo. en qué consiste la comprensión del instinto permite un tratamiento uniñca- función natural o normal de dicho instinto. Pox lo tanto hay que creer pri.'s ver por qué todos ellos se clasi6can como perversiones. la propagación. que se manifestaba en el apetito. Por eHo. fetichismo e instinto sexual contrarío. sangre humana. el masoquismo. toda exíeesión de él que no ee corresponda con el pxepósi- so por comer arañas. Se produce para explicar el motivo de que esto fuera asL En el resto de una unanimidad tácita sobre el hecho de que ese instinto mi comentario de la bib liografía médica sobre la perver- tiene una función natural y sobre cuál es esa función.~/s Semejante clasiílcación es exactamente lo que ca. de forma do instinto sexual contrario y he ofrecido una hipótesis harto notable. No es en absoluto evidente por qué el del instinto sexual que consiste en su manifestación fue. Kn una Durante la época de maduración de los procesosSsio- sección titulada +Perturbaciones de los ínstintos».] Dada apetito (hiperorexia). la reducción del apetito (anorexia) la oportunidad de satisfacción natural del instinto sexual. si se considera que la función na- Krafft-Ebíng divide las perversiones en sadismo. claro está. ciencia del individuo deseos que tienen como propósito la que divide en tres tipos diferentes: los incrementos del perpetuación de Ia especie (instinto sexual). resulta posible quismo. tural del instinto sexual es la propagación. concepción de la función del instinto sexual y con fre- anormalmente incrementada (hiperestesia) y perversa cuencia se consideró tan natural como para no necesi- (parestesia). el fetichismo y la homosexua- ra del periodo de los procesos anatómicos y patológicos lidad deben ser tratados como especies de la misma en- en los órganos reproductivos (paradoxia). además..~ bría esperar de una comprensión funcional del instinto. C~ lee nm6m~ conservación. Las anomalías del instinto sexual se clasi6can de modo si. hay una cuarta clase de anomalías tar explicitación. maso. No habría un criterio de prin. La psiquiatría del siglo x' a doptó quedamente esta mQar como de expresión reducida o ausente (anestesia). gusanos. Ca.~s De haber negado alguien que el instinto cipio para incluir o excluir una conducta de la categoría sexual tenía una función natural o que esa función era la nosológica de perversión.debe ser con- etc. encuadrar en el mismo tipo de enfer- es la funcx n n et n . sapos. esta hay que especi6car taxnbién. En sión me concentraré en esos casos. lógicos en las glándulas reproductivas. y las perversiones del apetito. Kra6t. no habxían entrado en la nosología psi- luego creerque esa función está muy determinada. procreación. como un «auténtico impul. o nada contaría medad naturalun grupo aparentemente heterogéneo de como alteración funcional. Con el Gn de detemunar con precisión qué fenóme. f.~~ No obstante. siderada perversa. fenómenos. semejante debate no aparece. Sin sabercuál do de la perversión. Los números si. un das de 1870 y 1880. de este trastorno. una personalidad sexual clara y la conciencia del deseo. franceses. alejándonos de las precarias jer'. en- no apareció en 1878. rich Ulrichs. sexual. padecían esos deseos. tienen ron que se habían documentado dieciocho casos de ins. Shaw y G.sx En 1883. chePashiu ~ i r. el cexebro y la psi- toda la bibliografia médica posterior. de reali- al o@f 1Y~ eusandiUensalDiseases resumieron todos los zar actos sexuales correspondientes s esa persoxxaHdad casos alemanes. consciente o inconscientemente. productivos (p rodu cción de semen y ovulaci6n). un abogado de Hannover. la transformación psiquiátrica de una comprensión diagnóstica me xcopsxco gxca en 1870. Fems. e ahdad.ss Estas tres ideas de la conducta sexual hacia el mismo especulaciones explicativas de Westphal. por otra parte. había alcanzado lempfindung» en Archiva r Psgchiarrie u' N eroen&an. cia histórica. ofrecer una exphcación completa de los deseos perversos. en reaUi- gen del insunto sexual contrario en tanto que categoría dad. los 6rgaxxos generativos. con la publica. aunque no médica. nos proporciona sexo representan tres lugares centrales en los que se consi- la concepción cóinica de esa perversión que opera en casi deraba que residía el fenómeno: el alma. y la éliferenciacióxx & forma xehti- . du- tribución al estudio de este tema por parte de la ciencia raxxteel período de actividad fieiológica de los 6rganos re- inglesa». tinto sexual contrario. N. Karl Hein- ción del artículo de Carl Westphal «Die contrire Sexua. rarse de Francia una epidemia de instinto sexual contra- río como la que había asolado Alemania%> Un caso italia.» Y. se produjeron las obligatorias afir- hombre es Rsicamente un hombre y psicológicamente una maciones anatómicas de que esos deseos eran producto mujer. La importancia de una descripción psicológica de la Con la publicación del artículo de Charcot y Magnan homosexualidad queda ampliamente ilustrada por la P~ en Archieesae lVeurologieen 1882. en el Jorn.Y.~sLa he califi cado de primera definición moderna del «cerebro de una mujer enel cuerpo de un hombre porque presenta una caracterización puramente psicológi. cada de 1860. previa. cológica de la homosexualidad de Vestphal es. a los que añadieron uno más. italianos e ingleses y concluye. por supuesto. Tras la consecución del desarmllo sexual complete. Podemos situar cómodamente el ori. un pxop6sito procreador . actos que. J. y algunos de los más importantes y la psiquiatxxa aprovecharon su oportunidad de pretender trabajos iniciales de Kraíft-Ebing aparecieron en esa re. individuo se encuentran el conocimiexxto de represexxtar gunos psiquiatras ingleses no lo consideraron «una con. y supuso que un alma de mujer ha- trarxo era una perversión congénita del instinto sexual y bitaba en un cuerpo de hombre /anima muliehrisin eirili que en esaperversión auna mujer es Gsicamente una mu. no tardaría en apode. y delcerebro de un hombre en el cuerpo de una mu- ca de la homosexualidad y. L a r el a c i on d e W est p h al c o n l a an a t o m í a instinto sexual contrario publicada a mediados de la dé- patológica no le impidió dar la ximera definición moder. C. lo Con el inicia del desarrollo anatómico y foncioxxal de que elevaba el total a diecinueve.>x y el primer caso inglés en l8819s tre los elementos más constantes de la autoconeiexxcia del Este último caso fue señalado por un médico alemán y al. cierta mala fama con su descripción autobiográfica del kheiten. Ulrichs dio el nombre de urnings a quienes n a de homosexualidad. cerpere inciusag. a lo largo de las déca- jer ypsicológicamente un hombre y.~ La caracterización psi.ceré más adelante). Creía que el instinto sexu c o n . vista. aunque no siempre ~mth secuen- guientes de Archio publicaron informes similares de ins. tanto la teología como la anatomía patológica tinto sexual contrario. Cicnvpcsc 1accucfdorper va a cada sexo que loacompaña (tanto eu el muchacho I. Con el sentimiento homosexual predominante hay como en ht muchacha), se deearroHsn loe rudimentos de un hueHas de sensibilidad heterosexual (hermafmdí- sentimiento mental correspondiente al sexo.6P tismo psicosexual). 2. Inclinación exclusiva por el mismo sexo (hcuno- Con este retrato de uaa personalidad sexual clara en sexualidad). la mano. KraSt-Ebíng dice del instinto sexual contrario: 3. Toda la existencia psíquica está alterada para amoldarse sl sentimiento sexual anormal (afemi- Ee sólo una anomalía pccíquíce, porque el instinto sexual namiento y viragiaidad). en modo alguno ee corresponde con loe caracteres sexuales 4. La forma del cuerpo se aproxima a lo que está en primarios y eecundacioe. A pesar del tipo sexual plenamente armonía con el sentimiento sexual anormal. Sin diferenciada, a pesar de lae glándulas sexualee normalmen- embargo, no llegan a producirse transiciones a te deserroHadas y actives, el hombre ee atraído sexualmente herma&oditas ec por el hombre, porque tiene, de forma consciente o no, el instinto de la hembra hacia él, o viceversa.68 Es importante destacar aquí que los grados o tipos de homosexualidad se diferencian de acuerdo con rasgos El instinto sexual normal se expresa en una personali- psíquicoe, ea concreto, el grado presente de sensibilidad dad o un carácter de6aidos; lostrastornos funcionales del o sentimiento homosexual. Sólo la forma máe grave y se- instinto se expresarán como aaomalías psíquicas. Puesto verade homosexualidad está acompañada por cambios que se consideraba que eI instinto sexual compartía rasgos somáticos e incluso esos cambios están subordinados al somáticos y psíquicos, cabía esperar que cualquier anorma- sentimiento sexual anormaL lidad funcional del instinto se manifestara psíquicamente. Esta com rensión funcional/ e i c oló c a d el instinto De este modo, esos trastornos funcionalee y la psicología sexual contrario no esta tad a a la bibliogr m e ca poseían una estrecha relación. Como dice Albert MoO: Re m sna de ia época En 1896, Legsain avisaba de qee no «Para comprender el impulso homosexual debemos consi- se cometiera un error acerca del auténtico sexo Pe sétze derar el instinto sexu n o como un en m eno separado de oraig de un «uranista». Aunque haya aldo inscrito al nacer las otras funciones, sino como una función psíquica».ee como hombre, si en sus contactos con los hombree tiene los sentimientos que los hombres suelen tener hacia las írenética, se realizaron muchos intentos de proporcionar mujeres, es una mujer.es Las características psioológicae, clasi6caciones detaHadae de diferentes grados y tipos de expresiones del instinto sexual, son decisivas para Ia ca- homosexualidad. Los psiquiatras no se contentaron con racterización de Ios sexos: categorías simples, sino que subdividieron lae perversio- nes en innumerables tipos, de modo que el mundo psi- Y esta diferenciación psíquica es un hecho de unpor- quiátrico no tardó en estar habitado por una plétora de tancis primordiaL porque según mi opinión en ella sola seres extraños.< Kra6t-Ebing creía que, «clíaica y antro- descansa la categorización de los sexos; en la medida en pológícamente», había cuatro grados de desarrollo de la que no es un hecho completosel individuo ee eexuabaente hom osexuahdad: neutro, cualquiera que ses eu estructura geuitel 68 50 Ciénmu l er aukítIerW' Esta prioridad de lo psicológico proporcionó algunas su dictamen s otros más cualificados. Sin embargo, la prác- de las condiciones necesarias para enunciadoa como los de tica clínics ya había constituido las perversiones como en- Kraep ebn: fermedades, y para cuando se libraron del dominio de la anatomía patológica ya eran una parte reconocida de la no- Ea más frecuente [el instinto sexual contrario ] eu cier- sología psiquiátrica. Esta recedencia de la ráctica clínics toa oficios, como entre decoradores, camareros, sastres de con res ecto a la teoria se ve o enteconfirmada po la mujeres; tambiéa entre gentes de teatro. Moll afirma que Asociación Psiquiátrica Amerlcan< cuyo Mc@vQctldktjpccklt- las ~ aon a menudo homosexuales.® coy erArdárcko pretende ser teóricamente neutral' S in em- bargo, esa neutralidad teórica posee pocos principios y ea Resulta evidente por lo que dice a continuación que expansiva; en realidad, su expansividad depende en parte Kraepelin no cree que los oficios mencionados sean cau- de su falta de principios. Según una interpretación sencilla, salmente responsables de ess perversión del instinto ssnciona el punto de vista según el cual son enfermedades sexuaL sino que, una vez se manifiesta las anomalías psí- todo aquello que los psiquiatras tratan como enfermeda- quicas de la perversi6n, se tiende a elegir el oficio más des. EQué no será pues enfermedad' Ls Asociación Psi- apropiado a ellas.a~ Con observaciones o ést a s, la quiátrica Americana reconoce como trastorno psicosexual, muerte de ls anatomía pato g i cs es a s egurada. entre otras cosas, ls escatologís telef6nica. Además. loa fe- no e os ec not es e e s t a i li og r a fia nómenos no exhiben su categoría de enfermedad s una vi- psiquiátrica temprana sobre la perversión es que no propo- sión no instruida. Considerar algo como enfermedad supo- ne ningún marco explicativo para dsr cuenta de lssenfer- ne haceruna clasifi cación teórica.Ls esperanza de leer lss medades puramente funcionales. Ninguno de los autores enfermedades directamente de lsnaturaleza, de manera que conozco sugiere nunca que esas enfermedades llama- independiente de la teorís, es tsn ingenua en términos filo- das funcionales no sean auténticas enfermedades, no for- sóficos como sospechosa en términos históricos. men parte del legítimo ambito de la ciencia médica. No Uno de los primeros intentos generales de proporcio- obstante, al mismo tiempo, no había todavía un concepto .nar un marco ex licativo para lss enferm de sf unciona- claramenteformulado de enfermedad en elque encajaran les es e cu o e M o r ton Prince de 89 8 «Habit Neu- con facilidad. La práctica clínica apareció primero; ls teorís r oaes as True Functional Diseases».a r i n c e c o n si d er a explicativallegó rezagada mucho después. No cabe duda toda lsclase de enfermedades para lss que no hsy cam- de que laa circunstancias se ven complicadas por el he- bios anat6micoa de tipo diferente s loa que se producen cho de que todos esos primeros autores expresabsn lealtad en la salud ga perversión sexual es una subclase de enfer- s la anatomía patológica; pero ni siquiera después de que ls medad funcional). No sorprende que sus explicaciones snatomís patológica se hubiera revelado como un &acaso sean de naturaleza plenamente psicológica, puesto que se explicativo, se pregunté la psiquiatría si esas perversiones basan sobre todo en las leyes de la asociación. En pocas eran realmente enfermedades. Una opci6n clara habría palabras, su teoría s a que o s e n m e nos pueden sido sfirmsr que, justo porque no había cambios anatómi- quedar asociados con tanta fuerza que su ocurrencia si- cos aubyacen tea s lss perversiones, éstas no podían consi- multánea sea automática, ind e n d ientemente dela voli- deraracenfermedades, y que lospicos tenían que dejar ci6n. Pensaba que se nos podía 62 C~ d ldd cockottw mediante un proceso de educación enseñar a responder a nuestro entorno o estímulos internos de tal modo que se UI generen sensaciones dolorosas o efectos motrices indesea- bles. f...j Los fenómenos motrices, sensoriales o de otro En su innovador ensayo sobre el problema filosófico tipo dolorosos (desagradables, indeseables) así desaaolla- tradicional de la mente de los otros, Stanley Cavell con- dos constituyen la supuesta enfermedad.ss duye diciendo: Se refiere a enfermedades como las neurosis de hábito, No sabemos si la mente está mejor representada por el neurosis por asociación„neuromímesis o enfermedades 'fenómeno del dolor o por el de la envidia, resolviendo un funcionales auténticashs Kl marco de os e so r - rompecabezas o por un zumbido en los oídos. Un hecho prendente similitud con el intento d Si Ud natural que subyace al problema filosóñco de la intimidad <recurrir a la psicologíax para explicar esa otra gran er- es que el individuo elige ciertas experiencias para que re- medad funcional, la histeria. Las explicaciones de Freud presenten su propia mente -ciertos pecados, vergüenzas o también se basan en los efectos de las asociaciones en la sorpresas agradables- y luego considera que su mente (su génesis de los trastornos mentales y se publicaron en fran- yo) esdesconocida en la medida en que acu experiencias cés cinco años antes que el artículo de Prince.~ Ambos ar- son desconocidas.~ tículos ayudan a culminar el proceso gradual mediante el cual a s i u iatría se inde endizó de la neurolo 'a s e La psiquiatría del siglo XIX consideró que la sexuali- a cercó en cam io a sic o l ' e o es tos os elem- dad era el modo en que mejor se representaba la mente. plos (hay otros s p ara no ser acusado de afirxae que no Conocer la sexualidad de una ersona es conocer a esa había teorías de enfermedades funcionales. Lo importante ersona La sexuali a es la re s ión de la forma indivi- es que las teorías de ese tipo se desarroHaron post facto, u al dela personalidad. Y para conocer person ad , después del reconocimiento, en los manuales psiquiátricos ara conocer a a ersona, y que conocer sus anom as. al uso, de toda una nueva categoría de enfermedades. Esas ing e as t ante respe nuevas enfermedades aparecieron en toda su extensión en la práctica clínica y, silenciosa, anónimamente, se convir- Estas anomalías son alteraciones elementales muy im- tieron en parte de la nomenclatura psiquiátrica. El efecto portantes, puesto que la &tctioiituelidad mental dnd c ce de este reconocimiento sereno y tranquilo iba a ampliar en gnuaparse ~ bu a ia d d edibilidactdnxunlP~ gran medida la terapia y la intervención psiquiátricas. La psiquiatría no se ocuparía sólo de las formas extremas, los La sexualidad individualiza, lo convierte a uno en un límites de la condición humana, como la locura, sino que tipo específico de ser humano: sádico, masoquista, homo- todo el territorio de lo antinatural y lo anormal se converti- sexual, fetichista. Este vínculo entre sexualidad e indivi- ríaensuprovincia Yn h aríafaltaes rarlos Tmrdnsa os dualidad explica en parte la pasión con que la psiquiatría pnnr una teorí sneuaP de Freu a ra darse cuenta de e investigó las perversiones. Cuantos más detalles se tienen ese terren o co e r a tan comun como cantinaturab; na- sobre las anomalías, mejor se es capaz de penetrar en la die escaparia ya a a u r a a psiquiatnca. individualidad oculta del yo. La segunda edición del li- representativos de los intentos puede ser inducido por condiciones que no eesn psicopato- de diferenciar entre ambas. sus manifestaciones tienen que la importancia de estas nuevasenfermedades de la sexua. en nombre de la morali- lidad simplemente combinando el instinto sexual contra. «la pederastia puede a veces estar re&e- y os pervertidos fueron un mvento e razonamiento psi. mientras que ela pasión uranista excede el ámbi- (Me limito de nuevo al caso de la homosexualidad. los trece primeros volúmenes de una Sibliodeepce des Per. pero to de la voluntad>. pueda ser. como una expresión de un estado mórbido. la in- perversiones que uno quiera. hábitos son viriles». las tareas y los del individuo. si bien cabría juzgar sus manifestaciones rio con la sodomía. diferentes se consideraban la homosexualidad y la sodo- ' i ca e l i n stinto. el libro de Laupts da cuenta de los puntos de dirse con 1a perversión en el acto sexual. En la pederastia. La sodomía era una categoría legal. reprimirse de modo necesario. «la pederastia es un vicio o podría contarse una historia similar para las demás per. sobre el que la medicina no tenía conocimiento especial. Lahomosexualidad era una enfermedad. rio. la homosexualidad como en. 16gicas. ley.~~ En esta obra puede leerse sobre las tuar en cuestiones de amor sigue siendo masculina. El «contrare Sexualemp6ndung» de Westphal mía era un vicio. en el uranismo. dad pública. 54 Lu uparicián ck la sexualidud Cikrense ioecedáeerer bro del doctor Laupts sobre la homosexualidad anuncia algunos de cuyos contrastes más interesantes ofrezco a . la res uesta es «no» a p e r versa n mujer». puesto que éste vista de D. «la manera de sentir y ac- versiora Sezuellee. cla ma- nera de sentir y actuar es completamente femenina: se ve VII acompañada de envidia y odio hacia las mujeres» y «la La preguntaque ahora deseo formular e Qxubo per apariencia externa se vuelve a veces enteramente femeni- ' vera o s antes tuna parte del st Por ext r año na. nunca puede ser castigada o perse- fermedad del instinto sexual. No puede comprenderse guida por la ley. Stefanowski. costumbres y actividades son los de una que pueda a r e cer. con todo. la prostitución masculina debería estar estrictamente laciones sexuales entre miembros del mismo sexo no prohibida». el so. Los psiquiatras siempre se preo- cuparon de ts gu i r con esmero la sodomía de la homo. puesto que recopila toda la clinación por las mujeres existe en todas partes» y W apa- información posible sobre las verdades más profundas riencia externa siempre es masculina. El acto perverso concreto. los gustos.. en cambio„«ei uranismo. una suerte de definida en términos de cierta conducta p e cífica.en donde la noción de conducta desempena. Por último.. es literalmente un sentimiento o sensación sexual contra. versión» estrictamente hablando. por otro lado. profesión que debería ser reprimido y prohibido por la versiones. que no podía reducirse a meros t rminos con. mientras que la sodo- ductuales. luntad>. continuación. sí.] no debe confun- sexualidad. por monstruoso que paración pormenorizada de la pederastia y el «uranismo». un problema de la moralidad y la ley. una «per- sensibilidad. nada yreprimida mediante un vigoroso esfuerzo de vo- quiátrico y de las teorías psiquiátricas que he repasado. a lo La distinción crucial en este ámbito de investigación fue sumo. midad moral innata. de a ed mía. no es clfaicamente decisivo. Stefanowsln oírece una com. un papel subsidiario. en tanto que defor- empezaron en el siglo xtx. Con el fin de dife- .) No deseo que se me interprete mal: las re. dolencia mental parcial». el h e aciente realizada por Krafft-Ebing: médico de la psiquiatría. Además.» stos pasajes dejan claro qué domita era 'eto 'udicial de la le sexua. La perversión del instinto sexual [. y no en eHüZito de la me 'cina.descubrimos que Kant minio sobre nosotros. las cues. ni una sola palabra sible intexpretar diversos tipos de actividad en términos sobre perversi6n sexual aparece en parte alguna de ese li. que hacía po- perturbación mental. hay que investigar toda la personalidad del individuo raleza en la relación de los sexos (es decir. era mentalmente en t r atados de fxlosofia moral. desde el derecho/la moralidad hasta la medicina. s a p e rversx n no e ca n d i d ata a en- como una sección sobre el carkcter de los sexos. xual puede utilizarse al margen del propósito de la natu- dad). sino que ' cía la diferencia entre perversió e d o r mks las condiciones epistémicas y conce tuales necesarias que también admitiera ensegux a que a menudo resulta. La doexrina ek le oercra4que es la segunda parte medades de este instinto pierda los últimos restos de do- de la Mera~eu de lw eoerxxxmbres. observación especialmente sagaces la descubriera oculta gía en sentido pnrgmarxeo (l798) contiene un comentario en casi todas partes. d ad» no se an t o av í a . Antes de la última parte del siglo xxx. Además lizarnos a nosotros mismos. así trica se a xnvent . ser vista e mo o mequxv co con la lente de la medicina te era un auténtico pervertido y no sólo alguien malo o mks que cualquier otro problema fundamentalmente mo- malvado. no tas en silencio o secreto. Por supuesto. libraremos al mundo de todos sus consagra todo un apartado a la «deshonra de sí mismo pervertidos. Ciéívware he cmkíeem renciarentre enfermedad (perversión ) y vicio (perversi. era sólo una nueva división institucional del trabajo. De todas Formas. nes. delirio y otras formas de cambio conceptuaL un cambio del razonar. No había ninguna entidad mórbida bro. fermedad real y no inventándose una. Sólo un minucioso y de. y la antinaturalidad no podía tallado examen podía ayudar a determinar que tal pacien.'~ natural».xs De modo que no es que Kant guardara silencio sobre la cuestión de Ias desviaciones sexuales. porque si nos dirigimos a un libro pubhcado un tinto sexual antes del siglo xxx. a la espera de que un psiquiatra con dotes de quier cuestión filos6ficamente interesante. ción de formas com letamente nove a Vnnuen ejemplo es a obra de Imxxxanuel Kant. Ahí se ción) y utiliza aquí el concepto de cvoluptuosidad contra- encoxxtrsrá la clave del disgxxóstico. fuera objeto de alguna reticencia previctoriana.sx por la voluptuosidad» en su capítulo «E1 deber del hom. t eolo í a señalar una transformación fundamental y la inaugura- moral y juris rudencia. ara or m a r n o e aen ba dificil distinguir entre ambas. Muchos de los li- .» Sin embargo. la naturaleza. nueva comprensión (funcional)de la enfermedad. las cuestiones del sexo no escaparon a la pluma instinto sexuaL y no hubo posibles enfermedades del ins- de Kant. un pocondría. Su Arx ropolo. raL La reasignación en la reglamentación de las perversio- tiones relativas a la perversidad sexual no estaban envuel. la filosofia perversxon no era una enfermedad que acechara en moral y el juicio estético. sino que eran analizadas funda. Era una enfermedad creada por una sobre la enfermedad mental en la que distingue entre hi. no niego ni por un momento que la psi- bre para consigo mismo. como si Todo psiquiatra que escribiera en esa época recono. considera explícitamente si el poder se. aunque hay capitulos sobre las facultades cogxxítivaz natural que descubrir hasta ue a practxca ca sx las facultades del apetito. quiatría del siglo x' creyera estar descubriendo una en- mab. la procrea- y el motivo original que conduce al acto perverso. cuando la noción de enfer- año antes.» Además. de sus tres grandes críticas a la epistemología. el carácter. medicopsiquiátricos. considerado como un ser ani. melancolía. Kant escribi6 casi sobre cual. manía. el temperamento. » n pala rasde aepelin: «No cabe concebir Deseo comentar de forma breve un último problema t~rata ento de una anomalía como ésa. von Schrenclt- . que se ha desarro- antes de extraer algunas condusiones. téxminos teóricos.58 Lu tl pddinp' E d« la s«Elddlíddtld bros que he comentado incluyen capitulos enteras que estado psicopatológico grave al que se enfrentó la psi- intentan demostrar la presencia de esas enfermedades a quiatriadecimonónica. escrito can Paul un estado degenerado heredada era que. Este concepto procede ds car la lntervencl n psiquiátri c en un caso donde. según esa hip6- Richet. La degeneración funcion6 como lo largo de la historia Moreau. A. la psiquiatría corría el riesgo de parecer ere lt a r l a. junto con esta clara ventaja de permitir -incluso que encoxltralnas antes del siglo xtx son descripciones de exigir que la psiquiatría tratara la pexversi6n como una la sodomía.todos lión de Satanás contra Dios. sastiene que las representaciones artísticas de la tesis. fue otro de los practicantes de esta medicina xevi.ss Charcot. do la anatomo olítlca del cu c hu m anop la~h ío l í ó ea mos adscribir esos libertinajes a la ira de Dios o la rebe. una de Ias característi. independiente de la volun- contrar repetidas afirmaciones de que esas pexversiones tad y la educación. en principia la distinción entre perver- sexuales se ven a lo largo de toda la historia Sin embar. a t eor l a neracl n se utl o c o m o severamente limitada en el modo de ejercer su conoci- marco pseudoexplicativo para prácticamente cualquier miento y poder sobre las pexversiones. natural suponer la imposibilidad de modificar una dolen- cia heredada y congénita. como confirma la lectura de esas descripci .ssDes e estp a hasta Charcat. Puesto que se pensaba que la etiología de la de la histerias' De modo que no debe sorprendernos en. que las anomalías funcionales del instinto eran «signos ria fue parte de la «medicina retrospectiva». XraKt-Ebing consideró modernas». en B. La e r v ersión es un fenómeno «desde un punto de vista 'sociíd y terapéutico».sx Esta reinterpretación particular de la histo. quien lo lntdupreta como una desviación insa. Uno de los con. tras una de uno de los lazos centrales entre lo que Foucault ha llama- esas excursiones hist6ricas. en un gran es- durante el siglo xix y que consistía en la reinterpretaci6n quema clasificatoxio de la psicopatología. esas afirmadones no deberían entretenerno.íís Result6 completamente moderno. enfermedad aparecióun desafortunado inconveniente one predecimonónicas. Sin em- go. no podia haber gran eficacia terapéutí- na del tipo normal de humanidad. Morel. todo lo bargo. sidad y perversi6n podía trazarse con facilidad. y así la teoría de la de enera- c ión condu'o al «nihilismo tera éutlc o a ses r an z a soc». dela 'on. por tomar un ejemplo psicopatológicos constitucionales (demencia de degene- famoso. y su Les Démoniapccr ckpEElara. conforme can las «ideas esta omnipresente degeneración. llado c e l d esarroll la p e r sonalidad y tiene su ori- ceptos vinculados con mayor &ecuencia a la pexversi6n gen e o profundo de ell l cómo era posible justifi- sexual es sl de lo~de enerado. caP Puesto que no había esperanza en el intento de tratar cas esenciales de la degeneraci6n es su uansmisibilidad a esos pacientes. pexversión era constitucional. Podemos examinarlas ahora consi eraron que la perversión sexual era un ejemplo de desde un punto de vista cientifico. resultaba díficil dudar de que fuera una auténtica posesión demoniaca sons en realidad. tan destacada funcionalesde degeneración s' Kraepelin. ración)» Es Una ventaja de considerar la perversión como sionista. representaciones enfermedad. A. colocó el instin- de fenómenos pasados malcomprendidos de acuerdo to sexual contrario bajo la categoria general de «estadas con categorías médicas. insiste en que ya no necesita. por ejemplo. acabar volviéndose automáticos. justificar la intervención psiquiátrica. si era una enfermedad. aparecía la dificultad adicional de las perversiones. en este punto fue donde Prince se basó en su teoría de las minante el factor hereditario está sobreestimado. al ámbito de la ciencia médica>s La matriz del poder/conocimiento psiquiátrico se vería Los resultados Favorables obtenidos en urvxingr «con. esa última mostrar que los hábitos intensamente cultivados podían posibilidad.ssM orton Pri n c e tiesa e en t o ncess e vue ven c u ca m e nte indepen ' e n - también reconoci6 que la teoría educativa de las perver. depende de la «contraeducaci6n sustituir los pro- portante de la psiquiatría estadounidense sv Sin embargo. subrayando que a Ios individuos que pade.ss Trat6 a treinta y dos pacientes homo. aunque adquirida. cesos mórbidos por otros sanos». sería necesaria. siones ofrecía «esperanza y posibilidades». sin dudarlo. cómo podía la psi- sexuales por medio de la sugesti6n hipn6tica y descubrió quiatría interferir de forma legítima en problemas pu- que el 70 c/o experimentaba una gran mejoría y el 34 Vo se ramente morales. los sentimientos y las accio- que su o b r a «abr i era a q u i enes trabajaban en el te r r e . tes de a voluntad o. canoeran las perversiones en realidad vicios en lugar las infiuencias externas y la educación eran.» Von Schrenck-Notzing afirm ó que el objetivo de su libro era La analogía con lo que ocurre en otros campos del siste- demostrar qu e «esos in d i v i d u o s perverti dos se podían ma nervioso podría llevar a entender que. nes sexuales acaban por asociarse y se desarrollan hasta no de la terapéutica sugestiva un campo nuevo y produc. Lu a ar iciórxde la scraalidad Cibrvar« las cada«r«r Notzing fue quizá el primero en sostener en detalle que ría. no debía limitarse a las auténticas en- curaba. porque «constituía una a «ideas y sensaciones imperativas reales». de enfermedades. convertirse en la clase de actividades nerviosas casi automá- tivo d e activi dad y esfuerzo hu m a no». de acuerdo con esa ese optimismo social que siempre ha sido una parte im. independientes del con- cían realmente instintos sexuales contraxios les resultaba trol de la voluntad.era una enfermedad. rexa que co e l e man caer que pe r versxon. El pervertido se encontraba así sujeto cómoda la teoría de la herencia. les ajo la rúbrica de Prince insistió también en que la teoría de que la perver. regulación disciplinaria ilimitada de la vida sexual. Segun esa teo- . mediante una convertir en mi e m b ro s útiles de la sociedad» y esperaba constante repetición (cultivo). el siera.xcc excusa muy bien recibida para su peculíarídad». posibilidades de una intexvención terapéutica con éxito que aportaran Prince pudo pues sostener que. en una psxcosxs. neurosis de hábito y las enfermedades funcionales autén- mento de las hxfiuencias educativas. había que de- Von Schrenclx-Notzing eligió.~ cas. contraeducación podía incluirse casi todo lo que uno qui- si6n era adquirida. l u el e'em le.en otras palabras.ss Como afirma en el prefacio de su libro: fermedades mentales. en detri. maximizada en el caso de que cupiera afirmar tanto que la génitos» con tratamiento psíquico en estado hipnótico me ersi6n sexual no era congénita como que era una en- pusieron ante la alternativa de suponer que la sugestión es e x no mtervencx capaz de infiuir sobre las anomalías congénitas de la mente sería eficaz. Esta ~ teoría de la perversión como enfermedad adquirida indu- etcetera. perversidad en lugar de auténtica per- los factores etiológicos más importantes en la génesis de versiónWs Y. de ser así. Justo o demostrar que en la idea de homosexuahdad hoy predo. teoría. y de este modo la psiquiatría se encaminó hacia una mimetismo inconsciente. erua sus propxos inconvenienes. en realidad. debida al efecto de la educación. al fin y al cabo. La perversión como posible mo o e s er. Todos somos x v e r t i- IX dos en otencia. nopodemos desecharlo. El concepto de perversi6n. sino sólo como se nos apare. «moldéada por su prehistoria.'ssKant pensó que podía ofrecer una deducción que en nuestro marco de categorías que ahora es tan natural e mostrara las categorías determinadas e inmutables a través indudable pensar en uno mismo como pervertido como lo de las cuales se nos aparecería todo. Aun cuando rechacemos ladeducción de Kant.x<» Oiremos sin soxpresa que A demás. no Ian Hacking haafirmado que d ebemos rechazar su idea básica Las este odas conce - tualizaciones del yo determinan no 8 o c xno nos ven os la organización de nuestros conceptos y las dificuitades fi- otros. 1ss Ser-Hasificado como pervertido podía alte- ton Prince. decimonónica. la «genealogía del sujeto en la civilización occidental» de creo que lo que haya hecho posible la transformación deja Foucault debe consistir en una investigación sobre el ori. una experiencia im. slxlo con e a s xmxsmaca a erso. losóñcss que surgen de ellos tienen relación a veces con sus na. la erversión es una eta a crucial de la com re 'ó ls lidad. Cuando hay una transformación radical gran medida en nuestra forma de comportamos. yoes. modos». que po amos pensar «/. fund6 la revista Joxovxal ogAb. Westphal creía que el instinto sexual contrario iba . chos hemos tenido que reconcebir nuestros yoes. Todo nuestro razonamiento posterior sobre la perversi6n ticos de principios del siglo xDt proporcionaron muchas se ve influido por los orígenes hist6ricos del concepto. Immsnuel Kant sostuvo cpxe nunca podemos conocer como categoría posible del yo. El problema de la perversión es un buen ejemplo.1~ Estas categorxas pue en proce er e o s u gsresm sextrañosydiversos. cribir. en un momento Somos prisioneros del espacio histórico de la psiquiatría parte exclusiva de los debates especializados decimonóni. se convixtió en el siglo XX en un modo dominante de q ueología puede mostrar su forma».''1s La eol o ' a d e organizar nuestro pensamiento sobre nuestra propia sexua. pox'más que ys no afir- la psiquiatría es otra fuente fértil de conceptualizsciones memos que existe una función natural del instinto sexuaL nuevas del yo. E incluso los que no somos pervertidos hechos y dere- controlar mejor el cuerpo. l a s c o ncepciones de nosotros mismos xnfluyen en orígenes históricos. m6rbidos. Los diagnosticados como pervertidos se pensaron a istoria del yo e s i o x x . Quiz egu e u na época en sí mismos como enfermos. ya sea por evolución o por una mutaci6n abrupta. y dejar de temer por nuestra posible pexversi6n. es el legado de la psiquiatría el yo tal como es en sí mismo. Lnopo siciónck la scnuzlidect ! Ci~ /ar c edíáoerm 63 cía a abandonar por completo el ámbito de la anatomía patol6gica y a instalarse firmemente en la psicología Mor- ! siempre acompañado de la conciencia de la morbosidad del estado. y sólo la ar- cos. del siglo xxx.Cómote amor' Quiero contar los posible antes del apogeo del pervertido que acabo de des. cual- quier pequeña desviaci6n del instinto sexual puede ser señal de una inminente perversión. desde la concepción que uno tenía de sí mismo nonna/Psyclio/o@y (l906) y la Asociación Psicopatológica hasta el comportamiento o las propias circúnstancias socia- Americana (1910). incluidos nuestros fue extraño y cuestionable antes. Ian Hacking ha mostrado que los grandes estudios estadís. La personalidad sexual se cre6 para les. rarlo todo. clssificaciones nuevas del yo.'~ gen de las nuevas este o d as del yo. La noción de perversión ha penetrado tanto ce. Parte de de ideas. su marca sobre el razonamiento posterior. Sin embargo. y es asi„al menos en parte. sigue habiendo problemas concep- tuales fundamentales que han pasado inadvertidos en el debate.d i cho en un sentido bastante literal. Con todo. no sabremos . Una perspectiva prácticamente ausente en esa antología es la historia de la ciencia y. Ss- xunEidadar oeeidentalar se caracteriza por una diversidad de enfoques metodológicos e historiográficos: historia social. anáhsis de textos literarios y ese tipo característico de historia practicado por Michel Foucault y manifiesto también en el breve ensayo de Paul Veyne. K1 sexo y la aparicion de la sexualidad Hace algunos años una antología de ensayos históricos y filosóficos sobre el sexo se anunció con la &ase: «Los filó- sofos se interesan de nuevo por el sexo». historia intelectuaL historia cultural (que un histo- riador que conozco llama histoxia de las ideas malas). so- ciologia histórica. porque parecen tan bá- sicos o evidentes que sería una pérdida de tiempo preocu- parse demasiado por ellos. Desde entonces la historia de la sexualidad se ha convertido en una cuestión casi anodina que ha dado lugar a un sinfin de libros y ar- tículos.de qué estamos escribiendo la historia cuando escribimos una historia de la sexualidad. puesto que considero que la . sin retroceder hasta ese conjunto de problemas.' Como cabría esperar. Podemos encontrar un excelente ejemplo de la más sutil escritura en este ámbito en Senadidínkr occickmax1ac una colección de ensayos surgidos de un seminario diri- gido por Philippe Axilas en la Ccole des hautes études en sciences sociales en 1979-1980. jgg irreducible que hacer a la historia de la sexualidad. el deseo. gg Cq-. Y un análisis de la Antigüedad tardia y el cristianis- logia y la psicología) y el poder (como el poder que se mo temprano pondría de manifiesto.] para llegar a e o que hemos egado a llamar sexualidad es el pro- distinguir formas de relación con el yo diferentes de las ducto de un sistema de conocimiento psiquiátrico que que caracterizan la sxperionciado la sexualidad [. La combinación de tales experiencias es el resultado obra es: «iDe qué manera se encuentran relacionadas de una epistemología burda cuya consecuencia es un ana- esas experiencias fundamentales de la locura. a escritura de la historia. cuando sostiene que la antigua de la sexualidad. debe- minante en la constitución de esa experiencia Por diver. consideremos que se trata de un fenómeno natural. y que no debe confundirse con dividual)».s En el prefacio al segundo volumen de suEissoria sexualidad en Romas. C sas razones.s La pregunta que coloca en el centro de su ellas. segun Foucault. Aunque gg chocan inevitablemente. un fe. mos saltar hasta el siglo xtx. Es un terreno donde los intereses filosóficos e históricos el hecho de que nuestra experiencia de la sexualidad tie- ne una génesis histórica distintiva y específica. la sexo. Esta idea se expresa miento. dad. [. Foucault decidió tratar «periodos en que fue. en gran parte en el artículo de Paul Veyne <La homo- dad'b. según el sexo al que este amor se dirigiera. de un modo sexualidad y la experiencia de la carne pretende señalar gQ prácticamente irrevocable.s Si C s~ de diversos sistemas normativos tuvieron un efecto deter. así experiencia de Ia carne muy diferente de nuestras expe- como en las demás instituciones que tratan del control in.. la enfermedad.. no es periencia de la sexualidad. 4ei En sus conferencias Tanner de 1979. la medicina. Foucault afirma nómeno de la naturaleza que no entra dentro del terreno que está interesado en el problema de «las relaciones en.~ Fn con. sino que radicaba en ser libre y ® %ll/g tercer volúmenes). es particularmente complejo~. mujeres o mu- creto. «cuando se moldeó esa singular forma «en el que no se encasillaba el comportamiento amoroso de experiencia.~ .-. Sin embargo. nuestra experiencia de la sexua- tre experiencias (como la locura. que la cuestión no fue nunca la volumen) hasta la Antigüedad (objeto del segundo y el homosexualidad per se. la trans. la criminología. una C yg ejerce en las instituciones psiquiátricas y penales.. la muerte. la historia de la sexualidad es do ta aarnao. de Ia aparición histórica. Foucault subraya que el periodo en no un agente pasivo. la formación de ámbitos de conocimiento y el papel chachos. la sexualidad y la identidad). De eo n c e n trarme en la relación entre forinas de ' ran menores el efecto del conocimiento científico y la experie istemas de conocimientos en el modo en complejidad de los sistemas normativos. sino en relación con el papel activo o pasivox. riencias de la sexualidad.s jgg también un terreno en donde la propia historiogra6a La distinción de Foucault entre la experiencia de la gQ particular o epistemolo a implícita marca. saberes las modalidades de poder sin aspiraciones de inevitabili- (como la psiquiatría. al intentar explicar el desplazamiento Roma no veía la experiencia de la homosexualidad como cronológico desde los siglos XVI y x' (objeto del primer «un problema específico». el sufri. lidad es un producto de los sistemas de conocimiento y gresión de las leyes. cronismo desfigurador e inutilizante. la individuali. La apaririónds la sancalidad Eissxoy la apariciónds ia seeuaiidad vp' Qg historia de la ciencia tiene una contribución decisiva e gar decolocarme en elumbral de la formación de la ex. el crimen. he intentado analizar la forma- en modo alguno casual que vaya a concentrarme en esa ción de cierto modo de relación con el yo en laoxporioncia vinculación.. queremos aislar el problema de la homosexualidad. Lo que encontramos es un mundo 'le torno al siglo ux. tiene una argumentación y un estilo de razonar propios y C.j En lu. ' Aunque la explicación de Fou- nuestra experiencia de la sexualidad. el verdadero sexo del supuesto hermafrodita. tal como se ven ejemplificado en interés se centra en la ciencia médica con que se determi- el siglo xIx. Alexias uaa mujer? Tiene uaa vulva. 13). ma&oditismo en la Edad Media y el Renacimiento-. ra identidad sexual. Herculine Barbin. muy corta ea ver- la hora de que esos herma&oditas secasaran. Los detalles del caso son fascinantes. cida como hombre. tratados como seudoherma&oditas. e l mocmo contexto cabe situar el caso de Herculine Barbin. nes entre el tratamiento legal. El caso particular del estilo anatómico que nó la verdadera identidad sexual de Barbin. vemos dos sistemas de conocimiento. el doctor Ches- como la canónica designaban como cherma&oditae» a net pregunta: aqueHas personas donde los dos sexos estaban presentes en diferentes proporciones. por ejemplo. * nes. que muestran se suicidó.se educó como mujer pero acabó siendo recono- determinado en parte lo que pensamos de nosotros mis.La única nesis de la sexualidad puede pasar por alto las modalida. pero el fm y al cabo équé es sino uaa va- cidir por sí mismos si deseaban conservar el sexo que les gíaaf Soa atributos completamente femeaíaos. cómo comprender la noci6n de un estilo de razo. La aparinón de la semuhdad' Elsero y tuupuricum ck lu senurlidud' 69 muy particulares. lo médico era la de descifrar eel sexo verdadero que se es- ~ q u e llamo los estilos de razonar anat6mico y psiquiátrico. la forma de nosotros miemoe como sujetos. daré un ejemplo de dos modos radical. p' Ale- . cuando llegaba uretrs Femeaiaa [. me interesa el modo en que los siste. más tarde. -y debido a su brevedad simplifica las complejas relacio- lidad y la aparici6n de un nuevo estilo de razonar psiquiá. ficada y este. también llamada Alexina o Abel oe tiempos mo ernos. el libro de Ambroise quede plenamente articulada. Trasla determinaci6n de su verdade- mos. dad. Cito a conti- consideraré esel que Foucault ha hecho famoso con su nuación algunas observaciones del médico que examinó publicaci6n de las memorias del herma&odita &aacés del en primer lugar a Sarbin y que publicó un informe en siglo xrx.e Con el fin de explicar. conde bajo apariencias confusastt (AB. muy estrecha. do el siglo xtx. pero mi dos estilos de razonar. Foucault afirma en su intro « 1860 en los Ansdulss cPk~gienepublique et ck móhrine kguta ducción que en la Edad Media tanto la legislación civil Tras describir la zona genital de Barbin. el padre l Qué eoacíuiremos de estos hechos precedeatesP 4Ee o el padrino determinaban el sexo del ni' en el momen. e t tenen a b ones detalladas y precisas con hasta el final de sus vidas. en el siglo xVm y hasta entra- tuitivo. Sin embargo. y la tarea del experto mente diferentes de razonar acerca de la enfermedad. Pare DusiVonswes etprodígar (1573).e su riencia permanecerá opaca hasta que dicha vinculaci6n afirmación evoca la de. eí. aunque sólo sea a un nivel in.] Existe uaa vayna. una cuestión en la cault se aplica sólo a una clase de herma&odita medieval que apenas entraré. podían de.. la aparición de la sexua. que Foucault denomina otra vez: tenían que conservar el sexo que habían elegido io oder. restricci6nera que no podían volver a cambiar de opinión des del o d e r decimon6nico. todos los herma&oditas aparentes fueron nar o argumentar. En algunos casos. Como subraya Foucault. religmm oso y médico del her trico tienen una vinculación tan íntima que nuestra expe. labios mayores. aaa to del bautismo. había sido asignado o elegir el sexo opuesto. En de Herculine Barbin. s categorías de la sexualidad han Sarbin. Sin embargo. p. encontrar Como a Foucault. Ninguna explicaci6n completa de la gé. la categoría civil de Barbin fue modi- mamos el ejemplo de la identidad sexual y sus desórde. Si to.. Adelai- ~C@ en e esos sistemas nos hacen 'ter 'etoe. En este mas de conocimiento nos moldean como s ' s. incapaz de adaptarse a su nueva identidad. pp. están relajadas por la presencia de esper- ma de consistencia y color normales. se aprecía que unicameute el epidí. [. cambio en los impulsos sexuales de una persona. braya e incluso exagera las características femeninas de su dimo del testículo izquierdo había franqueado el anillo: es persona.. 138. coincidió con Auguste Tardieu cuando afirmó La naturaleza precisa de la inversión estética sólo pue- en su libro reveladoramente titulado guesrion rrreriieo-~ de establecerse presentado ejemplos ilustratívos. Las vesículas seminales. la ciencia y la justicia se vieron obliga- contrar la matriz. se deleita manifestando aptitudes femeninas y más pequeño que elderecho. 134). mis exploraciones no han podido en. y con frecuencia no incluye en absoluta. (Ag p. con su estilo de anatorda pa- tológica. Hay al k rk l uknrirédans ks nzyporu aoee ks rmes rk nmf&rvauhori menos dos tipos de tales casos. la deredm más voluminosa a los iiupulsos sexuales. el más comuu. podemos concluir y decir. pero. verdadero» (Ag p. que la orientación de los impulsos sexuales. No obstante. en que oíesos ganes sarrrreb que <ciertamente en este caso. los canales deferentes se muy especialmente encuentra peculiar satisfacci6n visdén- aproximan por detrás y por debajo de la vejiga.(kP. Alexina es un hombxe. relaciones normales con las vesículas seminales. un cordón de vasos eapermáti.» que la izquierda. no obstante. se encuentran al das areconocer elerror devolviendo a este joven su sexo tacto unos cuerpos ovoides. las apa. Estamos en l913„y el del sexo. uno. Por einversi6n sexual+ entendemos exclusivamente tal cuentran en la estructura anatómica de los órganos sexua. mientras que losotros impulsos la yhilsiologie de lkorrsme. Mantienen dose de mujer y adoptando actitudes femeninas. resultado les de Sarbin. el doctor E.. normaL aunque en algunos casos la inversi6n general de zan bajo la mucosa vaginal de mda lado hasta eí orificio los gustos puede extenderse. Goujon confirma y gustos sigan siendo los del sexo al que pertenece la perso- de6nitivamente las conclusiones de Chesnet utilizando la na por conñgumcíón anatómica. el im- internos: pulso sexuaL Mediante esta inverai6n los gustos e impulsos personales se ven tan alterados que. Empieza como sigue: Nótese que los verdaderos testimonios del sexo se en. Con todo. la inversión está restrínípda principalmente a la esfetu del . Tras más amplio de inversi6n que no sólo abarca mucho más comentar los órganos genitales externos de Sarbin. Ee afraílar oerdadéros esarrroaios Saltaré ahora algunas décadas. en ocasiones gradualmente. en fin. de donde el sujeto de esta perversión experimenta la atracción sexual salen los dos canales eyaculadores que emergen y se desli. vulvar. 144-14/) Tras describir algunos casos. su- Al abrir el cadáver. si es un hombre. sino que puede jon ofrece un informe detallado de sus órganos genitales no incluir. de una constitución innata. existe un tipo gran técnica de la anatomía patológica. pero con predominancia evidente culo titulado cSexo-Aesthetic Inversion» que aparece en del sexo masculino. es el de un hombre. gran psicólogo del sexo Havelock Ellis ha escrito un artí- hermafrodita sin duda. la autopsia. la cursiva es uúa. Gou.j Para acabar. La apars riórrdc la serm@dmt Elserro ha aparscu&ack ia srsraaiiráuf 7} xina no ha menstruado jamás. todo el exteríoi' de su cuerpo riencias del sexo femenino habían llegado muy lejos.) Aheriist muENeurologirt. que el impulso se dirija hacia Nueve años más tarde en el Jorrsvial ck lanrarorrsie er dé individuos del mismo sexo. Ellis sigue escribiendo: Toda la ciencia médica.'a cos en un escroto dividido. psicológicamente. tómica y los rasgos psíquicos) proporciona una manifes. para que la sexualidad se convirtiera en objeto de co- nar psiquiátrico se dieron categorías de prueba. Sin embar- o la falsedad. era su objeto de investigaci6n y se interesó por las enfer- tornos y enfermedades sexuales completamente nuevos. l a no16gicamente imposibles en siglos anteriores. un sexo anatómico determinado y fueran de verdad -es gunda mitad del siglo x ' „ u n p e r iodo durante el cual decir. o o un con1unto nuevo de de sexo habría sido ininteligible o incoherente puesto conceptos pernn e separar las cuestiones de la identidad que no era congruente con el estilo de razonar psiquiátri- sexual de los hechos relativos a la anatomía. en térmmos que son conceptualmente casi idénticos a los cos que recuezan el sexo opuesto que siente que realmen. también inversi6n sexoestética en tanto que enfermedad.del sexo opuesto. cópico o microscópico. nocimiento clínico. lógicos que resultaban de un cambio anatómico macros- cas de los trastornos de la identidad sexual no eran falsas. de Ellis. medades de la anormalidad estructum4 con cambios pato- Hace tan s61o ciento cincuenta años. Y con este nuevo estilo de razonar llegaron tras. en que el rarrdos mentales (DSM-Hl) de la Asociación Psiquiátrica travestismo es contemplado con relativa indiferencia pero Americana presenta los trastornos de la identidad sexual el sujeto se identifica tanto con los rasgos Rsicos y psíqui.» Sólo con el nacimiento del estilo de raso. etCétera. madas operaciones de cambio de sexo no s61o eran tec- fund a y t r a scenden te. las teorías psiquiátri. como na- cera edición del 3fanual dsapuússm y erradísdeo de los sras. Llama a estos trastornos. aunque no se engaña en relación porque el individuo tiene sentimientos de malestar e in- con su configuraci6nanatómica'~ adecuaci6n sobre su sexo anatómico. la clara separaci6n de río. verifica. nos concomitante@ como la inversión sex~st h ica. Es lo q u e p e r m i te. go. sat». co sobre la identidad sexuaL dad que sólo se dio con la aparición de un nuevo estilo de El estilo de razonar anat6mico consider6 que el sexo razonar. Por esta razón el herma&oditísmo sino que ni siquiera eran candidatos posibles a la verdad ejemplifica con claridad este modo de razonar. Las lla- tación sup e r f i cial de un a m u t aci6n epistemol6gica pro. sexuaL Nuestro actual concepto médico de reasignación acciones y rasgos psí reos. ante to d o. explicación. nar. así como conductas persistentes generalmente asociadas con el sexo contra- Al categorizar los trastornos.y rrastornos de idenrddad de genero. en térmmos generales. legado de este estilo de razonar r elativamente reciente. era necesario un nuevo estilo de razo- ción. menos común pero más completo. turalmente dados. Incluso un historiador tan sutil como . en la se.yd V ivimos c on e l Ellis de dos aspectos diferenciados (íaconfiguració ana. El sexo anató- cambian radicalmente las reglas para la producci6n de mico agotaba la propia identidad sexual. el psiquiátrico. Lu aynricióyd ds la sssnurfiolíu( vestir. señalaré que la ter. tan ajeno a las anteriores teorías médicas del sexo. no podía concebirse que Ias personas tuvieran psiquiátrico que empieza. El comentario de EHis ya presupone rías fueran verdaderas o falsas. puesto que esas cues- tura an e o s r a n o s e t e rnos o externos. La identid a d nes psico16gicas no podían proporcionar la base de una sexual ya no está vinculada de forma exeiustva a ia estruc «cirugía de reasignación de sexoy. que permitieron que esas teo. lo eran conceptualmente. Y para que no se piense ese nuevo estilo y por ello trata la sexualidad y sus trastor- que el análisis de Ellis está desfasado. Antes de la segunda mitad d el El comentario de Ellis deriva del estilo de razonar siglo xtx. las consideracio- verdaderos dis cursos sobre ia sexusiidad. a ntu es. una posibili. que «se caracterizan te pertenece a ese sexo. sano tiones no eran relevantes para la cuestión de la identidad que es una cuestión de impulsosv s t os. y otro. 's No obstante. micas.. Un buen ejemplo de ~ C. Wells extraída de su libro de 1912 sobre el matri- C g como nuestroconcepto e sexualidad. G. el andrógino»..un ejemplo de este uso es una observación de C H. «la suma de las diferencias de la es- cio conceptual asociado con el estilo de razonar psiquiá. d ecisiva distinguir de forma minuciosa entre sex ex u a.] conformación de ambos sexos.~ ae H razonar s i u i atrico. como hace el OED. Escribiendo sobre la homosexualidad. Encontramos una confirmacíón algo simple pero cuya base los seres se distinguen como machos o hem- que no deja de sex so te de esta afirm:icíón en el bras. C. Nada podría ilustrar mejor mi afirma... liduc4creo que resulta de una importancia epistemológica C ggg n os ayuda a verlo. examen anatómico~. x~ sexualidad de una mujer no es reducible a las realidades. aparecen por pri- mera. c6mo la misma p labra se puede urilizar para expresar C XN . declara: lizar la sexualidad que permitiera decir algo sobre eRa sin aLa anomalía aquí denunciada era la del sexo y la de su invocar. La noci6n d es o e razo. «t dad en una mujer».] cuanto sabe- glo x'.. duido antes [. cualquier en medicina y posibilitó enunciados como el de Duncan. donde lo primero es definido. con la inevitable confusión histórica re. El hermafrodita y el homosexual son tan diferentes cault al finsl del primer volumen de laESisroria de la seraa- C gigl como los genitales y la psique. C ygg fender laafi rmación. El estilo de razonar psiquiátrico permi tióh ablar así gg5 nos masculinos. y de las otras diFerencias psicológicas consecuencia origen de la palabr sceuahckr n inglés. comprensiónera necesario tener un modo de conceptua- sultante. no e sexu a .. primera definición. la primera de las ~ Ia de6nida como «posesión de facultades sexuales. jjgl pesar e las observaciones en contra que hace Fou- que una epistemología histórica debe mantener separa- das. Amo «cual 'era de las dos divisiones de seres or ánicos de que a r o i a sexualidad es un producto del estilo de d istin ui as como ma o ra res ectivamente~.. me intere. una afirmación de l879 rea- lizada cn DiseosesogS omen de J. M.. un ser definici6n de sexo que supone una especificación de la verdaderos o falsos. monio: «A los j6venes hay que decirles [.~ ción de que la sexualidad es un objeto diferenciado del sau sobre todo los c~ o c a tos de sexualidad i sexo tuás estilo de razonar anatómico sobre las enfermedades. escrito por Crooke en 1615: «Si nos atenemos a la 16gicas debido a una forma característica de raronar que [. así de eHas». no se destruye de modo necesario la sexuali. según el Ogord Eng&k Dk ssoaury. cuando llegó a articularse el espa. El OED proporciona otra do. no creo que sea ir demasiado lejos de. ~ dad de sensaciones sexualeso.a finales del si. intento de escribir una historia uni6cada que pasara del Sin ese estilo de razonar estaríamos hablando siem re de C ygll hermafroditismo a la homosexualidad soldaría figuras sexo. por paradójica que pueda parecer. tructura y la funci6n de los 6rganos reproductivos sobre C' trico. lidad. El OED da como primer ejemplo de sessdd alicfud mos sobre tres cosas fundamentales. El sd odo~ la eposieidn de ln semahdne' Arihs puede combinar esos diferentes objetos de la inves.] en la matriz~. un g. teorizaci6n y especulación psico.. esas realidades anató. y dada esta C ~(g tigaci6n clínica. cuales es Dios [.. C jggií ambigüedad: elhombre afeminado o la mujer con órga. de su sistema reproductivo. Estos usos están ds'. La que las alabras sendaiiciacly sezo.] y la tercera el sexo~. dicho de otro mo. o. o a la existencia. la palabra. gy® En realidad. o capaci. Duncan: «Al extirpar estrechamente relacionados con el uso del verb seeu~ que el OED de6ne como «determinar el sexo mediante + los ovarios. C. de ningún modo esencial. el masculino es con- tuvo un origen histórico específico. PXan. los enunciados sólo adquirieron positividad. Aunque están estrechamente relacionados.. La sex s o se convirti e n ejemplo de este uso es la afirmacion del libro Boda of' o jeto de investigación. elementos reproductivos (genoblastos) masculinos y fe. matozoide.menciona una serie de ejemplos. Deberíamos exami. Lo que la biología y no a la psicología. Stanley Cave14 en homosexual o bisexual' KPuede padecer una sexualidad The CZaisst f oÃeason. y gramática de Ludwig Wittgenstein. puesto que se repiten a menudo. 'Ir" ciales no juzgan por las apariencias». Yen esemismo que el concepto o j eto e mvesttgaci n entra en relación cap t o. puesto que estas preguntas adquieren sentido en el opinión) o amortigusrse (no apagarse. al menos cuando v ell r e tende mostrar u e ua n a e tratamos con una ru t u r a e i s temol6 ' ca. causándolos de nuevo. encontraremos errum a a o e eso de esee'em lo. el esper. El hombre tiene sexo. ofrecer AEedical Science de Buck (1888):«Según una definici6n alguna sutil reconstrucción hermenéutica que haga caso biol6gica estricta. que no se aplica en modo posible localizar ciertos dolores o. Aparece en Handkoak of' debemos evitar es ir más allá de las apariencias. hacerlos converger. En el comentario como para provocar un desconciertoen el que se impone más convincente que conozco de las nociones de criterios el silencio. a diferencia de la felicidad. sexualidad». lor. De modo típico. es decir. que digamos que alguien «está en dolo nar la palabra sensalidaa'en los lugares en que se utiliza. alguno a unespermatozoide. nar. tos al mundo.~ distinguimos entre sexo y sexualidad. que no he salido de los concep- elementos reproductivos. uno desviada o una sexualidad anormalmente aumentada o de los cuales se refiere a la gramática del «dolon : reducidas KPuede tener deseos sexuales masoquistas. activándolos. cer/ hO está en la naturaleza misma del dolor e p o d a- lidad» y ver qué hacen con esas frases las diferentes mos decir esas cosas de élí' L tica d e l dolor e C a- personas que las usan. La ra. sá- dicos o fetichistas Y La respuesta a estas preguntas no es sí Y el dolor pu ede atenuarse (no alterarse. debemos seguir el áEs sólo parte de nuestro concepto de dolor que diga- consejo de Oscar Wilde de que <sólo las personas superfi. como una o no. pero no«en placen. aun- cíficos son producidos por determinados estilos de razo. sis. podemos decir de alguien que «está en dolor» [in pain]. KPuede un espermatozoide ser heterosexual. comparan- sistemática con otros conceptos muy específicos. que causamos dolor pero damos pla- esto es. Esta afirmación es tan extraña ejemplos de criterios wittgensteinianos. que se da y se quita (como el orgullo y el va- Buck es unbuen ejemplo de cómo unos conceptos espe. podemos causar dolor r eza o i n c omprensibil i a tr r e u ' e e a ase de pero no placer. que sólo se encuentra. titulado «What a Thing is (Called)~. como un humor)." luto la afirmación de que «el hombre tiene sexo. pero no en alegrí ni en rabia). porque no existe tal cosa como la pero no que «está en placer»(y que está en duelo y en éxta- sexualidad fuera del estilo de razonar psiquiátrico. el esper. Ln cyarición susla ssaualkfad' Sisen hr ayurición de lasesualicksf dos conceptos distintos lo proporciona el único caso que usado en tipos distintivos de írases para realizar funcio- conozco donde la noci6n de sexualidad está vinculada a nes habituales. de los individuos en donde surgen los de palabras y no de cosas. que ee posible hacer que alguien se sienta orgulloso y feliz. estimulándolos. y el sexo. resultará útil en este punto recordar algunos matozoide. y asi sucesivamente. de cómo pensamos sobre la sexualidad y de c6mo y también avergonzado w infeliz). y que es do lo que llama el tipo austiniano de ob'eto con el tipo . No comprendemos en abso. sexualidad». la sexualidad es lo característico de los omiso de la supe cte de las frases. Al buscar el origen de nuestro concepto de sexualidad. tenemos que mirar las írases en que aparece esexua. es estilo de razonar psiquiátrico. Si alguien piensa que hasta ahora he estado hablando meninos. rado oapagado. . habrían sido excluidas nor- econozco que estoy defendiendo aquí una tesis malmente. el razonamiento no necesita momento menospreciar la gran importancia de su libro. como élmismo reconoce. el dogma de la encarnación arte ciel Renacimiento p en el olvido mockrno. como la exhibici6n o la manipulación de los fuerte. En C miento. 78 Slsesso y ia aparscion d» ta seasahdM %fe 79 wittgensteiniano de ob' eto. . más adelante.p ues da C testimonio de la suprema acción de Dios. en el Renaci. Steinberg no sólo e un fragmento de información o conocimiento. parecería que no existe tal cosa como la saqueo deRoma. por motivos de modestia. del xelicario del santo prepucio (ía reliquia haití un indicio de sus rarísimas virtudes. incluido Cristo. la realidad de su sexo.' no se nos puede decir el presentación del pene del niño o el adulto da realidad vi- nombre de ese objeto porque todavía no existe un objeto sible al misterio de la encarnaci6n.» Kn estos términos. como ha apuntado tado y el tipo de provocaciones que autoriza constituye André Chastel. encontramos mucho sobre e- sexualidad de una persona. iglesiade San Juan de Letrín y robado en l527 durante el C bo de hacer. a centrarme casi exclusivamente en una debilidad con.» Sin embargo. ob'etos witt ensteinianos. 26). bigüedad que no trata de la sexualidad de Cristo. por así decirlo. «la exhibici6n del miembro sexual de Cristo x~ar cite problema comentando algunos aspectos del bri. muestra de modo más especí. cuenta ticula cuestiones que llevan al lector muy lejos del ámbito con el paralelismo de los debates y sermones renacentis. y esos artistas nos permiten ver que tiene sexo. no deseo ni por un diante el examen anat6mico. El título debería dar. un punto de su comentario del libro de Steinberg. El hecho anatóxnico que supera los límites de cualquier disciplina aislada y ar.presentan como tal: «Presentar a Cristo encarnado. De nuevo. según laafi xmadón que aca.. llante libro de Leo Steinberg Ln sensalkkulde Cristo en el Y. la representación de su pene. Resumiendo brevem nte surazonanuento. miento de Steinberg exige que las pinturas que comenta Lr ggg ico que «sx no se conocen los criterios gramaticales de los traten del sexo de Cristo. genitales del niño» (Sg p. contraintuitiva e incluso aparentemente contrana. sirve para certificar la humanización de Dios» (Sg p. Este debe ser el motivo que induce a un artista del Renacimiento a in- c a no había todavía un ob'eto al e udié r amos asi a r cluir en su presentaci6n de Cristo niño unas situaciones m er que. cree que esas representaciones están motivadas por la sino de la posibilidad de adquirir cualquier información Q ggg centralidad de una teología de la encarnación. y esas pinturas renacentistas lo re- ' ci6n diciendo qu a sexualida o tt e n s tei. tas sobre la circuncisión de Jesús y. en absoluto la sexualidad de Cristo. del sexo de Cristo. es una empresa religiosa.. sexo pero nada sobre sexualidad en esas tradiciones. de la circuncisión) guardado en el santasanctórum de la nos quepensar puesto que. Para que Cristo redima gQ de esaclase alque poder asignar un futuro nombre de fu- tura aparición'. tiene que ser un hombre © N8 ' en todos los aspectos. una transferencia más C. Una lectura cuidadosa del libro muestra sin am. sino del lo acusa de «una transferencia injustificada desde una sexo de Cristo. dc la representación de los genitales de concepci6n actual hasta una descripción de la situación en los siglos xv y 3ÃIn. formulo mi afirma- a lahumanidad con su muerte. Como afirma sucintamente turai a at . Chastel C. me- ceptual de la explicación de Steinberg. carne y niaxxo y que nadie po a conocer los cxitexios gramaticales ~s e o b j eto antes de la aparición del estilo de razonar sangre sin posible error. 23).que intentaré a umentar au vetoaimiiitu~A b o r .~ . que la re- sobre tales objetos überhaupt. . iba de la historia del arte.'s Aunque voy exige que Cristo se ha a h o «mo sexua » p. se carece. El libro posee un interés casi iTimi. Esta apli- cación automática e inmediata de los conceptos. Hasta dónde son capaces de llegar algunos para negar lo que es visible y evidente. su elección de dcmddrhckd. como si los conceptos no tuvieran tem r alidad. con la cara vuelta hacia María y sin que ocupe una parte destacada o significativa del grabado.5. y suele adoptar la forma de descripción de la cara y sus expresiones. que Chastel pasa por alto. incluidas en el libro de Steinberg. ya sea des- preocupada o estudiada. La re resentación icono ' ca del sexo procede me. e co.~ La re resen- tación iconográfica de la sexualidad se da mediante la escrxpcI n e a personalidad.1 describe a san- ta Ana manipulando los genitales de Jesús bajo la mirada de Maríay José. P ' examinaré algunas representaciones de~sex y l sexualida o n el fin de subrayar sus diferencias racC- cales. e modo más específl.La 6gura 2. se produce en el título mismo de la obra Por supuesto. que nada im- portante depende de esa elección. mediante la descripdón de los Ienindes. Observemos que el per61 de Cristo apenas es visible. La obra no tiene traza alguna de escán- dalo o blasfemias y creo que Steinberg tiene razón al in- terpretar la palpación del pene de Cristo por parte de Ana como «prueb* palpable» del«descenso de Dios a la hu- manidad» (SC p. 1511. Las 6guras 2. puesto que sean cuales sean las palabras que utilice.1 a 2. Sin embargo. es evidente que quiere decir «sexo». representan el sexo de Cristo llamando explícitamente la atención so- bre el hecho de sus genitales. Al reseñar el Hbro de Steinberg.1 Hans Saldung Críen: Sagrmk famihu.80 L s apnnción de la ~ l i d' Electro la aparinópI Ik ldI scnazlidnd flagrante y trascendental. t diante la descripción del cuerpo y. 19). se po- dría pensar que se trata de un simple descuido en la elec- ción de las palabras por parte de Steinberg.que establezcamos analogías e inferencias engañosas que se derivan de una perspectiva históricamente inapropiada y conceptualmente insosteni- ble. . incluye algo de auténtica impor- tancia que se olvida con demasiada naturalidad. permite -p a me- nu o exIge de nosotros. Figura 2. ] Si Pos contemporáneos de Balduag] hubieran supuesto ángulo que se supone que lo está haciendo ella. cuerpo estáoscurecida de una forma en que no lo está la 44~ y que la muñeca estuviera más orientada hacia su propio parte inferior. ensegui. C da delniño y que seguramente se está inchnando para co. lo cual no ocuxxe. su «satisfacci6n» es más una falta de agitación C tico que ejemplifica el olvido moderno. que se supone que es «más probable» por el hecho Jesús llama la atenci6n sobre su humanidad. jgg3 inicialmente que santa Ana estaba acariciando el pene de da vemos que la funci6n más sencilla de esa colocación Cristo. La erudición hist6rica de brían notado la posición de los otros dedos.