Auténtico Coaching Educativo según el modelo de Coaching Realista EL COACHING REALISTA® EN LA EDUCACIÓN. La escuela es una de las etapas más importantes de la vida en la que los niños aprenden a aprender, a relacionarse con los demás y a encontrar poco a poco su espacio en el mundo. Sin embargo, cada uno de esos procesos ha cambiado respecto a generaciones anteriores y varían, incluso, mientras evoluciona esta misma generación. La generación de los que ahora son profesores, también evolucionó de manera que las cosas aprendidas de pequeños poco tenían que ver con su realidad adulta actual. ¿Quién no hubiera agradecido tener una mayor capacidad para afrontar todo lo que resultó ser diferente de como se lo contaron? Al final, lo único cierto es que las cosas están en constante movimiento, que nada se congela, que lo que pasaba ayer no es lo mismo que lo que pasa hoy y seguramente no será lo mismo que ocurra mañana. Bajo esta premisa, los docentes, referentes clave en esta etapa de desarrollo del niño, tienen un papel primordial y están en una posición fabulosa desde la que además de transmitir conocimientos, tienen la posibilidad de actuar como verdaderos catalizadores del desarrollo personal de cada uno de sus alumnos. Tienen la hermosa oportunidad de ayudarles a generar nuevos pensamientos y a adaptarse a las nuevas normas. Ahora bien, cada uno de esos alumnos es único y tiene un potencial, unas características y unas necesidades diferentes. En las manos de los educadores está la posibilidad de buscar la mejor herramienta para facilitar ese desarrollo personal y el Coaching Realista es una de ellas, ya que toda su metodología apunta a que el docente genere conversaciones y relaciones potenciadoras y útiles para el alumno, desde las que se estimule a los niños a pensar por sí mismos, a ser conscientes de sus opciones reales y a ser capaces de decidir desde su propio razonamiento. Este será un aprendizaje que los acompañará durante toda su vida. ¿CÓMO EL COACHING REALISTA FAVORECE ESE PENSAMIENTO PROPIO? Veamos algunas hipótesis que nos muestran cómo esta herramienta puede ser un aporte de valor para que los educadores puedan mejorar sustancialmente la comunicación con los alumnos y favorecer su desarrollo personal. Muchas veces, el docente puede dar por sentado que un alumno sentirá rabia por una mala calificación, o que experimentará un gran vacío en la pelea con un compañero, o que sentirá frustración si algún tema concreto se le hace cuesta arriba. Cuando un adulto da por hecho conocer la emoción que un evento ha despertado en niño, puede estar generando un aprendizaje innecesario y erróneo, ya que cada persona siente cosas diferentes ante un mismo acontecimiento y, por lo tanto, tiene necesidades diferentes y percepciones personales. A través del Coaching Realista, el docente aprende a fomentar espacios para que sus alumnos puedan reflexionar sobre sus vivencias, descubrir qué les sucede en determinadas situaciones; de esta forma, estarán estimulando su diálogo interior útil y más que decidir lo que deben sentir, aprenderán a escucharse para conocer su propia interpretación y su visión de las cosas. Los niños aprenden lo que los docentes enseñan. No obstante, y como mencionábamos, no todo gira en torno a impartir conocimientos, pues un niño que aprueba exámenes no necesariamente sabrá defenderse en la vida. De hecho, los educadores tratan con todo tipo de personalidades tan únicas como cada uno de los individuos dentro del aula. Una educación apoyada en el Coaching Realista hace que el docente enseñe, promoviendo como una constante, la capacidad de pensamiento propio y adaptación de sus alumnos. Ayudará a que ellos sean capaces de descubrir, de generar sus propias preguntas, de conocer sus intereses, recursos, conflictos y retos personales. Aunque muchas veces la comunicación con los alumnos sea buena, aunque la relación sea estrecha, aunque los diálogos sean ricos y aunque todo esté dado p