Este arbitraje versa sobre el comportamiento irresponsable de un fabricante de tecnología médica que ha obligado a un distribuidor de productos sanitarios a demandarlo: Soluciones, un fabricante de glucómetros defectuosos, “se lavó las manos”, pues no tuvo mejor idea que hacer responsable a Colonia, su distribuidora, de las consecuencias negativas de sus propios actos. Ello destruyó lo que a Colonia le costó tanto tiempo construir: su reputación y marca representativa.