~ . de «abre sus pies a todo el que pasa (SC. rayana en la mirada sición de Baldung es un «poco extrañas. incluso reconociendo que la compo. y. sin duda habrían mirado por segunda vez para ver de la mano izquierda sería presionar o dislocar la rodilla C si era posible otra lectura xnenos descabellada. C habrían obsexvado que la mano derecha está bajo la espal. san Jerónuno se refiere a la prostituta que f Ana está levantando a Jesús de los brazos de Marta Si. la colocación de su contexto. san Juan y santa Bár. describe. Aunque ( eaM no representa un tema único en el arte europeo. la cabeza y los pies representan respectivamente lo divino ternativa de que los dedos «bien podrían estar detrás del y lo humano. No sólo ha. p. también Steinberg al interpretar pinturas no se produce a expen. Además. pintura es el autotocamiento de Jesús. sas de la perspicacia de su mirada. una sentido horario. En realidad. ésta es ls lectura más probable. en gerle el niño a su hija Se trata de un tema familiar. La in. como lo de que «tiene los otros dedos cerca de la rodilla». san José. muestra a un crí. Si los dedos de santa Ana estuvieran radas de todos los protagonistas (nadie mira a la cara del de verdad cerca de la rodilla de Cristo. C vez lo xecoxxocemos. 170}Px La Ggu-' C @¹ C. Además. la lectura al. con el niño Jesús en medio. o la cadera izquierda del niño. xaN izquierda ambiguamente colocada esté tocando los genita. que cualquier otra cosa La otra imagen central del cua- tura de Steinberg no es en absoluto «descabeUada» si la dro es san Juan besando el pie del niño. la lec. Íw4 82 Lu ~ó n áb k sssusuliclua' Elsossoy lu u& c ión ck lu scxxsuliducl un historiador del arte ha dicho lo siguiente acerca de su acuerdo con esta interpretación. entonces la posici6n C de la otra mano está completamente injustificada. De modo que san Juan besando el pie de pene». un motivo que se lea La composici6n de Baldung es un poco extraña. No obs- C tocarlo en absoluto.2. la expresión de su Esta descripción.. í' El gesto [de santa Ana] es como mínimo muy ambiguo terpretación alternativa es que la mano izquierda está su- porque los dedos bien podrían estar detrás del pene y sin puestamente participando en el levantamiento. sería más natural niño Jesús) y por el hecho de que la parte superior de su que su pulgar estuviera extendido. Ante todo. Hay una larga I. La imagen central de la C. haas enmarcamos en su lectura de decenas de otras pinturas y tradición de exégesis e interpretación cristiana en la que las otras 245 ilustraciones del libro. perdida.. vemos que no es posible que esa mano bara. a María.. puesto que tiene los otros tante si colocamos las manos en la posición exacta de C dedos cerca de la rodilla. n.o es en hace el autotocamiento. y ello queda resaltado por las mi- absoluto probable.xo Steinberg describe incidentalmente al niño Jesús de este cuadro como una «criatura satisfecha». La figura2. como señala Steinberg en otro cuerpo. la mano derecha sirve de interpretación del grabado de Baldung: apoyo y realiza el levantamiento. y lo más importante. «pies» es un eufemismo bíblico habitual para ~ em mano izquierda es algo más que un poco extraña si santa los genitales. una pintura del Veronés. Además. pczo repite en muchas otras pinturas renacentistas. cara es en realidad bastante mínima. santa Ana e intentamos levantar un niño desde el mismo [. que en esas h. Aun cuando consideremos que la erección re- presenta la sexualidad.4 y mortificación del pene. por no mencionar otras comentadas por Steinberg. 109). la presencia del deseo creciente. Sea lo sea la que pensemos bcrg (véase SC excurso 38). comentadas en extenso por Stein- su cuerpals (SC p. mediante su erección' Cristo muerto. Las figuras 2. por más que el muerto sea . pinturas 4 erección debe equipararse con la resurrección: ~sila verdad de Ja Encarnación quedó comprobada en la vana cualquier expresión de sexualidad. l no habría de probarse la verdad 2. 1525-1530. Steinberg Figura 2. muestran lo que es a todas luces una erec- ción fálica. el místico Varón de Qoio- res. no cabe encontrarsemejante ecuación ahí. ra 2.2 Veronée: SoBsrssiss fcrmiiia soss sansssBan5ara y suss Juossssino. Ea aparirion ck la sm~alisiad' El seroy la ~ sió ss ck Az sssssss sksissd Figura 2. de forma en absoluto descabellada. baste decir que los muertos cn óltima instancia de esas descripciones.donde el valor simbólico de la erección es bastante diferente.5 describen el gesto de la mano en la entrepierna del de la Anastasis. buscaremos en no pueden tener sexualidad. la resurrección. especula.3 Mserten van Heemskerck: Varónck Dolores.3 es una de las tres pinturas de Maerten van Heems- kerck que describen a Cristo. Las tres pinturas. Aunque este motivo suscita muchos pro- Ma habria de ser ésa la mejor demostración de poder en blemas interpretativos. citado y comen..el estilo de razonar psiquiátrico lo denomin eauto- contiguos de una forma que sugiere un movimiento inter. niña. ac 'aala sicologíadelasexualidadentanto e o u a deremos primerola fi gura 2. No a e l ic ación ver í m i l del dibu' o u e no C Saaé5 traciones de textos psiquiátricos decimonónicos.6. como todas las pruebas tativos colegas pediatras't El dibujo pretende responder a iconográficas de Steinberg. e s. por así h~ namente sin invocar la noción de sexualidad. ese problema.ss Consi. la falta de direcci6n de su mirada expresa una concentra- ci6n que pretende exhibir uno de los componentes esen- C ci6n en su propia actividad. blemático ni ambiguo. el hecho de contemplar una niña no es pro- Cristo exhibiendo. ee® semos en las razones de Lindner para acompañar su artícu. su humanidad. Mediante la prueba ocular. su sexo. reía. erotismo» Las figuras 2. La parte superior del brazo demuestra más sutilmente otro aspecto de la sexualida C y el hombro izquierdos y la mano derecha de la niña están fantil. es posible interpretarlas ple.que procede de un articulo la anatomía e s exo .5 David Kindt: Lamesaaciée. Contrastemos esas representaciones con algunas ilus. yj® /g' s ubray ia Freud. el pulgar con la satisfacci6n obtenida en la estimulación ge. traimiento. Cruzo muera con copies. Sin embargo. aunque qinz muestre satisfacción (es difícil determi.ssEl rasgo central del dibujo es la relación descri. el placer psicológico y la satisfacción de succionar h~ invocar esa noción es malinterpretar lo descrito. l cómo podía demos- da. en realidad. a e x p resion de la cara de la de 1879 del pediatra hungaro S. mediante el gesto de su mano izquier. decirlo.4 Mattia Preti ('?) . Mi motivo para reproducir trar Lindner los hechos de la sexualidad infanúl a sus dubi- aquí estas ilustraciones es que. lÍ®C La aparieion de Azsexualidad Elsaroy la aparieime de ia sexualidad «hg • Wt g g Figura 2. sexo de laniña. Este tipo de abstraimiento ciales de la sexualidad infantil. C . vincula. no es como cuando uno se enfrenta a un hermafrodita.7 a 2. como representar las perturbaciones de la personaIidad. eee8 lo de ese dibujo: no hay necesidad de prueba visible del Figura 2. Sus ojos nunca se encuentran con los nuestros. e I a sexualidad no debe confun s e con los em e ue a s realidades de la sexualidad lg®S can muchas más cosa e l a realidad de ' exo. Desde la g@- o RP . Lindner. ta entre la succión del pulgar y Ia estimulación genital. Pen. 1631.9 ilustran el énfasis psiqui k- conectado e incluso continuo que vincula la succión del n el rostro y sus expresiones como forma de pulgar y la estimulación genital El dibujo demuestra. C tado en el segundo de los Tresensayospara smasoenvaseoeieed narlo inequívocamente) es ante todo de distracción y abs- de Freud. nital. bei den Kindern (Ludeln). Hilarious Maniax. Lindner: «Das Saugen an den Fingern..88 La aparición c(e lascmcuhckrd El sesop la aynrieion de ia sanculidad / l Y~ z lXj/~ Figura 2.7 luego contemplar cuidadosamente los cambios de la expre. . Jb.6 D e S. autor a finales del siglo xxx de una serie de artí- culos titulada «Facial Expression as One of the Means of Diagnosis and Prognosis in Mental Diseasex : Una vez examinada la cara en reposo. entablar conversación con el paciente o si padece de una importante debilidad in- telectual. es necesario. hacerle alguna pregunta o realizar una afirmación o un movimiento calculado para despertar su atención y Figure 2. [. Como escribe Ja- mes Shaw. la fi- sonomía era la clave de la personalidad.) La aten. KinderheiHr 1879. «Manía alegre y feliz» hasta la «demencia impulsiva». o notar la ausencia de expresión. 1869. con el fin de estudiar la reacción facial. Eine Studie». 3'ames Crichton Srowne: sión facial. Lippen. etc. h. «Happy.. 1894.9a E~ aparieson ae la saeualidad El sesso y la aparición dé la saeualidad Figura 2.1876.10 es la Figura 2. junto con un conocimiento general de los signos faciales mencionados más arriba.9 Xi+s estudios de la locura iuipulsiva más interesante.) padece una forma leve de perversión sexual que lo lleva a oponerse a vestir atuendo . per- mitirá a cualquier médico referir la mayoría de los casos a uno de los grandes grupos sintomáticos en los que he divi- dido los casos mentales para los propósitos de esta mono- grafia. Muchos casos serán además susceptibles de ser diag- nosticados en relación con las subdivisiones etiológicas.s4 Para mis propósitos inmediatos. la figura 2. Es l a u n i c a f o t o gr a6a d e p e r versión sexual de Ias cincuenta y cinco reproducidas en la obra de üe Henri Dagonet: 1Youoeau traiM'ékímntaire etpnacip' desnutladiesmentales. He aquí el comentario de Shaw sobre esta fotogra6a: éEI jo- ven mudo representado [„. a la derecha. Shaw Phtlsiognomy of 35etttal Dtseases and Degeneracy. y en mu- chos otros.8 Trastorno maníaco-depresivo. patológicas o sintomáticas a las que pertenecen. el médico será encaminado hacia un diagnóstico que seráconfirmado por el habla. el depresivo. De Theodor Ziehen: P~ehustrsej&r Arzte u nd Studl~e bea r bestet. ción a estas sencillas directrices. la con- ducta y la anamnesis (personal y de la historia famiTiar) del paciente. la conversación. El estado maníaco está a la izquierda. como subraya Steinberg.10 Perversión sexual junto con sordomudez.92 La uparieicín de la saeaalidad Zl saco y la aparieien de la serualidad 93 masculino excepto bajo coacci6n. la castidad consiste en la potencia fisiológica bajo control. era parte del espacio conceptual que hizo posible que los varones exhibieran una sexualidad femenina y vi- ceversa. Steinberg observa «un contraste entre el miembro erecto de Cristo niño y el de san Juan. Existe una prolongada tradición cristiana de deba- tes sobre la virginidad y la castidad de Cristo. una tradi- ción presente en muchos sermones del Renacimiento. icómo hay que entender la castidad si no es en rela- ción con la sexuaIidadP Sin embargo. hizo osible e hu b i era ti o u ' a e no se corres ondier n con Volveré brevemente a Steinberg para anticipar. La castidad la vir ' 'dad son cate orlas morales andDeg~ 1903. 99). una posible objeción a mi interpreta- ci6n. Comentando una pintura de Andrea del Sar- to. Una afirmaci6n como la de Duncan de que la extirpación de los ovarios no destruye necesariamen- te la sexualidad de la mujer. impulsos. no sólo a su sexo. Al fin y al cabo. y los hombros caídos refuerzan la impresión.ss Es evidente que aquí no hay duda de que el parecido es en relaci6n con la sexuali- dad. dispo- siciones. La cara sugiere afemi- namiento. del pervertido exhiben una sexualidad femenina. una diferenciación que nos sugiere el motivo verosímil de este tema. no . y podría parecer que esta tradici6n se dirige explícitamente a la sexualidad de Cristo. 30 y excurso 15). fisiológica que confiere a la castidad todo su valor (SC De JamesShaw': Tke PAysiognesmy+WensedD&cases p. Los gustos. deseos. no con el sexo. que denotan una relación entre la vo unta y a carne. es el triunfo de la voluntad sobre la carne y es ejemplar debido a la abstinencia volitiva frente a la po- sibilidad fisiol6gica de actividad sexual (véase SC p. A menudo sucede que los pervertidos sexuales varones pa- recen hembras y viceversa». sin contestar del todo. separando así sexuaMad y sexo. etcétera. y es que se trata de demostrar que el ¹ ñ o posee aquella potencia Figura 2. emblematizado todo ello por el afeminamien- to de lacara. 2. No era raro como las antiguas categorías morales -en parte porque a que durante el siglo uX los textos médicos incluyeran di- menudo es muy di8icil distinguirlas con precisión-. ce normal.ís Al abrir el libro. su persona- dos los impulsos orgánicos procedentes de los órganos lidad. No hay que suponer que en la psiquiatría tor encuentra el dibujo de una joven. traejemplos aparentes de importancia histórica.12) del tratado sobre masturbación fe- por ejemplo. resul. una posición anatómica ambigua. no un triunfo de la voluntad sino una forma de psicopatolo- gía.para mostrar lizarse para arrojar una luz tan clara sobre el contraste cómo defendería mis afirmaciones contra algunos con- epistemol6gico. Tiene la cabeza ladea- del siglo xrx la desviación moral se transformó sin más en da con rigidez hacia la izquierda. bujos con descripciones de hermafroditas (figura 2. no dema- s de la sexualidad en ámbitos esencialmente diferentes. para que todos la vierans el estado Georges Canguilhem ha llamado « virus del precur. encontramos esa iconogr a r a c ent e ininteligibilidad en el peor. turbadora habitual La porción descrita de su cuerpo pare- sia del instinto sexual» en P~chopcnkia sonaríais: «Aquí to. tispicio (figura 2. Sin embar. se desintegra ante nuestros ojos. siadas décadas más tarde. nuevo a un documento del Renacimiento. al concentrarme en el Renacimiento yen el siglo ux. elegiré sólo un ejemplo más. mente al individuo». con la enfermedad. Su ambigua posición era sor». cuestión de modo bastante significativo en el umbral de la aparición 154 de Ia Suma dk teología debe asimilarse a un debate so.íí Es un trastorno de la sexualidad. de moralidad y sexualidad plantea problemas de extraor. M Rozier. Es una mas- guirla con cuidado de lo que Krafft-Ebing Hamó «aneste. el libro de Steinberg es de tal importancia. No cabe duda de que Cristo no la padeció.Un punto tallado merece ser centro de nuestra atención conceptual de partida útil es una conversación entre Foucault y algu- (El siglo xvrtt plantea sus propios problemas enigmáticos y nos miembros del Departamento de Psicoanáhsis de la exigiría un comentario completamente separado. sus 6rganos revelara. 95 son categorías de la sexualidad. tinta de sus predecesores anatómicamente representados. La distinción entre categorías fferente e l as eufersuedades sexuales que he señalado. del estilo de razonar psiquiátrico. ta crucial para mi razonamiento que las separemos. Puesto que hay más casos aparentemente problemáti- puesto. las pupilas apenas visibles. los ojos en blanco. pero creo que se puede demostrar. y puede uti. cos para mi interpretación de los que me es posible co- he pasado por alto muchos años intermedios. Esas pobres criaturas se mostraban exhibiendo su defi- minar las dos clases de categorías da lugar a la infección ciente anatomía. emblema de los trastornos psiquiátricos. volviendo de go. Otra ejemplificación de esta nueva iconografia es el fron- dinaria complejidad. de modo que la estructura patológica de epistemológica que el gran historiador e la cien. de su m6rbida identidad sexual. que ni siquiera el comentario de Aquino de menina deD. Por su.) Universidad de París-Vincennes que se celebró tras la pu- . pero acertamos a ver que su psique. de forma muy dis- suales. Difu. Sin embargo. s Siempre buscamos precursores a nuestras catego.11). Se erige como sexuales y todos los impulsos e impresiones sensoriales vi. Y en el caso de la castidad hay que distin. uando a areci6 un nuevo estilo lo cual produce anacronismos en el mejor de los casos e de razonar. que deseo afirmar que su comentario de. mirada extraviada. auditivas y olfativas no consiguen excitar sexual. Aunque tendemos a leer He aquí una última prueba visual del naciente estilo retrospectivamente nuestras categorías de la sexuahdad psiquiátrico de representar las enfermedades. mentar aquí.una obra decimonónica publicada las partes o especies del deseo en la parte 2. el lec bre sexualidad. 4Tienes do. Roaier. principios del ~ x v@ ~ 2 . De J~ Psri s du Piessis: ~A Short History of Human prodigios and Ãoustrous ~ manusorito inédito. precisamente. sibn. Figura 2. h ~ m u c h o ti~ que s e ~ de eso . G. Bar kuhioukr rstrsrsr su cfr' etulu~ y m d catar dud Hacia el 6nal de la conversacibn. di6ci~ se p u ede decb eso. DeLk M. A1an Crosri~ ~ A n~ s ch s el sr~a t 1 83 0 . sl mío del as unto de los convul- M. interroga a Foucault como sigue: A. En hl se hace atu- Sossr. Mira.o que dices de las ~ lene s vale t ~ i ' ~ A C. para mostrar que los pretendi- cucl entos P dos mila~ o c u itahan historias sexuales. Q. F.ss .11 Un herma&odita. Sg cofiste UQ tratado g+rs s/~ d f P~ cscfi t o p or un m~ casi~ y d at a c r eo de 1SSS p ara el sadomasoquismoi Ka gente que se haos ~ par a con un cathlogo de casos muy completo. blicacibn del primer volumen de la Hírlorttt A Ee ~emah. sionados de Saint-Mkdard. .12 U n a masturbadora. volveré directa. r explicaci6n de la aparición de la sexualidad debe comple. C . algo que he intentado en otra T racrancs ck rav~ or u m i a m ~ i ' F roe nerea[Sobre el parte. Un ciudadano de tución de los objetos. los temas de su proyectada historia de la sexualidad. entre otros delitos. en mi opi. La explicación Nuestra experiencia de la sexualida es cuanto constitu e igüR de la perversión de Foucault tenía que haberse elaborado a ro xa sexu a y e s ta experxencia se ha formado de fü yéíí en lo que originalmente anunció como el quinto volumen forma decisiva y muy reciente por un conjunto de con- de su Hirrona rk la sanxalichag que llevaría el apropiado tí. puesto que las cien. Sale citado ante los magistrados. gge nión. c e n nacer nuevos tipos de personas». Tras la lista de estos casos. C 05lk en apoyo de sus afirmaciones sobre la perversión. C' tencia de ese concepto. C. desterrado. escribió un tratado breve titulado como categoría noso16gica. nuestra experiencia de uso de los azotes en asuntos médicos y venéreos ]. humanas.. de personas y proporciona otros ejemplos de la histo- glo xvxx como una enfermedad del instinto sexual. En 1629 (o. Empie- za con un catálogo de casos de flagelación que no tienen C versi6n como el ti o de desviaci6n e l a amenazaba sin relación alguna con cuestiones de sexualidad. ceptos o categorías. Una cortesaaa. se dirige a la cuestión de las «personas que son C ma que ya he mencionado. a g trato a menudo. de Puesto que el problema planteado por Grosrichard es c g55 modo que nunca proporcionó muchos detalles históricos una buena prueba para mis aíxrxnacíones. para que se vea lo que está en juego). para ayudar a personas delgadas a sino también que no había pervertidos antes de la exis. quesero de oücio. clas categorías de personas nacen al mismo otros médicos. perversión son otro ejemplo del invento de e r s onas. por adulterio. El nominalismo dinámico muestra el modo en Adjunto un nuevo y reciente ejemplo. y un es- tulo deEero~abs. y hay una interacción mutua entre esos dos procesos». es valado or lado ' a estimuladas a lo venéreo mediante golpes de vara. «un C ice% mentarse con la historia de la aparición de la perversión médico de Lübedo.» Establece la Hacking sostiene que en mu os x os e . micos.ss Los pervertidos l a historia de la tema luego se abandona (demasiado pronto. a pesar de eso. promo. y lleva. tiempo que surgen tipos de personas que encajan en esas C médica Éste es un ejemplo citado: categorías. que Ian Hacking ha llamad cnomxn smo dinámico». melancolía. para ser más precisos. «hinchar sus cuerpos». ciudad de Lübeck. así como mediante su propia experiencia aj~. curar miembros relajados. donde ahora resido. Sin embargo. ocuaido exx esta que «la historia desempena un papel esencial en la consti. para volver a un proble. y los modos en que se comportan». confesó ante los funcionarios del Estado '. no tardó en reconsiderar tilo de razonar asociado. y al probarse el hecho fue / cias humanas «hacen nacer nuevas categorxas que. Este desplazamiento desde la apa. ofrece la personalidad múltiple como ejemplo del invento C ggg el placer de ser azotado no estaba catalogado en el si. Meibom ces e sos t enido que no s o n uestro concepto médico aíxrma que la ílagelación se ha utilizado como cura para la e perversión no existía antes de mediados del siglo xix. ver la erupción de la viruela y curar obstrucciones intesti. Una mente al tratado que menciona. en p r. que no considera polé- tipo de persona (el pervertido). 1639). entre ellas las «pexversiones». C 98 La ayarkion de ia sexualidM Elscw y kr aparicion de ia sexxrnl~ C Foucault realiza la afirmación de que. dos a una hoguera de deseo con golpes~. donde los objetos son las personas Lübeck.ss O. gunas fuentes. la tristeza. C' rición de un concepto («pexversión» ) a la aparici6n de un nales. Johannes Heinrich Meibom. y el ria de la estadística. según al.a s ciencias veracidad de este tipo de caso mediante el testimonio de C C. con quien ese individuo texxía te. y utilizaran disciplinas al gos. Considera cado remedio enlos azotes. a él en busca de tratamiento sólo están agotados por el ex- ción más adecuada de esos casos extraños. atampoco es probable que hombres. es evidente que mediante ese tratamiento de azo- no todos los j6venes sometidos a esta práctica la continú. esta explicaci6n también es rechazada porque médico. además. con- mía de riño n e s lo m os. y no pueden ocasionar tales efectos particulares en satisfecho el apetito frenético y perverso. Porque es muy probable que ~ en p r i mer lugar laex li caci6n s t r ol6 c a . Sin embargo. no constituye era excitado por unos segundos azotes. pero la rechaza de inmediato espíritus sean atraídos en mayor cantidad. continuar el «mismo indecente goce». puede encontrarse examinando la ñsíolo a ato.(EVA pp. y. Por todo ello. con el ñn de generación» (FFA p. 100 Elsexoshr apnn'ción ck áz saztatlickrn' 101 que no podía tener una erecci6n enérgica y realizar el de. generación. y la propensión del ho re a Venus es a causada por su provoquen un calor en la materia seminaL y que el dolor de natividad.p. etaHe las relaciones anat micas entre riñones. «que las partes reírigeradas se calienten con semejantes azotes. la idea de que pacidad común y se convierte en parte en la comisi6n de esos actos extraños y poco corrientes son debidos a hábi.hayan bus- para una acción tan ~ y po co c o rrientes. La explica. Entonces la natu- uno o dos individuos» (EPA. ra s comentar con cierto mina a quien p o nen en entre t o su práctica: ~ es. aun raro ejemplo del poder que tiene la fuerza de la educación en injertar En el siguiente párrafo. incapaces de otro modo de realizar el acto de la todos esos niños que hemos mencionado iniciaran su ju. y destinado a ser azotado por rayos de estreHas las pattes fustigadas. tes y golpes en la espalda ha curado a cierto número de an habitualmente. Meibom admite que quizá algunos de los que acuden principio para provocar lascivia (EFA. es arrastrada mís allá de su ca- revista a la ex licaci' a costumbre. aunque sin quererlo. gadas de generar la semilla. es decir. preguntarte también: kNo puede una per- arterias y venas seminales y los testículos. que es la razón de que la sangre y los opuestas y amenazadoras». 21). Pa masturbaciónj. como partes encar- ber de un hombre si antes no había sido arotado en la es. objeto de debate y preguntas entre médicos y también le- municación recíproca del vicio. las en conciencia. 23). comunique tam- puesto que «los cielos y las estrellas son causas universa. y con eUo queda les. se pone de manífiesto el pro- arraigados malos hábitos en nuestras costumbres». 20-21) sorpresa alguna que esos desvergonzados infelices. según Mei. sona que ha practicado el amor legítimo y a pesar de ello nar que «todos ellos de un modo diferente se encargan percibe lánguidos sus lomos y costados hacer uso del mis- tanto de elaborar la semiHa como de realizar la tarea de la mo método. y Hevarla a los genitales. y contribuyen mucho a la esti- concluido no era posible animarlo a una repetición si no mulaci6n de l a lascivia. 22).M eibom concluye. p. adíen- palda con unas disciplinas. dxenados los lomos y los vasos. bién calora los órganos de la generaci6n. sino para . ceso venéreo y solicitan su tratamiento con el único Gn de b om. Como embargo. tan abominable delito (EVA p. los azotes sobre la espalda y Ios riñones. vícti- mas de un odioso apetito como el que hemos mencionado Habiendo establecido la verdad' de esos ejemplos. y que cuando el asunto habia tan e inñaman esas partes. 30) s~ tos viciosos practicados en la infancia. sin imputación de delito alguno. Ese remedio parece haberse convertido en ventud poniendo en venta su castidad mediante esa co. Sin p6sito subyacente de Meibom al redactar el tratado. y tras determi. A continuación pasa raleza. u otros agotados por la repetición dema- Meibom examina a continuación «qué razón puede darse siado frecuente. saldaruna deuda„que no diré que es debida. lomos. tipo característico de individuo.en Krafft-Ebing es inequívoco en sus aserciones de que función únicamente dc que sus lángttidos lomos no pue- el masoquismo constituye un tipo especial de trastorno dan. incluso con objetivos venéreos. di. antes de ex. desean ser azotados. en ella se del concepto de masoquismo. En 1629 no era esa persona como por un amo. eiao del hecho de que el iastiato indicio en el texto de Meibom de que los hombres azota- perverso encuentra uaa satisfaccióa adecuada difiriendo dos en relación con los asuntos venéreos constituyan un de lo normal. in- encantos normales del sexo opuesto. en P ck a- de su sección sobre masoquismo: rkia sancalis. Meibom desea rei. incapaz de uaa vida cluso el deseo de recibir tales azotes por parte de algunos sexual normal. Mediante esta perversión su instin. el masoquista vive ser azotado. Esto es lo que dice al inicio incluiría el masoquism . El masoquismo es un modo de de que el tratado de Meibom no es un contraejemplo a la desviación funcional del instinto sexu es ci o n a un afirmación deque la perversión no aparece como fenó- meno médico hasta el siglo xar No obstante. diferente de otras per- (PS. está coaaelade por ía idea las personas fustigadas. No deja de ser una de las muchas nudo intenta reduarlas. ser activados de una manera más sen- . sicopatolóyco que afecta al funcionamiento del instinto vindicar su práctica argumentado que e1 uso de azotes en sexua e un modo muyparticular. una forma o s e e con c i r se a uno mis- mo.una ormaposibled ser er s as Por masoquismo entiendo una pecuhsr petvetsióa de o vien o tr a t a d o d e ei b o m . Si tuviéramos es preciso que nos dixijamos a la Ayckopatkia seecu& de que hacer una lista de las formas de expresar o ejemplifi- Kra%-Ebing. 86-87) sonas a causa de unos rasgos especiales de su personali- dad. del instinto sexual esté bloqueada en el masoquismo. la idea misma de semejante enfermedad no ea fantasías. individuo afectado. 30). psíquicamente impotente. lejos to sexual se vuelve a menudo más o menos iaseasible a los de ser una enfermedad. por decirlo así.La dirección normal los asuntos de Venus puede ser una modalidad terapéuti. ea todo que no contiene la más mínima implicación de que sensación sexual y pensamiento. encontramos ante la vid ual p s í uica enla que el. Para este entendimiento tipo muy específico de criaturas enfermas. pacientes. paradojas similares de la historia de la medicina que. el hecho de azotar pacientes. humillado y mahratado. er maso 'sta . podía conceptualizarse. Por otra parte. sino por individuos masoquistas. una senda anormal que Krafft-Ebing caracteriza con una Estas citas ya nos permiten prever mi razonamiento serie de rasgos distintivos. pp. y ca justificada. este instinto y la vida sexual psíquica son redirigidos hacia den practicar sin la imputación de delito alguno a nadie. Esa posible una enfermedad que consistiera en el placer de idea se tiñe de una sensación lujuriosa.Cualquiera puede ser un candidato de esa terapia. de Krafit-Ebing está habitado no sólo por individuos que " ponerlo. un nónica entendía el masoqinsmo. de ser tratado por fiesta en el deseo de recibir tales azotes. fuera considerado eficaz y justificado terapéu- cha impotenciapsíquica no depende ea modo alguno de ticamente. padezcan una enfermedad o un trastorno que se mani- luntad de uaa persona del sexo opuesto. 102 Le «p ericiadcla zencahducf E/sexo y ia apariaaa de la scruulukul 103 contentar al acreedor?» (EVA. recordaré el modo en que la psiquiatría decimo. puesto que él fue al fin y al cabo el inventor car la sexualidad en el universo d -Ebing. p. sia duda„pero ao ea el coito. no hay absolutamente ningún ua horror al sexo opuesto. ea las que crea situaciones de ese tipo y a me. ea la mujer. Sla embargo. de quedar completa e iacoadicioaahaeate sujeto a ía vo. una modalidad que médico y paciente pue. no fundamentalmente tipos de individuos y desde es si hay algún tipo de persona a quien semejantes azotes luego no tipos de trastornos. nuca& a distingtur cuidadosamente entre flagelacióa pasi- " guna del conjunto de conceptos necesarios para describir va y masoquismo. En ninguno de los dos ensayos hay anficipaci6n al. y el principio por e p e rversx n. La per. entre lae cuales las son contrarios a la recta razón. esencialmentediferente de la fl agelación. como el fenómeno eneral mos sujetos a todos los tipos de lujuria. Kraflt-Ebing ee interesa bastante por la Esta lectura del tratado se ve apoyada por dos ensa. lo cual sucede en todos los más importantes son psicológicas. pero describe cualquier acto de voluntad que es con.2. el individuo que está debilitado y no es propenso al versión no está intrínsecamente relacionada coa la luju. ~g proporcionen una adecuada satisfacción psicológica Ea realidad. deseo reali. acto tiene s61o un valor simbólico y es un medio para el fla versamente afectada cuando no consigue cumphr con de la satisfacción mental de sus peculiares deseos. bate ético y legal. ción mecánica de su centro espinaL (PS. p. lo principal es el sometimiento s l s tes. ei puede ser estimulada de ese tradici6n de teología moral. el castigo es s61o ls expresi6a de esa relación. cuando pasa del bien inmutable al mutable. El fenómeno del maso 'smo. los tres ensa. y que se hace flagelar„sólo desea una irrita- ria. En realidad. y por consiguiente entre enfermedad y desviación moral ria no indican diferentes tipos de individuos. por lo tanto. P ara el masoquista. sino que además ee oponen «también al mismo orden natural del acto venéreo apropiado a la es. parte. se clasifican tipos de peca- ya modo «sin imputación de delito algunos. La cuestión no dos. La uparicub de la ncmatutacf 105 ciHa La cuestión para Meibom y sus interlocutores es si la el que distinguimos las lujurias entre sí no nos permite eetimulación de la lujuria mediante azotes está siempre distinguir difereates tipos de personas entre sí. encajan exac. perversidad y. un fenómeno médico: tamente en la tradición de la teologux y le filosofla moral ~ que trata de la naturaleza y las clases de lujuria. 93) trario a Dios y por lo tanto es contrario a la naturalezas En la parte 2. masoquismo. cuestión 154 de la Sumn de teología Aqui. todos esta. cuestión de la flagelacióa tal como la debati6 la teología y yos adicionales afixadidos a él cuando se reimprimió en la filosofla moral Dedica una sección de P~chopnckia ~ 1669.s' Sin embargo. incluso en el fascinante invertido y la pederastia. Aunque No es diflcil d emostrar que el masoquismo es algo no puedo tratar aquí en detalle esta tradición. En esta moralmente prohibida. Por otra Dios. . En el libro 12 de Lu cncdudde Diar Agustín de Hipona mujer. es evidente que las diferentes especies de la luju. lujuria. un tema apropiado para el de- yos. Concluye aflrxaaado vicios de lujuria. mientras que s61o lo segundo es una au- gica de los efectos causados por los azotes. cuando no intentan producir una explicación fisioló. Esta voluntad está per. insistiendo en que lo primexo es una el fenómeno del masoquismo. el más utiliza el concepto teo16gico de perversión para describir intenso efecto que puede provocarse sobre si. téntica perversión. es un fenomeno e moderno. una relaci6n análoga a la existente entre el instinto sexual pecie humanas. Para éL el los actos malvados de la voluntad. y más generaL zar algunas obeexvaciones generales sobre eus anteceden. Kri&-Ebing especifica con xaás detalle las caracterís- no sostiene que hay vicios contra la naturaleza que son ticas que distíngúen al masoquista del «vicioso debiTita- una especie determinada de la lujuria„puesto que no sólo do» que desea la' Qagelación pasiva. ambas relaciones son ejemplos intento de Aquino por distiaguir los diferentes tipos de del contraste más general entre perversión y perversidad. I&Z delnombre psresrrs era como antónimo de saneara: un nocer sus anomalías. sa hasta el pexverso. las elecciones que las formas adj etivales. el uso del conocer a esa persona. tenemos un libro e es . «harto desconocida para el mundo cientí6. 87). el sádico. 22). Si en psiquiatría el centro de cuencia que el sustantivo perversión o. Hay que investigar impulsos. adverbiales y verbale er y acciones perversas están subordinadas a un papel con- pemersapnense y p~e r sgr aparecen con mucha ceptualmente subsidiario. y tados de teología y filosoRa moral que comentan la per. tendencias. p. Krafft-Ebing insistió l®® frenético y pexverso» y la segunda en la expresión «vicios en que para a g nosticar al perverso de forma correcta de lujuria perversa» (EVA pp. un volumi- un converso lo contrario. En él. no debería sorprender sustantiva es mucho menor que el de las adjetivas. sin más comentario. aun e n o s e s nóstico no puede efectuarse sólo examinado lo s actos IS® m s en cons i ste con precisi n esa e sapro acion sexuales realizados.de cuatro tipos WIC4 co como tal» (PS p. mentales muy importantes. un uso frecuente conocer a sexua a . En su Lehrbggch derPsychiasrie. distintos y diferentes del individuo hete- x íx que parecen tratar sobre este tema. senti- realidad. 30. KraKt-Ebing fue bastante claro so- perverso era alguien vu l ba~mae maj p bre este punto. no quiero limitar. cripción -en realidad a la construcción. o n o cer la sexualidad de una persona es mar esta i r m acxon estudian o. Sin embargo. aunque en las obras que he examinado de los sustantivos perversa e incluso de pamersiha. etcétera. li54 l sión del masoquismo fuer hasta la éPoca de LeoPold Sa. Continuamente hace hincapié en que el diag- t érmino general de desaprobaci n. p ar a en que se publicó el tratado de Meibom. El contexto de am. si nos 6jamos en s p auta s cas de los tra. el resultado de esa investigación será deslindar nuevos ti- versión. el adjetivo pereers tablece las características de6nito ' gigH . nos encontramos con un libro dedicado a la des- cher-Masoch. Este uso implica con ar x ad noso libro que abarca todo el ámbito de la anormalidad que el fenómeno primario debe situarse en las elecciones mentaL escribe: «Estas anomalías son erturbaciones ele- y acciones perversas del individuo. la perver. Ebing. c o nocer la persona. una en elfragmento «un ape to nuevo 6 o de er s o nalel e i v e r s o. puesto que se era per. mientos. que encontremos aquí un uso más distintivo y frecuente h biales y verbales. da la impr i n e rosexual normal El perverso es lo primario. %SI un comentario conceptual final. En la época e a esencia mterio r c ta e a er s o n a . debemos co. adver. fantasías. apetitos. aparece en dos ocasiones. por ejemplo. de caracteres: el homosexual o invertido. Aparte de buscar y contar pautas léxicas. En relación con este nuevo énfasis está el hecho de creo que puede sostenerse que el nombre tiene un lugar que la psiquiatría del siglo xxx consideró con &ecuen- conce tualmentesecundarioen a t e o lo a m o y un u. especialmente. puesto que u in it i i d uulidud verso o converso en 6xncióü de unas elecciones éticas. a sexu es a exter n ci on término en La ciududde Dios de San Agustm. en la Psychopushiu sandulis de Krafft. «hay que investigar toda la personalidad del individuo» Si@ '" bas apariciones deja claro que pertiersoes utilizado como (PS. en granpurse de lu nasgórcdezu de tu sennbih'- . y si las formas linguísíicas reflejan se- me a afirmar que el número de apariciones de la forma mejantes cambios conceptuales. e po r i a con senta la mente. cia que la sexualidad es el modo en e m e 'or se re re- ar central en la me xcína e l si o x xÃ. parece ser así. el ma- Volveré una vez más al tratado de Meibom para hac soquista y el fetichista s d ecir. 53). la atención conceptual se desplaza desde la elección perver- forma sustantiva pertiersu Sin embargo. deseos. e incluso en las obras médicas anteriores al siglo pos de personas. I584 llÍQ 106 La aparición de la sendalidad Elseggpy la aparición de la sancalidad I07 llíQil Como señala Kraflt-Ebing. crito con gran precisi6n las preguntas que deben contes- tras un examen meticuloso. cepto científic. que se- sus formas a la aparici6n del razonamiento psiquiátrico. se necesitada un mayor detalle his. Este vínculo entre sexualidad e in-divi. también se conside. S o ca d a j c . cómo ha medicina. sin que ni siquiera hiciera falta un la ciencia que denomina «historia epistemológica de las examen meticuloso:como por una especie de percepción ciencias». un corte desde la anatomía patológica en todas podido &anquesr los obstáculos y las limitaciones. 108 La aparición dk la scxaalidadf Elsajóóy ia aparición ck ta sanuzhdnd 109 dad saeuah. guían oponiéndose a ella. cual. la aparici6n psiquiátrica de la sexualidad tendrá que mi- guran un problema asociado.d' Esta ruptura perfila una problemática interna a la historia de la medicina. Más bien. la desviaci6n moral no sólo se transformó en enfermedad. de saber cómo una región de la experien- quiera que lea unas pocas decenas de textos relevantes de la teología moral y la psiquiatría quedará muy sorprendi. Sólo un psiquiatra. masoquista. cd oc a ~copee co-oo tórico para elaborar un razonamiento inequívocamente gado todavía de metáforas o de contenidos imaginarios. Foucault apunta: hipersensible. un perverso podía reconocer a alguien de su tipo. Esta problemática. Una adecuada historia de vaciones de Steinberg sobre la caátidad de Cristo. que apenas ha comenzado a ser construyó al perverso. de una manera general. sino también en las múltiples relaciones paxte de ella de un ámbito inicialmente relacionado pero entre nuestras descripciones éticas de las prácticas sexua « o medicalizado. rencia que al mismo tiempo abrió un camino y proporcio- sexual. desaber. ese umbraL Describiendo no su propia posición sino la '"raba que había otro tipo de persona capaz de reconocer a de Canguilhem y Gaston Sachelard. implica el cruce del «umbral de cien- bre las anomalías de la perversión. apodex ara del estudio de lo que antes había sido parte de la moralidad. ha podido constituirse en un doxninio cíentífi- «otra textura epistemo16 c a » . Cuantos más detalles tengamos so.s a sexualidad individualizae onvierte en un versidad de la voluntad proporcion6 un punto de refe- 6po especx6co e ser . tificidad». Sin embargo.«ó Foucault. cómo una ciencia se Gran part e e m i c o m e ntario se ha interesadopor ha establecido por encima y contra un nivel precíentífico la ruptura en los estilos de razonar dentro del áxnbito de la que a la vez la preparaba y la resistía de antemano.se convincente que pruebe el cambio conceptual desde la ha purificado y ha podido tomar estatuto y función de con- elección perversa hasta el perverso. creo. n6 un obstáculo a la construcción médica de la perver- dualidad explica paxte de la pasión con que la psiquiatría sión. Por supuesto. analizada en detalle. mejor podremos pene. No obstante. por lo que Foucault llamó en una ocasión su nes efectivas. p o e j pjo . en La arguóólogza ckl sabe"ha des « . No se trata sólo de que la medicina se les y sus equivalentes centíficos. el tipo de historia de un auténtico perverso. todavia por utilizaciones prácticas inmediatas o valoracio- do. para ser más precisos. fetichista. O.el fen6meno moral de la per- . sino más bien centrado en la apropiación por de la medicina. hoxno. trar en la individualidad oculta del yo. po a r econocer a un auténti. no interno a la historia de la rar no sólo los cambios en los estilos de razonar dentro medicina. inau. tarse en el intento de comprender cómo p u ede cruzarse co perverso. mi comentario del tratado de No conozco mejor descripción sucinta de lo que está en Meibom y las cuestiones que plantea.sjj co. así como las obser-' juego en este nivel de análisis. .es ensayos para una teoría sexual de Freud Tengo en este ensayo dos objetivos principales que están inextricablemente unidos. . A pesar de lo mucho que se ha escrito sobre los Trer enrnyar. Aunque surgen de modo bastante general en la historia de la ciencia. Esta su- bestimación procede en parte de presuposiciones histo- riográ6cas que enseguida nos alejan de las cuestiones fun- damentales.. con los escritos de Michel Foucault. una densidad que es al mismo tiempo histórica. a la Iuz de la orientación epistemo- lógica ymetodológica por la que voy a abogar. deseo plantear algunas cuestiones historiográ6cas y epistemológicas sobre cómo escribir la historia del psicoanálisis.el psicoanálisis: una lectura de Ti. resulta muy fácil subestimar la densidad de ese libro. es evidente que no pue- do empezarpor el principio. En segundo lugar. Cómo hacer la historia d. Primero. De modo que empezará mu- cho más adelante. deseo iniciar una lectura de los Tres ensayasycmx una teona s~ de Freud cuya especi6cidad está ligada a mi compromiso con dicha orientación. se trata de cuestiones que tienen una categoria y una urgen- cia especiales cuando el ámbito es la historia del psicoaná- lisis.de Freud. A la hora de plantear cuestiones acerca de la historio- gra6a de la historia de la ciencia. retórica y conceptual. con un modo particular de hacer la historia del psicoanálisis. de hecho. en palabras de Foucault. Sin embargo. que él denomin6 arqueología» No obstante. así como sus transformaciones. la distribuci6n. Hac. se «consi- Gaston Bachelard y Georges Canguilhem. que constituyen lo que Foucault denominó una vez «in- men de su método arqueológico:«Por "verdad". dichas reglas mación a la historia del psicoanálisis. por ejemplo. lo que pareda continuo desde otra pers- . no son nunca formuladas por los participantes en la prác- En una entrevista concedida en 1977. sus obras principales fue el de la discontiuuidad. sino una consecuencia Si nos proponemos des- proyecto de Foucault. quizá sólo la nes de la retórica. toria de ese conocimiento puede mostrar sistemas de este esbozo servirápara los prop sito que tengo ahora reglas. impondrá a las discursivas -prácticas para la producción de enunciados. era escribir la nos de reglas an6nimas para la formación y producción toria de lc que Hacking ha llamad s c i encias inmadu. ferentes tipos de enunciados. una historia de esos sistemas obras y autores individuales. para suponerles una historia que igualar a sus hom6logos franceses en términos de origi. ejemplifica una ran demasiado teñidas por el penSamiento empírico. entender consciente ositivo del saber»P' un conjunto de procedimientos reglamentados para la i esas reglas son re ativamente autónomas y an6ni- + producción. afirmaci6n-quizá un lugar común ya. Así. Sacar a cada práctica discursiva implica un conjunto de prescrip. pero atrevida e in- ''* iting y Foucault. no sea irregular»-4 desde el punto de vista de una ar- nalidad y calidad. de historia a la que estamos acostumbrados. de enunciados.en conjunción con lade ras esas ciencias que. que posibilitsn di- en mente y cuyo fin último es reorientar nuestra aproxi. a las tradiciones seculires y a los acon- obra de Ian Hacking comparta esaperspectiva y logre tecimientos exteriores. la regulación. cribir las trayectorias históricas de las ciencias en térmi- ción inglesa de Lusyuhnbmy Icu casca. no están al alcance de su conciencia. la definición de una perspectiva legítima seaba describir las prácncas discursivas desde el punto para el agente de conocimiento y el establecimiento de de vista de la arqueología. modo necesario conjuntos de regularidades en torno a man la categoría de verdad. reagrupaciones deenunciados y prácticas «una nueva y que serán «caracterizadas por la delimitación de un cam. El intento de escribir sentirá cómoda con los límites habituales de lo que consi- semejante historia supone aislar ciertos tipos de prácticas deramos ciencia o disciplina Al contrario. un tema destacado en algunas de normas para la elaboraci6n de conceptos y teoríaS. que una his- Foucault.s Dada esta des. el resumen que voy a realizar cluso radical en su momento. tica discursiva.de que ese tipo de conoci- ni siquiera logra reproducir perspectiva de miento posee una regularidad bien definida. anunciado en el prólogo de la edi. ll2 Cómo hacer la hierria delpriaóanáluis Creo que laobra de Foucault. si permiten que los individuos realicen las afirmacio- 1 funcionamiento de los enunciados». sino s6 en una sola frase lo que podríamos considerar un resu. Canguilhem. deberíamos considerar que tales reglas y tal conocimiento no se parecerá a la clase Foucault emprendi6 en sus trabajos arqueológicos la ta. En el mundo de habla inglesa. la luz las discontinuidades no es una presuposición de su ciones que designan sus exclusiones y elecciones» s El método. Ningún resumen breve puede evitar queología de las prácticas discursivas' Foucault realizó la omitir las diferencias entre Bachelard. tampoco se de procedimientos reglamentados. perspectiva muy particular sobre cómo escribir la historia demasiado expuestas a los caprichos del azar o las imáge- de la ciencia. la circulación y mas. Foucault expre. en ocasiones inesperada unidad 7 Dado que Foucault de- po de objetos. No agrupará de rea de escribir una historia de los enunciados que reda. entonces la historia de cripción de su punto de vista. nes que hacen cuando las hacen. INA conunuo. por ejemplo. enunciados sobre la perversi6n sexual -sobre la homosexualidad. inadvertidas a causa de necesitamos una historia conceptual de la sexualidad sin la apariencia superficial de discontinuidad. que Arnold e mo y el masoquismo. bas. he intentado adoptar y adaptar la rasgos del arte clásico se unían para formar un espacio vi- perspectiva arqueo16gica de Foucault. permitían la creaci6n de un nuevo objeto del ggl método de la arqueología también posibilita el descubri. Hauser se haya referido a la historia del arte de Wolf9in tes en los debates sobre la sexualidad.' permite. tal como lo interpre. pero sí convierte en muy probable rich Wolfflin en sus Concepccv~ctarmentalar en Ea histeria ckl arte.» C C. entre otras cosas. podríamos considerar un espacio conceptual determina- pos de enunciados que parecen ser simples incrementos do.No cabe duda de que constituye un rasgo . como tampoco lo es. C La apanciorcrk la sezualickd' Cómo hacer la hkioria drlpsico~ l l5 Sí@ pectiva puede muy bien parecer ahora radicalmente dis.o Escribir una historia de la escribir su s n sin ese nombie no seria en absolu- psiquiatría del siglo XDtcon esta noción exige escribir to escribirla. vinculados de graduales al conocimiento científico sólo son posibles en qué modos particulares. Intentó mostrar el modo en que los En otros escritos. como el nacimiento de una nueva pectiva metodológica en la historia de la ciencia. utilizándola para sual clásico especifico. el fetichismo. en ese nivel de análisis. sico y barroco segun dos sistemas diferenciados de con- tante contranaturales. el sadis- cuando recordamos elpapel secundario que desempenan los grandes hombres en la obra de Foucault. E ste mismo tipo de método fue utilizado por H e i n - ria del conocimiento. vinculara los nar psiquiátrico sobre las enfermedades. un estilo que nombres de Wol6Iin y Foucault. dad de cara a la confecci6n de la historia del psicoanálisis. WoMin caracterizó las diferencias entre arte dá- C que agrupaciones del pensamiento consideradas natura- les resulten ser en realidad. el sexuales. Con todo. discurso médico: la sexualidad. permitían enunciados que jamás gjg realidad debido a una importante alteración de las reglas se habían formulado antes acerca de las perversiones g' subyacentes para la producción del discurso. Los problemas de periodizaci6n y de la unidad tos y mostrar que dichos conceptos están internamente de un ámbito pueden quedar transformados casipor relacionados por un conjunto de reglas y forman lo que completo: descubriremos. to. nio de la discontinuidad sobre la continuidad en la histo.s He sostenido que a partir de co. en sin nombres y sea cual sea la aplicabilidad de esta pers- términos foucaultianos. La arqueolo.que enseguida se vuelven corrien. ferencia inaugural en el Colegio de Francia. Por ello he recalcado que "miento de nuevas continuidades. como «historia del arte sin nombress. La apaiición y pro. Lo que queremos ver es qué conceptos. mientras que rasgos opuestos se escribir una historia de las teorías psiquiátricas decimo. de ese nuevo estilode razonar que cabe considerar. Un elemento epistemológicamente puede persistir un profundo escepticismo sobre su utili- fundamental de un estilo de razonar. en su con- 1870 aproximadamente aparece un nuevo estilode razo. la cualno podemos saber de qué se hablaba cuando el gia no realiza presuposición alguna acerca del predomi. unían para formar un espacio visual barroco característi- nónicas de la sexualidad. la historia de la aparición de un nuevo sistema de concep. es un conjunto de conceptos unidos por re@as especi- ficables que determinan qué enunciados pueden hacerse nombre de Sigmund Freud. resulta natural objetar que y cuáles no con los conceptos. bien C práctica discursiva. ámbito del discurso psiquiátrico se obsesionó con eHa. C. que los nuevos ti. ceptos determinantes.io No es ninguna sorpresa que Paul Veyne. liferación de tales enunciados fue consecuencia directa Sea cual sea la verosimilitud de una historia del arte C. afirmaciones y chos ot r os. con un reino hecho de materiales robados? de un sistema de conceptos estructuralmente relaciona. De forma opuesta. todas Ias denado al ostracismo por eando el psicoa. Wolfflin no era reacio a discutir Ias grandes obras apropiado en la historia de la ciencia como en la teología. previamente desarrolladas en las que. amos rep car «ex o t». quiera que fuera la cambiante valoración de su deuda con nan entre sí. no reconocidas. el segundo o el tercero en uti- describe a Freu c om o gen i o solitari a i slado y con. continua la historia. e incluso de ficas. vocadas. plano diferente del de la biografia y la psicología indivi.el que. en realidad. a favor y en contra de Freud. Flüess. gl primer mito el del s i c oanálisis oficial.l a forma que debe tener dicha invoca. Detodos modos. critos. el se- ción más detallada que la que puedo o&ecer aquí. Richard von -Ebin 'i y los límites de lo artísticamente posible en un periodo his. aunque tam- la primera y la segunda sean siempre palabras de Freud. y su ríu sexual. equi- las grandes obras de los ~ n des autores. afirmaciones de este tipo. Puesto que Freud era plenamente consciente de esos es- dual. tr de xse xu a e Mo uall ad ciones conHevaba una reorganización de los bmites de lo an antes que Freu . d alia& idea de utoeronsm. Havelock EHis y Albert MoH. La historia del psicoanálisis bajo el influjo lugar de éste en la historia de la si uiatxí A mbos mitos de este mito se ha convertido en la historia de Freud se basan en una xnvocacx n xnadecuada de su nombre. i. e F liess o u tórico concreto y mostrar cómo un cambio en las limita. un nivel cuya articulación exige Ia historia un usurpador. que es un lema tan ción. cual- Poco a poco se han desarrollado dos mitos que pug. bién se mencionan con frecuencia los nombres de Jean- Y ello no sólo porque Freud fue el creador del psicoanáli. . este hecho no fija -o emagogo. lizar la palabra Frieb al hablar de sexualidad. un espacio conceptual situado por debajo o por de.usurpador y megalómano. WoINin tuvo que operar en u' na e y así s u cesivame as a e x xt o. del arte clásico y barroco. gññáagjito imagina a Freud obteniendo todas sus 1Vcss al margen de cuál consideremos como su última palabra.. este mit e mostrando que. imágenes especulares el uno del otro. sino ante todo porque los conceptos.problemas centrales del psicoanálisis no han recibido es. «No todo es posible en de cómo leer a Fxeud. po 'em- storxa e e sm n o m b r es apuntaba a conceptuahzax plo. Kl segundo mito extrae su fuerza de una lectura empo- deza no era incompatible con que sus artistas estuvieran brecida de Freud y de una idea igualmente empobrecida sujetos a limitaciones específicas. Aplicado a Tras ensuysrparn una xeo- todos los tiempos». Wílheim Hiess. Por ello hay una sensación evidente de que toda tentos profesionales.. en mi opinión.y a p r o p i ándose d e l m é r i t o d e t e o r í as . nálisis sin la ayuda de nadie y en perpetua lucha con el son radicalmente inadecuadas si queremos entender el mundo entero.qué otra cosa podría ser sino var ese nivel. entre mu- sis. y la historia del psicoanálisis domi- -historia del psicoanálisis debe invocar continuamente el na historia de Freud como n ombre de Freud. Los dos mitos. primer mito po- no debería fijar. Es el mito de los descon- textos. de alguien -por lo general. Martin Charcot. como revolucionario triunfante. q e an o l de posible. ' ll6 Chno hmer la hkaona ckl análkk 117 peculiar del psicoanálisis -un rasgo que exige una explica. Descubriera o no la sexualidad infantil. quería demostrar que su gran. dos. ya fuera el primero. pexjudiciales y. sólo pecificación más profunda tras quedar plasmados en sus realizó modificaciones menores. según su céle r e o s e rvacx n. Al escribir la historia dd psicoanálisis deseo conser.'s Para lograrlo. se basan en el mismo tipo de presuposiciones historiográ- trás de Ia obra de cualquier autor particular. ción a los i s cursos. Claro algunas de las cuestiones históricas dictadas por dicho que la biografia de Freud. como he indicado. lectura completa de los Tresensayar. un relato de sus orígenes históricos y transformacio. es tado aquí por el deseo de aproximarme sólo a una lectura una historia de los conceptos utiTizados en el psicoanáli. primero. debemos acometer esa misma empresa para la obra Durante la segunda mitad del siglo xix. El alcance de mi tarea está limi- diverge de él Lo que necesitamos. ceptualen el que la perversión era un elemento que txía del siglo xix. más nologíía que muchos de los autores que sabemos que leyó.Í 118 Como kzoor lÍi histeria del~uounilisk ambos colocan en mal lugar el papel que tal invocación serbreve y abstracto. Sin embargo.''Í ción. discernir sus límites de lo posible.De modo que ahora quiero abordar debería tener al escribir la historia del psicoanálisis. teóricas como clínicas. se sostendrán o caerán dependiendo que sostenía esos debates: las perversiones eran un objeto de si nos permiten o no producir una explicación íxlosóíx. glo xxx. con suficiente detalle. Cste es el lugar para reconocer las ley6 y en qué año son temas todos ellos de interés e im. «Las aberraciones sexuales». A pesar de las muchas diferencias -tanto desviacionesen mayor o menor grado. por esmeras y psiquiatras. de exversión que pareció rivalizar con los recientes bxe- tado Hamando su espacio conceptual. de sus reglas de combinación y su empleo en un sió sexual imperante en la literatura psiquiátrica del si- modo de razonar. su drama personal. debería permitir. pero sólo los comen- dijo qué primero. una inmensa verbosidad. implicaciones un tanto engañosas del título del presente portancia. integral de este primer ensayo. El mejor modo de empezar a compren- lectura más adecuada de Freud. sino de si la estructura de los conceptos taré cuando sean relevantes (y en la medida en que lo asociados con los escritos de Freud continúa. estadounidenses. Aun. verdadera explosión de los debates médicos sobre la n os ver con más claridad si el es acio conce tual d e pe sexu es que Foucau t ll am a do una incita- reud continúa o rom e con e ecesores. que empezar antes de Freud. A continua. articular sus reglas de combinación y. con el conce nes.. de dominó la psiquiatxía europea en la época en que Freud ese modo.. tarde. bates saturaron los intereses psiquiátricos europeos y. su interés no dejará de der el espacio conceptual decixnon6nico que rodea la per- .. Incluso para eso tengo sis. l o u e d io lu a r una e i d e m i a la estructura de los conceptos que emplea -lo que he es. Si no nos guían de forma directa a una te estandarizadas. Dada El modo en que caractericemos el lugar de Freud en la estructura del libro de Freud. todos compartían el concepto de perversión abstractas que sean. sean)para desentrañar la conceptualización de Freud de bilita el espacio conceptual de la psiquiatría del siglo xK o las perversiones sexuales. compartido del discurso psiquiátrico sobre el que había camente esclarecedora e históricamente verosímil de los formasde razonar coxnúnmente reconocidas y plenaxnen- temas en cuestión. no nos permiten fundamentar ensayo.» Esta tarea presupone que. se produjo una de Freud. de.» Esos de- que r e u p u e a u ar e n gr an medida la misma termi. exdusivamente en los problemas encontrados en la lectu- dor de ideas ajenas. ra del primer ensayo. también tendxé que refe- "la historia de la psiquiatría no debería depender de quién rirme a pasajes de los otros ensayos. escribió los Tror enruyes. No pretendo intentar siquiera algo parecido a una con exactitud la cuestión de si füe un creador de pensa.puede presentar tes e c e ra. lo cual. Quiero centrarme miento o s61o un conservador y en ocasiones un amplia. e modo que intentaré delimitar el espacio con- podemos aislar los conceptos característicos de la psiquia.que existían entre esos locuaces Estas observacionesmetodológicas.. a quién método arqueo16gico. amplía. » El instinto sexual se comparó a genital es s6lo el instinto sexual. también ese apetito. forma perversa («parestesia»). hay una cuarta ción coma la d e M oreau era esencial para aislar las clase de anomalías del instinto sexual que cansiste en su enferxnedades de la sexualidad como entidades nosalógi. sostuvo que los he. etcétera» (2X p. ejemplo. xia») (véase ~ p. sangre humana. que divide en tres categorías dife- una parte del espectro cromático. genital pue e parecer ridícula. sexto sentido podía verse disminuida. sapos. Su caracterización como sexto sentido fue nifestaba en el apetito. -Ebing comenta primero las ano- o tener una visión aguda. como un «auténtico impulso pox comer arañas. en el 3EechcalLeeicorxde Dunglison: «Pexversión: concepci6n de la perversión subyacente a pensamiento una de las cuatro modificaciones de la función en la en- clíínieo era la de una enfermedad funcional de ese instinto.xoTanto en Lehrbxdchdér P~chiaxrie derna en inglés del concepto de pexversión se registró en como en P~chopéxxhixxééxcdc nlir. enmascarado con pala. fermedad. ya fueran afectivas o intelectuales. Las anoxnaÜas del instinto sexual se clasifican sími- sexto padía estar psíquicamente perturbado sin que se da. Hay incrementos del apetito («hiperorexia»). o ser capaz de discriminar sólo malías de los apetitos. Una comprensi6n funcional del instinto permitía t una caracterización funcion d el instinto sexuaL las per- . aunque los instintos de autoconsexvación y sexuali- Charcot entre otros c onserv6 el término «s~s énit a l » dad «pueden estar disminuidos.'~ Una demostra. Es evidente. la clase de enfermedades que afecta. gusanos. Moreau (de dad.el primer uso mo. u n que a n e un do sen os i n stintos los de autoconservación y sexualidad. siendo las otras tres el incremento. la dismi- Dicho de otro modo.» Las nociones de pexversión y fun. manifestación fuera del periodo de los procesos anatómi- cas diferenciadas. lannente como expresión disminuida o ausente («aneste- fxara el adecuado funcionamiento de otras funciones men. En su secci6n sobre «Alteraciones una analogía útil. tener un oído especialmente minución del apetito («anorexia») y perversiones del sensible o ser capaz de oír sólo ciertos tonos. véan- vertido. aumentado o per. 80. que Krafft-Ebing entendi6 el instinto sexual de ch c Ünico obligaban a aceptar como absolutamente e . sia»). la caracterización de More. y vos. que muestra ine uívoco en su afirmaci6n de que la vida pre- l lamó sentido e n x . el tinto. Moreau esperaba demostrar que ese sentido geni. además. sin esa caracterizaci6n no hay en realidad espacio Tours). incrementados o mani- ' como traducción de nuestro exuab. un modo funcional. El sentido festarse con pexversión»..se mostrada exis t e ncia psíquica de un sexto sentido. Del mismo modo que se podía ser ciego e os xnstntos». insiste en que vi d a anorm n o p r esenta mstxntos nue- au fue adoptada por los clínicos franceses posteriores. por ch ar hia eexucdlixdeKrafft-Ebing. se también pp. y del mismo modo que rentes. m enudo con el inadnto de autoconaeteacióta~ a se m a - bras diferentes. nución y la abolición». En el Le hrbxdch Ser Psychiuxrie. Semejante clasificación es justo lo tal tenía funciones especiales distintas de las realizadas que cabría esperar de una comprensión funcional del ins- pox otros órganos y que. en un libro que infiuy6 en la primera edici6n d a conceptual para tal tipo de enfermedad. porque la 1842. igual que los otros sentidos. dis- uno podía volverse sordo. KraS-Ebíng divide Ias pex . cas y fisiol6gicos en los órganos reproductivos («parado- Según el MgorxiSnglish Dicx&nury. aislar un conjunto de trastornos o enfermedades que eran versxones se convierten en una clase na erme- perturbaciones de sus funciones especiales. aumentada de forma anormal («hiperestesia») y de tales.120 Cékxo heéer hr Iiatmia del ' ' && 121 versi6n es examinar la oci6n de instinto sexual. 77-81). En cuanto se o&ece sexuales. 81).- ban al instinto sexual eran precisamente las pexversxones ci6n están inextxicablemente unidas. que es des. Sin embargo. fetichismo e instinto perversión. C dividuo deseos que tienen como propósito la perpetuaci6n Se supone que los dientes deben tr i t ura los alimentos. noe genitales del hombre y su impulso hacia lae mujeres do de acuerdo tácito sobre la concepción apropiada de salvo desde un punto de vista teleológico. . Podríamos creer que tibles de modificaciones similares.debe conductos bilisres ls biTis no se segrega y no llega al intesti- coflsídersree p4 1vefea (P$ pp l + $2 $3 }si no. en ciertas situaciones patoló. Sin determinar es funció atural . Ocurre lo xkd~ »ft»n@de Moll. de Freud. siente por la mujer. Apenas podemos establecer una conexión entre los óxga- ciones especí6cas de Krafft-Ebing. Lafunción del hambre recuerda alorganismo que ne- cesita alimento. de vista de vista de Krafít-Ebing es aquí representativoi desde el punto de vista de bi reproducción de hi especie. la fre- te indiscuuda sobre el hecho de que ese instinto rlene cuenda y la regularidad de este fenómeno no debe llevar- una función natural y sobre cuál es esa fundón. un impulso sexual hacia lae mujeres. De otro modo. consideramos nnxtcrul el impulso que el hombre normal Durante 4 época de le maduración de los procesos fii. De modificaciones mórbidas del instinto genital resultarían modo que primero hay que creer que existe una funcion menos incomprensibles si admitiéramos que casi todas las C NN natural del instinto sexual y luego creer que esa fun. mago continúe funcionando con normalidad. de analogía entre insunto sexual y otras funciones: especiíxcar en qué consiste la Func' de ese instinto. hay una unanimidad prácncamen. Moll creía que muchas de las teorías de la ho- sexual contrario (véanse Tl. La funci6n del híigedo ee segregar bilis. C de laespecie mstinto sexual). y en ciertos trastornos del higado o de los 4i propósito de la naturaleza -es. rana Sulloway. 122 Cómo /inca ln Bis»orina delpacourukku l23 versiones en sadismo. Desde un punto de viste teleol6gico. entre otros. 83-86 y PS. gicas los 6rganos no satisfacen el fin que tienen asignados. esto es. Las anomalías sexuales C cuestiones tan trascendentales como éstas fueron objeto nos sorprenden por eingulsres porque le mayoría de indivi- de amplio debate durante el apogeo de la perversión en el duos que poseen los atributos del sexo masculino poseen siglo XIX.. Con todo. resulta notable el gra. hay estados patológicos en En caso de que alguien dude de la representatividad que la sensación de hambre está ausente.. masoquismo. otrasfunciones. como precursor directo en un hombre en posesión de órganos genitales normalee. pp.] Con la oportunidad de satisfacción natural del instinto pero hay hombres que no tienen dientes o que tienen muy pocos.örir Saxx»» mismo con la ausencia de impulso sexual hada las mujeres por 'f'. de las otras funciones sino como una hmci6n psíquica Les ' portamiento de la categoría nosológica de perversión. toda expresión suya que no se corresponda con el viada sl intestino. C' siológicos en bis glándulas. surgen en la conciencia del in. decir. sean fieices o psíquicas. 34-36).pueden ser suscep. C ción está bastante determinada. citaré un extenso pasa. (. sexualidad era la perversión sexual mejor documentada menos son alteraciones funcionales o enfermedades del clínicamente) no tenían en cuenta de modo suaciente la instinto sexuaL hay que ser capaz también. H punto noe e en or. cual" Para comprender el impulso homosexual no debemos %~m quier cosa podría contar como alteración funcional. la propagsd6n.ex Aunque NoB discutió muchas de las afirma. En realidad. mosexualidad con las que estaba familiarizado ga homo. considerado je de Di» Eorxo. aunque el estó- de la concepción de KraAt-Ehing. No considerar el instinto genital como un fen6meno separado habría criterio de principio para incluir o excluir un com. C Para ser capaz de determinar con precisión qué fenó. Sin embargo. claro está.pp. C sexual. el masoquismo. N® mo. la función natural del instinto sexual es expresa- RN' a .no habrían entrado en la noso- de hablar teleológico de Moll se mesaba con considera. bre indica. si se considera que la funci6n memente que falta en absoluto en la infancia. el fe. poderosas rasones para no ver en ellos el mismo tip o d e expresión perversa del instinto estos juicios más que un refiejo harto infiel de la realidad. el modo como erancomprendidas. el fetichismo y la homosexualidad presentan todos Existen. Se cree fir- les en común. sino que dijo exactamente. aquellos actos que a ella conducen.~ guien que el instinto sexual tenía una función natural o que esa funci6n era la procreación. De haber negado al- anomalías mórbidas que las otras funciones. el uso por parte de Freud de la analogía del ham- co de esa función natural. sin embargo. Con estos antecedentes conceptuales e históricos. su con. El sadismo. de un instinto de nutrición. como cabría existe la posibiTidad de practicar el coito normal». La psiquiatría decimonónica adoptó de forma tácita Para explicar las necesidades sexuales del hombre y del esta concepción de la función del instinto sexual. y en rela- rrespondiente satisfacción natural y psicológica de ese ción con él. po- '" Sin embargo. En cambio.