La mayoría tiene, en este planeta, un sistema atroz para encarcelar al espíritu humano; lo usa en todos los de su esfuerzo y procura moldear a ese espíritu empleando el reducido conocimiento recogido con sus cinco sentidos y mediante los aparatos creados con estos últimos. Desde mi niñez, me negué a estar encerrado, y aunque visité muchas cárceles educativas y traté de aprender sus enseñanzas, el espíritu humano no era libre, en manos de aquéllas, como para soñar más allá de lo que ahí se dictaba, Yo percibía que, en esos lugares, había inteligencia y religión, pero me parecían rodeados por cercas con carteles que decían: Cuidado con los perros feroces que hay aquí adentro. Llegó una época en la que me deprimí profundamente al observar cómo se acumulaba el conocimiento y la ominosa tecnología resultante. Sin embargo, lo que en mi corazón yo, descubrí fue una visión del Foco Cósmico, y soñé con ella. Este libro es la historia de mi alocado sueño que se hizo realidad en mayo de 1987, en Zürich, ciudad en la que concebí estas páginas y les di forma.