~ ggNN ca se obtiene ante todo mediante actividades desconecta- das de la función natural del instinto. La ciencia usa en este sentido la palabra libida tichismo y la homosexualidad como variantes de la misma La opinión popular posee una bien definida idea de la enfermedad. que se consti- natural del instinto sexual es la propagaci6n. sexual. queda claro por qué todos se dasifi. su fin está constituido por la cópula sexual o a lo menos por caron juntos como perversiones. subrayando el componente psicológi.puesto que no parecen tener rasgos esencia. y que genital heterosexual. y que la co. el masoquis. puesto que era la única que expli.» Esta esperar. Como dedara Moll Al describir la opinión popular sobre el instinto ggNNN de modo sucinto. Además. Pero el lenguaje popular care- caba la práctica psiqu iátricasNo es en absoluto evidente ce de un téxmino que corresponda al de «hambre» en lo rela- por qué había que tratar el sadismo. En éste sentido. tuye en elproceso de maduración de la pubertad. Con fre. como ocurrió durante todo el siglo ux. Sería bastante asom. descubrimos en ellos multi- se manifiesta en el hecho de que la satisfacción psicol6gi. 5 Cómo ~ la birla delysúeandluir 125 ®I no vemos por qué sentirían los hombres un impulso a tener interpretación del instinto permite un tratamiento unifi- relaciones con mujeres puesto que' la eyaculación puede cado de la perversión. inexactitudes e inadvertencias. sexual. las perversiones. naturaleza y caracteres de este instinto sexual. del mismo modo que supone para explicar el hambre enunciación explícita. lo cual posibilita encuadrar un gru- provocarse de muchas otras maneras. logía psiquiátrica ciones evolutjvas (y presum&lemente se basaba en ellas). po aparentemente heterogéneo de fenómenos bajoel broso ver que el instinto genital no presentara las mironas mismo tipo de enfermedad natural. tivo a lo sexual. «deberíamos considerar mórbi. la con- da la ausencia de deseos heterosexuales induso cuando cepci6n funcional de este instinto. que se exterioriza en los fenómenos de instinto consiste en la satisfacci6n derivada de la relación irresistible atracción que ua sexo ejerce sobre el otro. tal Como otros psiquiatras de fines del siglo xtx. tud de errores. que Anahzándolos detenidamente. iniciales del primer ensayo de Freud: cepci6n y Ía de Kraíft-Ebing casi son intercambiables. no mp interesa por qué dijo Moll lo que demos situar en la perspectiva adecuada los dos párrafos dijo. animal supone la biología la existencia de uu «instinto se- cuencia se consideró tan natural como para no necesitar xual». e1 mismo tipo básico de desviación funcional. l26 Comokácaé lá herbaria delpriceanálkis ll' da por una irresistible atracción mutua de los sexos. p unto d e p a rt t a ect s tvo — a cn t tca m m anente d e mente el punto de vista de esos psiquiatras. pecto sl objeto sexuaL En esta categorías Freud incluye la nión médica El problema es cómo caracterizar de forma elecci6n de niños y animales como objetos sexuales. en del obj etavonatural de la unión.era exacta. en el último párrafe de esta sección sión. mientras que el s ~ es «e l a cto hacia rar la inversión como un signo congénito de degenera- el cual impulsa el instinto» (T. fuera universal. de C. que puede inducirerróneamente a algún lector a creer que su razonamiento se despliega al tiempo que da por senta- esta concepción del instinto sexual define la opinión po. en muchos aspectos el núcleo del clusiones de Freud lo coloquen en oposición tanto a la ensayo. precisa esa oposición. Sin embar. y el papel central de esta distin. continuación. Freud insistió en que la alternativa entre a6rmar concepción popular del instinto sexuaL Las desviacio. la desviaci6n a la que dedicaron más atención los C preliminar del primer ensayo. psiquiatras del siglo xtx.se pondrá de manifiesto en sus condusiones y en la primera nota de este primer ensayo. una hincapié en este punto porque es preciso reconocer que atracción cuyo objetivo último es la uni6n sexuaL E1 uso la oposición de Freud a la opinión compartida en relación por partede Freud de la expresión «opinión popular» con el instinto sexual es una oposición desde dentro. Tras describir diferentes grados nos técnicas. Quiero anticipar que la oposi- pular en contraposición con la opinión culta. y no intentaré comentar esa sección ahora.ss De que deberíamos esperar de esos autores que suscribían la hecho. de modo más imponante. La primera de ellas analiza las desviaciones res. C desviaciones con respecto al 6n sexual son desviaciones raleza de la inversión. p. a la opi. Freud introduce dos térmi. C opini6n popular coma.Ei obbee oosnolcs sis psrsnns ds is cnsi por - de inversión. La invalidación de la teo- Clara eXplíuitamentes que la ObaerVaCión CientíYiea SaCa a ría dela degeneración como exp 'cacton e os trastornos la luz múltiples desviaciones en relaci6n con el objeto ervtosos tuvo una unportancia central en la historia de la sexual y el 6n sexual.cualquiera que fuera esa opini6n popular. todos modos. siguientes secciones. da esa opinión compartida. podemos esperar que las con. ste go. de quienes formulaciones finales.en el siglo xtx. una valoración extendida -por más que no Freud para introducir esos términos no es sólos como de. en C yo está estructurado alrededor de esta distinción entre el papel de la sexualidad en la explicación de la inversión. Hago bisexualidad en el desarrollo del pensamiento psiquiátri- C n ~e . Kl resto del primer ensa. al igual que muchos otros. nombrados Freud. Freud sostiene que no habría que conside- te la atracción». y Freud han son los dos tipos conceptuales básicos de desviaciones desempeñó aquí un papel. éstos psiquiatría dcl siglo xtx y de principios del xx. ción de Freud participa de la men a que c nuca. las por sí misma ofrece una explicación adecuada de la natu. Freud se centra a continuación. en sus ambi- Freud dice tomar sus datos. De modo más significativo. su análisis más detallado es el de la inver- A. A pesar de la C NÍw ción depende a su vez 6rmemente del punto de vista del atención que se ha dedicado recientemente a ía noción de l®i instinto sexual que Freud sostendrá que es falso. moti v ación de ción nerviosa. que la inversión era innata y afirmar que era adquirida es nes con respetoal objeto sexual son desviaciones de la una alternativa inexistente s puesto que ninguna hip6tesis atracción natural ejercida por un sexo sobre el otro. objeto sexual y fin sexual. de modo especí6co. ensayo es que esos puntos de vista nos dan «un re8ejo Procederé recordando las líneas generales de las dos C a@- harto infiel de la realidad». 11 . una secci6n compleja y al mismo tiempo problemátíca.si' Si el argumento del primer güedades y vacilaciones. la inversi6n era una desviación den ser considerados patológicamente ano es. mentaristas siempre observan que loslectores no alema- . también considerada ella mis- ma una divisi6n entre lo normal y lo pato16gico. funcional contranatural del instinto sexuaL una desvia. (T. según Freud. que entre instinto s u a l i f e r e nte del de sus contemporáneos o. con lo que cali6ca «anormal» de un modo re- to puxíto en nuestras re6exiones el ixístixíte y el objeto.xs Los casos de inversi6n son censi- bablemente. queno em lea e conce o to Freud asestó un golpe conceptuahnente devastador a toda sexual en su teoría e la sexualidad Lo que esta en juego la estructura de las teorías decimon6nicas de la psicopato. y ne debe su origen a lss excitaciones to sexual en la que un tipo de objeto es una parte natural emanadas de les atractivos del mismo. En rea- que entre el instinto sexual y el objeto sexual existe una lidad. y no sólo una anormalidad estadística se vuelven más desconcertantes conforme se van anali. La experiencia adquirida en la ebsexvación de recemos obligados a concluir que la supuesta desviación aquellos cases que consideramos anormales nos enseña de la inversi6n no es más que una simple diferencia. Extraídos de dicha concepci6n. ckrudos anormales debido a ciexta concepción del instin- te de su objeto. La distinción entre objeto normal e inas innovado a i n cluso revo ucíenaría e o q u e sos. Ea upmiciórí de hr scmahdad Cc6no kíarr tu /üscoria delp~i sú 129 co temprano de Freud. dada la lógica del razonamiento de Freud y sexual se manifesta a. las observaciones de esta sección ción funcional real. l l79) del instinto mismo. tanto ob eto especí6co como fin es ecí co Krafft-Ebing. en la cual el ixístixíto parece traer consigo su en la observación de aquellos casos que consideramos objeto.Losco- logía sexulL Para mostrar que la inversión era una desvia. a n a t ura eza del instinto mos concluir. Pro. es que o s casos e i n v ersi n y a n o p u e- ci6n genital con ellos. Al afirmar. pa- to sexual. no tiene un vamente íntima la cenexi6n del instinto sexual con el obje. tóricamente revelador. sin auténtica importancia pato16gica. vínculo especial con ningún tipo particular de objeto. que la naturaleza del instinto. aquínoes aeeca n e p alabrasquehizoFreud. esos casos no pueden ser consideradospatológicos. p. Se nos indica así la necesidad de disociar hasta cier. instinto sexual y objeto sexual existe una soldadura. na conclusión un objeto invertido. el lenguaje mismo de Freud es indicativo de la fuer- soldadura cuyapercepci6n puede escaparnos en la vida za de esta conclusión. de hecho. anormales». no pueden En las teorías psiquiátricas del siglo xxx que precedie. creo que podemos ci6n en la que el objeto natural de ese instinto no ejerda concluirademás que Freud o era con un conce to del su atraccciónadecuada. invertido no coincidirá entonces con la división entre lo pe e q u e era capaz e reconocer. / natural y lo contranatural. Puesto Resulta que nos habíamos representado como excesi. ejemplificar el concepto de anormalidad empleado por ron a Freud. Si el objeto no es interno al instinto sexual y Ies fines sexuales de los invertidos y 6naliza toda no puede haber sig ca o icop a t o l6gicointrínseco la sección sobr esviacion fere n tes al objeto en el hecho de que el instinto pueda llegar a vincularse a • sexual con un conclusión extraordinaria. Moll y otros. e ste p r a o . como he dicho. Así. en una atracción su conceptualizaci6n radicalmente nueva mostrada en hacia los miembros del sexo opuesto y en el deseo de rela. Creo que lo que debería- forma arte del instín o. el objeto «normal» del instinto como parte del contenido Freud describe después las características del objeto del propio instinto. había que concebir zando con más cuidado. Afirma: «La experiencia adquirida sexual normal. eI instinto sexual es un principio ixídepeíídien. es. melor i o. utilizar a menudo el contraste fisiol6gico/patológico en n6 el camino a esas conclusiones. si sus conclusiones derriban de verdad se habíareconocido como ato oy AS p. n. C 130 La aparicion dk la tcapdakdkay Cómo kacer kd kis~ dkylpsicomzáfisdt 131 se% e Freud son inducidos a error por la traducción de subestimar su calado: Wn el concepto de inversi6n se hsn ggg Trieb i ns t i nto. fenómenos humanos bicuos u n i versales hace necesa- Si las conclusiones de Freud son tan radicales como C.: C conclusiones extraídas por Freud. 6). A. o a s n os apreciar o. A. En 1902-190 wan Blo p u b l ic6 un libre en tre eHos Kra8t-Ebing. formulado porCasper. de explicar la perversi6n como degeneración. lugar de normal/patológico. utilizaron feb. C ee85 opone explícita y directamente a cualquier otra que pu. han aparecido en todos los C g@g ' tinto sexual.k~ a IP . principal reconociendo que ia condusión de Freud se Esta actitud ante los hechos es sorprendente y. una regla de En la introducción del primer volumen de su obra.) Dada esta actitud «antropo- xxalar una actitud que preparó el camino a Freud. ta puramente médico de las anomalías sexuales. Creo que podemos se. tan bien como consecuencia de su el en t o e o s viepw funda. nes sexuales. La de la rearticu «ción conceptual que constituía una condi- relación entre los conceptos de instinto sexual y objeto ción previa para cualquier conclusión radical e~ sexual presente en los textos del siglo xix. Esta diferenciación se debe a L Bloch» (T. Que SaruahHob no basta] para una explicación fundamental de los fenóme- es lo mismo que instinto sexual se demuestra con el he- cho de que el concepto de instinto sexual desempeííó un lógica» de las aberraciones sexuales a su propio «conce papel muy específico en un espacio conceptual sumamen. todas las razas y todas las culturas. gicos. No es la introducción de una nueva . se letamente socavada or Freud. 633).mente establecida. El propio Freud nos cuenta en una nota al pie la fuente de su actitud. C ygg pue e muchos de los contemporáneos de Freud. puesto que parece preferible traducirlo separado los puntos de vista patológicos de los antropoló. un espacio dentro del psychopathiasexua s». Esta obra es Ci ®fgÍ palabra lo u e l a ori g i n alidad de Freud sino el he. y repito mi afutuaci n periodos históricos. Hay pecas personas que ~'. podríamos preguntarnos qué aHa. según Bloch. «este concepto general de las anomalías sexuales como rado desde 1870 aproximadamente. to antro oló 'co-etnol6gico de los hechos de la ama a C' te estructurado y reglamentado. Sois age zpdr no gie dar Psyckopatkia se- xxdalit. la terminología de dos volúmenes. Von Schrenck-Notzing fy] Havelock Ellis [no viación funcional del instinto sexual. y el hecho Encontramos de modo muy genetal desviaciones me- de que la mencionesólo de pasada no debería Hevarnes a nores a la norma de la oim dasxdakt. . C' ggg po uhión reservar intttnto para Eruenkt~oSin embargo. combinación constitutiva ' en parte deí concepte de instin. (Blech la estructura conceptual de las teorías decimonónicas de la sigue una convención me ca a i t ual en el siglo ux al C psicopatelogía sexual. p. otencialmente revo cxonarx u n q ue su obra carece c íw®8 diera extraerse usando el concepto de instinto sexual. exhaustiva catalogando la omnipresencia de las aberracio- cho de qu S enadiHob e sea el mismo conce to e i n s . Von Krafft-Ebing. en. Eulenburgs mentoss la inversión no podía concebirse come una des. ' Afirma que mesurará que cual las teorías psiquiátricas de la sexualidad habían ope. cabría de.y. que. C rio reconocer como ñsioló co ~ arte d e l e he hecho que sean. Bloch anuncia que pretende mostrar que «el punto de vis- to sexual. Bloch no encuentra dificultad en formular enun- hay un salto muy grande entre esta actitud y las nuevas ciados cenxo los siguientes: C. 1 l74. Moll. que fue fundamental para establecer lo inadecuado C ®ig . aunque lógica~. titulada éstas sean «perversiones». aunque importante. en conjunción con las otras prue. Bajo el epígrafe de Esa afirmación aún habria permitido una prioridad con. 1180) tológicos). r eu d o d ía haber tomado las observaciones aneropológicas e Bloch. De modo que si el fin sexual normal es el coito y el bas clínicas que cita. esa actitud hacia Ia invetzión hecho de que. Freud analiza el tocamiento y la de extraer esta condusión hmitada. nunca lo llevó a ner en duda elco o los genitales en el acto denominado coim. hambre). respecto al objeto sexual. nes perversas relativas al fin sexual. sexuales oralogenitales.que conduce a la d e instinto sexu q u e a pos l e l a 'ón de esos soluci&n de la tensi6n sexual y a la extinción temporal del ' G instinto sexual (satisfacci&n análoga a la saciedad en el guna expli lternativa de su categorización como pa. p. como escribe Freud: y hacia las otras perversiones. actividades sexuales anogenita- dría haber desarrollado esa conclusión y difuminar aún les. constituyó l apri m e ra prueba unión sexual. p. Sin embargo. Y su actitud ante las aberraciones nitivo. por diferente que fuera del punto de vista puramente médico y por inestable que a me. asestando así mo también podría haberse clasificado como desviación otro golpe a la idea de que una clase diferenciada de indivi. (F. . medias con el objeto sexual que normalmente deben ser rá- ción precisa ni una rúbrica diagnóstica bajo la cual pudiera pidamente recorridas en el camino hacia el fin sexual defi- colocarse la perversión. como veremos si tumbrarse a las diversas aberraciones sexuales de modo que pasamos a la siguiente sección del primer ensayo. riamente es consciente geni a l idad.ss Freud define las perversiones como sigue: La estrecha frontera entre lo normal y lo patológico. o bg detenciones en aquellas relaciones inter- de que la degeneración nerviosa no constituía una exphca. contemplación. menos psiquiátrica. Freud di ri g ió al núcleo dd asunto y sustitu ó de modo Dado que nopuedo analizar aquí cada uno de esos ejem- d ecisivo e co e p t o e i nstint o p or e puls i ón plo@ me centraré en unos pocos representativos. cuyas desviaciones aparecen cou «Desviaciones relativas al fin sexual+. Fue una innovación complacencia normal y la patol&gica (A4 l65-166) concep u gna e u n genio no necesa- No cabe duda de que un individuo normal puede acos. estaba les. transgresiones anatómicas Freud analiza las actividades ceptual a la «uniformidad del retrato norma&. en vez sexuales preliminares. los besos y el fetichismo. así como el sadismo y el masoquismo. para mostrar simplemente que la dominio anatómico adecuado para ese fin son los genita- inversión. el Las perversiones son alternativamente: ag transgtesio- hecho de que las aberraciones s ean un fenómeno nes anat6micas de los dominios corporales destinados a la humano universal.que la de los autores con los que Esta definirión de perversión queda explicada por el entabló debate. resultan posibles dos tipos principales de desviacio- mucho más extendida de lo que creían mutuos psiquiatras. (T. Como fin sexual normal se considera la conjunci6n de nudo pareciera. Bajo las fijaciones de los fines duos degenerados padecía inversión.132 Como hacer ta kirroria dclpskocmálisir 133 no hayan tocado en algún lugar la estrecha írontera enue la sexual «independiente de o b j etos. Freud po. 1181) sexuales fue caracteristicamente diferente -menos inequí- voca. la misma forma en las personas sanas y en las enfermas. reconociendo que este últi- más el límite entre lo normal y Jo patológico. Sin embargo. aunque en forma tenue o rudimentaria. En la edición de l905. (T.. sino que forman la entrada del digesti. cuando el componente agresivo del instinto sexual yos. p. Freud observa que otorga. también llamado beso. El pudor y la ganizaciónpregenital. 1191-1192). tro de los límites de lo considerado normalr (T. y cuyos componentes eeaell que las actividades oralogenitales y anogenitales son per. •ee88 sión y nuestra negativa a clasificarlo como tal. coxno perversión. do su expresión. C (como antes la repugnancia)~ (T. puesto que. lo reprimex. Por ello. prepararel fin sexual normal. l l81). tienen que ser de enaturaleza . la primera. no tenemos la costum. ejemplos de ellos son los instintos parciales eral y anal tante de estas condiciones se produce cuando «en vez de (véanse T. quien afirma quizá.. en términos es. ante la perversión del sadismo (T.Freud reconoce que la mayoría de las personas concepción desexualidad cuando más adelante Freud normales se entretienen con esta forma de placer. habitualmente llamado están especificados por su fuente en una zona erógena. l l85). este modo.s4 C vo» (T. erógena.» Otros instintos parciales se C. «una descomposición». es. nos encontramos la neurosis obsesivar. de los Frer orzra- milar. De versiones «obedece a una bien definida sensación de re. En realidad. C escopofilia. cuando las mucosas labiales En la conclusión de la tercera sección. esto es.de dos personas entran en contacto. En la edición de l915 de loa Trorr C . En su artículo de 1913. p. la c5nica habría atraído nuestra atención sobre ~ugrrrxrgig quele protege de la aceptación de tal fin sexuab errar q ue m la uniforme conducta normal habrían perdi- (T. p. la cursiva es mía). como dice Freud. De mo8o si. Freud añade justo a continuación que «los lí. trictos. «las pero Freud también enumera el dolor. Freud introduce el concepto de ox C. sin embargo. Freud insiste en que. l 181-1182)." mos al beso una «supervaloración sexual» y afirma que en compuesta»: C aNSI él «yace la conexi6n con lo normab (T. La más impor.reconociendo que hay una organi- repugnancia son las fuerzas que «más daramente se zación anal de la libido. C bre de clasificar la trangresión anatómica o el fin resultant puesto que esas perversiones admiten el análisis. la importancia de tales restricciones. malizadoras. Cémo krrcrrr la hirroric rárlprkerxrrukes /g' El empleo sexual de las mucosas bucales y labiales de muestran» en el mantenimiento del instinto sexual «den- dos personas. el espanto y los partes del cuerpo que en él entran en juego no pertenecen ideales estéticos y morales. De aquí podemos decir que el instinto sexual no es.pp. Algunos de estos instintos parciales este placer de la contemplación.. l l88).» Al analizar el tipo de contemplación cargado de tinte es una noci6n que adquirirá toda su importancia en la l~ C sexual. eLa disposición a humillación y el maltrato~ del objeto. p.. 118&) mites de esta repugnancia son. ejemplos de ellos son los instintos parciales de templado y que es vencido a veces por éste es el pudor escopofili a y crueldad (véanse T. l 182). l l82. Sin embargo. 1206-1207). p. Y añade que especifican por su fin. vuelven a separarse unos de otros en lss perversiones. tras mencionar . sino compueste. algo simple. dadas la categoría técnica del beso como perver. se conviexte en una pexversión. independiente de cualquier zona C «el poder que se opone al deseo de contemplar o sercon. p. como otras restricciones nor- al aparato genital. p. pp. de la relacione con la posterior idea de organizaciones libidi- modo que ofrece una serie de condiciones bajo las cuales nales pregenitales.. una perversión. pp. se considera que los instintos parciales funcionan se ha <colocado en primer término» de manera que se anárquicamente hasta que se establece la primacía de la produce una <exclusiva conexi6n de la satisfacci6n con la zona genital. pxrrrxrrrerxre ameorxcionrxlor»(T. 1185). C. p.. co teórico en el que el concepto e p erversión funciona y como algo compuesto de muchos factores. El mar- dado que la disposición primitiva tenía que ser compleja. dicho de otro modo. y desplazado de un modo que exige un nuevo con- La idea de que in s t i nt o x u a l s t k hecho de com. ni que decir gwNO . en conjunción con su razonamiento de puramente convencíonalesa. entre son tales que «no podemos por menos de declararlas pa- el instinto sexual y el fin sexual existe una soldadura Si tológicas~ (T„p. ligible (véase T. Éste es. entenda- giada oen el instinto sexuah Kl fin «normal» del instinto mos como entendamos el papel de esas reacciones. esta uniformidad en apariencia muy afianzada enmas- '"constitu ó o tr a de sus ortantes innovaciones (sin la cara en realidad las operaciones del instinto sexual. Si la estructura del razonamiento n< que sigue a su afirmación de que esas reacciones «son de Fxeud es aquí. Aunque no debemos menospreciar sólo la aparente uniformidad del comportamiento normal la importancia de la noción de oqpnizaciones pregenita. daro que. el lugar en que alguien lave ceptua ci en ecunen nxce e xnsunto sexu podría retirarse a la explicación sobre la repugnancia y el razonanuen reu . p. recumendo a Ias con.en la sec. tonces difici ver qu e a s e c nceptua qu e a para el mente a la edición de 1924 de los T~ ensayos. si bien cree que algunas de esas experiencias %Níis a clusiones previas de Freud acarea del objete sexual. No obstante. las pudor. El tono de su ejemplo de que puede MACIS patológicas cuya posición sobrepasa cualquier supuesta repugnarnos la idea de emplear un cepillo de dientes aje- anoxxnalidad estadística. la 'culaci6n to de instintos a r c i ales go. «La organizaci6n to sexual. de forma muy obvia. Sin embar- les. Freud reconoce una orgsnizaci6n oral de la libi. no alcanzan a proporcionar un criterio de per- N®4 su posición de auténticas pexversion. tiene un papel estable ha sido completamente desplaza- versiones se separaban s» (T. de aberraciones versión apropiado. Y . es organización sexual». ll ' ) .es.„que caparecía el instinto sexual mismo. nos sexuales como perversiones. nuestra repugnancia y nuestros ideales morales y desviaciones del fin de la relación genital parecen perder esteticos. l lS7).. no permite otra lectura inte- la sección anterior„mostrar que ni un fin ni un objete es. 1230).para el instinto sexual. do. en su artículo de l923. al ser conceptualizadas por Freud. pecíficos tienen vmculo constitutivo alguno con el instin- do y. que en las per. y si el conce to r e v i amente com artido de ins- genital infantil~ describe una organización fiÜica Todas t into sexu ue a a sí desman a o e o. a estructura de sus concep os. nos tenido sentido). lo que nos encamina a pensar de otro modo. por 61timo. pudor yafi rmar que esas reacciones pueden proporcionar conduce ala afi rmación de que ni la zona er6gena de los un criterio independiente para dasificar ciertos fenóme- genitales ni el Gn del coito tienen una conexión priviíle. r es ta e n - estas organizaciones pregenitales se incorporan teórica. por citar su síntesis final de los posee base al na. no forma parte del contenido tir de las observaciones de Freud queda absolutamente del instinto. l36 Le apuricioa clo la caeuatictad' Cómo hacer ta h&aria cklpnconnahsir 137 ensayar.. ope- c u a n o c i ó n de oxganizaciones pregenit e s n e a b r í a raciones que. El concepto de instintos parciales hizo muestran que la idea de la funci6n natural del instinto no posible que Freud dijera.. nuestro ggg 5 no hay un fin natural -interno. por supuesto. En el caso del fin sexual y el objeto sexual. esos pronunciamientos. o. a par- sexuaL la relación genital.'s De lo que dice Freud aqu e e r xa- Tar ensayos. junto de conceptos para comprender la sexualidad y un po qu per o t a n t o com nuevo modo de razonar acerca de ella zonas ero e a r u p turar a x con a c e n . concepto de desviaciones funcionales contranaturales de ción del segundo ensayo titulada «Fases evolutivas de la ese instinto. mos concluir que no ha auténticas perversiones. donde Freud habla del «fin sexual mente como un síntoma patológico. esto es. y para la excitación. el concepto que cede lugar a que la favorecen y que se oponen en cambio a las tenden- las nociones de objeto y excitaci6n apropiados. esto es.Freu vacilaen creer lo e a a e ecir.o e stán especialmente habilitados. sino que. no pueden reinstaurar el viejo (íxxx sexual y objeto).. 1218). bre las perversiones en conjunto» del primer ensayo. nos dice Freud. No es el único lugar en que por el objeto más apropiado para eHo. es el mecauismo de umu. La frase «podemos considerarla justificadamente siste en el hecho de que uno se quede fijado en el placer de como un síntoma patológico» muestra que encontramos los procesos sexuales preparatoríos y esos procesos pue. placer natural y contranatural o «Primacía de las zonas genitales y placer preliminarx en. peligros dad y Sjación. mer pasaje procede del análisis de las cGexxeralidades sm mente adecuados . que reforzarán la complejidad de este problema. por decirlo así. (T. troduce la distinción entre placer preliminar y placer final. El pri- cular del cuerpo ni ningún objeto particular son especial. concepto de perversión no concuerda con la estructura es algo peligroso -en el sentido de patógeno. Sin embargo. p.. cias normales. y convierte en incongruenta be algún tipo de desviación contranatural del fin normal la mayor parte de su contenido. . A pesar de que las conclusiones de Freud trastocan de Freud no puede mantener esta afirmaci6n posterior. es cuando podemos considerarla justificada- del placer preliminar». alentada por circunstancias concepto de instinto sexual. todo el planteamiento de e centraré únicamente en unos pocos pasajes más Freud en el primer ensayo ha sido que ninguna zona parti. Como no queda espacio conceptual para la distin- to n a seccx n t er c e r ensayo txtu a a ción entre. cia. es bien sabi. Freud se queda sólo con la dife- contramos que se refiere a «la apropiada excitaci6n de una rencia entre dos tipos o grados de placer. de la zona genital misma en el gIanspenir. Seme. cuando presenta los caracteres de exclusiví- nuevo en el siguiente apartado del tercer ensayo. indica vagamente su conciencia de este hecho cuando in- do que él no las abrazó sin ambigüedades ni vacilaciones. 1218). aquí la actitud de. mientras que el segundo es e r o v oca. La incómo. la mucosa va. En cambio. 1218). porque el concepto de pasaje. Moll y sus compañeros de viaje. «el pxoducido por la descarga de la materia sexual» (T. como sx as teorxas ecxmononxca e a p sxco. p. 1219). p. atoío 'a sexual siguieran s con sus apun a xxuen. del instinto sexual. p. Ebing. logra reprimir y susdtuir por completo a estas da actitud del comentario de Freud se ve subrayada de últimas.. el mismo tipo de actitud médica encontrada en Kraet- jante mecanismo. un patólogo. despojados de zona er6gena. La noción de lo apropiado ha perdido deseo destacar especialmente la actitud encarnada en este toda su verosimilitud conceptual.sólo si exhi- general de los Trasensayar. pulsión sexual queda separado de un objeto y fin naturaL Y. t ' p l icaci6n patológica. en aparien- dan entonces ocupar el lugar del fiu sexual normal. p. El len a ' e del comentario de Freud se lee a veces como si El primero es «el placer producido por la excitación de las s te n er a c o nscxente e ovacxones conceptu es zonas erógenasx (T. sean cuales sean las metamorfosis que Freud desea es. El peligro en cuesti6n con.X38 Cómohacer Iu hkxoriu cklpcicocmdlisis l39 tiene que semejante intento desesperado por salvar el chas perversiones» (T. gínal» (T. por así decirlo. I l87)xs normal» puesto en peligro por «el mecanismo en que esta incluido el placer prelíxninsrx. placer normal y anormal. La retórica de este . una vez más.x~ y. Cuando la pexversión no aparece al lado de lo normal bozar en el tercer ensayo. Freud hecho el aparato conceptual de la perversi6n. dado su razonamiento previo. Encontramos en los escritos de Moll y Ellis la afirma- cen a menudo de forma atenuada ocalificadas por una ción de que una debilidad innata del instinto sexual es a frase del estilo «lo que describiríamos como». donde la perversión es el resultado mani- vuelven más escasas y las calificaciones menos enfáticas. que toda una serie tuye un componente centralde la concepción freudiana de perversiones por fijación tiene como mndición necesa- de la sexualidad normal y sana. Esta sfintesis exigi- calizadora. el uso común de la expresión alternativa inrento en el que surgen las mismas cuestiones de actitud (véase geeitalno era conceptualmente desatinada Sin embargo. esos términos ron de manera intercambiable los términos & utuae s l aparecen simpliciser. parológinu aparece precedida de unos nombre mas preciso del primero. instinto sexual se expresaba fisicamente en una atracción tológicas es algo no calificado y justificado. Sin embargo. como si ése fuera el verdade. Ciertos autores opinan. objeto y fin normal. el momento que torna inevitable la actitud medi. Esta identificación no elementos atenuadores. instinto sexual normal dente que la tendencia a la exclusividad y la fijación en la actividad genital no sólo no es patológica sino que consti. creo que será más útil que me centre en cuanto Freud reconcibió el instinto sexualcomo carea- . y los rísticas que hacen patol6gicas las perversiones. re no a una debilidad innata del instinto sexuaL sino a una to de perversión. sos factores que pueden interferir en el desarrollo de un ro criterio de la patología. De hecho. 86lo cuando la actividad ria una debilidad innata del instinto sexuaL En esta forma sexual se ve divorciada del objeto y fin sexual normal pue. en un notable fragmento de la síntesis final del libro... puesto que se concebía que el el hecho de que consideremos las perversiones como pa. pp. en el párrafo anterior al e ' rin' e n irQcomo si el último fuera sen ' amente un que acabo de citar. por los miembros del sexo opuesto. da en la pubertad tiene que fracasar en estos casos. terísticas especificaban la operación natural del instinto versión. Y puesto que esas carac- posterior de los Tres ensayos. les aisladas a los fines de la procreaci6n. es bastante evi. El como si las perversiones fueran inofensivas hasta que se pasaje aparece durante el análisis de Freud de los diver- vuelven exclusivas y fijadas. con sus conceptos correspondientes de debilidad constitucional de uno de los factores del mismo. pero al final del siguiente párrafo era en absoluto arbitraria. estamos preparados para la actitud esto es. conseguirán exteriorissrse como perversiones. que se convierte. La problematización de la perversión por parte de 1233-1234)~ii Freud queda mostradapor el hecho de que en el primer ensayo las palabrasnonnu4 patológke y yemersión apare.Kn realida4. enque Freud vuelve a la in. a medida menudo responsable del fracaso de un desarrollo hetero- que recorremos los otros ensayos. no es la enumeración explícita de las caracte. un pasaje sexual. por ejemplo. en 'de convertirse en una perversi6n y merecer la categoría de cambio. T. (T. sino ante más fuertes entre los demás componentes de la sexuaHdad todo el uso del concepto. En el momento en que se introduce el concep. en una bip6tesis muy significativ cuando se reñe- patológica. en el resumen final del libro. 1228-1229). en tanto que opuesta a la perversión. de la zona genitaL a la cual ha de corresponder más que trata la perversión como patol6gica. El movimiento tarde la funci6n de coordinar todas estas actividades sexua- crucial. las matizaciones se sexual normal. pp. con la relación genital Aunque podría comentar el único pasaje detallado como fin último dé esa atracción. me parece inaceptable tal concepción. muchos autores antes que Freud utiliza- hasta que. fiesto. C~ habar la lüsmrnz délpacoanalinr l41 pasaje subraya los caracteres de exdusivividady fijación. Ti' e n sayar para una teoria sexual C ese factor particular. es una proporcion6 los recursos para derribar ese espacio con- condición de la perversi6n. o o arco o se r emos sos. C cualquier fin y objeto específicos de la pulsión estaban de seguir indefinidamente. porque es justo eso lo que queríany tenían sobre la pexversión tan hegemónicos durante el periodo. C yN responsable de la perversi6n. Cuando e1 instinto se. y los más fuertes entre los demás componentes de la capaces de llegar a esta con usxon si sólo nos centramos sexualidad conseguirán exteríorizarse». a aserci n parte de un espacio conceptual en el que. quiero detenerme y concluir simplemente soldados a él.la nombres. La formulación apropiada debería decii". por supuesto. De cuya sutil modulación de la conclusión real debe subra.el que los factores del mismo. combinación de conceptos (como instinto sexual. or decirlo así. Gn sexual) con la consiguiente destrucción d e ponentes de la sexualidad conseguirán exteriorizarse esos conceptos compartidos.dijo u e tül y yarse. perversión. equivale a mantener hacia la os e con c t o s y el modo en e e s o s conc t o s enca- genitabdad una actitud que ya no es apropiada En efecto. Debemos dírigírnoe más bien a la actitud de reud. con los de objeto sexuaL 6n sexual. No se trata. «Esta sín. o los nombres de legio natural. etcétera Fue este es- si se re6eren a auna debilidad constitucional de uno de pacio conceptual -él mismo creación del siga xix. C yeie -zona genital es uno de esos componentes sin ningún privi.. Moll y otros. e que esos autores es eq u x oca o s po s t ular que una el concepto de instinto sexual se combinaba. modo que si Freud -a esar de él mismo. q ue decir d ad a su c oncepci6n del i n stinto sexual E s Esos enunciados se enmarcaban dentro de una práctica Freud quien no puede pretender decir que la ausencia de discursiva compartida. como hace Freud Bloch. una conclusión rias para su empleo ya no existen en el texto de Freud. por ejemplo. esto es de la zona genital' resulta posibilitó que los psiquiatras realizaran los enunciados sorprendente. no po ia querer e c i r tesis exigida en la pubertad tiene que &acasar en estos ca.una vez que se consideró que Aunque un rasgo central de1 comentario es que pue. el sistema de conceptos que se nos impone es que la perversión ya no es un con- con el que ha estado trabajando en este primer ensayo exi. una identiñca. Quizá debería da concepiual que era condición necesaria de su identifx. entre otros. c u en m e n o s eran peiversxones. en a quién leyo Freud. Jan c o n stit u en un espacio conceptual. La última frase del párrafo ceptual alterando de modo f u ndamental las reglas de dice: «Esta síntesis exigida en la pubextad tiene que fraca. y los más fuertes entre los demás com. cepto legítimo.mg. La diferencia en. en quién antes que él usó qué pa- tre esta os f o r m ulaciones representa lo que he llamado labras y en qué contextos. a es aldas de sí mismo. 142 Corao kacro la kuioria cklpncoaeaiisic l43 te de operación natural. objeto C. la cuestión de la articulación conceptual. C sar en estos casos.es una historia del psicoanálisis sin xual seconcibe como una amalgama de componentes. añrmar que su debilidad constitucional es brea como. Vemos que el Freud reintroduce. Destacar luego esa zona. volviendo a las cuestiones historiográficas. de ositarios de ciertos con'un. que las condiciones conceptuales necesa- ge una conclusión ligeramente diferente. concepto de peiversxon en ps xquxatrxa el siglo xix era C ción e a em os t r a o que era msosteni e . Sin embargo. a08 debilidad innata del instinto sexual es responsable de la con reglas deñnidas. s exual. pero que sus postulados podrían tener sentido desviación funcional contranatural. de acuerdo C. reconstruir los . la primacía de la zona genital. La conclusión como perversionesx. de que me haya nega. o mismo u e . describir primero en qué sentido creo que mi lectura de caci6n de principio con el instinto. Es más bien qu he trata C en este pasaje. la zona genital perdió la prima. do a invocar elnombre de Freud.. los Tres erxrayos. este desplazamiento sólo podía ser parcial. do como una suerte de puente vacilante entre la vieja yos. una mentalidad cuyos primeros signos reales de desinte- presentaciones colectivas de una poblaci6n. que no pue o. es un componente del concepto de tuaimente necesario. un puente que siempre está apun- 3os conceptos. una tempor a en t a. que cambiáramos de modo deci- Con todo. guntarse: so por qué no cambió el propio Freud sus hábitos dadera impo~cia de su propia obra De modo que aho. fu eu ien a scendió al nivel de mentalidad y la nueva. entre ción conceptual.de Freud deberían haber estabilizado la tra los temblores de un cambio de mentalidad en que em.. El libro de gración pueden encontrarse a principios del siglo XX Los Blóch Deirrjg» zur Ahokgie ~ P sychcppurhiu sajcuulismues. incluye. al final. Freud fue un producto de la vieja menta- otros constituyentes. dada embargo. bitos mentales que caracterizan la comprensión y las re. mentales. precisamente porque no había soporte con. e o r a r cambio que. y la divergente temporalidad de la aparición de los nuevos siempre acechaba el peligro de volver a caer en la vieja conceptos y la formación de las nuevas mentalidades. Sin embargo. Entonces. sino incluso en ente férúl por parte de historiadores recientes. esa aprovecharla y explotarla. Muchos Bloch no llevara nunca esa actitud hasta la innovación autores antes que Freud poseyeron retazos de esa termi.visto e mo o retrospeeuvo. supone ninguna sorpresa ue los hábitos mentale . He dicho e lo que allanó elcamino para que en lugar de una respuesta proporcionaxé la estructura e se logr e ' actitu ex traídacon mayor claridad a de aquello en lo que creo que consiste dicha respuesta Los partir de os escritos de loch pero que sin duda podía automatismos de la actitud tienen una durabilidad. sabemos que Freud siguió utilizando la sivo nuestros viejos hábitos mentales. conceptual contribuye a explicar por qué su actitud fue nología y exhibieron un forcejeo embrionario e incierto inherentemente inestable. el individuo responsable en mayor medida de la innova- en especial.. Sin cionarleuna autorizaci6u conceptuaL Sin embargo. por qué su obra se lee a menu- con los problemas sob s e ar r ojan luz los Tr»s»nsu. un conjunto de automatismos o há.. quien convirtió en una muta. Tres ensayos. quien st tica y lúcidamente pensó lo to de de arse o e ha ce falta que lo completen. como si no consiguiera captar la ver. que hizo posible. cirse no sólo en una comunidad científica. acelerando suafianzamiento al propor- pieza a desplázarse lo que se había dado por sentado. El hecho de que determinar sus puntos de contacto y disociación.ej Una mentalidad. de manera que las perversio. por qué hizo gala de una acútud apenas menos ra tenemos que invocar directamente el nombre de Freud ambigua e inestable que la de Bloch'i Cualquier respuesta y preguntarnos por la accesibilidad de su logro para el a esta pregunta está condenada a ser compleja. Lo a b i tos mentales e- n es pu deran e a r e t r atarse como tneqm c amente a - to o ca s st a .~ mentalidad. un fundamento conceptual para la mentalidad emergente ciente ansiedad. nueva mentahdad. pido de la mutación conceptual. parece concep- ~ ' t nte aquí. Proporcionó ción conceptual lo que había sido. de modo propio Freud. en Francia. como mucho. una cre.nocion e a ctitud. que no encaja con el cambio a veces rá- ti6 una especie de apertura. cabe pre- idea de perversión.. Semejante msistenri puede produ- monrulids un concepto que ha recibido un uso extraor. lidad que consideraba las perversiones como patológicas. que hasta ese momento había permanecido en una suerte El genio de Freud onsisti6 no sólo en apropiarse de de bloqueo precognitivo.144 Cómo hacer la hksoria dklysicoardalisis 145 conceptos decimonónicos y freudianos de sexualidad y ceptual para ese cambio de actitud. nas como una historia de Ias clasificaciones científicas. se nos Las vacilaciones y ambigüedades de Freud en Trar presenta la oportunidad de estudiar sistemas de pensa- nuayar para una reoriu senarl no son el resultado de una miento interesados por la relación entre los órdenes de la indecidibilidad o indeterminación descontructiva del tex. plantea problemas filosóficos extraordinariamente complejos. institucionales y psicológicos pueden re. sin algún telón de fondo conceptual apropia. sobre todo en ciencia. moralidad y la naturaleza Me centraré aquí en los mons- to. v estigar. la crueldad o la alegría.s Además. historia del amor. la compasión. ciales. 146 Freud nunca alcanzaran sus articulac' con c e tuales as actitu es comprendidas en una mentalidad son o s cientemente impermeables al reconocimiento.el lími- mental.iAunque Febvre no mencionó la que constituye la marca del genio. car a la luz nuestras formas de subjetividad. Cuando la petición de Febvre fue atendida . En ciertos pe- tes de s istema de a mi e . sino la consecuencia de la dinámica del cambio funda. francés Lucien Febvre lamentaba la inexistencia de una table de hábitos mentales firmes. que crean una forma de fricción entre lo que p~~cíe puede funcionarcomo medio irreducible a la hora de sa- decirse y lo que se dice. kcusprincipal de la experiencia del horror. como la historia de otras emo- podemos ir? LHasta dónde queremos ir? ciones. truos que parecen poner en duda -problematizar. porque los conceptos. cuando el horror se empareja con los monstruos. bajo que esten de entrada coherentemente conectados. a lo En fecha tan tardía como 1941. mente el ámbito correcto de indagación. te incluso de sí mismo. Sin embargo. espero demostrar que una historia del h o r r o r cias. te entre los seres humanos y otros animales. y no d e bemos esperar riodos históricos fue precisamente este límite el que. de modo que el genio vapor delan. la abriera sobre los sentimientos fundamentales del hombre innovación conceptual como la producida por Freud es y lasformas que adoptan». al igual que las disposiciones naturales. debemos de modo exphcito el horror entre los sentimientos a in- recordar que e ge tam i ti ene s há b i t os. Se cuenta que Sid. para que transcurran muchas décadas antes de que queden alineados hábito y concepto. Reclamaba «una vasta investigación colectiva que se trasar la formación definitiva de esos nuevos hábitos.sus iner. Aunque los factores so. Nuestro horror constituirse de la noche a la mañana. permite un conjunto es. de manera que nues- en la Universidad de Columbia: «Algunos sostienen que tro horror a los monstruos es susceptible de proporcionar Freud y Marx fueron demasiado lejos. el gran historiador largo de un periodo prolongado. SHasta dónde irías tanto una historia de la voluntad y la subjetividad huma- tíí?» Fuera o no fuera Freud demasiado lejos. Mentalidad c o n c e t o son dos aspectos diferen. a ciertos tipos de monstruos nos devuelve el reflejo de ney Morgenbesser hizo la siguiente pregunta de examen un horrorante -o a.la humanidad. Con todo. una fuerza que. es muy improbable que una mentalidad científica nue- va pueda desplazarde verdad a una antigua.do. como ciertas condiciones específicas que describiré. culturales. operó como si las formas de la experiencia pudieran disolverse y re. CHasta dónde La historia del horror. son una fuerza funda- mental de conformación de hábitos. Kl horror a los monstruos . ése es justa. las actitudes. Bapereeeh ezu Rem und3&nckkuSs ezu Fr~erberg valores y los conceptos. todo por Melanchthon. tradujo al &ancés. estaba la dixnensión profética o esca- colectiva. debe. y al inglés en 1579 con el titulo ~x tee coondeyhlpopieh leeiva se apropiaba y transformaba los conceptos y el len. por ejemplo. y en apoyo de estainter- estructuras de las que forman parte/ En el plano de los pretación profética se aducía el libro de Daniel. bre de 1522 (Figuras 4. KEn qué xnedida está moldeada por esos conceptos terpretaron en el contexto de una polémica contra la la experienciadel horror cuando se expresa en una men. actitudes y valores exigidos y ma. mensajeraEl pan6eto consistía en una interpretaci6n deta- guaje de una éhte." En ambos Jean Delumeau en su monumental histoxía del miedo en planos. los conceptos. Martín Lutero y Philipp Melsnchthon publi- ria de ese tenor exigiría una investigación de 1os gestos. enseguida se presentó el j i' Meyssznz jhedmP T uvo una enorme influenciay se problema de cómo entender la relación entre cultura ele. eran considerados como señales de cambios fun- nifestados como reacción al horror. de sensibilidad. tendremos que ir más aHá de lo que se dice o ex- dos volúmenes. no de la mentalidad. los historiadores turados y regidos por reglas que se pasan por alto cuando se dieron cuentaenseguida de que tendrían que hacer los conceptos se examinan de manera aislada. una forma perdexían su auténtica importancia. seremos capa. se trata de problemas a los presa con el fin de recuperar los espacios conceptuales y que tenemos que volver de manera recurrente. situarlos en las 1a inminencia del ím del mundo. Y no basta con des. general. sólo tímidamente mencionada en este panfleto. las creencias. supuestamente abandonado en chos de los problemas que comento y que son necesarios las orillas del río Tíber en 1496. esta demanda exige que reconstruyamos las bíblico invocado tanto por Melanchthon como por Lute- reglas que rigen las relaciones entre ellos. comentado sobre intensidad en el horror a los monstruos. nacido en Friburgo el 8 de diciem- la cultura elevada (textos cíentí6cas. de cómo. La preguntas. Iglesia romana. creencia y emoci6n en el contexto de la concien- forxna más directa. deseo insistir en que una historia del horror. 4. Eran prodigios. Nadie se ha en&entado a dichos problemas de actitud. En 1523. exégesis luterana de tales monstruos poseía dos dimen- en el plaxio de los conceptos de lasélites y la mentalidad sioxiesP Por un lado. caron un opúsculo titulado Deuncng caer eztve gmcehcken las imágenes. en tanto que fen6meno habitual.~ Este problema adquiere particular llada de dos monstruos: un burro papa. puesto que mu. co- para nuestra comprensión de los monstruos proceden de mentado por Lutero. que cia colectiva específica de la que forma parte. Ambos monstruos se in- cos).2). Además.1. ro. filosóficos y teoló@. El opúsculo se muestramáspreocupado con la otra di- . Con &ecuencia esas seña- cxibir esos componentes de forma poco sistemática. los F pnwr. tológica.-sobre todo„por sus colegas &anceses que practicaron la ces así de percibir los espacios conceptuales muy estruc- Uamada historia de las mentalidades-. un texto conceptos.s En el pla- frente a una legi6n de problemas historiográ6cos y meto. damentales a punto de suceder.s Con todo. con el apoyo de Juan Calvino. cripción. señales de la ira de Dios talidad colectiva? Sin intentar siquiera responder a estas contra la Iglesia que profetizaban su ruina inminente. la mentahdad co. ni con resultados xnás profundos. en l557 vada ypopular. con mucho más detaHe del en el que monstruos y prodigios. Debemos describir. les se intexpretaban nada menos que como un anuncio de mos intentar recuperar su coherencia. debe subrayar el papel fundamental de la des. hgué hará el equipamiento mental sin los cuales los textos históricos -falta para escribir la historia de una emoción. se nos exige que coloquemos cada dológicos. el lenguaje. y un ternero monje. un tipo de afectividadV Cualquier histo. Firma4. de un alegórica. C < +g r n b r~ cr e 0 d' Cgt h~ Agua 4. modo u otro. mensión. cada monstruo es un jero @6co divi- . estk representada ante nuestros ojos en su á ~~ tende mostrar que cada monstruó posee una interpreta. que si prendoa Jean Céard podemos Hamar ción muy especi6ca que es posible captar porque.1 Kt burro papa. propia constitución.. La apmición ck la semnl&ud' El horror a los srons~es 15l C Cr gaisa s• 4 país C C s®N C aeN iae88 c ' ~1~ C. Ea exégesis alegórica de esos monstruos pre.2 El ternero monje. el fin del diario contra él. buen pecadores. de esos pecados. que los hom.i' Puesto pentiremos a tiempo de nuestros pecados desde lo hondo que estableceré el contexto conceptual para mi comenta- de xtuestro corazón y desearemos que fDiosj sea miseri.elburro papa. es en el «marco de un juicio pesimis- señalar que knvxblcy abóxninabk aparecen con íxecuencia ta global sobre una época de maldad extrema donde hay en los comentarios de Lutero y Melanchthon. del siglo Xvxx». también lo es que el obispo de Roma sea la cabeza el tratamiento. y. quizá. la cual. las grandes orejas del ter. car estos comentarios en un contexto más amplio. riode Paré de una forma muy poco convencional. de la Iglesia. de acuerdo con Melanchthon. Lo cusi ls msyoxís lic l&s vcccs Aasxceucr. Tanto reformistas como católicos vincu- blcs monstruos. Como Podría hacerse un provmboso estudio de los adjetivos ha sostenido J'ean Delumeau en el segundo volumen de que aparecen en ese texto. 152 La aperición de kr se»iiabded 153 no que exhibe un rasgo particular de la ira de Dios. «nos arre. Empieza diciendo: pecados de los hombres se extendían a la propia naturale- za. truos. La introducción del traductor a truos y prodigios entre el final del siglo Xv y el principio la edición inglesa de 1579 del texto transmite con preci.» La pecsminosidad era tan grande que los sión el tonode esos adjeñvos. publicado originalmente en 1573 esperanza de que. me limitaré a su historia del miedo. sus lectores para que no interpreten esos dos monstruos me centraré básicamente en un texto. son más monstruosos que naturales».debemos colo- . cuyo texto mientras que la lengua colgante pone de manifiesto que es muy representativo de todo un género. Así. Termina el prefacio con la djgerde Ambroise Paré. de semejantes monstruos horribles». y reimpreso con frecuencia a partir de esa fecha. nos dice que su motivo to de la maldad sobre la tierra. sino que también anunciaban mayores nuestraspecados y maldades quc tenemos y comctcmas s castigos por venir: guerra. hambrunay.» Concluye con es la imagen de la Iglesia de Roma. los mons- lector cristiano.«a todos los que temen al Señor». Esa proliferación de monstruos presagiaba un os- curo futuro explicado por la cólera de Dios ante el aumen- El traductor. Los prodigios no sólo eran castigos específicos por ds y manifiesta la irs y la cóiers dc Dios contra nosotros por pecados concretos. Des xnonsem etym- como si fueran simples fábulas. y lo. De modo similar. cinación reforzada por Lutero y Melanchthon. parecía presa de una extraña locura.quiero . tras la lectura del panQeto. tan importante para los monjes. con el permiso de Diosy para instrucción de los De cuantascosas pueden verse bajo los cielos. John Brooke.i» Franqois de Belleforest para traducir ese panfleto es lograr «inchnar el corazón resumió la sensibilidad compaxtida: «Los tiempos actuales de todo buen cristiano al miedo y el temblor ante el es.XAxdoctrina no es más que frívola cháchara. nsds agita mss ls mente dcl hombre. truos resultantes debian entenderse como ilustraciones gra engendrar mayor miedo cn lss criaturas. del mismo modo otras pocas observaciones específicas sobre el burro papa que es espantoso que un cuerpo humano tenga cabeza de y el ternero monje dirigidas -y no debemos pasar por alto burro.to mundo. que Aseen s diari cn contra dc lss obras laron con frecuencia durante ese pexiodo herejía y mons- dc ls Nstuxslczs. en lugar de eso. a menudo que colocar la abundante literatura dedicada a los mons- modificando a móisxivuó. A fin de comprender mejor la preocupación y la fasci- nero monje muestran la denuncia divina de la práctica de nación por los monstruos durante el siglo xvx -una fas- escuchar confesiones.» pectáculo de tales prodigiosos monstruos»II y previene a Para darificar la relación entre horror y monstruos. cordi osocon nosotros y que siempre nos libre y defienda por ejemplo. violación y vi- ré un fragmento de la Suma como representativo de las cio contra la naturaleza). tión 154 a diferenciar seis especies de la lujuria (simple bían abordado con Ja suficiente precisión analítica Utiliza. en cuanto que es conveniente para la cnnsexvaeión del gé- trinas. y si ese fin es verdaderamente bueno. fornicación.'x además. sino también una profunda síntesis pecado si se realiza conforme a un modo y orden debidos. que se comentan en los artículos 11 y 12. Tene. Las cuestiones JM y 154 de la segunda parte de la se. el uso cxcígar. No abordaré Mi interés se centra en los vicios contra la naturaleza. ademks. que se comentan en los siguien- actitudes medievales. La conservaci6n de la naturaleza corporal de un indi- proporcionado una periodizaci6n en tres etapas (los viduo es verdaderamente buena y el uso de los alimentos monstruos como prodigios divinos. ideas y razonamientos cuyas relariones nunca habían nero humano. es contrario a la recta raz6n. po. aIa mayor parte de la teología moral medieval. aurales y como ejemplos médicospara la embriología y la De modo similar. del trabajo anterior. Katherine Psrlt y Lorraine Daston han do. pasaré a un tipo diferente de texto Por consiguiente. seducción.porque se ordena a la conservación del cuer- La Suma de Aquino no es sólo la obra maestra de la teo. la cuestión de la originalidad de la Succux eneste terreno. Aquino empieza por considerar la cuestión bre monstruos que lo precedieron y lo siguieron. puesto que implica un tipo es- de ideas que habían sido esenciales. Aquino sostiene que ese tipo de vicio es una especie no diouna poderosa formulación conceptual a un conjunto diferenciada de la lujuria. la Succuxtambién determina conceptualmente nociones que habían tenido una prófun. adulterio. cuestión 153. Argumenta mos la suerte de contar con el completo tratamiento que como sigue: si el dictado de la raz6n hace uso de ciertas Céard ham de Paré en su brillante La nuxcav or lexyrodjger cosas en modo y orden adecuado para el fin al que están y en las notas de su edición crítica de Dor morutres orpre. unas actitudes que han perdurado tes artículos. acto venéreo estk dirigido a la conservación de t oda la ci6n y el tratamiento de los monstruos desde la Edad Me. de si el acto venéreo puede darse sin pecado. razahumana Por lotanto Aquino concluye: dia hasta el siglo xvm. en el mejor tratado sobre los monstruos de esas cosas en tal modo y orden adecuado no será peca- en lengua inglesa. orden que . al igual que el uso de los alimentos para preparar mi comentario de Paxé. respectivaxnente.» En lugar de resumir la obra de esos investigadores. En el artículo 2 de la relacionarlo con otros tratados eruditos y populares so. En el artículo baste decir que creo que sc trata de un lugar en el que Aqui. y el uso del ayudarnos a comprender los cambios en la conceptualiza. sino que «se opone también al mismo orden natural del gunda parte de Ia Suma de tcologk tratan de la lujuria y las actovenéreo apropiado a la especie humanac. incesto. en concreto„a la puede hacerse sin pecado si se realiza conforme al modo y Scaxxa ck xsología de Tomks de Aquino. como maravillas na. 11. bajo una forma u otra durante muchos siglos. así también el uso del placer vercéreo puede darse sin logía moral medieval. que conecta de forma coherente doc. está dirigido a la conservación de la vida en el individuo. el vicio contra la naturaleza no sólo precisas. adaptadas. Santo Tomks procede en el primer artículo de la cues- da y am pha relevanciaen laEdad Media. por mks que no muy pecial de deformidad. pero que no se ha. 154 La aperieiócc ck la ccmalickrcl El horror a lar cccoesnuos adarar que una comprensión plena de ese tratado exige dases de lujuria. como todo vicio de lujuria. la consexvación de la naturaleza de la anatomía comparativas) que resulta indispensable para especie humana es un bien muy preciado.'c quedado muy claras. orden debido. Actuarcontra la naturaleza es nada menos que actuar var laforma correcta de copulaci6n. de este comentario de Aquino para el tratamiento de los que las cuatro categorías de vicio contra la naturaleza son monstruos. como uxx niño que nace sin un brazo. Los monstruos y mo. y este totalmente en contra de la Naturaleza. el Céard ha sostenido que Paré se mostró un tanto indi- más grave de todos los vicios contra la naturaleza. los prodigios no constituyeron clases completamente se- adexnás. puesto que la «gravedad Los prodigios son cosas que suceden completamente de un pecado semide más por elabuso de una cosa que en contrade la Naturaleza. la sodomía. de modo que me centraré inmediatamente en peores que los otros vicios de lujuria. directamente contra la voluntad de Dios. en ese ejemplo.que interpreta como cópula varón-varón o hembra-hembra. etcétera» Los vicios contra la na. que el adulterio. Aquino cita explícitamente como paradas de Fenómenos y a lo largo de las sucesivas edicio- apoyo un texto bíblico.pecado de masturbación y la no obser. de peor a menos Es posible que el lector se pregunte por la relevancia malo. Aquino ordena. como mostraremos pecado es más grave si el abuso se refiere al continente más adelaxxte mediante diversos ejemplos de los menciona- correcto que si afecta a la forma de copular en relación dos monstruos y prodigios. todos los vicios de lujuria.xx con otrascircunstancias.xo Aquino distingue vicios contra la naturaleza. de la Naturaleza (y son por lo general señales de alguna turaleza son peores en tipo y no sólo en grado que los desgracia futura). el ordenador de la objeción 4 del artículo 12 de la cuestión 154. como cuando una mujer da a por la omisión del uso debido n. puesto que no se observa el uso del sexo correcto. esos vicios es la masturbación. aunque resulta claro a partir de la réplica a la tural. Aquino escribe: mo sodomía. En el artículo 12. pieza como sigue: tural de copulación y la masturbaci6n son peores.Eltercero es la sodomís. se comete una injuxia contra Dios. en la segun. en los que se viola el orden na- goría. Por eso en los pe- minar exactamente qué entra dentro de esta ultima cate. Céard piensa que Paré se convenci6 cada vaci6n Snal de Aquino antes de volver a Paré. puesto que no se observa el uso de la especie debida. la violación de Los monstruos son cosas que aparecen fuera del curso una virgen. nes de su libro. debido a su especial deformidad. Por último. precisión entre monstruos y prodigios. el incesto. o alguna otra cosa que sea do de noobservar la forma correctade copulación.x Hay que mencionar una obser. El prefacio del libro em- bestialismo. Es dMcil deter bre. o a un perro. Aquino procede a continuación a otro con dos cabezas y miembros adioloxxales sobre y enci- ordenar los vicios contra la naturaleza. xxaturaleza. El menos malo de ma de los habituales. la no observancia de la forma na. tialismo. en primer lugar. Asícomo el orden de la recta razón procede del hom- vancia de la forma natural de copulación. otros vicios de lujuria. desde la masturbación al bes- cuatro categorías de vicio contra la naturaleza: bestialis. Sobre los vez más de que el término xxxonxx xxxobastaba para designar .x~ da paxtede la segunda parte. de modo que el Des xxxoxxxnm erpmcE~eede Paré. Afirma.asfelorden natural procede de Dios. cados contra la naturaleza. y ferente al problema de c6mo había que distinguir con el más grave de cualquier vicio de lujuria. Elhoner o lw moxxeoxxox x57 tiene como fin la generación de niños.que la c6pula varón-hembra anal u oral son dos de las formas más graves de no obser. luz a una sexpiente. es el bestialis.xx El siguiente es el peca. li. como lle esos ejemplos con el fin de apoyar algunas afirmacio. cuando analiza los nacimientos monstruo.. clasificar los productos de demonios y diablos causas sobrenaturales ynaturales. y las cau- con colocar el diablo en pie de igualdad con Dios. cualquiera que sea la causa de su producción.» De modo que el libro de Paré ya muestra un causalidad demoniaca. [. Paré se ajusta bien a estos comentarios. como podemos ver del capítulo cambio de énfasis que hace muy interesante su tratamien- 26 al 34. quien son del mismo tipo. son abiertamen. los demonios y diablos. del todo abo- La otra causa sobrenatural. sino de una ®aZ te de EismiresyrMigiewsesdePierre Boaistuau. to delas causas sobrenaturales. los mons- jante posici6n insostenible en términos teol6gicos truos son ante todo castigos infiigidos por Dios a los pe- condujo a minuciosas discusiones relativas al papel de la cadores. la actitud y la conceptualizaci6n sas. la gloria de Dios. que noproceden de las causas ya mencionadas. ee85 una larga y compleja historia clasificatoria. preocu. los prodi. • ce% como resultado de causas sobrenaturales era amenazar sos. la mayoría de los Sin duda. la restauración de la vista Hay otrascriaturas que nos asombran doblemente por- a un ciegopor Jesucristo. Deseo comentar en deta- ciones por el desorden que llevan a cabo en la cópula. tía incompatibilidad al comentar juntos esos tipos de cau- leza afectó al lenguaje. que estaban completamente en contra de la natura. y durante mucho tiempo la obra clásica sobre los te sobrenaturales. la mayoría de las veces estas criatui'as mons- ejemplos presentados por Paré para ilustrar esta categoría truosas y prodigiosas proceden de los juicios de Dios. los considera todos como un castigo divino. la idea los autores del periodo. causas que. Jacob Rue8'. Paré. La posibilidad de seme. sin embargo.un libro publicado en 1534. Sin embargo.] lguahnente. es mucho rrecible y contraria s la Naturaleza. pado por admitir la realidad del diablo y. Ello contrasta. de la prueba de los juicios de Dios. El capitulo de Paré sobre la cólera de Dios se abre con mitar sus poderes. Rueíf también analizó juntas C. pero en el libro V de C De eertcepns. estas palabras: naturales. animales salvajes... aunque Dios esté siempre en el trasfon- con la que Paré abord6 sus ejemplos. el tratamiento de la primera.ss no sólo monstruosa sino prodigiosa. con el De eonceptu et genesvztione kominis de con seguridad. conce. Moisés prohíbe tales aco- nes acercade la historia del horror. plamientos en el Levítico (capitulo 16). y están muy vinculados con la causa permite que los padres y madres produzcan tales abomina- natural de la mezcla de semillas. publicado amalgama de especies extras. sas fisicas. son las que es capaz de aducir por ejemplo..~ (Figura 49) .] más interesante para mis prop6sitos.» Dicho breve- mente.1S8 Ln apariciée «k le senralicfud todos esos fenómenos ss Sin embargo. y una. la cólera divina.no sen- gios. un ejemplo copiado literalmen. tiene problemas de la generación. tural que los poseídos por Dios. f. es decir. la gloria de Dios y la c61era de Dios. queda agotada con un ejemplo. no tenía dificultad intelectual de que había una clase separada de fen6menos. aunque acfivas. De las dos causas abiertamente sobre. parareferirse a causas sobrenaturales y naturales. con relativa- distingue trece causas de monstruos. y.. son pasadas por alto en favor diéndole los mismos poderes para invalidar el orden na. por imprecisa y una observación preliminar más. aunque mente pocas apariciones explícitas de Dios. Diez de ellas son abiertamente naturales. el mayor espacio con En el primer capítulo de DesPfonssresetpru~ P ar é mucho está dedicado a las causas naturales. do de Des SXonsnm et yroctiges.Aunque debo hacer C. En el texto de Rueff. conocido por dos. como casi todos mal expresada que pueda parecer esta distinci6n. que hace que Ia criatura sea ha por primera vez en 1560. no del todo exhaustivas. Paré. Sin embargo.4 Un cordero monstruoso. cuando copulan dos aniinales de diferente especie. y como resultado nacen algunos inedio hombres y medio animales. ls desgracia está en el hecho y no en las palabras. 4. y un gran horror para un hombre ouns mujer meada e y copular con animales irra- cionales. EI capítulo comienza con este enun- ciado: Hay monstruos que nacen con una forma que es medio anunal y medio humana f. . una cosa muy infortunada y abominable. una práctica explícitamente prohibida en el Levítico. el resultado será una criatura que combitm la forma de ambas. Las criaturas analizadas eu ese capítulo están produci- das por ta causa natural de la amalgama de especies extra- ñas. y de ello nacen diver- sos monstruos que son repugnantes y muy escandalosos de ver o hablar de ellos. y es. el dpo de ex- plicación naturalista expuesta en este capítulo queda en- marcada por unos párrafos iniciales y finales cruciales. Kl resultado no es sólo un mons- truo sino un prodigio. encontramos que Paré sos- tiene el principio de que la naturaleza siempre se esfuer- za por crear su semejanza. pero.] que están producidos por so." No obstante. su causa primera. es la cólera de Dios ante la copulación entre se- res humanos y otras especies.4. una criatura contraria a la naturale- za y que es descrita como completamente aborrecible. con animales. como la naturaleza siempre preserva su clase y especie.~ (Figuras 4. y se salen de sus límites en contra de ls naturaleza. que cito en extenso. de modo más importante. cuando se realiza.5) El capítulo concluye así: Figura 4... La atención d( la axwahdad domitas y ateos que se unen. Si nos dirigimos al capitulo que trata de la causa na- tural de la mezcla de semillas.3 Un poa o con cabeza humana. por decirlo así. Figura 4. por último. son peores en tipo que los monstruos. Pare reserva su lenguaje más cargado (horror. que solo están fuera del curso de la naturale- za). que debido a su gran repugnancia no he querido describirlos ni hacer que los re- trataran. J. quiero subrayar que el principal ejemplo para Paré de tal desobediencia humana es el bestialismo.qué pueden esperar los ateos y sodomitas que se aparean (como he dicho más arri- ba) contra Dios y la Naturaleza con animales irracionales'1es . y. al ser completamente contrarios a la naturaleza. la criatura bestial resultante es una representación simbólica de la cólera de Dios. naturaleza fue un tema constante durante ese periodo. Elhorre" a lor ~sravuu 163 Le apurincmck la sarualidiuE vista.e los pecados contra natura se extiende a las criaturas producidas por esos pe- cados. hay una categoría distinta de lujuria. y la reacción de horror que tenemos ante tales repugnantes criaturas tiene por objeto recordarnos. causa sobrenatural ) con laproducción de una criatu- . un prodigio. peor en tipo que las otras. Así. cuando se cometen semejantes pecados. se comete una injuria contra Dios. Paré hace físico este marco de con- ceptos exhibiendo la consecuencia de semejante injuria a Dios. a saber. Porque(como dice Boaistuau. la lujuria contra la naturaleza (recordemos que los prodigios. sino también oír hablar de ellos. Además. El vínculo entre trastorno moral y el trastorno de la monstruos más engendrados con tal grano. mitad perro. tratos. ante el cual la reac- ción es el horror. rrible. Estos rasgos son de hecho el análogo de Paré al análisis de Aquino en la Suma ck teología.Para san- to Tomás. El ejemplo más grave es el bestialismo. el horror del pecado mismo.~1rrrr-' ' %• ra contraria a la naturaleza. y estampar en nosotros. tras haber narrado varias historias sagradas y profanas. no sólo a la .> • / I Lo que quiero aislar es la conjunción de la cólera de Dios ante la desobediencia humana de sus leyes (una Clan 'E • >'. junto con sus re.S Un ni5o. abominable) a esas criaturas y los pe- Me abstendré ahora de escribir aquí acerca de varios cados que representan. la especial depravación d. repugnante. ho- Figura 4. que son tan repugnantes y abominables. llenas todas ellas de gra- ves castigos para los libidinosos). debería r serbautizado como dos personas. Además.6 Ejemplos de exceso en la cantidad de semíHa. Pero si hay un cuerpo hay un ahna Y por esta razón pue- de suponerse que. o no habrá alguna cuerpos unidos. la Figura 4.por más que los otros miembros estén duplicados. cuando selimita alas causasnaturales. si hay un pecho y una cabeza. ocu- lógica.óoómo sesabe J '• si hay una o dos' Afirmo que si hay dos cuerpos. El problema general de los naci. por el contrarío.ss(Figuras 4. como cuan- lugar a cuestiones morales y teológicas superó con mucho do la voluntad humana actúa en contra de la voluntad divi- el caso de los prodigios. hay dos al- mas. Y.7) como dos' Afirmo que puesto que el bautismo se hace de acuerdocon elalma y no de acuerdo con elcuerpo. si debía ser bautizado o no. sólo debería ser bautizado como una persona. El horror es apropiado sólo si está ocasionado por una cau- mano. y en consecuencia cial con el lenguaje del capítulo anterior ya citado. por supuesto.por más que haya dos cuerpos. hay dos féiák almas.s~ Y el modo en que la forma fisica del cuerpo dio sa normativa. debería ser bautizado como una persona o otra parte.em pleademanera exclusiva el concepto de monstruo (fenómenos al margen del curso de la naturaleza) y no el concepto de prodigio. El tipo de razonamiento empleado queda bien re. l l64 La aparición ds ln numelidnd El Aonm. publicado en l480: tro piernas. de una mentali- dad mucho más general Lo más notable acerca del libro de Paré es que.6. Hipócrates dice que la forma del cuerpo servía como guía a la resolución teo. la trasgresión de alguna norma. No obstante. rren partos múltiples o bien un niño monstruoso con partes presentado por el Pfarripulus curnrorurn ogicrn sncerdorur superfluas e inútiles. 854 RRR . n hs rnuesnrros Era creencia común que el mal cometido en la tierra era experiencia del horror está ausente de sus descripciones. si falta la cantidad de semilla.Ahora bien. El capítulo que sigue al análisis de Paré de la cólera de mientos monstruosos planteó problemas prácticos a los Dios se refiere a monstruos causados por una cantidad de- sacerdotes. 4. pero Sobre la generación de monstruos. Pero si hay dos almas. na. si sólo hay un alma. sólo hay un alma's Menciono este ejemplo para indicar que el uso del Sg5 cuerpo de Paré como clave teológica es sólo un ejemplo especiaL y no enteramente característico. cua- de Guido de Mont Rocher. puesto que tenían que decidir si un nifro par. masiado grande de semilla Comparemos el lenguaje ini- ticularmente monstruoso era humano.como lospies o la cabeza. si hay una abundancia demasiado grande de materia. capaz de dejar su marca en la estructura del cuerpo hu. seis dedos en las manos y Ios pies. faltará al- qué ocurre si hay un único monstruo que tiene dos gún miembro. si hay dos pechos y dos cabezas. u otras cosas. cu~ b r azos. como dos cabezas. des- acuerdo sobre cómo realizar tales determinaciones. Había. Ims herma&oditas son monstruos. de norma Cuando el conocimiento causal. Y la relaci6n inversa entre horror y explicación ~ ie . ¹ s iquiera el anáhsis que hace Paré de los hermaíro.s' C. ble seproduce cuando la voluntad humana actúa contra rales. se aduce para explicar ten el horror s6lo &ente a un prodigio. es deca. el m. contra la voluntad divina. C. plazar el horror. alterar nuestras experiencias del fenóme. y ve. no ese contrariar (como expresa conceptualmente Aquino y C prodigios. una reac. No veo razón para dudar de la C. no me parece más C. da mente neutrales. se reQeja en Paré) implica la contravención de un tipo muy particular de norma.7 Ejemplos de escasez en la cantidad de semüla Figura 4. sin adición de una trasgresi6n intencionada de una la naturaleza. ~ ie- ciones~. S lll. Si leemos el tratado de Paré capitulo por capítulo.8 Hermafmditas. porque ese tipo de C ción engendrada por la trasgresión de un tipo específico descripción está confirmado en muchos otros tratados. en especial. precisión de las descripciones de Paré. cuesti6n en tales análisis es siempre la relaci6n normativa ditas en el capítulo 6 tiene hueHa alguna de horror. mos que el horror es una reacción normativa. y por eHo cuando norma (Figura 4. ve. . de dónde y cuán. explicables en términos naturales y nonnativa. normativa especialmente depravada. El hecho deque Paré y sus contemporáneos experimen. Un prodigio horri- mos que suformación responde por entero a causas natu. El horror está relacioaado con israelitas del Antiguo Testamento ante el grupo aparente- el análisis de Paré de las causas sobrenaturales porque la mente heterogéneo defenómeaos llamados «abomina.8). p L s apencide d«hi ~ i z ad El Aonm o los mmuevuv l67 ieÍWI MIN • W ggg « C C ggg C isla üa58 Figura 4. el efecto de semejante explicación es des. hai nocimientode lascausas naturales. sorprendente que el hecho de que lo experimentaran los no al que nos enfrentamos. do experimentó horror. entre las voluntades divina y humana. alguna trasgresión un monstruo. with the Resemblance of Human Faces. Lorraine Daston ha soste- nido. y que tenía las patas delanteras y los cuartos traseros porcinos y los genitales de una cerda (Fi- gura 4. del mismo modo que el horror era la reacción apropiada a la producción de un prodigio. publicó en Philarophi- cal Transarrrons forhsEoyal Socie~ un informe titulado W Relation of two Monstrous Pigs.ss La psicolo- gia de los milagros y la psicologia de los prodigios eran fenoménica y analíticamente semejantes. Tyson anuncia su intenci6n al principio: Figura 4. fue sacrificado junto a la cerda de- bido al horror que caus6 en las personas~. hombre. con cara. al examinar el dechve de los milagms y la sensibili- dad de la maravilla.Este cerdo hombre pertenecía a una camada de seis lechones y. según Paré.10).» Como cabría esperar de mi razonamiento.Paré describe un cerdo hombre. una criatura Figura 4. Slhonm a los ra~ causal constituye el envés de la relación similar entre ma- ravilla y explicación causal. mitad hombre.9).9 nacida en Sruselas en 1554. y en el siglo x' l a inversa taznbién se subrayó: la maravilla expulsó el conocimiento causab. Una sensaci6n de maraviHa era la reacción apropiada a la producción de un milagro.and two young Turkeys joined by the Sre- astn.10 Por media de ls descripción de los siguientes mons. miembro de la Sociedad Real y el Colegio Real de Médicos. . con lo que representaba la humanidad por enci. Un cerdo cou cabeza. iultsd Cerdo. y result6 ser tan intensa como para empujar a la gente a matar a la cerda y a su monstruosa descendencia En 1599. truos pretendo probar que ls distorsión de las partes de un pies y manos de hombre. ase alimentaba como los otros y vivió dos días. brazos y manos de Un monstruo. Edward Tyson. horror fue en realidad la re- acción desencadenada por ese cerdo hombre. ma de los hombros. En su capítulo sobre la mezcla de la semNa y los monstruos repugnantes que resultan del bestialismo (Fi- gura 4. que cfue axiomático en la psicologia de los milagros que el conocimiento causal expulsara la i9aravilla. Su actitud se halla a gran distancia de la de Paré. En los in- arúculo no contiene rastro de horror. Do Transaraons explicación causal.Tyson menciona el caso del cerdo hombre del que informa Paré. que no ocasiona. El desplazamiento del horror como resultado de la Figura 4. queda claro que su descripción de la cara aparentemente «notable». Tyson se muestra cauto sobre si es necesario el r e curso al b estialismo para explicar tales monstruos. a saber.11 John Menick. «anormalidad».11. Sl herrar a iormonstruos 170 Ln aparició ck la oa«bah~ feto puede hacer que represente la figura de diferentes ani. y semejante desplazamiento se Procede a describir. también se aprecia en el caso de John Memck.12). nin- gún horror. 4. causada por la compresión de la matriz o por la presión de las otras crías en la misma parte de la matriz. Su Merrick. sin cópula real entre las dos especies. 1885. llama- do el Hombre Elefante. mientras que lo fundamental de su comunicación ha sido demostrar que son resultado de deformaciones anormales debidas a causas naturales. «extraordinario» y «excesivamente» describen humana del cerdo pretende demostrar que es el resultado de alguna depresión en la cara del cerdo. Frederick Treves (Figuras 4. como si el hecho de conocer la causa of ckr Patkological SocioxxlfoLonaon. . 36. que su cerdo hombre no po- seía manos humanas. pero la idea central de su arúculo es demos- trar que las explicaciones causales del tipo de la que ha presentado poseen una relevancia explicativa mucho ma- yor de lo que a menudo se ha reconocido. un supuesto produce en un mismo individuo. miedo formes médicos presentados a la Soéiedad Patológica de ni xunguna emoción relacionada A medida queavanza. o no debería ocasionar. con gran detalle. No es necesaria ninguna referencia al bestialismo para entender la producción de esa criatura. hecha al analizar las informaciones de otros casos de cerdos monstruosos: «creo que la imagina- ción o la falta de observación han hecho més monstruos que los que ha producido nunca la naturaleza». por ejemplo. el caso que he citado. palabras como «deformidad». repugnancia. el médico de cerdo hombre descubierto en Staffordshire en 1699. y se muestra satisfecho de sefialar algunas diferencias entre el caso de Paré yel suyo. de un monstruo atenuara el horror que pudiéramos sen- males.~' a veces casi emplea el concepto de monstruo como si los mons- truos fueran considerados criaturas contrarias a la natura- leza. y queda ejempliíxcada por su observación. 1884-1885.~ tir. vol. Londres. vol. Sin embargo. cuando leemos las memo- rias de Treves y describe su primer encuentro y el de otros con el Hombre Elefante. Parece como si pudiéramos describir la historia emocional de Treves diciendo que. Aquí encontramos palabras y expresiones como «repelente». su madre fue derribada por un elefante de circo. cuando se ocupa de la compleja etiología causal del estado de Merrick„puede transformar su propia reacción y pasar del horror y el asco a la pena y. Según contó. Solemos supo- ner que la apelación +Hombre Elefante» deriva del hecho de que Merrick estaba c ubierto de c recimie nt os papilo - matosos. debido a esa extremidad. 1. Resulta a todas luces evidente que esta historia oculta -y no muy bien. «la odiosa insinuación de un h o m b r e que se transform a en animal y « t o das las personas con las que se encontró le mostraron una mirada de horror y asco~~s (Figura 4.12 John 'Merrickpocos meses antes de su muerte.172 Lu ay uririon sio 1u sssssuzlisiad' Elkonrm a losmonstruos el estado de Meniclc. 1890. Los informes no transmiten una ex- periencia de horror. ge- nera su estado. Sin embargo. sino más bien una impresión de lo extremas que son las deformidades de Merrick y del in- menso interés médico que. <el más re- pelente espécimen de ser humano que he visto nunca». con sus horripilantes consecuencia@ fue la fuente de su denomina- cion de Ho m b re Elefante. a la compasión. poco antes de su nacimiento. y es exactamente esta fantasía la que está inserta- da en las memorias de Treves cuando habla de ola odiosa F~ rs 4.emiedo». De T)b Bririsk Ptaksss/ Jnarno/. resulta fá- cil olvidar que no es ésa la razón oficial que el propio Me- nick dio como explicación del nombre Hombre Elefante. Y sin duda su aspecto pudo haber explicado ese nombre. no insistiré .la fantasía de bes- tialismo. +una horrenda criatura que sólo podría ser posible en una pesadilla».13). al final. «aversión>. Aunque eladjetivo abominable aparece con frecuencia en los debates sobre monstruos y prodigios. y ese accidente. insinuación de un hombre que se transforma en animal». el tono es completamente diferente. que deriva de esa denominación incluida en una de las comunicaciones médicas. fuertes do- textos que he analizado. Figura 4. Porque el shnple uso de la razón natural basta para captar la de- pravación de los pecados contrarios a la naturaleza. Dado que el horroracab6 por enredarse en el marco de la ley natural y la razón natural. exhibía su deprava- ción en la estructura misma del cuerpo h u m ano. un hecho que es más fácil de re- conocer en los textos bíblicos pertinentes.no quedaba restringi- pero la doctrina de la ley natural.13 Mascarilla mortuoria de la cabeza y el cuello C omo he mostrado. raleza de Aquino. que no necesita ningún acto especial de revelación divina para saberlo. en las aquí en las obvias diferencias entre el uso del término y el criaturas producidas por la trasgresi6n deliberada de la concepto de abominación en el Antiguo Testamento. la do ct r i n a de la ley natural contribuyó a ocultar el reconocimiento de que el horror es un producto cultural e histórico y no exi- gido porla mera raz6n. y a los pro- ductos resultantes de ellos. el bestialismo. en los efectos de la patología física. por ejemplo. vantes mostraría que es sobre todo un pueblo único y es. Sin embargo. causa estragos en la estructura Ssica del siente horror a las abominaciones. Testamento. es una trasgresión de la ley na- tural. vómitos habituales y resistentes a to- . otro de los pecados contrarios a la natu- pecífico el que. entre otras consecuencias. lores de estómago. parece más bien como si el ho.l74 La ay arición de le samaMmt llS rror a los pecados contrarios a la naturaleza. ausente del Antiguo da a esa única forma de lujuria contraria a la naturaleza. que es c ontrario a la naturaleza. no sólo la experiencia de un grupo culturalmente específico. los pecados contrarios a la naturaleza. Un estudio de los pasajes bíblicos rele. En este contexto. y el bestialismo.'+ De modo que todo ser humano debería experimentar el horror ante lo que sabe. la cual cierto tipo de ataque a las normas se manifestaba extricablemente unido al de horror. el peor de t o d o s de John Merrick. esta configuración -por uso de eborriinabh para describir prodigios permanece in. debido a su especial relación con Dios. en los cuerpo y produce. Los tratados sobre onanismo del siglo xvm y principios cepción bíblica. altera de forma decisiva un rasgo de la con. El ley natural de Dios. Los objetos de horror podíanaparecer ya como naturalmente horrorosos. en tanto que ser racional. como he sostenido. la masturbacién. sea experimentado por todos los seres humanos en tanto que seres racionales. del siglo xIx reproducen ese mismo patrón de conceptos. sino que no es otra cosa que la parti- cipaci6n de la ley eterna de Dios en la criatura racional. Sin embargo. los prodigios y la cólera de Dios podían describirse de una forma que pretendía representar la ex- periencia de todo ser humano. 1?6 La apariciónde la s«cualidad Elhorrvr a los raonssraos dos los remedios durante el periodo en que se continúa nes renacentistas de los prodigios. Tissot empieza su aná- con ese hábito nefando, tos seca, voz ronca y débil, gran lisie de casos, de los que ha tenido experiencia de primera pérdida defuerza, palidez, una li gera pero continuada co- mano, con el siguiente preámbulo: loraci6n amarilla de la piel, granos (sobre todo, en la írente, sienes y cerca de la nariz), delgadez considerable, Mi primer caso presenta un cuadro que es espantoso. una sorprendente sensibilidad a los cambios de tiempo, Yo mismo me asusté la primera vez que vi al infortunado un debilitamiento de la vista conducente en ocasiones a paciente. Luego sentí, más de lo que lo había sentido nun- la ceguera, una considerable disminución de todas las fa- ca, la necesidad de mostrar a los jóvenes todos los horrores cultades mentales que culmina a menudo en la locura, e del abismo en el que voluntariamente se sumergen.~ induso la muerte (Figura 4. l4).~ En realidad. esta rela- ción entre la depravación del pecado y la patología del Y menciona la idea de la masturbación como contra- cuerpo diolugar induso a un género de informe forense ria a la naturaleza en pasajes estratégicos y centrales.~' en el que la autopsia de un masturbador revelaría que las A menudo se dice que el tratado de Tissot es el pri- secuelas de ese odioso hábito habían penetrado en el mer estudio científico de la masturbaci6n, y su libro está propio cuerpo y afectado a los 6rganos internos en no envuelto por la terminología médica y salpicado de inten- menor medida que en laapariencia externa.~s En L'Ona- tos de proporcionar explicaciones fisiológicas de los nisme: Disserrarion sur les maladies pro duinw par ia raasrar- efectos patológicos provocados por la masturbación. Sin baníon de Samuel Tissot encontramos el mismo Cipo de embarge, resulta igual de evidente que su libro sigue an- terminologíía y sensibilidad que acompaña las descripcio- dado con firmeza auna tradición de teología moral,que empieza con unaconcepción de la masturbación como un +~ h" g hhP tipo de lujuria especialmente depravado. Produce enfer- h 1 medad y trastornos Eisicos y mentales, pero induso en los tratamientos científicos inaugurados por Tissot sigue I siendo un hábitodepravada, no una enfermedad en sí, sino un delito moral contra Dios y la naturaleza. Tisset 1 gf empieza su libro con la afirmación de que los médicos de todas las épocas creen de fcrma unánime que la pérdida de una onza de Huido seminal debilita más que la pérdi- . ''A da de cuarenta onzas de sangre. s A continuación recona- h ~ hh ,' h ~ h h h ~' h' h hhh hhhhh~~ =- ' , ,~~ i~X ~ ~~ ,w 4 & Q ; . ce quedebe explicarpor qué la pérdida de una gran can- tidad de fluido seminal por masturbación, por medies contrarios a la naturaleza, produce enfermedades mocha hh h más terribles que la pérdida de una cantidad igual por k h& h ~ eM h coito natural. Cuando ofrece una explicación„en la sec- tk l t4%fk ción 8 del artículo II de su hbro, intenta enmarcarla recu- Figura 4.14 Muerte per masturbscíón. rriendo a causas puramente fisicas, las leyes mecánicas C 178 del cuerpo y de su unión con la mente. Sin embargo, por duos entre quienes se establecen las relaciones culpa- más que lo intente, no puede evitar concluir su sección bles~Ps La mayoría de casos de sodomia que describe reintroduciendo la afirmación de que los masturbadores Tardieu implican una relación anal hombre-hombre u gg ase descubren culpables de un crimen cuyo castigo la jus- hombre-mujer. El hecho de que describa repetidas veces 4 u~ ticia divina no puede suspenderás esos actos como contrarios a la naturaleza indica la tradi- 4 e~ Los teóricos de la sodomía han explotado esta misma ción normativa en la que encaja su obra. Aunque Tardieu clase de conexión entre xnacula normativa y deformación 6- reconoce que la locura puede acompañar a la pederastia y sica. El origen normativo de las actitudes hacia la sodomía la sodomía, desea dejar claro que esos actos no escapan C :~74 se contiene no sólo en la propia palabra, con su reíerenda al episodio de Sodoma y Gomorra en el Génesis, sino también «a la responsabilidad de la conciencia, a la justa severidad de la ley ni, por encima de todo, al desprecio de las perso- ®í en la aparición de otras palabras para referirse a las mismas nas decentes»Ps Es consciente de que ala vergüenza y el prácticas. Por ejemplo, la palabra inglesa buggey se deriva sacos+ que esos actos inspiran han limitado a menudo los de la &ancesa bougrerie, que se refiere a una secta maniquea informes de los observadores, y su libro pretende paliar que surgió en Constantinopla en el siglo xx y que reconocía esa carencia, y con detalle extraordinario. a una suerte de pontífice residente en Bulgaria Así, ser un Gran pane del análisis de la pederastia y la sodomía bougre significaba ser partícipe de la herejía, y no hay razón de Tardieu se interesa por los signos fisicos que permiten para caer que esa secta herética tuviera una especial piecli- reconocer que se han producido esas actividades, por las lis vidad a la sodomía. Sin embargo, la acusación de bwgreHe huellas materiales dejadas por esos vicios en la estructura acabó por identificarse con una acusación de sodomía, y la de los órganos. Tardieu creía que un análisis exhausti- relación con la herejía quedó enterradaPs Además, en &an- vo de esos signos es necesario para que la medicina legal cés, la expresión «cambio de religión~ podía utihzarse para fuera capaz de determinar con seguridad si se habían describir la pederastia; convertirse en pederasta era cam- producido esos actos contrarios a la naturaleza y Ia mora- biar de religión (chapar de rehgioegPi Tanto el sexo como lidad pública Describe las deformaciones del ano que re- C la religión tienen sus ortodoxias, sus herejías, sus aposta- sultan del hábito de la sodomía pasiva, un tema objeto de sías; sus sendas normativas y sus desviaciones. muchos comentarios en la bibliogr&ia medicolegal &an- Incluso cuando los apuntalamientos teológicos del cesa y alemana Sin embargo, describe también los sigilos C concepto de sodomía retrocedieron a un segundo plano, de la pederastia activa, signos dejados en el propio miem- siguió estando a mano su origen y contenido normativo. bro viril, que según afirma habían pasado por alto los ti'a- Ambroise Tardieu, cuyo enormemente infiuyente Zrack tados anteriores. Los cambios en la dimensión y la forma C. medim-lejulc sur ks auenrast acre meursse publicó por pri- del pene son los indicios más fiables de una sodomía y mera vez en 1857, dedica alrededor de un tercio de su li- una pederastia activas. EI sodomita activo posee un pene bro a un análisis de la pederastia y la sodomía. Tardieu que es muy delgado o muy voluminoso. El pene excesiva- restringe el término yedenuna al amor por los muchachos mente voluminoso se compara con ael morro de algunos jóvenes, mientras que el término más general de sodomía animalesr ;ss en cambio, Tardieu describe el pene excesi- se reserva a los cactos contrarios a la naturaleza„conside- vamente delgado, mucho más común, de los sodomitas rados en sí mismos, y sin referencia al sexo de los indivi- activos de un modo notable: ~ +s 180 181 En el caso en que es pequeño y delgado, crece con una [...Jlos trabajadores urbanos que acudían a contemplar delgadez considerable desde la base hasta el extremo, que los fenómenos de feria eran en gran medida un público poco es muy estrecho,como el dedo de un guante.y recuerda sofisticado en busca de entretenimiento barato y sencillo. completamente el em a z t srzss [...j A principios de la década de 1870, %illiam Cameron Coup introdujo la idea de la doble pista mientras trabajaba Para confirmar sus observaciones generales, eamenta para Barnum y en 1885 lamayoría de Ios espectáculos gira- la conformaci6n íxsica de los penca de muchos sodomitas ban en torno a un sistema de pistas múltiples. El resultado activos; de uno, dice: fue un desplazamiento hacia la elegancia y la espectaculsri- dad como producto básico de las grandes funciones. La Tras hacerque se desnudara por completo, comproba- tendencia se desanolló a principios de los noventa y dio lu- mos que el miembro viril, muy largo y voluminoso, presen- gar a cambios especíñcos en los espectáculo@ Los contras- ta en el extremo una elongación y un estrechamiento carac- tes de escala (gordas y esqueletos vivientes, gigantes y ena- teristicos que da al glande la forma casi puntiaguda del nos) y los programas que implicaban contrastes internos pene de un perro.si (mujeres barbudas, hombres hermafroditas y mujeres que jugaban con serpientes) empezaron a desplazar a los espec- Otro dc los sodomitas activas de Tardieu tiene un táculos más repugnantes. A medida que incluyeron menos pene que asemeja exactamente la forma del pene de horrores mutilados, se hicieron menos cargados en térmi- un perro de pura raza~.ssComo para caníirmsr que la so- nos emocionales y menos complejos como experiencias,ss domía es contraria a la naturaleza y a Dios, las partes rele- vantes del cuerpo hu mano son transformadas de tal Debe señalarse que la exhibición de horrores habría modo por esa actividad que acaban par asemejarse a las frustrado parte del prop6sito del circo de pistas múltiples. partes corpox'alea dc un perro. Qué podía ser mas horro- Porque si el hecho de contar con más de una pista preten- rosa que la transformaci6n moral y Rsica del ser humano día que los espectadores miraran de un espectáculo s en un animal, un perro hombre producido ya no por el otro,que contemplaran de forma periódica y repetida bestialismo sino por la repugnante práctica de la sodomía. cada una de las pistas, que experimentaran el circo en Mucho después dc los debatessobre prodigios, la catego- toda su diversidad, la exhibición de un objeto horroroso ría de lo contraria a la naturaleza continuaba marcando habría tendido a impedir esa experiencia. La experiencia un ámbito fundamental del horror. del horror nos dispone a clavarnos en suobjeto, incapa- A fines del siglo xtxx, las experiencias provocadas por ces de desviar la mirada, presos de la fascinación y Ia re- Ios llamados espectáculos de fenómenos de feria (jfeubg pulsión, bloqueando casi todo lo que no es el objeto que ya contrastaban con el horror de lo contrario a la natura- tenemos ante los ojos. Así, el horror es incompatible con leza,Más que exhibir lasconsecuenciasfísicas de la des- la elegancia, la espectseularidad y la diversidad que son viación narxnativa, las fenómenos exhibidos en ferias inherentes al circo de pistas múltiples. El circo moderno y circos pretendían divertir, entretener y distraer al pú- tenía que establecerse de tal modo que no predominara blico. ningun espectáculo único, de manera que las pistas múlti- plesse vieran reducidas,en la práctica,a una. es evocador y está fotografiado de forma divertida. el Joven Cara de Perro. viste un traje de terciopelo con Qecos un fotógrafo del Bovrery que realizó muchos retratos de eHos a finales del siglo xIx. l6 Fred Wilson.&i Figura 4. el Joven Bo- gavante. Figura A. pinzas de bogavante (Figura 4. Avery Childs. vestido con su mejor traje de domingo.1 5 Aveiy ChiMs. al menos en este aspecto.padece una grave deformidad congénita. Charles Eisenmann fue ciones del Barnum.16). K incluso el ruso Jo rentes que eran estas experiencias de los fenómenos de Jo. que hace hincapié en Ia bestialidad de los prodigios. esas fotografias no exhiben in dicios de horror. No obstante. el Joven Rana. una de las más célebres atrac- feria examinando sus fotografias. el Joven Rana. justo lo contrario de los anáhsis de Paré. el Joven Bogavante. . Fred Wilson.14). esas fo- tografias insisten en ia humanidad de los retratados. pueden conside- rarse como sucesores de los prodigios medievales y renacentistas producidos por el bestialismo. En realidad. con sus zapatillas que subrayan que es más un hombre que una rana (Figura 4. peinado con pul- rias de los fenómenos de feria y los prodigios no estaban critud. El/ierrern Zar monsnme l83 l82 Incluso dejando de lado el hecho de que las catego. pero rv *~ g ". pero no es más horroroso que un contor- sionista. Algunas de esas fotografias re- presentan personajes que son semihumanos y semianima- les y por ello. vemos lo dife. nos fijamos tanto en su cara como en las supuestas compuestas por los mismos especúnenes. y isi zquierd a cata cuidadossin~~ ~ locada sobre ia ~ a. Csa humanísima actividad. sino que ei también puede participar co. ídem@* su ssano d~ + giriendo quc no es un ~ obje te de casa. Y posa con una ~ c t aromos" Horror ante lo prodqposo.l@i L s~ ki k Ck &mwe&ai y muestra ese gran sinihoio de la civih~n oc ciden el reloj de cadena (Figura 4.17). una historia que ayuda a revelarnos las estructuras y los ibnites de ia co- l munidad h~ a l %y 1 . chaQcva un ani9o.diversión ante los fenómenos de feria: 4 hlstorla dc los Blonstruos encierra una com pleja y cambiante histotia de hi emoción. En el fondo. por poner algunos ejemplos. De modo reciente hemos presenciado muchas apariciones de la noción de estilo. inconmensurabi}i- dad y episteme se utilizan a menudo de forma más o me- . quien se eníren- tara a esa terminología historiográfica critica podría sen- tirse inicialmente abrumado por la tarea de clasificar el empleo de. una lectura rápida de la literatura relevante pone de manifiesto que las ideas de„por ejemplo. paradigma. la incomensurabili dad d e Paul Feyera- bend. los paradigmas de Thomas Kuhn. los tliematu de Gerarld Ho l t on o l as epistemes de Michel Foucault. matemáticas y biología dológico-historiográficos ha sido muy diferente. Estilos de razonar: de la historia del arte a la epistemología de la ciencia Se podría intentar escribir una historia de la historia reciente y la filoso6a de la ciencia organizándola en torno a los diversos usos de ciertos términos metodol ó gicos e historiográficos destacados. tanto al invo- car la noción general de un estilo de razonar o pensar en las ciencias como en las nocxones mas cape cas e e s t i - los nacionales en medicina. En realidad. 6sics. pero xne parece extendida l a i m p r esión g e n eral .t a n t o d e n t xo como Fuera de la disciplina de la historia y filosofia de la ciencia.de que nada de gran consecuencia depende de la elección del término utilizado. los obstáculos epistemológicos de Gaston Bachelard. Por otra parte. dos? No todo es comprensible en todas las épocas. si una categoría científica reivindican ser parte del ámbito ggSS consideramos que la idea reahza un trabajo metodológico de loverdadero o falso.? bajo qué condidonee se pueden compren- que debería ser. ya se La uiiTiaación de ia idea d~eiiil . y parece susceptible de ser utiTizada parte de la disciplina de la psiquiatría. la verdad o falsedad . bilidad de una ciencia'? Cada una de las nociones historiográ6cas menciona. . se. En muchas de sus apariciones. Como resultará obvio. ción ciertas connotaciones de la noción de estile. a saber. mas en relación con el cual invocaré la noción de un~esti- ros para determinar el contenido exacto de cualquiera de o e razonar p r o b lema fundamental sobre el que mmf estas nocionesa puesto que han sido apropiadas y ampha. he examinado las con- una situación similar. Seme- jantes circunstancias han hecho que la noción de estilo de puede plantearse en relación con cualquiera de las cien- cias. pus espedfico deenunciados. una forma particular del problema de la comprensibi- razonar sea mucho más oscura y mucho menos útil de lo lidad.' es una metáfora demasiado transparente. 1»»nauia posible al principio de este ensayo. Csta acepción de la palabra »noanl» . aunque a veces superpues- wwe4 tos. amenaza con dejarnos en En una serie anterior de ensayos. nos veríamos en apu. me enfrentaréprünero es:?bajo qué condiciones se con- les que he mencionado. la noción de un de razonar en mi obra histbrica. enunciados que forman cias muestran estiles. ciados'? No todos los enunciados reivindican la categoría de ría prudente prescindir por completo de él. porque la mayo. induso con una idiosincracia. o falsedad de tal manera que reivindiquen la comprensi- Cste es el primer objetivo de este ensayo. se trata de una idea muy sugerentea diciones bajo las cuales llegó a ser comprensible un cor- esta de que puede considerarse que la ciencia y las cien. se emplea en otras disciplinas. en primer lugar. No obstante.De modo que elproblema al que específico y diferente de las nociones en apariencia riva. acepción de esxxlo. Para ser más precisos. centrar es:?. la primera tarea consiste en decir vierten los enunciados en candidatos posibles a la verdad exactamente a qué nos xeferimos con estilo de razonar. aunque sin el detalle filo- estilo de razonar parece del todo metafórica y ni siquiera sófico necesario para un empleo plenamente legítimo. He empleado de de cualquier forma según las exigencias de cada autor forma implícita -y a veces explícita.con el uso de ese térxuino. pero los enunciados que reivindican nos a las inevitables confusiones futuras. el conjunto de proble. Una forma de comprender mejor las diferencias entre tendo dejar intencionadamente al margen de mi explica- estos términos consiste en delimitar de forma muy preci. Por ello empezaré apresando. una noción itue ya trate de individuos o de periodos históricos completos. Hay una sa el problema al que cada uno de ellos pretende respon. Si no se gana nada específico anadiendo der como verdaderos o falsos diversos tipos de enun- otro término historiográfico a una ya numerosa serie. l88 Lu apuncién de le dsyduulidnd' nos intercambiable.la noción de estilo particular. adararé que pre- junto de problemas distintos. adelantándo. con la mayor daridad res.cuáles son las condiciones bajo las que He- das de tal forma que el resultado es que tengan escaso gan a ser comprensibles las diversas clases de enuncia- uso preciso. me interesa. que vincula estilo con una personalidad individual.bastante común en los debates popula- • »uu»ix der. el conjunto de cuestiones historio- ría de las veces tendríamos dificultades para especi6car grá6cas y epistemológicas que más me ha preocupado / ll qué es lo que se da a entender de modo esped6co -si es que se especifica algo. Antes de especi6car cómo entiendo la noción de esti- das se ha utilizado para encarar un problema o un con. lo en óestilos de razonar» y las nociones muy relacionadas 85N O de un espacio conceptual y su historia. me gusta pensar en esta primera sugerencia como c'est Ryle» sEste uso de sstik tiene quizá su terreno más una sucinta interpretación retrospectiva de su método ar. Dado que Foucault solía ser el mejor intérprete de aí Austin a El coeepto ck k metal de Gi}bert Ryle: «Le style. ria. casi no haré referencia a las diferencias de tempe. a pesar queológico. quizá sea una peculiari. primera sugerencia. este uso de sssilo no es útil a la terpretación igualmente sucinta de su método genealógi- hora de intentar describir estilos de razon e n las cien. es la imp}ícita en la última frase del comentario de J. co. smo por un cwn}unto e c once to s or de los enunciados y si lo que foxxna parte del ámbito de la do en u e e nca an elitre «. Sm embargo. Al final de su artícu}o «Language. }o haré por el equivalente francés. Concretamente„cosisidexaré camente útil de la verdad a} margen de las condiciones algunas sugerencias de 'che} }"oucault. citaré aquí sus ción. es o en m o d a está verdad varia a lo largo de la historia. más ra hasta la fecha en términos filosó6cos de chel Foucau}t»).C. Mmo ha hecho Pau} Ueyne. C y@ siguen. al de una entrevis. la regu. y a efectoslíeepol}er de razonar: C '1}mrxc}}a ílilíuce y l}ue 4 acompai4n. tomaré algunas claves de Foucault centrándome en la C g' ramento individual. C de su interés intrínseco. puesto que proporcionan parte de los C Ls «velc4d» esta vlncu}luda cífcu4colente s sisteNlss cle antecedentes para lo que quiero decir acerca de los estilos poder quela proc}uesli y }a manuc~n. que es para nosotros un tanto más roduccioens que la de las sucesivas p históricas' Foucault no creía que pudiera haber una teoría epistexnológi- ajelio en términos filosó6cos. nando asu modo }emanes de Foucault y de A. Foucault res}iza dos suc i as : los estilos de razonar. C we® o e r azonar se lllteresa ante todo no r } a s ideas e lación„ la distribución.' . mite.Knlugarde comenzar por la historia caulten el Colegio de Francia. Si la verdad debe entenderse como un sistema de sean tarios de ciertos conceptos cen es . Sin embargo. C ggg dad de mi interpretación de un estilo de razonar e} hecho queología». mismo. < sea naturalen los debates sobre moda. cinco a6rmacíones. que está situado históricas variables bajo las cuales los enunciados se con- en una línea de chstinguidos epistemólogos franceses de 4 vierten en candidatos a la categoría de verdad. En el intento de comprender las nociones de estilos C cias. e e un procedimientos ordenados para la producción. no sorprenderá que tan vincuta o a s i n d ividuos como está divorciado de Foucault emprendiexa la redacción de una historia de la person alidades especí6cas cuando pasamos a considerar verdad.Crom- es Canguilhem antes de llegar a . Al analizar los estilo de razonar en laspáginas que de razonar. n H a cki n os h a proporcionado la descripción ta conc a 6nales de los setenta («Exitretíen avec Ni.» cosa es escribir una historia de la verdad y otra muy dife- Deseo empezar como si dijéramos al revés a describir rentea6rmar. 4 ksiribu.4 regu4lióa. Rkghxceii de 4 veix4d. hí: P01'«verllal}~ entender Qn cofijunto de procektaíelitos extrae algunas infelencias a partir de e}}as que. colega de Fou- los estilos de razonar. bie. así como de espacios conceptuales y su histo. Por supuesto. de que os nombres ropios funcionan casi como de si. Le ~ ón A l a seclluEidud' Essitar ck mtosccn. 4 circulación y el flinciceiainíento de }as~unc e os. sería posible l'esponder que una los estilos de razonar. mientras que la segunda sugerencia es la in. L. según ad- xeg4acemal}os para 4pmtlicción. que no hay más verdad 61osofia de la ciencia angloamericana reciente. la circulación y el funcionamiento }os inchvi u os. necesitan clarificación. Combi- ciencia que empieza en aston Sache4rd y pasa por Gcxir. En realidad. que él denominó el método de la «ar. Lo que que hace Hsching son que hay diferentes estilos de rsso. muchas categorías de osibilidad. Sin sólo poseen unagositividad. de estilo que nos ayude a pensar sobre los estilos de razo- mosencontrar en un manual médico del Renacimiento: «el nar. por su- alguno). ni siquiera que es la más útil para otros propósitos. cados donde se contrae la sífilis».s De modo que no hay posibilidad de aplicar al razonamiento cientí6co un Para mis propósitos. es precisamente 5) N o emo s razonar acerca de si los sistemas de el de sacar pleno rendimiento de la noción de estilo. Por poner un ejemplo de problema consiste en articular una concepción verosímil Hackíng. Muchos de ellos curio está regido por el planeta Mercurio que rige el mer- son s cern e s en nuestra propia historia Apare. sino que ni si- 2) Las r oposiciones del tipo de las que exigen nece.AN . Las categorías de enunciados io que puede ser ver a e ro o falso ~ee n d en obtienen su categoría de verdaderos o falsos en relación de los acontecimientos históricos. l adónde acudimos en busca de mayor esclarecimiento' dlcioxL El problema más dificil. Hacking sostiene. los nuevos esdiosde puesto. del arte para mis intereses relacionados con la comprensi- ción de los enunsss os que no reqmeren asilo de resonar bilidad cienúfica de la psiquiatría No se trata. concretamen. y el razonar alternattvos son m o r e s eor e s e os lugar más obvio donde buscar ayuda son las descripcio- nuestros. mas que rodean la idea de estilo en los usos dados por la „. Algunos mueren. con estilos de razonar históricamente especificables. otros de este enunciado no es decir que es falso o no guardarela- aón siguen fortalsciéndose. consigo la candidatura de semejante enunciado a la condi- 3) Por lo tanto. que nuestra mejor descripción I yectorias de maduración.h medida que sedesarrollan. Las proposiciones no tienen hay tan poco acuerdo entre o s st o r i adores del arte so- existencia independiente de los modos de razonar bre la noción de estilo como entre los 61ósofos sobre las hacia ellas. un estilo de razonar central en el Renacimiento. un ser verdaderas o embargo.Schapiro expone con claridad muchos de los proble- bálsamode mercurioesbu eno paralasJS isporque elm er.. como consecuencia del estilo de razonar en basado en los conceptos de parecido y semejanzas trae el que se producen. falsas. cen e nP untos definidos y tienen diferentes tra. ~de o s i h ilidad que hm aparecido en nuestra tra. . Kl j l. porque as proposiciones seis las que nes de estilo en historia del arte.y consideremos el siguiente enunciado que podría. de -mg h n d hfi ' . haré será apropiarme de esa noción de estilo que he en- gls55I j Ó „ nar y q u e dichos estilos determinan é en unciados on contrado de gran utilidad en los escritos sobre historia • glg ~ ' candidatossla verdad yfahs a con la escep. las afirmaciones más importantes concepto de estilo aceptado por consenso en arte. Si consi eramos que Hacking nos a proporcionado 1 una descripción preliminar d e lo s estilos de r azonar. como he dicho. de ción de verdadero o falso. La lectura del conocido razonamos sólo estrasn su sentido del método ensayo de Me er Scha iro «Estilo» deja bien claro que de razonar empleado. ción con el razonamiento médico actual." nociones deconocimiento o verdad. de afirmar que mi descripción de estilo es la úni- resonar traen consigo nuevas cstagorias de enunciados ca.verdaderos y falsos posibles. tes de ' o s e s tilos de razonar. modo correcto según creo. quiera es un candidato posible a la verdad o falsedad da- sariamente u n r a z onamiento para confirmarse dos nuestros estilos de razonar actualmente aceptados. 192 La apari n opg dt la t«ftfdalfdad Estilos dg razoyfar 198 1) Hay diferentes estilos de razonar. si ao pe ecta. en parte. No dejo de . lo celestial y lo terreno. es -al menos.'s Documcnta. mientras que la atrs.siao sernos capaces de pasivo. La oposición se refuer. y por lo tanto poco más diré acerca del contenide expxesive. lugar y 6sonomía como atributos de Ios individuos En realidad.marca el valor inferior.» También elementos formales y estructurales en arte. El re- dos es el vehículo del valor superior. expresiva. Meyer Schapiro. ces a la figura inferior de un par y a veces a la más noble. Kl extraer algun sentide a asimi lo en estilos de razonar. un hombxe En otras axtes además de ls cristiana medieval. Ahora bien. en el arte medieval. que un clérigo conservador del siglo XR puso xepares más claro el papel que desempeñan dichos elementos en Ia a las representaciones de la Virgen de perfil. posición. artede%olNin son los que me s~ de g tua para descri- ni6csr entonces la disónción entre bien y msL lo sacro ylo bir ia noción de estilo en los estdos de razonar. porque la descripción del estilo. menta. los Conoyav~ d zmsnxsxlessnhr kuzsrxxxdd' polarizados. meatos formales o estructurales y. es común la noción de una polarida expresada a través de ro. Analizando los relieves y pinturas egipcies. creo que podemos extraer algún sentido posiciones contrastadas. y ello es fundamental para mi análisis. Sin nante y el gobernado. sivos. La dualidad de fmntsbdsd y pexfil puede sig. sólo indicaré cuáles son algunos de sus problemas teó. las pinturas Muchos debates d lk histori del artesobre el estilo de las ánforas griegas y los manuscritos iluminados arabes se centran en la noción e expresión o c da d exfirKCfWh medievales. el neble y el plebeyo. que «el ricos. las presentaciones de cundaxio o derivado. aunque ciertamente importante. Ocurra lo que ocurra con la cualidad las figuras coa una postura u otra tienen diferentes efec. Una de las des de elección formal tenía a su disposición la época. el historiador debe darse cuenta de qué posibHida- obra como portadoras de cualidades opuestas. ne nos emparejamiento de estas cualidades y estados con las pos- queda más que abandonar lanoción en lugar de preten. modernos". sultado será entonces una interpretación esencialmente en contraste. turss &ontsl y de perQ varía en las diferentes culturas. tiene un papel m- muestra cómo. pero der que sirve para algún proposito metodológico &uctífe. al menos buena. vesti. menos sacro o profano. Schapiro muestra que el per61 se resexva a ve- y. lo vivo y lo muerto. hasta que no tengamos plo. seguiré el consejo de Wo~ za a su vez mediante diferencias en tamaño. puesto que aquí no diré nada sobre la cualidad expresi. la persona real y la imagen.una función de los ele- tos como «medios expresivos~.Como acenseja H einrich%oHBin: ~En lugar de pregun- tar: "cómo me afectan esas obras a mí.v En su famoso sentacióa que son esenciales en un análisis del estilo y creo análisis de Pulubnu. diferentex.historia del axte. va.xs de eHa y también creo que la histeria del arte nos propor- ciona uaa guía. como he dicho antes. Quizá la di6cultad más importante sea comprender contraste cexno tal es más esencial que la atribución de un cómo se corresponden las cualidades expresivas con los valor 6j opara cada término de la combinación~. y con el modo yo creo que hay ciertos contrastes en los modos derepxe- en que se combinan dichos elementos. el gober- an nuevos problemas al trasladarla del arte al razonar. No albergo ninguna duda de que se cre. lo activo y lo embargo.'~ En lo que sigue. Concluye.» Además: vo. ~s e alguno con la problemática noción de valor expresi- lla. no es probable que realicemos pro- forma &ontal era percibida como más sagrada y más be. y calcular su contenido expresivo según ese ba- ción kontal y el perñ1 se combinan a menudo en Is misma rexno. la posi. cicrixar e ~ s r so b re los modos de además que el problema de la cualidad e el valor expre- representación de freate y de perfil . por ejem. que tienen significado para la vista. Obtenemos de este modo una concepción . loma cerrada y forma abier. que la impresión de reserva y dignidad eacontrada atectónico-fiuyente. sin riesgo de confun- pero la adecuación de los detalles me preocupa menos que dirlas con las categorías ítantianas. por tomar un ejemplo elementos sueltos desvalorados se unirán de por sí con lo típico. sostiene que asedescubre en la historia al pie de la letra la expresión. como es sabido. Además. se en términos de cinco pares de categorías o conceptos condicionan unas a otras hasta cierto punto. la escultura y la arquitectura.ser consciente de Ios problemas del análisis de %olf6in. y. de vista xs ta. mente en hx famiTia. Y si pa- a un designio temperamental. Se puede hacerla prueba: entre nuestras fehacientes rroco en términos de cinco pares de conceptos opuestos. De este modo sostendrá. el estilo barroco.J Es posible que se pudiesen presentar to es muy instructivo a la hora de ayudaxrxos a comprender otras categorías más -no se han puesto a mi alcance-. dadas aquí no estkn unidas de modo que sea imposible ferencia exxtre el esto clásicoy el barroco se describe mejor pensar parcialxaente en otra combinación. sino mks rece que el estilo de profundidad no se incluye necesaria- bien de la forma de representación vigente ea aquella épn. reproduccionesapenm habrá una que no se pueda utilisar Sus cinco capítulos principales analíxan lo Bocal y lo pictó* como ejemplo también para cualquiera de los otros puntos rico.'" Kl procedimiento de WilÃixx al re. [. se puede decir de ellas que del estilo un sustrato de conceptos que se re6exea a la re. el dibu- de la conclusión de so libro jo. sobre efectos ópticos. pluralidad y uxddad y lo c4ro y lo indistinto. puede llamar categorias de la visión. evidencia una afinidad natural con la autonomía de los ele- * mentos orgánicos y de la daridad absoluta Por otra paxte. en las pinturas de Rafael <no ha cleatribuirse por completo dentro de una concepción pictórico-impresionista. y cabrán. El prixnero c.. Me resuha imposible miento del autor. y puede hacerse una historia evolu.%ü lNin deseaescribir una his- toria de las posibilidades visuales a las que estkn abocados la daridad formal incompleta y la impresión de unidad con los artistas. A pesar de las objeciones dencia manHiestamente igual.»%üMin sostiene que la di.n cada uno de estos pares de conceptos conforma el estilo Este resumen ofrece algunas muestras del procedi- clksi~ el segundo. no son deducidas de un mis- que cabda hacer al conjunto de su aakhsis. mo principio. tablecer los conceptos detexvnínantes del arte dásíco y ba. También muestra cómo se relacionan los conceptos entre sí en lo que poddamos Todo el proceso del cambio de xepresexxtacíón ha sido considerar espacios visuales opuestos. Vo18lin comenta en detaHe cada uno de hacer justicia en este ensayo a la riquesa del anklisis de los cinco pares de conceptos opuestos mostrando un am- VélNín. por lo que udlisaré a modo de resumen una cita plio abanico de ejemplos extraídos de la pintura.. son cinco distintas visiones de una misma cosa Lo lineal presentación como tal. Aunque tienen una ten- su procedimiento metodológico. su procedimien. Se los de lobarroco. el de lo clásico y el sometido en su latitud a cinco dobles conceptos. mejor que en parte alguna. se puede argüir en contra que sus ten- ca. super6cie y profundidad. si no se toma opuestos. Desde luego.'s H decir. y las la idea de un estil o de razonar. plástico se relaciona con los estratos espaciales compactos tiva de la visuahdad occidental en Ia cual las diferencias de del estilo plano del mismo modo que lo tectónico-cerrado los caracteres individuales y nacionales ya no tendrían tan. en es. no se trata de eso. pero no para el sentimiento plástico. que él desanoHó de un modo espedal utilixkndola para siones de perspectiva están constituidas exclusivamente sus 6nes particulares». dactar su histnria del estilo consiste. ta importancia». Reconozco plena- proceder más allá de ciertos límites que le son fijados por mente -y soy consciente de la paradoja. Deseo separar de modo expúcito el punto de vista de ceptos opuestos. rea- tilo clásico y barroco. Y no debería sorprendernos que algo explorada cuando se aplica al razonar en las ciencias. sino que su mock cfo nymrmav tiene de m. con los ya comentados y que s61o tocaré de forma indirec- te de la impresión que nos causan cuadros de distintas épocas ta. Dichos componentes se tratan sarse no se pueden interpretar según el mero estado anímico. de desarrollo teleológico que utiliza. La concepción de cambio y desarro- imágenes. Igualmente falso es querer com.que muchas de la fecha de su nacimiento. en especial. en los estilos de razonar que dio lugar. Wolfllin puede formular su famosa vivar. Sus diferentes modos de expre. pero que habría que tener en cuenta en cualquier análi- vistos uuos al lado de otros. rupturas y discontinuidades.198 La ayarincín c(e la cacuakdad' 199 determinada de estilo clásico y barroco. del análisis de WolfHin posee una fuerza inexplotada e in- riodos históricos. No todo es posible en todas las las obras recientes de mayor importancia teórica están épocas. espero reabrir. y oidu eoridiana en eiRenacimientode Michael Baxandall. sus ámbitos de posibilidades limitadas y sus dos. a la cias entre los estilos renacentista (clásico) y barroco en ar. en lo relacionado con el un ideal distinto. y libertad y restricción. Paul Frankt. enmarcada por Ésta es la conceptualización del estilo. con sus catego- los términos de sus modos de representación contrasta. un ex alumno de Wolfflin. rías opuestas.» Por más que sus cua. WolNin sobre el desarroHo del estilo de mi análisis de la centro defuerza y canal de fuerza. que considero que hay que quitectura un procedimiento metodológico similar para la adoptar al intentar comprender históricamente el cambio caracterización del estilo. sis completo de la noción. Espera ofrecer «una comprensión de lo temano dícr&cia orgcaazacioa que el de Bemini» que suponía ser intelectual y sensiblemente. aplica a la ar. que es a mi juicio filosófica- tro pares de polaridades difieran considerablemente de mente defectuosa. puesto que también a él le preocupaba mostrar ciente historia del arte. por ejemplo. llo estilísticos de Wolfflin. una imagen y muchas estructura del estilo. similar a las discontinuidades por las que Foucault es fa. concepto. Al separar su concepto de estilo del esquema A partir de su interpretaci6n de la oposici6n entre es. y s6lo por i'~ laa r quitectura de un Baxandall desea reconstruir lo que llama el «estüo cogniti- Bramante con la de un Bernini. las posibilidades a las que nos atan nuestros distintos pe. estilo pictórico.zc parar directamente.ss quitectura pueden entenderse en términos de cuatro con. lo que me interesa es el acuerdo metodo. ha contribuido en gran medida a oscu- las de Wolfilin. y ciertos pensamientos sólo pueden pensarse en unidaspor una oposición común a conceder eminencia ciertas etapas del desarrollo». Bramante no sólo encarna vo del Quattrocento». Al margen de los be- haberse encontrado con igual facilidad en un libro de neficios que pueda haber tenido esa oposición en la re- Foucault. debo mencionar al me- nos algunos otros componentes del estilo relacionados En la historia del Arte penetran juicios torcidos si se par. aparición de la comprensibilidad psiquiátrica. una persona . recer lo que posee un valor permanente en su análisis del 16gico con él a la hora de definir estilos diferentes. adici6n espacial y divisi6n espacial. sin embargo. En las páginas que siguen me centraré en la idea de un moso aparezcan en Wolfflin cuando escribe: espacio conceptual.~ Una afirmación así podría bistoriográfica al concepto de estilo. deseo insistir en que la estructura . de la manera más extensa e interesante en el libro Pinonu Tienen diferentes lenguajes. algunas cuestiones metodol6gicas que superan con tesis de que «ni siquiera el talento más original puede creces el ámbito de la historia del arte. Frankl sostiene que las diferen. bién tendría que ser capaz de mostrar todos los cambios Dios y ella. literahnente.Paul Veyne. por otro. verla mejor.x' Según Veyne. Para intentar masuar exhaustiva. Veyne nos recuerda a continuación que las limitacio- gía que posee una persona.xx consiste en las capacidades interpretativas. a la conceptualizsción. llevó a WalNin a concluir que «toda tivo del Quattrocento. cuando una persona justa es movida por en les ejemplos de las enfermedades desde los libros de Ia gracia cooperante.» Esas mente el escilo de razonar que hize posible. nuestra xepresentsción y depende de nosotros conceptuah- lo del Quattrocento. tórico de su época~. justa receptora de la gracia cooperante tienen dos autores. toda resMad socisl está confundida en tán organizados per periedos o personas. No obstante. También tendría que examinar las capaci. hombre no es completamente a . vincule la obra de WoNlin cen uns cháchsra demssisdó geners4 sl contrario. ser más cons- mento fundamental del estilo.» e conceptes y el xnode en que se combinan entre sí para Y concluye: constituir un estilo. convenciones. y mostrar las di.» Para ey n e esto no requiere la e ' ' aci n dades interpretativas que forman parte de la psiquiatría. Y tam. de lo humano en mayor medida que la doctrina de la teo- en especial sus capacidades diagnósticas. que sería déx a jükzxxcar. sino por necio- . toda xeshdad social está objetivamente li. los diez conceptos fundamentales de WolfHin nos tantesfactores para centrarme en la que considero el ele. cuadro. las categexías.Por n ocimiento. L'inveetnire des„en toda su riqueza. a saber. el hecho de que los pincura y la sociedad de la Itaha del siglo xv para mostrar eartistas se someten a las convenciones. limitan o distarsionan su expresi6n sin su co- de los elementos del estile a los que Saxandall se refiere. Veyne afirma -creo que con razón. cuando. ue ocu r r e e logía antxeiores.s» cómo era pensar y ver según el esti. sin conceptos no se ve nada. Considera que un estilo cognitivo zsrla y verla con clarida. las categorías cientes de su originalidad y. afmnación de Veyne de que alas hechos históricos no es- mitada.» A continuación exaxnina la nes que sufren los agentes históricos. io e co n uistamos refina y enri uece nuestra exce ' n fecentescu a c n'unción„según nos dice. el artista y su épocas.caduco ~ la de Feucauh cuando comenta dos ideas ligeramente di. permiten «tener más ideas sobre la pintura. analogía utiBzades por les psiquiatras y mostrar sus rasgos Ve l n y ouc a u t s e a n ~ i m i t ado a recordar que el distintivos con respecte a los hábitos de inferencia y ana. por ejemplo. 201 del Quattrocentaa. logía católica según la cual las acciones de una persona ferencias con respecto a las de pecas anteriores. tendría que comentar los hábitos de inferencia y adherido en todas partes al significado~. en Ademas. es Dios quien actúa a través de eHaxs texto neurológicos basca los psiquiátricos. estamos en el Louvre frente a un to psiquiátrico he dejado de lado algunos de estos impor. o que. pintura tiene dos autores.Heva elnombre del mundo. el "discurso" pic- en detaHe cada uno de esos componentes del estilo cogni. de manera que ~ i oes ' ejemplo. se somete». No cree que se trate de una coincidencia que en su Es erróneo oponer la percepción de las individualids- lección inaugural en el Colegio de Francia. les dibujos básicas y las costumbres de inferencia y analo. a las que el artista se somete «pura y sim- los enunciados de la psiquiatría„ tendría que decir algo plementex. cle mes rahsme>: Estas consideraciones son la base para la pestexior Por un Mo.que mis escritoshistóricos sobre la aparición dd razonamien. por ejemplo. el práctica hist6rica e historiográfica. donde los cambios pato16gicos resul- las categorías de lo lineal. dos de qué modos particulares. ridades entre sexo y sexualidad. de razonar debe oponerse al estilo anatómico de razonar ese% pleado (impúcitamente) la idea de estilos de razonar en mi acerca de las enfermedades. permitieron enunciados C Cuando aplicamos la concepción wolfiliana de estilos que nunca se habían hecho antes acerca de las perversiones C y+l de razonar. En el estilo psi- te constituido por un conjunto de conceptos vinculados o quiátrico. encontramos ciertonúmero de problemas sexuales y permitieron en última instancia. entre otras cosas. empezaremos a reconstruir algunos de los l870 a arece un nuevo es o de razonar acerca de las conceptos opuestos que conformaron los dos estilos de ' ermedades. ceptos y mostrar cómo están internamente relacionados C. Por ello. sino en su una historia del nacimiento de la psiquiatría del siglo xtx concepto. He intentado demostrar a ' del sigo Xtx. defecto anatómico y perversión. la taban de algún cambio anatómico macroscópico o mi- pluralidad y lo claro constituían el espacio clásico). razonar opuestos.ss bir una historia de la aparici6n de un nuevo sistema de con. Esas polaridades diferencian analíti- rar. comoel nacimiento de una camente dos modos canceptuales de representacións dos nueva práctica discursiva. C Esta interpretación de papel e istemo16gico de los con. deseo dar al menos algunos indicios de cómo he em. la constituci6n misma de las perversiones sexuales. con toda claridad este estilo de razonar. la forma cerrada. ~ue una consecuencia directa de ese enfermedad. así tam. al mismo tiempo. la neurología y la psiquiatría cerse con los conceptds. enun. el masoqmsmo. mientras que el segunda ayuda a constituir nuevo es o e razon e tamb i én podríamos conside. el ámbito de investigación relevante interrelacionados. sino la homosexualidad lo que se eleva a la ca- considerar un espacio conceptual determinado. en t n os o u caultianos. C ~g epistemológicos y metodológícos importantes creados por nido. en cambio. Además. Se nos presentan. constituye el núdeo tual estructurado. ~ cepto a r t iculado de u o o di e r ente por ol ny por un conjunto de reglas hasta formar un espacio concep- o cault en sus respectivos ámbitos. no es el berma» sí por reglas espedficables hasta formar lo que podríamos fraditismo.202 203 nes. las pola- ~cisdos sobre s ervemióu sexual (sobre ls bomosexusli. Deseamos ver qué conceptos. Si estudiamos la historia e determina qué enunciados pueden o no pueden ha. estruc- dad. La aparici6n y proliferación parcialmente el estilo de razonar anatómico acerca de la e dichosenunciao. no tienen que ser sustituidos en su época. u ue pernute. croscópico. un espacio tegoría de enfermedad ejemplar. En el ámbito de lo sexual. los hechos ya no tie. como he soste. De modo que para escribir espacios conceptuales. el esto psiquiátrim. Estos conceptos están vinculados entre no es el sexo sino la sexualidad. conecta- de mi noción de un estila de razonar. malidad estructural. s a t s mo y el fetichismo) que a tura y funci6n. El prime- continuación no tardan en convertirse en habituales en los ro de cadauno de estos pares de conceptos conforma debates sobre»sexualidad». Par ello. paralelos metodológicamente a las . la superficie. 6rgano e instinto. Más que abordar esos proble.s4 C ggg el desplazamiento de la percepci6n y la visi6n al razona. por ejemplo. Al igual que %'olfflin estilo anatómico de razonar adoptó el sexo como objeto quiso reconstituir un espacio visual específico a través de de investigación y se interesó por enfermedades de anor- un conjunto de categorías interrelacionadas(por ejemplo. La patología del hermafroditismo ejemplüfica bién un estilo particular de razanar está fundamentalmen. co ha consistido en demostrar que este estilo psiquiátrico C mas. mediante la noci6n de un estilo de razonar es preciso escri- nen individualidad salvo en relación can ese concepto». de la anatomía patológica. una parte fundamental de mi análisis históri- miento y la argumentación. Lo que no se cido. no hay que contentarse con parale- Una conclusión extraída de mis intentos de recons. No quiero desentrañar su retórica sin subrayar tructuras conceptuales completas.204 polaridades de Wolffiin. a la reconstrucción de una fuente perdida.» Al p ir q u e el concepto e só6co dado». y al percibir Porfirio y Victorino. Mino Bergamo. podemos reconstituir un estilo de de razonamiento científico. coinpi'ome. nuestras que he desarrollado aquí la noci6n de un estilo de razonar comparaciones serán engañosas e inútiles. que hay algunos hasta formar posibles enunciados verdaderos o falsos. ha- exactamente esos conceptos según formas determinadas ciendo abstracción de esas diferencias. estructuras conceptuales en la obra de Victorino que coin- ' Recuerdo muy bien la incredulidad con que ciertos cidían con temascaracterísticsmente o os. para aplicarla al razonamiento científico. sión exigía un nuevo espacio conceptual inserto en un reconstruir e identi6car su fuente mostrando que había nuevo estilo de razonar. y sistemas de pensamiento filos66co que poseen la suficien- enumerando los tipos de inferencia. lismos vagos. su contexto y extraí s e los lugares p » Puna recibieron estas afirmaciones la primera vez que las For. raria A pesar de que Hadot se enfrentaba principalmente camente.H adot logró reconocer. hace más de una década. te estructura conceptual para permitir la comparación de rificación y explicación que están asociados a esas combi. césdel siglo xva. No de- profundamente ingenua como metodológicamenteim. para misp ropósitos especí6cos aquí concederé. q ue «es importante que str u c t ura conce tual se r e - tidos como estaban con una metodología histórica cuyas construya apelando a expresiones o pala ras separadas de suposiciones básicas rara vez eran examinadas en detalle. sus conceptos con los conceptos empleados en los estilos naciones conceptuales.n o e x istia antes del úl. expresiones o fórmulas truir el estilo de razonar psiquiátrico acerca de la sexuali- dad es que el concepto mismo de perversión -así como la rsp s r . El concepto de perver. Sin em- les de representación. al realizar se- razonar completo. un historiador del misficismo fran- puede hacer es tomar la noción y aphcarla sin más a siste. bemos comparar palabras ni fórmulas aisladas. mejante comparaci6n. Subrayó historiadores angloamericanos de la ñlosofia. prueba. De todos modos. da por él como laobra de Por6rio. de otro modo. ve. identifica- entre sí de modos especificables. La pregunta era tan la hora de responder a la pregunta sobre Agustín. si no ha. Así. para darle un uso En un artículo extraordinaxio aunque muy poco cono- historiográfico en la historia de la ciencia. sus brillantes bía apelado con frecuencia Agustín a la idea de perversión procedimientos metodológicos son relevantes de forma y si el hecho de que utilizara esa idea no consfituía una directa para realizar el tipo de comparaciones necesarias a clara refutación de mis conclusiones. e d o i das por Pierre Hadar oosoo grupo [s] de experiencia de ser u e o . nociones que se implican mutuamente en un sistema filo- tim ci o d e l siglo xix. como si la pregunta se contestara sola. como si fuera posible pa.» En su gran obra en dos volúmenes sobre perversión era parte e un estilo de razonar. Hadot ha demostrado que en las la forma en que lo era. ipidhfp ispire por parte de Ignacio de Loyola y el de ipidkgé- . Imaginando c6mo se combinan bargo. ha demostrado que el uso de la p alabra mas de pensamiento 6losófico. se me pregunt6 ret6ri. percibimos también que exigía obras teológicas de Mario Uictorino podemos descubrir la todo un conjunto de conceptos relacionados vinculados infiuencia de una fuente neoplatónica perdida. con alinear palabras. sino es- portante. analogía. que distinguen dos modos visua. estructura conceptual exige una unidad conceptual y lite- mulé. sar por alto las diferencias entre ciencia filosofia. aunque Hegue a les normales. sino opuesta a la del estilo de razonar de Agustín del término pemersiún y el uso psiquiátrico del psiquiatrico. serta psicobiológicamente en la personalidad y no es ob- samente su propia autoridad. dos estructuras con- que dejar el principio al que eí espíritu debe estar unido y ceptuales radicalmente diferentes. principio para sí mismo. se articula la diferencia». lores. aunque los mutsble que debi6 agradarle más que él a sí mismo. la perversión está situada fuera de los límites na. gesiones. que en realidad la misma palabra esconde dos appetitusf] El encumbramiento perverso no es otra cosa conceptos radicalmente diferentes. que «la repetición es el lugar en el que. Así. ne eso lugar cuando se complace uno demasiado en sí mis- continuidad f. Es una enfermedad del instinto sexuaL in- que la soberbia ces un vicio [. contraxio de la perversi6n son los deseos o apetitos sexua- mente elbien de cualquier naturaleza.. él mismo en cse bien se convierte en malo y volici6n. un volver- verse te imitantur omnes») y habla. psiquiátrico..~ áY qué es tra que el concepto agustiniano no comparte el mismo la soberbia sino el apetito de un perverso encumbramien. más específicamente. Y se complace así cuando se aparta de aquel bien in- nencia léxica».j disimulada bajo el velo de una perma. 206 Za cynnncín do la senculukd renco de Francisco de Sales implican en realidad estructu. rar el fenómeno del ámbito del vicio. que son similarmente independientes de la conseguirlo. nunca lo hacen sin transformarlos..~s concluye que podemos repetir lo mismo diciendo a la vez ' o tra cosa." En el libro XII de La aududdo Dios. xuás que Resulta evidente. exégesis textual detallada.4s Algo si. despreciando la autoridad jeto legítimo de aprobación o desaprobación moral.Agustín sostiene de la voluntad. cia de la voluntad. La continuidad léxica esconde una discontinui. se hacia Dios y cumplir con Rl. Cuando Agustín concluye el relato inmutable de Dios. que el uso agustiniano de la milar. mo. que este defecto es espontáneo. que la ilustraba para ver y la encendía para amar. Bergamo descubre que. sin necesidad de emprender una en ninguna otra parte." s (El adver. Es una inversión de la jerarquía de va- de su hurto adolescente de peras en el libro II de las Con. Lo contrario de la perversión es la conversión. En lugar de debiTitar . una defección voluntaria del bien dad conceptual radical. espacio conceptual que el concepto psiquiátrico decimo- toP jguid est autem superbia nisi perversae celesitudiuis nónico.) Y cuando da su explica. haciendo de nuevo abstracción de las disimilitudes noci6n de porvorsion habita en una estructura conceptual relevantes en otros aspectos.~s El hecho de que ción de la naturaleza de la trasgresi6n de Adán en el libro Agustín también utilice el término pemeniún no resuelve X1V de La ciaukrd'ck Dios. porque si la voluntad per- sos tradicionales. quien ama desordenada. la sustituci6n de un bien superior por uno inferior. «perversamente te imitan todosx («per. una de las funciones principales de desgraciado. Tie- ras conceptuales opuestas. este concepto de perversión sexual es precisamente sepa- bio en ambas frases es pencsvve.Agustín escribe: en modo alguno ninguna cuestión. pues.ss Y apartaría para agradarse a sí misma.. podría decirse sobre el uso no s6lo distinta. Lo justa de un superior. En realidad. Un cuidadoso análisis de la noción de pemsvsiúxs mues- cE1 pxiucipio de todo pecado cs la soberbia... hacerse y ser. de tal manera que hay una «dis. «sín maneciera estable en el amor del bien superior inmutable. en cieno modo.] del alma que amaperver. no se ces los enriquece y a veces invierte su significado~. imponer en dichos elementos una reelaboración que a ve.~ En el estilo de razonar de nuestra pervertida imitaci6n de la omnipotencia divi. privándose de un bien mejor~. Para Agustín„ la perversi6n es una deficíen- siglo ux. Cierto mxsticos franceses del siglo xvu utilizan elementos religio.» Así. escribe. Lo que a primexa vista podría parecer idéntico puede ser en realidad radical- mente diferente. Que los enunciados de Agustín di. puede expresar diferentes concep- tos. No entenderemos el concepto de perversión hasta dice si no entendemos el estilo de razonar que proporcio- que examinemos su comportamiento reglamentado con na las condiciones de inscripción de las palabras. estas razones. Iros esíl- otros conceptos para ver qué clases de enunciados pue. por así decir. sin conceptos no se ve nada. Un enunciado sedefine como un «campo de esta- Gümación» (aun campo d i s t abüizzazione»). ante todo. a nuestro pensamiento. Como sabía • trico del sigo xxx no es ningún fenómeno superficial. estructura e identidad den realizarse con él. Nuestros conceptos están estabilizados por un espa- cio conceptuaL un estilo de razonar que especifica las re- glas de uso de esos conceptos. que está constituido por las reglas de uso y las relaciones que co- nectan el enunciado con otros enunciados. incluso opuestas. Puesto que la misma palabra o &ase puede estabilizarse de formas diversas e . el pegamento verjan de forma tan marcada de los del discurso psiquia. no podemos prescindir de la Como ha dicho Bergamo en otra parte. la misma palabra. repetible de forma prácticamente infinita. y. transforma las condiciones de inscripción de la frase». ¹i siquiera la frase idén ' onst i t u e necesariamente mi sm o enun- o. El WoM i n . son.dependiendo del modo preciso en que se estabihce el concepto enunciado. distin- guiendo así el enunciado de la frase repetible de forma prácticamente inf i n ita. en resumidas cuentas. el uso de Agustín de @emersión las con. «Este campo de estabilización asegura la posibilidad de la repetibili- dad de los enunciados. como tendría examen de sus textos pone de relieve la especificidad y la que ser aún más obvio. y eso. Por novedad de este discurso posterior. una serie de idea de estilos de razonar. recurrencias de lamisma frase pueden corresponder a una multiplicidad de enunciados diferentes. sin conceptos no se dice nada. no entenderemos en absoluto lo que se firma. ' 'za- 'ó q u e proporcione «nuevos esquemas de utilización y nuevas series de relaciones. que mantiene unidos nuestros pensamientos. pero también impone restxiccio- nes particularmente rigurosas a la repetibüidad.~x Para que aparezca un n u evo enunciado bajo la apariencia de una frase idéntica es ne- o que se organice un nuev cam o d. los de razonar dan sistematicidad. 208 Lu apuricióníá.lasencahdud mis conclusiones.~s En mi terminología. estas últimas consi- . luego divergen inevitablemente. La epistemología de las pruebas distorsionadas: problemas en torno a la 111storlograGa de Carlo Ginzburg El camino del juez y el del historiador. pero el que intenta reducir al juez a historiador contamina iaetnediablemente el ejercicio de la justicia. así como sus fundamentos filosóficos.' El libro proporciona la base reciente més extensa para las re8exio- nes de Ghuburg sobre el tema de l as ruebas o s c o- ceptos relacionados. La obra his- tórica de Gixxzburg ba sido tan impoxtante y convincente que es muy fácil pasar por alto la contribución esencial de sus consideraciones historiogré6cas. El que intenta reducir al historiador a juez sitnpli6ca y einpobrece el conocimiento historiográ6co. coinciden- tes durante un tramo. Elj uezy sl htrtoriudor. C ARL O G I N K S U R G Kl epigrafe de este ensayo esté tomado de un libro re- ciente de Carlo Ginzburg. y el epígrafe que he elegido recalca vergencias Anales entre las tareas del juez y las del histo- riador. Tratados como los de Henri Griffet en 1769. sente al historiador y su generación (véase «MC». que puede conducir a una «his- los que el narrador había tomado parte. 64). p. secs. 53) apropiado p ar a comunicar la ui it y ola. 63) .s El requisito de la enar. 51 ). morales y políticas. por supuesto. Le i s tnmokgíacieluspruebarctktomioncufas 213 deraciones. «La enargeiu era un instmmento o indirecta) ha suplantado a la encqpiu («MC». (<VE». que sean narraciones cuando escribe que creemos que vivas que transmitan la impresión de vida capaz de con- mover y convencer a los lectores. Y como observa Ginzburg. Además. los anales y su carencia de verdadera estructura narrativa formar sobre elmodo en que se construyen y escriben se alabaron a veces en contraste con las imágenes retórica- nuestras historias (intelectuales. dicho de o t r o modo. no mediante la exhibición moderna. Traité'ciet njü r e n tee sortee ck preueet pu eeroent a etahlir tu do a Arnaldo Momigliano. aunque dispersas en diversos libros y arúcu. p. plenamente consciente de p. culturales y sociales). 47). 63 ). en la tradición clásica. p. la insipidez estilística de cuestiones. va: creemos (los neoeecépticos incluidos. p. proporcionan en su conjunto un absorbente marco de 10). 9- los. como si los ras- gos bastos y fragmentarios de los primeros fueran mejores fuentes testimoniales que las pulidas y casi autocoheren- tes imágenes de la segunda (véase cMC». Ginzburg es. 6ere una proposición descriptiva en lugar de una normati- dio de «la fuerza casi mágica de las palabras» (llC p. O si se pre- hacía visible a su público algún objeto inexistente por me. temas y conclusiones teóricas que deberían in. Los modos en que la noción de enargeiu dio paso a las raba tanto del historiador como del abogado <cque hicie. no por historiado. sidad intelectual aún no encarada» («VE». p. con una testificación por parte del his. se espe. por la fuerza del estilo» («MC». Y los escritores antiguos y medievales opusieron que el modelo judicial de historiogra6a también ha subra- anales e historia. Ginzburg muestra que. seguidas de condenas y absoluciones» sado mucho más remoto que no estaba chrectamente pre. Ginzburg sostiene que hasta oercte de l'hittoire compararon explícitamente sl historia- mediados del siglo xvm reunir pruebas era «una actividad dor con un juez que ponía a prueba la Fiabilidad de los practicada p or anticuarios y eruditos. En eMontrer et citer» traza el papel' l a burg escribe que la obra de Griffet expresaba una +nece- suerte historiográFicos del antiguo concepto de enar~~a. 47). y en- de la idea de que el historiador tiene que producir explica. supongo) que La enargeia estaba siempre asociada con el ámbito de la como mínimo los historiadores (aeoescépticos incluidos) experiencia directa. mientras que los anales se interesaban por un pa. tiendo que expresó esa necesidad en sus propias palabras ciones que sean claras y palpables. los historiadores tienen que estar dispuestos a apoyar sus geiu está unido a una tradición retórica en la que el orador consideraciones con pruebas de un tipo u otro. nociones de indicio y prueba proporcionan un capítulo ran una argumentación convincente mediante la comuni. al insistir en la . ya en el siglo xvI. que él mismo ha." Ginz- res» (<VE». sólo pueden producir un «efecto de verdad» vinculando toriador que le permitía poner una realidad invisible ante sus observaciones a alguna dase de prueba La cita (directa los ojos de sus lectores. toriogra6a moralista» basada en «declaraciones judiciales bía visto. la historia contaba acontecimientos en yado la sentencia del juez. una visión directa.s mente seductoras ofrecidas por la historia. testigos y evaluaba las afirmaciones de las pruebas. crucial en la historia de la aparición de la historiografía cación de la ilusión de realidad. s Además. la prueba y la verdad es un cuál es la concepción más defendible de la justicia o la empobrecimiento que apenas se diferencia de la mayor de verdad no implica que las deliberaciones de un juez no las miserias. Quizá las distinciones subyacentes más penetrantes nunciadas por una historiogra6a política anticuada» no es entre el juez y el historiador giren en torno a los diferen- el único modelo de que dispone el historiador comprome. Sin embargo. Lo que constituye una prueba para algunos la escritura de la historia en tanto que opuestos a la argu- propósitos puede no venir al caso para otros. una sentencia justa. Cuales- pueden superponerse.. Ginzburg reconoce «el son injustas han de ser reformadas o abolidas». Expulsar de el hecho de que existan divergencias notables acerca de nuestra conciencia el indicio. ticia y la verdad. como la verdad lo es de los máticos) que podrían ser fácilmente adscritos a acciones sistemas de pensamiento.214 Le a aricidn de la~ x kd La epissemoiogía de luspnce8m c&mrsi onadas 2t 5 divergencias fundamentales entre las tareas del historia- dor y el juez. de las instituciones sociales. lo que debe noción de prueba. también debemos mostrarnos vigilantes para no taciones divergentes de dichos ideales' De todos modos. por ejemplo. con una diversidad de concepciones encontradas de la jus- pectivos ámbitos.' Sin embargo.. si no es verdadera. desprecia aquellos fen6menos (como la vida social. Como formuló de manera precisa e inol- del modelo judicial. lo e s relevante para garantizar un r elato verídico d e l o s que se pide es una investigaci6n más detallada de los pa. 64).tiene que ser rechazada o revisada otra. mientras que la segunda te6ricasque podrían rodear hoy la noción de prueba. etcétera) que se resisten a un enfoque yes e instituciones estén ordenadas y sean eFicientes: si basado en ese marco explicativo». vidable John Rawls al principio de la primera sección de mación de que ~or una parte. K juez tiene que emitir tido con la noción de prueba. militares. simpli6car el conocimiento historiográftco. por muy atractiva y específicas realizadas por uno o más individuos. en su afir.s Tanto menoscabado prestigio de esta clase de historiogra6a [. del mismo modo que de. no importa que las le- las mentalidades. diplo. aún no he mencio. De modo mentación y el juicio legal y judicial. por la esclarecedora que sea. que despreciemos sin más la prensión de lo que debe contar como indicio. los ideales bemos tener cuidado para no contaminar el ejercicio de la reguladores de justicia y verdad están abiertos a interpre- justicia. ya sean individuales o socíale@ a corto o peles legítimos de la prueba. Una teoría. tes ideales que regulan sus tareas. de igual modo. un relato veraz. los conceptosde justicia y verdad son compatibles de prueba aplicable por el juez y el historiador a sus res. o. como parecen haber justicia y verdad contribuyen de modo decisivo a la com- creído algunos historiadores. como si la historia sin testimonios fuera contar como prueba La prueba legal y la prueba histórica el camino real hacia la satisfacci6n historiográ6ca.] jueces como historiadores invocan las nociones de indi- como un fenómeno positivo~ (CAVE». pero sus respectivos ideales reguladores de semejante reconocimiento no exige. No existe una noción obvio. «la certeza moral no tiene valor de pruebmP Un «modelo nocivo de recapitulaciones judiciales pro. para decirlo de otro modo. p. enumerados por Ginzburg. los que se ven. el historiador tiene que proporcionar nado los más sutiles efectos. estén moldeadas por el ideal de justicia o que las recona- . pero la primera se halla al servicio quiera que sean la impaciencia o induso 4 incomodidad de establecer un veredicto justo. cio y prueba. acontecimientos. el testimonio y la verdad en largo plazo. conmina a los historiadores su Teoria de laj usricia: «La justicia es la primera virtu d a centrarse en acontecimientos (políticos. En su análisis del proceso Sofri. la justicia. condenar a una persona inocente. Esto podría ser acepta- dor de la justicia eon respecto al juez. cuales lo compromete su papeL mente culmiaaroa ea ua veredicto judicial que decidió el Pasando brevemente al ideal regulador de la verdad desdno de la niña. que parecen estar «vacías de sentido». quien res. sino sia el concepto de verdad.'s El juez -en la medida en que se rige por la Serene Cruz oln orru giauaziu analiza un famoso casoita. para subrayar que difcrcaicsculturas haa dado diferentes en efecto. se puede Al mencionar -aunque sea de pasada. regulador del ideal de justicia en términos nada ambi- gencias de 4 verdatL's Ginzburg reconoce este hecho en guos: ~Q'odría existir algo más importante que la justicia su uso de la expresión agria de asnAzd'que ya he citado. 96).en el 6cas del indicio y la prueba forjadas por los ideales con los que se dieron afmnaeiones y contrapruebas y que final. ante todo. de sus interlocutores. un historiador emplearé la retórica de Ia tieia. la voluntad del Duce). V las dosúltimas líneas de su libro insisten en el papel mostrará que esa concepción espedfica de la supuesta . En realidad." Natalia (~inzburg escribe que no puede entender Deseo insistir. las distorsiones. plano de la mera posibilidad hasta el de la aserción del he- dadsocial. o de cualquier apo. hasta noci6n de prueba. sino para aplicar la en el reciente debate de Cinzburg con Hayden %hite. (MG< p. una empresaardua intentar proceder de forma coherente ma que no sólo la justicia y la ley deberísn ser una. las deficiencias epistemológicas. por procedimientos judiciales el principioin rtubioym rrc (se- ío que sé. no puedo evitar ble si el ideal regulador fuera in >&dio pm reyzcblicu(por mencionar en este contexto ua libro extraordinario de ejemplo. Al final de su análisis. pero las razones de Esta- iVatalia Ginzburg. la verdad. la do no deberíandesempeñar un papel regulador en las sa- prueba. en el gobierno de los países. de oicA&d no existe nada més importante que la justicia~ (SC p. cuando las dos se distancian. la distinción catre enunciados falsos yverdade. deslizándonos de modo tácito desde el cl presente. en muchos de que puesto que las leyes están hechas para defender laj us. justicia. 216 tracciones de un historiador puedan pasar por alto la exi. g5. en las relaciones con los Afirma haber usado la expresi6n g9eia ck eenkd'en lugar acontecimientos y aspiraciones humanos' Sin embargo. que re- pondi6 a la apelación a la justicia de ua abogado diciendo. Sin embargo.tiene que hacer uso de unas concepciones especí- hano de adopciónde una aina llamada Serena Cruz. se tiene la absoluta certeza de su culpabilidad) podemos siempre hasido ua elemento cseacis1 dcl conocimiento his. Haciendo que la compatibilidad 16gica funcione como si fuera equivalente de la veri6cación real. las de justicia. Sia embargo. Ginzburg cita a en la indagación histórica. Carlo Ginzburg muestra. gún elcual el acusado sólo puede ser condenado cuando ros -y s primera vista mediante su relación coa loshechos. podemos percibir algunas de un juez del Tribunal Supremo estadounidense. esos debates. elconocimiento histbrk o como forma de activi.el ideal regula. la ley y. los jueces «deben dar un salto mortal para der unaconcepción especí6ca de verdad diferente de la aplicarla [4 ley] con la mayor jusueia posible» (gg pp. 53) cho. sultan del intento de hacer caso omiso de él 6jándonos «No estoy aquí para hacer justiria. que analiza las cuestiones del indico. en última instancia. en que para un historiador es esas palabras. un breve ariálisis 96). cuando las leyes son verdad expresándosecomo sino hiciera mas que defen- defectuosas. acabar utilizando de forma completamente equivocada la tórico. ley~. Afir. que si se desplaza de su papel regulador en los iaterprctacioaes a}concepto de verdad. alh donde sc ha cultivado. una explicaci6n verdadera porque es eficaz. según cacia politica posee por esemismo hechoel concepto de ver- creo. Ne es casushdad que al. de los límites -por Qexibles que sean. queta de everdadero». plicación verídica Supongo que alguien podría respon- visionistan del Holocausto. seria censide. consiste precisamente eu su gracia que los pragmatistas desearon proporcionar una intexpre. terpretación histórica. citando a White. yo argumentaría -aun. 9e 1 . desde el punto de vista de aque5es que los articulan. no concluiríamos que se trata de un ex- nes se encuentren en los análisis de la interpretación ere. entonces ria capaz de dotaría de un siguificade del que hasta ahora nada nos impide hacerlo. ma de comprender el concepto de verdad.de nuestra for- pretación del concepto de verdad y que sólo las exigen. siquiera defendible de la noci6n pragmatista de verdad. come in. Sin embargo. como si poseer uncon- positaón filosófica: «Podemos conduir que si la narración cepto fuera igual que tener reconocido el derecho de de Faurisson probara alguna vez ser ePeuz. no gg su vacuidad casi en la superficie. matista de la verdad. una elecci6n que depende de nuestros C. Ginzburg hace. forma violenta su identificación con la e6cacia política. hW ha carecido+. C. Y la a6rmaci6n de Ginzburg contra Wlfite es. nada nos ixnpide negar la eti." bastanpara demostrar que alguien que comprende la efi- La observación de Cinzburg pretender ser. lleva ción de Faurisson (como ha mostrado Vidal-Naquet. cel esfuerzo del dera o e6caz una explicación histórica es una mera cues- JEBE+a pueblepalestine por preparar una respuestapolíuca« tión lingüística. ne es una cexxtravexdad (come ha sido sugerid mostryda que en modo alguno es ésta una interpretación por Vidal-Nsquet) sino una verdad: csu verdad. por eficaz que pudiera ser la explica- retórica empleada. que se ejercen a pe. que la respuesta de White a Vidal-Naquet una intexpretación o concepción de la verdad que la con. pri- ción entre eficacia política y verdad. no depende de nos- otros decidir si alguien posee o no el concepto de verdad. como demues- sar de los intentos de hacer caso omiso de él. de- dice White. dad. La siguiente frase de Ginzburg transmite su propia no es como un decreto legislativo. eficaz podía ser). Da a entender que mer lugar. voto. aeC el siguiente resumen: que novoy a hacerlo aquí. para justificar una ampha gama de les programas políticos taciónde la verdad que hiciera mucho más que forzar de que.que una visión de conjunto de esHI la historia de la filosofia. una retórica que. imagino. es muy eficaz. renunciaalconcepto de verdad y.» Ni ila declaración ni el enrevesamiento retórico rada por White también come verdadera». una especie de reducto ad ~mntssssx de la identifica. Haciendo suyas las objeciones der afirmando que White no hace nada más malicioso C de White a las conclusiones de Vidal-Naquet sobre el epistemo16gicamenteque proponer una concepción prag- caso Robert Faurissen.junto cen uns incssrpretsción de su histo. Esto significa cias del ideal regulador de la verdad. en ese contexto. en. así como un análisis de los deba- La interpretación histórica sieulsta del Holocausto. explican la tra el hecho de que. tes filos6ficos acerca de la naturaleza de la verdad.en segundo lugar.i~ sen cruciales para la seguridad e incluso ls mera ezístexxcia Se podríaresponder. De ls misma manera. Le ~kreosokgk A hu pruebes dk toniorsurkas 219 I%SI verdad carece de toda verosimihtud filosófica como inter. abandonar elconcepto mismo de verdad. que cali6car de verda- del pueble judío». Sin embargo. Si satisface nuestros prop6sitos llamar a C igualmente yfesu. las políticas lsrsehes implica la pxeducdóu de usia ideología propios intereses. y deberíamos incluso preguntarnos cuán ggjg gunos de los ejemplos mas descarnados de estas cuestio.que 4 :~ l vierta en equivalente de la eficacia pohtica se sitúa fuera este concepto regula las indagaciones del historiadox. ficas similares.. unas afirmaciones que convergen en torno a los en «Veri6cando la evidencia». Como postula con claridad ambos. del misma modo que na hay verdad absa- sus evidentes diferencias. can las ere- burg. que un astrofisica entre en diálogo con un «investiga- Al examinar la historia del positivismo y el antipositi- dars que afirme que hiLuna está hecha de queso roque- fart'l Tal ee el plano en el que las partes deberían situarse. en mi vismo. «esta actitud antipositivista [. Se trata de un punto de vista que. De todos modos. era un simple rica. par encima de todo. en su penetrantes que conozco al problema de la prueba histó- defensa del indicio. pared. positivista conservador. vismo en la historia y la 6loso6a de la ciencia del siglo XX... en estecaso. 65). la prueba vocamente» cierta concepción positivista de la relación y la verdad: entreprueba y realidad. cabe compa- vacional desde el que el positivista construye o el paradig- rar la contribución a nuestro canacimienta aportada par las ma o esquema conceptual desde el que el antipositivista «revisianistas» a la corrección. Dejando de lado el hecho de que ha habido versiones de derecha y de izquierda del positi- dor de la verdad. áCabe concebir de positivismo invertidas («VE». no debemos perder de vista el hecho de tas» hayan re a a val e rosos esfuerzas para alcanzar ese que esos positivismos y aiitipositivismos son «cada uno la ideal.aun cuando sean adversarias. en un texto largo. Esa na ju stifica un diálogo. 64. siendo el segundo una reacción hits na hay menura absoluta. IV te que es el punto de vista apropiado. par supuesta. presupone un terreno común.] una ventana abierta que nos concede acceso directo a la realidad». Cada uno de ellos tiene jada unos pocas gramos de raquefart an ía Luna. lo que han hecha ha sido ainph6car en grado suma el regIstra de la falsedad. la cual por de6nición imposibilita cualquier acceso a la realidad». tampoco es «una verdad [. sina la parente [. a la luz de Y. de unos mira hacia abajo. y ése me parece precisamen. Can ello quiero decir que si llegara a determinarse cara opuesta del otro» y que aen sus reflejos especulares que laspasajeros de un cohete a nave espacialhubieran de- hay un alto grado de semejanza». un respeto co. Sin embargo. par la verdad. par m que las erevisiariis- contra el primero.] produce una especie visianistas».H asta ahora.que conlleva consecuencias historiográ- pacas errores tipográficos. Peter Galison ha sostenido recientemente que. pp. Vidal-Naquet expresa el punto de vista implícito en el entrelazamiento esencial de la historia y el ideal regula. Como diagnostica acertadamente Ginz- mún. comparte con Ginzburg y que es consecuencia incoherentes teniendo en cuenta los procedimientos y es- de algunas de las a&maciones historiográ6cas básicas de critos históricos de Ginzburg..i~ zación cientí6cas se puede encontrar recorriendo las cues- tiones que dividieron la historia y la 6losofia de la ciencia . una de las contribuciones más ferencia «The Nazism and the "Final Solution"» oí a varios miembros del público quejarse de que Ginzburg. esos murmullos de desaprobación me parecieron opinión. la verdad y la prueba. na ten- una «posición privilegiada» -ya sea el fundamento obser- dría sentido negar eu presencia.. La prueba no es un «medio trans- Lo que está en juega aquí na es un sentimiento..220 La apuricióii de la seziralitkrd La epistemología ck laspsrtebas distorsionadas 221 estas afirmaciones se sigue que la explicación de Fauris- son no cuenta como historia.i' Una imagen común de unidad y periodi- puesto que. semejante ten'ena na existe. Tras el análisis que hizo Ginzburg de White en la con- En el prólogo a la reimpresión de su brillante ensayo <«Vn Eichmann de papiem. ] Un diálaga entre das partes. hay que rechazar «inequí- roles que cada uno de ellos atribuye al indicio. de nuestros prapias objetivos.] El ansia de verdad de las iñ- entonces debe de ser antipositivista. añadiría que for.. tañ abstrusiva como para impedirnos conocer las creencias nales debates positivas/antipositivistas. En lugar de extraer una conclusión completamente co es un positivista.j Eñ forma Los detallados estudios hist6ricos de Galison le han per." es un antipositivista. uña consecuencia negativa: la pre- cas que se sitúa fuera del ámbito de la imagen común.. una ana. Pera mental ante ciertas formas de pruebas y en especial con en ambos casos se hace necesaria un marco int r e t ativo esasformas de pruebas empleadas por el propio Ginz.hace harto di8icil imaginar otra posibilidad. aunque su- genuidad teórica». casi sin mediar. según las demañólagas. si alguien rechaza el fun. al fin y que nos indinemos a creer que. y sencia de esos antropólogos de hace mucho tiempo sería deshacerse así de las cargas historiográficas de los tradicio. ria (uñ cráneo. un tenedor). p. mente. un acta notarial. co (como hacen muchos positivistas).so Si examinamos y las pensamientos de las desdichados nativas que tenían la práctica histórica de Cinzburg. veremos que aunque no delante. La farmulación de preguntas insi- de alternativas -ya sea el acceso directo. ocurría. Lss escumdizas pruebas que las iuquisidares intenta- ma parte de la hegemonía cultural de esta imagen común el bañ obtener de las acusados ña eran tan diferentes. ' enen acceso directo a la realidad. las estereatipas iñquisitariales que difund ían par za con agotar el espacio de las opciones epistemológicas. un rastro de comida) o logía que manifiesta una dificultad epistemológica funda. pongamos de unas pruebas muy abundantes. de vista del historiador. alguien que rechace las legitimidad historiográfica de nociones como indicio y prueba.222 Ln epissscsiologxn deku prucbcssifissorsiosicscfcis 22$ positivista y antipositivista's En realidad. la esencia sitivista autosostenido y amurallado que impide el acceso misma de la brujería. Ginzburg reconoce la inquietante analogía Uña elemento de prueba hist6rica puede ser involunta- entre inquisidores. más o menos espontánea- La estructura común de esas imágenes especulares amena. voluntario (una crónica. o los mamente distorsionadas par las presiones psicológicas y tropos narrativos) forma los objetos que pretende descri. Ambos tipas de prueba padrian ser comparados con . antropólogos e historiadores. tampo.. o el discurso antipo.» Esta estructuración procesas par brujería. las acusadas repetían. 65). desde el punto la teoría. Cuando eso a la realidad. similar. a nuantes fue especialmente mañifiesta en las intenagatarias la realidad soñada por el positivismo. medios y las fines últimas [. par supuesto) ha hecha que dis- considera «todos los supuestos referenciales como una in. La diferente eran las dacionalismo positivista y la transparencia observacional. la importancia del hecho de que los historiadores nunca El ensayo de Ginzburg «El inquisidor como antrop6. la comparación entre procesos iñquisitariales y ña- mitido proponer una conceptualización de la dinámica de tas de campo añtrapa16gicas podrían tener. puesto que el discurso (o la teoría. fisicas que desempeñaran un papel tañ poderoso eñ las bir de manera reahsta («VE». toda Europa predicadares. específica de acuerdo can el cual la prae a a sida cons- burg en Ibenand~' y E /g uew y hu gwscsscos truida. es decir. Cinzburg insiste en ca conlaverdad y larealidad. Como es e e n « e - logo» es uno de los análisis más cíams y profundos de los rifican o aevi encia»: problemas de las interpretaciones positivistas del indicio y la prueba. una huella del pie. alguien que da por garantizadas esas pesimista de la presencia de este problema epistemológi- nocianes.. como si supusieran una relación no prablemáti. iñquisitariales relacionados cañ las aquelarres. alguien que quisidares (de su verdad. a1 cabo. la experimentaci6n y la instrumentación científi. te61agas y juristas (. Pero esta diga cómo desci&ar ía prueba histórica (aquí la analogía discrepancia. Las fuentes friulanas de Ginzburg. qué nos enseña de los fenómenos en los imposible una sólida reconstrucción histórica.de ataques y retrocesos. Debemos aprender a desenredar los distintos hilos que forman el te. La aposirión ck hr sewuhdmf Lo r r raooloárá dr la~t a r rlútororooaáar 225 ~ un crista distorsionado. Debemos comprender los procesos de rrogatorios por parte de los jueces. Sin un análisis concienzudo de sus la capacidad de un historiador para leer las pruebas.s Es decir. p. saber de qué es prueba. Y no cabe u e que l a s pruebas reunidas que sóloen el curso de décadas se fue reduciendo poco a en los procesos inquisitoriales no nos «proporcionan una poco». («IA». no ha documentos eutrales:«incluso un documentos que utilizó radica en «el abismo entre las tnventario notana r e supone un códi o que debemos preguntas de los jueces y las confesiones de los acusados descifrar».ss Muchos historiadores han llegado a creer que to- información "objetiva" » («L4. («VE». 19). jería diabólica de Friule surgió de la deformación de un terpretación de códigos que habíamos creído inequívo. un diálogo («Ih. procedimientos con los que las codi6camos. evaluar su fia. 65) que estamos interesados. 2@. Deseo volverahora brevemente a la innovadora con- Las ruebas están mediadas or códi os. el modo en que un culto con unas características tan obvia- ~í d su/ d e esos diálogos. y las brujas.». el quehizo podble que Ginzburg reconstruyera un pro- debemos aprender a leer entre líneas un juego sutil de ceso que reveló amenazas y miedos. que esas confesiones codificación. tribución de Ginzburg en este terreno. pero hay obras históricas terrogatorios de los jueces y el testimonio real de los acusa- auténticamentegrandes cuya grandeza reside en parte en dos. lo Ginzburg sobre los pruebas inquisitoriales a toda una que llamó un «un choque entre voces diferentes e incluso gama de pruebas históricas: en conAicto» o. En los prólogos riografía a ecuada debe ocuparse de os eterogéneos de las ediciones italiana e inglesa de su libro Ib enundmn. p. siguiendo a Mijaíl Bajtin. tanto prueba de las creencias de los jueces. De acuerdo Ginzburg subraya que la naturaleza excepcional de los con Gínzburg. culto agrario anterior» (ÃB pp. la lec- cos. Códigos porcionaran acceso alguno a las prácticas o creencias de que parecían impenetrables aeMan por ser descí&ados. xX-XXI). le permitieron concluir que «la bru- arrojar luz sobre la prueba antigua y cambiar nuestra in. mos- distorsiones inherentes (de los códigos conforme a los cua. qué son los fenómenos. p. Cabría aplicar mtstusss murusnfk las observaciones de tura de Ginzburg de las fuentes mostró una separación. una histo. esos das las confesiones de los acusados de brujería fueron códigos no son cárceles en las que nos veamos confina. este hiato entre la imagen subyacente a los in- con un código pierde fuerza). y fue este hiato pequeño pero signi6cativo Para descífraríos flos documentos de los inquiaidoresj. nos permite llegar a un estrato de creenciasgenuina- . K) mente populares como el de los bsnmuknn se transformó poco a poco bajo la presión inquisitoriai y acabó con los No hay un conjunto formalizable de reglas que nos rasgos característicos de la brujería tradidonsl. descodifica- una prueba nueva. consecuencia de la tortura y las insinuaciones en los inte- dos para siempre. sin que pro- bílidad o iíegibíbdad. de los diferentes tipos de distorsión de las no poseían espontaneidad ni independencia y eran por lo pruebas. trarnos cómo entrar en los códigos de la prueba para ver les la prueba ha sido construida o debe ser percibida) es qué' la prueba. Sin embargo. puede das de forma crítica. codi6cada de modos nuevos. con el 6n de interpretar la prueba. p. de "ene. las reuniones nocturnas de losbo. sino de un vasto segmento de la sociedad En última instancia. tos las e r o o r cionan las ruebas más od sra Las lecturas de Ginzburg de esos dülogos le permitieron a as c n usiones de Ginzbur . de oscuras mitologías las inquisidores. namientos de Menocchio nas hace entrever un caudal no labra era una de lasbazas en ls lucha entre los bavasstcámciy explotado de creencias populares. que subsistió s 1o largo de va. El hechode que. irrcductibihdsd s esquemas conocidos de parte de las razo- miga de los brujas b (aIAa. 1M2. Aunque el poder concluyó la disputa se. el caso de él (y a nosotros) ver la existencia de una aprofunda capa Menocchio tiene sus di6cultades particulares: cultural quc era totalmente ajena a las inquisidoresa. Como observa. La lectura de Ginzburg de tales rias décsdss. K(). la reconstrucción de Ginzburg de t PK o82J . sólo rssnsfsssii. p. semejante procedimiento de desciframiento de los docu- maron en el sabbat del diablo.zza Le ~ n áék oc aasMsá Le opistenologíu áo larprrce5as áiémrsionndcu 22 '? mente popular que más tarde fue deformado y luego supn. hasta 19).(aIAa. 19).aa una cultura campesina y oral que era cpatrimonio no sólo de Menocchio.* Como en el caso de losbenunáanti. G significado deesapa. sumamente claro y consecuente que vsn desde cl radicalis- n quede otro modo no habrán estado disponibles. la nes de las pruebas creadas fruto de la desigual relación falta de comunicación entre jueces y acusados permitió de poder entre Menocchio y sus inquisidores.21) digos. las ideas de inquisitoriales. la mala comunicación„ las unsfuente preciosa para lsreconstnicción de ls mentslidad resistencias y las luchas como prueba de la existencia de campesina de eseperiodo.p. dc estos hiatos. encuentra problemas similares en relación 9ebido s esta discrepancia. del siglo xvi .que pretendían inducir la fertihdad.. xvla}. tos populares se hallan engarzados en un conjunto de ideas chas proporcionaron unas pruebas acerca de losbenurnke. p. QVR p. Tke Cksasoseáis Pénna En E/gecrpy Sor gusensr. 22). ~n i r eci- «la aparición de un diálogo reaL en elsentido que le da Sajnni ~sgg111e las discre ancias dive encias en los do u un choque de voces en con6icto sin resolver. Al margen de las distorsiones de ías pruebas «tradición oral probablemente muy antigua». mo religioso y un naturalismo de tendencia científica. Ls explotación historioy46ca por parte de Ginzburg uiis serie de aspiraciones utópicsa de rcnovscién social.utilizando de nuevo docu. WucvsYcrJr.] h[era] sinóminode "bruj a" ~ por el contraria. mentos nos permitirá entender lss inherentes distorsio- trumión subsiguientes (véase %$ p. ala palabra tmsma baeasaanaroles eradesconocida: También squi fcomo en el caso de los bosasssckssrsjls [. y los bostunáémuise Menocchio es ls circunstancia de que estos oscuros elemen- convirtieron en brujas. (trad. Xn mentos mquisitariales. campesinas. Sin embargo. con las tormentas y la des. los enores de comunicación y las lu. Pcsguin. («1A. conocido como midopor la supeiposición del esquema de 1ssclases cultas Menocchio. a La cita corccspcsdca 1aversión inglesa. losprocesas contra los basimsknn' consutuyen documentos utiliza los liiatos. sltiempo que parecen derivar de una nanáimn'. Jnhii y Assc Tcdcachi). su extraordinaria capacidad paraleer los 4w (~ p. con el indicio y la prueba. p. se transfor. Sin embargo. la cosmologíade Domenico ScandeHa. Pero 1o que hace más complicado el caso de mántica en favor de los inquisidores. el procedimiento utilizado por Ginzburg Menocchio creclsman una serie de temas elaboradospor para leerloshiatos ~a e nunaauténtica prueba acerca f de la realidad cultural que ya no nosresulta inaccesible. proporcionan pruebas para un conjunto de fenóme- nos que nos dan uns caracterización más precisa de losb».. p. Ginzburg necesitaba pruebascon mayor precisión. No se puede demostrar lectura de Ginzburg de los documentos. I. go. porque «las ideas nacen exclusivamente en a la cultura campesina. relación circular compuesta de serútily proporcionarnos lecciones cencretas sobre el íníluenciasrecíprocas que viajaban de abajo arriba. muestra ceI desfase entre los textos leídos por Me. dada ihduso si Mchocchío hubiera entradoeh contacto. absoluta de la cultura campesina». sus afír. Necesitaba mostrar cómo desciírar las pruebas para aspiracion escs sntigu+ se afJFJha ch Qhacervo oíícuro.. Sin embar- llevarnos a exagerar Ia importancia de la cultura culta. puesto que «el estado de la docu. no reducir esa cultura a una sim- eI seno de Ias clases dominantes» (QG pp. p. cadi6cados cemo ninguna «circularidad entre ambos niveles de cultura» si estkn. dcrctaotss tradiciones rurales.» Sin embargo.. por tierra su objedvo de intentar mostrar que estamosen nes de fuerza tmtre las clases»(gg p. xu). y los gusanos como Ilíenanífaníís proporcionan extraordi- nantes y la de las clases subordinadas existía. semejante demostración dependede la posibilidad de come si Ias ideas de Menocchio se derivaran en realidad construir las pruebas de forma que se puedatener accese de esta última. vinculadas -y esto es impertan- logre de Ginzburg cansíste en haber utilizado de forma te. como en cl caso de Mcnecchio cedimiento de lectura de los hiatos le permite construir las (QG pp. El camino hasta esa cultura cam.el estado de las relacio. Como Uno de los principales objetivosde El pcaroy losgusa. (QC p. TantoE/gloso yera a demostrar que centre Ia cultura de las dases domi.a raíz dc tales afumaciones y 15). Ia naturaleza distorsionada de las pruebas. 24). les Q siseda por supuesto que no hay ningún tipo de in- quisidores~. Io cual habría echado mentación refleja. un desfase que indica «un 61tro. que «las ideas.para conduir que establecer la autonomía o independencia relativa de la cultura campesina. l84). La que he denominado su pro. la existencia de dos culturas. Ginzburg no quiso establecer «la autonomía pesina es accidentade. inglesa. cssí demostrar que en realidad estíbamas en presencia de dos lhdcscíffablc. conduyente esos reRejos distorsionados para acceder a la según reconoce Ginzburg. A diferencia de la interpretación de Paola que era parte (QG. al tiempo que mostraba también que esas dos culturas estaban recíprocamente vinculadas. signi6ca que sea inutilizable» (QG p.porrelaciones circulares (recíprocas). coh ambientes doctos. en la narios ejemplos de cómo una fuente no objetiva puede Europa preinduínriai. Ia existencia original y ho parecen cohsccucociadc influencias externas de esas dos culturas no podía darse par sentada (QG p.25) culturas. y. p. El asombroso presencia de dos culturas. Zambelli. 18). así modo de desci&arla para que adquiera extraordinario va- . puesto que sus ideas de- que Menacchio interpuso inconscientementeentre él y los ben remontarse en última instancia a la cultura escrita tsxtes» y que en sí presuponía la cultura campesina de la (QG. dice: «El hecho de que lafuente no sea "ebjetiva" (. 24.] no nos erautilizar el ewe de Menocchio para que contribu. relaciones que. dc for. el hecho de ma mis o menos mcdiats. 14). La ple sombra de la cultura escrita. una. una gantiUa dependencia de la cultura oral. no hay forma de distinguir o desenmarahar los dos nive- nocchia y Ia manera en que Ios asimiló y refirió a sus in. asumidas dc forma pasiva. 184). creencias y esperanzas de los campesinos y mscíohcs cn defensa dc Is tolerancia rcligi*ioss. sudínco dc artesanas del pasado nos llegan (cuando nos llegan) a una renovaciónradicalde la sociedad. 228 L u~ c i é n ár kc ~ i z a d' Ios grupos heréticos de formación humanista» no debería como de arriba abajo» (gG ed. poseen un timbre través de 6ltros intermedios y deformantes». 231-232). mente caso por casos. como es lógico. «hay que demostrar analítica- cultura oral y campesina. He sostenido que no lectura e interpretaci6n que dan lugar a pruebas convin.230 La ~ixtemologíe Ck hu pruebas disrs4riona4áxx 2 31 lor. etiquetada.queprocede de abajo. vector. rente. que la do con ello que aunque la relación entre prueba y reali. por decirlo así. sólo retrospectivamente fue (mal)interpretada como Antes de concluir esta sección. también subrayó los aspectos deduc- los de los inquisidores de Ginzburg. Como escribi6: Ls pretensión del nominshsmo dinámico es f. deseo centrarme en algu. propia historia. puesto que sostiene en dos vectoxes. y que tenemos.. p. para mí. pero su obra más re- sico. Mi exposición de la historia de la pexvex psiquiatría. e1 Glosófxca del nominalismo dinámico. que los informes de casos codifican las planteadas por la obra de Ginzburg sobre documentos pruebas en términos de los conceptos y categorías de la inquisitoriales.es el del comportamiento autónomo de la persona así teligible. demostran.. «Making Up People». cxeaado uns reahdad plicsción decómo puedea encajar tan ordenadsmeate los s ls que debe en&entsrse todo experto.s' La temprana obra de Hacídng so- dicio. en el mejor dé los casos. acoe-' . No creo que haya una histoxia general que contar acerca venta ls propia clase. 234) nombres comunes y lo aombrsdo.. podríamos pensar gue siendo uns doctrina interesante. pruebas de principios del siglo xix que poseemos prooe- nas cuestiones acerca de la prueba que son análogas a las den de arriba. práctica psiquiátricas. la prueba y la realidad problemas tan agudos como bre la personalidad. que procede. supuesta prueba es en realidad prueba de sodomía. Ian Hacíxing describe la noción ciente ha considerado con gran atención ot ro v e ctor. hay prueba de que lo homosexual exista antes de los con- centes sobre la base de fuentes no objetivas. ca a su exposición del invento de la personahdad dividida de la cultura no experta. Uno es el vector del etiquetar desde amha. ceptos y categorías de la psiquiatría del siglo xix. («MP». el masoquismo y el sadismo. y que dad es problemática. Cada categoría tiene su nes y nuestras dases conspiran para aparecer de ls xnsno. En un artículo ya clá. que presiona desde abajo. En algunos casos nuestras dasiacacio. el que describir tales acontecimientos. el único tipo de aominalismo in. no por ello es imposible. El compromiso historiográfxco de Ginzburg consiste si6n y los pervertidos supone un enfoque muy deductivo en no rechazar de entrada una fuente distorsionada sólo que subraya el papel de los conceptos y categorías psi- porque está distorsionada. que numerosas clases de seres y actos humanos surgen de desde uaa comunidad de 4utpertos que crean una «xesMad» la mano de nuestra propia invención de lss categorías que que algunas personas convierten ea propia. el único que puede incluso hacer seiias s una ~. deseo mencionar un prueba de homosexualidad después de que el concepto conjuntode ejemplos que proceden de la historia de la psi. una noción que apli.. Ks. de la construcción de lss personas.j Kl nomiaabsmo dinámico si.44 El problema probatorio relacionado con esos dos vec- Dejando de lado las complejidades epistemológicas tores deriva del hecho de que prácticamente todas laa del nominalismo dinámico.] que uaa clase de personas surge sl mismo tiempo ea que se in. Si deseamos presentar un mí o p arcial en incitándose uass s otras [. tivos de la creación de lo múltiple. Un vector dife- los etiquetan.ss Haddng reconoció la existen- y a mi exposición del invento de lo homosexual: cia de esos dos vectores desde el principio de su obra. de lo homosexual quedó bien arraigado en la teoría y quiatría y la psicología y que plantean en relación con el in. Y su práctica histórica consiste quiátricos en la creaci6n de la realidad de la homosexua- en permitirnos ver con precisi6n esos procedimientos de lidad. Adrienne. Alguien que no es Lucie. como le ocurrió a Ginzburg con sus diálogos inquisitoriales. Muy bien pudiera ser que a partir de la creación J. 224). dad que con el tiempo se convierte en relativamente autó. creadora de una reali. que. 4Me comprendceV saber si podemos explotarlos como prueba de una cultura LUCI E. si no un verdadero choque Ce HaCking en eMaking Up PeOple~y prOCede de un artí. seguido de su «Está bien. Si quieres. cultura. Quizá nos enfrentamos aquí a algunos ejemplos. (Escribe. mala comunicación y las resistencias. p. acos. kqué haces'P tados que sean. le responde por escri. desde el principio. Así sería mucho más fácil. la cultura homosexual L. no sólo consideré cialmente autónoma desde abajo. Hacking lo aduce de un auténtico hiato. su rechazo lecciones de la práctica histórica de Ginzburg. Si tuviéramos más páginas to. por limi. primera vez que leí este diálogo. está lleno de hiatos. Porque este diálogo. L. prestando atención al mismo tiempo a las tencias. en los que empezamos sólo con una única L. Los «sí» y «no» alternativos de Lucie. Janet no tiene que ejercer demasia- como «un clarísimo ejemplo de cómo se construye una da presión para crear a Adrienne a partir de Lucie. me pregunto si no me apresuré en mis con- y otras categorías nosológicas psiquiátricas proporciona. sino también que presen- das puede ayudarnos a corregir conclusiones extraídas de taba la ausencia de prueba de cualquier realidad cultural forma demasiado apresurada a partir de presuposiciones en conflicto o competencia Sin embargo. LQuieres darle un nombre'P autonomía cada vez mayor con respecto a los conceptos. en la construcción de personas. La u~urición de la seeual'dad Lu ~6'semologca cFelasyruebasdirtmsionadas 238 so muy marginala cualquier vector procedente de abajo. la personalidad múltiple distorsionadas. Entonces.Pero. malas comunicaciones y resis- testimonios. sí. Adrienne». Aunque tam. desarrollarapoco a poco una vida propia que ejerció una J. Si El testimonio que tengo en mente es el que reprodu. resistencias de Lucie podrían ser prueba de otro nivel de tumbrada ala escritura automática. no hayamos logrado leer las pruebas correcta. Adrienne. hne comprendes'? mente. sin conciencia de su yo normal: de semejante diálogo. resultaría más fácil leer los hiatos. L. <QuiénesP del homosexual por la psiquiatría. inicial a dar otro nombre. la I sí. a pesar de su bre- rán conclusiones idénticas. Ls. las categorías y las prácticas que la crearon. Otra persona. la cultura de la medicina. deseo examinar otro de esos vedad. como muchos historiadores de la L. bajtiniano de voces en conflicto. realidad. Sí. brujería. quieres. y que no hayamos visto la existencia. bién podría ocurrir que. noma. J. muestran. claro. tras estudiar los historiográflcas no revisadas. No. Para responder tienes que comprenderme. J. L. es sistemáticamente distorsionada por una re)ación de . No lo sé. J. de una realidad par. JAN ET. clusiones implícitas. pero las persona» («MP».) No. Está bien. una realidad cultural que J. sí al menos la existencia culo de l886 escrito por Pierre Janet. un nivel ajeno a Janet. popular parcialmente autónoma. que hayamos descuidado explotar los hiatos. Sin suponer que las pruebas procedimientos de Ginzburg para la lectura de las pruebas referentes a la homosexuaMad.so Janet habla a Lucie. Ah. Lo cierto es que alguien me entiende. El procedimiento de que erauna prueba de la hegemonía de la cultura médica Ginzburg para leer los hiatos de las pruebas distorsiona. J. Sí. Las precisianes y des. aprendiendo. a otrasfuen- que pase a nuestro lado la inherente distorsión de Ia prue. le nos ha ensehado Ginzburg. Al describir la peculiaridad de En ausencia del testimonio completo del juicio (faltan Menocchio. tin Guerre„puesto que ambos piden una reconstrucción rrv de Nataiie Davis. Ginzburg subraya que. Cuando no podía encontrar mis hombres bería ser motivo de reQexión historiogrkfica. Debemos buscar con paciencia las discre. Comentanda que los debates sobre la culpa o inocen- icadapruebas de que dispongamos. camo cia de Sertrande de Rols. de todos modos. como puede ocurrir con tanm facilidad. entonces me dirigía. vestigación histariográfica Kl caso de Menocchio es tan significativo como el de Mar- G inzburg cita el principia de El nprwo ofoAfnvw C~uo. he trabajado por entero los finidos: . que a menudo consisten sólo en fragmentos dis- utiiíxar las observaciones de Glnzburg acerca de la inte. me he percatado de lapmsencia. donde esta autora escribe: de la relación entre las vidas individualesy los contextos en los que se llevan a cabo. si uno sabe dirigi la mirada.j FJcontexto. En esta sección Anal. haber tenidos pancias dialógicas. Lu episemohgk ralolarpruebos d&torsionoeos 285 fuerza desigual Ni que decir tiene que las deformaciones registros de sentencias parlamentarias para encontrar más pueden sertan grandes como para convertircualquier acerca deí caso y acerca de la práctica y las actitudes de los prueba en irrecuperable. texto. parecen un ~oca fuera de lugar». p.. la reconstrucción de la rela- ción (scerca de la cual sabemos tan poco) entre las vidas de los individuos y los contextos en los cuales se dessrroHaron N leer toda el corpus de Ios escritos historiogrkficos [. Tras la pista de misactores rurales he examinado las breve y muy distorsionado diálogo entre Janet y Lucie actas notariales en las aldeas dispersas en las diócesis de presente hiatas visibles. consutuye uno de los aspectos centrales de la integración. de.Abrigar. de ataques y retrocesos~ («IA». un juego su. tórica. Ginzburg aiíade: til de amenazas y miedos. 68) gración para presentar un esquema historiogrkfico mks general que espero que cantribuya a vincular algunas En otra parte Ginzburg escribe que una investigación de los texnas que ya he abordado. sin un examen ellos debieron haber visto y las reacciones que pudieron más detallada.Sajsso enBur- seguir el ejexnplo de Ginzburg en este terreno y no dejar gos. repetida. las divergencias y los malentendidos. el que incluso ese jueces. persos acerca de la vida de un individuo.» (aVE~. 20). en mi opinión. en tanto era posible. deseo pruebas. Debemos o mujeres individuales en Hendays. tesdel mismo periodo y lugar para descubrir el mundo que ba. Rieux y Lombes. El objetivo esped6co de esta dase de invesdgación his- tórica debería ser. pienso yo. p. Sin embargo. entendido aquí como el kmbito de la posibilidad tegración destacan la que es.» y este proceso de unión direcciones más importantes y fructíferas de la futura in. le da «1 historiador la posibilidad de integrar lss del ooncepto de integiación. una de las históricamente determinada~. prestando atención camo detectives a las siempre codif. visto como un espacio de posibilidades his- de Ginzburg. «leer entre hneas. la esposa de Martín Guerre.. esa en e» parlamento de Toulouse todos los archivos de casos pecubaridad se despliega dentro de unos hmitcs muy de- criminales anteriores a l600). puede profundizarse ouniendo el caso espedfico al con- cripciones que hace Ginzburg de las problemas de in. prendido en los últimos tiempos la reconstrucción del mentadas en términos epistemológicos.. Sin embirgo. una relación de transparencia epistemol6gica que permite guaje de que históricamente disponía. tal como la La relación entre el individuo y su contexto constitu. discerniremos una concepción mayoríade los «archivos de la repreüóne. invaria- dimensión epistemoontológica. son diferentes de clase no sólo puede afectar a la informaci6n disponible. mina las acciones del individuo. mu..sspero en lugar de in. cabo decisiones. cita de que la relación del individuo con su contexto es Con daridad y lucídez inusimdas l@enocchio articuló el len. una de las cuestiones acerca de la re. analíticamente. representándolo privado . a los contextos de sus acciones. en po. apenas resiste la contexto cultural de un modo que practicamente deter- crítica fdosófica. que el conocimiento del contexto proporcione. los usos que los tegración. la base para algo ga cultura popular) que se advierte sólo a través de do. puesto que se plantean en bles en personasy épocas. De Como observa Levi. Un segundo aspecto de la dimensión epistemoontoló- sesión de información más omenoscompleta de sus posi. Por último. no acceso a los aspectos relevantes de su contexto.~ La dividuo y su contexto desde el punto de vista de las consi- construcción de un agente enteramente racional con ple. y en la presuposición tá- para ejercer dentro de ella la propia libertad condicionada. destacaré unos pocos ejemplos representativos. Además. es socialmente uniforme. la cultura ofrece al individuo un hori. Levi cree que la lectura de las ese nivel algunas cuestiones Qosóficas muy generales biograRas pone de relieve los modos en que funciona la pero decisivas.ss Enesta concepci6n. gíca de la integración gira en torno a las cuestiones de la bilidades y utilizando esa información siempre de un libertad y el poder. modo más general. y empezar por sus rasgos distintivos favo. Sin embargo. decisiones enteramente racionales. Lo cyariciós h lu mcaulidad' L u rpk rnnekgía dc larymehw dk soniomu6rs 237 Como la lengua. Demasiados historiadores han em- modo socialmente uniforme psrs tomar decisiones funda. procedentes en su tudiamos las biografías. la biograaa puede subrayar lo que está lación del individuo con sucontexto se hiere al tipo dc en juego en nuestra integración de la relación entre un in- racionalidad que se imputa a los agentes lustóricos. [. cada uns con sus cuestiones y dificultades es. deraciones de la racionahdad. cognitivos por medio de los cuales los individuos llevan a tentarofrecer una enumeración exhaustiva de esos pro. Levi sugiere que si es- cumentos fragmentarios y deformantes. oomo muestra Levi.) fEI caso de Me. sino también al modo en que es utilizada. individuos hacende la informaci6n de la cual disponen no pecíficas. Aunque las tres dimensiones están interrelacío. no suponemos que un individuo tiene pleno ye el núcleo del problema de la mtegración. mostrándonos los mecanismos en su ~Les usages de la biographíe~. podemos proceder como si las disposiciones cognitivas de Denomino a Ia primera dimensión de la integraci6n la los individuos obedecieran a mecanismos rígidos. (QC pp. falta de acceso. acceso al contexto en el que se desarrollan sus acciones y desde el punto de vista de la teoría. chas reconstrucciones históricas se basan justo en esa ima- zonte de posibiMades latentes. puesto que la posición social o nadas en toda explicación histórica. sostengo que hay al su vida. sus usos de la información y su acceso -o blemas. interpreto. ni que todos los individuos tienen idéntico acceso menos tres dimensiones diferentes del problema de la in. una jaula flexible e invisible gen de la racionalidad individual.22-23) más precisa de la racionahdad individuaL que denomina «racionalidad selectivas. en conjun- nocchio permite] circunscribi las poühilidsdes latentes de ción con disposiciones cognitivas estables. Algunas son anahzadas por Ciovanni Levi racionalidad individual. no rece nuestra comprensión.a posibilidades y contextos culturales. s ingulares como ex t r años a su c o n t e xt o c u l t u r a l c o m o zar mejor cómo deberían integrarse contexto e indivi.] Js distribuci6n desigual de poder. cuando no la desaparición. con lo que ca con ellas. mera función de sus determinaciones contextuales. Por lo que. con todo. sibilidad de integración. de N ada puede decirse acerca de tales indivi d u os. epistemalógicos. de tsl moda que los da de la relación entre el individuo y su contexto.está tan bos. Aunque Ios historiadores recientes que. han perdido todos los vínculos con la sociedad n orxnal ss ner s los dominantes cambios no despreciables. y la necesidad de reconstruirlo.» manipulación o de interpretaci6n de las reglas. no tanto integrándolo como absorbiéndolo G ínzburg. dado q u e modo más abstracto. Pienso que ls biogrs6a constituye. 19) m individuo hasta su lugar necesario en un contexto social y T anto las reconstrucciones que tratan los in d i v i d u o s cultural a menudo impersonal. de negocia. el m odo determinista. que el indivi du o se poder cultural más que hallándose en interacci6n recípro. Semejantes indi v i d u os. puesto que la singularidad equi- mssrios para una concepci6n que engulle al individuo en vale a la inintegrabilidad. Semejantes narraciones son análogas a esas biogra6as plenaxnente estructurado prasográficas que. por grande y coerciti. se pro. Gamo afirma Levi. en lugar de tratar al individuo cama una persona singular. cuando el cont ext o se rec on s t r uy e d e e st e ciones. aquellas que desalojan el individuo por referencia a sus duos en una reconstrucci6n histórica particular. como dice el propio el cantexta. puesto qu e caen vo que ses. por esta razón. explicaciones. Dichas cial del contexto. y permítirxxos canceptuali. p. son percibidos como casos límite que para los dominados: estos últimos pueden entonces impo. mente singular. por completa.xs E scapan a los engranajes mecanicistas de la d e t e r m i n a - ci6n contextual para acabar relegados a una aextrañación El modelo de Ginzburg de intercambio circular entre absolutas que se sitúa «más acá de la culturan (g@ p. Además. truyen el contexto cultural. convierte en poco más que un nodo ilustrativo. rígido y no pro b l em ático en tér m i n o s Jugar ideal para veriñcar el carácter intersticisl -y. La biografia puede devolver el rostro del únicas reacciones legítixnas~ (QC. Le epiaooxologvá ck lasprrcobar dirxorsioncrdar 2M de cualquier capacidad para integrarse en el contexto de en Ias estructuras deterministas e inconscientes que cons- un modo activo y quizá induso intervencionista. al atri- individuos son descritos reaccionando a las dinámicas del buir demasiado peso a este último. se producen graves consecuencias para importante. de todas las caracteristicas significativas de un g rupo. el hábito social y el duce a costa de la negligencia.evi reacciona contra diversas explicaciones teóricas muy sospechosa del contexto. las culturas de las clases dominantes y subordinadas y. 20). una analítica del poder que no su singularidad consiste en una exteriori dad e im p e r m ea- oponga en térmixxos conccptuales dominaci6n cultural y bilidad al contexto cultural así reconstruido. deterxninaciones contextuales operan con una naci6n I. contexto.no deja de ofrecer cieno margen de maniobra fuera del contexto. lo perciben centrando y condensando que elimine toda posibilidad de elecci6n consciente. insistiendo de forma demasiado exclusiva dan hay por sentado que el contexto sufre transformacio- . reducen al individuo a una presión de que el descubrimiento de la importancia cru. no hay po- resistencia individual son correctivos fxlosóficamente ne. ningún sistema normativo se hacen imposibles ciertas formas de integraci6n de axn- -un componente central del contexto cultural. ana queda más que el "estupor" y el "silencio . presentan una reconstrucción tan desequilibra- del ámbito de la hbertad individual. al subrayar la estructura.de Ja libertad que pueden ejercer los actores el mado en que puede ser tratado un i n d i v i d u o aparente- j . Da la im. Gerhoh de Reichersberg y otras fuentes. Los procedimientos otro lugar. Ia construcción de pruebas. rio. o de un cuadro dual. Fru- testimonio y la prueba que he comentado en la sección 1V goni deseaba tratar cada fuente por sí misma. desde su propia perspectiva y con sus pro- copilación de testimonios. como escribe Frugoni en espacio de posibilidades históricas. El obje- reacias dentro del propio contexto. deseo cia también dan por sentado que en cualquier momento indicar la importancia. se intentó comprender cada fuente. ri del ~ecok Xg publicada originalmente en 1954.lo que apareció no fue una cae&!ha de su presentación Hteraria. todo cada fuente como un testimonio separado e indivi- sentacinn literaria-. con &ecuen. de modo que la tarea del historia- que sea mucho más sensible a sus complejidades y hete« dor consiste en encontrar los conectores adecuados que rogeneídades. pero ahora separaré. utilizando las palabras de Ginzburg."' fecta de un mosaico>. como había de este ensayo. sido escrita. Otto de cialmente. justificara siempre la con6anza in6nita del historiador en mente de lo que lo está la amphtud de la hbertad indivi. transparente. como señala Levi.~ El método filológico-combi- ge un análisis defendible de la racionalidad individual y natorio trata las pruebas y sus contextos como si fueran una dinámica verosímil de dommio social y acción indivi. sin suponer que encontra- descodificación de las distorsiones y la integración de ría la complementariedad entre una fuente y otra. en el pensamieato de Ginzburg. cada de inte~ ón h i storiográ6ca interactuarán de modo es. histórico especíSco el ixintexto es «plenamente coheren. reconstruyaii su sistemati- Me centraré a continuación ea la segunda dimensión cidad y su unidad. trama perfecta. Laga r e logkd h y bard i e w i onsaar 2 41 nes a lo largo del tiempo.~ No todo ese materia: semejante iategración debe tener en partió de la p remisa de ua encaje necesario entre las cuenta las pruebas procedentes de la perspectiva del indi. sino que. duaL que surgía de los escritos de san Bernardo. La integración de contexto e individuo no s61o exi. Ia duaensión de la pte. hacen caso omiso de to de la narración de Frugoni es el emétodo filológico- que el contexto nunca está hbre de contradicciones y pa. un encaje que culminaría en la reconstrucción de viduo y las pruebas derivadas de su contexto cultural y su ua todo sistemático. como si una providencia benévola La naturaleza de un contexto no está más dada te6rica. tanto de las pruebas acerca del individuo y el contexto de la anónimas como conocidas. que Hamaré dimensión tustoriográ6ca mosaico original. un método que combina las pruebas san por alto el detalle crucial de que no hay un contexto derivadas de diferentes fuentes. saquen a la luz todo el tratado.~ No logran examinar las incohe.4s Tratando ante a comentar brevemente -a saber. que todas las pruebas encajan de un modo complementa- dual. sino. 4s cuestiones historiográ6cas de la integraci6a Frisinga. «sin perder de vista. fragmentos de un tratado sistemático. perspectivas y contextos uaico y cohesivo. Al comentar estos problemas historiográ6cos. la pios compromisos específicos. ante todo. combinatorio». cuya sohdez y permanencia se extienda en una unidad homogénea„como si la integraci6n de sobre el individuo y lo despoje de especi6cidad como pruebas sólo pudiera adoptar la forma de «la trama per- resultado de sus restricciones globales homogéneas. un tanto arti6. sistemático y cohesivo. reproduciendo así la integridad del de la integración. fuentes. Nos enfrentamos aquí a problemas de re. . de la obra de Arsenio Frugoni Arnaldo ckr Erescia mlk fon- te. las circunstan- trecho con la tercera dimensión de la integración que voy cias particulares que los determinaron».~s Al tratar a Arnaldo Brescia desde el Esta dimensi6n incluye todas las cuestiones referentes al punto de vista de muy diversas fuentes del siglo x?r. estables. sino también una conceptualización del contexto completo o uni6cado. enunciado. . historiográ6camente. que no es necesariamente unificación. Más ción del testimonio judicial. clases específicas de distorsiones. Dado que el testimonio acerca de Ar. dado que derivaba de contextos diversos y fue objeto de como si dijéramos. buscando no pruebas no distorsionadas. en parte averiguan- cada deArnaldo como producto de una integración de. Considérense muy brevemente algunos ejemplos. critores han dado por sentado que las 3Eedixeeioneseran tento de imposición del esquema inquisitorial sobre las «un diario de sus estados interiores». Aurelio casi no nos dice nada acerca mitió que de éí surgieran 1as creenaas y la cultura campe. Al y culta.~' Ernest Renan sobre Marco Aurelio. los contactos dialogicos de esos documentos con el ñn de De manera bastante obvia. pasando por encima del peso de la es- presentar una diversidad de retratos. y algunos de ellos han conduido induso que su de Cinzburg se manifestaron en las formas precisas en personalidad era resultado de una úlcera gástrica o indu- que descifró las distorsiones. muchos lectores y es- La uni6cación sólo se produj o más tarde mediante el in. que aprender a integrar las pruebas. lidades interpretativas que ya he descrito. un único supercódigo que sea la llave una diversidad de deformaciones. no eran cohesivas. Una de las cues- ción. y las extraordinarias dotes humana. riográfica gira en torno a cómo usar y descodificar las naldo de Brescia estaba codificado de difexentes maneras.~ Sólo una presuposición ver sus imperfecciones exigía la superación de los viejos historiográfica no justificada podría llevar a conduir que compromisos historiográficos y el despliegue de las habi- la diversidad de esos retratos era un defecto de integra. Tenemos construcción históxica que reprodujera una imagen unifi. tinciones. no menos desde la época de la publicación del estudio de constituían fragmentos de un mismo todo sistemático. sin suponer su transparencia ni Ia existencia de. Los eruditos han creencias.que no estaban uni6cadas. de su amargura y disgusto ante. distinguiendo entre los diferentes fectuosa. de sí mismo en lasMcdücrcionea sinas. una integración que imponía restricciones procedimientos para codi6carlas y manteniendo esas dis- historiográñcamente indefendibles.Por fortuna. que la reconstrucción históxica debe hacer emerger tiones centrales de esta dimensión de la integración histo- una imagen úmca. poner de manifiesto tructura literaria así como de sus determinaciones históri- las interacciones redprocas entre dos culturas -campesixia cas. en que tomó un código apa. extraídos de di. so deuna adicción alopio. como se ha. versas perspectivas visuales». y aspirando a la inte- toriales en Ebenandunn'y E/quae p /oxgusaxxor descodiñca gración. cabría juzgar una re. sino El uso por parte de Cinzburg de documentos inquisi.242 Ln spisaeio/ogía dc /ospnubax eáenvrsienndm 243 «diversos retratos de Arnaldo de Brescia. las actitudes y prácticas de los acusados. explotar las «anomahas» y «grietas» de la documentación no vemos porque consideramos la prueba más transpa- que reconocía como extremadamente distorsionada para rente de lo que es. maestra para la comprensión de toda prueba. Sin embargo. estos problemas del desci- mostrar el conRicto de las perspectivas individuales y los &amiento de las pruebas no están limitados a la codifica- contextos culturales entre acusados e inquisidores.la vida haber visto una unidad falsa. mismo de Aurelio. Habría descubierto a lo largo de toda la obra pruebas del pesi- sido fáráL induso naturaL pasar por alto esos conRictos. y en contra de las primeras aparüncias. no obstante. los documentos no eran una trama perfecta. Cirmbuxg tuvo que siones peculiares. distorsiones que. Las pruebas pueden estar que intentar reconstruir un cuadro unificado. do cómo desci&arlas. yado Pierre Hadot. como ha subra- rentemente impenetrable de distorsión inquisitorial y per. pruebas. codi6cadas en formas que impongan sus propias distor- bía hecho tan a menudo en el pasado. La~ i e i em de lasesiaiksárd' Ln cpkssmologva ck laspnubas~ sis u fas 245 Nos tesuha demasiada fácil imaginar que, como mu- derno no reconoce: «Comprender una obra de laAnti- chos autoresmodernas, los eseríteres antiguas esixiben can güedad exigecolocarlaen elgrupo del que emana, en la el fm de comunicar directamenteinformación, a eaaacianes tradición de sus dogmas. su género literario, y exige com- que puedan estar sinúenda. 9smas par sentado, porejem- pIa. que las Pfefihrcioisssde Aurelio pretenden trsnsmiúrnas prender suso bjetivos ~.s' Debemos prestar atención a los soíool de esas obras, esto es, a «fórmulas, iiuágenes y metá- sus senúmientas cotidianos; que el propia Lucrecia es una foras que se imponen convincentemente sobre el escritor persona ansiosa y uúlizó su poemaSe ta nasicraksa doler co- y el pensador, de tal modo que el uso de esos modelos sas paraintentar cambaúr su ansiedad; que Agustín se can- prefabricados les parece indispensable para lograr expre- 6esa reshnente en susCeqfistomea» sar sus propios pensainientos»."~ Y, como ha demostrado Phihppe Lejeune en sus estudios de la autobiogra6a, hay Como ha sostenido cle modo convincente Hadot, las limitaciones históricamente especí6cas sobre his autobio- declaraciones y afirmaciones deMarco Aurebo no son ex- grafias modernas, fuerzas que estructuran el modo presiones de su pesimismo o desilusión ante la vida, sino en que se escriben y leen, por lo que no debemos supo- un emedio que empleapara cambiar su forma de valorar ner que todas las autobiogra6as se crean de forma idénti- los acontecimientos y los objetos de la existencia huma- ca, como diáfana expresión del deseo de sus autores de nas.» LasAfedihzanssss de Auteho presentan ejerdcios es- comunicar a otros su vida interior. Incluso un género pirituales, que apuntan a transformar el modo de pensar y de aparienciatan homogénea como la autobiogra6a pos- vivir pata permitirnos vivir de conformidad con la Razón. rousseauniana presenta una diversidad de códigos implí- Esos ejercicios obedecen a reglas rigurosas, codi6cadas y citos, irreductibles unos a otros, por medio de los cuales sistemáticas, y Eladot ha demostraclo, con gran detalle, las obras son producidas y recibidas.ss que Ia clave parala interpretación de los ejercicios espiri- Por mencionar un último ejemplo aún más brevemen- tuales de Marco Aureho se encuentra enlas obras de te, en una investigación reciente que he realizado sobre Kpicteto. Aureho intenta, de acuerdo con las doctrinas es- los relatos de san Francisco recibiendo los estigmas, me toicas, hberarse de la visiónantropomór6ca y convcincio- sorprendió descubrir lo dependientes que son muchos nal del mundo y las actividades humanas; dc',seaver Ias lustoriadorcs contemporáneos de las primeras biogra6as cosas como son en sí mismas, lo que exige el arduo traba- de Francisco escritas por Tomás de Celano y san Buena- jo espiritual de autotransformación. Por ello.por ejemplo„ ventura. Sin embargo. me sorprendieron mucho m.ás las ccuando Aurelio habla de hi monotonía de la «xistencia formas en que esos historiadores habían tratado las bio- humana, no escon elfin de expresar su propio aburri- gra6as, como si presentaran pruebas sin codi6car, escritas miento, sino para convsstccvve de que la muerte no lo pri- desde una perspectiva desinteresada y transmitidas en vará de nada «sencial~,so Las sorprendentes forrnulacio- una forma literaria que no necesitara análisis. Rasgos nes de lasAfehtaciyssssestán al servicio de la práctica de como el quc esas biogra6as sean hagiogra6as, que estén esos ejercicios espirituales y su objetivo de permiúr a al- escritas utiTizando una concepción estrechamente delinu- guien vivir la vida al estilo Alosó6co. tada de la prueba, que incluso esa prueba sea interpreta- Además, como dice Hadot en otraparte„hay muchas da o codi6cadade modos muy espedTicos o que los con- limitaciones sobre los autores antiguos que el lector mo- textos a partir de los cuales están escritas sean muy Ls cyonciori oh ta oozrroMml La cpisxcmologúr de lar pruebar dirrorsknedus 247 limitados parecen haber pasado de forma casi inadvertida ferencias, el relato de los estigmas de la consideración HI -y a todas luces no problematica- hasta las interpretacio- de Ias Fiorexci,escritas unos cien años después de la muer- nes contemporáneas. Consideremos el siguiente relato de te de Francisco.s' Este último relato, a su vez, reproduce, san Francisco recibiendo Ios estigmas: con algunas diferencias, la narración que se encuentra en la Vida primera de can Francisco de Tomás de Celano, Vio uua montaña cubierta de luz, los delos abiertos y completada probablemente en 1229, tres años después un seraSn ardiendo desceudió con rapidez. La luz brillaba de la muerte de Francisco.ss Puesto que, según el prólo- por todas panes. Cada brizna de hierba era clara y uídda en go, Tomás escribió su biogra6a «por xnandato del señor y Ia deslumbrante lur. glorioso papa Gregorio~,sr dificilxaente podernos esperar Francisco alzó los ojos. El áugel tenía los ojos abiertos, que las pruebas y el contexto, así como su integración, no los pies esúrados. Estaba clavado a uua cruz. Una cruz vi- sean problemáticos, estén libres de las exigencias de una viente coxx seis alas en llamas, dos alzadas sobre su ~ codi6cación y un análisis detallados y cuidadosos. La na- dos cubrieudo su cuerpo y dos desplegadas en el vuelo. rración de Foxtini, en absoluta contigüidad con una bi o- Se colocó sobre Francisco y los rayos sa1ieron de las grafiia del siglo x' , m uestra claramente las limitaciones heridas de sus pies, Ias mauos y el costado para atravesar que puede imponer la forma literaria. Como hipnotizado las manos„ los pies y e1 corazóu de Francisco. El alma de por la emoción. el lenguaje y la estructuxa de la biogra6a Franciscose vio atrapada en uu remohno de fuego, U na di- hagiográ6ca, Fortini importa una concepción historiográ- cha ínñxuts lo embsrgó y «ambíéxi uu doler inñuito. Alzó las 6camente ingenua de la prueba y el contexto a su recons- manos hada la Crus viviente, pero euteuces cayó incons- trucción histórica del acontecimiento de los estigmas. ciente sobre la piedra. Además, los problemas historiográficos de Fortini ape- Todo el monte de La Veras parecía estar ardiendo nas disminuyen cuando, en el segundo volumen de su como si el so1 estuviera en lo alto. Los pastores, que lleva- Ãoee cita, presenta la documentación his tóri ca en apoyo bsa sus rebaños s los pastos que había juntoal mar, se des- de su narración literaria. Empieza con el enunciado de que pensrou. Los muleros se levantaron, pausando que amane- ohoy la historia y la ciencia se muestran casi unánimes en ds, y reanudaron su marcha, reconocer el prodigio de los estigmas».ss A continuación Viajaron mx lo que pareda uua bxíHaute luz del dh. Y procede a enumerar los testimonios más fidedignos de los luego víeroa que Is inmensa luz se apagsbs y desaparecía estigmas, presuponiendo que, puesto que son antiguos Volvió Ia noche, repleta de estrellas.~ y en algunos casos contemporáneos del santo su precisión está aseguradass Entre esos relatos, Fortini cita tres cartas Estanarración no está tomada, como se podria supo- de GregorioIX,elpapa que canonizó a Francisco. Sin em- ner, de una hagiografia del siglo xm, sino de la ltxmsrxoilcx bargo,deja de mencionar que, alparecer,elpropio Grego- ck Sosx Fiuecescode Arnaldo Fortini, publicada en l959 y rio tuvo al principio dudas acerca de ciertos aspectos de los que sigue siendo considerada la más completa biogra6a estigmas, como ponen de manifiesto las bulas de canoniza- histórica que poseemos de san Francisxxx.No emprenderé ción de 1228. Al final, sin embargo, acabó por insistir en la un detallado análisis historiográfico y retórico de este pa- realidad de los esñgmas; según san Buenaventura, Ia disi- saje; me limitmé a señalar que reproduce, con algunas di- pación de sus dudas fue resuhw9o de una visión nocturna Le cape~ c k Ze ~maMad en que se le apareué san Francisco y lo convenció de la au- en este caso también, podemos probar nuestra interpreta- ttmticidad de las llagas.ss No me parece ésta una razón ade- cién en uncontexto comparativo que es mucho más am- etrada para contar a Gregorio entre los testigos más 6de- pho que el disponible para los hagiógrafos. digrros de los estigm as. Además. Fortini no menciona Toda la cuesuón de como comparar e integrar con- ninguna de las dudas, iguahnente antiguas y contemporá- textos (y las pruebas derivadas de ellos) es, en realidad, neas de san Francisco, que perturbarían el contexto hagio- un tema principal de FIuroria aoczacrnude Ginzburg, uno gráfico de su narración.Como ha demostrado de modo de los grandes tratados de lo que Damaría la metodolo- de6nitrvo André Vauehez, las batallas en torno a la autenti- gía de la cont~ r a lización comparativa. Puesto que el co- cidad o la falta de autenticidad de los estigmas de Francis- mentario de ese libro merece un trato separado, me himi- co se Hbraron desde el principio, v tienen que situarse en taré aquí a unas pocas observaciones adicionales sobre el un contexto muy complejo, un contexto que incluye temas modo en que Ginzburg enfoca eltema de la integración tan generales como las cambiantes concepciones de la es- de contextos diferentes en su Parquisn sobe Piavo.ssEn el piritualidad y la santidad en el siglo xm.«E1 problema más prefacio de ese libro, Ginzburg indica las insuperables di- general de Fortini es h)storiográ6eo. Escribe su relato 6cultades encontradas al intentar fechar las obras de Pie- completamente desde el punto de vista de una biogra6a ro della Francesca sobre bases exclusivamente estilísticas hagiogra6ca, como si el único contexto relevante fuera el o iconológicas. Aunque se centra de modo específico en de san Francisoo y sus defensores. H contexto construido mostrar los problemas metodológicos del intento de Ro- es tan estrecho y espeeí6co que ciertas pruebas deben pa- berto Longhi de fechar la Ehzgelación de Urbino, sus ar- sarse por alto; y la integración resultante de contexto y gumentos poseen un alcance mucho más general. Sostie- prueba se autosostiene eon tanta soltura, de modo tan exa- ne que tanto las pruebas derivadas del contexto del gerado sin grietas ni anomahas, que prácticamente sella su análisis estilístico como las pruebas derivadas del contex- propia incredibilidad. En cambio, la integración de Vau- to de la interpretación iconológi.ca corren un riesgo emuy chez de la prueba en con6icto y de contextos diversos, al- fuerte» de gunos estrechos y otros mucho más ampUos, exigiendo to- dos ellos su d escodificacién particular, no presenta construir cadenas interpretativas circulares, enteramente ninguna de las rigideces historiográ6eas encontradas en basadas en conjeturas. Los eslabones de la cadena se remi- Fortini y produce una reconstrucción histórica mucho más ten unos a otros reeípmcsmente y la cadena entera se sos- adecuada.~ La historia de los relatos de san Francisca reci- tiene en el vacío.~ biendo los estigmas obbga a plantear las cuestiones de lo que cuenta como contexto relevante en la descri pcién lus- Ginzburg espera alejarse de la amenaza del vacío aña- tórica, cómo habría que comparar contextos y cómo están diendo otro contexto de prueba para intentar fechar )a relacionados el. contexto y la fiabiTidad probatoria. En rela- obra de Piero, un contexto que se origina en la investiga- ción con documentos inquisitoriales. Ginzburg ha escrito: ción documental del encargo de esas obras. Semejante «Podemos probar nuestra interpretación en un contexto prueba, según cree Ginzburg, ha sido explotada de modo comparativo que es mucho más amplio que el disponible insu6eiente; y cuando las historiadores del arte han in- para los inquisidores e ( «IA», p. 22). Desearía añadir que, tentado reconstruir los encargas de la obra de Piero, no das de ellos tienen que ser valoradas de modo diferencia1 ción. como indica su siguiente observación. por elementos sacados del cont exto~. (Aquí sigue el texto de un hechizo en que se realizaron las pinturas de Piero. iría a la feria mientos historiográficos de Ginzburg en este caso. los procedi. creando dienripces» («VE». Power de reconstruir la vida de Bodo. lagunas documentales. tienen mucho que enseñarnos -cualesquiera que Ginzburg hace notar no sólo la legitimidad. probablemente lo habría visto sacar la documentación sobre el encargo y la iconogra6a) para de su jergón un pequeño pastel. En relación con 1). y lo habría visto inclinarse y arrojarlo al surco comparar y juntar una gama de contextos que produce y cantar: «ITierra. primer surco. Ginzburg retorna el intento de así un círculo vicioso cuyo valor probatorio se halla gra. debidas a la pobreza de la docu- sión historiográfica de la integración. sino tam- sean nuestros intereses históricos más particulares. La apari eidn dele eenarlidcrd lo han hecho usobre la base de documentos de archivo y realizados en ese género de escritura histórica que con- biblioteca». Bodo se levanta temprano [. hacia ñnes del reina- ción cuya solución precisa requiere diferentes tipos de do de Carlomagno. dado el curso de su tratamiento de los avances historiográficos contexto del entorno social y cultural de Bodo. han perdido la opor.) do en cuenta los problemas bastante específicos ocasio. el campesino co- vemente comprometido.. específicamente su iconogra6a. rina. Ginzburg escribe: «es di6cil que riográñco. anglosajón.] pruebas derivados de una diversidad de contextos. 66). no todos una gama decontextos y suspruebas me servirápara con. En el hechizo anglosajón~ («VEx. Power: Ginzburg desea utilizar la iconogra6a (no realiza análisis estilísticos) en conjunción con las pruebas documentales l) T r atemos de imaginar un día en su vida. una integración que deja claro cómo construir. Cstos son los enunciados de terpretaciones siempre en peligro de autoperpetuarse. un control externo al círculo de in. Deseo considerar tres enunciados de Po- texto de las pruebas documentales. Permaneciendo por un momento en el plano histo. p. ma- unas pruebas más amplias y convincentes sobre el modo dre nuestral». p. mentación. no hay ra- . hubiera seguido a Bodo cuando abrió su objeto es «integrar los datos de las dos series»ee (es decir. Una her- sobre losencargos para enfrentarse a problemas de data. Incluso tenien. los contextos poseen igual categoría y las pruebas deriva- ducirme hacia la tercera y última dimensión de la integra.s i Al hacer caso omiso del con. sino que han preferido utiTizar las pruebas de siste en «la mezcla de biogra6a imagmaria y de ~ a u- las propias obras. unhabitante de la Qe-de-France. Tierra! iOh.sobre bién la necesidad de «la integración /lin regranonegde las el modo deenfrentamos a lo que he llamado ladimen. haya cantado un del comentario de Gentemedieuul de Eileen Power.s' en los ejemplos de sus lecturas de los procesos inquisito- riales. wer y los comentarios de Ginzburg a esos enunciados tunidad de colocar sus interpretaciones iconológicas bajo desde el punto de vista de la integración bistoriográñca un control fidedigno. mosa mañana de primavera. horneado para él lograr así una integración más adecuada de pruebas por Ermenetrude a base de diferentes tipos de ha- y contexto. 67).. deseo rea1inu unas pocas observaciones acerca Bodo. mún y corriente. Tierra."s Sin Un ejemplo f i nal de la integración comparativa de embargo. del contexto y las pruebas. Su si Ud.ss Es decir. Tierra. como 3) Bodo se pierde silbando en el &ío. 2) Bodo tomaría con certeza un día de descanso e nados por la datación de las obras de Piero. "' como si hiciera falta una ciones exigen atenci6n a la dimensi6n literaria de su esni- fuente específica para demostrar que Bodo silbaba. como nos recuerda Ginzburg. la verosimili- tud general no es algo eternamente fijado. reconoceremos que incluso integraciones como las halla- wer de ese aspecto de la vida de Bodo. debe hacerse hincapié en mente verosímil. su intensificación. hay hechos históri. no puede ser proyectado automáticamente en empezar una crítica radical del lenguaje historio~ de una sori eda» (oVE». cos específicos sobre la existencia de esas ferias y el com. El tratamiento que hace Ginzburg de Power me Heva portamiento de esos campesinos que podrían utilizarse de forma directa a la tercera dimensión de la integración. «los hombres no son pájaros. Y como añade en El jssozy sl 1a que ahora sólo tenemos una ligera insinuación. implica una atenuación de lss posibilidades cognitivas de ls discutible. en oposición a esas tendencias. mente no problemáticas. La historiografia reciente ha hoy e indudablemente también silbaban entiempos de subrayado lo que Ginzburg Gama cel núcleo fabulatorio Carlomagno». es exactamente en este punto donde tendrá que cultural. Aunque alto este tipo de problemas considerando la verosimilitud no esmás que una conjetura que elpropio Sodo acudiera culturaL incluso del tipo más general. que podrían ser presentados que llamaré la dimensi6n literaria. Declara que Sin embargo. su silbar no es nes. empezando por las historiográficas» y no ha subraya- frío». como si fuera una a semejantes ferias en sus días libres. res. El a 3). un problema fascinante. tinci6n entre historia y ficción hasta el punto de convertirla deración general de verosimilitud: dios campesinos silban en una distinción irrelevante. el hecho de que posible. también particulary precisa en apoyo de la reproducci6n de Po. un acto natural». silbar se convirtió en una práctica cultural es. 67). Ginzburg señala que sería ingenuo preguntarse si hecho de que el «historiador escribe "~y de que sus narra- está basado en una fuente. das en 3) no pueden ser tratadas como historiográfica- Ginzburg dice que es una integración de individuo y con. alguien silbe puede ser muy inverosímil. Esta dimensión se refie- como base contextual sobre la cual el enunciado de Power re a la presentaci6n literaria. is Con el fin de poder justificar la afirma. en mi opi- ca. en cuanto re- cial de tales campesinos.rs En algunos contextos. Kn evidencia~i «Pero el silbido humano. de sobre Sodo sería aceptable. por parte del historiador. no es preciso presentar hechos históricos particula. como el necesario para apoyar la afirmación de 2). no es verosímil de modo in. La in. reconocible de las narraciones con pretensiones científi- ci6n de Power de que cBodo se pierde silbando en el cas. tanto ficticias como historiogr&icas.~s Es de presumir que muchos campesinos como Bodo iüón. por el contrario. Quizá el contexto cultural de Bodo no lo hiciera im. pero a la luz de lo que sabemos del entorno so. do el «núcleo cognitivo discernible» de las narraciones. Por último. tura ha llevado a algunos historiadores a difuminar la dis- tegraci6n encontrada en 3) está sugerida por una consi. con respecto su versión de los hechos y acontecimientos relevantes. aun tomando los propios parámetros que una mayor conciencia de uns dimensi6n narrativa no culturales con mucha laxitud. En cuanto a 2). concatenación de hechos necesarios. para apoyar esa conjetura. La cuestión de cuándo y cómo texto sugerida por un juicio de compatibilidad hist6ri.'s Ginzburg no ve la sino sólo rasgosmás generales de verosimilitud cultural. lo general. necesitaríamos una prueba muy conocemos que el silbar es una práctica cultural. Como escribe Ginzburg en «Verificando la historiografís. p. siendo una práctica realidad. sino. y no deberíamos pasar por se tomaran un día libre y acudieran a las ferias. historiador.~s . La a~ n s is ssxuuiidad ia La episremologín de hrspnabus c&corsionndíu zón paracreer que hubiera cantado hechizos anglosajo. y. actual situación teórica de forma tan miope. pero necesitan decisiones sutiles un ejercicio gratuito» («VE~. Ginz- te de los lectores a inferencias específicas. y Sodo incluía hechizos anglosajones. una acumulatsón literaria de seguridades en lugar de las puesto que Spence utiliza «las palabras de un docto ensa- necesarias probabihdades conducirá de forma inevitable yista» para reproducir el contenido del sueño de%ang. Aquí la presentación li. mientras dormía antes de su muerte» («VE». p. identificando así su propio punto de vista histórico cogxxixíva en no menor medida que lo que se presenta en con uns serie de recursos literarios que no puede dejar el nelato. Se puede decir que se trata de una integra. con muchas de sus implicaciones cogxiiti- modo en que se presenta un relato afectará su recepción vas. en primer lugar.«recrear el sueño de una campesina pobre a través . 68). como sugie. inferencias que no también nos enfrentamos a un fallo de la integraci6n lite- pueden ser apoyadas por pruebas. Utilizando las catego- y cognitivamente complejas por parte del historiador. por supuesto. La xpxxrooxotogéa xk la»pnu6a» dirrox»xoixaA» Z6S Entiendo que Ginzburg está subrayando que. No hay mks ra- sumiblemente". 28)P' Las im. En sus observaciones a I a ne a su fracaso historiográfxco. aunque muerte de la mjuer JPirng de Jonathan Spence. p. se tmta de una integración literaria menos mil dado lo que sabemos del trasfondo cultural y las rela- lograda: ~La expresión "ciertamente" significa aquí "pre. sin embargo. aunque el sueño está impreso en cur- siempre formuladas de modo exphcito. p. de esos fragmentos para «acercarnos mks a expresar lo sentaciones y elecciones literarias están cargadas de de. Pu Songling.literarias de la escritura histoxica no anulan la distinci6n de las palabras de un docto ensayista y narrador parece entre 6cción y realidad. cedentes de obras literarias de un escritor chino del si- sitan discusión y crítica. que pudo haber estado en lamente de la mujer Wang terminadasconsecuencias cognitivas y conducen por par. Spence utiliza una serie de fragmentos pro- vas. Considerexnos de nuevo el enunciado de integración historiográ6ca de Spence es defectuosa.un subterfugio a m enudo recun ente en zones paracreer que semejante contexto proporciona el lenguaje del historiado~ («VK~. campesina pobre. El historiador debe prestar una glo xvx. 70. rías que he desarrollado en este ensayo. La elección de las A veces tanto la íntegracíóxl bístoríogrkGca como hx palabras por parte de Spence al combinar las palabras de integración literaria seran inaceptables. al lector a extraer inferencias falsas. Las integraciones siva. por- Poxver: «Sodo tomaría ciertamente un día de descanso e que Spence utiliza el contexto de las obras de un ensayis- iría a la feria». ciones sociales de la China del siglo xva. interpretaría que como también las necesitan las integraciones hterarias del el comentario de Ginzburg implica. Y el esas palabras. de modo ma. que los relatos históricos son na. también cs ñaba la campesina pobre %ang justo antes de su muerte cierto que esas narraciones tienen implicaciones cogniti. Su presentación literaria . que la novelista. Ginzburg es cierto. y esas posibilidades e implicaciones cognitivasnece. considera el intento de Spence de reconstruir lo que so- xvaciones con recursos literarios específicos. pruebas 6dedignas para reconstruir los sueños de Wang plicaciones cognitivas de «ciertamexxte» son. reflejando cada . violenta. de distorsionar el contenido del sueño. ta culto para extraer pruebas acerca de los sueños de una ción historíográfica defendible. de las que hay para creer que el contexto cultural de nifiesto„muy distintas de las de epresumiblemcntew. 68). un contexto que resulta harto inverosí- re Ginzburg. raria. n. La propia narraci6n hist6rica de S pence incorpora teraria está en&entada a hx reconstrucción lxistórica. y combina algunas de las imágenes cuidadosa atención a los diversos modos en que suspre. Pu Songling es un fracaso narratológico que se superpo- una los defectos de 1a otra. aunque no burg comentaque. En segundo lugar. cil que un historiador deje de lado si es un excelente es- nes como quiza" y "podria haber sido"~ («VK». una historiadora como Davis. dice Ginzburg de laobra de Davis: ~La "verdad" y lo ro de la H& xoriu db lu xíecudennu y huída del Imperio Ro. histoxiografla anterior y contemporánea». pero tiene consecuencias cog. Permite al lector trar„dentro de su relato. laciones entre la escritura historiográfica y la novela. Cmzburg com.en la que las lagunas en la super6cie pintada son resal.en. traza los modos en que los «novelistas se despojan . las "pruebas" y las "posibilidades" se entrela- xxxuxsode Edvvard Gibbon. no es la los modos indicativo y condicional..] de la xxu.Creo fundadas en )a conjetura y la axxdogia. a diferencia del caso de Gib b on. consecuencias cognitivas y la fuerza retórica de esas inte- Una parte importante de la adecuación de las inte. "es de presumir". Cinzburg analiza las re- procedimientos de la integración literaria. 68). aun cuando permanezcan rigurosamente diferencia« dos».. Y critor. lector distinga correctamente entre las implicaciones de pacidad para presentar dichas integraciones. estilo y una elocuencia literarios cuya lectura resulta ma- m ente").. como cuando compa. 68)P' En lugar de intentar ocultar sus integraciones lite- cio es-no cabe duda que de forma no intencionada. por ejemplo. mos- para el enfoque de Davis «con las técnicas modernas de trando. Como cita +una nota autocritica» del capitulo trigésimo prime. como la llamada xvéfuxi. Davis las y rigor metodoló@co. ola dependencia [. un «ciertamentex y las de un «quizá». permite que se xnuestren y con ello deja que el graciones bterarias de un historiador consistirá en su ca. p. para mos.'s que aparecexx en su libx'o El ~~ ~u ravillosa. una autoconciencia que es muy fá- enfatiza utilizando ya sea el modo condicional o expresio.ss A continua- tadas mediante líneas muy fxnas cn lugar de encubrirlas ción. viarnos del modo condicional al indicativo.] de la novela inglesa [. L a epimrnokgía de huyrucbar díser ~ cx 287 quizásea de lectura amena. rarias. "probable". El pccro xi las gusunos. Porque. éste seria el lugar para Me debo a m3 mismo y a la verdad histórica declarar examinar con atención las integraciones literarias del pro- que al gxuxasde lascircunstanciasde este párrafo sólo están pio Ginzburg en. sino más bien gar de ocultar en el modo indicativo las integraciones que un dé6cit continuamente amenazante de autoconciencia ella hizo para salvar las lagunas documentalea. donde Cibbon escribe: zan. a pesar de su formidable ta- nuestra lengua me ha obligado a veces a desviarme del lento literario.as eHas atención a los En cProofs and Possibilities~. mediante el análisis de Daniel Defoe y Henxy Fiei- restauración de las obras de arte. Su ejerci. nitivas que claramente desencaminan al lector. la vida y el proceso de Menocchio sin menoscabo de un guaje del historiador suele signi6csr sólo "muy probable. Ginzburg n o d ej a que sus habilid ades modo nmrhciseuíai indicxxxioa~ como escritor se sobrepongan a la necesidad de mantener constantemente a la vista sus propias integraciones litera- Cinzburg insiste en la importancia de distinguir entre rias. deiVuxxxáx@xx' y que muestran tod. «terquedad de nuestra lengua» la que nos obliga a des- ra favorablemente a Davis con Poseer puesto que een lu. cómo construye exactamente su determinar cuándo está Henando las lagunas que los do- presentación literaria de las pruebas históricas.s~ Si el espacio lo permitiera. p. etcéteras. I a terquedad de que descubririamos que.. repintándolas como lo estaban en el pasados (<VE». graciones. Un gran logro de E/y xxero y los gusanoses que no en otra parte se reixere al <enjambre de expresiones como pierde la conciencia de su propia presentación literaria de "quizá". "ciertamente" (que en el len. consciente de las gañoso y también gratuito. Cinzburg cumentos dejan abiertas referentes al individuo. ding. entre lo cierto narrado y lo verosímil propuestoes que pa- dad». las cuestiones y las { plos de consejo historiográ6co y literario para los his- toriadores contemporaneas. induido Ginzburg.~ reoonocienda que vcxesímíl puede recurri a veces ia histeri y siu iuceuve. La histeria acxua casi como alguien que.citado por Ginzburg en problemas actuales acerca de la naxxación no sóia afectan C. sea conjeturando c. ie gi re. quizá de forma iues. más a fondo nuestra Gnisecular <relación encxe d que na- cieude le rcqucuide pczr la diversa razón de iss cosas. C Ne cscaráfuera dc lugar amacieusr quc csmhiéu s lo riográ6cay otros tipos cle narración». j/g adoptado los temas y las foxxuas expositivas antaño xesex abandona entonces la uacxacióu. Unas formas expositivas comparti- das no deberían conducir a integraciones literarias idén. aí pre. y quc. han hace quc se vea la lógica del conjunto. las calles. rración a secas .sc Precisamente porque ~ os d e sentar diferentes las panes que sou de las que podrísu ser. ha.ss haciendo también le que conviene a su nueve pxepósite.amo uaxxaude.) ción histórica y la categoría cogniriva de las presentacio- Forma parte de hc miseria dcl hombre el poder »once»r nes literarias imponen al historiadar exigencias que ésce sólo sigo d» lo quc hs sido. 4s forxuss expositims antaño reser. ausde. y de este modo. Ya toriadores deben mantener cau respecto a sus integracio. eso. meute profundapara las historiadore de hoy. diferentes formas de escxitura inmxpoxuran diferences ci- uicute. en paxte. cu color diferente. Ni tam poco puede refugiarse de y csuua parte de su sebo y su fuerza clpoder cosj»curar esas exigencias eu uua falsa cenciencia de que su abra xaás alLí de aquello que puede saber. historiadores muestran cuna creciente predilección por al chhujar el phmo de uua ciudad. única manera posible. pero para acercarse. 4rr v adas a les novelistas». nuestros mejores historiadores. Carne ha subrayado Ciuzburg.deberia desarroHar una autocanciencia más aguda lar csa tendencia. De hecha. esto es exponiéndolo pos de integraciones hterarias.y porque escriben hiena.cc escritores de Gcción. siua a la de la «na. Kn vez de recuece a le vcxeumi4 ue hacemás quc secundar o estimu. Me parece que presentar la xealidad distinguiende al ticas. mando presenta hechas y nada más que les hechas. a la categoría de la narración históxica. los cdi6cies planeados. dc la vadas alos navehstas. «Proafs and PassibiTitíes». Las prácticas de la nata- bajo su ferma propia y distiuguíkudolo así clc lo ceaí f. La histeria„digo.La historia. acaba rra y la reahdad .. apunta siempre a lo xeat Cscrr gg nes literarias un punto de vista chferenciado del de los ahí estassu unidad. iuduso eu su pequeño mundo. eeg fundirse con las de la novela. Deja cuxouecs de uaccar por uu momento. de Del ruxaumre rcmrcccr». pxoccxle. los temas y. Le ' 'a ck kcc A e m icrrcrxrdc x 2M poca a poca de los grilletes de su posición de inferiori. Uno de los mejores ejem. camo si las particulares imphcacioues y posibiMa. esos his.sx hasta culminar hov en una situación en que los r»z»su ~ tcs . las plazas. mismo tiempo lo cierta de lo verasúuil y dejándanas ver des cognitivas de la escritura histórica tuvieran que la lógica del conjunto es una arieutacion clarividente. no puede pasarpor alto. C perada.. si lo hace adecuadamente. acerca de sus propias invenciaues literarias utilizando hcs poxque ci uacrsr uo es eu ese case cl instrumento adecuado oportunidades de su escriturapara ayudarnas a in~~stigar y uciliza eu su lugar cl dchcmduecióu. le único que hace falta para ceccmecer la cehxcióu . ck i conywni.ss Podemos utilizar la dimension de la in- na»rrxxim&xi eh'uceie e c6ecweszcrcc»de Alessandre Mauzoni: tegración literaria en la escritura histérica para abordar el tema de las «relaciones variables entre la narración hLwa. a le quc es la Snalidad del uaxrar. no creo tampoco que no pueda establecerse una relaci6n útil entre algunos aspectos especúicos de la obra de Foucault y la tradici6n angloamericana de análisis con- ceptual. Nadie es perfecto. En lugar de tratar los conceptos como objetos eternos. Hilary Putnam ha descrito el interés por Foucault y su inQuencia en Ian Hacking y en mí mismo del siguien- te modo: Lo que mteresé a Hacking y Davidson era la idea de que ciertas técnicas de la fdosoRa analítica pueden combinar- se con ciertas técnicas de la historia. sin abandonar el interés por ia . cumplen objetivos hist6rica- mente contingentes. De todos modos. era posible considerar- los como objetos que nacen.un 616sofo sn 'tico. hacia el principio de su conferencia cSexualité et solitu- de» dada en la Universidad de Nueva York: Deseo dedarar de una ves por todas que no soy estruc- a ni tampoco -y lo confieso con el debido pesar. no puedo evitar recordar la observaci6n de Foucault. Foucault y el análisis de conceptos Al intentar comparar hoy los procedimientos foucaul- tianos para analizar los conceptos con los presentes en el análisis conceptual de la ftlosofía analítica angloamerica- na. mueren.' Ni que decir tiene que no albergo intenci6n alguna de convertir a Foucault en un fil6sofo analítica. ai violenta. falso como un esistema de exclusión'. yjg coactivo. la oposición entre lo verdadero y lo Recordarán que. he intentado mostrar que el estilo de razo- mente. cultura dásiea» C ción. si uao se sitúa ea el nivel dc uas proposi. ni modificable. coa la voluntad de saber que caracterizó la C. en el principio de E/onkr» ck' cfkcur. históricas. cs entonces. eí tipo de ~s r a eió a que ri- ge nuestra voluntad de saber. luritud'clo rubor. resumen. reconociendo ción de formas nuevas de la voluntad de verdad~: que muchos se plantearísn los peligros de semejante pro. 9esde luego. de modo especial mi conceptos nuevos (como el de per. gg trico sobre la sexualidad en el siglo xtx. nl madi6cablc. ea su forma general. através de nuestras 4seursos.=gg be a ese sistema de exdusión son que es históricamente versión sexual) y en el modo en que esos nuevos concep. modificable. nuevos obietos e c - nocimicnto. cir un nuevo ímbito de enunciados cuyo objeto era la ro y falso.Sin embargo. aun cuando. un tipo muy específico de oposición. C aH ración» (k purragsg. ni institucio- »o.' Así. Za:. esto la observación de Foucault segun la cual t»s gg yW . Ó4 tucional.» co el <régimen de verdad» que rigió el discurso psiquiá. modificable. Y esa caracteriza- g conceptos y de ciertas técnicas para escribir su historia es ción es apropiada. como admite el propio k gg precisamente lo que deseo colocar hoy en el centro de Foucault. si se ciones metodológicas generales de Foucault y por su Fo- plantes la cuestión de saber cuál hs sido y cuál esconstante. técnicas y apoyos institucionales nuevos. ai insti. de acuerdo ~w yg rorualidurl. así como una oposición cuyo ejercicio C produce coacciones.» institucionales. ea e1 interior de ua discurso. he intentado describir con cierto detaHe históri- tema histórico. concenu ándome Obsérvese que las características que Foucault adscri. g WVs. Por ello. nar psiquiátrico acerca de la sexualidad es precisamente dad que ha atravesado tantos siglos ds nuesua historia. la oposición entre el discurso verdade. quizá. En gg vc dibujarse algo ssí como un sistema dc exdusiba (un sis. o una de esas «fo evas de la vo l tad d e v e r d ad ». encarnada en apoyos ble formación como historiador y como Qósofo analítico. falso no parece cni arbitraria. junto a los sistemas Foucault habla a continuación d e ci ertas «grandes de exclusión constituidos por la cprohibición» y la <sepa. Pero si uno sc sitúa ea otra escala. C C. W :-. una oposición organizada en torno a contingencias e hzar tal o cual concepto [. gg cuál cs. si se coloca uno en el nivel de las proposiciones mis consideraciones dentro del discurso. Y responde a su propia pregunta: los tipos dc objetos a los que se dirige. que no coincide ni por las formas que pone en juego. es. En una serie de ensayos inspirados por las observa. una oposición además que enmasca- Esta combinación de ciertas técnicas para analizar ra nuestra misma voluntad de verdad. considerado como tal sistema. he intentado tomarme muy en serio ~ oye con Foucauít. institueionalmente coactivo).se pregunta cómo puede ser razonable comparar Hubo sia duda uaa voluntad de verdad en el sigla xix la restricción de la verdad con las conungencias de la pro. ni por hibición y la separación. esa voluntad dc ver. ni violentan.gg contingente. Foucault considera la oposición entre lo verdadero y lo nal. sujeta a modificaciones. ni por las técnicas en que se apoya. üeC puesta. M. mutaciones científicas» que pueden leerse como «la apari. Foucault. ) este territorio requiere una do. cuando se q ue contienen nuevos conceptos. institucionalmente apoyado y tos se combinaban de determinadas maneras para produ. es. P Eouco»dt ol couílask ck conc i ce M3 cuestión analítica de saber cuál es el modo adecuado dc ana. la scparseiba can e lover- dadero y lo falso ao cs ni arbitraria. me apercibí de que los deramente explicativa s6lo en la medida en que también procedunientos para la producci6n de discursos verdade. ca a pensar tsm i q u e nos hemos . la etiqueta de «perversión» ¹ t ampo co cabe identificar el concepto de perversi6n o sexualidad [.s La historia de esta particular Cabría pensar que los filósofos angloamericanos han vohintad de verdad afectó profundamente ia estructura aprendido de%ittgenstein que los conce tos no ueden del saber que era posible en su seno. lectual. este punto de vista. ese emcopro.. Esos conceptos deben identificarse por medio de que no tenían esa nación. no habría que sor- diciones históricamente determinadas de la aparición de prenderse de que quienes estamos influenciados por la ovoluntad de verdad' psiquiátrica y el modo en que Foucault insistamos en prestar atención a «cómo se han esas condiciones de aparici6n determinaban lo que podía formado los juegos de verdad>. Acabé claro que éstos no son estados mentales autoidentifican- comprendiendo. También me di cuenta de que los análisis angloameri.por otro. tes ni objetos autónomos. psiquiátrico acerca de la sexualidad podría reescribirse do. ls regulsción. El concepto de perversión.< genes históricos». ejemplo. en última instancia. nización de nuestros conceptos y las di6cultades que sur- glam os p ara la producción. por cault. formulación que hace Jacques Bouveresse de la opinión caba como un análisis del concepto y. no debe identificarse con algún estado mental ego y los romanos (y yo añadiria. deben analizarse en términos metaílsicos o trascendenta- ban completamente a la hora de tener en cuenta las con. ola orga. la circulación y el funcionamiento de los enunciados. conexiones y juegos de verdad no canos habitualesde conceptos como perversi6n fracasa. que enfo. Esta significa dos casas: por un lado. hecho él. puede serinterpretada como conexi6n conceptual~. la profundidad de su afirmación referida a los gri. cuyo contenido alcance les y heterosexuales no es en absoluto pertinente para los a ser descubierto mediante algún tipo de intuición inte- griegos y los romanos. La particular oposición entre verdad y falsedad bajo la forma de una descripci6n de las conexiones con- exhibida en el estilo de razonar psiquiátrico acerca de la ceptuales entre diferentes enunciados dentro de ese esti- sexualidadera una forma muy especí6ca de voluntad de lo de razonar. como creo que habría susceptible de ser hallado mediante introspección con. les." saber que no podía releerse en formas anteriores de co.» hacerse con esos conceptos.por un camino algo diferente alde Fou. ls distribu. Puesto que esos usos. con algún objeto autosubsistente.y. en realidad. Fouceulty ol analisii ck conooptw 265 por verdad~ entender un conjunto de procedimientos re. gen de eHos están relacionados en ocasiones con sus orí- ción. exten 'en o San Haclcing con respecto a un ámbito diferente. wittgensteiniana de que «la conexión histórica es verda- de la experiencia de la sexualidad. de las conexiones que rigen teníanesa experiencia' su empleo y les permiten entrar en lo que Foucault conci- bi6 como «juegos de verdad» Pjoux ck aenirkgespecíficos.] nuestra división de iss conductss sexuales en homosexua. que no los usos que se hace de ellos. muy ordena. Como ha sehalado divorciars de las rácticas de su em eo. los primeros cristianos). al tiempo que terúan un origen histórico determina. por así decirlo.m ros sobre la sexualidad estaban. El origen y desarrollo histórico del estilo de razonar dos.. Este tipo de análisis hist6rico de conceptos deja muy nocimiento sobre la conducta y los actos sexuales. .s El análisis de la scieririn seeualir es un terreno en el que se puede coincidir plenamente con la Al emprender esa tarea histórico-analítica. como si fueran fijos e irrevisables. 266 La uy«gricim «fs lasa«gdstkfad' árs cmrárr rd aeelkár dr maaprw 26? dado cuenta de que, aunque las articulaciones conceptua- separan los motivos, perspectivas y afumaciones de am- l«s de los «juegos dc verdad» estudiados por Foucault tie- bos. Sin embargo, me propongo intentar que, al menos en n«n criterios y están regidos pot reglas, esas regias no de- algún aspecto, esa conjunción parezca más verosímil. Tra- ben leerse como decretos divinos, otorgados de una vez taré de motivar la yuxtaposición recurriendo a uno de los para siempre (ni, por supuesto, como imposiciones arbi- primeros y todavía más importantes ensayos franceses es- trarias, basadas en decisiones individuales cambiables c ritos sobre la última filosofia de Wit t e in, publicado a voluntad). Sin embargo, muchos filósofos analíticos, a en 1960 por el gran historiador e p e n samiento antiguo pesar de Wittgenstein, tratan los conce tos exactamen- Pierre Hadot. Tras proporcionar una detallada explicación te como si ti con a n terioridad a a l ie r em le P eca noción wiugensteániana de j u e gos de len ua'e , como si su identificación no ependiera dc sus interco- Hadot dice que desea mostrar que «toma a e n t r o de una nexiones, de lo que puede hacerse en realidad con ellos. perspectiva histórica, que Wittgenstein por otra parte pasa Encontramos así filósofos analíticos que intentan sacar el totalmente por alto, esta noción de juegos de lenguaje concepto de perversión fuera del estilo de razonar que lo permite a la filosofia comprender ciertos aspectos de su estabiliza, fuera de sus juegos de verdad, y que lo tratan propia historia y, en consecuencia, entenderse mejor a sí como si fuera un objeto transhistórico de análisis, ni mo- misma».'s Justamente este uso de Wittgenstein, retornado di6cable ni limitado por reglas particulares de formación en una perspectiva histórica, permite cierto ángulo de y combinación.'s Esos filósofos se comportan como los et- aproximación entre Wittgenstein y Foucault. Según Ha- nólogos criticados por %ittgenstein. sobre los cuales pue- dot, aprovechando la idea de Wittgenstein de que hay que de decirse, en palabras de Jacques Souveresse, «romper radicalmente con la idea de que el lenguaje siem- pre funciona sólo en un sentido y siempre por el mismo que el error de los etnSlogos es comportarse demasiado s objetivo»: menudo como alguien que gsin conocimiento del ajedrez, mediante estricta observación dcl óltimo movimiento dc También hay que f...] romper con la idea de que el len- uua partida de ajedrez, quisiera descubrir lo que signiFica ls guaje fiíosófico funciona de modo uniforme. Kl filósofo se expresión "dar mste"». mRudimentsrísmente: comprender encuentra siempre en cierto juego de lenguaje, es decir, ens lrssc -escrttrté ttttttgetmeia" sigeiges cc~ m m o r en cierta actitud, cierta forma de vi da, y es imposible dsr un enzuaie.»" si ' csdo s las tesis de los filósofos s situarlos en su 'ue- go de lengua'e.'g Tandrién crdrrás decir. s gmodes rasgos, tinoosmjrren- der un c unee t o d el ti o e ire c o m e ntado es com- Aplicando estas observaciones a la historia de la filo- en a del e f o rma a c . sofiae Hadot prosigue: Sin duda sc sorprenderán, quizá incluso queden caos- ternados, al venuc vincular los nombres de Vittgenstein y Con respecto a esta cuestión, habría que considerar Foucault. Carezco de pruebas de que Foucsult hubiera es- como juegos de lenguaje muy diferentes los gáneros hters- tudjjado detenidamente alguna vez a Wittgenstein, y sería rioss tsn profundamente «Bversos, del diálogo, bi exhorta- bastante sencillo establecer las múltiples diferencias que ción o protréptics, el himno o la oración (por ejemplo, lss Ee cyaniclón ck le sceuahded' Shuawlr el aaulins rk connotes . 269 C~~ o n es de ssn Agusún), el manual, el comentario exe- plazadel mercado con una linterna y alque nadie com- gético, el tratado dogmáuco, la meditación. Y habría que prende: «He venido demasiado pronto, todavía no es mi distinguir asimismo las actitudes tradicionales de la Anti- hora. Este enorme acontecimiento aún está en camino, to- güedad: la dialéctica de los Tópico<la argumentación retó- davía no ha Hegado a los oídos de los hombres». Bajo esta rica correcta, el razonamiento lógico, la exposición didátu- forma simbólica, es un llamamiento que tiene en última ins- ca correcta. Con &ecuencia se vería que elhecho mismo de tancia un valor reUigioso, en la medida en que el «no» a Dios situarse en una de esas tradiciones predetermina el conte- tiene que ser un así» a Ios valores que descansan sólo en el nido mismo de la doctrina expresada en ese juego de len- hombre. Es «una negaci6n cuya violencia se convierte en guaje: los «lugares comunes» no son tan inocentes como ca- una afumación»,una superación del nihihsmo. La declara- bría creer.i' ción del 61ósofo a los periodistas posee un sigm6cado bas- tante diferente. Es obviamente una alusión a Nietzsche, Sin detenerme aquía considerar elmodo en que Ha- pero ya no es el anuncio proféuco y simbólico de un «acon- dot pone en práctica su consejo en, por ejemplo, su pro- tecimiento enorme», sino el recordatorio de una f6rmula, pia obra pionera sobre Porfirio y Victorino, deseo citar en una repetici6n; ya no es un llamamiento angustiado, sino a extenso un ejemplo que da en «Jeux de langage et philo- lo sumo una recapitulaci6n c6mplice de una situaci6n his- sophie~, puesto que tiene extrafias resonancias con algu- tórica. Es quizá un prograiua, pero adopta, en el juego de nas de las observaciones de Foucault en La arqueología lenguaje de la entrevista, un significado completamente di- dclsaber. He aquí cómo Hadot explica una de las leccio- ferente del que Niietzsche se propuso por medio de la mis- nes que extrae de Wittgensteini ma fórmula.'s Supongamos que un filósofo contemporáneo, tras He- He citado este extenso ejemplo porque permite ver la gar a una estaci6n de tren o un aeropuerto, rodeado por un fumsa de la posterior afirmaci6n de Hadot de que «las te- enjambre de periodistas, hace ante ellos la siguiente decla- sis sólo tienen pleno significado dentro de los límites de ración: «Dios ha muerto». Por sí misma esta fórmula no po- un "discurso" determinado y no deberían separarse del see un senido único; permite una plurahdad de significa- propósito general de dicho "discurso"».» De ahí su insis- dos. Para los griegos que cantaban en sus procesiones tencia, como historiador de la 6losofia, en colocar las tesis eCronos ha muerto~ esa aclamación litúrgica tenía un ritual filosóficas dentro de un ediscurso determinadox, y su ad- y un significado mítico. Para el cristiano que cree en la Kn- vertencia contra el tratamiento del lenguaje filosófico carnaci6n, la fórmula también tiene un significado: signi6ca como si estuviera articulado dentro de «un discurso ideal que hay que relacionar la acción humana que es la muerte y absoluto»." Si Hadot sabía cómo invocar a%ittgenstein de Jesucristo con la Palabra eterna que es Dios. Para para pedir una «historia de los juegos de lenguaje 61osó6- Nietzsche, por úlfimo, esta fórmula no pertenece al juego cos», era en parte porque su estudio de los antiguos lo ha- de lenguaje de la aclamación ritual ni al juego de lengua- bía sensibilizado al hecho y a la importancia del hecho de je de la teología, ni. tampoco al juego de lenguaje caracterís- que los discursos hablados de la flosoRa antigua, con su tico de la afirmación histórica. La fórmula es introducida en uso concreto de los elementos retóricos, pedagógicos y una parábola, la pszkbola del loco que busca a Dios en 'la psicagóycos, no estaban dirigidos al «hombre en sív.» 2?0 Ioucmd~t oíandlisk do comxptos 271 Beseo volver ahora directamente a unos pocos pasa- tancia del enunciado, la conservación de su identidad a tra- jes de La arííuoología ekl saber, un libro que, de hecho, vés de los acontecimientos singulares, sus desdoblamientos puede parecer lo menos wittgensteiniano. Consideremos, a través de la identidad de las formas, todo esta es fuíícíón sin embargo, lo que dice Foucault cuando se interesa por del cero doíctilización en que se encuentra inserta,» el problema de la identidad de un enunciado: Podría decir, siguiendo a Foucault, que el campo de L a añrmaclón deque la llcxra es redonda, a de que las utilización de un enunciado constituye su campo de esta- especies evolucionan, no constituye el mismo enunciado bilización, que un enunciado (o, en mi caso, un concepto) antes y después de Capérnico, antes y después de Darwin obtiene su identidad del modo en que es estabilizado. f... ] La frase «los sueños son la realización de deseas» pue- Cuando Foucault otorga un papel crucial a las «posibili- de ser repetida a través de las siglos, y na será el mismo dades de utilización» de un enunciado, cuando dice de la enunciada en Platón qííe en Fxeud.í» identidad del enunciado que «ella misma es relativa y os- cila según el uso que se hace del enunciado y la manera Foucault afirxxm exphcitamente que, para las forxnula- en que se manipula», está insistiendo en que no tratemos ciones de ese tipo, no es que cambie el sentido de las pa- un enunciado como una forma ideal que pueda ser reac- labras.ss Al considerar la identidad del enunciado más tualizado bajo cualquier condición.ss que centrarse en el problema del sentido, Foucault se Como ha dicho .Hadot con respecto a Ias estructuras concentra en el coxíjunxo de condiciones impuestas a la conceptuales, no se puede reconstruir semejante estructura identidad de un enunciado por «el conjunto de los demás enunciados en medio de los cuales figura, por el dominio apelando a frases o palabras separadas de su contexto y ex- en que se lo puede utilizar o aplicar, por el papel o las traídas de los lugares más dispares [...] En aíras palabras, funciones que ha de desempeñar».s» Por lo tanto, inten- na habría que separar las estructuras canceptuales de las tando explicar tanto hí repetibiTidad de un enunciado y el desarrollos en los que son reconocibles.x' hecho de que puede serrepetido sólo bajo condiciones estrictas, Foucault escribe, en una serie de observaciones Una frase como «los sueños son la realización de de- de extraordinario valox' metodológico: seos» quedará estabilizada por una serie de relaciones que la conectan con otros enunciados, y el campo de estabili- Las esquemas dc utilización, las reglas dc empleo, las zación que descubrimos cuando esa frase es empleada por constelaciones enque pueden desempeífar un papeL sus vir- Freud seré muy diferente del encontrado en Platón, lo tualidades estratégicas, constituyen para los enunciadas un cual nos lleva a reconocer que la misma frase puede utiTi- nampo dc srtabilisaoión queperxnite, a pesar de todas las dife- zarse en más de un enunciado. Si no lograxuos reconstruir rencias de enuncíscíóu, repetirlas eu su identidad; pero este el campo de estabilización -que a veces he denominado el misma campo puede igualmente, bajo lss identidades se- estilo de razonar- que confiere una identidad al concepto míínticas, gramaticales o formales más manifiestas, de6íxir de perversión, no entenderemos la diferencia entre la in- un umbral a psrux' del cual ya na bay equivalencía y hay que vocación psiquiátrica del siglo xIx de la perversión y la rccanacerla aparición de un nuevo enunciado [,] Ls coíís- aparición de esa palabra en, por ejemplo, la teología moral nuevos esquemas de utilización y nuevas series de relacio- ciones particularmente onerosas». utilizan. resultado del nuevo sistema de inscripción que. Como diar la historia del misticismo francés. Sólo dentro de ese nuevo campo de estabilización miento que ha entendido claramente -en su caso. puesto gar ala producción de un nuevo conjunto de conceptos y que está organizado y es sistemático. campo de eetabilización de un enunciado garantiza una repetibilidad que lo distingue del «puro acontecimiento. A.no cabe esperar encontrar un único enunciado nue. para que aparezca un nuevo enunciado será necesario que singular e irrepeüble». en resumidas cuentas. nima. tiene efectos diver- a un nuevo ámbito de enunciados. Como ee percató Foucault. incluso anó- forma parte del reduido grupo de historiadores del pensa. lo que da lu. se transformen las condi- enunciado de la frase infinitamente repeüble. El campo de utilizaci6n o campo de estabiliza. cuya ción que crea lae condiciones de posibilidad de un nuevo existencia confiere un papel o función espedficos a nues- enunciado suele eer muy complejo y. como ha dicho mente en los escritos de cierto número de individuos di- Mino Bergamo. conceptos que estan relaciona- Es importante insistir en que los nuevos enunciados y dos entre sí por una red de usos que no son arbitrarios ni los nuevos conceptos no aparecen a voluntad. esta clase de mala imagen de loe conceptos puede tener consecuencias transformación parece mostrarse a menudo simultánea.» Algunos cionee de inscripción de la frase. mientras que al ee organice un nuevo campo de eetabilizaci6n. en esas circunstan. tratégicas». pero eea estabilidad la crea un conjunto interdepen- buenas. de xnodo diferente en la peiquiatrüa del siglo )ax que en la quiátrico decimonónico inventó un nuevo campo de esta. nes de inscripción. ferentes. Un indivi. diente de prácticas. viado. un nuevo esquema de utilización.ee de loe momentos más notables de la historia del pensa- miento son precisamente aquellos en que una vieja frase o Un cambio en el valor enunciativo se produce como palabra ee estabilizada de una forma nueva. que la discontinuidad puede quedar <disi. teología moral medieval. lo cual hace que un nuevo campo de estabiTüza- mulada bajo el velo de la permanencia léxicas Ps Bergamo ci6n aparezcacomo una estructura colecüva. fue esto soe pero regulados. modificando así su identidad. Reconstruir el campo de estabi- bilización. distinguiendo así el nes y que.272 Laayctnción de la serustiidctd Founndry el csndiisis de conceptos 273 de ean Agustín.el modo en que el ha observado Bergamo. profundamente ininteligibles en la ñlosoña de la mente y . un campo o estilo de razonar. la funci6n. que se den mismo tiempo impone a esa misma repeübilidad «restric. para las ideas lización que explica el nuevo tipo de inscripción nos per- moral-teológico-judiciales de la perversión y lo contrana. mite comprender por qué un psiquiatra del siglo xix no turena Y los ñlósofos analíticos no han logrado reconocer podía haber utilizado el concepto de perversión para rea- la transformaci6n del pensamiento que se produjo enton. etcétera. En mi opinión. obedeceráun enunciado o concepto a nuevas condicio- do las sugerencias metodológicae de Foucault para estu. les permite exhibir ciertas avirtualidades es- cias. vo o unúnico concepto nuevo. tras palabras. lizar nuevos enunciados sobre enfermedades sin emplear oes porque han tratado esos conceptos como si se estabili. de la enunciaci6n. El concepto de perversión se inscribe precisamente lo que sucedió cuando el razonamiento psi. Loe conceptos y enunciados son en realidad esta- duo no puede decidircrear un nuevo enunciado por las bles. sino todo un nuevo campo Muchos filósofos analíticos han reconocido que una de posibilidades.eí no lograremos ver. lo des- zaran solos y de forma permanente. eternos. también loe conceptos relacionados de lo natural. hizo tal uso de la historia que nos permitió imperecedero. l a idea. nóstico de lo que es hoy» que gico de Wittgenstein consiste en sacar a la luz. Y por eso esta designación to devista exteriorpara poder ver les cosasmás oj b cc iom nen.Puucauh'y cl ancílisis de' ccncepmr la filosofia del lenguaje. es decir.ss En Aforzsmos. inte- lo xnismo. son muchos menos el transcurso histórico de la evolución de nuestros pensa- los que han visto que una imagen fijada de los conceptos. e quienes soa especialmente sensibles a temo16gicas y políticas de su obr a en un a serie de r e s- la contingencia y la precariedad de lo que existe y están puestas extraordinarias.p r o f undas consecuencias sobre c6mo se escribe la historia de los sistemas de pensamiento. pre según ese suerte de &actura virtual. / quiere acaso decir esto que explicamos le filosofie do decirlo que es haciéndolo parecer como pudiendo ao como etnologías No. y esta descripción de lo real aunca tiene valor de prescri - cc [. %ittgenstein fue un genio capaz de imaginar concre- lización y descontextualización de los conceptos despoja tamente. sólo quiere decir que tomamos un pun.. sino tamos apegados. La >@unción ck la sszxushdud . Sus historias tenían que volver aaparecer eternamente. por objeto desempeñar un papel estratégico. afirma «con respecto a eea función del d i a g- Lo que Bouveresee ha llamado el método antropoló. como si un número claramente circunscrito lectual y socialmente. mientos de modo distinto a como fue. otras posibilidades que no sean aquellas a las que es. quiera habríamos imaginado... nuestros pensamientos ahora. en des. con lo que tenía que haber ocurrido de pensamientos. ao consiste simplemente ea caracterizar lo que somos. ea llegar a captar consiste en parte en «la capacidad de percibir la realidad por dónde lo que es y cómo lo que es podría dejar de eer lo sobre un terreno de posibilidades mucho más amplio que que es. Siguiendo la pregunta lx. describir con detalle. Vfittgens.ss tener -y ti ene. así el trabajo fundamental de la filosoíía siguiendo les líneas de &agilidad del hoy. otras posibilidades.] Uno de mis métodos más importantes es imaginarme p ció bajo la forma adado que esto ee.j Cuando utilizamos la manera etaológica de considera. escribió histeria para libe- to fuera escribir una historia de los sucesivos avatares de rarnos de la costumbre de identificar lo que ocurre. Y ea este sentida le descripción debe hacerse siem- el de la concepción habituab. Al hacerío aeí. Y diría que el trabajo del íateíectua1 ee ea cieno seati- ción. ser o pudiendo no ser como es. como si escribir la historia del pensamien.. eso será».antiana particularmente dispuestos a discernir todo lo que podía cqué es llustración7» y la declaración de que «la tarea de existir perfectamente bien en eu lugar. vislumbrar otras posibilidades. lo que podría haber sido y lo que podría ser. En cambio." la filosofia es decir lo que es hoy y decir lo que es nos- otros hoy». Foucault enlaza las dimensiones históricas. el pro- como eatidades autónomas y autoidentificantes. tuviera y con lo que debe seguir ocurriendo. entendido como espacio de libertad concre- te. En una entrevista realizada en 1983. epis- pertenece. puede blema noe muestra un aspecto completamente nuevo. Foucault. tanto episte- Jacquee Bouveresse ha descrito a Wittgenstein como mo16güca como políticamente. en cicscri- bir. que abre ua espa- tein escribe: cio de libertad. es decir.hace que uno se acerque a una historiografia de lo mi opinión. pretendían revelar posibi- pexteneciente a la categoría musiliana de los «hombres de lidades históricas y epietemológicas cuya existencia ni si- lo posible» más que a la de los «hombres de lo real». tambi é a . pensar la historia del pensamiento de sus diferentes posibilida. de transformación posible [. pensamiento. De ahí que la escritura de Witt- tos. Aquí radica el dogmatismo en que tsa quiere subrayar que Foucault ne afxrmó que escribir la fácilmente cae la 6iosoficavs historia de formas de racienalidad tenía como efecto con- vertir lo racional en irracfenaL como si su objetivo fuera Inriuso los ideales de nuestra actividad teórica deben pc ner a la razón en el banquiBe. al hilo de clase de constanria y universalidad que nuestra filosofia una historia fxágB. Escribe. arte. por ejemplo: emergide. que nes di- prepcxnienar así un espacie que nos ayudara a hberarnos vorcíemos dcl impulso de acabar nuestras observaciones de una sensarión de fatahsme. que también%itt. ceine ha se6ahcdo S@uve~se. como si nuestra postura mas de racioaalidad presentan como su condición necesa. come he sestemdo. es decir.ss Esas descripciones humaxxas. que nos veamos en los usos que come su necesidad o más bien de lo que las difexentes fox hacemos de nuestros conceptos. sólo tiene que ajustarse. ejemplo tras ejemplo. y recuperar las redes de contingencias de las que ha prácticas.2.» Uno de los objetivos del que nos clan la impresión de ser más evidentes.» ua objeto de comparación -un patrón ~cpfsscxcgpor decir- lo aai-. en lugar de convertirlo en un prejuicio sl que todo Ne me detendré a comentar en detaQeene texto. asaxes. en un prácticas no eran necesarias ni evidentes por sf mismas. oen un xiexxe fxccefilosófice. rrentesadvertencias de axnbos contra los diversos dis&a- genstein quedó sorprendido per sel sentido de relativi.scnyciún mes a volver nuestros conceptos hacia nuestras prácticas cemparuxivude juegos de lenguaje. no tiene que ser fatal si aprende. precaria. El anáhsis de los concep. lo que une tanto a %ittgenstein come a Feucault con la tud política y sensibilidacl entre Foucault y Vittgensteín tradición kantiana en filesofía son precisamente lasrecu- ocurre. xnostrar que io que es no siempxe hs sido. y intento de conseguir. pueden. slempxcc que sepamos cómo sehiciexcs4ser deshechas.6 Foucmcky a'ancc&as cfo amcvpzccc 277 por eso me parece que ei recurso a la histoxís -cxne de les abandonar por completo la búsqueda de esencias eternas grandes acontecimientos del pensamiento 6losó6m en por las técnicas de la comparación'.adquiere su genstein nunca deja de recordarnos que cconceptos sendde en la medida en qcce la historia tiene como función como los de cienria.ss Así la obra de Witt- ' Francia ai menos en los ultimes veinte años. que esas formas deracionahdad fueran irracionales. que es racionalidad y muchos otros del mismo tipo no poseen la siempre en la coaBuencia de encuentros. religión. filosofia.xs Su recurso a la historia ser tratados como objetos de comparación. AJmargen d e las exxermes «Bf~s de acti. indicar que esas mos que no todo xxonccyesoajustarse a esos ideales.signi6ca que Ei ónice modo que tenemos de evitar que nuestras a6r- descansan sobre una base de práctica hwnaaa y de historia xnaciones resulten distorsionadas o vacias consiste en to- huxnana y. filosófica típica fuera negar la humanidad de nuestras ria. de todos modos. . ces que adopta el dogmatismo. las prácticas de las que emergieron y que las pretenden scr un tipo de defensa centra el degmatismo y sostienen. asf como sus recurrentes dad histórica y culttcral de losconceptos que nos ebhga a intentes per descubrirlo. lo cual no siípxi6ca. cpxe se han foxmado las cosas está indinada a atribuirles». Podemos método de Vittgenstein es conseguir que nos volvamos muy bien hacer la historia de lo qcce Ls xasóa experimenta hacia nosotros mismos. y buena parte pretendfa mostrar cómo nuestras foxxnas de racionahdad de la obra de %ittgensteín consiste en conseguir que vea- dependían de las prácticas humanas. esto es. mar el ideal de nuestras reflexiones por lo que es. genstein adopte tan a menudo la forma de una di. dado que esasoosas han siclo hechas. es decir. en su propio pensamiento."' Tanto t oria de la humanidad es la larga sucesión de sinónim o s lo que Souveresse ha denominado la cantropolopa espe. urées la filosofia hoy -quiero decir la actividad Pero Ap nando».278 La aparición de la sexualidad Eoucaulty elanalisisik conceptos 279 Eu la introducción a El usode los placeres. Y por ello creo que las dos sidad que «permite alejarse de uno mismo» y explica el preguntas metafiilosóficas que Foucault se plantea a sí profundo cambio de su proyecto de la FZistoria de ta sesctta. contraportada de los últimos libros de Foucault: «La his- bién todo lo que es real es posible y concebible». mismo al principio de El uso delos placeres pueden servir lidad como resultado de uno de esos «momentos en la como una especiede emblema de lo que nosotros. desde hacemucho tiempo que un convincente resumen tropológico que nos permite ver nuestra propia historia del «momento foucaultianox en filosofía es el que encon- más objetivamente al tiempo que nos muestra que «todo tramos en la observación de René Char que aparece en la lo que es posible en esteámbito podría ser real. un filosófica. Contradecir es un deber». se enfrenta a mismos bY no consiste. desde laHistoria de ta ioctt.4o Este distinto es. sabe. modo se verían bloqueadas. de la misma palabra. pensar distintos« cault fue siempre también una historia de otras posibili- dades.en enzprender elsaber censo il hasta donde sena posib& ra hasta sus obras finales. pero tam. funcionan como métodos para hacernos ver y sentir el enmarañamiento de lo posi- ble y lo real. puede ser cambiado mediante el ejercicio que hace de un saber que le es extraño~. como he intentado mostrar. en tan- vida en los que la cuestión de saber si se puede pensar to que filósofos. que de otro describe su motivo como derivado de esa clase de curio. culativas de %ittgenstein como lo que Foucault describió en sus análisis de «los "juegos de verdad". Foucault nos posibilidades para tales exploraciones. de los juegos de falso y verdadero a través de los cuales el ser se consti- tuye liistóricamente como experiencia.~s Foucault afirmó que el filósofo tenía el derecho de cexplorar lo que. Nadie puede leer la asombrosa sección inicial de No cabe duda de que ésa es la razón por la que creo Vigihzry castigar sin experimentar ese extrañamiento an. en vez de legitimar lo que ya se nosotros. como po- derse y deberse serpensado». La historia del presente de Fou.si no el trabajo crítico del pensamiento sobre sí tema constante en la escritura de Foucault.'s Fs un derecho cuyo auténtico ejercicio resulta tan diflcil de haav realidad como la capacidad de obtener una perspectiva satisfactoria de nosotros mismos. en formas diferentes. para sacar a la luz la posición de lo real si- tuándolo contra el trasfondo de otras posibilidades. podemos seguir aprendiendo de él: distinto de como se piensa y percibir distinto de como se ve es indispensable para seguir contemplando o reflexio. He intentado mostrar cómo una historia de los conceptos que sacaprovecho de la obra de Foucault puede ofrecer- . y. redescríbiendo los proyectos que había emprendido desde la perspectiva de sus intereses del mo- mento y cambiando así el foco de atención. me centraré en los es- cxxtos que más directamente articulan su llamado proyecto arqueológico. Georges CanguxlEém y. en menor meada. así como su importancia para ellas. cla ' a r su lu gar en la tradición franc~es de la i s temolo 'a hist~óri que incfuye a Gaston Bache- lard.j . que llegó a la convicción de qu la arqueología adolecía de un fallo metodológico inmnsec . A cada etapa de su carrera p~ porcionó reintexpretaciones retrospectivas de todo el cor- pus de su obra. Está muy extendida la confusión de que F oucault acabó por rechazar sus investigacio es ue o - lógicas. iluminando diferentes aspectos de la obra anterior y empleando una terminología que coincidía pero era distinta de la que ha- bía utilizado en periodos anteriores. Como mi principal interés es com- prender la relación de Foucault con la historia y la íxlosoíxa de la ciencia. más es- pecíficamente. cxeRos es- Kñitos tWea obra BeKanes Althusser. Así. k. Sobre epistemología y arqueología: de Canguilhem a Foucault Una de las mayores diíxcultades al intentar situar la obra de Michel Foucault radica en que él mismo fue uno de sus mejores intéxpretes. al ofrecer una versión de la posición de Foucault hay que ser particular- mente consciente del punto de su carrera del que se exx- trae la caracterización. saber. metodo16gico. de saber por el de tlisctplina (este último quizá se halle en queologías y concluiré retornando la cuestión de la rela. Así «discurso [científico] n o rmativizado». Por lo tanto. Además. de «m «s. interesa la constituci6n de «un espacio donde debe uno como eí objeto de la arqueología son las formaciones dis. trabajo de elaboración orientado por la tarea de establecer guilhem. una de las pocas personas a las que.claro a medida que avance por qué creo que se trata de herederos de la tradición francesa de la epistemología una descripción muy errónea del r ogreso de Foucault hist6rica.. za a menudo de forma intercambiable conformaciones díis. Sin embargo. Foucault lo deja claramente de lado por el uso de saber en Laspaiabrasit las cosasy La unpueoiogta díeisaber). es sinónimo de arpceología (En sus últimos es. Foucault siempre consideró su propio C~en uilhem hace la historia de los di c ur os veridi- trabajo en la historia y la filosofia de la ciencia como pro. estoy en profundo acuerdo con esta descripción de Delaporte. 1s formación del discurso científico hacia la historia de la queológica. Por ello la necesidad de examinar las conexio. no está situado en las diferencias en el pr ocedimi ento como saber (saooirg término que creo que Foucault utili. espacio en el que tiene uno que situarse para estar «en la nes y diferencias entre la arqueología de Foucault y la verdad». Ade- marcada espensantiento y probiesnattzación)' Ello equivale más. situarse para estar "en la verdad" » y ese espacio tiene sin cursivas o. agruparé aquí mis observaciones en Con la excepción del deseo de sustituir el concepto torno al tema de las relacioues entre epistemologia y ar. Y entre los dos métodos y sus corres. la pareja relevamemente mativizado y el estar «en la verdad» de la disciphna. a Foucault le a decir que el objeto de la epistemología es la ciencia. cos». y el «decir la verdad» del discur- logia histórica en el mundo de lengua inglesa y su conti. mayor consonancia con El nacimiento de la clínica.s esta particular variedad de la historia y la filosofia de la ciencia. / 't spf " (+ J ~ . entre el «decir la verdad» del discurso nor- critos -que no comentaré aquí-. de los discursos que efectúan sobre si mismos todo un fundamente deudor de la orientaci6n de Georges Can. Foucault desplaza la preponderan- epistemologia de Canguilhem es especialmente evidente cia del discurso cientílico hacia la disciplina. modo que tenemos un contraste entre discurso científico cursioas. formación de la disciplina. Foucault hace la historia de una dis- Georges Dumézil y Jean Hyppolite. descübe F rancia Delaporte. pero ción entre arqueología y genealogía. siguiendo la descripción de Delaporte. la historia de si deseamos comprender la importancia de su empresa ar. uno de los más consultados bcómo debemos entender precisamente esta relación' Ij su Q. duda que estar relacionado con el «decir la verdad» del pondientes objetos hay analogías y desplazamientos. junto con hi verdad' En cambio. En resumen. sino en las diferencias en el objeto. el auge de la práctica de la epistemo. la relación entre Canguilhem y Foucault: l desd~~ qu e ofo~~ ~ a~en~ealo'a Por otra parte. y disciplina. rinde homenaje de cipliau mostreado cómoOl~e t ciua efemúa sohrs ella eds- forma explícita en su lecci6n inaugural en el Colegio ma todo un trabajo orientado por la tarea de constituir un de Francia. so normstivizado hacia el estar «en la verdad» de la discipli- nuada práctica en Francia hacen que resulte sumamente na [et du «dire vrai» du discours normé vers le «dans le interesante tratar de determinar el papel de Foucault en vrai» de la discip1ine]. Empezaré declarando lisa y Qanamente que considero Debe observarse que en dicha descripción el énfasis que para Foucault ciencia es sinónimo de epistemología. El nivel al que mación epistemológica es la condici6n de posibilid. a través de un sistema de afir- cido de Foucault que está explícitamente compromefido mación científica. toman cuerpo. No obstante. constituyeron su mológicas no debería llevarnos a descuidar el hecho de teoría. a través de un con- de un discurso científico. el anáhsis de los campos de aplicación de esos con. los campos de apli- convincentemente dos niveles de análisis. 2S4 Le crpsnrión dc tu sot»oxódod Sobnr cyieemhgía m yucologóo 285 Deseo acudir. Cabría decir que una transfor- ción de los procedimientos de este autor. Hay que distinguir. definieron sus conceptos. es la condición de posi- podemos discernir en acción en los textos científicos. <el analisis de las transfor. el de las modificaciones episte. estudio. puede producirse incluso a través de un sistema de afir- to en 1969 y publicado en 1970. curso científicoP jetos. lo que pextenece al orden de la afixmarión científica suyo sin nombrarlo. le permite disociar turas teóricas. El problema. conceptos y teorías. Esta modificación de las reglas es la que intento que él y Canguilhem comparten el punto de vista de que aislar». que llama eyisremonómioa. en la densidad de un discurso cien- txtologku. Una transformación episte. con lo que evidentemente se refie. inicial bastará decir que una transformaci6n epistemoló- mo16gicas. detallada. un ámbito del discurso científico está.' Foucault prosigue diciendo que semejante trans. es cómo caracterizar más plenamente esas con- tinguirse de lo que hoy podemos afixxnar como verdadero diciones de posibilidad. un texto escri.' En su lección inaugural en el Cole- . sobre la historia del reflejo xesponden a este Una transformación epistemológica es la condición nivel epistemológico». se refiere al conjunto de modificaciones que gica. y que podemos llamar aryscoolo verdadera o íalsa y lo que pertenecería al orden de la trans- C sta es la caracterización de Foucault del nivel epis m o . al que volveré de foxma las a6rmaciones de un texto científico dado pueden dis. por el que chos conceptos. sin embargo. como la entendió Foucault. El primer nivel caci6n para sus conceptos y las reglas para el uso de di- se refiere al «sistema de verdades y errores». formarión epistemológica. la ubicación por parte de Foucault de su glas según las cuales los discursos fbiológícos) formaron propio análisis en el plano de las transformaciones episte- sus objetos. Sin embargo. junto de proposiciones científicamente falsas me parece tuad. bilidad para la verdad o falsedad de un ámbito del dis- «modificaciones que no son tanto modi6caciones de ob. como aproximación y falso. en su economía in- formación epistemo16gica sería distinta de la verdad de terna. de posibilidad para Ia existencia de un (nuevo) sistema de re a Lafo ~ n t i o n du onnc~t do ro%xeaun XPP e t XY lP afirmaciones cíentíficas.s Foucault namsaria~ comenta: «me parece que los estudios que se han hecho. que es una constatarión histórica perfectamente posible y ceptos y las reglas de uso de esos conceptos». el material conceptuai. epitto. para la aparición de un discurso científico. el análisis del material concep. semejante transformarión con la historia y la filosofla de la ciencia. a6xmariones que pueden resul- tidekt de Canguilhem y con lo que nos da su intexpreta. con sus estruc- maciones de los campos del saber». se arraiga. a un texto poco conb. así como un cuarto nivel que identifica como el tífico. Foucault distingue entre diferentes niveles de análisis. tar ser verdaderas o falsas. por ejemplo. normativizado (norma.ad el propio Foucault se coloca. sino la modificación de las re. Que ciertas transformariones lógico de análisis: tael análisis de las estructuras teóricas epistemológücas pasan. mo16gica pasa. epittottxocrúita. dad bien definida». En ese breve pero denso maciones que resultara ser científicamente falso. el segundo nivel. en primer lugar. que posee cuna regulari- las a6rmaciones científicas. se debía.] comporta en efecto reglas que dentro de la propia ciencia. tanto verdaderos como falsos. se producen dentro de análisis. puesto que condensa buena parte de su p ensamiento. guilhem como Foucault respondieron con un no rotundo. de * hmi tada gama de transformaciones dentro del discurso. de análisis diferente. miex>tras que Foucauh buscaba otros úpos de normas un nivel sixqqular entre todas los que permiten snalisar las en otros niveles. Aparece en el «resumen~ de su primer curso en el Colegio un na que era una base de sus innovaciones metodológi. algunas de esas reglas son es- eienúfico dentro de la ciencia. desde la perspectiva de la historiografia sistemas de pensamiento: el nivel de las prkcticas diseursi- . 1970-19'71: cas. en un nivel. la orien- la idea de «que se podía. es lo que de ahora en adelan- te denominaré la condición inssrsxrx de posibilidad para la Así.. es una razón fundamental por la que su obra se eonvinió mable de xaodelos teóricos e instrumentos conceptua. para un ámbito dis. su internamente lo que puede producirse como enunciado funcionamiento y su historia.» de algún sistema así. «En relación con un mente la mejor descripción breve que hace Foucault del saber teóric. en la sede de un intercambio tan &ucúfero. lo metodológicamente central es que «un sistema producción de enunciados cienúficos. Foueault. de Francia. Una tarea central de la epistemología a la Crxngsrilken ámbitos del saber que no podían identificarse exactamente consiste en encontrar el conjunto de regularidades regla. por decirlo así. Sin la articulación de saber [.] tiene su equihbrio y coherencia propios~. Investigaciones anteriores habían permitido reconocer cia. situó su trabajo en un nivel mable~. que pecíficas de un ónico ámbito. puesto que señalan el plano de reglas o normas.] mentadas que proporcionan coherencia. que cito en extensa su concepto siu referencia a alguna normal'.que exponen la entre la opinión y el conocimiento cienúfico.. Ésta ciencia como un conjunto a la vea coherente y transfor.I i 285 Sobre episeerrwio y c rrpreologxa gio de Francia. no se podrk comprender desde un La que distingue la obra de Foucault de la de Canguil- punta de vista epistemológico por qué ciertos enuncia. tanto Can..s Canguilhem buscaba las normas internas que regían la especi6cidad de los conceptos y las teorías de la cien. comn he dicho.. cnn ciencias. puede ocumr que otras sean generales para una época... como lo describió en su reglasque proporcionan una regularidad bien definida a «Titres et travaux~. preparado para su candidatura al Ca- un discuxso cienúfico y que permiten una amplia aunque legio de Francia. continuación presenta lo que creo que es prabable- el Círculo de Epistemología en l968. característicos de «equilibri y coherencia~. A la pregunta de Canguíihem. repetida a Foucault por A. lo que vincula su obra con la de Canguilhem es la un discurso cienúfico en un momento deterxninado. sin ser por ello simples hábitos mentales [. hem es el «nivel específico» en el que Qevó a cabo sus das.s Deseo subrayar las palabras «coherente y transfor. que. conocer la existencia de un nivel específic que propone- cursivo cienúfico especificable. articulación de reglas y normas que proporcionan tipos mientras que no ocurre lo mismo con otros. áes paaible pensarlo en la espeeífieidad de método de análisis arqueológico. El sistema de reglas. proporciona la coherencia y transformabilidad de un km.'o bito del discurso cienúfieo. y que pueden encontrarse mos llamardel saber [. regulan sólo le pertenecen a él. que caracterisan su existencia. hacer la historia de la tación común fue más decisiva que las divergencias. Foucault dijo que debía a Canguilhem de la historia y la filnsofia de la ciencia. con todo. es posible re- estructura subyacente y los límites. les~. otras son comunes a varios. definen «las reglas f . también. esos conjuntos de regularidsdes no coinci.] exigi- con frecuencia reagrupsn un número considerable de ellas. Dado que esas condiciones de posibilidad y las re- solemos llamar ciencias o disciplinas. Está constitui- «sistematicidadr y de «un conjunto de prescripciones que do por un campo de conjuntos discursivos que no tienen rigen exclusiones y elecciones». das para que un enunciado pueda pertenecer a esa cien- Sin embargo. de posibilidad. aun cuando resulta que se hacen notar. dice Foucault. «dos sistemas heteromorfos» de condiciones Ahora bien. las mitaciónes puedan ser a veces provisionalmente las mis. ma aún no del todo articulada hasta que surja oomo mno- He descrito Ia tarea de la epistemología como la de cimiento cienófico. En realidad. Como mas. posibilidad. por la Gjación de normaspara la elaboración rente que en el caso de la epistemología. un ni. ber también algún papel para la noción de condiciones de racterizan por el recorte de un campo de objeros. Esas condiciones de posi- través de ellas. esos conjuntos discursivos encontrar las condiciones internas de posibilidad para la no son ni seudociencias ni cuasi ciencias. refiere a la posibiTidad de una ciencia en su existencia his- gicos o analíticos: Ia búsqueda de un tipo espedfico de tórica Es externo a ella y no superponible. cias a las que dan lugar . sucede coa mayor frecuencia que una práctica discur. Foucault escribe: «El otro sistema se párrafo de Foucault describe sus compromisos metodoló. aunque esas con- finición de una perspectiva legítima para el sujeto de diciones de posibilidad estarán situadas de modo dife- conocimiento. teorías y conceptos. por bilidad son relativas a una ciencia determinada con sus primera vez. Sin embargo. do a su oscura prehistoria. compromisos que com. ni tampoco esbozan alguna vel que separa su obra de la de historiadores espistemoló.» Al segundo sistexna de condiciones de veces noaparente varias de sus regioires. puesto que son externas con respecto al ámbito cien- En los términos que he estado utilizando. sino consisten en falso conocimiento que la ciencia ha relega- Ias «prácticas discursivas» que constituyen el saber.'c Esos conjuntos discursivos no ticas: ni obras individuales. El primer sistema «deñne las condicio- dexi con obras individuales. por la de. Ia misma delimitación. cienciafutura que sólo es capaz de expresarse en esa fox gicos de la ciencia como Canguilhem. en una de ellas. por más que sus deli. 288 Le uparieiórr ík hr eezríaliíííiíl Sobre epkreiirologííry log ía 289 vas. Afirma Foucault: . ni ciencias o disciplinas. El segundo párrafo de Foucault organización. «esas condiciones de posibilidad son inter- siva reíina diversas disciplinas o ciencias o. Se trata ahí de una sistematicidsd que no es de tipo ló. de los conceptos y las teorías. he llamado condiciones internas de posibilidad. la misma categoría ni. tiene que ha- gico ái de ópo lingüístico. ni la misma parte con Canguilhem.tampoco coinciden forzosamente con lo que cia». Cada una de ellas supone Foucault distingue en un importante pasaje de «Sur l'ar- pues un conjunto de prescripciones que rigen excliisiones y chéologie des sciences» dos órdenes de condiciones de elecciones. epistemología la relación que he sugerido. Lss prácticas discursivas se ca. ni el mismo funcionamiento que las cien- describe el nivel en el que emplea sus herramientas analí.» posibilidad lo llamaré condiciones externas de posibili- dad. el primer tífico determinado. glas que definen son internas al ámbito de la ciencia. y sólo pueden ser atraviesecierto número de eHas y reagrupe en una unidad a definidas por él». que nas al discurso cienúfico en general. las sobrepasan con mucho y objetos. Es decir. si la arqueología mantiene con la nas de la cientificidad. puesto que no producción de un ámbitodeterminado de enunciados obtienen su coherencia por referencia a las normas inter » científicos. posibilidad en el análisis arqueológico. sun cuando se manifiestan a nes de la ciencia como ciencia . es recorrer un campo de determinación histórica de verdad>. algunos las condiciones internas de posibilidad del discurso cien- nunca la adquirieron y otros por último nunca han preten. Por eso la forma que adoptan esos mons- ámbito de esos enunciados se rcalixa dentro de un campo truoscambia cuando aparece una forma diferente de vo- de saber que proporciona las condiciones dc posibilidad luntad deverdad. por un lado. Kn ambos casos ten«mos nueva división de verdad y falsedad y así remodelará los condiciones de posibilidad„pero cadauno está situado cn líxnites dc la teratología de la verdad. en realidad. per- cl saber quc les corresponde. una división de verdad y falsedad en lugar de otra. todo el ni permanentes. pero un enunciado falso será lo que Foucault llamó una tenaa propia. tífico y tienen que habitar lo que Foucault denominó una dido sdquirirls. Dentro dh esta divi. su persistencia. sino incohe- transformación y. otros falsos. visión de verdad y falsedad. describir la división subyacente: verdad y falsedad. vez un «error disciplinado». El que un ámbito científico determinado tenga una tre la svoluntad dc sab~ y la cvoluntad de verdad~. condiciones de posibilidad que se encuentran en el estra- . y monstruosi- Así suba. Esta tarea epistemológica será histórica. en términos estrictos. dad por otro. de rente. lución científica se produce precisamente cuando es esta- Otro modo de intentar describir las relaciones entre bilixadauna nueva forma de voluntad de verdad.'~ Un enunciado que transgreda'esas reglas o que debe dar cuenta. En resumen.'s Esos enunciados monstruosos no satisfacen como cientí6cos. arqueología y epistemología es hacer una distinción en. algunos de los cuales se reconocen todavía hoy lingüística». otros han perdido ess categoría. caerá dentro de la «pura y simple monstruosidad discursos. ni tampoco la historia de una de posibilidad pata las estructuras de cientificidad.. Al intentar to científico determinad. Hcgado el caso. su normas no será. central quo necesita ser circunscrita. las positividades y ámbito regido por reglas de ese discurso científico. su tarea es. no puede ex- siempre). La única ciencia exhibe de modo necesario una idéntica di- producción real de enunciados científicos se realira den. nimo de asxrtsrnsra ~ que es otro modo de decir que puesto que no todas las ciencias comparten la misma divi- esos conjuntos discursivos son las condiciones externas sión de verdad y falsedad. pero no son universales condiciones de posibilidad de esos enunciados.» Dado que la episte- desplazamiento sucesivo de sus estructuras internas.es sinónimo de ciemio como cnmpoes sinó. en eu diíuminsción.2eO 291 Se trata. manecerá dentro de los límites de la particular «voluntad tiíicidad. puesto que formará parte del noma Ana1izsr formaciones discursivas. un conjunto de reglas y cíficao de una transformacióxt que da lugar a una nueva normas que determina qué enunciadoscuentan como división. siempre hay una separación dar una explicación de la existencia de una división espe- particular de verdad y falsedad. falso. en su aparició.is Dentro dc un ámbí plicarsc dentro del discurso científico en sí. el saber no es la ciencia en el vez «toda una teratología del saber». Esas divisiones pueden ser tro de una estructura reglamentada que proporciona las más o menos extensas y estables. entre otras cosas. sobre cl nivel dcl saber descansa una posición candidatos a la verdad o la falsedad. sus leyes de formación y su dispceición autó. es mología se interesa por esas mismas condiciones de posi- el campo de su historia efecnva+ bilidad. y que esas di- distinción que Foucault observó a veces (aunque no visiones estén sujetas a transformaciones. una nueva forma traerá consigo una para la existencia de ese ámbito. de figuras que tienen su consis. necesitamos buscar sión algunos enunciados serán verdaderos. Una forma de revo- un nivel discursivo diferente. al xncxios Ímpllcítamente. no es asignar formas de cien. Foucault afirmó que una di. medibles. divisiones que exhiben normas y reglas de saber constituye lo que Foucault denominó un aepis- nuevas. aun cuan- do los efectos se realicen de formas diferentes. siva tiene una categoría. anti. ese . saber común a más de una ciencia. claaificsbles. te nueva de voluntad de verdad. ría de la degeneraci6n)Ps Este nivel de formación discur- cipándose s sus contenidos actuales. producci6n de discursos verdaderos. to de relaciones que agrupa esas prácticas discursivas.~ más que comentar). de modo que elsaber se nos ha apare. nada. nuevas estructuras científicas de una ciencia. de la perversión sexual que caredan por completo de cientifi- voluntad de verdad reposicionándonos dentro del espa. hizo posible enunciados psiquiátricos acerca de la descripción de la historia. para la teo- terra sobre todo ) apareció uns voluntad de saber que. una organizaci6n. transformaciones del saber que proporcionaron las condi- visi6n establecida de verdad y falsedad y las transforma. Por ejemplo. en nuestra historia. y las transformaciones en los conjuntos discursivos berían investirse psrs ser verificables y útiles'' de saber pueden dar lugar a cambios posibles. cidad antes de esa época Una condición interna de posi- cio de la historia de la voluntad de saber. como taforma de mirar y berta función (ver más que leer. «la fijación de normas para la elaboración de los conceptos y las teoríasx (normas para la elaboración de En ciertos momentos de Los siglos xvx y xvii (y en Ingla. reorganización del saber trae consigo la posibiTidad de la personalidad). Foucault insis. cier. entonces ese sistema verdad y falsedad. este nivel de saber es más de un modo más general que cualquier otro ixiatrumento amplio y más extenso que el de cualquier ciencia determi- determinado) el nivel técnica del que Los conocimientos de. sin embargo. enunciados verdaderos y falsos. en las Resulta claro que Foucault no describe aquí cambios prácticas discursivas de más de una ciencia.veriíicar «el campo de su historia efectivav. «la definici6n de una perspectiva legíti- una nueva forma de lavoluntad de verdad. deberíamos empezar a buscar una zonar.I 292 So&v eykxemologíay aryuoologra 293 to del saber. un funciona- jetos posibles. de las formas cambiantes. buscaríamos ala transformación de conjuntos discursivos de saber. Una delimitación de un campo de objetos» (como el individuo. bilidad para esos enunciados era una transformacion en tió. dibujaba plsxies de ob. cionado con esas prácticas tal como indica Foucault. Y. ciones externas de posibilidad para esa nueva distribu- ciones de tales divisiones dependen de la existencia y la ci6n de verdad y falsedad. si hay un orden del sa- diciones previas para la aparición de nuevas divisiones de ber que agrupe diferentes ciencias. Si hay un dentro de una ciencia. De preguntarnos cuáles cido con rotundidad bajo la forma de verdad científica. Aislar las regularidades discursivas de deterxnina- sostenido que en el siglo xtx una nueva divisi6n de verdad das ciencias puede permitir descubrir que hay un conjun- y falsedad.xo Además.una voluntad de saber que preserva (y Como debería ser evidente. e eran las condiciones de existencia de esa forma claramen- hizo hincapié en que ese hecho debía ser objeto de inves. está rela- guria manera antes de toda experiencia) cierta posición. el psi- ejemplo de este fenómeno como lo describió Foucault: quiatra). He temeo. discursivas de la ciencia misma. que a veces he llamado un nuevo estilo de ra. ante todo. nuevas categorías de luntad deverdad. la voluntad de la voluntad de verdad que aportara nuevas reglas para la saber ha adoptado predominantemente la forma de vo. sino cambios de saber que son con. He aquí un ma para el sujeto del conocimientos (en este caso. en que. observables. los conceptos de lo natural y lo contranatural. Es decir. habría que fijarse en las tigación histórica. rms miento y un a h i storicidad d i f erentes de la s pr ácticas voluntadde saber que imponía slsujeto conocedor (y de al. construir sus teorías. El saber es una condición de posi- que he llamado.Como observa Foucault. el sistema arqueológico común a esos discursos consideran científicos hoy. pueden deshacerse en las condiciones internas. objetos y teorías internas de una ciencia que proporcionan el marco para diversos. no está situado en el nivel del co. sino que se encuentra precisamente en su nivel. cionales para que aparezca un discurso científico. interesa. sus reglas de formación compartidas. para la existencia de un discurso lógico. minado. do por las normas y reglas internas de una ciencia. de superponerse a la dimensión de análisis epistemológi- mistas y los gramáticos utilizaban las mismas reglas para co. Así el episteme no pue- Sin ser conscientes de ello. como tampoco las condiciones externas de posibilidad definir los objetos propios de su campo de estudio. no es tanto que esté oculto. la episteme.ssLar yulabnu y las cosas es el es. y otros que han perdido esa científicos. lo que la historia natural. Al afirmar que las formaciones discursivas de saber ción. Esas reglas de forma. conceptos y objetce de estu. las condiciones suficientes para la aparición de cualquier . lo que lleva de la ciencia al saber. bilidad. marsusconceptos. un episteme de. saber tienen que producirse ciertas modificaciones adi- cuentra el episteme de una época particular. Sin ese namente inteligible la observaci6n de apariencia parad6ji. los econo. Como de posibilidad sin modificar su propia posici6n con res- observa Foucault: «Todos esos fenómenos de relaciones pecto a su ámbito de investigación. para for. ese espacio no proporciona objeto para el epistemólogo». un campo de saber puede caracterizar discursos que en algunos casos aún se Así. tener como objeto de su con- es una«configuración global» que organiza «de un modo ceptualización el episteme de una época particular.j 294 La apcwición de la ssnrahdad' Soárv ir romologzapmyueolo@a conjunto de relaciones proporciona el «espacio epistemo. se vuelve ple. hay que dio extremadamente diferentes. no pue- lógico» para esas ciencias. son las que he intentado tener cuidado de no malinterpretar la noción de condi- sacar a la luz. en tanto epistem61ogo. han aspirado a la cientificidad.ss El epistemólogo. aislando. sino que es invisible desde su punto de vista.ss que éste está situado por debajo o detrás de los objetos.as Dentro del espacio del Si situamos de forma correcta el nivel en el que se en. no de realidad. El epistemólogo no puede ver tales condiciones el nivel de las formaciones discursivas del saber. que nunca tuvieron formulación clara y que sólo proporcionan las condiciones (externas ) de posibilidad se perciben a través de teorías. como su lugar específico. arqueo. y nunca puede ser excavado si uno se mantiene a ese conociiniento. El episteme señala las relaciones y la comunicaci6n entre los conceptos y las teorías de un discurso científico deter- las diferentes ciencias. al nivel en que puede episteme de una épocax. y semejante modifica- entre las ciencias o entre los diferentes discursos en los ción es lo que lo transforma de epi stemólogo en arqueólo- diversos sectores científicos constituyen lo que llamo el go. El episteme no se sitúa en el plano geométrico economía y la gramática comparüeron en la época clásica: del epistemólogo.» cienúfico. es el categoría o que no han logrado adquirirla o que nunca episteme de la época clásica. articularse por primera vez la constitución mi sma de un tudio del episteme clásico. puesto coherente toda una región del conocimiento empírico». para las estructuras (internas) de cientificidad. El episteme es una condición de posibilidad para nocimiento empírico acumulado ni en el de las normas todo un conjunto de objetos científicos. un nivel ciones de posibilidad. ahora bien. quizá de modo un tanto arbitrario. espacio epistemológico nuestro discurso científico no ca de Canguilhem según la cual «el episteme no es un existiría como tal. los naturalistas. su episteme s4 Así. En 1972. Sin embar- a adquirir categoría y función de «conocimiento científi. nunca riadí'la locura como El nacimiento tiela chniea fueron no expresiones no mediadas de él. puesto discursiva cruce el umbral de la cientificidad deben im. Para aproximarnos al interés harto de forma menos confusa y massistemáuca sus aspiracio- fundamental de Foucault por las relaciones entre prácti. he hablado problemas juntos x en ambos casos de prácticas discursivas. existe el pro. zar el aspecto no discursivo para aislar los ámbitos discur- blema histórico. entre arqueología y epistemología.» La relación de esos tres libros con las travaux». Dichas limitaciones. posible la aparición de un tipo de discurso» en Fjgiiar y . decir. que los dos libros trataban de «saberes investidos». el sa- ponérsele numerosas limitaciones. del saber. a su vez. diferentes logía. puesto que. pudo volver más articuladamente al cas discursivas y no discursivas.. el otro con la historia de la medicina [. Si he escrito este libro. uno relacionado con la historia de Ia lar la pregunta de la relaci6n entre saber y ciencia.s' Tanto la FIisto- cos son ejemplificaciones modificadas de saber. las técnicas y Ios procedimientos» de poder. en la relación entre saber y poder. por Foucault. puesto que en ese hbro se propuso neutrali- rico. Para que una formación sólo arqueológicos sino genealógicos ante hxreram. en términos estrictos. con todo su detalle. «análisis de las relaciones de poder que subyacexx y hacen nos a Ia pregunta de la relación entre arqueología y genea. de c6mo una dixnensión de saber puede llegar sido una fuente írecuente de malentendidos. es ese episteme de modos distintos. ber al entrar en complejas relaciones con unas prácticas les a las condiciones de posibilidad definidas en el nivel no discursivas que producían y sostenían ese saber y que.j precisa- las formaciones discursivas que hacen posible los discur. aun cuando compartan un episteme. quien. Así. completamente de lado todo análisis de las relaciones de ma de manera tan lúcida en parte por sus innovaciones poder que subyacen y hacen posible la aparición de untipo metodológicas. poco confuso y anárquico. mente porque en esos primeros dos hbms. Los discursos científi. eran afectadas por él. indicado por Foucault en su «Titres et sivos del saber. Las@ alebrar ks ama fue la más clara realización del man coxno objeto de análisis prácticas discursivas dife. de un modo un sos científicos sin determinar sus formas efectivas. prácticas discursivas sobre la base de «las incitaciones.so Pasar del saber a la ciencia exige modificaciones lo que estaba haciendo. por su delimitación y descripción de un de discurso. Además. Foucault pudo plantear este proble. Esas modificaciones específicas son paxte Como he dicho hacx: un momento. hmitaciones adiciona. también lo he escrito tióformu- territorio arqueo16gico. el propio Foucault se mostró bastante claro acerca de co». go. nes genealógicas. proyecto arqueológico de Foucault. ten. puesto que esta última se centra en la formación de discursos científicos. había intentado tratar todos los Al hablar de arqueología y epistemología. La apundón de la seosulkbd Sobre ay mfueokge te toolo«h 297 práctica discursiva científica efectiva. los aparecerán como discursos científicos que ejemplifican centros. un territorio que permi después de otros dos.ssLasyaiabnu y las cosas drán que describirse por separado para cada disciplina fue la investigaci6n arqueológica más pura emprendida cienúfica y para cada etapa relevante del desarrollo hist6. de cómo es elaborado el saber como discurso posiciones metodológicas en desarrollo de Foucault ha cienúfico. aislar locura. Larpuhrbnar~ les so- de la historia de la relación entre la voluntad de saber y la sas se sitúa en un nivel puriunente descriptivo que deja voluntad de verdad. tendríamos que dirigir. al desarrollar rentemente situadas. dijo: cuya extensión y naturaleza sólo pueden determinarse hist6ricamente.. la arqueología y la epistemología to. interdiscursivas y extradiscur- noción nietzscheana de genealogía para describir el tra. pero siempre vinculado a uno o varios no creíaque todo fuera discurso y que todo lo que uno límites de saber que nacen de él. pero que. una noción teóricamente cen- tral en el primer volumen de la Eftssoreo tk la saxtealida~4 Lu que Hamo carqueología del saber es precisamente con el 6n de ser capaz de estudiar las vinculaciones o la la locahzación y la descripción de los tipos de discurso. estas consideraciones ya Dumézil más que con el estructuralismo de Léví-Strauss nos llevan más allá del Foucault arqueólogo. mientras que en el caso del disposiuvo. d. es un conjunto heterogéneo es- económicas. En realidad. sino que admite que las mismas rela- no es posible no tener en cuenta las relaciones de poder ciones pueden intervenir en un discurso. lo condicionan». una red de relaciones entre elementos específicamente do uno estuviera ínteresado en última instancia en anali. Fou- cault dice que «el dispositivo está j. de prácticas».es Si. en igual medi- podía hacer era analizar las relaciones entre prácticas dis. del epistemex. la epistemología trata de bajo que inició después de La arpcealogía tkl saber. las condiciones sexualidad. al mito en tanto que historia de ciertos tipos de discurso. un juego de poder. que es el . un conjunto fo r m ado por tre esos grandes tipos de discurso que se pueden observar elementos discursivos y no discursivos.4' El dispositivo de eu una cultura y las condiciones históricas. producción verbal.a. la genealogía señala las dependencias extradiscursi- la década de 1970. tratégicamente conectado de «relaciones de fuerzas que mación ee apoyan tipos de saber y apoyados por ellos». el tipo de perspectiva comparativa que Fou- modo que al final tuviera los recursos conceptuales para cault emplearía al analizar las relaciones entre sistemas de . lo que quiere decir es que un episteme es mas normativas y reglamentadas de discursox aun cuan.. las condiciones políticas de su aparición y For. al ser zar las relaciones entre esas formas y las prácticas sociales «discursivo y no discursivo. discursivos. Fou.ss Foucault distinguió entre tres tipos de dependencias o Antes incluso de decidirse de modo de6nitivo por la relaciones: intradiscursivas. plantear la cuestión de los tipos de relaciones que existen saber y redes de poderos entre sistemas de saber y redes de poder. un ritual religio- que existen en la sociedad en que funciona ese discurso».ee Sin embargo. portadores de saber. Describió el contraste como el existen. Sin embargo. por ejemplo. tí6co y la arqueología de las relaciones interdiscursivas de tre sus primeras obras y lo que emprendía a principios de saber. vas entre saber y poder. so o una práctica sociab.] siempre inscrito en Foucault no era en absoluto un idealista linguístico. creía que las prácticas discursivas serva que un dispositivo es «un caso mucho más general tenían su propia especi6cidad. que era posible aislar «for.4s Así. en términos generales. Foucault desarrolló te entre la arqueología y la dinástica del saber: la noción de un dispositivo.. sivas.( 298 Le eparirióe de la scatalidasl Sobre epistemología y ar l ogia 299 castigar y el primer volumen de la E&toria ek la sceuaMed precisamente porque para Duméül «no hay un privilegio A medida que llegó a percibir que «si se quiere hacer la absoluto acordado al mito verbal.» El método de Dumézil permi- Foucault tuvo que desarrollar un análisis del poder que tía «una comparación entre los discursos teóricos y las " acompañara su análisis de las prácticas discursivas.es De modo que cuando Foucault ob- cursivas. decididamente heterogéneo». las relaciones intradiscursivas dentro de un discurso cien- cault ya era plenamente consciente de las diFerencias en. sus elementos son mucho más no disausivasP' Y se identi6có con el tipo de análisis de heterogéneosn. y lo red existente entre los elementos dentro de «un conjunto que Hamo «dinástica del saber es ls relación que existe en. he querido señalar algunos de los modos ' en que la genealogía afectó a la importancia y las lecciones y placer extraíbles de sus primeros ensayos. o el sujeto. o la libextad del hombre llegaba a penetrar en todo lo que el freudismo había deser'to o designado ggg «Q como mecanismos inconscientes». potga • ssss oponer la primada del objeto. como Foucault. a la búsqueda de estructuras lógicas. cubrimiento psicoana8tico del inconsexente. Jaicié este ensayo reconociendo lo dificil que es propor- cionaruna descripció adecuada delpensamiento de Fou. Y lo que dice son estas punzantes palabras. para~auca esar de su coincidente formación fil osófica . A pesar de las auténticas complejidades y las ambi- cault. estructuras que no podían comprenderse o explicarse en términos psicológi- .•g La aparici de la s'cncalidad tema de este ensayo. que finali. entendió ei i n co~nsmen e como un sistema cteestructuras lógico-itngüisdcas. con respecto a la filosofixa que lo rodeaba. cartesianos o fenomenológicos. como la epistemología. trata con prácticas discursivas. es decir. Mi propósito ha sido hacer hincapié en que la arqueología. te epresentó para él un logro epistemolópco decisivo Porque mis interpretaeiones de Foueault casi siempre con. es posible afirmar n s e - ahora me doy cuenta de que esas dificultades intelectuales ridad que el descubrimiento &eudiano e i n conscien- se ven exacerbadas en mí por cierta conciencia culpable. y que en este sentido ambas son di. con cluyen oyendo suvoz. xncap ees de habi- tar el mxsmo espacxo epistemológico. Que nos deje en paz cuando se tra. artre a xedan como «contemporáneos alternatxvos». ya fuera en términos No me pregunten quién soy. dado su constante movimiento y las elaboraciones y piedades reales que caracterizan la actitud de Michel reinterpretaciones que dio de su propia obra Sin embargo. psicoanálisis hizo Foucault. una incompatibili- nuestra documentación. Al mismo tiempo.s Puesto que Foucault. sin dejar de garantizar a la arqueología su autonomía teórica. Ie permitió poner en cuestión la antigua teoría del sujeto.nime pidan que perma. Apéndice: ferentes de la genealogía. dad que Jean-Paul Sartre abrasó y llevó a su conclusión ta de escribir. en consonancia con Lacen. dicha teoría era incompa- nezca invariable: es una moral de estado civil la que rige tible con el concepto del inconsciente. ' Foucault hacia el psicoanálisis. acompañada de'su inconfundible r especto a a enomenolo y exis t encialis El d e s - risa.< ultima en El ser y la nada Así.' Foucault vería por lo tanto como uno de los rasgos definitoxios del existen- cialismo el intento de «mostrar cómo la conciencia huma- 5® na. como subra- zan Ia introducción de La arpceoiogk dehaber: ya Foucault en «La mort de Lacan». de las formas psicológicas. y sexualidad Como dijo: C. la existencia del en el caso de Lacan como en el de es objeto . al nivel del regreso a Frejxd. limitando así más los póderes p re en la importancia de a teoxxa s i coan xtxca e x del sujeto. hemos intentado aislar bajo el término sjgnigcunseP se derrocaría la primacía epistemológica de la conciencia. del desarrollo. C. Foucault di. y si podían situarse dentro del sujeto. incluso su pensamiento el mismo tipo de papel epistemológico. Le' hacian las historias arqueológicas de Foucault Y así Fou. 4 .. mos que la primera idea de Foucault fue titular ese volu- cault no pudo sino estar agradecido a la intervención de men Sexo y xíerdad'y que consideraba que sus problemas Lacan al final del turno de preguntas tras Ia presentación centrales giraban en torno a la cuestión de cómo el ámbi- to del sexo llegaba a situaxse dentro del campo del dis. psicosis. no es el secreto sexual tras las neurosis y las C. mente determinado por esta etiqueta. Lo importante no son los Tmr snsuycv para ueu s«oría ba comprometido con una búsqueda similar.l estruct~uralismo. tanto Foucault.s Tales eran las bazas fundamentales del debate filosófico El mismo tipo general de dependencia es un tema do- entre existencialismo y estru ~ smo c o m o lo concibió minante en La arpceologín deísdxbn. lo cual es completamente diferente. no es cuestión de ls daderos estaban vinculados a diferentes mecanismos de 4ga. separar su importancia de por ese espacio alternativo -el espacio de la lógica.. esdecir. cómo en Occidente los com- portamientos sexuales se convirtieron en los objetos de [. de la dependencia del derse como «la búsqueda de estructuras Íógicas allá don. ej empli- gigmítXÍe FOuCault. La npurkión ds la scsddnlidsíd 303 cos y cuya existencia no podía reconciliarse con la sobera.de Foucault. odia enten. reglas y operaciones lógicas y lingüísticas. Foucault insistiera siem. y. De modo < i o L e tasreem« tr k reo»r j. el interéa pOr ÍálinguXStXCan'y ficadapor Sartre pero en modo algun a á éi. cionalidad de la conciencia. una ciencia de la sexualidad y cómo esos discursos ver. tras la publicación del primer volumen de la Historia ck lu puesto que la existencia de esas estructuras mostraría que sszxddxlidsxd-a menudo malinterpretada como un rechazo el lenguaje no podía entenderse por referencia a la inten. me parece que. AdemáS. y que de se produjeran». de las mucho más sospechosa e o rx a s x coan tx c a e a estructuras. que en otra breve entrevista sobre Lacan. Por extraño que pueda arecer. el Sts» ' sencillo del pronombre "yo"». y.J estructuralismo o no. también lo del primer volumen de Lu hísmriíx de hx seeualidsxsP Sabe. cular. El espacio de la psique quedaba amenazado conscient y deseara. y de «Qu'est-ce qu *un auteur?»ante la Sociedad France- sa de Filoso8la. breve esbozo de Foucault de las cuestiones principales consciente ayudaban a realizar este objeúvo. Supuso que Jacques Lacan se halla. d Si las estructuras del in. en el campo vaga. era una amenaza con cuya búsqueda Foucaultestaba I comprometido.]íroesl acoda. de modo muy psni- nía sartriana del sujeto R. C. sujeto con respecto a algo verdaderamente elemental. en toda regla del psicoanálisis-.inconsciente fue un com n e nte decxsxvo eTíxñnpñceWo-' constante de ataque cierta form a hum a n i sm . de hecho.. é. Lacan observó: curso verdadero.s Sin intentar abordar esas cuestiones generales. por la búsqueda de estructuras lingüísticas desempeñó en No debería constituir sorpresa alguna que.gg ' negación del sujeta Se trata de la dependencia del sujeta poder. es una lógicíx del mamscí«sdsad cada de 1950 lo ayudó a descubrir que «había que inten- tar liberar cuanto se oculta detrás del uso aparentemente Esto me lleva a «LsOccident et la vérité du sexe». ce que la lectura de los primeros textos de Lacan en la dé. Lix capariciópdd oykx ~ i ddr d ~ deseo subrayar la distinción.[ esta terminología. una distinción que plantea una serie de cues. nos de normalidad: «Dime qué deseas y te diré quién ~ dadera. ya sea verdadera o falsa. Foucault es conce tu e ese ar ai e nti a r e a l su. la subjetividad ver.el deseo verdadero expresa lo que de verdad lleva ia noeidn de deseo. l l a - mental s u b yacentepara esa distinción es precisamente ce se agota. Ciertamente encontramos este dhaga- . Un motivo funda. ahí y en otras partes. capa a esas connotaciones meascas y naturalistas que con- pretaci6n. Las estructuras del deseo conducen a formas de nizada en torno al eje sujeto-deseo-ver ad. la idea de placeres verdaderos y falsos (y Foucault com- tiones que la mayoría de comentaristas de La ryoluntadde prendi6 esta cuestión por más que nunca la expresara e saber no han acertado a desarrollar. sus cualidades modificarse.s La seo y la ciencia de la sexualidad son internos a dicho dis- modificación del sujeto a la que apuntaba el discurso ver. tipos de subjetividad. destacada por Foucault en dareo. es eo tiene~fundidad'psicológica. positivo. lo que en realidad se es„mientras que el deseo herramienta. por así decirlo. circunscripción del deseo verdadero es un procedimiento curso del placer y la búsqueda de su intensificaci6n son de individualízación. No hay un espacio conceptual coherente para que '. el deseo pue. e ste modo) resulta conceptualmente equivocada. coan n c o os t i po s e te o as re anona os con a. el placer puede funcionar como punto o línea de dadero de la ciencia de la sexualidad utiliza la estructura resistencia a sus estructuras y mecanismos. menos enigmático sobre este contraste en su entrevista 'eto y asi e 'tar el i to e a mtervenci6n psico gi. seré por lo tanto capas de admiYir o ~ te de la razón por la que Foucault no soportaba la palabra . ni ninguna mientras e~arr @mico sti ordaniaado en torno ai marco primana del sujeto psicológico en la experiencia del pla- cuerpo-placer-mtensificaci6n. clusión de sus comentarios. cer. marca de iatsiidihiiidad. En exteriores ' ncia del deseo sexual. no exigen una teo- ros sobre el sujeto de la sexualidad conduce a la centrali. d Le gaü savoirp. que la ciencia de la sexualidad se aferre al deseo. Esa noción se ha utBtaado como se quiere. Avanzo este término fplacer] porque me parece que es» de ser reprimido o sublimado. de la subjetividad sexual. la producción de placer no lo es. contra el dispositivo de sexualidad. Está. entre un arte er6tico y una ciencia de la hablar'de la distinción entre deseos verdaderos y falsos.'o 1 Ahínqueno tenemos dificultad en comprender y y su breve ensayo. ' (X) t . cahhraeido en tknai- falso oculta o enmascara la identidad. inter. la vieja teoría del sujeto identificarse. mente. emdg~na. c orpora a a a t e on a s i .mientras que el dis. realizada en 1978: ca. la sciextidi sexual' st á orga.No cabe duda dedde. puede ebilit esd e un nuevo ángulo. aumentarse. diría que debemos extraer como con. re1acionado consigo mismo y no con otra ) Aunque Foucault no siempre es sistemático en el uso de cosa de la que sea expresión. pero no tiene la profundidad psicológica del deseo.» Mientras que el de- cológica del deseo sexual. Ks como si orientaci6n sexual. el deseo puede ser latente o manifiesto. Del mismo un pasaje célebremente enigmático de Lyx eoluntad ck sa- modo q e Foucaul iso s~ear dsc3aJeadapaicn~ i t i ca ber. ría de la subjetividad o la formaci6n de la identidad. Foucault identifica cue l ac n cont r a ste con del inconsciWirtF8e la teoría de la ual i d aíl. La da d na t eoría del deseo sexual.pszte-im persau si eres o no normal. aparente u oculto. también el~sexo-deseo o m o punto e ap o yo dei contraataque desea separar Ta experiencia dei placer de «na teoria psi. ceres no implican orientación alguna. diferentes pla- pudiera decirse que la imposición de discursos verdade. pide desci&amiento. sexualidad. como si dijéramos. descslificar tu deseom. por su superficie.. «traquer». Ó>p sujeto. aación no utilixada en ninguna otra parte.'i Porque ese placer cs. en la vo luntad desdx- l placer s algo que psss de un individuo a ouoi no es ber. Ks un acontecimiento « . ciones entre esa arte y esa ciencia. ni pisar «aaoxmsln. Son todas actividades cuyo objeto es típicamente el deseo no dene documento de identidad. como una ars enukais Sin negar lasnumerosas rela- cuexpo ni e ma. ción de Foucault del placer del análisis apunta a comph- mádico. Y. en el que se in tod o ese armarán psicológico.o en que la ciencia del sexo ~ tida i . el discurso de la segepxxxa gantes. Foucault se re6ere no I4 otrasclases de pasaportes. El peú6co p~ce ocultar la división conceptual entre deseo deseo no es un acontecimiento. texto 61osó6co en el que deberíamos colocar las extraox de modo más importante. Í4 directamente la cuestión de cómo hay que interpretar las dero y el bene6cio cle la interpretación llenan el conteni- observaciones cle Foucault. trastoca. S placer no ciene pasaporte. prueba suficiente de la posicióu am- Podemos invertir con faciTidad las observaciones de bigua de ese placer. como con sigue pcrteneúendo al arte erótica. otro placer.posee undocumento ex entidad. en «LsOccident et la vérité Foucault y decir que eí deseo cs una secreúón de la iden. du sexe». mientras xepa.» y no el placer. una noción no asigxwda y no ssignabk. «al m enos en algunas de sus dimensio- al sii eto». El tármin @hacer or otro lado.» propias observaciones de Foucault ponen en cuestión la posición de ese «placer del análisis» en modos que lo se- El desee permite un agarre o asidero sobre el sujeto ñalan como no homogéneo con los laceros us que es central en la constitución de una ciencia de la de funcionar como untos dc resistencia al ' o de sexualidad. En realidad. tanto en «L'Occident et ia vé. deseo señalar que las g/g men.unacaractexi- molesta. puede ser auténtico o falso.re. el « lace del anábsis». Kl placer no ces decomprar tan caro el derecho bisemanal a formu1ar representa nada„no hay placeres falsi6cados. una ciá tn de la identidad. Hcp hay «patolog(a» del conduciéndonos a la pregunta de si no puede funcionar ~s phcer." Al final de su análisis en Le gg . Poucault se regara axpllcitatnente a esa categona sessd dddis. estas a6xmaciones plantean mía). como diciendo que la formulación del deseo verda. «débusquer». y es el único ejemplo en que Foucault los adscribe al «placer». la prixnacía del sujeto. acerca de csc cristiana hasta la noción &eudisna de deseo. la inveca. es de libre uso. su «le~ó n» e n el límite del yo comocontenedorade« laceros ambi u s». mientras que el placer escapa al discurso de sexualidad. «découvrir». q u e no cita e o t ro ni fuera. en resu. exi r la sniepxxigg s~. Ate es un con. Además. : j je presentar més omeuos 6elmente quién se es. p wN sos La apargcgdbg gk le s«»pdeliabcf t III rre f«prise»] que va desde la noción de concupiscencia rité du sexe» como en Lu oolusxarcfck scxber." Sin embargo. su caracterización de ese placer dinarias observaciones realiaadas por Foucsult en 19'F9 em lea uno boa que son partícipes todos eGos de la en la reunión de Axcadie: tica del deseo en «L'Occident et la vérité du sexe». en realidad. «interpréter». lldendts de colocar ese placer entre tnterro- la patología y la anormalidad. al placer dcl análisisa sino a las personas quc «serían capa.eneses goqueno es del nes». car la estricta distinción entre ars erosxouy scienxxu sexddxfg'x gjfj está casi despxovist e s e ntido. sino uns pexmanencia del y placer sobre la que he insistido. g/Q samos la noción del instinto sexual en ls década de l840. do del placer del anábsis. hablando del mod.mente el besxegeio de Axinterprercxción» (ia cursiva es gg apoyo de esta interpretación. «oui er». laboriosamente tu verdad de sxxdeseo y aguardar muy pa- Aunque podrían útarse otros textos de Foucauh en ciente". verbos como «exposer». o enelhmite d su eio. al finaL no es . muerte . sea el Foucault dedicó un texto breve pero brillante y teórica. Si queremos Tras identificar el placer del análisis.]: la sexualidad pasa al rentemente perdidas áO hay que suponer que todos esos otro lado del individuo y deja de estar «sujeta». La inaccesibilidad de E/en. quizá por primera vez. podos de la sexualidad rápidamente retraídos. deseo dar un ejemplo final de las Foucault: bazas implicadas en la disolución del sujeto psicológico.y.»» placeres no son sino los subproductos de una ciencia sexuaL un beneficio que sostiene los innumerables esfuer. Que morifia»» sional. que sea. Si la psicología. el yo. rápidamente borrado. que no podfia sobtevivir a él. como hacemos a menudo. viene exigido por su interés último en da como una suerte de muerte. hay que creerque nuestra scieetia sanraiisno es m ás nuestra posici6n de sujeto. E d en. tan intenso. el alma». 308 Luaparición ds la sacaalidad Apdadics ooluntud dasaber. En su texto..] Me aún la de Eden. tenemos que abandonar lo que su- ponemos acerca de nuestra individualidad. a mi entender. en una palabra. nuestro yo. las sorprendentes observaciones de estos ultimos intereses.. tar la sexualidad como el «deseo fundamental o primitivo Porque creo que el tipo de placer que consideraría del individuo». de sexualidad. sunueva forma de extremismo. mas. sin proteger la completoy total..s u ilegibili.» No deberíamos placer. de ese tipo de gico» que Foucault no dejó de combatir. las relaciones del que una forma singularmente sutil de are eroica y que es la individuo y de sexualidad están. seudó- cuerpo-placer-intensificación que he comentado antes. entonces su ruptura será experimenta- que. Es un placer que no tiene la fuerza ni epistemológi. tad de disolver el sujeto. más que una pálida forma que surge por unos instantes de guntas que ya indican el hiato entre ese placer y el eje una gran fuente repetitiva y persistente. Nuestra incapacidad para imaginar a qué mente acerca de los placeres del análisis. la subjetivación ética. no esmás que la precaria extensión de la sexuahdad. pregunta: saber lo que sabemos. ha constituido un «punto muerto absolutamente in- El interés de Foucault en la disolución del sujeto psi. y ese hecho solo suena ese texto da fe del agarre de ese «sucio antropoló- muestra la particularidad. sin presen. sino desde el siglo xix.. no trastoca la soberanía del sujeto. Ederi de Pierre Guyotat. evitable y absolutamente fatal» de nuestro pensamiento col6gico de la scienna sexual& no s61o es compatible.» En su libro. Individuos.. en lugar de perseguir en este contexto. el individuo. la unidad del individuo». E/en. Quizá la ejemplificación más clara de esta disoluci6n sea placer e parece una conducta muy dificil f.~ g ~y sí zos de la mismaP» dad. Porque creo que es muy difítiL y siempre tengo la mente convincente. Foucault plantea un conjunto de pre. cla- versi6n occidental y quintaesenciada de esa tradición apa. provi. Guyotat es capaz de representar una sensaciónde no experimentar elverdadero el~ lame ruptura sin salvar «el sujeto. Sin embargo. E~. la peculiaridad. subestimar.. el individuo como el verdadero placer sería tan profundo. a quien gllat ero morir de una sobredosis de placer. ra y decididamente invertidas [. en todas sus for- cault.» Así que no olvidemos. la intensa dificul- ca ni política de esos otros placeres avanzados por Fou.para mL ese placer está vinculado con la «primacía del sujeto. son marcas de una exterioridad conceptual y de una resistencia al dispositivo Esta ultima pregunta s61o puede plantearse coherente. me inundaría tan totalmente. enArnold I. I: La eoluetad de sa- ber. e intr ): Eouceult aeof Jfk Jit- arkacrm4 Chicago. 6. y sus razonamientos son directa- mente relevantespara mis objetivos filosóficos a la hora de escribir una historia de losconceptos y teorias de la p siquiatra Ofrezco aqui un ex- tenso estudio de caso del modo en que la categoria de los enunciados esrelativa a un corpus de conochmento. qué nos haceP PR6LOGO 1.véase Ian Hacking: eLanguage. lainterpretación de Chaves difumina las diferencias entre los proyectos mqueológicosy genealógicos de Foucault y lo lleva a descri- bir msl la importancia de sus observaciones sobre el psicoanálisis. l 19.p.f 310 Espero que estemos en situación de tomar las obser- vaciones deFoucault de maenra conceptual y no psicoló- gica. Michel Foucault: Ti& Bismry foSemaliry. Ibidem. op.) : Rarionaliey ertd Erl~ Cambridge. Pantheon Roo' 1978.cit. en Mardn Hollisy Steven Luis (eds. 1989. Siglo XXf. 1997.. 2. Put- nam ampga y desarrolla ese debate.University of Chicago Presa. E tirrvr@r ck lu ~~ v ol. 4.Fm concreto. Davidson (ed. p. Sin embargo. En una serie de ardculos publicados en la década de 1970. 144. lo que Hamo un ~estilo de ra- zonara. Nueva York. p. 5. Sobre este tema. vol I: ~ I n r nouhcaien. MIT Presa. GeorgesCanguilhem: «Introduction to Penrer tu/&lic: Erreis r' MmblEouauCk.Madrid. Truth and Rea- sons. 3. Puede encon- trarse un interesante estudio sobre la relación de Foucault con el psico- análisisen Pirata rk la kncre y La voluntad tk raásr en Etnani Chaves: Foucsults a pricmuflkc Rio de Janeiro. Foucault: La oolunrudckrmbr. 1. 1982. deseo mostrar que algunas afinnaaones ni siquie- . p. Forense Universitária. CIÉRRENSE LOS CADÁVERES Este ensayo sc publicó originalmente en unaPrrrcfujátdedicada a Hilary Putnam y uats cuestiones que se remontan a su famoso debate de 1962 sobre las verdades anaiiticasy a priori en «1t Ain't Necessariiy So~. una pregunta para la que aún no tenemos una respuesta satisfactoria: équé es el placer del NOTAS sexo.y de utilizarlas para hacernos una pregunta que él se formuló con frecuencia. Michel Foucault. 1988. 144. 145.slanalizarlospasajesde Le cetunecdde raer que cito a conti- nuación. Nl. C.S lt rl brn. ThrtwpáuulocLondres. 4. %ilhrhn <»ricsingcri Di» Puthototfir unii 7hdtrtpiádrrpthrlhirrhán pe@al ron dos parten«si las conversaciones con Michel Fouimuh en 1976 resuhatvtn cruciales para ayudartne a conceptuahaar estas cues- Etwl1hhrdátcStuttgsic. 11. t~. trand provocb uiia serie de debates. 5-7. Wdcm. 3. «ndilfrthod 2")S pk~ kic o/ pi91»rrc vol. Claude-Franeoi • Michbai nDcs dkviations uudadivcs dePappktit Sá fb p~ r Ar e t á und Sliidirtvndá. 1bM»tu. 10. Vbanse. C«18mard. l gr. p. The Ndcv Sydenham Sorídtya 1867o p. Gky. versibn inglesa yátilbouk /l»runigt(trad. p. 1983. 20L 22. «Les 1975. 7. 16. El nusnlo corlillnto el»i prohleinas rodea ia introduccsbn de )-4f . 1994. Doin. Otro debate sobre patologia cerebral que merece acencibn es Rí- p. tnsli e está. Citado en ibidem. P«ui Moresu (de Tours) iDet ubttuueiunt du lrnt Sdtidtittue Paris. p.phikrluphirwf pttprr«vol. 140-160. ktitr rl dedil». 20-24. Enke. 323 chard von Kraih. 21. 17. Se aca ls vbnbrien+ &aun Whkcufa17 (julio de 1849). F. »I gradó d» wRevsnrla d» ia hlsftuía dc! los riulr»ptos paro Iris prribi» I:k lhirlem. Kiernani »Se«u«l Pcrversion and Ihe 'gthiteehapel Mur. siid Nyniphtt tí»engrifa. l9821 y Míchel Foucauh: ~ t retien avee Miehel Foucaalt< en 9. Ct. Oam. . 2581y 61. 2. Prtnoe en su cotnentario y crictca de las ophuones Kientan y ouas afil 27.p. de los cueles el de Michka es el Filadelfia. tifAAr i»l uttd hittyltrul 11 opbtl»l' . I.». Ls cita pcrceiieiv a hi pkpwa v»anse nlt Ain'c N»ecssarily Sov. nTvro Doipnas' R»visit»d< »There ls ac lea«t Onc if PAPAS' Aherrauons de Pinstínri se«ud!s. 129. ser esp«s de rinp»ssr «deinosclar 12. 339. IN s»ti »Su«ii«l prtvvrsloti irr Vir»7 h psdriikttcieai ariij Thrrapr uiii ln l'or &ii la pruríhthdad cuisma dniwinc c bír eit rtos»wut tciados contó qiríryn. 1999. 2531 la cursiva es mts.en S.' ~ 18. nbm.Etruur lgiyusophiyur (enero de l884). Daniel Defert y Frsneois Kwidd). Op. La segunda edíribn empalaes de l 867. 29S4-19SS l 15-116. ihidein. ~i m r ntsr. S (noviembre de 1888).p.i). M«mullid l 907. 208-$% Ihidem. (eds. Parie. 4. París. D«vio. Foucault en «Ld jeu de Michrl Fouceulcn. Madrick Siglo XQ. R»~ 4 'plica. i lltt.l 8 5. Jnurttrtt ii/P ~ o irá ttndtifrnrrr! t>it»ui»r (sliril de lg98)„reinrpr pacto d»1mnbitó c&l cw> ui«ciento e»ntQ4o d»pi'ndr dc ia &ltuarkiin c n E~rkoth»titprt«nrt tifttttitttá l&~rututtly S»t»l»»dtrrlrgy. por ejemplo. Oxfong SisckvteH S. 130. 206. 129. Ibíd»m. en lltrriíoui sutaM»r«ten. Fetoy en deuda de modo ca. 23. Frsiik l. Jiill»n Chcvsiíer. Ibidete. 11 (l4-9 1889). ( ambridt cá Uirivrrsity Presa. p. Vbanse Ian llackiug: «Language. Gaiiímsrd.O. 24. Krabhe.cit. Stuttgsrc. 20. Kr«St-Ebing:ycrdtookofhvu»dlhop. Ki»ni«iii tgusillsl P»rvárshrIL nsoii rit. y Criesin- 130. 1890.' lkf piñucrrion dá pinrnnrl riurudt uit ppinl »idcwá bridge Vntvclsity P»ese.cít„pp. 6 (diciembre de 1888). 01. La exprcrsibn«principio dc atevísmov es uélieada por Moceen 26. and Resson». Lukes y irL HO18»(eds. 1885. Vbasetsnrbibn K.» p.Ein I áhtbitchflr» Snidirrándocrnd tftu».Kbíngi Leh birrhdos P15 tchiultto uufhtiinitrkdrdtsurdbt- 6. Books. en espcciak pp. 170l yt ger: AfenarlPuob toglt op. 1904." y 4. rios auna primer versibn de este ensayo. Th»Wedicirt S~ 4. mks inscructivo. Asselin. Rmíl K raep elin: Prychtrrui». 8. La cita perrriiicre a la eiiicibn inglesa ttfánrut Putkotutftt uñit tiones y los d»bates con Ian Hacking contrihuyetcrn de mbltiples ior. Truth.ydscoui rg«xual prtvrrsióii. Mtvhel Foucaultr Efneciusirnat do kce0nico (trsd. u Charles GUbert Chaddock). Ibidcm. nbm.Daniel Defert y Franyws Ecvald). rtlunvr. 1845. 130 tusa retal cenados con la c«t»Seri dptstemolbgirs de los»nunriadiis l4. l. A. imipsig.en itfulktvuuiiot. Csmbridge. Psris. pp. i 0 f 7-9. tnrrrtiiv-ldttiif. l994. pp. 199. la cursiva es mia.cit p. l'rancisca Peru. 19S tt-19SS (eds.. pp. las breves observaciones que ofiece Miriiel A Feerbouhfor Sntdrnlr undPkysiciutiaLondres. pp. y sAnalyécity and Altriorityi 8»yond Whiitensiein asid t)uín»t. ntaniat. Csinhrirlgii. Ibídcm. vol.):Rutiuñuti9turuMeZariiuirm. 2 i3- Snttu los atcieulos de Puutam mks important»s para uus nlij»tívoe. 25.deis~. uii m . I. 21. . 146.pp. Satyrissis. 312 ~i Nf sl eb kslu1%wkifswl' tu purdett roncharse sin el drssrt14O do un uuevii estilo d» r««rin«r. p. histbriremeac» especifica d»nu»vos iqinr»ptós v ilc nuevas 4nnan de llarvsrwl lhiivi rsíty irrrss.t)ilr ál rtlriu. p. Anal dd capitulo 6. Sarch.p. Vbanse Kiernsn:«Sexual Perversion . Citado cri ibiclc'ni. 1880. Clievahcr rdsunie sus ritiirdusíowe al Agladesco a Michael Lavb«gohn Mr@e»s y Aten Stonc sus comcnt«. p. Se cita la vctsíbn inglesa Clinicut prylhiuo3tr 5. vol III. 19. Ei caso del sargento Ber. jo). Ceinihridy". l904. l9. Truthu. J. 8849. Vbanse. iu7fi„pli„ lli) ii0. M.pp.ese caso no está. Vigot. l93 1. Resulta instructivo comparar esta concepci6n de la perversión 36.núm. pasó a con- de Neurologie.Parie. num. 1872-1893. Kouoslis sdieion ds Pssvrsssion ssposrrorsirss 29. p.Sin em bargo. no 49. Comento brevemente estanoción en «Assault on también Tassbookon Insanity. 1965. Cante 1896. También los comentarios sobre este punto. Bechet. ralezas. Ibídem. 158. Ibídem. pp.Bt trice. Véase. voL HI. en 1891). Véasenota 33. 41. Se cita la versión inglesa: ensayo delpresente volumen. pp. Kraílt-Ebing ni con mucho. pp. Moriz Benedikt: Anasomiscks Studicn an Psrbrvchsr-Gekirnsn. la naturaleza. nesis de los procesos m6rbidos.4 (1876). 77-81. Hay importantes diferenciasentre la apropiado a la especie humana. traducción de la duodécima edi. 79. 157.-K Charcos y P. 50. Moreau (de Tours). Klaft). tan bien documentado como los de Chatcot y ~ . 368-376. cia Sacuaha op. 16. pp. Julian Presa. Véase ciety.M agnan: cInvereion du seas génitabr. liaí st lss typss komosssrrrslr. No se consideraba como una enferme- sions sexuellee~. do ensayo del presente volumen. Kraíft-Ebing: TsztbookfoInsania. 1832 33.por ejemplo. véanse Albert Mollr Pssesssionsfoshs Sac InsscnséNewark. 1 (1885). 48. el adulterio. cit. 12-14. Pcyskiar&c cocd&ervrsnkrrrnkksctsrc.Stuttgart. Ibídem. Stein bc Day. dad diferenciada y autónoma Véase S. 46. cado deno observar la forma correcta de copulación eran vicios contra 37. H4 cuesti6n 154. artículos 11 y 12. Lecrosnier et Bebé. p. F. Delahaye. cuando me regera a la primera edi. concepción médica decimonónica. Eí aráculo de Mec. 1993. pp.J. la satiriasis y la ninfomanía Curiosamente. op. v yvtt ssscuslics. Wm. el bestialisruo. Consideró que el onanismo. cpssirnsntrds diPmiasria. 17-21. 1881. considera la abolición como un caso extremo de disminución. 44. omnipresente por supuesto.op.. Londres.véase Moreau (de Tours): Dar absvations du scns mahor dc linrtinct casu casParis. 87-117. cit. 81.p. op. Arskicrfcrs comenta el insünto sexual contrario.i 314 La rtparición ds la sortualidad Charcot de la ambigua noci6n de «lesión dinámica en referencia a la 45. Griesinger: PIcrrsaiparkology. ía profanaci6n de cadáveres y la violaci6n. 2. cit„pp. pp. Saint-Paul): Lk omosacua- diar uponBnnn of'Criminak Nueva York. que el incesto. pp.Un casopresentado por Legrand du Saulle aparece VH. el énfasis es del original. cit„p. (1878). Ibídem. La cita es de la página 21. En el siglo xtx. Franklin S. 52-53. tion sur lar maladisspnrduissspar hc massurbasion.. 1888. Estoy eu deuda con John McNeee por tas el bestialismo. A. 7 (enero de 18S2). London Bsoisro ofBooka 6. Nueva noso queese opone también almismo orden naturaldel acto venéreo York. cit. 12 (1984).p. 42. En la medicina del siglo xvm. W Braumüller. p. p. PaulMagnan: «Des anomalies. p. 51. Amgo Tamassiar «Sull'inversíone dell'isünto seeeuaies. Kraíft-Ebíng: Psycáopatia Sawn@ op. cit. Richard von K r afft-Ebing: Psyckopaskia ssmcalis. op. París. A.op. Ibídem. enArcnalerm ódioo7uyorcologipuor.Para otros enunciados re- Freud». 81.53-6(ky 4. hay que te- incw sionschrsarar ghcitcü Paris. pp. 73-108. y entonces se llama vicio contra Ia natu- primera edición y las posteriores. 3. p. la violaci6n y la seducción. 34. 28. The New Sydenham So. 35. cit„p. presentativos. comenta la erotomanía. Paul Sérieux: Bscksrcksschnipau sea lssano. lo indicaré.. 296-322. Carl Westphal: cDie contrire Sexualempfcndung». 36.núm. 1879.Para un comentario.4 (octubre de Sarualis op. pretaciónposterior. 12 (no. con el tratamiento dado por Tomás de Aquino al vicio contra la natura- Enke. Legrain: Dar anomahar rk linstinct sroruol at snp~cvlisr Ar teolo gía. Drsmrssfoths KestrousSJrstsw.2 (1870). 1910. 17. la masturbación se consideraba 31. 168. 30. cit„pp. op. exdusívamente un factor causal. Sin embargo. en la gé- 32. Ibídem. Comento el masoquismo en el segundo sscVra5 vols.Archives (publicado o ~ ente en latín en 1758). 3. 7' ser. 41. . 83-86. 172 y 182 (publicado originalmente en ahsmán Viena. Kraíft-Ebíngr Tsrctbook on Inranity. Véase Sus' do 38. sino indueo peores kenzie aparece en elIourncd o f Medical Scicnor (abril de 1884). 34-36. siderarse como una entidad m6rbida diferenciada y como un impor- viembre de 1882).. Paris. Para esta inter- 34. p. Oxford. pp. y Doctor Laupts (pseudónimo deG. Se cita la edición inglesaAnatomiorrl Ssu. 1886. Julius Krueg: epecvetted Sexual Inetinctsa. Los consideró no sólo difercmciados.1889. des aberrations et des perver. tante factor causal en la génesis de otras enferme<&des. pp. y Piyckya- hísteria VéaseLsforcr sur lar mrdruhss de systcrmsnsrvsurrfachrs a la Salps. Se cita la versión inglesa. gónórifcce. p. Clarendon Presa. 738. Woods. Ibídem. leza Santo Tomás creía que babia un tipo diferenciado de vicio libidi- ci6n alemana:Psyckopatkia Ssrrualis (trad. Tissot: L'CbcanicrnaDiaee- 447-474. ner cuidado y no asiuxdar esta concepci6n moral de la perversión con la 39. pp. llaoiara 43. Dar abvcctioru du ssnsgórrkifue. 47.cit„p.Annalar Mordico-psyckologipcar. P. 1881). véase el segun- 40. vol. La misma dasificacíón se o&eco en Psyskopaskia 52. Moreau dasiSca como cpecversión genital absolu. fh~rE ng l isk Diotionmy. la sodomía y el pe- ción. 131-128. ndhno(crad. Molh Pirucrctonx fabo o Soxlnxánix op. ban Cloquell).la cursiva es 54. 3-5. Ibídem. op.81. cix„p. Madrid. Paidóe. Madrid. 1996. 2. 36. cit.-M. nconrtex(trad.cit. núm. visto sometida a un ataque ca detalla o. 53. 24 (l 898). l983.la doctrina g eneral del ealiemo científic e h a lona. De modo deliberado. José Miguel Este- l'amoun. Véase especialmente el pxefacio. Ibídem. cit cap. Siglo XXI. 2 (junio de 1982). Michel Foucaulti literaria de ta eeenahdad. of Phyncs Lie. Cambrid- festaciones del punto de vista asociacionista No obstante. 73. Un utg t?lean /Fkar P'e Say? Nueva Yorlr. 51. p. 139. 590. p. p. Coniilgancho). cit p. cit p.85. Maeson. op. 284-287. 81. op.l3-21. vol I. Ibldem. Roo¹e Pkitinepktfece24 (1887). Krafit-Ebiny Pipckopadíta Saraalg op. 1983. Es elardculo mía Ee un tema de loe escritos de Foucault sobre la historia de ls temprano más completo aparecido en ingl&. pp. sino que se spxendia mediante la imitaci6n por parte de los «pa- maíxedítiamo. VéanseSérieux: Reckorckex c/tntfuox. Tecnos.Madrid. cientes«que visitaban la Sal pgtribr. op. Adela Corcins Orts y Jesús Machid. Ibídem. 74. Charcot y Paul Bíchen Lee Dénconiact¹ordoocxlas París. 103-120. Moral tam- . Ibídexn. Véase Poycbopack/a ~ op. 589-592. cít. 510.-M. pp. cit pp. 317 53. Ferxie: «Pervexted Sexual Instiucte.37 (citando a 75. Mayxsn). J. núm. De- ca Nueva. y Kíeman: «Sexual Perversion e. Charlas Scribner's Sona. pp. cit„p.pp. Para algunas de las 67. pp. valier: Do /7neereion do línxxincroae¹oL op. comentario de la bibliografia médica del sigo xix ee enixxentra en Che. C. «Perverted Sexual Ineánct». di k ta Sa/phrtkv /88P'-l884. l969. Charcot quedó muy afectado por loe criticoe que afinnaban que eexusleefie icae secundaria se aproximan a lae del sexo al que parten+ la hietexia era una creación aráflcieL que no se encontraba en ls natura- ce el individuo. 287. 1989. Krafft-Ebing:Tacrbook on Inranixtaop. Pomalis: Dice/onaxio depnoea. 200-201. a I. cit p. Kra6t-Ebing:Pipchoparkia Scma/k. José 58. 37-38. Ioxona/of 72. 1989. StanleyCavell: «Knowing and Acícnowledging. 1887. 1857. Morton Prince: • Habit Neuceeea aa TxcxeFunctional Dieeasese. 61. Siynund Fxeud: «Estudio comparativo de lea parélíaíe moáices Panaoa5 (l869). 77. Fernando Gimeno Cervantes). p. pp. B. Oxford University Presa. 82. on xdcxrtcndo tcccxxcaxannac nccnarho (trad. 171. p. 10. 84. Lauptai L%omoxac¹ahlóor lar xypor t¹nnocar¹elr. 5S9. Krafit-Ebing: Tacxbook enhcnxntga p. pp. 265. zv. Jox anal oftVodnn /í&ery. Legrain: Der anooxaliar ck ~ a oant. 100. 186. no me refiero al punto de vista de Freud dicina retrospectiva de Charcot se comenta en Jan Goldatein. p. Kraepelin: ClintccdPcycktaa3c op. 1972. 56. Morel: Frairódar dógónénareenosxpkyciít¹o4 inicltao¹ettac or Véasetambíéexel tercer ensaye delpresente volumen. pp. tud«. Madrid. como una de las primeme mani. en ~ concpierar. Cemury Franca».véane Putm a n i Iet g n/ üo y ta r o ienotax Sinron tafochratand S¹rgiootJe¹rnat. 85. Racón. 2 (abril de 1883). 67-68. Lapíanche y J. 59. ge. en La nceny5im dehcc cccxc xonbrax (trad. 1892. p.B. p. l991. op. op. Ibídem. c it.Ana Isabel Stelhno . cardado klccoria (trad. 1983.-A. según su inscinton Se xufiexe a los casos de seudohex leza. Tecnos.p. cit.Nueva Yoríc. E. e lan Hac- que también eon invocados comoparas de eu explicación del fedchismo. p. Paría. en líf¹cr /Po Iitereocce andtífonaxtDiocace.-B.Littré:«Un fraynent de médecine rétroepective». Ni.p. J. Defendi6 con energía que lo cier- 62. «The sobre lae perversiones. niv e reidad Nacional Autó- Debe mencionarse el artículo de Al&ad Bineti «Le fecichieme dana noma de México. 54. 68. cit. 78. pp. 105. 35-36.4-5. Krafft-Ebing parece pensar en esos casos en que alas caracterieticae 80. á tous lea paye«. 76. nxoxcdexck Peyéin k¹oxa/na Paxís. I: La oohoxaxdck saber.Ph iloropkio 70. Ibidem. Barcelona. to ee «que la grande attaque dont j'ai formulé lee caracthies. bien un type morbide natureh ce n'eet paa une création arcificielle: elle 64. apparuent íc toue leeSges. cap. Shaw y G.y Realinn and Roeson. 1983. Immanuel Kant: «Principios metafisicoe de la doctrina de ía vir- 60. La me- 71. Bíblicne. J. 79. Manuel Valdés y otros). Aux Buresux du Progrhe Mé- 66. Eí mejor comentariobreve sobre este tema es la Hyateria Diagnosis and the Pohtics of Antídericaliem in Late Níneteenth entradaponocoeiónen J.. Alianaa. Shaw y Ferrie. 198. lahaye ec Lecrosnier.. orgánicase hístéri case. cit„p. op. Por supuesto.Para lacuaxtscategoría. Nancy Cartwright: avococheLaxar nismoaun deja espacio para ís noción de estados móxbídoe congénicos. 2. Moreau: Dei abernn/onc da¹occgéícésifnic op. 69. crídcaeméerecientee. 83. Prince: «H«bit Nmrosea. l 991. 510-514. Baxee. Americen Paychiatric kseociationi DShf III Plun¹atdtagnóxncoy dical. Charoot: Lofonx dxc n¹n 65. 55. pp. euasocíacio. Gaos). 198S. Balííhre. 57. J. est bel et 63. Inmsnuel Kanti Ancropotogta on oerahk pragncdnco(trad. núm. c o. sexualidad. 130. íiíng ReproccnrtngandlnioxeenintbCambxidge University Presa. CambridgeUniversity Presa. Lonckn lfooiccofo 9. 304. Peter Galison. Wcstphsb cDie contrire Seaualempfindung . la aptitud para el matrimonio. p. 32. 11-15. 4. Ibidem. El libro de Tardieu se public6 en 18'74. 3/4 (l982). pp. 145. 98. Davis. Barcelona.G ediss. Erm Kelly.p.Au. cit. 146. cit. Antonio Serrano y Ana Canallas). 87. Para una critica de alguna de lss sfxrmaciones deFoucault. 6. núms. Cnacallófarciv: PcvnocconfFoc"kirófPapocv in fóonconz Bcxcdior. Estoy en deuda con Stanley Cavell. Immanuel Kant: Canica ck kx xvwónPcavc(trad.): 8onccalidacfoc ocoidonackc Sccggocrionc-ThoraPio bci hnwkho flon Erxckoúxxc ngon ckx Gscchlccxcrinnss (trad. p. pp. asas de- Gley: cLes aberrations de l'instinct sexuelv. Véase taxubién úldma instancia. cit. Franca». Véase Ambroise Paxé: D ar oc~ ( ed. Norton Princec cgexual Perversion or Vice?s. p. por ejemplo. v.cit. F. véanse Truthsv. Daniel Defext y Frangois Ewald). lución.las siguientes referencias a esta ob ra. 188. cit„p. p. Michel Foucault. von Schrenck-Notsing: 1. 92. p. 339. 96. la cursiva es núm 96. En el siglo xxx. Hackingc Weibnia and Descartes: Preof and Eternal Truthm LsxfiBsx ck naca b&kv cacxcrlk or a r o n ( 19 sr20'cícckx). 7.. 95. Ibidem. op. cgcxuality and Solitude .[También en Dicrccdcrixs op.j 10.Nueva York. 146. p. cit„p. 91. EL SEXO Y L A APARICI6N DE LA SEXU A L I D A D . nota. p. (eds. Citado por Schrenck-Notaing: ThcrxxPocc cic 8cc88vcrion. axanirioxin Bocio. cnadadlocbxaB (uad. Paxis. Revo- Pachia 8accaxligop. 168. 101. 85 cócnaxlosop. Ibidem. pp. «del todo inadmisible en el presente estado de la ciencia+.1995. se incluyen en el texto. Pedro Ribas). bier Montaigne. Foucault: lliccori» ck la cexscahckxd. A. en Sacccahohckcocci- 97. terminaciones subordinaban las consideraciones Ssiológicas a las ana- 107.¡p. p. 8 8.S. 95. 8 (primavera de l981).Pcuceeáíngx focho Bricich AcakcxxísLondxus. Una de las primeras persenas en reconocer esta conse- cuencia de la teoxia de la degenersci6n fue A. Se cita la versión inglesa ThorccPcxcricBsíggucrion in PcychoPcahia 2.op. ~ liu: fI i n icalPoyckiaoy. Random House. John McNees y Jocl Snydcr por lss conversa- 89. 8. Véanse también su Elcccrgi.1985. IV. Véase ls iutroducci6n de Michel Foucault a Bcrcxdcno Barhin lkx- 99. S. 95 III. PhQippe Ariks y André Séjin (eds. 90. 1895. llan girar en torno s las capacidades reproductivas de la persona y.): ThcEoacmChBoador. conccsxpovuinc. 17. op. ciones sobre lo tratado en este ensayo. Ibidcm. Véase ei prefacio de Krafft-Ebiug a la primera edición dePqrcho. cl t . 1994. Ibldem.vok IV. op. Paris. Ibidem. Lorraine Daston. 1974. 86. Montpellier. núm. 305. mo en los hechos Ssiológicos en lugar dc hacerlo en los anatómicos era ocicncodolaprobcbikdocé Ssrcelona. Caues et cie„ 1968. Ibidem. véase 102. Ibidem. 83-84.Alfaguara. Algunas partos hablan 105.abreviada 100. p. Msdxid. Ibidem. p. Michel Foucault: cOemoccccingcchxrina. Jean Céard. Ibidem. cit„ 145. wes Hicks sobre Sloso6a. en Dinarocccvócc19$4-1988 ~ Fila d eúia. op. 1978. Prince: «Sexual pexversien or Vice?o. 318 %orar I l6íhx utiTisa la noción de una lesión funcional (2fnon~ on n eíkg p. eu 106. volumen de is Hicxoria clo la xoxncalichxcfÉste aparece en Paul Rabinow 94. 5. p. p. Foucault escribió diferentes prólogos o introducciones al segundo 93. Oxford University Jacques Sorel: Da emcep! ck dcófdnbusconco a la norion cf akoolinno cknc hx Presa. p. op. vol. nebra). 24-27. Carlos Garda Velasco). 85. pp.kfcc.p. 1894. 338. op. Loxrsine Daston y Katharine Park: «Hcrmaphredites in Renaissance 103. p. Dros. 2. Ian Hacking. S68-B69. 19? l. 1984. Krafft-Ebing:Pcl/chopackia ~ op. Ian Hacking: cSiopower and the Avahmche of Numbers». aparecido previamente en los Annakcc cfkpgókaoyccbligccoan 1872. Véase Isjido- . 1? I. Gi- Booka 3. 56-57. cLeibniz snd Descartes: Proof and Eternal Para algunos ejemplos de uso de la teoxia de la degeneraci6n. 9 (1981). op. núm. cit pp. (ed. Paid6s. Prhxce: sexual Perversion or Vios?». l998.y su conferencía Ds. 5 (1985). Véasetambién su articulo cThe Las polémicas referentes a la identidad del sexo de un individuo se- Invendon of Split Personalitiesv. Madrid.l. Ian Hackiug: aHew Should We Do the History of Statisúcs?~ I tóuúcas. y Alan Corbin: 108. 1987.53. Galhxnsrd. 10/11 (1988). Véase. p. 3. Paul Veyne: «La homosexualidad en Roma.I: La «ohaxcad'ckcabcr. Ibfidem. 145. cit„p. 104. cit. cit. xxv.Ii9 C núms. Se consideraba que basar las dasiftcaciencs de hermafroditis- 8 C núm. Paris. 28. Estos artículos aparecieron ori ginalment en Tke&ádicatAsc. 68. Clarendon Presa. BaiGi@e. 17.): Al releer este ensayo para preparar la publicación de este libro. p. dhcuacr cocdÃcuroto. Manuel Valdés y otros) ¡Barcz'. ceptual del estilo de razonar psiquiátrico. 35 n. abreviada SC se índuyen da en tanto que tipo de personalidad psicopatológico. Discsccvvsaop.. al me- lona. Un comentario ótíl de la iconografla de la locura puedeencontrar. desvinculado de su contexto se en Sander L. p. 25. llL p. Frankiin S. André Chastel: cA Long-Suppressed Episode». Masson. cLanguage. pp. Jesus Valiente). J. Nueva York. Ibidem. 1199-1200. scíencess. Klsi). punto.34.1903. Biblioteca Nueva.lassiguientes referencias a 11. bién recapitula. Hermana Blume. p.Lindner: cDas Saugen aa den Fingern. toflsiológicosy anatómicos. El chbujo de ls masturbadora habitual. Para una explicación de esta terminología.p. SeuiL 1979. Gilman: S~s hcI n s arca Nueva York John Wiley. esta alma desordenada y la desintegración de la personalidad.beiden quiátrico. 16. que aparecen en mi crítica de Steínberg. 322. describiéndolo erróneamente. . véase Sígmund Freud: Tresescsa. E ine Studieo. La obra de Rozier pertenece en Sueual&adcsocecdcrcsatea op. 27. 159. 15 (1897) y 21 (1903). 3 vols. Luis López-Balleste. parecido que las observaciones de este párrafo relativas al dibujo íariui- 14. su personalidad. 9-23. Nueva York. París. algunas de las cuestiones 24. El dibujo ao mues- 19. representado en sus ojosy en su rostro. véase Ian Hacking: meravez en la tercera edición de 1830. en Obras coa cptcacs ( trad. Rozier: Dcs kabisudcssecrcccsou dcs ma i c s p r o duiccs par 12. las siguientes referencias aesta obm. ducción inglesa de Lu sexualidad ck Cnssoen /Veto York lleoicco o f Bonks sino un trastorno del alma. Lippen etc.porm ás que esaprácticaproduzca también efectos pa- y crcelotoido zcodcrsco(trad. Americau Psychiatric Association: DStSIIW kfcmacal diugruísücoy do ea el hbro de Rosier contienen una mala interpretación que resulta ossadkcioo ck los crcutcovcos uuoccatcs (trad. redescri- 22. Madrid. cít„voL lll. Oxfor4 Basil Blackwelj 1982. and Trugedy. Es. desde un ángulo diferente. 2.. persona viciosa cuyo vicio sofltario debe combatirse. 34 n. tratados posteriores pudieron apropiarse del dibuj o deRozier. sino como uaa en el texto. tra csu psique. 1965. en el ensayo 4.p. de estos temas. p. recela de la tra.109. Lorcdorc Bcoicco foBooks 1S25 y 1870. 156.Se cita la ver- se'es défaiüarccvs corjcutfatcs dcocsl asccknnc 5hmce. importante e instructiva. resulta crucial reconocer que su redescripci6n es tan distorsio- Kindern ( L u d e l n) . Ibídem. 29. 1825. biéndolo. and Reason. Paris. pp. D. IV. 20. Georges Canguilhem: «latroductíoa: L'Object de l'histoire des lhrtfmsisariorc chcz lhossuscee! ks eusaacar. Trutb. mantienen costumbres secretas que pertenecen al ámbito de la momli- 18. 1972-1975.París. si6n inglesaPsychcpudiia Sacuatis mish Eyeciatk~ a dí cA rccipa- toy en deuda con Joel Snyder por algunas clarificacion sobre este rhic Sczual Ircscüccrc A llfedico-Porcrcsic S~y (trad. esta obra. Charles Hope: «Ostentario Genítsliumc. 1983. desintegrándose ante nuestros ojos~. M. abreviada Pg se iaduyen ea el texto. p. Aunque 21. Aquí es pertinente todo el excurso 18 de Steinberg. 275. Ibidem. cuyo ejemplo más influyente fue L Ouarciszce de Tissot.t. nos tal como es entendida por Rozier. pp. La masmrbadora habitual ao es considera- 1989. l'orcarcisruc ckez ksfercszcr. Havelock Ellis: cgexo-Aesthetíc Inversíon». no forma parte del espacio coa- 15.y tam bién destaca elproble- Tke Pkysiogncee~ oflífercrulDicec and'DcttesceraclhBrístoi. más bien al régimen dieciochesco de discurso sobre la masturbación. vol. conceptusl originario para hacerlo encajar eu el estilo de razonar psi- 23. Richardvon Xrafft-Ebing: Psyckopuclüa sczuatis. 77. gkh 34 (l913). que comentaré rulky. 1832-1837..cit. la (15-11l5-12-1984). Chasmt de la posesión demoníaca como ejemplo de histeria convulsivo yospara urea scorca sacuut. Para un comentario más general de algunos 1983. entre 20. Stanley Cavell: Tlce CtaüuofZ eusn: íycqpmcsus. 320 La aparcecónctetu scxuatidud Horas 321 re GeoífroySaint-Hilaire:Iliscoüvtfórccrak esparrccuhcbvdescocoraaücsde 26. 78. Las masturbadoras de Rozier practican el vicio solhario. véase Pierre Darmon: Lc ccbusuct ck li»yuissarcccc Pirih'. S. p. me ha BaáorcaügcarccMetacioism. Vrin. Este &ontíspicío aparece por pri- 13. Michel Foucault: cLe jeu de Michel Foucaults. en Martm Hollis y Steven Lukes (eds. Leo Steinberg: La saeüalidnddc Crisso csc claree cklReruscüsucscco dad y la teología. lahrbuch jRr ECücderkeitkusuk uud nante desde el punto de vista epistemológico como la redescripción de ekczichurcg 14 (1879).1982. Se republicaroa con el título des querodean eluso de pruebas visuales. distancia marcada por la aparici6n del suj eto de la sexualidad. p. ea Snakr u"hksoire es ck phileophie des seiesccvs. He seflalado de forma extensa esta mala interpretación pocxíue tam- ros). p. p. Vuelve a subrayar las dificuha- rtuuh 12 (1894). 48-66. Paperback Library. Entre (22-11-1984). 9 t Madrid.Skcpsicisza Mo. se extiende toda la distancia de una ruptura conceptual.La cita ma de Iarelación eaue descripcíón visualy representaci6n conceptual pertenece a esta última obra.-B. Aries: cReflexiones en torno a la historia de Ia homosexualidadk. Michel Foucault:Lu urpccckgíu acl subcr(trad. 40. Stan- 37. Muixel Fouceult: «Le jeu de Michel Foucault». en Dítsctdcsxu. cit„p. ReideL 1986. nereul~nirr. Nancy una documentación histórica m ásdetaQada en apoyo de m isaf frxnacionea C~ t. ter Galison y David Stump (eds. Ccusxtsr-3lcsssory. He comentado algunas de estas cuestiones en relación con la f84 41.upenn. f%P del Camino). Chester (Pensilvania). y nes. véase el ensayo 8. abreviada FVA. Schneewind y (]. 7. Madrid. pp.): yyscDssusxísyof Sücuu Palo Alto. 34. Foucault utiliza esta expresión en un contexto di- ferentedel mio. ckcsss]~. 13 (marzo de 1979). Michel Foucault: aHistoxy of Systems of Thoughtv. op. Anthony ¹ Perovich. Aurelio Garzón 12. En lo quesigue. Fouceult:aHistory of Systems of Thoughtv. Wolffm: Cxuxcsptus. 13. Conceptual History. Véanse Paul Veyne: L lsxssstuísvdía dígi FívsuccssLe@xx ssxuugxssuk de de la versión inglesaTcctbcck folsxsasxityBaredcss Clísxicul Obscsuutícsxs uu Collsgc ds chuscaParís. ool. 12.] dsl cvzs (trad. Parla. tanto recientes como pasados. [Existe edición digitah 10. 19$4-1988 (eds. 199.p. J. pp. El esbozo que sigue reproduce. México. asi como en el ensayo 5 del presente volumen. 160.) : Luxxgxs cgs. p. eüg ducción inglesa de este tratado se publicó en 1801. 483. Freud. Agusdn de Hipona: Lu ciudud xk Dks (trad. 23. Tomás de Aquino: Susuu dctsckgía. Comento esta noción en extenso en mi ardculo aStyles of Ree- 36. llísxxs3sEvenston gllinois). de Hacking citado en la nota 32. Siglo XXI.lsssiguientes referen. Michel Foucault: aEntretien avec Michel Foucault». usxdtkc Sajón 1VcstssvxZbagk4 Stanford (California). traducción inglesa de 1898 puede consultarse en: http://www. p. IL p. Ian Hacking: aFive Parables. Biblioteca ford University Presa. 4. 323. Charles Gübext Chaddock). Véase Michel Foucault:llxstsrux sk lu ssccuuhdud. 9. aunque relacionado con éL m en». and the Emergence of Psy~ . Véanse Ian Hacking: «The Invention of Split Personahtiesv. i. voL IL p. C . estoy y lauPPky. p. en Pe- Miguel Fuextes).A. 1904. Jr„y Michael V. Daniel Defert y Frangois Ewald). 200. con algunas omisiones y adicio- lyancreuxxdlí/uxusxxllfsxsxckdge. lib. 9. en deuda por eldebate que siguió a mi presentación. Madrid. p.19. La primera tra. en Dsts et sity Presa. versacionescon Stanley Cavell sobre cómo aproximarse alostextos de 31. voL IQ. 30 sigue a la p. se incluyen en el texto. Genealogy. Una versión de este ensayo se dictó como conferencia en el Ins- Skhxner(edad):Pkskscpkyin llístcry:BssuysssxsksIIístcnogsupkJtcfPki. 15.dominicos.edu/-mjm/meibom/meiboxnJxtmL] 6.~ 14. en Donald F. Northwestern University Presa. 1978. Galli- xninalismo dinámico en este último texto basándose en mi «Ciéxrense mard. pp. 38. En dicho ensayo puede encontrarse Los debates. op. cit. Indix iduulíty. Cambridge University Presa. l639. Hachng me atribuye la doctrina del no. la p. p. pp. de Autores Cristianos. gg 33. MadxiiL Editorial Católica. D.org/biblioteca/suma. en Thomas C. écríts. l 979x. 81. 221-234. H. 7. I: Lu uckssx- gran ayuda para este ensayo. en Aian Donagen. Véase Heinrich Wcilfflin: Ccuccptcs fusxckwnouuks csx lu kistsrxu http://www.voL IIL p. aPréface k l'edition snglaisea. CÓMO HACER LA HISTORIA DEL PSICOANÁLISIS del ensayo 1 del presente volumen. Ensayo 1 del presente volumen. histeria en mi aAssault on Freuds. Morton Sosna y David E. Davis.. cKuntsgeschichte ohne Na- sésxe. Erin KeHy y David Wellbery hen sido de 15. 1985. Se cita la versión inglesa: Osx xksflscof ~ ísx V s. (ed. Johann Heinxich Meibom: T ucsuuss dcusuJFngmrum in svsucc(ice Bouchard (ed. titute for Psychoanalytic ~ and R eseaxch de Nueva York. WeHbery (eds. Wedin:llusuusx 1. vol. en Dics asdcsie. vuelvo a contar.Lcsuksx Bcuxssuo fBusks (5-19 de ju- lio de l984). lygur.1961. 2002. Hau- 39. I l.[El facámil de una 5. en IL Rorty. Stenford Univer 2. los cadáveres» (ensayo 1 del presente volumen). 122-124. l994. con Dan Srudney. 1989s. 1986. Me han sido de enorme utilidad les con. Füadelffs. 39-51. 3. Ethicsx. l976. Anaica Sekcssd Euayx ussd C 8 usxxssvu. op. Véase Iau Hacking: aMichel Foucault's Immature Science».): Bcccsxscsucsxsxglsxdío 'duulíssa Aiuonmwy. Foucault. partes 3.Ulises Guifiszíí). en David Hoy C aMaking Up People». Santos Sentamaxte y soning. Pera más comentarios sobre esta terminologia. 5 vola. Dordrecht. p. 1970. El ejemplar que cito está mal peinado. F. Espesa-Celpe. Sasil BleckwsüL 1986. l995. José MorenoVilla). Richard von Krefft-Ebiug: Lekróuck dar Psychuuría La cita proce. 222-236. 1984. el principio de mi ~ ol og y.'en. y Arnold Hausen TkcPkíkscpkl/ofArt (tred.Londres. Heller.): AfickclFoucuult: A OüculÃcudsr. cit. 35. Corneil University Presa. pp. lbidem. S. 320.Cambxidge. Ithaca (Nueva York). con algunascitas adicionales. Michel Foucault: vpréface k l'édition anglaise [de Las sucts st las gg® cias a esta obra. Véanse los ensayos l y 2 del presente volumen. Pet e r Galison. «ice glish. xx' zs 322 IYotus 30. 1970. 63-85. 32. Isxtsrukxur. 9-11. op. Madrid.que aparece en elprólogo la pximere edición de su libro y que se lk4 omitió en ediciones posteriores. Siglo KU. md dcsubcr (trad. pp. cit en Die ct ser se refiere a la expresión de Wolfflin. vol. ll79 y ll88. 13%tL La noción de mentabdsd ee the 14ntL op.Barcelona. Paraun ejesoplo reciente véaseBruno Bettelhehu: &tttcfbt el N%I 'y ~ a . Davie. voL V. 20). voL V. Pueden encontrarse inu oduccionee útiles s la historia de lae 1972. op. Dresde.3. l933. Jronventionellc. Bloch: Bcitrtsgv «ttr dtiologic tfcr P~ckopatkia cotrualis Se cita la 20. 1979. ISSi® Peycktoaua/ytiecher Vtnlag. tfst ittocrciotst Ck cetst gttttital. El alemkn dicx. El correspondiente pasaje slemén aparece en CuuttttttokvSckrt f- 26. 4. gua». 1198. versión inglesa del segundo volumen de esta obra:Ancknyohgicalaml * BtknologicalSátckos l935. 1879-1882. IL Dohrn. Freud utúiaa la palabra paafgvtta («pathogenea) en este contex- (seudónimo de Georges Ssint-Psul): Lketttocceetaúltfctlst Sgtcckottttac- ttttcú. las siguientes tefcrencias a esta obra. abrevia. mentalidades en Jscques LeGog «Les mentalitke: Une histoire ambi- da T. referencias a esta obra. El dolor y el espanto se mencionan respectivamente en las 22. 35. 1910. 1965. véanse Véase T. S y 6. ee induyen en el texto. ll3. 1186 y l l87.): kfockttvt Ettttppcatt Ittesgto- I®® 9 este tema es demasiado compleja pata snalisaria squL tttal llittoryt if cappraitaú att tf Reto Pctvpoctioot. sc 32. 1902-1903. llcctusl History or Sociocuhural Histoty? The French Trajectories». abreviada 1X se incluyen en el Presa. 11'72.pp 325 ll®g 18 Véase Paul hlotvau (de Tours): l%w absnutkttst cktcctst~ aktta kamanu. El alemán dice: cDie Granee dieses Ekels ist aher hüuilg rein • w. Ceaumttto/tv ~ op. cit p. aei como en Roger Chartier: cInte- acerca de ls opinión poyohr referente a la ausencia de sexos&ad in. 1880s. Nueva Yorit. c it. Charles Gilbert Chaddodt). 24. Freud utilixa la noción de uniformidad en dos pasajes txuciales. pcrocteiott 19..en Jscques LeGoif y Pierre Nors (eds. GsllimanL 1974.):Eaitv tktPkistotre:llotroo- g@ll 27. Sulloway: Eictttf. cit vol. F. Jtúisut Presa. eep. 9t. Strattgvtt Scttaal phactitct of~ B a cct eraMú ~ . Harvard Univetsity Presa. Klai). eeincluyen en eltexto. 193L pp. Paraalgutlos ejemplos franceses de esta interpretación. Sigmund Freud". 40. Parlo. Bioútgict of rko PEüttkNueva pp. 180. 1207. 25. pp. l l olh 8swetviottt o f cko Sartttfi ttx op. dejaré de lado lss observaciones de Freud aux objcce.68. Yorit. 23. op. Laupts 37. cit. Se c i ta la ~i ó ninglesaP~ckepatkia Sacttalit. ahseviathsPS. p. Antonio Desmonte. La misma dsshqcación se da en Sichstd von Krafft-Ebing: P cbttkopatkia ~ . Parla. 8. Véase también 2X 81. 34. Parie. 34. El pasaje alemán aparece en Cst~ Sckt t ykva op. 28. Fe+res. He criticado Feri.Paralos usas alemanes de gkti ok~ig véase Nsurice Paul Legraint Dct atcotttaléct tfe Pttttittcr ccatul ct cn panictt llcr ~c l e t~ op. las siguientes referencias s esta obra. yrot otstaútat para tasa tterút ccxttaé en Obrat trn. loe ideales estéticos y morales se enumeran en la p. Cerré. Freud utilisa el término a[instintoe] erógenos» una ves en la Sjesa Pcrtartiotttof tkcgavlsttitttrt AS~ ofckc Scsltttittct (trad. cit voL V. cit. (Irfettf &glitk SitaettatJke. 31. Cambridge University Presa. ia cursiva esaún' 36. En mi comentario. Ibidem. 18. p.l982. 171-172..p. Gctattottoltc Stktitihts op. 21. se induirkn en el texto. Frsnldin S. Ei alemán dice: vDie E~ an de n fiir abnotm gehaltcnen Srian Vi ch era (ed ) : Occttú atttf Sricttc~ic kfcntaútiot itt tkc Bcvtaiteattoe. cit. invocada psrs la historia de la ciencia en algunos de loe ensayos de 29. p. 39. "cetagenen Triebenc.Lon- 17. csp. 3445 25. pp. teitk &@erial lliybvttco to tkc An~ Satctaf ttttttacc d llfctkco-Sbtvtttic etc Saa fbt (trad. pp. p.voL 5.Creo que SuHoway no percibe de modo chsminución. Vigot 3S.parte 2. A/bert ükoll:l bs Eontttcftv Setcta~ e tg Se cita ls versión in.A. V. rice Pophin). Sibhoteca Nueva. 21 y 36. 1904. l983. abreviada texto. 1896. Msu. FiQtm lehtt una v (FreutL Cstattstttokv S~ Vien e. Ithaca (NuevaYork). Véase Franh J. tomo IV.. H. Kra%-Ebing considem que la abolición es el caso extremo de AS. pgÃp astqpúrat (tracL Luis Lóper Ballesteros).cit vol. Crhica. pp. Hottvcgo Wiúítt ciar vAtvcreioat cepttttcrtisft cccstclúec. 30. V. de Freud. p. p. bksdrid. Iwan Bloch: Bcitrqfc ttar coleg io tútr Pzyckopatkia caettalit. 1924. p. lae siguientes 33. 1984. en fantg. adecuado el papel de la obra de Bloch en los Trst ettssyot. lnternsrionaler Cambridge. Richard von Kralft-Ebm@ loktótad MApckiatric. N u evaYork Fsietaff 79. Ãewsrit. tfotsAvieso ofBoo kt ( 3-16 noviembre 1983). pp. p. Las siguientes referencias a esta obre. Se cita la vtuvión inglesa del primer Se cita la versión inglesa Tctttbook fol ataratltBatctl ott Cktticcú04ctvu" volumen de esta obra: Aatkropologicul atstlErkttological Stcttfiot itt tko eotst (trad. p. 2 las agrmaciouee de Bettelheim en «On the Enghehiug of Freudv.. p. La cuestión de la relación entre opinión popular y culta sobre Domitúch LaCapra y Stcven I Kaplsn (ede. Filsdelgs. Para una visón genersúútiL vksee Sullowsy: FreutL Biologist of Corneii Uniwxeity Ptese.v. asl como Dr.. (Nueva Jersey). op. Paré deja de utihzar el concepto de los mutila- 10. Sigo aquí lainterpretación de Delumeau. op. 485. tras el prefacio. 24. Gine- 2. rép. cit p. 1963. C. Tauxus. Joel Snyder Brooke. y E. Para un debate útiL véanse. Notar 4. and the Un- natuxal . EL H O RROR A LOS MONSTRUOS llfotxttere (trad. c. 1981. Ibidem. p. p.) : Euire cle lyxxíeoire: Hoetoeaaa objeets Paris. cuesti6n 153. El manuscrito es un análisis hist6rico comparaávo de los tres se sigue habitualmente. 1966. 485.154. 5. 1941. en La Dioirxatiott exx llfáopotataie atx- Robert Mandrou: W'histoíre des mentahtése. 1971. Muchnik Editores. Encydopedia Universalis Franca. 153. djgy aaclEzpiatioa: A Scady ie Rebtfiorxarxcibbhtict irx Repabliasn Rorae. 24. vol IH. Justine Cassell. 1982. p. 1983.estoy especiahnente l l. Citado en Delumeau: Leydn&et iapoor. 17. Nom (eds. 23.and Seventeenth-Centuxy Francz: 3. 12. cit. Raymond Bloch: Lat ~ oáxt xt eLes mentslités: Une histoíre ambiguee. Librairie Droz„1977. de 1975). Uni- versity of Chicago Presa. con lo que da un primer paso hacia una redaaión de una historia t raduce~ por taarvelt. Para algunos tra- cfecleitiacfa (trad. Colophon. Amada (enero-febrero de 1961). Pattaacl pxvterxc92 (agosto de l981). op. 1579. 16. todo el capitulo 4 de Delumeau debe leerse en este con- llxceettoeiuk. en lugar de utilizar ptudjgios La traduc. 4.. l993. Jean DelumeauxSl seiecb erx O~ (eib úxt XIMP LV): cota cixt. 9. a Teratological Omens». Tomás de Aquino:Sxoeetcleteologáa. 151. dos (kr ~ g. Este ensayo es un kagmento de un manuscrito mucho más hugo bra. obj. Paré a6adió 370-385. Marco-Aurelio Calmarini). Roudedge snd Kegan Paul. en Jacques LeGoff y Pierre l otnfxate csxtifxc4 Paris. p. En 1579. án). pp. 19. Un debate útil de este fragmento de Aquino se 6. Mauxo Armigo). Ibídem. véase Bruce MacBain:Ao- peur:La ealpabilitatiotxen ~ Pa ris. entrelazando las 18. Ambroise Paré: Det m»nttret etprocbjbvt (ed. Martín Lutexo: ib"tría Veimsr. Paré: Otx Wonttert toxciiífatuela op. esp nar la fenomeuología del horror y su anáhsís moral. que es la que titulado eThe Histoxy of Horror: Abomiuations. epxcxblhmes et méthodes d'une histoire de la psychologie collective». En la intexpxecación de este opúsculo. pp. parte H-H. La cita procede de la segunda página del prefacio de ley CaveiL Loxrsíne Daston. Katharine Park y Lorraine J. cit. p. artículo 2. l982.H-H. c. Existe una traducción inglesa. 3. Jan Goldsteííx. Biblioteca de Auto- tianísme». 13. Ibidem. p. ANetoXixtlef lFistotxtLondres.N o comentaré esa categoría puesto que. Por alguna razón inexplicable. H-H. Jean Céard). Muchnik Editores. lbidem. Det »xoxaxxz etptocájgsr.John Brooke). He intentado hacerlo para la historia de la sexualidad en los ensa. Leichty. Stan. xfaci(uad. Madrid. cobovxaeia eocialbt Aemoxeeexali- yos 1-3 del pnxseute volumen. Delumeau: Lepeoái'etlapear. 1989. agradecido a Daníeí Brudney. p. Daston: «Unnaturaí Conceptions: pxeocupaciones hist6ricas y 61osóhcas. Marán Lutero y PhxTipp Melanchthon: OJ'7}ooIV~ P opx tlt dos. Naucy Cartwright. el inglés g® conceptos mencionados en el átulo y los vincula con hxreaaión del ho- xmr. Lucien Febvrex eSenaibilité et histoirea. 1973. 4. p. una tercas categoría a la de monstruos y prodigios. yLepeohiet áx tamientos premedievales de los monstruos. Gallimard. Se cita a parár de la vcusíón inglesa eSensibi- lity and Histoxy: How to Reconstitute the Emotional Life of the Past».Véase en especial elcap. and England. ~ 40 (julio-diciembre cbt S c iexxte Soeialet cáxt Reúgicoss resCnstianos. A. encuentra en John Boavell: Orittiaxxieoxo. Awasht y%atto&v ttoxooxi- Sin embargo.12. ege del horror. Presses Universítaixes de France. entre muchos otros. 22. 154. Céard. op. en 15. 483. mnciassobre primeras versiones de este capítulo. Céaxd: La xxaatre et letprocógac op. Ihidem. 8. Faysrd. Collection Latomus. JaccpxesLeGolf: B ruselas.2. 14. 12. 152-158. como observa re et lotprocúgeaGinebra. Presses Universitaires de France. sigo a Jean Céard:La xxaxxr . vol. Ibidem. continuación utilizo esa histoxia comparativa para exami- ci6n dalugar a confusión. Es lo subrayado por Alphonse Dupxont en su influyente ensayo. ci6n de 1579. The Study of Monsters in Sixteenth. a saber. 155. . sin numerar en la edi- Entre las muchas personas que me han oírecído comentarios y suíp:. Barcxdona. La cita proce- de dehxprimera página del prefacio de Brooke. K Bóhlsu. y David Vellbery. Madrid. Monsters. cit. cit. 25. Jean Delumeau: eDéchristianísaáon ou nouveau momia de chxis. en el sráculo «Hísxoire» ciceoxe et datxt lat nfgimu ooititxa. Paris. Ibidem. Véase Dupront: eProbíbmes et méthodese. de la ~p ecl ia fltxi~ París . Bxucelons. '79-84. prefacio a la edición italiana 21. Ibidem. Peter Galison. 7. los mutila- 9. 2002. titulada OxxPlmattere araCxxfareele Chicago. axt. l968. 1. 193O1985. 14 pp. y Cario Giuzbuxg: Slfxcetoy lerg xaaxxot ( trae%Francisco Msr 20. 1974. Londres. Librairie Droz. cit. C. Véase Paré.art. Paré también moral e los animales. He extrefdo mi liste del art. cit. p.rkolxarifsss Zfp cerci6cedoasegurando que conodsu s lareferida burra desde hada mokgiface.op. He en~o unas (1842).. 1983. Ibfdem. op. el último perrafo de le introducción de en Vanvres en 15?0 un tal Jecques Verxons hxe ahorcado por copular L'Oaeminne.p. 39. y Seno et kbercíaat tiec!edet Laonieavs Pa- On3fonttert. que los juicios por bestislismo exigfen le atribución de responsebiTided 30. Véase el comentario de Tomks de Aquino en Suma deteología. partes I-H.Le prkctica de matar el ser hu. sólo señalaré que el mismo capitulo del Levfcico que pxcahf.1878a. capftulo 20 en la traducción inglesa.pp. 44. 12. p.On Monteara. cic. actividad y el bestislismo. 83. El llbxaa de Friedman constituye una útil intaoducción a la cuestión dieciochescos. 40. 5. sec. Paraun ejemplo inglks. 45. 304305. art. op.B. pocas escepeiones en que el animal fue perdonado. no el 16 41. Citado en John BlockFriedmm: Tke!lfonttnanaRaottinWcdie.Eveus dedsre que 47.„op. Pierre Guireud. Cepuis.El animal fue perdonado por e)egerse que habfe sido 48. Finkelstein. La nataavcrkaa ~ op. P. p. Scengers yA.. 33. 2. and two young Turkeys joined by theBre- tante teme. en Harxy Ho8ner (ed. Peyoc.): A!ter Orient acnd A!tet Tettamen4vol tke RenaiatanosCembridge.?3. L~ ir m e . d'amegrande pecar: La mattaaéaxiom a. p. cic pp. Ihfdem. El prior del convento local y varios hebicsnces del pueblo Brmeron un 50. snd Bestislity in the Andent Near Demonologys. 34. Tissot: L??nanitmea M. Tissoc.. ch p. Paré. Presses de le Rensisssnce.. Rktoire 3L Loxráne Deston: eThe üeelineof Mírense. 1. p.„op. 69-72.tan. Este caso excepcional no debe llevarnos s creer 29. Edaeaxd Tyson:eARelation of two Monstruous Pigs. 1981.152. Se be el bestiehsmo prohfbe también Ias relaciones sexuales con una he modernizado la puntuación. Paré. Det montnvt. nota 13. del que se citen &agaaaentos relevantes en Paré: Jxaia kaaítikneSihds 12 (1980). op. 42 Los recuerdos de Txevesy los informes médicos pertinentes se 31. Véase. Onxlfontccrt. Daaertatíontaar!et makadietprodaaitetpar kamattacrbation. 215. VéaseDelumeeu: Lepdckíet kapeaar. p. J. op. vfaims de le violeuda y que no hsbfs participado por voluntadpropia 49. En ese cepfculo. véanseT. 33. p. llinsend Henney. Dutcon. Prianate Lookiníf-O!atte. La mksinteresante 46. Este capitulo apetece como repxaaducen en Ashley Montsgu: Tke Elcpkant8fcw. 1832. Césr4 La nataareet!etpockí!eeop. Ese documexctose pxeseotó en el juicio y se dice que Pecfe. Tercsylo: L'Onanitme de Tissot».. op. 91. Co- 36. Nueva York E. cuatro años y qu» siempre se hsbfs comportado de modo virtuoso. J. p. l?80a. Sobre este tema. Eotton A&dical anal Saargicod Joacrna! 26 ria que se x emonte e le ley del Levitico 20:l&-16. La lista de Tissot es muy representativa de otros debates 182. mmoserico inkchto. Neukirchen-Vluyxx. Paré. 52 AmbroiseTsrdieu: Etacdemídico~ t aa r!ea ~ aacr mercade r„ ckndslo s nadie. por ejemplo. l981. puesto que «es algo sucio y animal tener tra. 1979.Bellida. cit. l978.?6. Deech from Mesturbetion». ejerció una in6uencia decisiva sobre el fallo del tribunal . J. establece una analogfe entxe esa pp. ds. 4.21 (1669).198. con una burra. en Brisn Vickers (ed. 2S. Harrsrd Univeráty Pres». to en su cesa como fuere de elle„y que nunca habfe dado motivo de es. Sodomy.p. de S. Tke Or -pasa revista a los monstruos producidos cuando un hombxe copule con Tkat Oored. cit. On!Ifonttert. The Americen Philosophicsl Society. 431. l973. 43. Citado en 27. p.Lhctionsaire kittorepce tty!itnface. On 8$macere op. Tissot:?Ivatite on tke Diteatet Producid'by Onanuaaa. véase John Ssdler: TheSicke IFomank sobre la mssturbeción.6?. 51. 9. Ibfdem. cit p. y c. Sin anaya squf este impor semblence of Human Feces. . Ibídem. dc„p.de la hxííataav íaetif!acs Perla. XXGa Orient and Occident.Pha?otoPkical Zhantactiont of tke Roya! Sociegt. véase J. 3.Onkíonttert op. Paré. cit. 32. esta. véase ScuercClark: eThe Scienci6c Ststus of Hsrry Ho6ner: «Incest.Nueva York. 121. cit„p.Hledelñe. p. una mujerdurante ls menstruación. 328 329 t 26.Para un debate. mujer durante la menstruación (el capitulo reiterante es el 18. Marc ealArt ana" Thoa4ffhs Csmbridge. cic„cap. 1984. 434. c. 69. 8. como añnna Perú). Brus~ Rditions de l'Üniversitk de p. Céerd. esp. Neukirchener Verleg. Bruxelles. cuestión que no snslixaxé aquf. Candmdge Univesirty Presa. En 1832 se publicó une traducción inglesa del libro de de les resesmonscruosea. cit pp. Ibfdem. 156. Para los debates e propósito de le bibliograge 37. 94. 1984. 293-295. 174-176. Paré. wich the Re- Aos con una mujer que se esck purgendo~. Lausana. ven Neck.): Ocea!tand Scieaójfckyentaknet m Esst. Paré. Un ejemplo representativo es Alud Hitchcocka «Insanicy and mano y el animal imphcedos en una copuleeión posee una larga histo. de esesexcepciones es noti6ceds como sigue:«E P. 2.. 34.Asqp3Gustocbo Vega). 28.véase Schapiro. Dauiel Dcfert y 25. 2SS. 40.) tianos. pp. c 9ar ef~ en Os car P. ' 6. Development of Style in I atar Art. csult entre algunos dc los principales historiadores de ~ hfcy e ei. 1999. 14. Poryr/cyrrr sr PicrrrrircrcaParis. Hornero Alsina). . 769. PsulFrankl: Axircripirrrfcrreemsnxxxlar c/crhx hirerrie rrícr /eerpcisceec- rer rr/c/erenrr//rrck /e ceyccixrrrecreercrcrycre. IL aes. Stcven es e s . en Schapiro: «EstUos. 38. Carlos Este. WglfBün: Rin«ip/cr ogMnrh//rrcrr3s op. 29. Ibidem. 51. WolNin. setts). 15. p. 2003. gi.): 8yhrrA ~ 23. Anchor Books. Pierre Hadot.rx. p. 33. La tesis también se repite en p. p. pp.V. p. 2000c. 1 (lrlorencis. 75. 64-65. /era-/900 (trad. Ibidem. Madrid. Ibidem. Paris. 18. New Hsven. Véanse los ensayos 14 del presente volumen. Encuentro. lhfidem. Bédem. Michel Foucsultr Dixr crxi/rrira /9SC»/988(cds. voL I. vxt ]La versibn en castelianor 42. Nueva York. 237. Hermirxia coy en deuda oca Ian Hacking por haberme pxapoxeioaado estehbro. 13. p. p. Ibidem. 53. 26. 49. 123. pp. Meyer Schapiro: «Ksr@oa. SL lhMem. BsxandsllrRnecrey cric/eerric/iene en s/Ammimrímm. ~i s E w ald). 5. 20. Debo mcaciomu que un saóiisis de la moda metodolbgicsmente Gustavo Gili. La cursiva es aús. 3S. 7. Barcelona. Miehael Baxandall: Riseuw y cric/e coocfiene erc c//Ieneeireierxrcrr aen cffCritkelEeeys Nueva York. pitulo 6 es espcxialmente relevante. /lfrmrrrrx fo r/rr~ "Cherórs ~ uaryy Ag crrPkoer/ire/rhrof cer a Toroato. 16. 260. eit„p. cit.. and Ressonc. Gallimsrd. 5.cn Msxtin Hollis y 30. p. 13. Véase también Baxandall: TheLimeccrorrr/Sce/prcrcr més prbximo cú que intenta scpxi seencueacra en Roland Barchesr E/ of/lcrreirrencrr Ccvmeny. Ibidcm. ban). lhidem. Ihidmn. el t. cit. 195. Il Ponte aUe Gracie. Madrid. l9S1. Biblioteca de Autores Cris- l997 no contiene el prQogo s la sexta cdicibn. op. 1991s. del Rio y Miguel Fucvtes Lanero). 32. l950. l994. AmwrfeeAenekí. Agusdn de Hipona:Ler conferiorrrrr(rrad. p. 22. Gauge Pubhshing. Gustavo Gili. Biblioteca de Autores Grisuanos. 70-71. 39. 14. 324-325. pp. Paidbs. Paraalgunas observaciones generales. 37. Ibidem. 70. El ca- nsaemock hr mrrc/e (trad. p. Paris. Due soadag- I l. p. p. 17. Ihidcca. Ibidem. ne hrxrreirc abril de 1977). SeuiL 1976.cuxFeto„errirrey xrreiec/ecóyhrrxey~ 34. 1998. voL llL p. Madrid. Conee/rerz~amcrrrre/cree /e hixeorie c/e/ errc op. Études Auguscinicn- op. 1981. cit. 31. 236. J. 1D. IL 6. 326. 187. Mino Bergamo: cii problema del discorsa mistico. Véanse los ensayos 1-3 del presente volumen. lbidem. 32. 46. p.p. Ibidem.. 1. 17. Ibidem. roJFachrlerccr(tracL Francieco Rodrigues Marthx). lhidexn. 19. pp. Barcelona. lih. Madrid. 55.60. 59. 57. Psul Veyne: Lúxcrexreim ciar djfáímccu. Ibidem. p. Espasa-Calpe. Ibidem. Ibldem. Daucr). 11 fversibn en castellano. 27. hb. 16-17. L Austin: «latelligent Behaviourr A Griticsl Review of Ã4 Ccrn. 65. 15]. l968. p. 8. 38. Ha nguage Truth. erre ycrrpcrricrnne en e/ gaerrrsexrcxo(trad.p. 160. p. p. 12. Barcelona. Dover Pubhications. p. 28 y SD. Yale University Presa. 10. Es- 19. 31. Meyer Schapiro: Pe/ebrer. 1979. p.)://exirrnehryenr/Ateicrirrs Cambridge(Massaehu. sce. p. Ibidem. M. 56. VID.cic„sec. p. p. 39. Agustin de Hipona:Le circc/ec/c/s Dicrr (tract Saatos Santaxnarca Ccrnccyrrorfcrndamrmte/er rrx/e hirxerie c/e/erré Madri. 4. Ibidem. p. errrirer e irrrc/óprrrsr(trad. 1970. 3. 24. Véase especialmente el ensayo 1 del presente volumen. pp. Caries Roche Suórcs). Algunos de los problemas del modelo de Wolillin se comentan 54. Tecnos. p. Hcinrich WcrifSinr Principie of Axt Histoxyr The Problcmof thc 41. Wood y GeorgePiccher (eds. ES T I L OS DE RAZONAR 21. 36. p. Michael Mitchell. Hreface ta the Sixth Edition». La observacibn de Veyne se enmarca enun debate sobre Fou. 9. 33. p. l989).op. lhidem. «Esdlo». 1988'. lbldexa. 21. p. p. 258. W6181in: Concrprer júmr/emerrreler cm/e historia Af errc op. op. 1983. 22. op. XIL IX. cit„p.):(tucstionsof Erri. he utilizado todas esas fuentes. Ibidem. cit„pp. 207. véanse los diversos ensayos de Hilary 2. abxeviado a partir de ahora Scícncc ira ~ 2 (primavera de 1988). Los escritos historiográficos de Cinzburg se citan en la prime. sec. 332 333 43 I b i deóá. 21. Uaiversity of Chi- l992. el último párrafo del ensayo aWilliam James's Ideas~. l 13. lloao Escpcrimcnts End. Florencia. lib. Csrlo Ginzbuqp lbcnundcxnn'. 43-54. Harvard University Presa. seca. l 12. Rodolfo Morán Quiroz). 154. BEorulrtyund Tiatgsdba Ox- naré brevemente. p. Ebing. Véase Ginzburgr Qust One Witaessc. verte. p. l 13. véase cSálo un testigoc. 6. Las observaciones de Beqpuno toman como punto de partida un pp. Ibidem. Sansoni. andthe Central Metaphor. 1987. Destaco. xxva abreviado a parair de ahom AR .Strcgoncriu c cxdü crgrarri naaCin- lie Zemon Davis's ThcRcturn of9Xixrtin Gucrrva (trad. 7. Javier cago Presa. 3. en (Massachusetts) . Para el análisis de algunos intentos filos6fieos recientes de des- Garz6n del Camino). " p. Siglo XXI. ViHa Flores. [La versi6n italiana.Rcoktu ck cicncius so. 1.Universidad de Guadalajara (ene.Cohuabia ro-agosto 1991). John Rawlsr Teoría ck trad. 771-772. Mino Bergamor Lu scicnzu dci santi. cit. Anaya bc Mario Muchnik. Nueva York. G uadalajara(M éxico). 101-102. Jef irey M ehhxum). Véase Ginzbuqp cSólo un tesugon.)r Commítmcsat ua Rc fíctnionr Essuysin Litcrutssrcurut Worcrl phiíosophy. 37.abreviado a partir de ahoxa «IArr. Despisexsw 48. Para un 8. C afucccnto(ttad. Putnam en James Conant (ed): Rcutum aoith ullrsmcsnEsoaCambxidge ra nota de «Cheeking the Evidencer The Judge and the Historiana. hb X1V. l994. %uín. por ejemplo. 1970. 6. Barcelona. Maria Dolores González). En esta traducci6n se cita ls versi6n castellana «Veri. 52. El mejor análisis de este tema se encuentra en Stsnley Cavell: sayo. 1966. 173-174. (abril-septiezshre de 1991).Tu- 6. Sobre Griffet. 12-13. op. 19. Turin. La Déeou- Flores y revisada por Rodolfo Morán. parte L ficando la evidencia: el juez y el historiador realizada por Javier Villa 16. Dmiuí of thc llolocuust (trad. llktorius(México. p. Citado en Natalia Ginzburgr Scrosau Cruz otu ocru grbsstisriu. asi. Bergamor Lu scícnzu ckicurad op.Davidson y K Harootunian (eds. 9. M éxico. 2-3.Chandler„A. but (septiembre-octubre de 1989). Psris. 18.Harvard University Presa. 13. Eirvgrun dc hfurnn Gucrre 1985. Sobre ls distinción entre conceptos y concepciones.] 45. John y Arme Tedeschi). dcnoaChicago. Stein and Day. ~prove e possibilitkc es elposfscio a la m. cnth Ccnnuiss (trad. 6. en Saul Friedlsnder (ed. Sobre estascuestiones. 1994.l990.p. 1991. Sandro Lombanhni). Enaudi. p. pp. Existe versi6n en castellaao: «Sólo un tesfigoa (ttad. en Leona Toker (ed. tos. 10:15. 63-70. 85. pp. como otras que mencio. Véase Ginzburg: Eljuery clhktoricrckr. abreviada a paxtir de ahora cVEn. 129- 44. Alberto Claveria). Garlsnd. 9. «MC». 11.19. University Presa. Se cita la versión iaglesarsfssussins ofM emoryr Easu/a on thc cícr íca 15/16. llritorno di hgurcin Guerra Un caso di ckppau ickntitu ncllu Eiccruin dcl fico. 15.op. 21-22. l965. acreditar la verdad y acerca de los problemas que presentan esos inten- 47. Einaudi. en especiaL J. 290. 1992. na Quintanilla).Clareadon Presa. cit„p.)r Psobingthc Limatso f Rcpsvsssstutícm. pp. Se cita la versi6n ingieue 2Bc ratne). and the Central Meta- lrrruzkm und thc Final Sohuaon. 17-18. véase también Cerio Ginzburg: cJust One Wit.26 (México). abreviado a partir de ahora SC DISTORSIONADAS 12. 5. Cambridge. p.32 (abril-septiembre de 1994). Véase Galison: «History. Carlo Giazburg: Ej lueay clhktoriudco (trad. Shcpácksra. véase Cora Diamondr cTruthr Defenders. Nueva York. Debunkera. l984. 1979. pp. Nueva York. Carlo Giazbuqp M inquisidor como antropólogo (trad. Carlo Ginzburg: cMontrer et citerr La véxité de l'histoire. xxiv.Susa- dad deSonora). 185-221. Pierre Vidsi-Naciuet: Lcs Aeussins dc lu rsubnoirz. 4. Universi. cit„pp. comentario de Michel Foucault: l u crrYucokgau cklsubcr(trad. Psyeheputhiu Scscuulk. Fondo de Cultura Económica. 1990. véase ibidem. 6S. nesss. íujusticus( tratamiento adicionaL véase el ensayo 1 del presente volumen. phor. Véase. fuccamscc Scicsne. Carlo Ginzburg: «Ptoofs and Possibilities: In the Margins of Nata. (1988). 46. Nueva York Peaguis. cia„p. Philosophy. 1993. I. foxd/Nueva York. p. 4. cit. pp. rev. México. p. pp. 51-52. op. p. En este en. Aurelio 10. Eiuaudi. Véase tambiéa cVErr. Hiscomu. Philosophy. 51. Peter Galisonr cHistoxy. Para lo que sigue. el análisis clásico de Richard von Kraflt. XII. p. Cuudcrnos. p. Hight Butticsr IFiehcreP cmdQrxrricm Carie in thc Sixeewhund Scrrcntz- p. l l5. Chicago. University of Chicago Presa. op. Aathony Cune. pp. Ibidem. LA E PI STEM O L O GfA DE LAS PRUEBAS xin. 14. 95. Véanse especialmente las secciones 4-7. ycurboohf oCompurutiec und' GcncrulLitcruturrr. Zb Cluim of Rcusost Wiugcnstcin. dueción italiana del libro de Natalie Davis. Cerio Ginzburg: Ejluczy clhisnmador. Lc dcr' 17. La cita interna es de Edesiás. p. 1979. 20. En mi interpretación de lsehfntka»iono»de Marco Aurelio sigo Su máe reciente COncribueión a eSCe tema. la p. MuchecQr. c it. La cita ee phipc». Véase »Les Ueagee de la biographie». Alberto ~ HnruralXnocola{gocB»»c»y»&»»»nrrd »o /ala»yo»ro Cewc»Oc céo Qccrcnono f Ibáhes).)c hl~ d ncér c/aen poesibcTióeav. Perovich. Fsratii»e Ginebra. Cerio Ginsburg:Há»cu. burg. Stanford University Presa. me ha ayuda- (1979). 1982. l 17. op. Mineápolis. 31. parca 4. Véase también. 5. Giovanni Levi: »Les Usagee de la biographleo. Michael Chase). Francisco Msr. cit.1991. 13-27. 94-96 Aqui ee cita Iaedición de Ia Biblioteca de Autores Crisóa- . Ei objeto especúgoo de Cimburg es el eatannenco que hace Wi. Halen Moah). Ibidem. i /ck/p»rc'oáo arrohqgio a/nno»onuoLFJP. 186. 51. op. 1333-1334. Cinsbuqp eproofssnd Poesábihciea. WecVin (ede. D. pp. 7. Ls interpretación de Paola Zambelli se encuentra en su uUno. Paul John Eahin.ieqvro c» vfpa o»- 27. Ginsburg comenta a Frugoni en aVEv. nciscau. An. op. drchioio»anv»o iarliana 137. 52. Para eu obra temprana sobre la personalidad múlópie. I 16. S vob. 55. op. 1981. tre milla Menocchio7s. 1986.org/florecillae/menu. 51-90 do mucho la introducción de Ciuseppe Sergi a la edición de 1989 de 26. Levi parece compartir el juicio de Ginzburg acerca de Fou- ria nocturna (esd. Assisi. cia de Frugoni (de la obra de 1940 de Frugoni P»@acre. Muchnih. 187. véase Michel Foucault: «The Subject por ejemplo. 24. 45. Arnoid de Ia personahté pendant le sonambulisme provoqué. 39. ción de mentalidad. cit. Lejeune uciTisa la noción de uoódigo impiicito» en. tra4. abreviado a partir de ahora«MP». cape. y Michcé Foucauit: Huuuva do la croaachchaúvol I: Lu uofun iyoeu ciar cáiSun Pivarcsroe. 8 y 10. p. eer 9. Sagrey (eds. cauit. desde una perspectiva chferente. La cursiva es mia. Heiler y ouoe: su hbrcr. 47. Arnaldo Fortini:Fnanci» of d»»i»i (trad. pp. 67. Para un comencario cle estos problemas eep. Véaae oTWO SOule in One de cerca el capitulo de Piene Hadot sobre Aurelio en su Eran&o»cpiri- Bodyr. 1978. p. Univereity of Miuneapohs Presa. XaL llruce»rn ~ Stanf o rd (Califorma). 334 23. Anónimoc /f»o» vea r/i San Frruroce»oc6id»nrt Aqui se cha la edictón 37. pp. 123. Para 48. núm. ~c r a» ring hsdieicfrcaiinn. Patrick Cramer. 228 y 236. 577-592. Philippe Lejeune: Cbcdrccubiograpky (ed.parte 2„cap. Fr/lh Birckchry. liadieicfcarhcy. viembre-diciembre de 1989). Levi: »Les Usages de la biographie. op. Ibidem. Citado por Cinsburg en ~VEo. Barcelona. pp. Arsenio Frugonhdrnaók da Brur»iu n»llofonci obl»»o»loACR E Tu- gC rin. xü. 21. Pierre Hadot: +Forme of Life snd Forme of Discourse in Ancient 33. en (hcuriion»of Beidrncnop.Dordrechr. 1993. Jr y Michael V. XüL 2S. He invertido en cni cita el orden de htsdoe &ases de Ghcs. Le»le«Les Usages de la bio~. véase El frescoJc lar S»c»ano»(trad. 1984.22 (diciembre de 1886). Phúosophy+ Caicioul~ 16 (pr i mavera de l990). 141. Losconceptos de anomalías» y agrietas» aparecen en Ginsbuqp chony N. 1989. lbidem. anci »hoSej»in 44. Citado por Giueeppe Sergi en su introduccúón a d»vrahó áu Bro»- 1986. Barcelona. 1329-1330. pp„63-86. p. 50. cit p. 40. Reidei. Véase también Pierre Hadoc: uMarc Aurlcle était-il 30. Heclmqp c The Invention of Split Perscmalióes< en Alan Donayn. Kacherine Lesry).p. 499 43. Ibidem. Hadot:Pkilarcpkya»a Hayo fXj% op. 49. Ibidem. Véanse loe ensayos I y 2 del presente volumen. l al. p. 53. 500.sece 8 y 10. p. p. de Ia página l86. p. Ivueva 8eyemd hicrrccncrahcmandH»rnnn»»cci'»r. p. Tomás de Cehmo: Fiáuprciuora d» em Fr»o»circo. 433462.. abreviado a partir de ahora 42. l992. Crossroad. p.Asia. 36. 3. 65 y 2S. ac»lir»cpkiluropki» ancifcco (1981). En mi aproximación a la historiograga de Frugoni. Véase cambién ~ s nd opiomsnc7a. Oxford. piriacalE»»r»c»en frorn Secreto» coForcceah' (ed. p. p. chel Foucauhdel caso de Fletee Rlváiuv Véase Etpfcw ll hr»graunoa op. tcad. 123-124. Univecsity of Chicago Yoric. Kinsudi. ón). Chicago. S02. pp. cit pp. Frugoni: drnuh/o chrBror»ia. Para algunas de las dudas posteriores deCinsburg sobre la no. lluoao Phryo»o. disponible en<hctpc//wwwhra- 38. véase Ian 46. L Davideon.htmDc'. Ian Haddng: «Mshmg Up Peoplm en Thomas C. Madrid. cit. cit p. pp. cit„sec. de modo más general. 1332. Cinsbuqp aproofs and poesibiTióes~. dala Biblioteca de Autores Cristianos. 34. l959. arcf ci»aré»r. Se trata de una traducción abreviada de Presa. 1989. 32. dccronorny. S58. cit„pp. -due. cic p. Véase Piar»e Janet: «Les Actas inconscieumet le dédoublement ar a yyiry of Lr/». and P~ epl i ogo a Hube»t Dreyfuey Psul Rsbmow:/lfioá»l porccucár. op. sma. 56. Bladcweii.)c Hrcacuniyauc»vuná Hiravia nrocranar. Se cita ls versión inglesa: Pkrfurophy 29. fhr ciurcrjfeori»nco á»lapc»larro (trad. Muchnik. 54. en E Lucchesi y K D. 1334. Siglo KQ. dnnah4 6 (no. p. en «Proofs snd possibilióee». op. 41. 1333. Barcehma. Aibeno Chcveria).1331-1332. Ibidem. 35. Ibidem. pp. 17.p. 16. parte 3. p. Ibidem. son mías. 95.es/ofmjerea&sacíscaaos/ 85. 123. 109. 59. Emergeace of Psychiauy». Citado ea ibidem. Michel Foucsult: E l onkn dol os o (t r a d. Msrio Mucbnílr. Ibidem. 446. Ibídem.wanadoo. B~ tale: Entretien svec Joelle Proust». en PcoccodixUpof xkoArkxoxcliaxxSoxxoy. op. p.® nos.op. p. aad the ciaL sus observaciones sobxe Vidal-Naquet y üe Cerceacs pp. 109. 72. Ibidem. 1999.trscteursdsns les derniers síbcíes du moyen 8ge». aíftca "muy probablemente" (es ua vicio muy difundido entre los his. 109 y «VE». Uaa conside- . 81. 68. G~ 1994 . Ibídem. 1081. l. I 65. 170. celcma. 74. cía. 8. p. Reste crsduccién castella. 6. Isn Hacítíng: oHow Should We Do the History of Ststiscícs7< sssíííg 77. 67.op. gxso 69. 122. lbídem. sec. p. Xai. deate "cercsmente" sígnííícs "moho probabihneate" (k un vísio díffuso 10. en Ludwig Wittgenstein: Eomarpcox cur «Lc Armen na: oObsérvese que en la &ase anterior "ciertamente"{ ~x og sig.p. les que son revisables esté en deuda coa PMsxy Putnam: <Pragmatismo. 2. I l. Ibidem. Foucsult:Ditasoxlccixx. Véanse los ensayos 1-3 de este volumen.op. André Vsuches: «Les stígmates de Saint F rancia et leurs dé. lbidem. Alberto Claverís). p. p. of Scicrxos Palo Alto. prélogo. setts). Paris. 121. ] 57. pp„116-117. Barcelona. 4.clsssicítatísxu. 5. en lo que sigue.h cm>. 71. p. p. Citado en Gínxburg: ~o f sand possibíbciess. Deseo agradecer a Yves Duxoux y Danicl Defext nuestras con- 63. 123. y «Rethíahing 82. 26-27. Ibídem. Ginsbuqp Eljuoo~ clkiísoriador. I l "l. p. 19. en 1994. s menos que se indique lo contrario. Muchxuíc. rac16n plena de ls pexepectívs de Wittgenstein deberís tener en cuenta aseeejj toriadores. p. Panthropologieo.p. l al. cit. 67. 1. 120. IV. Daaiel Defert y ao 66. 12. vol. IPS4-IPSS (eds. 20-21. Barca versaciones sobre Foucsult y la filosoga analítica. WcZaagsv d~ Sio ox dkürxoxív clo ttcok/hzngaiío do Rama89 (l 968). p. non so se lo sia anche trs i giudici)s.op. ibidem. p. 78. p. pp. 1994. Ibídem. cic. cit„p. Cerio Gínsburg: Poxpcixa wkv Picro (ccstL Pilar Gémes). xe: Foucault Dix Ans Aprese oqpuusada por el Centre Michel Foucault 62. cít p. 124. 7. Ls nota italiana pertinente reas: ogi noti che nelís &asa prece* I@C 8 (primavera de l981).ít/mansoni/mansol5. 67.htm>. FOUCAULT Y EL ANÁLISIS DE CONCEPTOS . [El original de Maueaí puede encon- vídsl. Ibídem. a.El jxxesy ol también los usos que hace de ella Cerio Gínsburg enlluxoria nxocsovxa kixroriador. voL IV. 599-600. Ibídem. dbr do %uses. Véase el comentario de Ginsburg en Délo ua testigo». p. Michel Foucault: Diír ox dcrixr. ea espe. Citado por Ginxburg en oVEs. 49. La vexsi6n castella. Ginsburg: Elj uacJ/c!kxhorüadoeop. Tusquets. p. l 19. Fortíni: iYooa oixadi Sce Enmceee. de lasccmexioaes coacepcua- 80. Foucault: Dixxor cene. xxx: la cursiva esmala FranciaEwsld). l23. Tradui- • gg 51. 9. 86. ídem. l995.. Uéase también íbídexn. Mathematical Necessíty~. L'Age d'Homme. p. p. op. Gínaburg: «Pxeofs and PossíbíliYiess. p. Ibídem. Barcelona. cit voL 2. AlbertoGonséles). 1. 124. 5 y 13. Ibídem. 103. 1982. especial pp. nes. Mi iaterpretacién. no sé si también lo escsré entre los jueces)». en Peter Galisoa y Dsvid Stump (eds. p. ArieL 1988. 286. p. cit„voL IIL p. 447. chspoxuble en Chttp://perso. 64. Ibídem. e/% 60. 10íL 3. 84. cic„p. 160.): Zto 75. Stsnford University Presa. 79. 123. 1995. Uéase mi oStyles of Reasoaing. lbídem. 87. Harvard Uaíversícy Presa. lbídem. /@g g 72. op. Kiíary Putaa: «Pbilosophíe snslytíque et philosophie concínen- na del libro de Eileen Power: Csercoxcdiooal(trscL Jordi Bercrén). 1984. 612-618. 70. 121. . l 19. voL IV. 58. Véanse en 78. Ibídem. Este ensayo se escribi6 para ls conferencia: cf crire. p. Véase el respaldo de Foraní s las observaciones de Reaan ea 88. Ibídem. Díífuser. trarse en Cbttp://www. Todas lss traduccio- lona. xxt. PkiyoxoPküs 35 {verano de 1992). Conceptual Histoxy. Monueux. Véase también ibídem. Jscques Bouveresse: oL'Animal cérémoniel: Wittgenstein et txu gh storící. p. p. (trad. 633. en JFonk uadLifs Cambridge (Massschu- 88. 448~9. pp.vol 1. Madrid. 64 (1960). Galhmard. 37. París. Wittgenstein: ~orle»i«a op. IV. Ibidem. 255. 13. véase S/tsso 24. cit. en pp. 25. pp. Bergamo cita los mismos pasajes de La arfaeoiogta delsaber parte. p' gggg 19. Las citas internas proceden de Wittgenstein: ystosssíjgaeiosies 33. Ibídem. p. Roma. Siglo XXI. Tecnos. cit. Ibídem. 20. 26. 173-174. l'épístémoíogíe que he citado. 8. en Ludwig Wittgenstein: iílose stsl «sarao d'oro» di Fraaer. cit. ®gl 32. 15. y luego de A. pp. lia Frost). Reoue dePfóas.340 39.p. à 338 La apaneióst de ta sextsalidad 13. 1975. 27. 316. de Waelhens. 1995. 1968. ll Ponte Alle Graxie. 64. El contraste con una «forma ideal» se encuentra 44. París. 1988.en Diseorso e oerish ssella Grecia assska. cit. Madrid. 342-343. para mayor especiFicación. Bouveressei «L'Animal cérémoniel: Wittgenstein et l'anthropo- phystf ise es delígoralr. Ibídem.. 342.. 176. y Los eaader. cit. 342. Ibídem. 1992. «French History and Philosophy of Science del Boston CoííoquitinI 29. véase ibídem. p. 173. 53. 2. gím op. por ejemplo. logíe». Insfituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional ción es citada por Bouveresse: «L'animal cérémoniel: Wittgenstein et Autónoma de México-Críti ca. 12i la cursiva es mía en p. 5. and the Emergence of Psychiatry». p. 175. Michel Foucault: La arííaeologóadelsaber (trad. p. 85%6. SOBRE EPISTEMOLOGfA Y ARQUEOLOGfA 28. Siglo XXL 1987. gQ 17. Alfonso García y Ulises Moulines). Véase mi comentsüo en «Styles of Reasoning. Bouveresse: «L'Animal cérémoniel: Wittgenstein et l'anthropo. «Osservaxioni • yg mejor anélisis sigue siendo el de Staníey Cavell: 1yie Chnat foZsasoa. Sobre filosofia antigua. FoucaultDieesóerisaop. Vrin. p. cap. descri- 22. Martí Soler). véase ibídem. Véanse. por la ponencia de Fratsgois Delaporte «Foucault. pp. Ibidem. cit p. 12. • ®lg ideal y absoluto». México/Barcelo. 34. 63. p. Ctudes Augustiennes. Ctsiasru y sukr (trad. Critico. Florencia. l'anthropologie. Bergamo: La s«i«neadi sarisi. 1989. 1970. Jacques Souveresse: «Wittgenstein sntropologo». Jacques Bouveresse: «Wittgenstein antropologow op. p. primero de 38. 1996. cit„p. 16. 30. pp. 12. así como su «Bouveresse anthropoíogue». pp. 1. Paraotro uso del método antropológico de Witt- tory. p.L osirhroPologie kgiftse de ísíu&tc. Souveresse: «Wittgenstein antropologo». Elsa Ceci- fiksófieas (trad. op. %w aos asuly raarrón (trad. cit„p. Due sondaggi.. el y Fran9ois Ewald). Souveiesse también reconoce que eso no implicaba para Wittgenstein que podemos cambiar esas cosas como queramos. Ibídem. México. también presentada en ese congtuso. 567-568 (agosto-septiembre de 1984). Las citas internas proceden. véanse. Michel Foucaultí Sl aso Ik losplao avs ( trad. 80-81. Pierre Hadot: «Jeux de langage et philosophie». 175. condusive». 63. Mino Sergamo: «11 problema del discorso mistico. op. Oxford University Presa. p. p. p. Francisco Gracia ). Piierre Hadoti porphyrees Pi ioirasa Paríís. cit vol IV. (eds. 36. cit. véanseen especiallasseca. 174. p. 339-340. vol.51-52. Sobre el papel de la descripción comparativa en Wittgenstein. Wittgenstein. 18. p. l'épistémologie et Phistoíre«I ma- y4 . Este ensayo fue presentado por primera vex en la coiíicrcncia en Amwdeo/síssnoe!«4vol. et l'histoíre». 1983. voL IV. Ibídem. en Dissos óeriss 19~1 9 g g. 43. 85. Siglo 3GU. p. pp. Conccptual His. sec. 1994. 31. N ietasche. cit p . 340-342. Aurelio Garzón biendo la obra filosófica de Wittgenstein. 41.Para los tesode los placen '. Frsnqois Delaportei «Foucault. Ibidem. 21. Su redacción se vio alentada. Ibídem. p.30. op. 331. Véanse lasnotas de la p. la introducción de Michel Foucault a El Por supuesto. Adelphi. 102. 14. 342. p. Milén. Madrid. p. op. 102. 42.pp. Ibidem. 31 35. Daniel Defert puntos de vista de Wittgenstein sobre lo natural y lo convencionaí. 1979. 6S-69. genstein. op. D onxelli. «Polémique. politique @ll et problématísatíons». p. Espesa Calpe. 1998». Para elcontraste entre «discurso determinado» y un «discurso 40.. cit. Madrid. Sansoni. Sobre la sensibilidad política de Wittgenstein. Ludwig Wittgensteiní Aprisotos. op. pp. p.2 y 3 delensayo de Bouveresse. 1996. Para la noción de «antropología especulativa» en relación con 23. p. 51. for the Philosophy of Science. 52. «k híísplaeenv. Para la cita de Foucault. véase Sandra Laugier-Rabaté. Ibídem. 1. op. 340. 135. 10. véase Bouveresse: «L'animal oérémonieli Wittgenstein et l'anthropoío. Foucault: El usoIk ksphsosroa op. logííe». Florencia. del Cammo). M ino Sergamoí La seienza Iki saan'. La primera observa- na. 1987. Oxford. cit. cú vol. lbidem. 725. e nDin cc hríe. pp. p. cit. 18-23. en Die or ~» . Foucault:oSur l'archéologie des sciences: Réponse au Carde vista de Canguilhem. p. IL 27. 31. 5. pp. 240. op. Ibidem. 88. 843. cit. Michel Faucault: cRéponse h une questions. 42. p. cault-preti». Ibidem. 16. Michel Foucsult: «Titres et travauxs. 12. Foucault. del terreno deElnociocicnro c!cla cbbcios de d'épistémologíen. Ibidem. 40. Delaporte extrae su descsípción en gran medida. Las palabras citadas proceden de Michel Foucault: «L'Occident 6. pp. 19. 9. 244.Die o!ocrícs ap. p. d'épistémologim op. Ibídem. Para mis propósitos aquL no necesito op. voL 11. cit„p. BlactwelL Foucauh:«Titres ettravaux». 241. cit. Ibidem. enDie cr 13. 240-241. p. y el ensayo 5 del presente volumen. 20-2L 41. Foucault:eTitres et travaux. Un débat Fou- tantes y peculiares obras. p. Foucauh: E! orcfcrcoo!deseosa. op. Méxi~ Siglole 1970. Puesto que su propio trabajo se refiere. krie op. Una dimensión caracterís- 10. Michel Foucault: cLa vétité et les formes juridíquess. et la vérité du sexe+ en Die occcríca op. 86.cit„voL IIL p. 696. Para la expresión citada. Foucault: «Sur l'archéologie des sciences: Réponse au Cercle &icsop. Citado por Delaporte en oFoucault. 687. p. en Die cc cítrica 18. 22. 29. Foucault: aSur l'archéologie des sciences:Réponse au Cercie aunque no exclusivamente. 842-848. Véase también. 4. cit. cit„p. 300-301. 724-725. 19-21. p. Véase también Michel Foucault:El orckn cíoldác- 14. op. 7. op.op. cit„p. Tusquets. tendría que hacer otra distinción. 299.. 8.Tmth. Ibíd~ . Ibidem. cit„p. voL L p. p. 21. Oxford. n. pp. y condiciones no discursivas de posibilidad. op. enDie er &!e op. 10 de la ciencia estén condicionadas por ls interpretación que hace Fou. p. p. Ibidem. 300. 405. p. pp.105.635-636. Para la noción de csaberes investidos» ícccooírcinooc!iii véase Eefaeoíroc(eds.op. Zn el resto del ensayo. cit y El orcfec clolcóccccrccs cit. Michel Foucault: «Préface h l'édítion anglaise fde Ler ocoe cc!cc 34. cit„p.. 21. tica del anélisis genealógico se refiere al papel de las condiciones no pp. p. op. y «La Volante de ssvoir». Michel Foucault: «Le Jeu de Michel Foucaultv. 35. 275. Foucault: «Titres et travauxs. en Die cr serie op. 69. p. 724. 843-844. a nd ~ e n Eoc ionoliy coul 32. cit. cit. I. 406. 7. 340 La upctricicfrccfr la crxtcahducf nuscrito inédito. cit. 371. véanse Ian Iacícíng~g ua ge. l'épistémologie et l'his~ cault de la abra de Canguilhem. 28. 45.ap. p. cit„p. cit„vol.voL G. Foucault: opréface h Pédütíon anglaise [de Ler moe cc kc ckoroc ]s. p. considerar todas las complejidades y sutilesas delos propios puntos de 29. Ibidem. 37. 35. a las ciencias de Ié 24. véaseFoucault: ~é face h l'édiYion an- vida. cit. lbidem. Foucault. Ibídem. 3. 23. 15. 1. p. discursivas de posibíhdacL 11. voL Q. Ibidem. 5. del Camino). 28. ción entre arqueología y genealogía. cit. cit. Las palabras citadas proceden de Foucault: «La Volonté de sa. ap. p. op. 26. op. p. p. Michel Foucault : El onkn ckl cficcccrco(tracL Alberto Cansélez).Elcvcboc clo!íilcccrm op. voL U.. Martin Hollis y Steven Lates). Michel Foucault.. en Die cc ícricr.p. Au relioCerxón voir». mis observaciones sobre la epistemología op. 680. Ibidem. cit„voL IH.unas elecciones que han sido cruciales parapmducir sus hupor. Nichel Foucault: aDiscussion». cit pp. 843. pp. 843. Foucault: cLa Volonté de savoir.pp. cit. op. Michel Foucault: «La Volonté de sa~ e nDie srcccvícr. tomar. pp. 33. «De l'archéologie é la dynastique~. 28-29. cit„voL I. ccova.p. 20. 17. 36. Para abordar de forma adecuada lscuestión de la rela- Barcelona. una chstinción entre condiciones discursivas de posibifidad Cercie d'epistemologi~ en Die or hriu. 1982. 44. . Foucault: cLa Volonté de savoírs op. d"épistémologie+ op. 725. p. 409. Michel Foucault: ~ s problbnes de la cultura. arroja lua sobre el tipo de elecciones metodolágicas que hs tenida que 25. Para un comentario més preciso de algunos de estos términos. 30. op. Ibidem.. voL IL p. 89. Michel Faucault: «Sur l'archéologie des sciences: Réponse au a saber. 1999. 69. Ibidem. 12. 29. p. 9. 4 8. pademas considerar que su anéiisís de Foucault y Canguilhem glaise [de Lerocoeockcokorcr]~. S45. Michel Foucauk Lu arpcooln gíecfslsaber(trad. p. p. Ls frase correspondiente en P8se refiere ~ bien xd +placer d@l ~ ísD Véase p 90 ci én ~ d e dos ~ textos de 1Cichel Foucault: wLa mortde La- csn (che Deadxo í 18. 2001. p. 181. En adehnte abreviado FR 12. GiQes Deleuzex sDesire and Pleasures. en DZ vo l. Ulises C~k ). en Anxold X. ~x 8aixx r~ F~s & u C s 3x xS~~ s Nueva To r lr Ox f ord Uníversíty Presa. cíe„p. p! 271.p. eu Tim Dean y Christo-' 21. eu Arnold X Dexddson: ~ exxx f & i sZese"~ o p. Ibídem. Michel Foucault: ~o sop b ie et psychologíev. (eda Dauiel Defen y ~s Exvs l d ). 90. vol. 8. exxxff'x3xcésxuxel3uscChicago. 6. 8xxp bscriuky avx@' 7rxxxxX Nueva néxuew de ~ 'Xorír. 14. Kl hecho de que aquí Foucauh destaxpxeun texto htera- río merece un mayor comentario Foucauh: che Death of Lscsns. eu Psul Rabínoxv (ed. Davidson: ir~ e xtr a ' filxfnxsrxi~ z .PS p. vuX 1V„p. en DE voXllL p. pp. Ithchel Foucsult: Se eshxxxrxxxf shxxsésr ( trad. iyria Chicago Uuívexsity 448. 3. CsHiímar4 1994. s ) y eQ c cidentet Ia vétíté du sexes (eThe West 19. 315. Fouosuhx P8. 653.] tures and Strategies of Dísoouxve: Remarhs T~ a ~ of Fou- cauh *sPhilosophy of Lsngusgee. Chicago ~t y~ 1997. Foucauh-. 1978. 129. p. restrinjo mis oom~ s l dese o y ~ de l a espexiencia sexual 10. 11. 101-106. ~ 5. 3. 1995. Ef hbro de ~ sigue s iendoel estudio éuhs- peuaable sobre el deseoy el ~ e n Fo u c tdt. vol. 1997. Xll. [También eu DE. «Le leu de M ichxd F~. 57. Uuíversity of Chicago Presa. voX IL p. pp. en DZ. ti t p. The Nexv Presa. F~ 1 994 . 2001. Michel Foucaultx eGccident et la véríté thx sexe. Richel Foucaulu «Laean. la cursiva es mía. vok I. op. p. p. 1 89. S i g lo XXX. Ni cb e l Foucauh: e@u'est-ce xpx'un auteury~ en DF. p. El tscxto ~ c é s es citado en David M. Ibídem. 21/ n. . C h i cago. Kl texto &aucés es «atado e n ~ ~ n: ~ ~ sr xur Paría. 104.): Erkicr. e n Di sxsr 22. and the Truth of Seax). 9. ~d .p 89. 23. La entrevista se reaha6 en íngiés. voX 1V. Apf NDICK Este ensayo se ~ o rxgx naimente como xntruduccx6n s la traduc 17. en Dif. I. Mc h e i Foucault: elntervíew svec Michel Foucsult.s. IXI. Mc hel Foucsuln ~ Je u d e ~e l Fo u c aults. p. 2. 137.p. 16 F ou~ ~ eat et h x ~ d u se x m. Comento este texna ctm ~o r de talie en«Struc. Mxchel Foucault: <ll y aura scandale. p. Ibédem. en DE. 88-90. 820. 191. 1%chel Foucaulc ~ e l Fou c ault: An Intervxew by Stephenlhg- I. pher Lana (eda) : Bjvxxaxsx~ e xa f prpckomsel uf Chicago Presa. 75. en Tim Dean y Christopher Lana (eds) : K~ - Estoy en deuda con Dauiel Defert por rexní urna a este texto.lbídem. 20 Ib i d em. Ftnxcauh». a 13. En adelante abreviado como DE seguido del volumeu y el gínsx. 654. París. 312 íun- sc con Mch el Foucauh: egéxualíté et vérítéw en Dg. N8. mais . 7. en D@ vcé. 4. le'Tíberateur" de hxpsychanaiyse~. 205. En lo que sigue. vol. pp. 533-534. 15. p. 303 274. 144-145 tker-Cekcrnen: 38-39 Belleforest. Tomás de: 94. Louis: 281 yatkia sa eccalis ( B l o c h) : Anatocniseke Sácdien an Pcrbre. L. 270. Canguilhem. 46 les(Laupts): 54 Archives de iVeccrokgie 46 Bichat. l l 2 . Srowne. Ln (Fou. 273 154-157. Sergeant: 29-30 Arehiv+ r lsyekiatrie ccnd Hn. l 9 0 . Fran~is: 153 Annales d kygienelc ccbiíclcce etde Benandanti. 104. 281 109. medicine legala 69-70 225-226. Juan: l49 Bachelard. Sajún. 144-145 242 Boaistuau. 208. 187. J. Benedikt. Pierrec 158. Moría: 38-39 (Ksnt) :56 Bergamo. 70 206-208. 298. Jacques: 265-266. Ismaíh 25 cault) : 108-109. 247 Austin. Paul: 36 ricana: 62 Srooke. 268. 242 Antroyoiogca en sentido yragma. 163 Arnaldo de Brescia: 241-242 Bocoy ofiVan( Crooke) :75 Arcicceologca del saber. 272. l30-132. 281-287. lwan: 117. Philippe: 65 25 Arnaldo da Brescia neEkfontc ael Bloch. Aquino. 268. James Crichton: 89 cana: 27. Mino: 205-206. 272 Saxandall. 163. 73 Buenaventura (santo ): 245. l43.Af ríscnos (Wíttgenstein) : 274. Bíbliodcecicce des JcmsrsionsSasccel- venkrankheiteca34. 300.$(Ginzburg) : 222. 271. Broca. Mijaíl: 225-226 294 . SaMung Grien. 51. 106.: 190 Calvino. Hans: 81-82 275 Barbin. Adelaide Hercuhne: 68- Agusún de Hipona: 104. 130-132. John: 152 Asociaci6n Psiquiátrica Ameri. 167 Sertrand. Gaston: 1 09. Marie-Francia-Xa v ierc Aribs. Georges: 15. Bouveresse. 276. 278 Asociaci6n Psicopatológíca Ame. 190. Michael: l99-200 Abenist and&eccroiogcsc 71-72 Beitrage ncrdnoiogce der Psycko- Althusser. 229. seeolo ~ (F r ugoni) : 241. 283.Bouilíaud. ll 2 . 94. Jean. 297. Jean: l50.: 74. Griesinger. C. 297-298 46. l20 Dar habisudessectores ou maladr'es Feyerabend. Diss er carie: 14. 2 7 0 -271. 136. 256. chnicar 1. Arsenio: 241-242 77-78 Direcrsesof Semen (Duncan): 74 62. Davis. 34 brsfe mmes ( Rozier): 95. André: 79-80 pnrduicarpar lonunisme ches Aotrrmr24'l Franld. eLa organi- 182 Dersungder «creo gtvcohchen Fi. Las pula&as p l+r 264-265 De eoneepsu es generasione homi. 271 Deiapoxte. l21 Michel Foucault»: l90.Cuido de Mont Rocher: 164 r componimensi missi di sso Eiseiunaun. 108-109. La hisroria de tu serrualidncg tional Diseases~ (Prince): Dsniel. 268 Docetina de hr irittud. Eden. 303. Alain: 96-99 Dalromeezo atado e. Robley: 43. (santo) : 245-248 Chastel.87. 264. Grosrichard. Fottrrarion du eoneeps dc tejluee zación genital i n fantil»: Circulo de Epistemologiar 286 guren (Lutero y Melanch. 198-202 pássim. N. 95-98. 243-245. 190. 275. Sigmund: 52. 230-234. J. Ianr 63. Julieu.Pierre:308-309 ria e dinuenzione (Manzo. 303. «Entretien avec GouJo~ E r 70 Cristo: 78-86. Libro de: 149 cauico(Foucault) : 190 vol. 187. 278. 261. Pigilm y eusri- Charcot. Eckn (Guyotat): sotiadela leeros 278. 278. La (Agustln): thon): 149 La (Canguilhem) : 284 seotáa saeuuh 52. Peter: 221-222 * historia delateo (Wo lf6n) : Dicr er cercar (Foucauh) : 14. cOc. 305-306. 26. l 12. Lucien: 147 vaux»: 287. Les and Prognosis in Mental auteur7». Pierre: 205. 104. 304-308. l l7. cLe Hadot. El nucimienso de Gibbon. nis(Rue6): 159 l78-180 Gai savoir». Henri: 213 Dagonet.vol l: Guyotat. René: 279 sions c&cseno geníral (Le. 267-269. 58-59. 106. ~H ed a d7 1-73. Lu oo. l68 Epicteto„244 mort de Lacen»r 301. «Qu'est-ce qu'un (Buck): 76 Demoniufues duns l ~ . 98-99. 259 musa con cfrrgeies (Preti): 299 292. Paul: 198 Chesnet (médico) : 69-70 Chevalier. Cense medieoul (Powers) : 250- l l5-1 16. l48. 305-306 Coneepcos gcndumensules en la siva.«Happy Hihrrious ~ (Charcot y Richer): 58 Diseaee» (Shaw) : 88-90 lité et sohtude»: 261. 93. cLa 51-52 Daston. ckn del discurso:262-263. Le~ ( Foucault): ConeeprfiV&nd.Gregorio IX: 247-248 Crombie. 108 Dunglison. 42. eTitres et t r a- Char. l95-199 275-276 276. Febvre. Un~ (Vi. La his. 303 Claim of Rearon.Franqoisr 282-283 eFacial Expression ae One of cident et la vérité du ataste»: Eandbook o f Afedácal Scknctr D elumeau. Stanley: 53. 29S. 3 0 1-310. 77-78 Dar anomalics ck l rnssineszcxuel Falret. Hehkiahr 75 30L309 Lu arqueología del saber: Gri&et. o Thc (Ryle) : 190 «Disposición a la neurosis obse.117 75. 41 Crookc. 65-69. Il: 6 6 -67. 261. 283. Frugoni. Henri: 91 «Eichmann de papier. 297. Natalia: 216 85%6 Duncan. Charles: l82-185 toria de kr saerculidud. 97 Des mrmssrer espro dtges (Pare). Lon aine: l54.ingentrr. Robert: 2 l S-219 2 S9-290. The (CaveH)i (Moll): 122-124 Foucault. l93 hrnsud'de subenl5-16. Avery (Joven Rana): 69. Tt or enseyosputa una Ciudad' dc Dios. Edward: 253 «Contrare Sexualemphndung. G. Ftugelaeion (Piero della Fran. 264. cSur ne): 89 . El nacimiento de la 251 pcícsim Con fenones( Agustin) : 206.: l91 Eden. aHabit Neuroses as True Func- ni) : 258-259 «Entretien avec Michel Fou. 297. 59. aux XPXP er LPLP sidelar.: 46 grrr. 263. %ilhelm: 34 »37. Jean-Pierre: 40 l'archéologie des sciencesw Céard. Freud. El ot G inzburg. 298. de dai-Nacluet): 220 283. 2 8 1-300. grsin) : 4lP2 Fenis. 93 278-279. 300. Ls» (Freud): 135 279. Paul: 187 Francisco. La (Kant) . 8 6 . Gahson. Carlo: 17-18. l l l . 153 Fhess. El uso de losplaceres Ginzburg.348 Cavell. 294. Arnaldo: 246-247 l l l-l46. 302-303 eSuzua. l53 the Means of Diagnosis 303-307. 2 68 .Haciting. Zl l - Die» (Westphal) : 54 DuméziL Ceorges: 282. Natalie: 234 »235. 157 es err potAcrclkt' des inOep Faurisson. M. 298.1 13. cLa cesca) : 249 disposición a la neurosis Childs. Jean-Martin: 39. Michel: 14-19. 257 Eomb mediso-légale sur les cuesn. sussarca morurs (Tardieu ) : cosas. A. llk. «Gai savoir. sEstilo (Schapiro). 86-87. 206-207 Die Eonst&e Suxuulempge dung Fortini. %ilhehn: l l7 obsesiva» 135. 56-57 & elínieur283. 299. 191-193. 294. 254-256 93 183. L (Tissot) : Historia de lu sucualidud. 143 Putholo gis un d Th erapie der Ignacio de Loyola (santo): Le~ M. El (Fou- ase también Sl uso de ks 49. Ambrose: 69. 1 2 0 . 298. G. Gerald: 187 Lacan. El (John Me. El (Fred Wil. vol. Jo Jo. (Georges Saint. 253 Sebbuck der P~ i atr i ec lla) : 227 . Jean: 282 Paul) : 53-54 141. 90.El(Fou. 50. Albertc48.: 58 1f oyal Societyc l68-170 230-234. Arnold: l l5 Journal of Ãerxcous and Afentul cerdotus (Guido de Mont Nietzsche. 4l<2. cauit): 283. 107-108. Ebing): 43-44. 212-213 Pesquisa sobre Piero(Ginzburg) : ne) : 71. Xhuk. 185 Mackenzie. king): 230-234 Nature et les procfiges. '74-75. 47-48. burg) : 211. 96-99. escritos e im jgenes Hombxe Elefante. 278. Bianual diagnóstico y estadístico tigue dec maladies mentuks Histoires prodigieuses (Boais. Emi1 36. Pfuchircg)c 191-193 maóa (~ ) c2 9-32 1S2 Lac (Veync): 67 Laupts. and Rcasonc (Kant) : 56 Paré. 292 p~ l43. Jacques: 301. 1 2 1 . 58.Longhi. cault) : 283. I 182 Mccfical and' Surgical 14porter: (Foucault) : 303-307 (Foucault) : 75. Katharine: 154 Hyppolite. Historia del auge y cuida del im. PhiTipp: l49-153 La» (Freud): 136 perio romano (Gibbon) : 102-107. ll7. 59 AAditaciones(Marco Aurelio) : 176-178 (Foucault) : 66-67.: 31 Aóedica/ Lencon (Dunglison) : niuladier pro duites par l a La eohmtudde saber Kindt. 72-73 Xceu oiixx di Sun Fiancesco (For- Historia de lu kcuru (Foucault) : son): 182-183 Manzoni.: 41 Musil. 303. A.voL II K raepelin. La aparición de la stxcxtulidad Hauser. Sidney: 146 Pkilosophie medicale (Soiii- Janet. Afoll. Lejeune. Maerten van: 84. 122-124.J. l l 7. 94. Las (Fou- 249 Kuhn. La (Schapiro): l94-195 xrick) : 171-174 eLungxiage. Alessandro: 25S-259 tini) : 246-247 278. : 41-42. 200-202 l21-122 Moreau (de Tours): Paul. N. G.Lamentación Pímkgc 87 3lct yfsica ck las costumbres. 243-244 Orden del discurso. Arnaldo: 212 psyckiscken Knmhheiten.Roberc:274 Piero della Francesca: 249- lournal de l *anatomk et ck hx Magnan. l63 Joven Sogavante. El (Avexy Childs): Marco Aurelio: 243-244 «Occident et la vérité du sexe~ Hirtoria ck la saeualidud. S. 1hsserration sur k s ' 299.Krafft-Ebing. 35. Psyckrpnotiu scocualia 99-108 pdssim «Organización genital infantil. 235. ci Joven Cara de Perro: Lydston. nucimiento (Baxandall) : 62 Afunipuluscurutorum o~ sa. Melanchthon. J.44-45. Kant. Diseaser.2 29 .22. 62 31 Onanisme. Levi. «Homosexualidad en R o ma. 53-55. 121 236 Palabras y lus cosas. Dr. 1 5 4-170. 252-254 dc trastornos mental«rc51. E/ (Ginz. La» (Foucault) : Qaud): 25 «Jeux de langage et philoso. Philippe: 245 42-43.-303 fante) : 171-174 Palabras. 297 Pinacru y vida cotxdíuna en ellis- fournul o f Abnormal psyckology. David: 87 43. 297 Joven Rana. (Dagonet) : 91 tuau): l58. Thomas: 187 Merxick John (el Hombre Ele. Richard von: 41. 46 Nacimiento de hx clmica. 297 Hohon. Roberto: 249 301 Physiognomy of cxdental Diseaser phie (Hadot) : 268-269 Lutero. Die 205 Lekréuck ckr Psy ckuxtrie ( Kraift. 59. Vé. Frank: 31-33 (Spence)". Mardn: 149-153 Pfuerte de la mi4xer P'cm' Lu andDegenerxxcy(Shaw)'. La (Ce. 121 musturbation. 24S Lévi-gtrauss. Claude:298 Morgenbesser. 49 Momigliano. Menocchio (Domenica Scande. l20 Pkiksophical Transactionso f the Ei~ (Ginzburg) : 222-223. Giovanni: 236-240 Morei. Meibom. ard}: 150 l99-200 . «Montrer et citer» (Ginzburg) : (Griesinger) : 34-37 Iauenascrecksdgerm crsL'(Vey. Véase también Kiexnan. P . Park. Piierr: 232-234 Lindner. Friedrich: 268-269 Heemskerck. 107-108. S.: 86-88 «Moxt de Lacan. Paui:39-40. 46 Rocher) : 167 Houeeau trxxisóókmentairc etpra- 85 Juez y el historiador. 130. Johannes Heinrich: cault) : 262-263.Immanueh 56-57. 120 Notoria nocturna (Ginzburg): 43~ . Oxford Engiish Dictionaryc 43. 249-250 ainquisidor como antropólogo. 250 pkysiobrgxede lkomme70 «Making Up People~ (Hac. : 70. Heinrich: l l 5 -116. Uhichs. Jonathan: 254-256 278. El (Ginz. 102-107. 154-157. siu (N a talia G i naburg)c Truití des d r~ en t s sortee ck Ysdu primer n dc' snn Fruneiseo 4S. A (Tyscm): 168-170 302 Tyson. Augrrrcíujfim6$x(BaídungGrien): 108 81-82 Sulloway. 46-47. Ma. 268 Ebing): 41-42. l20. Puluntud ck suber. Gilbert: l 90 Spence. 47. James Paris du: 96 Sales. Ernest: 243 Sociedad Patológica de Lon. Leo: 78-86. El digies a n d Mo n strous les y placer preliminar': W ilde. Leopold von: Stefanowsh.H. Ernst Heinrich: 30 tite ckriis ses rvrpporcr uoee kr cault) : 261 perversiones en conjuntoa W ells. «Pri. Carl: 40. 94. Theodom 90 Sacher-Masoch. Véase también Ziehen. 279. P i erre: 2 1 8 - Pu Songling: 255 (Ellis) : 71-72 fet): 213 220 Putnam.cnck beusbeitec(Ziehen) : Ser y lu nu dn. A. riu ck lu sciuuliám4 voLI Questson meííieo-leguleck lirkn. 303. Frac 122 SugiuduJiwsihn oonsuntuSc&bu. Paul: 65. Andrea deL 93 (Foucault) : 289-290 voL II Powers. Morton: 51-52. 178-180 Puna dc Dolor' (Van Heems- Prei. cGeneralídades sobre las Weber. 67. Eenueimientoy cl okido mo. Taba ck ksjastieiu (Rawls) :215 ítercít): 84-85 Prince. 193-195 cTitres et travauxe (Foucault) : c Verificando l a evi d encia» (Giuzburg) : 253. Samuel: 176-17S Vaucher„André: 248 «Proofs a n d pos sibiTities~ Schapiro. 236. 209 Rudf. 97 Sociedad Médico-Psicológica: (Levi) : 236-240 195-204. 121. 8 6-87. 276-278 Richer. 60 Tomás de Celano: 245. c ault): 15-16. 265- Renan. A. John: 215 cghort History of Human Pro- llegreso ck clfuron Geenv. Mama 85-86 Scsndella. D:. Frederick: leal-174 vante)i 182-183 Plgs. von: 59. El (S a rtre). 247 Veronés: 83-84 i. 263. White. 60-62 chio) : 227-229. 353 Plessis.G 7 5 víoesck ocnjbrmusion cks or Shaw. 44-45. A» (Plessis) : 96 l38 Wilson. 253 Psyekicusíe /Rió Anexe ruzclSnulk. Véase también Hissri- (Foucsult) . 93-94. nés): 83-84 163 . 297-298 burg): 222. 216 psvuoes p' seroent u etnblir (Tomás de Celano) : 247 122 «Sexo-Aestheticlnversions lu irc írite dc Pkístoire (Grif. J. 59. 257-258 Schrenct-Notsing. 104. bom): 99-108 pcfssim Victorino. Eileen: 250-251 páuim Sartre. 308. James: 88-93 macía de las sonsa genita. Fred (el Joven Boga- «Relauon of T wo M o nstrous Sociedad Francesa de Fdosoga: Treves. 257 86 cionessetuales»:119. 62 grines ir (Tardieu) : 70 Shaw. Ln (Fou- 239. l l5. Francisco de: 206 «Sur l'archéologie des sciencese Hktonn ck ln s ueuuhifuer. 278. 54-55 106 Steinberg. Vigilar y e ussigrrr (Foucault) : Queso y los gauunos. Hayden: 217-220 Rawis. Oscar: 76 (Davis) : 234-235. ckrno. Lesa Wo18bn. 256 Births. Suma ck tsokgíu (Tomás de ru y sun Juun niño (Vero. Ludwig: 77. 242. D. cLas aberra. Hilary: 261-2ó2 Suiriukcíiuf ck Grsto cn el nirv ikl Tres cnsuyos para unu teorín se. 302-303 y Béjin) : 65 sación sexual»: 136-157. 54. 42. cPeligros del placer Westphal. Jean-PauL 301 Tardieu. Roaier. V idal-Naquet. Trneruáu de u s u fh gelorum Veyne. K: 95. Karl Heinrich: 47 268. Jacob: 159 39 Uso ck lospkieervs El(Foucauh) : Zambelli. Meyer. Porório: 205-268 gasto. 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